" –– ¿Así desprecias al emperador, y a mí que ocupo su lugar, negándote a mostrar el respeto debido a este sombrero que mandé colgar aquí para poner a prueba vuestra obediencia? Con esto das a comprender tus malas intenciones.
–– Perdonadme, señor; fue distracción, no desprecio, perdonadme. Como me llamo Tell; que no sucederá otra vez.
–– (Después de un momento de silencio.) Tell, eres maestro en el arco. Dicen que das siempre en el blanco.
––Cierto, señor; mi padre acierta una manzana a cien pasos.
––¿Es hijo tuyo, Tell?
––Sí; señor.
––¿Tienes muchos hijos?
––Dos, señor.
–– ¿A cuál de ellos amas con más cariño?
––Ambos son mis hijos del alma.
––Pues bien, Tell puesto que aciertas una manzana a cien pasos, es necesario que dés una prueba de tu puntería. Toma tu ballesta; precisamente la llevas contigo. Prepárate a acertar una manzana colocada sobre la cabeza de tu hijo. Pero te aconsejo que apuntes bien y des en el blanco del primer flechazo, porque si yerras, pagarás con la vida. (Todos manifiestan su horror.)"
La plaza en silencio, no se oye ni una mosca y la escena termina con el sonido de la flecha cortando el aire lanzada por este hombre cuyo nombre es hoy en día sinónimo de extraordinaria puntería. Una historia contada mil veces, un hombre de honor y un libro que no pensaba leerme por conocer la historia. Sin embargo me pudo la curiosidad, y me encantó, de hecho me llevó a investigar el incierto origen de su protagonista. Es por eso, por ser un clásico y por libro de aventuras a la vieja usanza, por lo que hoy traigo a mi estantería virtual a Guillermo Tell.
Guillermo Tell es un hombre de honor, un buen ciudadano de espíritu aventurero que confía en sí mismo y en Dios. La vida lo lleva a encontrarse con un cruel gobernador que no le perdona su puntería e inteligencia.
Guillermo Tell es un símbolo de muchas cosas, no sólo de la puntería como dije antes, sino también de la resistencia suiza a los Habsburgo. Es casi un héroe nacional por su valentía y arrojo y se considera participó en el juramento que marcó el inicio de la nación suiza (Rutli), llevando al pueblo al camino que les permitiría liberarse de los Habsburgo en la batalla de Sempach. Aunque claro, me falta añadir un pequeño detalle... no existe constancia escrita de que existiera. ¿Pero desde cuando eso importa para convertirse en una leyenda si podemos visitar mil parajes que nos convencerán de lo contrario?
Es una obra concebida para ser representada, pero aún así, es un placer siempre leer sobre quien se convirtió el leyenda, aunque sea de dudosa existencia real. Es un libro que ensalza las virtudes humanas, las del héroe que lucha por su libertad y la justicia que se le niega. Mantiene su integridad y sus ideales hasta sus últimas consecuencias y, pese a ello, no nos parece artificial y carente de inteligencia como me sucede muchas veces con estas figuras heróicas a las que los autores ponen aprueba una y otra vez. En este caso, Tell es "juzgado" por un acto de asombrosa valentía y amor cuando, al ocurrir los acontecimientos que relato al comienzo de esta entrada, guarda otro dardo por si con su primera flecha matase a su hijo. Y precisamente ese valor al mirarlo a la cara y decirle que la flecha era para el tirano que lo obligó a matar a su hijo (llegado el caso) son los que le granjean el odio del cruel gobernante. Una misma acción llena de sentimientos encontrados captados como una radiografía en el tiempo por su autor.
En estos tiempos, donde todo parece difícil, sobre todo a fin de mes, no viene mal recordar héroes y películas de la infancia. No viene mal que llegue Guillermo Tell con su arco y su flecha, así que os invito a conocer la historia de este hombre que cargó su carcaj con dos flechas, miró a los ojos al gobernador y lo explicó para quien era la segunda. Navegó y naufragó y vivió mil aventuras buscando un mundo mejor y una justicia que le era negada. Os invito a una novela de aventuras de las de verdad, con regusto a película casi coloreada porque no todos los héroes usan capa y mallas donde marcan sus cuerpos de gimnasio, sino que surjen en el momento en el que son requeridos.
Y esto me lleva a mi curiosidad, ya sabéis, me gusta que nos vayamos conociendo, así que ahí va... ¿os gustan las historias de héroes?
Gracias
De niña me encantaban...ahora de vez en cuando pongo un "heroe" en mi vida jaja Un abrazo
ResponderEliminarA mí suelen gustarme más los personajes imperfectos, y los héroes tienen la mala costumbre de conseguirlo todo por muy difícil que sea.
ResponderEliminarNo sé a la hora de leer, pero a la hora de escoger libro suelo decantarme por los que tienen personajes más "humanos", aunque claro, si Guillermo Tell es héroe y a la vez tiene virtudes humanas, ya no sé qué decir.jaja
Esta sí, además varias veces..."Hay que soportar lo que el cielo envía: ningún corazón noble admite sin amargura la injusticia" Es una joya.
ResponderEliminarLa épica del Héroe es algo que me seduce de manera especial. En estos tiempos donde nada es como se dice y si se dice lo que es te toman por gilipollas, en estos tiempos, digo, la figura del "Héroe" se torna imprescindible, aunque sólo sea como recurso de la idealidad.
Friedrich Wilhelm Nietzsche anunció la muerte de Dios y quizá la psicología de nuestra sociedad la del Héroe.
Un beso
Un clásico para leer...me encanta, recuerdo cuando lo leí, tenía 15 años...jaja unos añitos han pasado mmm, buena lectura para estos días libres...mil besos, feliz semana santa
ResponderEliminarA mí sí me suelen gustar, de este personaje que nos presentas hoy no he leído nada aunque no por falta de ganas
ResponderEliminarbesos
Buenos días.
ResponderEliminarUn gran héroe, crecí con él.
Buen día
A mi me encantan las historias de héroes y aventuras, de Guillermo Tell no he leído nada, habrá que ponerle remedio. Un beso :)
ResponderEliminarHola Buen inicio de semana, un besito
ResponderEliminarTiene buena pinta lo que nos desbrozas hoy. Sin mas preambulo apuntado queda para leer.
ResponderEliminarBesos
No se que tienen los héroes (antiguos, modernos, futuristas...) que me producen rechazo. Es todo tan perfecto que me aburre. Seguramente sera una idea un tanto extraña (Marvel ha hecho mucho daño al mundo) pero me cuesta meterme en libro protagonizados por personajes así. Besos!
ResponderEliminarLa gente sigue los pasos de sus personajes favoritos, por lo que es mejor que sean héroes. Sin embargo, un verdadero héroe es aquel que valora su honor por encima de todo, que actúa con valentía en favor de la justicia y los inocentes... Y erra. Pero sus errores no le hacen amilanarse sino que le dan fuerzas. Así es Tell.
ResponderEliminarBess)
A mi me encantan las historias de héroes.
ResponderEliminarGuillermo Tell no lo he leído. Aunque conozco la leyenda creo que voy a hacerte caso y trataré de conseguir el libro.
Un beso
Uff.. lo leí hace tanto tiempo que apenas lo recuerdo. Veinte años, nada más y nada menos.
ResponderEliminarCuidadito, chicos, el héroe también es indicador de la debilidad de sus admiradores, de la gente que ve en ellos un icono divino, al salvador eterno, de la necesidad de tenerlo hasta el punto de inventarlo. Olvidándose de su potencial y de sus posibilidades.
Besitos
Por supuesto. Yo creo que todos necesitamos héroes a los que idolatrar, héroes que nos enseñan a hacer lo que es correcto, sin importar que nadie lo espere ni alabe. De todas formas, depende mucho también en el héroe en cuestión, pues yo al menos los busco realistas, no simples personajes perfectos sin el más mínimo defecto. Pues es precisamente en aquellos que luchan a pesar de sus defectos, auquellos que abrazan la luz aun embargados por una profundidad infinita, quienes más nos enseñan. Sin todos estos héroes literarios pocas ambiciones conoceríamos. Un beso,
ResponderEliminarAdoro esta historia desde niña; seguro que el libro no tiene desperdicio :)
ResponderEliminarUn saludo!
Me ha encantado tu entrada de hoy: Guillermo Tell era uno de mis héroes de la infancia. Creo que hoy, más que nunca, hacen falta héroes, la cuestión es si en la realidad serán tan maravillosos como en la ficción... 1beso!
ResponderEliminary tanto! estoy loco por llegar a casa y descargarme el nuevo episodio de "juego de tronos"!! :)
ResponderEliminarAmiga Silvia; desgraciadamente ahora esos valores se han perdido, las palabras compromiso y honor parecen conceptos trasnochados que mas que nada estorban para llevar una vida disipada.
ResponderEliminarBesos
Amiga Silvia; desgraciadamente ahora esos valores se han perdido, las palabras compromiso y honor parecen conceptos trasnochados que mas que nada estorban para llevar una vida disipada.
ResponderEliminarBesos
La de Guillermo Tell -complejo muy asusado en Dalí, como él mismo reconoció- sí me gusta especialmente. Igual me ocurre con Lady Godiva; dos leyendas a tener muy en cuenta.
ResponderEliminarUn saludo.
Marc V.
Me gustan mucho estos personajes reales, pero legendarios al mismo tiempo, como Robin Hood o el tío Camuñas :)
ResponderEliminarme encantan las historias de héroes y me ha gustado mucho encontrar tu blog. Tomo nota
ResponderEliminarRealmente no me gusta mucho las historias de héroes,me tiran más los personajes siniestros, los malvados. Entre superman y lutor, me quedo con Lutor mil veces xDD bss
ResponderEliminarMe encantan las historias de valientes y abnegados Héroes y la vez tan inteligentes como Gillermo Tell-
ResponderEliminarPero no lo leí , solo lo vi en la película, y justo el tema del segundo dardo para el tirano , creo que o bien no estaba, o bien me lo perdí, por tanto este cae , seguro ! besossss
Oh sí claro me gustan los héroes! Necesitamos sus historias. De niña me encantaba Robin Hood.
ResponderEliminarDe Guillermo Tell no he leído nada, habrá que solucionarlo.
Un beso!
Me suelen gustar las historias de héroes, pero del que nos traes hoy no he leído nada. Habrá que animarse.
ResponderEliminarBesotes!!!
@raúl
ResponderEliminarJajajaja enganchadísimo que has quedado!
Besos
@jose maria criado lesmes
ResponderEliminarHola Jose María, ahora que nadie me lee te diré que buena falta nos hacían unos cuantos de esos conceptos trasnochados en nuestra vida diaria.
Besos, amigo.
No, no la he leído y es por el motivo que apuntabas; de tan obvia ni se te ocurre.
ResponderEliminarY sí, me gustan las historias de héroes, a poder ser que no tengan que salvar a ninguna damisela de pelo largo y entendimento corto. Y los relatos de acción, y las gestas épicas.
Pues nada, que lo pongo a la cola, que aún voy por del de la reseña de la semana pasada, no doy abasto.
Conozco la historia, sobre todo por las películas, pero no tenía ni idea de que alguien había escrito sobre él. No descarto leerlo algún día, aunque de momento no me llama demasiado.
ResponderEliminarGracias por descubrirnos libros nuevos siempre. Muchos de los que presentas ni me suenan.
Besos
Mi tesis del máster la hice sobre un héroe clandestino, solitario, el viaje del errante como forma de horoicidad. Tuve que investigar mucho de héroes y me acuerdo perfectamente la referencia que hice sobre Guillermo Tell.
ResponderEliminarMi héroe era Maqroll el Gaviero, ojalá lo conozcas y lo disfrutes.
FALTAN HÉROES EN ESTA SOCIEDAD, ME GUSTO CUANDO LO LEÍ HACE MUCHOS AÑOS
ResponderEliminarUN BESO
Para no destacar, tengo que decir que tampoco conocía esta novela. De mi infancia recuerdo que me encantaban los dibujos animados de d´Artagnan y los tres mosqueteros. Sin embargo, no me acuerdo de disfrutar de dichos héroes sobre el papel. Por cierto, un último párrafo muy acertado y en plena sintonia con la obra que nos presentas.
ResponderEliminarEs curioso pero los héroes que me atraen son más mundanos, con todos sus defectos. Los héroes típicos no me llaman la atención.
ResponderEliminarMe quedo con Jean Valjean de Los Miserables, o la matriarca de los Joad en Las Uvas de la Ira, que en ésta sé que seguro que coincidimos, jeje
Besos
Siempre necesitaremos héroes, porque siempre tendremos algún gobernador o patán, que envidie la punteria y la inteligencia de los demás.
ResponderEliminarUn beso.
Me gustan los heroes, pero quizás más, los personajes poco carismáticos, que no se espera nada de ellos y que con pequeñas acciones convierten el libro en una gran obra.
ResponderEliminarSaludos
De niño me encantaba leer Ivanhoe, Sandokan, El capitán Trueno, Jabato, El Conde Montecristo, Dartañan y los tres mosqueteros... y, por supuesto, Guillermo Tell...Lo volveré a leer, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encantan las historias de héroes y las de aventuras (Robin Hood me encanta) =)
ResponderEliminarEsta precisamente la tengo pendiente, es la típica que te sabes, pero que nunca te ha dado por leer. A ver si cae! =)
Besotes
me ha encantado esta entrada, seguro que es un gran libro!
ResponderEliminarbesitos!
Igual que a Pedro Luis desde niña me han gustado mucho los superheroes, mi aficion a la lectura viene de ahi de los comics. Aun hoy me gustan,estupenda entrada, besitos
ResponderEliminarComo mola, esta fue una de mis primeras novelas, junto "El prisionero de Zenda" y " Los guerrilleros de Quantril" en un formato de colección juvenil que aun conservo en la habitación de mis hijos. Muy bonita y nostálgica reseña!!!
ResponderEliminaramiga voy a tener que ponerme al dia poco a poco!!
ResponderEliminarbesos!!!
alguien te va a dejar un mensaje:
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El cruel gobernador es el reflejo del viejo dios. Un clásico de delicias.
ResponderEliminarLas historias de héroes la mayoría de las veces son dignas de leer!
ResponderEliminarSaludos :)
Me interesa el marco histórico de este libro.
ResponderEliminarAhora mismo, ya no me interesan mucho las historias de héroes. En películas puedo verlas, en libros no tanto. Pero esto me parece una excepción, porque es una excusa para conocer algo del inicio del estado suizo. Acabaré leyéndola, no sabía que era de esta época :D
Es un héroe tan "de película", como dices, que si te soy sincero ni siquiera conocía la novela como tal.
ResponderEliminarBueno, hay muchísimos héroes en la literatura, y bastante diferentes, es dificil generalizar. De todas maneras, desde el punto de vista creativo me provocan fascinación los autores que consiguen crearlos. No es facil aunar en un personaje todo "eso" que nos hará luego verlo como a un héroe.
Desde el punto de vista del lector, son amenos, diferentes y nos hacen sentirnos identificarnos a veces con ellos. Pero también, de tan perfectos, a veces me parecen imposibles.
No sabría qué contestar hoy a tu pregunta. Supongo que dependería de la historia.
¡Besotes!