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miércoles, 24 de agosto de 2011
Middlemarch. George Elliot
«No estoy segura de que el hombre más grande de su época —si es que alguna vez ha existido cumbre tan solitaria— pudiera escapar a los desfavorables reflejos de sí mismo en diferentes espejos de reducidas dimensiones; e incluso Milton, al contemplar su imagen en una cuchara, tendría que conformarse con el ángulo facial de un palurdo».
Parece que cuando se habla de literatura inglesa victoriana todos tenemos en mente los mismos nombres, cuando Middlemarch de George Elliot es una de sus mas representativas obras y, para muchos, desconocida. De hecho, encontramos en esta obra todas las características de lo que se ha convertido luego en novela moderna.
Nos cuenta la historia de tres parejas, haciendo protagonista a una de las partes que conforman cada pareja.
Por un lado esta Dorothea Brooke, que con diecinueve años y una educación no del todo adecuada para una joven que busca marido, ya que es idealista y sesuda, se enamora de un no tan joven erudito, con la ilusión de alcanzar el mismo conocimiento que él. Se encuentra con un amor correspondido y un matrimonio fracasado.
La segunda pareja nos parte de Tertius Lydgate, un médico emprendedor y lleno de ideas revolucionarias que acaba cayendo en las redes de la mujer mas hermosa de la comarca, quien sólo lo ve como una aspiración social. También fracasa en su unión.
La tercera está formada por Fred Vincy, un joven derrochador, cuto mayor plan de futuro consiste en esperar una insegura herencia, que se enamora de una joven Mary Garth, obrera y sensata. Ambos jóvenes, que se conocen desde niños, van tomando juntos el camino de una vida que les pone a prueba varias veces para ir formando los cimientos de un relación que, esta vez sí, promete hacerlos felices.
Y estas son las parejas, aunque poco a poco vamos conociendo una cuarta que se entremezcla con alguno de los protagonistas y que se irá adueñando de la historia.
Pero Middlemarch no es sólo eso; como buena novela, nos cuenta de amores posibles e imposibles, herencias inesperadas y desheredados, pasados oscuros y enredos de todo tipo que nos mantienen entretenidos a lo largo de este extenso volumen. Y luego está la parte especial del libro, la que va más allá de la historia que estas leyendo y te cuenta los momentos, las calles, los vestuarios.. hasta recrearte una época en el salón de tu casa cada vez que abres el libro. Te encuentras frente a frente con las ideas y los prejuicios de la primera mitad del siglo XIX, mostrándonos conflictos cercanos en personajes tangibles que se nos antojan tan reales como sus preocupaciones.
Está escrito con soltura, nos permite ir pasando de personaje en personaje sin atragantarnos en los convencionalismos que caben esperar en estos casos. Si que hay ejemplos de superación, de tesón, de independencia femenina.. pero Elliot los consigue plasmar con claridad incluso en las interacciones entre ellos, sujetas a las rígidas normas sociales de la época. Tiene sus toques de humor que nos hacen sonreír, extraídos de pequeños actos cotidianos que de otro modo podrían resultarnos tediosos y, bajo la pluma de esta autora son casi un respiro entre intrigas y enredos.
Es, y esto lo afirmo sin lugar a duda, un libro que merece la pena descubrir; como ejemplo de los comienzos de la novela moderna, como representante de novela victoriana o como distracción y, sobre todo, como lección de una forma de escribir a imitar porque, amigos, me he guardado lo mejor. Pese a todo lo que he dicho, en Middlemarch no sucede nada relevante, no es más que el fiel reflejo de la vida en una provincia, y el libro son más de mil páginas. Y aún así, mi opinión es la que acabáis de leer. Si eso no es un ejemplo de saber escribir, pocos mejores se me ocurren.
Gracias
PD. George Elliot es el pseudónimo de Mary Anne Evans. Una mujer inteligente, formada e idealista que usó un nombre masculino para huir de los convencionalismos a la hora de publicar y por evitar escándalos respecto a su vida personal. Posee más de un rasgo en común con Dorothea.
Yo lo conozco porque hablaban mucho de él en un foro que sigo y despertaron mi curiosidad y sinceramente no sé si está en mi estantería, sé que salió en una colección del quiosco y alguna entrega compré pero ahora dudo de si venía en esa o en otra, pero en mi lista de pendientes fijo que está :-)
ResponderEliminarConocía el libro pero hasta que no he leído tu buenísima reseña, no se me había pasado por la cabeza leerlo. Ahora lo que no se me pasa por la cabeza es justo lo contrario. Novela añadida a mi lista de lecturas pendientes, pero que entra en la lista por la puerta grande ocupando los primeros puestos.
ResponderEliminarBesotes!!!
De mis lecturas favoritas. Lo veía enorme y luego me daba pena terminarlo.
ResponderEliminarBuena reseña, un beso
Un libro fantástico de verdad, recrea a la perfección el amiente de inglaterra de provincias del siglo XIX. Muy buena recomendación para los que leen y los que escriben.
ResponderEliminarUn abrazo, sigue así
Me gusta Austen, me gusta la novela inglesa con enredos y mitones y me gusta George Elliot.
ResponderEliminarBuenísima reseña. Sigue así
Es cierto Tatty, hay libros que compramos y olvidamos en las estanterías por uno u otro motivo. Y, al menos los míos, fijo que merecen ser leídos, pobres.
ResponderEliminarÁnimo Margari, cuando veas las dimensiones que no te asuste :))
Helena, Esther, G.. me alera que os gustara, es un buen libro.
Abrazos a todos y gracias