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sábado, 22 de marzo de 2014
El Día del Padre y un sheriff
"Empecé a escribir prácticamente en un rollo de papel higiénico. No tenía cuartillas, no tenía pluma; entonces decidí utilizar el lápiz y el papel de retrete. Estaba en una sala quinta de uno de los hoteles en los que me recluyó el Gobierno."
Marcial Lafuente Estefanía
Esta semana hemos celebrado el Día del Padre. Así, con mayúsculas, cada uno en su casa y, si no lo teníamos cerca, lo hemos recordado incluso un poquito más que otros días del año. Y si se trata de recordar, ya que no me he decidido a sugerir títulos para regalar en esa fecha, podemos recordar las lecturas que acompañaron a nuestros padres cuando éramos niños.
Supongo que ahora es cuando todos esperáis que os hable de un señor con gafas sentado en un sillón de orejas y leyéndome cuentos que luego me prestó para que aprendiera a leer con él y como eso hizo nacer en mi la pasión por la letra impresa. Bien, pues no es así como ocurrió.
En mi casa no abundaban los libros salvo las típicas minicolecciones que se regalaban encuadernadas en piel y que decoraban bastante en un estante de la sala de estar. Y mi padre... bueno, no sé si alguna vez se animó a leerlas, pero puedo decir sin faltar a la verdad, que yo no lo recuerdo leyendo uno de esos libros.
Mi padre leía novelas. Sobre todo las que escribió un autor español, hijo de un escritor, que, incluso en la cárcel buscó la forma de escribir. No sólo eso, sino que además fue uno de los impulsores de la novela del oeste y, tanto éxito tuvo, que dio lugar a un fenómeno que se extendió a lo largo y ancho del país. Uno compraba una novela y, una vez leída, volvía con ella al quiosco donde la cambiaba por otra o la dejaba para comprar otro título suyo por un importe menor. Y así me quedó a mi el recuerdo, de bien pequeña, de ir con mi padre a intercambiar unos curiosos libritos que lo acompañaban en el bolsillo cuando me llevaba al parque. Libritos que tiempo después leería con suma curiosidad, no en vano los domingos habían sido durante mucho tiempo el día en que veía a mi padre participar de una cadena como aquel que cambia cromos: este lo he leído, este también, este no...
Héroes con buena planta que daban un golpe y repetían antes que el malo pudiera tocar el suelo, con una puntería que desafiaba las leyes de la gravedad y de la lógica si uno se paraba a pensar. Novelas en las que cuidó la ambientación, usando sus propios viajes por Estados Unidos, pero que iban pobladas de diálogos buscando la simple diversión de los lectores. Libros, western de tinta, cuyas cifras marearían al autor con más ventas hoy en día y que se han comenzado a reeditar.
Tal vez no sea el ambiente más erudito del mundo, ni la imagen que quedaría bien plasmar en una entrada como esta (sigue faltando el caballero sentado en el sofá, leyendo cuentos o clásicos), pero es el mío. Bien, pues os diré que no sólo me gustaba ir con mi padre a cambiar esas novelas, sino que uno de los mejores momentos que me vienen a la cabeza al escribir estas líneas, es de los domingos por la tarde; cuando mi padre y yo nos sentábamos a leer cada uno nuestro titulito y nos mirábamos al terminar en una improvisada carrera para ver quien era el primero. Y me daba prisa, porque me hacía ilusión ser la primera persona con la que mi padre intercambiase la novela que tenía entre manos.
Porque no lo he dicho, pero lo que mi padre leyó durante muchos años, eran novelas de Marcial Lafuente Estefanía. Y hoy es el día, que cuando me cruzo con alguna en un quiosco, me sigo sonriendo y pensando si esas que están delante de mi, serán de las que ya he leído o de las que no.
Y vosotros, ¿hay algún libro que asociéis a vuestro padre?
Gracias
Mi padre lee más ahora que cuando yo era niña. Creo que por aquel entonces le dejaba ese privilegio a mi madre. A ella sí que la veo siempre leyendo, algo que me introdujo a mí en el mundo de la lectura desde muy epqueña
ResponderEliminarMuy chula tu entrada
Besos
Mi padre no era aficionado a la lectura aunque en casa siempre había un montón de libros así que en este caso no puedo aportar demasiado :)
ResponderEliminarBesos y feliz finde!
Para mí, estas novelas son la imagen de mi suegro y la casa del pueblo que está llena de estos títulos :)
ResponderEliminarMi padre leía otras cosas; y fue sobre todo al jubilarse cuando le recuerdo en el sillón con un libro que no fuese de trabajo.
Bonita entrada.
Besos lectores y que pases un buen fin de semana. :)
Curioso, pero en mi casa tampoco nadie leía. Está claro que la culpa la tiene la escuela, jajaja, por fin, bendita culpa, algo bueno hace la escuela.
ResponderEliminarO quizás no, pues que yo recuerdo mi afición grande comenzó cuando acabé la carrera, jajaja.
Aunque...yo también leí novela de vaqueros.
Una escena preciosa, padre e hija venga a leer sentados en un banco. Su vida era trabajo y trabajo y esos libritos estaban llenos de aventuras de modo que al leerlas, volvían a ser niños durante unos rato.
ResponderEliminarGracias, S, por compartir un recuerdo tan lindo, ha sido como observaros a los dos desde detrás del tronco un árbol. Bss
Bonito homenaje al padre y también a ese género, el de las novelas del oeste, tan menospreciado por la crítica erudita, pero que tuvo una gran virtud e importancia: la de haber entretenido a tanta y tanta gente.
ResponderEliminarBesos.
P.D.: te he dejado un mensaje en facebook
Preciosa entrada. Gracias por acercarnos un poco más a tu niñez a través de las lecturas de tu padre. En mi caso la situación fue distinta. Mi padre no tuvo oportunidad de estudiar, empezó a trabajar con siete u ocho años, por lo que no le brindaron la educación que hubiese merecido. Es la mejor persona, la más noble, la que nunca defrauda, pero no le dejaron que los libros llegasen a sus manos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué entrada más bonita....y sí, efectivamente,, sí hay un libro que relaciono con mi padre, ya que era uno de los pocos libros que componían su estantería: El hombre del traje gris, la historia del típico hombre americano de los años 60.
ResponderEliminarMi padre no era un gran lector, pero leía. En casa no abundaban las lecturas, estas empezaron a llenar las estanterías conmigo....
Besitos !
Yo la verdad es que solo asocio un libro a mi padre, porque creo que es de los pocos que ha leído, no le gusta mucho leer, y es uno pequeñito en el que cuentan leyendas y historias de mi ciudad, también los libros de Semana Santa, que le encanta, siempre los asocio a el.
ResponderEliminarEn mi casa la aficionada a la lectura era mi madre que leía todo tipo de novelas menos del Oeste, mi padre leía a veces algún libro de los de ella.Este año pasé el día del padre en el hospital con mi marido en la UVI esperando que lo llevaran a planta que sucedió a las 6 de la tarde.Besicos
ResponderEliminarQué bonita entrada! Yo hasta hace poco no asociaba ninguna lectura a mi padre: él tuvo que dejar el colegio desde muy pequeño para trabajar y nunca lo he visto con un libro en la mano... Pero hace poco me confesó que se pasó su juventud leyendo libros de Corín Tellado y que le gustaban mucho, así que cuando me encuentro algún libro de la autora, lo miro con cariño pensando en mi señor padre. 1beso!
ResponderEliminarMi padre nunca fue mucho de leer así que realmente no hay ningún libro que asocie con él.
ResponderEliminarUn beso.
Cuando era pequeña, los libros con los que empecé a leer (a parte de los cuentos que me compraban mis padres) fueron cómics de mi padre e incluso sus libros de lectura del colegio, que contenían un montón de historias. Creo que los leía una y otra vez. Es curioso, por aquel entonces me bastaba con leer varias veces las mismas historias.
ResponderEliminarBesos!
Mi padre también me cuenta que leía novelas del oeste y que iba al quiosco a cambiarlas cuando ya las había leido, pero eso fue antes de que yo naciera.
ResponderEliminarMuy bonito el post.
La verdad es que no recuerdo que mi padre leyera ese género, aunque ¿quién sabe? Desde mi más tierna infancia le recuerdo siempre, hasta el día de hoy, con un libro en las manos así que supongo que algún western caería. Besos.
ResponderEliminaracá el día de la Madre es el 10 de Mayo
ResponderEliminary el del Padre el 19 de Junio
buena jornada
Pues mi padre se ha aficionado ahora que dispone de más tiempo para disfrutar de ello.
ResponderEliminarPues aunque actualmente lee de todo, siempre lo he asociado con los tebeos del Capitán Trueno.
ResponderEliminarHola ^-^
ResponderEliminarMi padre no es de leer libros, así que no puedo asociar ningún libro con él pero si que le gustan un montón las películas del oeste. En cambio mi madre si que leyó muchos libros en su juventud pero no de ese género :S
Un beso enorme :D
En mi pais el dia del padre es en junio xD pero bueno. mi papa no suele leer mucho, tal vez sus cosas religiosas y eso!
ResponderEliminarQué entrada más interesante, me ha gustado mucho leerla :)
ResponderEliminar¿Sabes? Mi padre no es de leer muchos libros, prefiere hacer crucigramas, son su pasión, así que en realidad lo relaciono con las enciclopedias, porque cuando era pequeña me dejaba la importante labor de buscarle palabras, y yo feliz con ese libro más grande que yo ¡y apenas sabía leer! Tremendo espectáculo ;)
Besos.
Desde siempre he leído de todo, porque mi padre tiene de todo tipo de libros. Pero era mi tío el de estas novelitas...y el verano era una gozada...leerlas y devolverlas, y elegir...era todo un ritual...curiosamente yo era la única que las leía junto con él, el resto de la familia pasaba...
ResponderEliminarPues mi padre tiene una biblioteca de casi 5000 títulos. Y si tengo que asociarlo con algo, yo diría que con novelas maravillosas que hoy día están casi o totalmente descatalogadas. Por ejemplo, los casos policiacos y las dos aventuras sci fi del periodista Rouletaville de Gastón Lerroux, o las novelas de Tarzán, o Sabatini (ainsss, ese Scaramouche....), o Ponson Du Terrail y Rocambole...
ResponderEliminarBonito recuerdo para homenajear a tu padre. Por desgracia, al mío nunca le ha gustado leer libros y lo único que lee es la prensa en los descansos del trabajo.
ResponderEliminarUn besín.
Hermosa entrada como siempre. Acá en Colombia no se celebra el día del padre, se celebra es el día del hombre. A mi padre le gusta mucho leer libros sobre conspiraciones pero lo hacía mucho. Cuando vio que yo estaba muy encarretada con el cuento de la lectura, se le despertó el gusanito y ahora está leyendo más. Lee mucho sobre consipraciones y actualidad. Aunque también se leyó crepusculo hahaha sólo para ver cual era la joda de todo el mundo con él. Mi papá es un ser divino y tierno por eso me encanto tu entrada. Hay un libro que siempre me lo recuerda y es el de los poemas completos de Pablo Neruda, porque se lo regaló a mi madre cuando eran novios y aún todavía lo conservo. Besos y perdón por lo perdida! mi universidad no me da tiempo de nada :(
ResponderEliminarA mi padre no asocio ninguna lectura. No era hombre de libros. Tuvo que dejar el colegio para ponerse a trabajar pronto. Pero sí que ponía empeño en que yo leyera y muchos cuentos clásicos de los troquelados que me traía cuando yo era bien pequeña. Y casi siempre era él el que se acercaba a mi cama con uno de esos cuentos para leerlos juntos.
ResponderEliminarBesotes!!!
Mi padre es tan buen lector que no tembló un ápice al decirme que nunca iba a leer una de mis novelas. No os creáis, no es un reproche ni mucho menos, mi padre jamás ha leído un libro ni lo leerá, y tampoco es cuestión de proponérselo. Eso sí, aun sin él saberlo rara será cualquiera de mis novelas en las que no aparezca, pues es un personaje muy muy novelesco.
ResponderEliminarAsí que supongo que la lectura me viene de Madre. Tampoco es que sea una gran lectora pero gustaba de ello y algún libro desperdigado teníamos por casa, que tampoco muchos. Gracias a Dios estas 4-5 décadas de bienestar en España han despertado cierta movilidad social.
¡Buena entrada! Apenas puedo introducir comentarios en estos blogs tan dedicados a lo moderno.
Saludos
Qué bonita entrada... Marcial Lafuente Estefania... esas novelitas las tenía mi abuela en el quiosco y recuerdo esos intercambios. Estefanía, Corín Tellado, y también novelitas bélicas :D
ResponderEliminarYo he heredado de mi padre muchas cosas, más de las admitibles incluso. Música, lectura, crucigramas, películas, fotografía, y hasta fútbol... No recuerdo un autor especial, pero posiblemente más porque yo no lo recuerde (hace demasiado tiempo) que porque él no lo tuviera (un autor o autores favoritos). Pero sí recuerdo, porque era algo que le tocaba de cerca, libros con temática médica, y autores varios en torno a esa temática.
Uy, que me disparo. Me voy ;)
Besos y buen fin de semana!
Mi padre era más bien de leer prensa. Recuerdo con cariño las novelas que leí de Marcial Lafuente Estefanía, que fueron unas cuantas. Besos.
ResponderEliminarEs bonita esta entrada.
ResponderEliminarRecuerdo a mi padre leyendo "Por quién doblan las campanas".
Un besito.
Me ha gustado lo de ir a cambiar las novelas cuando las leías. Aunque yo soy más de coleccionar.
ResponderEliminarBonita entrada.
Besos.
Qué curioso, no sabía de esos intercambios en el quiosko!
ResponderEliminarA mi padre lo recuerdo leyendo libros de geología y de Gustavo Adolfo Bécquer.
Besos.
No puedo aportar nada esta vez, no asocio nada ni tengo recuerdo bueno que contar a este respecto. Muy bonito y entrañable lo de las novelillas de tu padre. Un besote guapa.
ResponderEliminar¡Anda qué buenos recuerdos! Estas novelas de Estefanía me recuerdan muchísimo a mi abuelo, el padre de mi padre. Pagaba no sé cuántas pesetas en el kiosko y las podía cambiar cada mes por unas diferentes. Siempre le encontraba con sus gafas en la punta de la nariz, leyendo una de estas :-))
ResponderEliminarA mí padre, poco lector (la lectora siempre fue mi madre) le asocio más con "El nombre de la rosa" porque sé que lo disfrutó especialmente y a veces aún me habla de él (como lee poquito pues se le quedó como algo extraordinario para siempre).
Mi padre no era de libros, apenas tuvo la oportunidad de estudiar, pero si había un Quijote viejísimo por casa que al parecer se llevaba al campo siendo aún niño para leerlo mientras trabajaba de pastor.
ResponderEliminarLas novelas de Marcial Lafuente me traen grandes y muy gratos recuerdos, la única pega que tenían era que no me duraban nada!! pero el que iba a cambiarlas era mi hermano mayor, por eso yo leía novelas del oeste y de guerra y sin embargo jamás leí ninguna de Corín Tellado. Ahora sigue gustándome más esos temas que los románticos, ¡algo habrán tenido que ver!
Besos
Mis padres son amantes de la lectura (mi padre lee en chino y mi madre lee géneros que no me gusta?, aunque mi hermano no lo ha heredado, en cambio yo sí, pero desde hace poco.
ResponderEliminarUn besito ^^
La verdad es que a mi papá mucho no le gustan leer novelas, pero si se trata de ciencia ficción y esas cosas le encantan. Supongo que nunca lo vi leer un libro como los que suelo leer o de su época tal vez (que no me he enterado, capaz) pero siempre es de leer cosas sobre medicina y bueno... la verdad es que sí sé que le encanta leer.
ResponderEliminarLo que compartiste con tu padre es hermoso, y como lo cuentas, las novelas que iban a intercambiar y las carreras de lecturas que hacían, me parece hermoso. Espero que tu padre la pase super con su familia. Un besote, nos leemos.
La verdad es que no, porque a mi padre no le gusta nada leer, quién me inició en la afición fueron mi madre y mi abuelo paterno. Besos.
ResponderEliminarHola pero que linda entrada... mi papa leia mas cuando yo era pequeña pero el libro que relaciono con el es La ciudad de las bestias escrito por Isabel Allende ya que un dia el lo estaba leyendo y despues tecnicamente se lo robe jaja lo cual es genial por que la trilogia de las memorias del aguila y el jaguar se convirtio en una de mis favoritas... saludos ^^
ResponderEliminarYo también empecé a leer gracias a mi padre. No es que sea un lector especialmente empedernido, pero yo siempre lo recuerdo con un cómic de "Asterix y Obélix", o de "Tintín", o de "Mortadelo y Filemón", y llorando de la risa literalmente. Aún hoy en día lo hace. Eso y Reverte, que casi siempre es una apuesta segura con él.
ResponderEliminarBesines! :)
Hola Silvia, mi padre leía muchísimo, siempre lo recuerdo en su sillón y también en la cama antes de dormise con un libro en la mano y un cigarrillo en la otra. Lo que más leía era novela negra, bélica, histórica y me llevaba los domingos a mi y a mi hermana al mercado de San Antonio a hacer cambios de libros y nos compraba cuentos y cromos de picar. Aix no sigo que me embalo.
ResponderEliminarUn beso.
Una entrada muy bonita. Los recuerdos...
ResponderEliminarNunca he leído ninguna novela de Estefanía pero las he visto en los quioscos y a mis padres también les gustaban.
Que asocie con mi padre... cualquier alusion deportiva, mas libros tecnicos que novelas para un entrenador y fisioterapeuta.
Me costó comentar. Tema difícil y la primavera me ha puesto tonta, no me lo tengas en cuenta ;-)
Un beso y buen domingo.
Ya lo he dicho alguna vez, en mi casa siempre hubo y habrá libros, mi padre y madre son muy lectores, voraces incluso. Mi padre me hace gracia, no solo lee novelas sino todo tipo de lecturas y lo más desconocido y raro le priva posible.... Te suena? podría ser miembro de ese club que tenemos jajajajajajaja Aunque lee de todo. Aunque si hablamos de recuerdos lectores, lo tengo más asiciado con el periódico los domingos y el suplemento.
ResponderEliminarTu entrada es entrañable, no se necesita un señor en el sofá, solo una ilusión compartida, es lo más bonito ;)
Un beso
Mi padre es más de cómics que de libros.
ResponderEliminarLa única vez que le recuerdo leyendo un libro fue uno del Capitán Alatriste, pero lo dejó porque decía que al leer el nombre de las calles de Madrid se acordaba del trabajo (es repartidor) y no se centraba en la historia ;P
Me parece que lo que has contado es taaaaaan bonito!
ResponderEliminarMe ha encantado!
Un besote!^^
A mi padre no, pero precisamente leyéndote no he podido evitar acordarme de mi abuelo =)
ResponderEliminarBesotes
En mi casa era mi madre la que leía de todo además de que escribía. Mi abuelo tenía una imprenta y ella corregía los textos ya desde pequeña, así que teniamos libros antes de editarse. A mi padre lo recuerdo casi siempre de caza o de pesca en su tiempo libre.
ResponderEliminarBs.
¡Una entrada preciosa!
ResponderEliminarSin duda, es a mi padre, especialmente, a quien le debo descubrir este fantástico mundo de la literatura. Aunque es ahora cuando hablamos más, y él intenta adentrarme un poco más en la novela negra. Aún le debo leer a Mankell y Camilleri. No tengo perdón, y debo ponerle remedio a la de ya!
Un fuerte abrazo,
Nimue
Pues el mío no leía ni eso, nasti de plasti.... muy mal, eso sí, me compraba todos los que yo quería, todavía me compra y eso que cuando empecé a ser rebelde, yo que en vez de estudiar me ponía a leer me tiró La montaña mágica precisamente por la ventana y me puso entre las manos el libro de matemáticas, como te lo cuento, me lo arrebató sin decir palabra e igual de silenciosamente me puso el de matemáticas en las manos. Cosas que pasan. Besos.
ResponderEliminarNo tengo recuerdos de mi padre leyendo otra cosa que no fuera el periódico mientras yo crecía. Excepto ahora la Biblia u otro libro de tapa verde cuyo nombre desconozco; sus fieles amigos.
ResponderEliminarSaludos!
Pocas veces he visto a mi padre leer, porque apenas lo he visto en casa con momentos de relax y de hacer lo que quiera...lleva tantos años como tengo trabajando de lunes a domingo todos los días del año de 7 de la mañana a 1 o 2 de la madrugada, eso es lo que echo de menos, no verle leer,sino verlo disfrutar de su casa y de tiempo libre que no tuvo,ni tiene ni él ni mi madre... :(
ResponderEliminarHola, qué linda historia, lamentablemente no recuerdo a mi padre leyendo pero solía recitarme estrofas del Martín Fierro.
ResponderEliminarPreciosa entrada...
ResponderEliminarMi padre no es muy de leer, pero lo que a el le encantaba de pequeño y no para de recordarlo eran los cómics de Jabato
Besos
¿Por qué no iba a ser una historia para contar en esta entrada? A mi me ha parecido muy bonita.
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