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miércoles, 30 de julio de 2025

La tienda de hechizos . Sarah Beth Durst


     "Si eso llegara a ocurrir, yo me encargaría de leer en voz alta para ti. Jamás perderás los libros".

     Tengo que reconocer que me compré el libro por su cubierta y es que sí, a veces somos un poco superficiales. Hoy traigo a mi estantería virtual, La tienda de hechizos.

     Viajamos a Alyssium,. Allí vive Kiela donde es bibliotecaria cuando se produce una revolución que incluye destrucción de libros y decide salvar todos los que puede e ir a su lugar de origen, Caltrey, que parece diseñado basándose en las fantasías más dulces de cualquier lector. Kiela huye con Caz, que estoy segura imaginaréis en una versión un poco diferente de la mía, pero que os encantará, y los libros que se llevaron son de hechizos. Pronto ven que en su nuevo hogar no es todo perfección y maravillas, porque a ver, no hay mermelada. Así que deciden usar uno de los libros...y aparecen en el jardín un montón de plantas cuyo fruto es perfecto. La historia es que, como he dicho, ni Kiela ni Caz son hechiceras y eso supone que su magia puede parecer ilegal. Así que abren una tienda de mermeladas y comienzan a probar con los hechizos con la mejor intención de ir ayudando.

     En un momento en el que los libros de romantasy están de moda y en el que los lectores preguntan por el picante, La tienda de hechizos es una fantasía romántica en el más amplio sentido de la palabra. Esto significa que incluso nos sobra el romance que hay, porque la historia no lo necesitaba. En las primeras páginas queda claro lo que hay: una trama de baja intensidad con un alto contenido cozy en el que todo va a terminar bien y que se usa como excusa para enseñar al lector un mundo absolutamente maravilloso. La autora incluso se permite incluir escenas cómicas en su afán de lograr un ambiente confortable que ponga de buen humor al lector. Tengo que reconocer que la protagonista a veces me ponía nerviosa y que el vecino.. bueno, yo lo hubiera echado lejos, pero eso no significa que no me haya quedado con la magia que destila la historia. La autora no invierte mucho tiempo en la creación del mundo y es más la interacción con los personajes y la atmósfera lo que van tirando de esta lectura amable.

     Como decía, llega en un momento de modas, en el que gente de todas las edades quiere unirse a ellas y en el que uno no siempre sabe cuánto sexo tiene una novela. Y a veces hay que regalar. Y por eso, más allá de por el rato de magia blanca que regala, es interesante La tienda de los hechizos, porque es perfecta para cualquier edad. Un libro que sirve para leer o regalar sin tener miedo a que cruce líneas que no debe. Uno de esos que uno puede situar cerca de, por ejemplo, Caraval. Pero en su versión más cozy.

     Y vosotros, ¿os influyen las modas?

     Gracias.

     

lunes, 28 de julio de 2025

Estás en mis ojos. Angélica Morales

 


     "París, 27 de enero de 1985 
     En los labios de Hélène Roger-Viollet bailaba una sonrisa. 
     Estaba un poco ebria porque se había pasado la mañana mezclando los ansiolíticos con la ginebra y moviéndose al compás de las canciones de Édith Piaf. El vaso medio vacío sobre la mesa; en el aire, el olor del sudor y ese aroma rancio de las casas mal ventiladas, que se mezclaba con las voces de Los tres mosqueteros que surgían de la televisión. Hélène había puesto un vídeo de una de sus películas favoritas; la versión clásica, naturalmente, ya que le horrorizaba la crudeza del color. Desde niña había navegado en la melancolía del blanco y negro y nadie podía sacarla de allí. Por eso todas las fotografías de la agencia Roger-Viollet eran eso, luces y sombras que se habían multiplicado en el tiempo hasta convertirse en ese patrimonio ingente que amenazaba con devorarlos".

     Suelo acercarme a los libros que novelan biografías que me parecen interesantes, de personas desconocidas que, tal vez, hicieron algo sorprendente. Hoy traigo a mi estantería virtual, Estás en mis ojos.

     Conocemos a Hélène Roger. O, para ser exactos, se encuentra su cuerpo. Hélène es una fotógrafa muy conocida con una brillante trayectoria y fundadora de una prestigiosa agencia de noticias. Casada en un matrimonio un poco peculiar, la investigación sobre su muerte recae sobre Isabel, que se ve fascinada por la figura de la difunta. Y, ahora sí, conocemos a Hélène, ya que serán sus memorias las que recorran las páginas de la novela más allá de la investigación del asesinato.

     Siempre resulta interesante descubrir cómo figuras internacionales llegaron a serlo. En mi caso reconozco que no conocía a la protagonista de la novela, pero aún así me ha gustado transitar por su pasión, el momento en que decide abrir un estudio fotográfico y la transición del estudio a agencia. Hélène acompañada de su amor, que como suele pasar no es tan idílico como dejan ver a un mero observador, lucha contra las adversidades casi de forma literal. Y la primera de ellas es, por supuesto, ser mujer. La novela torna casi en novela de aventuras por distintos escenarios y con secundarios que llegan a brillar más que los protagonistas, que la autora va desnudando poco a poco en una tormentosa intimidad. Y, sin embargo, lo que más me ha gustado es ver el tránsito a una concepción moderna de la fotografía, un mundo que cambió y que sigue cambiando ahora con los programas de edición. Ahí crece Hélène casi como una última romántica, lo que provoca reacciones encontradas y muestra una cara quizás no tan benévola pero en  la que la credibilidad aumenta, porque somos personas y nos reconocemos entre nosotros.
     La novela es amena, hay que tener claro que no se trata de una investigación trepidante para coger al asesino con la lengua fuera tras una carrera y dos luchas, aquí se trata de descubrir la figura protagonista de una forma más pausada y dominada por la narración. Si el lector llega esperando la trama policial, algo que puede pasar tras la escenificación del hallazgo del cuerpo, posiblemente se lleve una decepción, así que mejor ir sabiendo que se trata de un viaje muy diferente para rescatar un nombre del olvido que, si uno lo pone en Google, seguramente le de un par de pequeñas sorpresas.

     Estás en mis ojos es una novela entretenida que deja ese regusto a haber descubierto algo. Seguiré leyendo a Angélica Morales.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 16 de julio de 2025

La flor de sal. Tabea Bach

 


      "Julia probó la salsa, cerró los ojos y, por un momento, la reluciente cocina de acero cromado y su equipo pasaron a un segundo plano. En la lengua de Julia estalló un verdadero ramillete de sabores: pimienta, frutas y un sutil toque amargo que solo percibían los que sabían distinguirlo. Luego, una pizca de canela, cilantro y (ahí estaba el secreto) vainilla. La pulpa de medio tomate ananás aportaba el mismo grado de acidez que de dulzura. Tenía que saber así, justo así. La cantidad de sal, de la mejor variedad procedente del Himalaya, por supuesto, también era de lo más adecuada. El término salsa, al fin y al cabo, provenía del latín salsus y significaba «salado». Aunque las que preparaba Julia eran mucho más que simplemente saladas, puesto que daban a sus platos un matiz inconfundible".

     Por una vez me apetecía llegar la primera, no como con otras trilogías de esta línea que acabo cansada de ver reseñas y se me acumulan a la espera de verlas por todas partes. Además, que estuviera ambientada en Canarias, me llamaba la atención. Hoy traigo a mi estantería virtual, La flor de sal.

     Conocemos a Julia, chef de un restaurante con estrella Michelin que, si bien ha alcanzado la fama por los platos que ella crea, no es suyo. Esto supone un ambiente con rencillas, celos y todo lo que uno pueda imaginar. Julia está a punto de romperse, no tiene vida. Y entonces recibe una llamada de auxilio de su sobrino, que está muy a disgusto en el internado en el que su padre le ha metido para así poder empezar una nueva vida junto a su nueva pareja. Esto hace que Julia decida irse unos días para llevar a su sobrino a La Palma, donde reside el padre, e intentar limar asperezas entre ellos. Lo que Julia no sabe es que su sobrino la necesita tanto, que su hermano se ha vuelto una persona hostil y que La Palma será el oxígeno que necesita. Allí el azar la lleva hasta un restaurante abandonado maravilloso que está a la venta por un precio razonable y también a conocer a un hombre que llama su atención. Él único problema es que algo parece escapar de las manos de Julia porque, cuando cree que ha encontrado su sitio, todo se vuelve hostil. 

     Esta novela es un paseo por La Palma dejando de lado los lugares turísticos. Es conocer la tradición de los jardines de sal, esos lugares en los que la sal queda sobre tocas planas y forma cristales únicos, las flores, cuando el agua se evapora. Entra en una tradición totalmente desconocida que recuerda a Un paseo por las nubes, con anocheceres llenos de un romanticismo que viene de antaño que se mezcla con un trabajo tan duro como frágil que nos es desconocido. También presenta los lugares que siguen a parte de los complejos turísticos, esos pueblos que siguen a la sombra de tradiciones; unas hermosas y otras duras de sobrellevar, que hablan en lenguas propias, resuenan en cuevas naturales y ven como el turismo amenaza con arrasarlos igual que hizo con tantas zonas costeras.
     Frente a ello está la parte desconocida del trabajo de un chef. No todos tienen su propio restaurante, el estrés, la autoexigencia que choca con la que pide el propietario y el miedo a no estar a la altura ante la mesa equivocada se mezcla con la rivalidad entre el personal de un equipo que sabe hacia donde se dirige pero, muchas veces, también se agrieta debido a las ambiciones personales de cada uno de sus integrantes.
     Y luego está la novela de Julia, la de una mujer que ha alcanzado el éxito con el que todos sueñan para darse cuenta de que no es feliz. Si el dinero no da la felicidad, el éxito puede transformarse en soledad. Es la historia de una mujer que busca su sitio y necesita del calor humano más que de los aplausos y de cómo descubre lo que necesita mientras se descubre a sí misma.

     La flor de sal es una novela para viajar sin moverse del sillón y también para descubrir una isla, La Palma, totalmente desconocida para la mayor parte de nosotros.

    Y vosotros, ¿también dejáis enfriar las novedades que se ven por todas partes?

     Gracias.

lunes, 14 de julio de 2025

Las abandonadas. J. D. Barker

 


     "El frío de la noche se le clavaba en la piel ante el aullido del viento que pasaba en un quejido entre las ramas desnudas justo al otro lado de la ventana. Rachael tiró de las sábanas, se las ciñó alrededor del cuello y se deslizó hacia el lado de su marido en la cama en busca de su calor. No estaba allí, sin embargo. Descubrió que estaba sola. 
     —¿Thad? — dijo en un suspiro. 
     "La habitación le respondió con otro susurro cargado con toda la furia de la tormenta en aquella noche, un susurro duro y amargo teñido del tono hueco de un lugar que carece de vida, desprovisto de la seguridad que proporciona el hecho de saber que tienes cerca a un ser querido".

     Aunque la mayor parte de nosotros llegamos a este autor por El cuarto mono, lo cierto es que hubo vida antes de esa novela. Hoy traigo a mi estantería virtual su primera novela, que llega ahora a nuestras librerías. Se trata de Las abandonadas.

     Conocemos a Thad, escritor. Acaba de terminar su última novela y la verdad, le ha resultado casi que demasiado fácil escribirla. Trata de los juicios de Salem y ahora se va a Nueva York a promocionarla sin saber el peligro que corre. Y también conocemos a Rachel, su esposa. No lo acompaña porque va a tener a su segundo hijo, así que se queda con la que será su hija mayor. Tampoco saben el peligro que corren. Y finalmente conoceremos el peligro, que data de la época en la que se ambienta la novela de Thad.

     Barker en esta novela se acerca más al terror, no olvidemos que escribió una continuación de Drácula por estas fechas. Y así se nota desde las primeras páginas con las pesadillas de corte clásico en el género. Mujer embarazada sueña que le reclaman a su futuro hijo... bien, lo que destaca es obviamente la capacidad descriptiva del autor, que logra crear una atmósfera adecuada en apenas un puñado de páginas. Esta historia presente se desarrolla en unos pocos días y se alterna con el hilo pasado que corresponde no solo a la novela que ha escrito Thad, también es el origen de todo lo que sucede (amén de una promesa realizada).
     Como podéis ver, nada original en realidad, pero lo cierto es que la novela es  un ejercicio muy visual con personajes trabajados para que encajen en el papel que representan, particularmente el narrador de los juicios, y con un ritmo que hace que las páginas vuelen sin que uno apenas se de cuenta.
No se si os pasa como a mi, pero Barker me gustaba más cuando lo descubrí que en sus últimas historias, que he visto más convencionales y en las que apenas corre riesgos. Si os pasa, descubriréis aquí que no solo se trata de correr riesgos, hay algo más en la frescura con la que está escrita esta novela que ahora se le escurre entre las manos.

     Las abandonadas me ha parecido una novela francamente entretenida para leer este verano a la sombra.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias,

jueves, 10 de julio de 2025

Carl el mazmorrero. Matt Dinniman

 


     "La transformación tuvo lugar sobre las dos y veintitrés de la mañana, hora estándar del Pacífico. Hasta donde yo sé, todos los que se encontraban en el interior de algo murieron al instante. Tener un techo de cualquier tipo sobre ti, significó una muerte segura. Eso incluía a las personas que estaban dentro de coches, aviones o del metro. Incluso de tiendas de campaña o de cajas de cartón. Mira, quizá hasta de una sombrilla también. Aunque lo cierto es que en este último caso no lo tengo tan claro".

     Estaréis diciendo, ¡pero si no es miércoles! Y tenéis toda la razón. Lo que pasa es que a veces es necesario hacer excepciones y hoy es el día que ve la luz Carl el mazmorrero, ese libro con el que os he dado la paliza la última semana. Y, claro, quería traerlo a mi estantería virtual.

     Conocemos a Carl. Se acaba de enterar de que su novia no era tan fiel como le hubiera gustado y ha puesto fin a la relación. O casi, porque el gato de su novia aún está con él. Gata en realidad, Dónut, con un carácter muy especial. Cuando lo conocemos está intentando convencerla de que vuelva a casa con él. Y justo ahí da comienzo el apocalipsis. Como en las pelis. En una primera ola muere un montón enorme de gente. Y después... hay un comunicado y las personas que han sobrevivido (y no os diré el motivo) pueden elegir entre quedarse en la tierra que no tiene absolutamente nada, o entrar por unas puertas que se abren a unas escaleras. Y sí, Carl bajó.

     A partir de ahí Matt Dinnman construye una historia divertida y demencial sobre un apocalipsis televisado en una suerte de videojuego del que Carl, acompañado de su inseparable (y a ratos insoportable gata) es protagonista frente al resto de supervivientes. Y es que sí, al grito de solo puede llegar uno (al final del juego) la novela se convierte en un tributo a los videojuegos y a los jugadores (no olvidemos que haber jugado otorga puntos de experiencia) y veremos "jefes", enemigos de distintos niveles, logros, cofres, pociones y casi cualquier otra cosa que imaginemos. Con la única diferencia de que todo se ha vuelto muy real.

     Dinniman nos da juego, nos da lucha, nos da humor y nos da seres creados especialmente para la novela. Y nosotros nos quedamos. La narración está bien llevada, es muy divertida y, donde otros se empeñan en seguir el formato clásico del antihéroe, Dinniman opta por hacer que sude mientras el lector se debate entre comprender cómo piensa Carl/ sentirse identificado con él en algunos momentos. Porque el gran mérito del libro es que logra que el lector sienta la pasión por el juego. Sobre todo si en algún momento de su vida ha sido, o ahora lo es, jugador.

     Carl el mazmorrero es una lectura divertida que se vive de forma inmersiva a poco enfermo que estés.

     Y a vosotros, ¿os apetece jugar?

     Gracias.



lunes, 7 de julio de 2025

Noventa y nueve cuentos divinos. Joy Williams

 


     "Una mujer que sentía devoción por su madre y había llorado su muerte todos los días durante años encontró unas postales en una tienda de antigüedades y trastos viejos. Las postales mostraban panorámicas sin mayor interés, pero aún así le llamaron la atención y compró unas cuantas con playas vírgenes y caminos de bosque. Al llegar a casa, sintió la irrefrenable necesidad de enviarle una postal a su madre. 
     Lo que le escribió no era importante. La necesidad de hacerlo sí lo era. 
     Metió la postal en un sobre y la envió a la última dirección terrenal de su madre, una humilde casa de labranza que se había vendido hacía años y que con toda probabilidad ya había vuelto a cambiar de manos. En el plazo de una semana recibió una carta; la letra del sobre era sin lugar a dudas la de su madre. Hasta la tinta verde que tanto le gustaba a su madre era la misma. 
     La mujer nunca abrió la carta y tampoco envió más postales a esa dirección. 
     La carta, andando el tiempo, si bien su existencia solo era un rumor, provocó entre sus hijos, si bien ya eran mayores, una gran preocupación.

     LA POSTAL"

     Joy Williams es una de las mejores cuentistas del panorama literario. Hoy traigo a mi estantería virtual, Noventa y nueve cuentos divinos.

     Supongo que muchos estaréis pensando cómo se habla de 99 cuentos o cómo se publican sin que se convierta en un pesado volumen casi imposible de levantar del suelo. Y además el divinos ese, ¿qué pinta ahí?
     Noventa y nueve cuentos divinos tiene media verdad en su título y es la palabra cuentos. Joy Williams escribe cuentos, sí, pero brevísimos y que en muchos casos funcionan como aforismos, ideas que encienden una mecha en la mente del lector, que le hacen pensar. Puntos a unir en nuestra cabeza que no necesitan ser desarrollados. Como en el que os puse en la cabecera: lo que escribió no era importante. La necesidad de hacerlo sí lo era. Hay otra historia sobre un cerdo que salva una vida que se mezcla con un matadero. La idea, la vida. Y es que los cuentos de Williams son divinos por definición más que por la calidad, que también. Es un divino basado en creencias y en naturalezas. Y si hablamos de naturalezas tal vez sea la naturalez humana aquella a la que muestra menos agrado e interés. Dios aparece porque es importante para el pensamiento, también para el individual, sin importar el nombre que se le de. La metafísica de Williams, tan común a toda su obra en la que no hace falta ponerle un nombre para que exista. El todo repartido en este caso en forma de relatos mínimos que están pensados para durar en el tiempo, no para ser consumidos del tirón. No es un menú degustación, es el plato completo. Por eso a medida que se avanza en la lectura se descubren patrones, ideas generales que sobreviven a textos con personajes cuyo nombre no nos importa. Las ideas, los pensamientos, no tienen fronteras, pero quizás se las ponen aquellos que los reciben, por eso hay locos.
     También hay relatos un poco más largos, da para mucho el libro. Hay referencias literarias más o menos encubiertas en los títulos o acciones y otras mucho más directas que se aprecian a simple vista durante la lectura. Hay, en realidad, un poco de todo. Y aún así es capaz de dar la sensación de unidad en un gran collage resumible en una cadena formada por el final en mayúsculas de cada uno de sus cuentos.

     Noventa y nueve cuentos divinos es una pequeña joya que esconde mucho más de lo que soy capaz de explicar.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.
     

     

miércoles, 2 de julio de 2025

La biblioteca de la niebla. Kai Meyer

 


     "Sentía a Mara en toda la casa, aunque se había marchado hacía tiempo. Sentía su presencia en los pasillos de techos altos igual que notaría una corriente de aire, veía su silueta en los pliegues de las cortinas de brocado, oía sus pasos en las salas barrocas y en la escalinata de mármol. 
     Pero en ningún sitio se me antojaba tan cerca como en la biblioteca de mi tío, un fantasma en el laberinto de libros".

     Ya lo he dicho más veces, pero es que es cierto que los aficionados a la lectura nos sentimos particularmente atraídos por aquellos libros que tratan sobre libros o bibliotecas. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La biblioteca de la niebla.

     Conocemos a Arthur en 1917. Es un joven apasionado de los libros en un país convulso. Hay manifestantes y saqueadores por todas partes y la Orjana no tarda en poner la vista sobre su familia. Un día llega a casa y se los han llevado a todos, él sabe que están muertos pero no quiere creerlo. Pero si quiere salvarse tendrá que huir y así lo hace con ayuda de un amigo que le pide a cambio que lleve un manuscrito a Alemania y lo entregue sin hacer preguntas. Arthur acepta en parte movido por la necesidad de volver a ver a la mujer que ama, solo que cuando llega la situación es un poco diferente a la que él esperaba.
     En otro lugar y otra época, 1928, conocemos a una niña llamada Liette que vive con su tío en el hotel familiar tras haber perdido a sus padres en un accidente. Liette solo se relaciona con un librero ambulante y apenas sale salvo a una casa abandonada en la que hay una biblioteca que llama poderosamente su atención. Hasta que otra cosa lo hace, una maleta que encuentra en el desván del hotel. Su tío le dice que muchas familias rusas veranearon durante un tiempo allí y que dejaban sus cosas de un año a otro. Cosas que quedaron abandonadas cuando la situación de su país hizo que no regresaran.

     Visto hasta aquí tenemos dos historias interesantes que el autor sabe equilibrar para mantener el interés en ambas. Por un lado está Arthur y su disfuncional familia, particularmente su tía. La relación que tiene con su prima y la aparición de Mara, una virtuosa de la pintura y cómo afecta a todos los que la conocen. Como ya habréis supuesto, veranean en el hotel del segundo hilo. En este Liette pronto se gana el cariño del lector gracias a una historia de corte clásico sobre una huérfana en peligro que mantiene un punto de romántica inocencia.
Entonces, ¿cuál es el verdadero punto de unión?
Para llegar a él el autor nos abre un tercer hilo en los años 50 en el que Liette, ya adulta, es la propietaria del hotel familiar. Sigue obsesionada con la casa, que está aún más en ruinas, y con su biblioteca, que siempre percibe entre niebla. Necesita encontrar a Mara, y para eso contrata a un periodista llamado Thomas Jansen especialista en usar los medios que sean necesarios en sus investigaciones.

      Como podéis ver el misterio está servido y hay que tener mucho cuidado con no desvelar nada para que el lector se vaya sorprendiendo con cada una de las revelaciones. Si os puedo decir que los tres hilos tienen su propia trama con misterios correspondientes que, ya sea unidos o bien parte de la forja de los personajes, mantienen siempre al lector pegado a las páginas y que, si bien hay partes que el autor permite anticipar, hay otras que al ser reveladas generan un aluvión de piezas sueltas encajando hasta llegar a un final que se mueve entre lo perturbador y la tranquilidad.
     Lo sé, no he dicho nada en sí. Pero si hubiese explicado que hay muertes, asesinatos, encubrimiento, política, relaciones turbias, envidias, problemas mentales, libros y un colgante, tampoco creáis que os hubiera aclarado demasiado.

     En definitiva, La biblioteca de la niebla es una novela entretenida que se siente en muchos momentos como un homenaje a aquellas películas americanas de los años 70.

      Y vosotros, ¿os sentís atraídos por libros que tratan sobre libros?

     Gracias.