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miércoles, 25 de mayo de 2022

Tren Bala. Kotaro Isaka

 


     "La estación de Tokio está abarrotada".

     Últimamente parece que mire donde mire está este libro, y eso que aún no se ha estrenado la película. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Tren Bala.

      El libro hace honor a su título y los lectores vamos a viajar a bordo del llamado Tren Bala japonés que hace el recorrido entre Tokio y Morioca, en el que el autor ha metido a cinco asesinos que viajan juntos. Por un lado tenemos a Kimura, que va a bordo del tren con la firme intención de vengarse de un joven sociópata: El Príncipe, que también está a bordo y es un potente personaje de 14 años. Mandarina y Limón son en este caso compañeros, trabajan más o menos bien juntos y como curiosidad a Mandarina le gusta mucho leer. Y, por último, está Nanao, famoso dentro del gremio por su mala suerte, pese a la cual sigue vivo. Bien, la cosa es que Mandarina y Limón han cumplido la misión que se les encomendó dejando el correspondiente reguero de sangre, pero llegaron al tren con Minegishi y la maleta. Todo correcto; hasta que se suben al tren. Es evidente que en el tren van más personas, aunque no está precisamente lleno de gente, pero con estos personajes es con los que el autor teje la trama de una novela francamente entretenida que no busca nada más que la pura evasión.

     Ya la novela avisa en la contra que el tema gira en torno a una maleta, cuya existencia ya os he comentado. Lo que sucede es que esa maleta de algún modo está relacionada con todos los citados puesto que sus misiones van a estar relacionadas girando más o menos en torno a un mismo nombre y esto será lo que provoque la acción continuada que se mantiene a lo largo de una trama que no duda en acudir a distintos puntos de vista para mantener la acción. Iremos descubriendo, por supuesto, datos de los personajes, que harán que los diferenciemos adjudicándoles peculiaridades: ya sea un boy scout o un aficionado a las series infantiles, todos ellos tienen hueco y cabida en el Tren Bala, del que, lo que más me ha sorprendido, ha sido el poco revuelo que se monta entre los pasajeros si tenemos en cuenta la que se está formando.

      De algún modo, Isaka le ha dado a la novela un tono casi cómico que hace que el lector recuerde los baños de sangre tarantinescos a un ritmo endiablado que colapsa incluso en la propia trama. Y no me extraña, el viaje es salvaje, casi absurdo, los personajes van de un lado a otro y muchas veces no tienen claro quién hizo qué mientras el lector va pasando las páginas con absoluta diversión. Porque llegados a este punto, somos capaces de sacrificar la lógica, la credibilidad y hasta a un par de pasajeros que pasen por ahí para saber como termina la novela. 

     Tren Bala es una novela divertida. Y qué difícil es hacer eso, ¿verdad?

     Gracias.


lunes, 23 de mayo de 2022

Los desnudos y los muertos. Norman Mailer

 


     Comentaba no hace mucho con un lector avezado pero tardío, más tardío que yo que ya es decir, que envidio a quienes llegan a la literatura con un criterio marcado, instinto para la elección y, sobre todo, un buen puñado de títulos por descubrir por primera vez y es que, si un libro no lo he leído, para mi es una novedad. Aunque como este lleve más de cincuenta años en las librerías. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los desnudos y los muertos.

     Viajamos hasta una isla llamada Anoapopei, un lugar en el que una patrulla de soldados es enviada en misión de reconocimiento a lo que se convertirá en un infierno.

     Estamos, evidentemente, ante la historia de una brigada estadounidense que lucha contra los japoneses, en este caso como en tantos otros, en una isla del Pacífico. Allí estuvo el autor, no en esta ficción, si no en su propia historia, y quizás por eso su capacidad para trasladar los sentimientos individuales de los soldados que consiguen establecer un hilo con el lector. Dará igual si se trata de soldados o del general, veremos lo que son (los hay de todo tipo, también buenos), de dónde vienen o cómo han llegado al lugar en el que están. La psicología de dichos personajes, el miedo, las formas de actuar y de reaccionar y, sobre todo el futuro son los temas que vertebran esta magnífica novela que despliega algunos de los conceptos recurrentes no solo en las novelas bélicas, también en la novela americana en general (el propio concepto de ser americano será, a buen seguro, uno de los temas más desarrollados en su literatura). Es una novela ambiciosa en la que el autor no deja nada al azar y no permite al lector desviar la mirada ni siquiera en los momentos más duros, cuando la batalla imaginada se convierte en una carnicería animal en la que el sexo y, sobre todo, el amargor de los personajes, tienen un tono demasiado realista como para que el lector pueda consolarse pensando que está leyendo una simple ficción. Para Mailer, la unidad de combate está formada por personas y el lector no va a tardar en irlas conociendo. Esto humaniza cada momento y da al antibelicismo imperante del momento nombres que ponerle. Humanizarlo es vital, parece decirnos el autor.

     Quizás los diálogos son lo que menos me ha gustado y, como contrapunto, lo que más ha sido el terrible descubrimiento de que hay esfuerzos que se realizan en balde o bien que hay fallos de fechas que provocan situaciones terribles. Quien lo lea, podrá elegir mejor qué nombre darle a ese momento. Me ha resultado llamativo además el uso de flashbacks casi constantes, o debería de decir que lo hizo hasta un determinado momento en el que empecé a pensar que quizás sea el anclaje a la cordura de los personajes, recordar al lector que, hagan lo que hagan, se trata de personas normales con una vida normal que han sido llevadas allí por las circunstancias. Unas circunstancias que, unidas a la guerra, sacarán de cada uno... bueno, eso lo vais a tener que leer.

     Los desnudos y los muertos me ha parecido un libro interesante cuya lectura, pese a su extensión y a dos o tres momentos lentos, merece la pena. Parece muchas veces que la literatura contemporánea se empeña en brindar una cara amable con niños en pijama de rayas para relatarnos dramas (solo faltaba) pero revestidos de cuentos que no ofendan demasiado al lector. Por eso agradezco este tipo de novelas en las que la cámara enfoca al objetivo y no la deja desviarse. Máxime si, como en este caso, además ya nos da un aviso de que no es un gran objetivo, a fin de cuentas estamos en la simple periferia.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 16 de mayo de 2022

Philip Roth. Blake Bailey

 


     ¿Cómo decir que un escritor te resulta fascinante sin decir que un escritor te resulta fascinante? Hoy traigo a mi estantería virtual un libro que sale a la venta el jueves en nuestro país y que yo me leí impaciente apenas salió a la venta en EEUU. Se trata de La biografía de Philip Roth escrita por Blake Bailey.

     Roth estuvo escribiendo durante más de medio siglo, nos dejó más de treinta libros (31 juraría), y fue polémico en ellos y fuera de ellos. Dio nombre a un trastorno gracias a una novela hilarante, habló de historia en clave de distopía aliando a los Estados Unidos con los nazis, habló de sexo, de muertes, de judíos un poco como Allen pero sin tener nada que ver con él. Era un tipo raro, deslenguado, inteligente y no se le ponía nada por delante para decir a la prensa que otros mucho peores que él se habían llevado el Nobel, por lo que a él ya no le parecía que tuviera gracia obtenerlo. Lo hemos leído en sus libros como Philip Roth, como Zuckerman, o Kepesche y lo hemos leído también en un libro sacado hace no mucho por una antigua relación que tuvo. Y aún así, muchos somos los lectores que queremos saber más sobre él, y otros tantos que no lo han leído también encontrarán interesante esta biografía de un hombre que estuvo permanentemente respondiendo a la pregunta "y si..." en sus novelas y que experimento las distintas formas de darle respuesta.

      No hace ni cinco años que Roth murió y aparece su biografía autorizada en forma de cuasi ladrillo dando con ello muestra de todo lo que se puede contar sobre él. Ya sea literatura, familia, divorcios o política, Roth fue una mente inquieta que Bailey, experimentado en esto de contar la vida de otros y ahora también perseguido por la polémica, nos desnuda en su último libro. Hasta donde yo sé Bailey se presentó ante Roth en 2012 y salió sorprendentemente bien parado de la entrevista en la que le expuso su propuesta ya que tuvo acceso a sus documentos y gran parte de su vida. Y su vida empieza, por supuesto, en Newark en los años cuarenta, hijo de judíos con pasiones varias entre las que se encontraban las chicas y el béisbol para estar marcada, poco después, por el dolor físico. No tarda en empezar a alzar la voz en cuentos levantando ríos de pólvora con su irreverencia, que cristalizaría sin tardar en El lamento de Portnoy convirtiendo al autor en alguien famoso de la noche a la mañana. De alguna manera su vida se ve marcada por ello tanto como por la provocación y nos enseña el autor que no solo se trata de retratar la sociedad americana vista o temida en sus novelas, también se trata de vivir de algún modo sin atender a esas mismas reglas sociales. Por eso es un libro que no elude el sexo, porque parece ser que era una parte importante para Roth (nada extraordinario a botepronto). Bailey nos muestra a un hombre marcado por las contradicciones, un hombre que reflexiona sobre ser judío sin tolerar que otros lo hagan, que no cree en psiconadas pero se psicoanaliza y que tiene rarezas como para llenar, al menos, el doble de páginas de las que ha rellenado su biógrafo. Incluye, por supuesto, mucha literatura. nos cuenta cómo escribe y cómo no lo hace, la forma en que busca los argumentos y en la que desempodera las críticas por importantes que sean (cuando uno debuta con Portnoy supongo que hace una suerte de bautizo de fuego frente a cualquier crítica literaria futura), era bueno y malo, egoísta y desprendido y más amante que amado pese a que su vida estuvo marcada por sus dos matrimonios.

      Todo esto y un montón de cosas más es lo que nos cuenta Bailey en su magna biografía de un hombre al que no duda en marcar por el sexo y del que uno cierra su vida pensando que ahora, por fin, dejará de sentir deseo. Y aunque esto pueda parecer a priori uno de los puntos más importantes del libro, tengo que decir que yo me quedo con la forma en que coloca a sus otros "yo", los literarios cuyos nombres conocemos, y los dibuja diciendo que son la peor versión del escritor. Como si fuera posible que uno se dibujara mal o descentrado, o como si no hiciera falta ser un genio para realizar un trabajo semejante y defenderlo diciendo que la literatura no es un concurso de belleza moral. Y es que Bailey cuenta, en definitiva, la vida de un genio literario. Y si alguien cree que esta afirmación es fruto de la pasión no tiene más que recorrer brevemente varios de sus títulos y echar un vistazo a las sinopsis.

    La biografía de Philip Roth es un libro agudo que descubre al autor que muchos ya conocemos pero que deja un buen puñado de frases brillantes que todos podemos anotar. Y más de una enseñanza. Y si no os gustan las biografías, coged uno de sus títulos. Bien merece una buena lectura.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

    Gracias.

     Con vuestro permiso...  "Que entre el repelente" (Bienvenido Alexander, estás en tu casa).

miércoles, 11 de mayo de 2022

La conjura contra América. Philip Roth

 


     "El temor gobierna estas memorias, un temor perpetuo. Por supuesto, no hay infancia sin terrores, pero me pregunto si no habría sido yo un niño menos asustado de no haber tenido a Lindbergh por presidente o de no haber sido vástago de judíos".

     Philip Roth es uno de mis escritores contemporáneos favoritos. De hecho pienso como él cuando dijo que no necesitaba que le dieran un Nobel cuando se lo estaban dando a peores escritores. Hoy traigo a mi estantería personal, La conjura contra América.

     En una versión paralela de la historia que vivimos, en Estados Unidos Lindbergh ha ganado las elecciones aplastando a Roosevelt. Lindbergh ya había realizado declaraciones en contra de la población judía acusándoles de ser los culpables de obligar al país a entrar en una guerra. Pero ahora ha firmado un acuerdo con Hitler y rápidamente adopta sus políticas antisemitas. Este libro trata de lo que allí sucedió.

     Philip Roth ha escrito una novela terrorífica en la que las calles de Estados Unidos están tomadas por antisemitas mientras los judíos de clase media se esconden en sus apartamentos mirando con miedo hacia la una Casa Blanca habitada por amigos de Hitler. Roth cuenta una historia en la que el antisemitismo de los años 40 no se queda en Europa, si no que avanza hasta Estados Unidos y lo hace utilizando una de las mayores armas que tiene ese país: el patriotismo. ¿Qué pasa cuando un condecorado héroe de guerra se presenta a unas elecciones en un país con el sentimiento patriótico de Estados Unidos en muchos de sus estados? pregunta Roth. ¿Realmente es tan descabellado que salga? Y aquí usa la fuerza de su narrador que recuerda los tiempos en que Lindbergh era admirado como un héroe, recuerda que aceptó una medalla de Hitler y también que sustituyó al que iba a ser el postulante contra Roosevelt arropado por la admiración de muchos norteamericanos. Incluso el narrador nos lo describe desde la admiración logrando seducir al lector al hablar de una intervención sorpresa, escuchamos al público gritar su nombre emocionado. La gente, recordamos, necesita héroes.
     La novela avanza y el lector se enfada tanto como el propio narrador. Roth nos habla de una situación inconcebible en la que América lucha con Canadá y nos somete a la misma incredulidad que domina a Alvin quien no duda en unirse a la lucha contra un país, el suyo, que ha puesto a su familia en un punto de mira. Y es en ese momento en el que la tristeza aparece también en su voz. El niño Alvin ha crecido y el país se desmorona desde sus cimientos: su propia familia. Las ilusiones que su padre intentaba que mantuviera ahora ya no sirven de nada porque no se las cree. Ahora las cosas han cambiado, en realidad no hace falta tanto para que las cosas cambien, estamos hartos de verlo en nuestra propia sociedad (si es que miramos). Venga, dice Roth, esta vez no vamos a recluir al pueblo judío, vamos a separarlos, es lo que se hace en la sociedad contemporánea, evitar las uniones que dan  una opinión fuerte y una voz clara. Y Roth, porque ese es el apellido de la familia protagonista con un Philip incluido, no puede evitar un toque de positivismo que me hizo sonreír mientras asistía al campo de batalla político y a la nueva vuelta de tuerca de la sociedad basada en el mismo sentimiento, las mismas creencias, la misma falta de criter... bueno, eso será mejor que lo decidáis vosotros.

     La conjura contra América es un libro magnífico. Y tras esta afirmación poco más puede añadirse.

     Y vosotros, ¿sois lectores de distopías, ucronías o similar?

     Gracias.

lunes, 9 de mayo de 2022

El viaje de la humanidad. Oder Galor

 


     "Al ascender por el sinuoso sendero que conduce a las cuevas del Monte Carmelo en el Israel de hoy, se puede percibir el majestuoso paisaje que debió de rodear este lugar en la prehistoria. El clima mediterráneo debía de ser agradable durante todo el año, con variaciones moderadas de temperatura. El arroyo que discurre por las montañas en el verde valle contiguo debió de ser una fuente de agua potable. Los bosques junto a la cordillera debieron de ser propicios para cazar ciervos, gacelas, rinocerontes y jabalíes, y en las tierras salvajes, en las áreas abiertas junto a la llanura costera y las montañas de Samaria debieron de crecer variedades prehistóricas de cereales y árboles frutales".

     Desde Sapiens se ha disparado el interés por este tipo de libros así que yo, que no soy fan de Sapiens, también he decidido darle una oportunidad al tema. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El viaje de la humanidad.

     En este ensayo el objetivo es explicar el desarrollo del ser humano desde la aparición del Homo Sapiens hasta nuestros días. Se hace especial hincapié, además, en el hecho de que, si bien el hombre lleva miles de años sobre la faz de la tierra, han sido los dos últimos siglos los que han puesto una mayor revolución y un avance más marcado. Y se busca el motivo de todo ello.

     Oder Galor es economista y, sin embargo, esto no es un tratado de economía. Desarrolla en su libro el hecho de que el ser humano se ha pasado la mayor parte de su existencia en una suerte de pobreza de vida, de tal manera que un aumento de la producción que llegaba gracias a algún tipo de mejora, generaba un aumento del nivel de vida, de la población, que automáticamente suponía una mayor demanda y una vuelta al estado inicial de carencias. Un estancamiento al final en el nivel de vida al que se podía aspirar. Pero esto, nos dice el autor, cambia con la Revolución Industrial. Y es que es a partir de ese momento cuando se observa una mayor evolución del hombre. Ahora no se trataba de vivir mejor y tener más hijos, de repente, era muy importante que tuvieran una formación adecuada para realizar trabajos más especializados, y eso hacía que el dinero se consumiera también en educación y no solo en alimentos y familias mayores. La población crece menos y no se come las ganancias, su esperanza de vida mejora al tener una mejor vida y, además, salen mejor preparados.
Bien, explicado el punto de inflexión, Galor retrocede hasta los comienzos del ser humano para explicar, con una profusión de ejemplos y curiosidades que amenizan la lectura, cómo ha sido realmente la evolución social y económica y la firme unión que hay entre ambas partes. Me ha sorprendido por ejemplo, cuando explica que la división de tareas por sexos que tanto afectaría a la organización social, empezó con la agricultura, que iba marcando los esfuerzos necesarios y la fisionomía de quienes los tenían que realizar. Como añade el autor, las innovaciones tecnológicas son uno de los factores más importantes para el desarrollo económico-social ya que marcan no solo la inteligencia o agudeza, también la capacidad para mejorar las condiciones de vida, aumentar la producción o incluso el grado en el que las políticas se implican y la importancia que tiene esto como impulso.
     También explica los principales problemas que arrastran al mundo en el que vivimos a una desigualdad global que, evidentemente, existe: y habla de geografía, migraciones, política, cultura y, por supuesto, enfermedades. Intenta dar respuesta a estos problemas y también a por qué fue Europa y no Asia el lugar elegido para la mejora exponencial que hizo que se tomara la delantera a otros continentes, marcando una sociedad actual en la que aún podemos ver las marcas de la desigualdad, y es que, del Renacimiento a la Revolución Industrial o las primeras grandes rutas comerciales, está claro el camino que el autor nos marca para que veamos el mundo que nos rodea ya que hay pruebas de que incluso antes de dicha revolución ya se estaban produciendo microrrevoluciones a lo largo y ancho del continente.
     Galor lo tiene claro, entender el pasado sirve para mejorar el futuro. Si hoy somos capaces de analizar lo sucedido y a dónde nos ha llevado, también seremos capaces de utilizar esos conocimientos para que nuestro futuro avance a la misma velocidad. La natalidad controlada que en el pasado ayudó a quela sociedad mantuviera su bienestar por un exceso de producción, ahora además reducirá el impacto ambiental de nuestra existencia y dará aún más tiempo para la formación de especialistas que estarán mejor capacitados para nuevos descubrimientos. Una suerte de bucle infinito de progreso.

     El viaje de la humanidad es una revisión optimista de la historia del ser humano cuya lectura viene amenizada tanto por el lenguaje como por los ejemplos. Un recorrido amable que me ha dado un puñado de datos que no sabía y una forma diferente de ver tanto el pasado, como el futuro.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 2 de mayo de 2022

El último juego. J. D. Barker

 


     "—¡Venga ya, no me jodas! —Jordan Briggs estampó la palma de la mano sobre el claxon del coche y sacó el dedo corazón por el techo solar abierto de su Audi R8. Se había visto obligada a clavar los frenos, y se le partió el tacón del zapato en el instante en que fue a mover el pie de nuevo al acelerador—. ¡Son mis Louboutin favoritos, cabrón de mierda! 
       En respuesta, un brazo musculoso salió por la ventanilla del camión de la basura y le enseñó el dedo con un leve balanceo.
     —¿A quién le gritas, Jordie?"

    Desde que leí El cuarto mono reconozco que no me he perdido uno solo de los títulos de este autor. Por eso, hoy traigo a mi estantería personal, El último juego.

     Jordan Briggs tiene un mal día. Es locutora de radio y está a punto de llegar tarde a su programa. No solo eso, además va a llegar tarde por un atasco provocado por la competencia. Por eso abandona su coche ante la mirada atónita del policía Cole y sale corriendo a la emisora. Llega por un pelo y allí el día se vuelve aún más difícil cuando recibe la llamada de un hombre llamado Bernie que le habla de una casa en la que está y le pregunta si prefiere un taxi o un Uber. Jordan responde que ella siempre elige taxi: en ese momento el taxi situado detrás de Cole, explota. Y luego hay otra explosión... Mientras, un taxista tiene una bomba adosada a los bajos y Jordan recibe otra en forma de paquete entregado en la emisora. Un compañero llama entonces a Cole para decirle que ha habido un doble asesinato que es necesario que vea y Bernie le da a Jordan una sangrienta tarea. 
     El día empezó siendo malo. Ahora es una pesadilla.

     Uno de los mejores motivos para leer, es divertirse. La literatura forma parte del ocio por mucho que algunos se empeñen en decirnos lo mucho que se aprende leyendo y que leer te abre la mente (creedme si os digo que hay personas para las que la única oportunidad de tener la mente abierta mediante la literatura es lanzándoles un libro a la cabeza con buena puntería) y, como tal, todos queremos libros divertidos y amenos que nos entretengan. En este sentido Barker ha sido de mis últimos descubrimientos. Un escritor que logra que me termine su libro sin saber cuántas páginas tiene, ya ha ganado un punto a su favor y, en este caso concreto, puedo aseguraros que se ha cumplido esa máxima.
El lector se sienta y en apenas un rato ya tiene montado el escenario central con bombas, momentos de angustia de quien parece saber que va a morir, el testigo implicado, la locutora a la que le van a temblar los tacones y un crimen que, evidentemente, también está relacionado. Entonces es cuando Barker da el pistoletazo de salida y el lector se sumerge en una novela cuya principal característica reside en lo visual de sus descripciones, algo que provoca que las páginas se recorran sin esfuerzo alguno buscando un rato extra para seguir leyendo y ver cómo termina la historia. Me he tomado además un descanso del típico detective torturado con tensión sexual no resuelta con alguna compañera y compañero envidioso lo que me ha supuesto un alivio y, si me apuran, una novedad. Y es que hemos pasado de peculiaridades extraordinarias a academia de peculiaridades sin habernos despeinado.

     Como ya sucediera con otros libros del autor, la novela viene marcada por su ritmo tanto como por "el malo", algo en lo que Barker parece haberse especializado novela a novela y uno no puede evitar sentirse intrigado por Bernie tanto como por su historia desde el principio. Al final resulta que te compras el libro, te sientas a leerlo el sábado y, para cuando llega el domingo, te lo has terminado. Como comenzaba diciendo, puro entretenimiento. Pura evasión.

     El último juego es una novela francamente entretenida que se lee tan rápido como tiempo del que disponga el lector.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.