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viernes, 23 de septiembre de 2016
Una letra femenina azul pálido. Franz Werfel
"La correspondencia estaba sobre la mesa del desayuno. Una respetable pila de cartas, pues Leónidas había festejado poco antes su quincuagésimo aniversario y aún seguían llegando diariamente felicitaciones atrasadas. Leónidas se llamaba, en verdad, Leónidas. Debía aquel nombre tan heroico como abrumador a su padre, un pobre catedrático de instituto que, aparte de esa herencia, sólo le había dejado la colección completa de clásicos greco-latinos y los números de la revista Tûbinger altphilologische Studien correspondientes a un decenio."
A partir de las cincuenta páginas, aproximadamente, se considera que un relato pasa a denominarse novela. Sin embargo no suele ser cuestión de extensión el que una historia se quede con el lector. Hoy traigo a mi estantería virtual, Una letra femenina azul pálido.
Conocemos a Leónidas pasado su cincuenta cumpleaños. Tan cerca, que sigue recibiendo felicitaciones y, un día cualquiera, entre ellas, llega una carta con letra sesgada, femenina, en un color azul pálido. Turbará esta carta su existencia provocando que recuerde a Vera, aquella mujer a la que amó estando casado y que ya le escribiera otra carta hace años que jamás llegó a leer por miedo a su celosa esposa. Una carta y unas letras que llegan sin avisar cambiándolo todo, haciéndole recordar.
Menos de cien páginas tiene esta novelita que uno encuentra por casualidad, disfruta de una sentada y regala después casi con la obligación de quien comparte un descubrimiento. Viajamos en el tiempo y el espacio hasta Austria para conocer a este Leónidas que se hizo a si mismo gracias al frac de un suicida, que se reinventó y llegó a lo más alto casándose con la heredera más hermosa y pudiente de la ciudad. Un hombre íntegro que jamás olvida sus raíces, un hombre honesto... que una vez conociera a otra mujer capaz de hacer que se desviara de su rumbo, acaso de su destino. Y esta será la historia que esboce el autor en el recuerdo de su protagonista mientras avanza el presente, y abrimos la carta, y conocemos sus letras, y también a Vera. Con una atmósfera que se adapta perfectamente a eso que conocemos como viejo continente, Werfel demuestra que no es necesario caer en la tentación del exceso de páginas para contar una historia completa cuajada de sentimientos en cada página. Utilizando para ello un narrador omnisciente que nos deja penetrar en sus personajes, y articulándose cual trípode en Leónidas, Amelie, su esposa, y Vera. Y utilizando la ambigüedad de una carta en exceso formal como detonante de lo que podríamos pensar es una novelita romántica que tratará el tema de la infidelidad y la purga de la misma, el autor nos conduce a un sorprendente desenlace que permite al lector obtener una visión de conjunto diferente. Ahora ya conocemos la época, aquella en la que ser alemán o judío era vital... y también cómo el pasado por mucho que uno crea lo contrario, tiene la mala costumbre de negarse a morir.
Werfel tiene algo de poético en sus letras, quizás porque fuera también poeta, que ha provocado su comparación con otros nombres más conocidos en nuestro país, como el de Zweig. Sin embargo, tal vez su mayor similitud sera el conocimiento del universo interior de los sentimientos, incluido el femenino, y su capacidad para abrir una ventana al observador sin necesitar para ello más que un puñado de líneas. Y es que, Una letra femenina azul pálido, pertenece a esos libros que uno lee sabiendo que no será la mejor de sus lecturas, pero sí una de esas fielmente recordada. Un placer dosificado, un gran libro pequeño.
Y vosotros, ¿le dais importancia a la extensión de un libro?
Gracias.
Dos de mis libros favoritos y que creo que son una joya literaria son "El señor Ibrahim y las flores del corán" con apenas 80 páginas y "Paradero Desconocido" con las mismas. No creo que tenga que ver la extensión con la profundidad o la calidad del libro.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un beso
Muy interesante me ha parecido esta historia.De esos libros que tienes en la estantería y un sábado terminas lectura y decides que esa novelita corta te entretendrá el fin de semana y acabas descubriendo algo mucho más satisfactorio de lo que esperabas.
ResponderEliminarUb beso
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía esta novela, pero por lo que cuentas debe de estar muy bien. Sobre tu pregunta, antes la extensión me importaba menos, pero ahora prefiero leer libros que no sean excesivamente largos para poder leer más. Tengo poquito tiempo para leer y un tocho me lleva mucho tiempo. Pero eso no quiere decir que si alguno me llama la atención, no me ponga con él. ¡Gracias por la reseña!
Un saludo imaginativo...
Patt
Pues no le doy mucha importancia a la extensión, ni para corto ni para largo, en general.
ResponderEliminarEn cuanto al libro que nos traes, si me lo topo lo hojearé y le echaré un vistazo, que nuevamente has conseguido intrigarme XD
Besos y feliz fin de semana.
No conocía este relato. Considero que el número de páginas es lo de menos, lo importante es que el lector sienta emociones al leer, y que tenga la historia una construcción lógica y/o dinámica. Algunos autores consiguen eso con 50 páginas, y otros con 500.
ResponderEliminarMe apunto esta obra :).
¡Nos leemos!
Es la primera vez que veo este librito y no me desagrada lo que cuentas. Le daré una oportunidad si se cruza en mi camino.
ResponderEliminarUn besito.
No le doy importacia a la extensión de un libro, pero una novela corta se disfruta sobremanera. A una historia de amor, con misterio y marco nazi podría darle una oportunidad.
ResponderEliminarSaludos.
La verdad que un libro extenso ya me asusta un poquillo pues tardo mucho tiempo en acabarlo.Besicos
ResponderEliminarImportancia? Ninguna. Lo que importa es lo que el autor logra transmitir, logra hacernos sentir, como logra meternos en sus historias, sean largas o cortas.
ResponderEliminarY me llevo este libro, que no lo conocía y tiene muy buena pinta.
Besotes!!!
Hay libros pequeños que son verdaderas joyas
ResponderEliminarOtros extensos oueden ser una verdadera pesadilla
Buen fin de semana
Cariños
Tiene buena pinta y siendo tan cortita podría animarme
ResponderEliminarBesos
Hola. No me importa la extensión, su valor no depende del número de páginas. Entrando ya en otoño vuelvo con lecturas nuevas, ya que el verano me alejó de los libros.
ResponderEliminarYa tengo algunos títulos: "Ellas mismas" de Ángeles Caso y "Filosofía mundana" de Javier Gomá.
Un abrazo
Hola! Yo prefiero los libros con muchas páginas, los disfruto mucho más. Este no me llama demasiado, así que lo dejaré pasar.
ResponderEliminarBesos!
Uy me encanto la reseña de ley lo leo y no es lo largo de una historia sino más bien su contenido lo que me hace leerla y recordarla. Te mando un beso
ResponderEliminarTiene pinta de joyita... me lo llevo =)
ResponderEliminarBesotes
Qué buena pinta. No me importa la extensión de un libro. Leo de todo. Aunque creo que cada historia tiene un tamaño adecuado.
ResponderEliminarNo me importa la extensión si el tema me interesa.
ResponderEliminarAnotó este título.
Un beso
Qué reseña más interesante. Has conseguido que me entren muchas ganas de leer el libro.
ResponderEliminarLa extensión de los libros no me importa, aunque es bien cierto que después de leer un tocho prefiero leer varios libros cortos o al revés.
Besos.
¡Hola!
ResponderEliminarTampoco le doy importancia a la extensión, solo pido que me atrape.
En fin, me apunto el título porque no me sonaba para nada.
¡Un saludo!
Yo hasta hace poco sí me fijaba más en la extensión, ahora me da igual, con que me llene es suficiente.
ResponderEliminarEn cuanto al libro que nos traes, no me llama mucho la atención, no parece ser de los que disfrute. Pero aún así estaré atenta a más reseñas :)
Gracias!
Reconozco que suelo hacer esperar más a los libros de más extensión. Pero nunca se sabe. No conocía este libro, pero los poetas que escriben prosa siempre me atraen. Lo ato en corto.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha convencido la reseña, acabo de ver este librín en una tienda y lo dejé, voy a regresar por él.
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