lunes, 25 de abril de 2022

El peligro de estar cuerda. Rosa Montero

 


     "Siempre he sabido que algo no funcionaba bien dentro de mi cabeza".

     Ley universal en Entre montones de libros: "Si Rosa Montero saca un libro, se lee". Hoy traigo a mi estantería virtual, El peligro de estar cuerda.

     Rosa Montero tiene dos vertientes principales. Una es la ficción, allí domina Bruna, es la dueña del lugar y lo ha demostrado novela tras novela. La otra es la terrenal, la pura vida en la que la autora se desnuda para acercarse al lector y hablar de esas cosas cotidianas haciéndole sentirse cómodo. Hemos hablado, sí porque uno se siente casi como en un diálogo, del duelo, de la edad, de la vida en general... y con su último título, vamos a hablar de locura. Aunque no sea exactamente de locura. O, mejor dicho, vamos a hablar de esa locura asequible para cualquiera (esta frase estoy segura de que es de lo más incorrecta).

     Montero descubre sus excentricidades, sus manías, y las señala. No solo las suyas, también las de otros artistas; desfilan ristras de nombres marcados por eso que antes se llamaba peculiaridades y ahora quedan señaladas a velocidad de vértigo por la pluma de la autora. Señala, a medida que avanzamos, esa suerte de comunión entre la genialidad creativa y la locura y señala que "las personas etiquetadas como normales cometen más actos de violencia que los lunáticos" . Lo entendemos, es el peligro de estar cuerdo. Aunque no es ese el peligro que señala, más bien se refiere a la falta de creatividad. O a morir de tedio. El caso es que cuaja de referencias y anécdotas un texto por lo demás ameno independientemente de si uno comulga o no con la premisa que presenta. Personalmente, dudo mucho de ella y más bien creo que a todo el mundo le gusta tener un componente de unicidad y que romantizar la creación, sea del tipo que sea, muchas veces esconde el duro trabajo que supone para la mayor parte de los creadores el estar ahí. Además, ¿serán ellos excéntricos y por eso crean o simplemente sucede que llegado un nivel de fama sus vidas son miradas con lupa buscando una explicación a lo que posiblemente no la tiene?

     Bien, como podéis ver, Montero logra un diálogo ficticio con el lector que no puede evitar responder a las ideas que señala mientras se empapa de conceptos, de procesos creativos y de la magnifica capacidad que tiene la autora para resultar amena sea cual sea el tema que trate. Algo que, si os digo la verdad, es justamente lo que voy buscando cuando abro un libro suyo y también es lo que me encuentro título tras título.

     El peligro de estar cuerdo es un buen libro para quienes disfrutamos de la prosa de la autora.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 20 de abril de 2022

La extraña. Sándor Márai

 


     A veces uno descubre que ha pasado por alto un título de un autor del que suele disfrutar. Y eso se convierte en motivo de alegría, en volver a sus letras de improviso... un poco como un encuentro con un viejo amigo al que hace tiempo que uno no ve. Hoy traigo a mi estantería virtual, La extraña.

     Conocemos a Viktor Henrik mientras pasa cuatro días en la costa dálmata, concretamente en el Hotel Argentina. Es una suerte de refugiado que se recompone de su vida, que pretende olvidar a Elise, una bailarina a la que acaba de dejar, tanto como a su propia familia.

     La extraña es un libro en el que el protagonista tiene esa edad a la que el tópico dice que los hombres entran en crisis. Literato y profesor, al cumplir 47 Viktor abandona a su mujer y se muda con Elise, a quien no conoce demasiado ni desde hace demasiado tiempo, lo que le lleva a una relación que le produce más vacío que lleno. De un modo poético, o tal vez con un poco de mala leche, Viktor termina en un hotel por el que los años han pasado dejando la impronta de pérdida de brillo correspondiente y es precisamente en esta parte, el comienzo de la novela, en la que Márai despliega todo su arte. Porque el comienzo de la novela es hermoso, realmente espectacular, y promete al lector un disfrute que poco a poco, al igual que le sucede al Argentina con el paso del tiempo, va perdiendo su lustre. Sin avanzar demasiado en lo que sucede, diré Márai bucea en el protagonista buscando algo más profundo en esa crisis tan manida como aceptada y que los flashbacks se convierten en su moneda de cambio. El problema es que el lector llega abrumado por el Argentina, por los huéspedes, las descripciones... el autor nos ha deslumbrado y Viktor no parece lograr estar a la altura. Se recrea en el personaje, nos cuenta anécdotas, describe, explica... y logra una suerte de estado de embotamiento o de confusión que desluce la novela y que no conseguí remontar ni siquiera con el final.

     La novela se carga de sentimientos, Viktor evoluciona ante los ojos del lector que sigue pensando en el dibujo social que podría haberle regalado. He visto los sentimientos, las partes oscuras, he visto incluso los destellos de humor. Lo he visto todo sabiendo que lo tenía que apreciar y que verlo sin que me lo señalen es señal de que lo hago. Pero aún así no he logrado conectar con la historia. Supongo que a veces pasa, en esta ocasión me he sentido deslumbrada por un fogonazo que, al irse apagando, dejaba un paisaje ante mis ojos que no llamaba para nada mi atención.

     Me ha gustado leer La extraña y seguramente lo vuelva a leer. Cuando me sucede con un libro lo que me ha pasado con este, tiendo a volver a su lectura. y es que a veces los libros nos llegan en el momento adecuado y sus letras te llenan. Y otras la sensación que te queda es justo la contraria y no sabes si es el libro o es aquello de no eres tú, soy yo. Así las cosas, volveré.

     Y vosotros, ¿también ha cambiado vuestra apreciación de un libro según el momento de la lectura?

     Gracias.

miércoles, 6 de abril de 2022

Norma. Sofi Oksanen

 

     "Después del entierro nada volvió a ser como antes, pese a que Norma aún lo creía posible en el momento en que dejó atrás al grupo de asistentes al funeral y se escabulló por el camino que llevaba a la verja del cementerio".

     Al igual que muchos conocía a Oksanen con la durísima "Purga" y he venido leyendo su obra desde entonces. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Norma.

     Primero conocemos a Anita Naaka, la madre de Normal. Es la mujer que muere atropellada por el metro dejando huérfana a la propia Norma. De hecho deja huérfana a Norma pero acompañada de su mayor secreto: su pelo. 

     Y ahora que parece que me he plantado en esta sinopsis, empiezo por contaros el secreto de Norma: su pelo es algo sobrenatural. Crece mucho, es muy resistente (y carísimo) y tiene propiedades sobrenaturales que van desde alisarse solo, parecer que flota y conseguir una extraordinaria dureza, hasta poder utilizarse como una potente droga en caso de ser fumado. Y el pelo de Norma no cree que Anita se haya suicidado. En el funeral de Anita se presenta un hombre llamado Max Lambert, que dice tener que tratar asuntos desagradables y que abre la puerta a su clan, comenzando una historia que se enturbia entre mafias. No cabe duda que algo quiere relacionado con el cabello que la mujer vendía, pero Oksanen también nos introduce en una historia de vientres alquilados y mujeres explotadas que no termina de resultar angustiosa porque... bueno, porque el pelo es mágico. La novela, marcada por el género femenino tanto en sus personajes como en los temas que se suceden, critica duramente muchas situaciones actuales llevadas o no al extremo y lo hace de una forma peculiar que hubiera podido resultar refrescante pero que se convierte en un batiburrillo inconexo de situaciones peculiares que no permiten al lector introducirse del todo en la trama. Siendo sincera a menudo estaban Norma, Max, la amiga de la madre, y todos los demás... esos. Y esto sucede porque me faltaban datos que me sirvieran para diferenciar a unos de otros e identificarlos (no hablemos ya de identificarme con ellos).

     No quiere decir esto que no haya visto la trama oscura, las granjas, la forma de valorar a las mujeres basándose en lo que producen e incluso el valor que esta última afirmación le otorga a la protagonista. Incluso aprecio la fantasía del cabello. Pero entre tanta trama secundaria y personaje de cartón acabé perdiendo interés. Veo la metáfora, veo la importancia de los temas... y, ¿ahora qué? Pues ahora me he quedado con las ganas de Purga.

     Norma no me ha convencido. Y, aunque estoy dispuesta a entonar el viejo "no eres tú, soy yo" me gustaría saber si he sido la única.

     Una novela es personaje y tramas, ¿cuál ha sido la última que no llegó a cumplir?

      Gracias.

lunes, 4 de abril de 2022

Al paraíso. Hanya Yanagihara

 


     "Debería haber ido más deprisa que si fuera el dueño de su tiempo, pero se descubrió haciendo adrede todo lo contrario: caminando con paso tranquilo, reparando en cómo resonaba en el aire frío el decidido repiqueteo de los tacones de sus botas sobre los adoquines".

     Tras leer "Tan poca vida" estaba claro que repetiría con la autora. Lo que no esperaba es el volumen literal que iba a repetir. Hoy traigo a mi estantería virtual, Al paraíso.

     En el paraíso de Yanagihara asistimos a una historia que sucede en Estados Unidos, solo que no es exactamente el que conocemos. Allí un hombre se rebela contra un matrimonio concertado y elige el amor. También es una historia en la que se cuenta una leyenda sobre un hombre que se comió la luna. En el futuro del paraíso de Yanagihara suceden cosas terribles, pandemias que cambian la sociedad.

     Esto significa que la novela está dividida en tres partes diferenciadas, cada una con su historia y su tiempo y con una extensión que da a la última el mayor protagonismo. En Washington Square David Bingham vive en 1890 junto a su abuelo. Enamorado de Edward, tiene como pretendiente formal a Charles Griffiths y tendrá, por supuesto que elegir. La homosexualidad y la pérdida de la estigmatización sexual son temas vitales. Pero más aún es que os hayáis quedado con los nombres. Y digo esto porque llegamos a 1980 en la segunda parte y en Hawái habita David Bingham, cuyo jefe es Charles Griffits y la sospecha de que conocemos la enfermedad a la que se refiere por experiencia propia de nuestra sociedad en la misma época, planea permanentemente. Este David es protagonista ya que gracias a su existencia se desglosa la de Hawái de forma política, algo que no pienso avanzaros. 

     Bien, ya conocemos los nombres y a estas alturas ya tenemos claro que nos los vamos a encontrar, y si no lo teníamos, la historia de Hawái nos ha dado una intrapista. Charlie está ahora en 2090 y es un superviviente en un momento de pandemias. Este Charlie enfermó siendo niño pero lo curaron y... bueno, tampoco quiero avanzar más. Solo decir que vive en el mismo lugar que nuestro primer Charlie. Sin embargo la verdadera potencia de esta parte se desarrolla un tanto antes mediante el uso de la distopía. La autora trata de forma impecable los cambios a los que se somete el mundo cuando se ve arrasado por pandemias. Y lo convierte en un futuro aterrador.

     Yanagihara nos ofrece una novela de nombres repetidos quizás respondiendo a la hipótesis de "si volviera a nacer volvería a buscarte" de las historias románticas o tal vez dando al concepto de saga familiar una vuelta de tuerca, pero el caso es que el lector logra integrar las identidades con una pasmosa facilidad que provoca que la extrañeza inicial no empañe la narración. En todo caso parece como si estos nombres fueran destinados a enfrentarse a cuestiones vitales, ha tratar con ambición, raza, amor y sexualidad o enfermedad por el simple hecho de existir. Cuestiones vitales y comunes a las que se enfrentan mostrando al lector en muchas ocasiones, y esta es la verdadera genialidad de la novela, un perfil diferente de los motivos que subyacen a las decisiones que se toman y que nos afectan. Sería fácil hablar del coronavirus y buscar relaciones o establecer un perfil "del miedo" a lo vivido y los motivos que la autora representa , pero ese trabajo es íntimo de cada uno y, si uno está feliz enfrentándose a mil páginas, deja claro que no le gustan los atajos. Precisamente por eso uno no se queda en los nombres y busca guiños de parte a parte, ecos de un recuerdo que nadie nos ha prometido que vaya a existir pero que no somos capaces de no buscar. Porque la novela atrapa y exige, pide entrega y tiempo y promete y cumple un entretenimiento que, si bien no es tan visceral como "Tan poca vida" es al menos igual de satisfactorio.

     Al paraíso es una novela de historias alternativas que empujan al lector a cuestionarse los motivos de la sociedad en la que vivimos. El conjunto funciona y las partes por separado también.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.