"Cerró tras de sí la puerta del jardín y señaló hacia Elm Wals. Se apretó el chal y aspiró una profunda bocanada de aire limpio y renovado. Corría el año 1795 y el día parecía asumir el hecho de que era el primero de esa primavera":
¿Será sobre Austen la que todos conocemos? Y por eso, y nada más que por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Miss Austen.
Jane Austen es una escritora mundialmente conocida de cuya vida privada se sabe más bien poco. Y es que su hermana Cassandra quemó gran parte de sus cartas poco antes de morir y algo más de dos décadas después de la muerte de Jane. Si me permitís la opinión, eso eran familias y no lo que se hace ahora publicando absolutamente todo lo que cualquier heredero/amigo/vecino o persona que pasara por ahí pueda encontrar del finado. Por supuesto, lo que hizo Cassandra es imperdonable para muchos porque dejan muchos espacios oscuros en la vida de Jane: lo que viene a ser la vida privada. Y entonces llega Gill Hornby y tomando estos espacios oscuros y esa vieja máxima que dice que los escritores beben de sus propias experiencias construye esta novela que se basa en Jane pero que coloca en el foco central a Cassandra.
Conocemos a Cassandra, única hermana de Jane en una familia de 5 hermanos varones, lo que hizo que ambas siempre estuvieran unidas. Cuando la acción (que no la novela) comienza, corre el año 1840 y Cassandra es una señora de más de 60 años que está viajando para recuperar las cartas que su hermana escribió a una mujer llamada Eliza que acaba de fallecer. Cassandra teme que se hagan públicas y es que la privacidad de su hermana, es importante. Serán precisamente estas cartas las que den paso a un hilo sobre el pasado de ambas hermanas, cuando Austen aún no era un apellido conocido en el mundo literario. Esta parte se alternará con un presente en el que Cassandra tendrá que intentar proteger la intimidad de su hermana y la suya propia de manos no siempre dispuestas a consentirlo.
Hornby desarrolla una historia en la que el estilo de Austen se percibe hasta un punto en el que el lector duda de la parte real en las cartas presentadas. Sabe que hay una base real y el éxito de la autora es precisamente hacer de la parte el todo dejando una novela de estilo victoriano en el que se reconoce superficialmente lo que hubiera podido ser la pluma de Austen. Es cierto que hay partes en las que me ha llegado a molestar el hecho de que cada parte pareciera temer estar o sentirse reflejada en alguna de las novelas, pero también lo es que precisamente eso le otorga la gracia al libro. Y ahí está el equilibro que tan bien se ha sabido alcanzar. Cassandra es hermana y a la vez protagonista de su propia historia y de cualquiera de las novelas de la famosa autora que presentaban a mujeres fuertes siempre dispuestas a ayudar a los demás anteponiendo eso al matrimonio pese a haber tenido oportunidades. Y ahí, más o menos, es donde mi lengua acarició la palabra cliché. Si la autora no se hubiera empeñado en convertir su obra en algo "redondo" estoy segura de que la hubiese disfrutado muchísimo más. La perfección, aunque suene raro, acaba por minar la historia.
Miss Austen es una novela entretenida a la que se perdonan los excesos pero que no llega a brillar.
Y vosotros, ¿sois lectores de Austen?
Gracias.
¡Hola! Las obras de Jane Austen son maravillosas, por lo que no dudaría en darle una oportunidad a esta lectura. Gracias por la reseña. ¡Besos!
ResponderEliminarPor un lado me tientas, sobre todo porque me gusta Jane Austen, pero esos perillos que mencionas... No me lanzo pero si se cruza, no creo que me resista.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola, yo hace años leí algo de Austen, pero no es algo que en este momento desee explorar, y más si le sumamos esos menos, chao
ResponderEliminarMuy de acuerdo contigo en que lo de quemar las cartas es la mejor decisión que podía tomar, por mucho que nos hayamos quedado a oscuras sobre la parte de privada de la autora. En cuanto al libro, es curioso, porque de Cassandra se habla muy poco, pero no me llama la atención.
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