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viernes, 17 de marzo de 2017
Léxico familiar. Natalia Ginzburg
"Me llamo Natalia Ginzburg.
Mi padre, Beppino, ama la ciencia y la naturaleza.
Lidia, mi madre, disfruta en cambio con el placer de narrar. Tengo tres hermano y una hermana. Vivirán lejos y me bastará la ficción para saber qué les ocurre. Cumpliré con todos los ritos: nacer, crecer, reproducirme. Algún día moriré. También escribiré libros. Quizá, incluso, plante el cerezo de aquella primavera triste de Pavese."
Tenía curiosidad por leer a Natalia Ginzburg y aproveché el aniversario para leer alguno de sus títulos. O al menos para comprar, leerlos.. poco a poco. Hoy traigo a mi estantería virtual, la primera de mis lecturas, Léxico familiar.
Natalia Ginzburg, de apellido soltera Levi, nos presenta en este libro a su familia formada por un matrimonio y cinco hijos, en una casa inquieta y, como todas peculiar. Conoceremos así a sus padres, Griuseppe y Lidia, un profesor más severo y una mujer de esas que gustaban a principios del siglo pasado. También a sus hermanos y hermanas, y a su marido Leone, de quien tomó su apellido. Se incluirán además las personas pertenecientes a su círculo.
Dijo la propia autora del libro, que había que leerlo más como una novela que como una biografía, pese a que el libro sea un retrato familiar. Y es adecuado hacerle caso, ya que sabe bien de lo que se habla, posiblemente más que el lector, que de entrada se encuentra una colección de anécdotas que, lo primero que señalan es el motivo del título. Supongo que a todos nos sucede, y más en familias grandes o con tendencia a reunirse (me sirve también grupos de amigos) que una frase nos lleva a un recuerdo, y una vez que se relata siempre aparece otro ¿y recuerdas cuando...? y así en un bucle infinito de frases, y palabras, y momentos y recuerdos, que son como un léxico propio y común de las personas pertenecientes a ese círculo. Quizás por eso Ginzburg comienza hablando de todos y se va centrando en los cercanos, para que tengamos la sensación de ir colocando nombres y personas y saber perfectamente de quién habla pasadas las primeras páginas. Nos presenta a una familia en la que nos invita a ser uno más durante la lectura, y para ellos, casi parece olvidarse de ella misma como uno de los protagonistas. Sabremos más del resto, de sus sentimientos, del cambio de país, la severidad del padre que realiza algunos comentarios de esos propios de padre pero extraños a quienes no son sus hijos. Nos habla de política y de cárcel, de fascismos y de ideas recurrentes, y también aparece el mundo cultural en el que se integra ella con su marido. Nataliz Ginzburg es capaz de tratar su matrimonio, en la parte de los sentimientos de la propia autora, "dándole carpetazo en tres frases" y luego extenderse para que comprendamos, por ejemplo, que su gran amigo Pavese no superaría la muerte del marido de ella. O hablarnos de la muerte, anunciada y poco creída, de quien al final se quitó la vida.
Léxico familiar es un libro de esos que llaman de lectura fácil, que parece comenzar como un compendio de anécdotas pero que, una vez cerrado descubrimos que sí hemos leído una novela. Una historia en la que si hay ficción no lo sabemos, y ahora ya no queremos que nadie nos lo diga, porque los personajes que aparecían y sabíamos personas, se fueron volviendo cercanos, les cogimos cariño. Nos invita de este modo a esa zona privada que solo comparten los íntimos, los afortunados, de algún modo los elegidos.
Entiendo que guste Natalia Ginzbug. a mime ha gustado mucho. Repetiré.
Y vosotros, ¿os acercáis alguna vez a la no ficción?
Gracias.
No me importaría leerlo. Es mi temática favorita y creo que lo disfrutaría.
ResponderEliminarMe gusta lo que cuentas, además ya tenía anotados otros t´tulos de esta autora, pero creo que después de leerte este es el que más me interesa.
ResponderEliminarUn beso
No conocía a la autora ni el libro pero creo que me gustaría
ResponderEliminarBesos
No conozco a la autora, y la verdad es que me cuesta ponerme con la no ficción, aunque si se lee como una novela, igual me animo.
ResponderEliminarBesos!
A mí me gusta mucho la no ficción, ya lo sabes, pero creo que este no es un libro que fuera a disfrutar. De momento lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos.
Me lo apunto sin dudas, besotes
ResponderEliminarTodos habláis super bien de Natalia Ginzburg; incluso el otro día leí que Jenn Díaz decía que le gustaría ser como ella. No he leído nada de Ginzburg y encima tengo la manía de confundirla con Natasha Pulley ("El relojero de Filigree Street"), a saber por qué. En fin, que tengo que leerla y ya te contaré. Bss
ResponderEliminarHola! No conocía el libro, así que me lo llevo anotado. De vez en cuando si me gusta adentrarme en la no ficción.
ResponderEliminarBesos!
Soy más de ficción. No sé si leeré este. Besotes!!!
ResponderEliminarA veces me he acercado a la ficción pero no es que me agrade mucho aunque curiosamente las películas de ficción si que me suelen gustar.Besicos
ResponderEliminarNo pinta mal este libro
ResponderEliminarSe ve interesante. Gracias por la reseña. Te mando un beso y te deseo un buen fin de semana
ResponderEliminarPara leer una biografía prefiero que sea de alguien que me despierte interés, o al menos conozca de algo. Su apellido solo me suena porque así era el de el gran Jorge.
ResponderEliminarAunque, si se lee como novela, es otra cosa.
Saludos.
¡Hola! Pues tengo que reconocer que me va mucho más la ficción, así que puede que este libro no sea para mí. No me llama tanto como para darle una oportunidad.
ResponderEliminarUn beso!
No suelen gustarme mucho las biografías, pero, si no te he entendido mal, esto podría ser perfectamente una novela. Y como me he visto identificada con ese lenguaje privado que crea lazos especiales, me apunto el título para más adelante, y así, estrenarme yo también con la autora. Gracias por la recomendación. Abrazos.
ResponderEliminarLa verdad es que tiene una pinta excelente. ME gusta ese tipo de libro que parece muy volátil, y al final se queda retenido en el recuerdo por su "oculto" contenido.
ResponderEliminarInteresante propuesta.
Besos
Me había perdido esta reseña, este me lo llevo si o si. Tu párrafo final no me deja lugar a la duda. Yo también quiero hacer de esta familia la mía.
ResponderEliminarBesos
Mira, casualmente también yo me he estrenado con Ginzburg, aunque con "Querido Miguel". Y también, aunque no casualmente, mis impresiones son parecidas. El libro me creció en las manos, y cuando terminas dices: pues oye, qué bien construido por parte de Ginzburg, que parece que no, de tan sencillo que cuenta las cosas. Pero es que sí.
ResponderEliminarNo sé si repetiré, no porque no me haya gustado, sino por tantas lecturas que hay por ahí esperando y aunque me ha gustado, sí, no me ha emocionado. Aunque, quién sabe...
Un abrazo
Pues yo no soy aficionada al género, por lo que, pese a tu intento, no me lo llevo. Por cierto, veo que estás leyendo mucho últimamente^^
ResponderEliminarNatalia Ginzburg es una autora colosal. Sencilla, pero contundente. Honda, pura, es la suya una literatura de fondo y forma. Ahí está lo grande. Cuenta bellas cosas de una forma bellísima. Literatura de alto voltaje. Saludos.
ResponderEliminarYa puestos, te recomiendo "Las pequeñas virtudes", de ella también. Una discreta gran joya para los lectores que buscamos la belleza de lo cotidiano.