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lunes, 1 de julio de 2019
Cocinar un oso. Mikael Niemi
"Me despierto en un vasto silencio. El mundo espera a ser creado. La oscuridad y el cielo me envuelven. Mis ojos, como dos pozos, se dirigen al espacio, pero allí no hay nada, ni siquiera aire".
Los aficionados a la novela negra reciben la temporada estival con la alegría de saber que el una época en la que proliferan títulos de este género en las librerías: y a la vez tienen ese mismo miedo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Cocinar un oso.
Conocemos a Lars Levi Laestadius, un pastor samí aficionado a la botánica, y a su joven pupilo Jussi. Juntos pasean por los bosques mientras Laestadius enseña a Jussi a observar el mundo con otros ojos, a fijarse en los detalles. No tarda en desaparecer una joven, preocupando al pueblo en el que residen, y, poco después aparece su cuerpo con signos de violencia; parecen creer que ha sido el ataque de un oso. No todos lo creen, de hecho Laestadius no lo cree así y, cuando aparece un segundo cuerpo, todo parece apuntar a que puede tener razón. Hay un asesino por descubrir.
¿Alguna vez os ha pasado que coméis un pedazo de tarta y os recuerda a una tortilla de patata? No sé, ambas se suelen comer en porciones triangulares, casi seguro que ambas llevan huevo, se sirven en platos y se usa para comerlas el tenedor. Ya... a mi tampoco. Y sin embargo en la literatura se agarran a cosas así de vagas para colarnos unas comparaciones que se recogen con mucha más alegría y se creen demasiado rápido. Esto viene a que un protagonista culto con un pupilo y unas dotes para investigar diferentes al resto de su entorno hacen que este libro sea comparado una y otra vez con El nombre de la rosa. Claro que aquí el protagonista es pastor y en el libro citado monje... y las tortillas y las tartas sacian el apetito y se comen, muchas veces, sin hambre, con gula. Ya... sigue siendo demasiado traído por los pelos. Pues eso me ha sucedido a mi al leer este libro. Pero avancemos.
Lo primero que llama la atención es que Laestadius existió y, si el libro se ambienta en 1852 encaja a la perfección con la vida de este pastor luterano samí cuya vida se apoyó en la Biblia y en la ayuda a un pueblo desconocido para mi hasta esta lectura: los samís. Seguiremos a este hombre y su pupilo durante sus excursiones, acomapañaremos a Jussi en su aprendizaje basado en la observación, que permite percibir el mundo de una forma más detallada, bajo otra luz. Y sabremos que Laestadius es apreciado cuando acudan a él por la desaparición de una joven: a partir de ese momento comienza la trama negra de la historia. Una muerte que se achaca a un oso y cuya investigación se cierra rápidamente para que las gentes del lugar duerman tranquilas y una segunda víctima que obliga a reconocer que tal vez no fuera el ataque de un animal. Frente a la necesidad de seguir manteniendo la aparente calma, la otra necesidad: la de la búsqueda de la verdad hasta llegar a resolver el caso y que irá comandada por el pastor y su joven pupilo y que finalizará de forma más que satisfactoria. Y todo ello en un contexto histórico que me era totalmente ajeno, unas descripciones fantásticas y un lenguaje elegante que otorgan a la novela un tono al que ya no estamos acostumbrados. Frente al tono cotidiano, casi vulgar, que viene siendo común en las novelas de género, llega este otro mucho más literario casi engolado que nos permite disfrutar de una narración con regusto añejo, permitiendo al lector no solo dejarse llevar por la trama sino también por las letras. Un lujo hoy en día.
Jussi será el encargado de relatar la mayor parte de la historia, aunque eso no resta protagonismo a Laestadius, ya que el autor no cae en la tentación de dejar que sea el avispado alumno el que demuestre superar con sus dotes detectivescas al profesor que lo enseña. Además de las reflexiones propias sobre la maldad o bondad de las personas, no olvidemos que el protagonista era un pastor, la novela reivindica la existencia de un pueblo y sus costumbres y deja también muestra de la belleza de un entorno que se va metiendo por los ojos del lector sin que éste se de cuenta. En cuanto a los personajes, si bien Laestadius aporta el conocimiento, será Jussi quien capte todo nuestro interés, un joven con cicatrices casi adoptado que verá nacer el amor por las letras y los conocimientos. Juntos se enfrentarán a las teorías de Brahe y Michelsson y su necesidad de cerrar el caso que me hicieron pensar en un principio en supersticiones incluso cuando no se trataba más que de obsolescencia. Y el oso parece a ratos casi un símbolo.
Me ha gustado Cocinar un oso, me he dejado llevar por el tono de la narración y me he preguntado quién era el narrador omnisciente sabiendo que era caer en la trampa del autor. Y he caído con gusto. He disfrutado del lirismo tanto como de lo truculento y he acompañado a los protagonistas durante sus reflexiones. Pero, sobre todo, he cerrado el libro queriendo leer más, algo que me pasa cada vez menos.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
Lo tengo apuntado, lo vi en el blog La huella de los libros y me pareció muy interesante. Por lo que cuentas tú también, estoy segura de que lo disfrutaré :-)
ResponderEliminarYo estoy leyendo "Lo que define a una llama" de G. G. Velasco.
Feliz semana lectora
He leído muy buenas críticas, y con la tuya me has terminado de convencer.
ResponderEliminar¡Muchos besos!
Buenos días,
ResponderEliminarpues yo empezaré la semana precisamente con este libro que reseñas hoy, lo tengo ya preparado y no dejo de leer buenas impresiones sobre él, así que tengo muchas ganas de leerlo.
Un beso
He visto alguna reseña más y la verdad es que estáis haciendo que tenga ganas de leerla.
ResponderEliminarBesos
¡Hola! Según leía lo del pedazo de atrae y la tortilla de patata, pensaba que ibas a contar que al final el libro no te había convencido, pero veo que no, que lo has disfrutado y has quedado con ganas de más. No tengo claro si es una novela que leería pero me ha encantado leer tu reseña
ResponderEliminarBesos
Pues quizás sea por la prosa, por ese tono literario de la voz del autor que tú señalas, por lo que lo comparaban al clásico de Umberto Eco. Es un poner. No sé, a mí estas comparaciones, además de absurdas (como dices que ha resultado ser), me parecen odiosas y peligrosas porque despistan mucho al lector y porque suelen decepcionar y perjudican al pobre autor. A mí me has convencido con esta novela, por los dos protas y por el tono literario que destacas. Aunque te confieso que ya me había enamorado el título :-)
ResponderEliminarEmpiezo la semana con "Jane Austen en la intimidad", de Lucy Worsley, una bio de la autora de regencia escrita con mucha gracia, desparapajo y rigurosidad histórica. Besos.
Pues me llama mucho a atención, me lo apunto, no lo conocía y creo que me podría gustar.
ResponderEliminarBesotes
Me ha gustado mucho, una buena trama y bien escrito, especial dentro del género.
ResponderEliminarBesos
Pues si que me ha gustado esta reseña.Besicos
ResponderEliminarNo es un libro en el que me habría fijado, pero Inés me dejó con muchas ganas y curiosidad. Y tú me vuelves a provocar lo mismo...además eso de que te haya dejado con ganas de más dice mucho ;)
ResponderEliminarBesitos
Se ve interesante te mando un beso
ResponderEliminarNo me había fijado en ella, y últimamente no paro de verla por ahí. Si al final me decido, tendrá que esperar que tengo un buen arsenal para el verano
ResponderEliminarBesos
Lo leeré la próxima semana, me apetece abstante. A ver que tal.
ResponderEliminarUn beso ;)
Desde que léi El ültimo Lapón de Olivier Truc, me llama la atención todo lo que tiene que ver con la cultura sami (ese es el nombre y no el peyorativo lapón), por lo que me apunto el título.
ResponderEliminarEstoy con El caso Sparsholt de Allan Hollinghurst que, a pesar de sus buenas críticas, me está pareciendo bastante latoso.
Besos
Hola! No puedo decir que me haya gustado hasta el punto que algun@s indicáis pero lo cierto es que me ha enganchado. Al comienzo todo el tema de Dios me daba sensación de panfleto y el tema del diablo, Satanás y el mal me resultó cansino pero le fui cogiendo el punto.
ResponderEliminarHay algo que me intriga y sinceramente no he conseguido entender. ¿Que significado tiene que Jussi solo se haya lavado una manga y huela a oso?