"El inspector de la policía criminal Gunnar Barbarotti titubeó un instante. Luego giró la llave en la cerradura de siete puntos.
No era habitual. A veces ni siquiera se molestaba
en cerrar la puerta con llave. Si quieren entrar, lo harán
de todos modos, solía pensar, no hay ninguna necesidad
de que, además, causen un destrozo".
De las últimas series que he empezado ha sido la de Barbarotti. De algún modo este hombre que tiene tantas dudas y una relación con dios de lo más personal, me pareció entretenido y llamó mi atención. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual. La raíz del mal.
Gunnar se está preparando para irse de vacaciones cuando le llega una carta en la que se le avisa de que se va a producir un asesinato en Malingre. No quiere darle crédito a la carta, pero no puede evitar regresar a su ciudad y allí, efectivamente, aparece un hombre muerto. Esta carta solo será la primera de las que reciba y el asesino sigue, efectivamente, dando el nombre de las próximas víctimas convirtiendo la investigación en una carrera contra reloj que proteja a quienes llevan ese nombre mientras intentan encontrar un nexo de unión entre todas ellas.
Frente a la avalancha de novelas negras basadas en el manido término "trepidante" a mi me llamó la atención que Barbarotti fuera más deductivo, más tranquilo. Y esta novela a doble hilo no iba a ser una excepción. De hecho, recuerdo que desde casi las primeras páginas, había un personaje (una niña) que me ponía los pelos de punta hasta el punto de descartarla directamente por exceso de obviedad. Y eso sucede porque nada se deja al azar en las novelas de Nesser. Hace que el lector se involucre pensando hasta el punto de evitar lo que crees que el autor quiere que pienses. Punto para él.
Y aquí nos deja un hilo en el que se habla de un viaje sucedido en un momento no del todo precisado pero anterior a Gunnar, algunas anotaciones que dan la tensión a la trama y luego la trama presente de los asesinatos, con un policía que sigue rehaciendo su vida sin deshacer sus dudas. Tanto es así que aquí el detective incluso piensa en cambiar de empleo con este caso estancado. El policía ajado y cansado llevada a su máxima expresión. O tal vez el cansancio que proporciona el pensar qué tiene un asesino contra uno como para que decida enviarle cartas con el nombre de sus víctimas (añadamos aquí que lo de dar el nombre y encontrar a la persona va a depender de lo común que sean ese nombre y apellido unidos en el país en el que se desarrolla la historia, no vayamos a pensar que se lo dan todo hecho). Me gusta también la presencia de Eva evitando la típica tensión que acaba en cama entre los dos compañeros de policía y, por supuesto, del equipo policial me quedo con el retrato que el autor hace del superior de policía a que me quedo con la sensación de que los protagonistas tal vez no lo estén valorando en la medida que se merece (luego continuará la saga y tendré que comerme mis palabras. Me lo veo venir).
Añadiré que estamos ante una segunda entrega de una serie en la que no hay un solo personaje de la trama de la primera que se repita con la excepción del cuerpo policial y su periferia. Esto supone que salvo un dato que realmente no tiene mucha relevancia y que es referido a la vida personal de Gunnar, no se desvela nada de la primera entrega. Así pues, uno puede llegar y leer esta entrega y luego decidir, o no, leer la anterior sin que ello influya o mejor la comprensión de la historia. Este punto que puede parecer una tontería es importante para mi ya que a veces tengo la sensación de que no soy capaz de descubrir una saga que no vaya por lo menos por la quinta o sexta entrega y, no os engaño, me da bastante pereza empezar a leer el libro que quiero por una suerte de precuela (para mi que acabo de descubrir el libro lo es) publicada diez años antes. Me queda la sensación de que nunca voy a ponerme al día y siempre voy a ir retrasada en esa asignat... digo... lectura.
La raíz del mal es una novela solvente cuya trama he disfrutado y que me ha dejado satisfecha con la resolución a la vez de dejarme también con la certeza de que habrá una tercera entrega. Seguiremos ahí.
Y vosotros, ¿también os da pereza comenzar series que ya van muy avanzadas?
Gracias.
PD. La primera entrega se titula La noche más oscura.
Una pereza enorme, sí. Y con tantos libros por leer... Éste tiene muy buena pinta, pero no como no se me cruce pronto el primero y avance la saga...
ResponderEliminarBesotes!!!
Pereza no, perezon. El libro del que nos hablas no entra por ahora en mis planes de lectura.
ResponderEliminarSaludos