"Vivimos en la época de la catástrofe, cada ser humano es portador de la catástrofe, y por eso se necesita un saber vivir muy particular para seguir tirando, dijo. El hombre de la catástrofe carece de destino, carece de cualidades, carece de carácter".
Hay libros que amas y libros que odias, y ante este blanco y negro solo queda un tercer tipo de libros, aquel que comienzas con un sentimiento para terminar en el opuesto; todos los puntos intermedios se olvidan o diluyen. Al final solo quedan los libros que uno ama. Y los que odia. Hoy traigo a mi estantería virtual, Liquidación.
Conocemos a Keserü, editor. También a B, escritor, y a su exmujer, Judith. Y ahora, me explico.
B se ha suicidado, y el hecho de que sea llamado B es importante porque enlaza con uno de los temas básicos dentro de la literatura de Kertész. Keserü, narrador durante casi todo el libro, es su editor, y sabe o cree saber que B ha escrito algo que tiene que ser encontrado. Pero el autor pidió que quemaran sus papeles, dónde está o si está la novela es un misterio. Aunque sí ha dejado otras novelas o papeles, como por ejemplo "Liquidación" que no trata sobre el Holocausto, aunque para estas alturas sabemos que es importante, trata de... bueno, se adelanta en el tiempo y allí Keserü está buscando la novela de B. En realidad, como podéis ver, es todo un tanto confuso y eso que no os he hablado de Hungría ni del momento elegido por B para suicidarse. Porque podría embrollarlo aún más. Solo que yo no tendría la pericia suficiente como para desembrollarlo (o me hubieran dado el nobel, sic.).
Kertész en un escritor diferente cuya obra encaja perfectamente con lo que explicaba al comienzo de esta reseña. Es complicado, enrevesado hasta casi lo experimental y, a la vez, posee una fuerza narrativa capaz de sobrecoger al lector. Resulta llamativo que estamos, eso es seguro, en una novela sobre Auschwitz en la que la búsqueda no la realiza B, lo hace una persona que no es de origen judío, tanto como que Judith, que sí lo es, sea capaz de dar voz a varios caminos para vivir tras algo semejante. Incluso el autor la redime de su propia vida, en la que junto a su esposo, el primero, no pudo alcanzar lo soñado, para llegar junto al segundo a una felicidad que siempre se va a ver ensombrecida por el recuerdo o tal vez por la identidad.
He comentado antes que Liquidación es el título de algo así como la intraobra de B, lo que no he dicho es que el escritor no hace de este hecho uno de los puntos capitales en la medida en la que sus personajes no parecen estar particularmente sobrecogidos y no lo convierte en el tema capital de la novela. Hungría y su represión, la caída del régimen como detonante de la acción de B y por lo tanto de la novela, tampoco es el tema principal y la introspección de los personajes que aparecen y el holocausto.. bueno, ese es el tema principal, así generalizando mucho, de la obra de Kertész. Y entonces qué nos deja en su novela... pues un juego de explicaciones y espejos que comienza con más extrañeza que entusiasmo pero que consigue que el lector no separe la vista de sus páginas. Una novela imposible sobre un presente improbable de un mundo que parece haberse resquebrajado tras el mentado juego. Y una pregunta capital: ¿qué hacer cuando todo cambia? Cuando el papel se agota, la tarea se termina, la representación finaliza o el régimen cae... qué sucede cuando al fin se alcanza la ansiada cuota de libertad tras soñarla durante un tiempo. Y ese, es el gran tema de la novela de Kertész y sobre él gira todo. Tanto el descubrimiento de la vida de B como la situación última de su editor una vez ha pasado todo que es cuando comienza la historia. Qué sucede con la culpa, qué sucede con la vida, ¿existe la libertad? Y aquí vuelvo a recordar a Judith en su frase lapidaria afirmando que ahora es feliz. Pocas veces una frase tan "positiva" encerró tanto sufrimiento entre sus letras.
Liquidación no es una obra fácil pero, como sucede con muchas obras que no son fáciles, despiertan una parte del lector que le hace querer seguir leyendo. Personalmente lo he disfrutado tanto durante la lectura como al reposarla e ir encajando piezas y significados. Kafkiana, dicen. Rara, aclaro yo. Pero a mi, me gusta lo raro.
Una pregunta: ¿me recomendáis un libro para las vacaciones?
Gracias.
PD. El autor tiene otra obra titulada Kaddish por el hijo no nacido. Cuentan las malas lenguas que esa novela es la que B firmó y que buscaron de forma incesante en Liquidación. No en vano vemos pasar algunos de sus personajes por ella. Decidme si no es un juego maravilloso...
Lo leí hace ya unos cuantos años y me costó trabajo entenderla del todo. Es de esas pocas novelas que cuando la terminé la leí otra vez, porque se me habían escapado muchas cosas y no lograba entenderla del todo. Y me daba coraje. Esa segunda lectura me vino bien para darme cuenta de más detalles. Es una obra difícil, sí. Pero más difícil es recomendarte un libro! Así de estos adictivos, de los que te olvidas de todo y pasas un buen rato, Donde haya tinieblas. ¿Lo has leído?
ResponderEliminarBesotes!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMira que me habías tentado con todo eso de la experimentación y que trate sobre Auschwitz, pero si Margari dice que la encontró complicada y difícil... miedo me da. Me la apunto y le daré una oportunidad, pero iré con pies de plomo.
ResponderEliminarPor cierto, me ha gustado mucho esa reflexión inicial sobre que al final solo recordamos los libros que amamos y los que odiamos...