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lunes, 11 de febrero de 2019
Anatomía de un jugador. Jonathan Lethem
"Cuando se despertó y estaba. Presumiblemente mientras dormía también. La mancha. De pie y solo al fondo de un ferry a Kladow apenas concurrido, felizmente protegido tras un cristal de seguridad contra el frío del lago al anochecer, Alexander Bruno no podía seguir negando la mancha que había crecido en su campo de visión y lo acompañaba a todas horas, la vacuidad que ahora distorsionaba su vista de la orilla cada vez más lejana".
Me gusta Lethem. Huérfanos de Brooklyn fue todo un descubrimiento y, cuando vi este título en la librería no me pude resistir. Hoy traigo a mi estantería virtual, Anatomía de un jugador.
Conocemos a Alexander Bruno, jugador profesional que atraviesa la mediana edad con esa elegancia de otros tiempos que le otorga una distinción anticuada a la vez de un aire inescrutable. Recorre mundo en casinos, hoteles y mansiones y gana partidas a hombres muchas veces poderosos que se sientan frente a él. Sin embargo, en el último encuentro sufre un ataque y descubre que tiene un tumor aparentemente inoperable y acaba por regresar a la ciudad que dijo jamás volvería para ponerse en manos de un neurocirujano que abrirá su cara como si se tratara de una puerta, para así extirparle esa masa que crece bajo sus huesos. A partir de ese momento, todo cambia para Bruno, que evita por todos los medios sentirse expuesto.
Backgamon. Ese es el juego sobre el que gira la última novela de Lethem. Si soy sincera, no tengo ni idea de cómo se juega y, por lo poco que he investigado, debería de darme casi vergüenza, ya que es un juego que viene de antiguo y al que millones de personas están enganchados. Pero a mi lo que me daba miedo era que la novela fuese un tratado sobre el backgamon. Y no lo es.
Lo que no se puede decir tampoco es que sea una novela normal. Lethem no sabe escribir novelas normales. Aquí utiliza a Bruno para componer una radiografía de su compleja personalidad a lo largo de toda la primera parte de la novela. Descubrimos a un hombre interesante con un aire inaccesible que llama la atención a todo aquel que le conoce mientras él parece querer pasar desapercibido. Salvo porque intenta usar la telepatía ansioso por saber si sus oponentes son capaces de recibir sus mensajes. Y entonces aparece el tumor y Bruno es operado y la novela comienza con las torsiones propias de Lethem para presentarnos un elenco de personajes disfuncionales y habituales en sus libros. Los bajos fondos, el concepto visual y una obsesión por la identidad propia y la necesidad de ocultar una parte de cada uno al resto que el protagonista representa poniéndose una máscara tras la operación. Antes de operarse había una mancha en su campo de visión. Podía esconderse tras ella, y también dejar de ver cualquier cosa interponiendo la mancha en su campo visual. Eliminado el tumor, la mancha desaparece y Bruno parece sentir un miedo irracional a esa exposición a la que no estaba acostumbrado. Desde niño, llega a decir. Por eso se oculta tras una máscara, temeroso de ver o ser visto mientras el lector se desliza entre matones, dominatrix y cocineros de hamburguesas con aires de protesta. Nombres como Stolarsky y canciones de Jimmy Hendrix marcan esta historia en la que Lethem nos plantea la gran pregunta sobre la identidad propia.
¿Quienes somos? ¿Somos realmente la imagen que proyectamos, sabemos lo que somos, lo escondemos? Y así vamos siguiendo a Bruno en un intento desesperado por conocerlo mientras se escurre una y otra vez. Tal vez, parece decirnos Lethem, sepamos quienes somos, pero lo que no queremos es que nadie lo descubra. O puede que no lo sepamos ni nosotros mismos porque nos da miedo lo que podamos descubrir si nos miramos.
Anatomía de un jugador es una novela interesante escrita con agilidad y un aire decadente que contrasta con el sentido del humor presente en algunos momentos que termina dejando un regusto agridulce en la boca del lector. No es el mejor libro de Lethem, sigo quedándome con Huérfanos de Brooklyn.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
Estoy terminando "Manual de pérdidas". No sé cuál será el próximo en caer, pero el que nos traes hoy no me convence del todo. Un beso.
ResponderEliminarNo me ha llamado nada la atención este libro.Besicos
ResponderEliminarPues nos intrigas con esos bajos fondos y con un señor que va por ahí con una máscara, a ver, es que con ese planteamiento ya no me parece una novela muy "normal". Por cierto, yo tampoco sé jugar al backgamon, pero ahora que te leo, me doy cuenta de que me topo con ese juego a menudo en mis lecturas.
ResponderEliminarBueno, pues nada, que empezamos con "Huérfanos" de Brooklyn mejor, anotado queda.
Empiezo la semana igual que la acabé, con "Al este del edén", de John Steinbeck, que la edición de Tusquets tiene la letra tan peque que no soy capaz de leer más de un capítulo seguido :-((( ¡Me estoy haciendo mayor y necesito gafas de presbicia! Besos.
Yo tampoco sé jugar al Backgamon y no me da vergüenza decirlo, je, je. Creo que esta vez la novela que nos traes no es para mí...
ResponderEliminarUn beso!
Ese proceso, tras la operación, que tiene que pasar su protagonista me llama mucho la atención. Aunque veo que el desarrollo no va a ser el de una novela normal...
ResponderEliminarPero viendo que el final no te ha convencido del todo, mejor echo un vistazo al otro título que disfrutaste más.
Besitos
No me he enterado, ¿por qué se pone la máscara?
ResponderEliminarEl caso es que la parte esa de andar jugando por ahí en todo tipo de parroquias me llama pero no sé si el después no será demasiado oscura para mí.
Me lo pienso.
También te digo que el backgammon venía en los Juegos Reunidos de Geyper.
Besos
Pues aquí otra que no tiene ni idea de cómo se juega al Backgamon. Que viene de antiguo lo sabía, pero nunca he tenido mucho interés.
ResponderEliminarCon respecto al libro, no sé. Esta vez no termina de tentarme. No creo que me anime.
Besotes!!!
La historia parece interesante. Eso sí; una vez me enseñaron a jugar al backgamon y me pareció un soberano aburrimiento. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarYo empiezo la semana con Murakami y "La muerte del comendador". Sobre tu propuesta de hoy, me quedo un poco descolocada. Creo que es interesante ese estudio de la personalidad, pero lo veo algo raruno para mí en estos momentos. Pero no lo descarto, qué conste. Abrazos.
ResponderEliminarPues no me termina de convencer, lo dejo pasar.
ResponderEliminarSaludos
Se ve interesante , tal vez más adelante lo lea. Ten una buena semana
ResponderEliminarNo me importaría leerlo. Aunque no descubrí Huérfanos de Brooklyn, me parece entretenido el tema del juego e interesante ver el cambio tras su enfermedad.
ResponderEliminarAnotada.
Besos.
Pues me gustaría leer algo del autor, pero creo que no empezaré por este.
ResponderEliminarBesotes
PD. Estoy con Ethan Frome, que me está encantando.
Esta vez no me llama demasiado, lo voy a dejar pasar
ResponderEliminarBesos
Pues tiene muy buena pinta el libro. Lo cierto es que no conocía al autor pero me lo apunto.
ResponderEliminarEmpiezo la novela con un clásico; la mininovela El Tercer Hombre de Graham Greene.
Besos
Hola!
ResponderEliminarPues no conozco al autor y me parece que el libro tiene buena pinta. Aunque no sea su mejor libro, quizás lo lea.
Esta semana estoy con "La marca del meridiano" de Lorenzo Silva, que fue premio planeta en 2012.
Bye!
Pues anoto este título.
ResponderEliminarUn beso.