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miércoles, 26 de abril de 2023
Lucha y metamorfosis de una mujer. Edouard Louis
lunes, 24 de abril de 2023
Vamos a morir todos. Emily Austin
Oscuridad. Total. Absoluta".
Siempre he pensado que es más difícil hacer reír que llorar en un libro. Por eso sigo acercándome a aquellos que veo prometen un humor diferente. Hoy traigo a mi estantería virtual, Vamos a morir todos.
Conocemos a Gilda, una joven lesbiana y atea que está en un momento complicado. Está comenzando una relación con una chica que conoció en una app, sufre de ansiedad que se ve agravada por su miedo a morir y necesita un empleo. Entonces tropieza con un anuncio y la casualidad hace que acabe trabajando de secretaria para Jeff, el párroco de una iglesia en la que todos se conocen. Allí esconde su condición de atea y lesbiana mientras se encuentra con los mails que Grace, la anciana cuya muerte dejó vacante su actual puesto, entre los que se encuentran los de una amiga que desconoce que escribe a una mujer muerta.
La novela se desarrolla en torno al monólogo en primera persona de Gilda, que buscando ayuda se ha visto empujada a un trabajo en el que no puede ser ella misma y donde descubre que su necesidad de agradar y ayudar a los demás es superior a sus propias necesidades psicológicas. Gilda es un personajes peculiar que desarrolla su vida en función de impulsos que son recreados en la novela con torrentes de palabras que se muestran aparentemente en párrafos inconexos pero que, al mismo tiempo, dan una compleja y completa imagen de la mentalidad de esta mujer.
Es cierto que la novela tiene un sentido del humor con un punto macabro basado en las observaciones reales o imaginadas de la protagonista pero también lo es que hay un drama subyacente en toda la historia que poco a poco va calando en el ánimo del lector. Y es que Gilda se siente sola y desprotegida. No sabe dónde acudir ni cómo recibir la ayuda necesaria para encontrarse mejor. Es consciente de su ansiedad tanto como de sus emociones pero al mismo tiempo se ve arrastrada a las preocupaciones de quienes la rodean y no duda en esconderse una y otra vez llegando incluso a cerrar una cita con un chico familia de una feligresa. Gilda protege a su hermano Eli, de quien ve los problemas tanto como la falta de carácter de sus padres para ver al hijo que les queda en casa tal y como es, y busca en muchos momentos un hilo de afecto que le sirva de anclaje para esta vida doble que ha comenzado a llevar sin darse cuenta y que ha ido atrapando cada segundo de su tiempo. La trama se enmaraña al aparecer la policía para investigar una serie de muertes sospechosas entre las que tal vez se encuentre la buena de Grace y así la autora nos lleva de forma más o menos accidentada por una novela debut con una historia más profunda de lo que uno pudiera esperar al comenzarla.
Vamos a morir todos es una novela sobre la cotidianeidad que se produce incluso en escenarios aparentemente extraordinarios. Una historia de problemas, identidades, ansiedades y casi cualquier circunstancia que uno pueda vivir en la sociedad moderna.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
lunes, 17 de abril de 2023
El ladrón de veranos. María Soto
"Una noche irreal, estremecida y fabulosa como un cuento de hadas.
lunes, 3 de abril de 2023
La edad del desconsuelo. Jane Smiley
"Nunca más volveré a ser feliz".
Mi lado más dramático es el que dejo para la literatura. En mi día a día No hay espacio para esa parte, pero, cuando se trata es elegir un libro, ahí entro hasta el fondo. Hoy traigo a mi estantería virtual, La edad del desconsuelo.
Dana y Dave forman un matrimonio de mediana edad con tres hijas y una situación de éxito. Es entonces cuando Dave descubre que Dana tiene una aventura y se plantea qué hacer realmente ante este conocimiento, porque quizás lo mejor sea no hacer nada, no enfrentarlo, que Dana no sepa que el lo sabe.
La edad del desconsuelo es una novela corta que pulveriza estereotipos y refleja realidades a partes iguales, algo muy peligroso de hacer sobre todo si hay pocas páginas en el proceso. Smiley nos sitúa como si fuera un chiste, Dave estudió odontología, pero Dana también. Dana la única mujer en un principio, así como también era menos habitual hablar de infidelidades femeninas, aunque pasado no demasiado tiempo, eran más de la mitad (aplicable también a si situación marital). Y con esta premisa constante de revelar a Dana como alguien excepcional que vive una situación ahora habitual, avanza la historia. Dave es quien la cuenta, la autora prescinde del clásico "hay que escuchar a las dos partes" y por eso dota a la protagonista de una fortaleza que hace que no necesite una voz propia. A fin de cuenta y ante un descubrimiento semejante, parece decirnos, las principales reflexiones, las primeras, son las que uno realiza en la intimidad de su propia cabeza antes de tener decidido qué hacer realmente. Y decide no enfrentar a su esposa, no darle la oportunidad de confesar y decidir: miedo, piensa el lector. La vida, parece decirnos la escritora al mostrar unas rutinas que hacen pasar los días sin mirarse al frente mientras dibuja sutilmente ese escenario de quienes llevan mucho tiempo juntos y van perdiendo la ilusión, los detalles, en el camino.
Dave en su monólogo no deja de percibirse como algo masculino, y es esta una parte importante, volvemos a la rareza de que sea el hombre el que se coloca en esta situación, el que observa, el que piensa, y es precisamente este tono el que le da una credibilidad a la novela y un poso amargo del que es difícil escapar para el lector. Smiley parece no escribir para el momento, si no hacerlo para el desgaste, para el planteamiento de qué sucede, no ya cuando llevas a la situación de los protagonistas, si no mucho antes. Y es entonces cuando el amargor se asienta en el paladar y el lector comprende que el título elegido es perfecto. Haya o no vivido esa situación. Realmente aquí, como sucede en tantas otras novelas de terror, thriller o scifi, haberlo vivido no es lo importante. Lo verdaderamente importante es lo que la autora nos hace sentir.
La edad del desconsuelo es una novela corta con un poso de larga duración.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.