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En teoría, un crítico literario es el perfecto orientador sobre el contenido y la calidad de un libro que servirá con su opinión para que un lector decida una compra con datos más sólidos que los que aparecen en la sinopsis. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, tengo la sensación de que el crítico literario, al igual que el lince ibérico, está en peligro de extinción.
Lejos quedan los tiempos en que un canon literario firmado por un nombre determinado marcaba las lecturas de un grueso de personas que acudían fieles a su llamada. Ahora, a mi entender, todo se ha empañado un poco.
Para empezar, la irrupción de las redes sociales ha conseguido que muchos lectores opinemos de forma más o menos pública, sobre nuestras lecturas. Y que incluso algunos opinen que son verdaderos críticos. Sobre esto lo único que puedo decir es que siempre dejo patente mis filias y fobias en lo que respecta a escritores y géneros, así que, por si alguien aún lo duda, en este espacio yo me limito a dar mi opinión y con suerte debatir un poco con las vuestras. Pero me parece incluso más preocupante el hecho de que se haya desdibujado totalmente la barrera entre un crítico y un escritor. Supongo que siempre he pensado que en la literatura, como en cualquier otra disciplina, uno pierde la inocencia de lector desde el momento en que empieza a escribir ya que, como me han confirmado más de uno y de dos escritores, se ven tentados a valorar si ellos hubieran escrito tal o cual cosa en su modo o manera. De hecho, tal vez este sea uno de los motivos por los que a veces las críticas engolan tanto su vocabulario, que el lector se siente automáticamente excluido de la opinión vertida y, de paso, de la obra de quien la escribió. Pero claro, tampoco es cuestión de criticar al crítico porque, si algo han hecho bien estas nuevas figuras literarias, es blindarse ante comentarios negativos sobre sus opiniones como si escribieran tres centímetros por encima de la altura de cualquiera. Un escritor que no aplaude y encaja una crítica negativa, es un egocéntrico insoportable, pero un crítico al que discuten su negativa opinión se siente profundamente ofendido ya que no le valoran el esfuerzo y él, que no se confunde en su valoración, está siendo víctima claramente de las envidias e injurias de otros. Ya...
¿Qué nos queda entonces y de quién nos fiamos?
Decía Francisco González Ledesma que "un crítico literario es un condenado a leer toda la vida a quien le gusta su condena", poesía pura. Pero si le añadimos la opinión de Luis Varela la cosa cambia: "En el mundillo literario español un crítico es un mercenario al servicio de un estado mayor editorial y mediático cuya tarea consiste en enaltecer a los escritores enrolados en su ejército y a patear los higadillos a los escritores enemigos (a unos pocos, a los que destacan, al resto con ignorarlos sistemáticamente basta)".
Entre la poesía y la visión desalentadora supongo que se mueve el gris intermedio, pero es cierto que echo de menos esa figura crítica que opinaba de forma objetiva (dentro de un margen razonable) sin casarse con nadie. Ahora parece que no hay opinión negativa, más bien pasamos por la ignorancia repetida y la atención focal siempre en las mismas direcciones. No es difícil identificar la "ideología literaria" de algunas publicaciones culturales, aunque no se comente igual de abiertamente que la ideología política en sus artículos de opinión. Y además están los recomendadores profesionales, esas personas que se ponen en manos de la maquinaria del márketing vestidos de pretendidos críticos que se unen para cantar las bondades de cualquier libro que les sea entregado. Eso es cordialidad y agradecimiento, sí señor. Y es que pareciera que no hay malos libros, salvo alguno de esos que ya se consideran intocables, y solo porque aquí la tentación de hacerse un postureo es superior al pudor.
El crítico, ¡Ay, el crítico! Ese hombre preparado que desmenuzaba el texto sin necesidad de hacerlo con la trama, que nos daba unas buenas señales y que era el gran malquerido de la literatura porque señalaba sin pudor alguno las taras y faltas. Ese hombre de gusto personal pero criterio selecto que no regalaba sonrisas ni piropos, que hacía que hasta el escritor más pintado sudase cuando su título caía en sus manos. El mismo escritor que cruzaba los dedos, dicho sea de paso, para que el buen crítico leyera su obra ya que la sola elección era un lujo. Ese crítico, ¿dónde ha quedado? Porque ese, ese es el crítico que yo quiero.
Y vosotros, ¿en quién confiáis para recomendaros lecturas?
Gracias.
Hoy, estoy en la línea de Luis Varela en cuanto a la profesión de crítico, me he fiado de alguno y me he tragado auténticos "coñazos", el problema es que ya tampoco te puede fiar de críticos en red, muchos de ellos, al menos los más conocidos, reciben libros y no se si alguna gratificación de las editoriales y ¿que van a decir?; al final, por suerte tengo una familia muy lectora y nos comunicamos lo que nos gusta y si no, te coges los comentarios de 8 o 10 blogeros comentaristas y haces media.
ResponderEliminarSaludos
Parece que sí está desapareciendo el crítico de toda la vida. Ahora todo el mundo critica y pocos tienen la cualidad y capacidad para destripar o alabar una obra como merece. Todo está muy amañado y hay muchos intereses de por medio. Yo me fio de los libros recomendados por amigos, con criterio y gustos similares, que con ello no obtienen ningún beneficio.
ResponderEliminarBesos
¡Hola!
ResponderEliminarSinceramente, yo a los críticos profesionales no los leo demasiado, no encuentro ninguno que me guste y entonces no les hago mucho caso. Simplemente leo la crítica de aficionados como yo, de gente a la que le gusta leer y compartir su opinión sobre sus lecturas, sin más objetivo que disfrutar de ello. En fin, yo creo que una crítica siempre que esté hecha desde el respeto y la sinceridad, merece igualmente respeto. En el mundillo de los críticos profesionales, editoriales y demás no me meto porque paso bastante.
¡besos!
hola! que trabajazo, señor!! excelente desde todo punto de vista, nosotras creemos en lo que leemos precisamente pero con nuestros propios ojos! habra casos que se salven y otros no tanto, hay muchos blog que seguimos que son confiables, en todo caso siempre tratamos de verificar nosotras mismas y desde nuestra humilde condicion de lectoras!! gracias y un saludosbuhos.
ResponderEliminarYo no creo que no haya malos libros o lecturas que no conectan con el lector, crítico o como quieras llamarlo. El mercado manda y muchas veces hay orden de que si no gusta o no conviene no se hable de ello.
ResponderEliminarPor lo general en mí, casi siempre que leo un libro recomendado lo odio o cuando veo una critica mala de un libro que me gusto me duele. Aunque cada quien tiene su opinión
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarSí que es un tema complicado con todo lo que conlleva este nuevo mundo de las redes sociales.
La verdad es que coincido bastante con Luis Varela solo que en vez de críticos "oficiales" hablamos de escritores y/o bloggers que aparecen en contraportadas de libros que ni se habrán leído, tengo en mente algún ejemplo concreto.
Hace unos cuantos años, me acuerdo que leía los periódicos que compraba mi abuelo para enterarme de lo que leía la gente con "criterio". Ahora me sumerjo por la blogosfera y busco por mi cuenta. Me gustan los ensayos sobre literatura, así encuentro lecturas geniales no tan novedosas.
Además, me dejo llevar por editoriales y escritores que sé que me van a gustar.
Pero sí, me fío de unos pocos blogueros que suelen coincidir conmigo.
¡Un saludo!
Yo suelo fiarme más de bloggers que de críticos profesionales. Los profesionales, o bien están al dictado de lo que les hayan mandado escribir o bien me resultan unos pedantes insoportables. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarMi respuesta a tu pregunta es: en ti, sin ir más lejos.
ResponderEliminarLos críticos literarios en España (al menos la mayoría de ellos) tienen cero influencia y además es merecido que así sea.
ResponderEliminarNo entiendo que un escritor tan divisivo como Houllebecq tenga en España críticas unánimemente entusiastas, lo que me hace pensar que la mayoría de los críticos nada en la misma dirección que la corriente.
Y luego hay casos evidentes en que los críticos no se han leido la obra que reseñan. Véase prácticamente todas las críticas aparecidas en España de La verdad sobre el caso Harry Quebert, que son algo así como la sinopsis que da la editorial y poco más. Si uno se pasa por cualquier foro verá que hay infinidad de usuarios resaltando la multitud de puntos débiles de la novela, pues bien, debe ser que los críticos no los vieron.
Y luego está el caso célebre de la famosa novela de Ana Rosa, la novela era un plagio (de párrafos enteros) de otras dos novelas (que además temáticamente no tenían mucho que ver) cualquiera que se hubiera molestado en leerla tenía que haber detectado que algo no cuadraba, pues oye, ninguno se hizo eco hasta que estalló el escándalo.
En cuanto a las opiniones en internet hay de todo como en botica, hay gente que da su opinión maravillosamente y gente incapaz de argumentar absolutamente nada.
Pero es cuestión de hacer como en los foros, ves quien tiene opiniones similares a las tuyas y así ya sabes de quien te puedes fiar en sus recomendaciones
En la actualidad, no valoro mucho las críticas. No las tengo muy en cuenta.
ResponderEliminarMe gusta mucho saber tu opinión pues confío en tu parecer.
Un beso.
Para ser sincera confío en mi yerno cuando me recomienda un libro y me lo trae para que lo lea.......antes de conocer a mi yerno era yo misma la que elegía los libroa para leer.Besicos
ResponderEliminarPara mi hay que dividir entre el crítico y los que opinamos en nuestros espacios públicos. Como tu dices, yo no soy experto en nada, tengo mis filias y fobias. Autores que me gustan más, autores que menos. Somos una especie de escaparate de recomendación, pero nunca he considerado que fueramos un crítico. También veo últimamente (al igual que en el cine) que todo es puro marketing en el mundillo de la critica profesional. Todo esta bien. Ahora toca promocionar a este, mañana a este otro. No lo sé a donde nos llevará, pero esta claro que la figura del crítico esta a la baja. Un abrazo :)
ResponderEliminarSin lugar a dudas, me quedo con ese crítico que parece haber desaparecido, estrangulado quizás por las redes sociales. Pero ahora las ideologías están en cualquier sitio, menos donde deberían estar y afectan, como bien indicas, a la literatura. También es cierto que la blogosfera ha asimilado parte de lo que antes hacían los críticos literarios, en el sentido de que mucha más gente se fía de lo que los lectores dicen sobre otros libros, quizás porque el lenguaje esté menos engolado, quizar porque todos, en mayor o menos medida, nos vemos reflejado en una realidad más sencilla, pero no deja de ser un arma de doble filo: es quien busca información sobre cualquier obra quien tiene que discernir a quien creer y no siempre es fácil.
ResponderEliminarUn beso.
Me ha encantado tu referencia a los recomendadores profesionales. Mi "truco" es leer recomendaciones en redes sociales y ver su historial para comprobar el tipo de lecturas, editoriales, género que más destaca. Entre tanto "recomendador profesional" he encontrado lectores con alma de crítico que no se pliegan al amiguismo editorial y gracias a ellos he disfrutado de grandes lecturas y descubierto autores y editoriales nuevas.
ResponderEliminar¡Hola, hola!
ResponderEliminarQué entrada.
Me dejaste reflexionando demasiado. Me recordó a un antiguo post que leí por otro blog donde mencionaba la diferencia entre escritor y crítico. Trataré de investigar más sobre el tema.
Gracias por la entrada,
Un beso.
me encantó el artículo!!besos
ResponderEliminarYo en mi Librero que me conoce desde hace años y sabe que "que me va más o que no", y que suele acertar con sus recomendaciones, y en algunos blogs porque sus administradores tienen gustos parecidos a los míos y se que voy a acertar con el libro, también en las recomendaciones de los bibliotecarios de mi ciudad... Besinos.
ResponderEliminarHolaaaaaaaa!
ResponderEliminarYo me fío de mi criterio, la mayoría de veces acierto con las lecturas que elijo, quizá porque no me salgo de lo que me gusta.
Decir que me ha gustado mucho la cita de "un crítico literario es un condenado a leer toda la vida a quien le gusta su condena".
Un besito, nos leemos^^
Es verdad, aunque había visto que habías publicado esta entrada, aún no había pasado por aquí. Aish, la de cosas que tenía que hacer este verano y las pocas cosas que estoy haciendo...
ResponderEliminarEn fin, ya sabes que soy muy fan de los análisis que haces de las lista de recomendaciones de los sábados y que coincido contigo en lo de los críticos de hoy en día, en especial con lo del uso de ese lenguaje tan rebuscado y esa forma de escribir tan ambigua. Orror (sí, sin hache).
También echo de menos a ese crítico que mencionas y yo por ahora me guío por las opiniones de los bloggers. Es cierto que muchos no tienen la experiencia suficiente como para emitir juicios de los que fiarte enseguida, pero es por eso que acostumbro mucho a contrastar opiniones y leer muchas reseñas de un mismo libro.
Un saludo,
Laura.