Me gustan, desde siempre, los libros que no me dejan indiferente. Shriver tiene la capacidad de lograr en sus letras justo eso; provocar, divertir, molestar... llámalo X, pero llámalo. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, El movimiento del cuerpo a través del espacio.
Conocemos a Serenata Tersipchore (gracias por jugar así con los nombres, Shriver, y gracias Daniel Najmías por no haberlos traducido), una mujer cuya hermosa voz le permite ganarse la vida en el mundo de los audiolibros, y cuya obsesión por el deporte le ha llevado a ester las rodillas destrozadas a sus sesenta años. Ella que siempre creyó que correr era el camino a la salud y la longevidad ahora tendrá que pasar por quirófano para solucionar un problema fruto de esa afición convertida en su modo de vida. Bien, pues Serenata está casada con Remington Alabaster, un hombre tranquilo y sedentario que, ahora que se ha jubilado de su sedentario empleo, ha descubierto en el deporte su nueva pasión. Es más, correrá una maratón. Al menos hasta que la oportunamente nominada como Bambi le habla del triatlón. Y se inscribe para una gran competición. Y empieza el choque.
La novela de Shriver no es una sorpresa en el sentido de que afrontar temas habituales y hacerlo de forma incisiva es su punto habitual. No falta en esta, por ejemplo, el vecino "normal" que mira lo que camina con más obsesión de la que está dispuesto a admitir y que es utilizado, como no podía ser de otra manera, para que la autora opine sobre sus temas habituales, que rondan toda su obra desde la periferia. En esta ocasión su protagonista se ve superado por una mujer afromericana, ve llegar la inclusividad a su trabajo con bastante sorpresa... ese tipo de cosas que van sucediendo y que, a muchas personas, les pueden provocar la misma reacción que a Remington. O no, puesto que son reacciones particularmente silenciosas. Algo que Serenata sabe, aunque lo parece necesitar confirmar, que puede ser el germen de la nueva pasión de su esposo, algo que no cambiará un ápice los sentimientos que le despierta esta nueva obsesión. Es más, incluso el lector sabe cómo se va a comportar ella. Lo que no sabe, o al menos yo no fui capaz de intuir, es que iba a ser la favorita de Shriver. Y es que de algún modo el hecho de que su marido se haya apropiado de su pasión se siente como una invasión de la personalidad de esta mujer que parece llevar toda una vida sintiéndose de ese modo. Y si este tema ya aumentó mi interés, la forma en que Shriver expone al matrimonio como una unión rutinaria de faltas consentidas, aceptadas y cubiertas levemente para seguir avanzando, me ha parecido una absoluta genialidad.
Me gusta Shriver. Sus novelas siempre tienen algo diferente que aportarme. Aunque traten aparentemente de algo tan simple como empezar a salir a correr superada cierta edad. Algo que podríamos comprobar mirando por la ventana. Casi a cualquier hora. Me ha gustado El movimiento del cuerpo a través del espacio. Lo recomiendo.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
No lo conocía. No me voy a lanzar a por él, porque tengo mucho pendiente, pero si se cruza, no sé si me resistiré.
ResponderEliminarBesotes!!!
No me termina de convencer este libro asi que lo voy a dejar pasar. Esta semana la empiezo con Los devoradores de libros y Reino feroz dos megalecturas.
ResponderEliminarSaludos
Tenemos que hablar de Kevin me gustó muchísimo, y este tiene muy buena pinta. Shriver es de las que no dejan títere con cabeza y la corrección política le da totalmente igual
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