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lunes, 17 de junio de 2024

Todos en mi familia han matado a alguien. Benjamin Stevenson

 

 

     "Un único haz de luz que recorrió las cortinas me anunció que mi hermano acababa de aparcar en la entrada. Cuando salí a la calle, lo primero que percibí fue que el faro izquierdo del coche de Michael estaba apagado. Y lo segundo fue la sangre. 
     No había luna y el sol aún no había salido, pero incluso en la penumbra sabía exactamente dónde estaban las manchas oscuras que salpicaban el faro roto y se extendían a lo largo de una buena abolladura en el guardabarros. 
     No soy un ave nocturna, pero Michael me había telefoneado media hora antes. Fue una de esas llamadas que, cuando miras la hora con la vista aún borrosa, sabes que no es para informarte de que alguien ha ganado la lotería. Tengo algunos amigos que a veces me llaman desde el Uber camino a casa para ponerme al día de la juerga que se han pegado esa noche. Michael no es uno de ellos. 
     Bueno, miento. No seguiría siendo amigo de alguien que me llamara pasada la medianoche.
     — Necesito verte. Ahora".

     A veces es simplemente el título lo que atrae. Eso me sucedió con este título y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Todos en mi familia han matado a alguien.

     Conocemos a  Ernie Cunningham, un hombre con una familia muy peculiar. Ahora tiene que acudir a una reunión de toda la familia en un magnífico resort en plena zona nevada y, como os podéis suponer, no le apetece nada. Ernie no quiere estar allí, no quiere ver a su hermano Michael, ya que avisó a la policía de que había asesinado a alguien convirtiéndose así el en paria. Pero... 
     Y entonces aparece el primer muerto. Uno de muchos. Alguien será el asesino, solo hace falta saber quién. Si sigues vivo.

     Hace tiempo que leí este libro y, como ahora va a ver la luz la segunda parte, me he decidido a traerlo aquí. Lo primero que me llamó la atención es la originalidad del narrador. Un hombre que sale vivo de una pequeña matanza y decide escribir un libro para contarlo. Comienza entonces señalando el código que tienen que seguir este tipo de novelas y establece un compromiso con el lector de cumplir una serie de normas, que deja por escrito para que el lector sea capaz de ir una a una y adelantarse a la resolución final. A partir de ese momento comienza un juego en el que, cuanto más alto dice el narrador que puedes fiarte de él, menos te lo crees. Y es que tanto el misterio, que se va enroscando sobre sí mismo, como el humor que destila la narración, son dos puntos que enganchan desde las primeras páginas. Quizás no sea un misterio al uso y catalogarlo como novela negra sea llamativo, el hecho es que se trata de una novela divertida en la que uno se deja caer sin saberlo y termina atrapado un par de días sin haberse dado cuenta. Iremos conociendo a la familia y sus relaciones cruzadas y, sin darnos mucha cuenta, Ernie tiene al lector en su mano ya que se dirige a él con la soltura de quien se sabe con el poder de la razón o, al menos, del conocimiento completo de lo que está sucediendo.
     La novela, aunque en este caso no era difícil de adivinar, guarda una sorpresa para quien lo haya hecho, algo que es de agradecer y que no suele suceder en este tipo de libros. Y quizás por eso o un poco por todo, me ha recordado al enganche que sufría con las novelas de misterio cerrado que leía durante mis noches de estudio para desconectar. Y es que, seamos sinceros, lo he pasado bien y hasta le he cogido cariño a Ernie.

     Todos en mi familia han matado a alguien me ha parecido un aporte fresco y una novela francamente divertida. En nada os contaré la segunda parte, si eso sirve como ejemplo de mi valoración final.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 12 de junio de 2024

Todo final es un comienzo. Dolly Alderton

 


     "Razones por las que está bien no estar con Jen 
     No sabe bailar. No tiene nada de ritmo. Me parecía adorable hasta que vi que se reían de ella y, me sabe mal decirlo, me dio vergüenza. 
     Una vez oí que le decía «Quedamos para tomar un capuchino un día y lo hablamos» a mi prima adolescente, que quería consejos sobre las solicitudes de acceso a la universidad".

     He visto tanto este libro en las librerías y sus escaparates que, al final, me lo he tenido que llevar. Sin saber siquiera de qué iba, solo porque parecía que me lo encontraba en cualquier parte que posara la vista. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Todo final es un comienzo.

     Conocemos a Andy, que es quien nos cuenta su historia. Andy tiene 35 años y se dedica a la comedia. Además le ha dejado su novia Jen con la que llevaba más de 3 años, creo recordar que él lleva exactamente la cuenta del tiempo que llevaban juntos cuando ella le dijo que quería estar soltera. Andy no termina de creerlo y piensa que lo puede arreglar de alguna manera. Y todo esto supone además que ahora tiene que vivir solo con sus ingresos en una ciudad como Londres, lo que le lleva a convivir con un anciano muy peculiar. Además, todos sus amigos están casados. En definitiva, un desastre de vida.

     Con los datos que os he dado ya os supondréis que estamos ante una suerte de comedia romántica más comedia por la forma en que se expresa que por el contenido, ya que Andy no creo que se ría mucho de su situación. Alderton realiza un trabajo de recreación de una situación en la que se encuentran muchas personas y lo cierra de forma brillante al darle la voz a Jen en la parte final de la novela, para de este modo dejar tranquilos a los lectores. Y yo... bueno, yo no estoy acostumbrada a las comedias románticas, y de no ser porque esta me ha recordado a "Alta Fidelidad" posiblemente no hubiera seguido leyendo, algo de lo que ahora que lo he terminado no me arrepiento en absoluto. La novela tiene muchos ecos del cine romántico de finales de los noventa, solo que adaptada al momento. Es decir que Andy stalkea al nuevo novio de Jen, descubre que se ha quedado obsoleto con respecto a lo que se publica en IG cuando sale con una chica que... bueno, que no lo entiende, se pone a dieta porque todo el mundo sabe que hay que ponerse guapo para salir al mercado... Dicho así podría parecer que Andy es Bridget Jones y ciertamente tiene una parte de ella, pero en una versión más joven que no comprende a las mujeres. Lugares comunes en definitiva por los que la autora se mueve como pez en el agua y que adereza con una prosa fresca de fácil lectura que hace pasar un par de buenos ratos en los que se termina la novela.

     Todo final es un comienzo en una comedia divertida de leer, que no de vivir, que os recordará a estar viendo una película romántica con ciertos gustos al pasado, ese en el que Adam Sandler aún era joven.

     Y vosotros, ¿también os pasa que a veces os encontráis un libro en todas partes?

     Gracias.

lunes, 10 de junio de 2024

Qué clase de madre. Clay McLeod Chapman

 


     "Brandywine, Virginia 
      La patrulla guardacostas de Virginia busca a un pescador local en la bahía de Chesapeake tras descubrirse su barca abandonada en la orilla sur de la isla de Gwynn. 
     Henry McCabe, de 35 años, es el dueño de la cangrejera matrícula 1974 Chesapeake. Un transeúnte encontró la barca varada y con indicios de haber estado ocupada, entre ellos comida y ropa infantil. Por el momento no se ha localizado a McCabe. 
     Sally Campbell, portavoz de la patrulla guardacostas, informó que: «No se recibieron peticiones de ayuda, y la situación meteorológica no era adversa. No se aprecian indicios de violencia».

     La maternidad es un tema que ha dado mucho juego al terror desde siempre y, un poco por eso, me gusta acercarme cuando veo que publican algo así. Hoy traigo a mi estantería virtual, Qué clase de madre.

     Conocemos a Madi, una mujer que, como tantas, no lo ha tenido fácil. Hace tiempo se tuvo que marchar de su ciudad natal y comenzar una vida nueva junto a su hija, aunque ahora ha tenido que regresar. Qué no hace una madre por su hija. Allí Madi sobrevive como puede en un mal motel y leyendo la mano a la gente y al lector, obviamente, le cae bien. Se reencuentra entonces con Henry McCabe, viejo amor y sospechoso de la desaparición de su hijo Skyler hace años. Niño que, por cierto, había tenido con la chica por la que abandonó a Madi y que se suicidó tras perder a su bebé.
   
     Bien, así a grandes rasgos ya sabéis lo suficiente de una novela que puede parecer negra en sus primeras páginas, ya que debuta con la historia de la desaparición del bebé que poco a poco gira al terror de tal forma que el lector presiente el cambio pero no se inmuniza frente a él. Para cuando el cambio sucede, estamos entregados a esta novela a doble voz que no ha convertido a Madi en heroína, pero ha hecho que nos gane el corazón. De todos modos, estamos ante un libro que va a dividir a los lectores entre los que disfruten con la primera parte y los que lo hagan con la segunda. Personalmente disfruté mucho con el giro que el autor decide dar a la historia sacando al lector de una zona de confort que fácilmente podía haber derivado a una trama convencional y dejarlo adentrarse en monstruos internos y no tan internos vestidos de dolor y culpa. Una parte de la novela que me ha parecido un delirio como pocos, que se disfruta con la mente abierta y dejándose engullir hasta perderse. Porque así uno descubre que, las sensaciones, sirven mucho más que buscar el significado exacto a las palabras.
No voy a decir mucho más, porque creo que llegar en blanco es la mejor forma y, los que lo hayan leído, posiblemente piensen que he dejado demasiadas pistas.

     Qué clase de madre ha sido una lectura que he disfrutado mucho y, de verdad, no voy a comer nécoras en una temporada.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 3 de junio de 2024

El hijo predilecto. Yuko Tsushima

 


     Tenía muchas ganas de leer a esta autora. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El hijo predilecto.
  
     En el hijo predilecto conocemos a Koko, una mujer que no ha dudado en enfrentarse a todos para ser madre ella sola. Que su trabajo sea el de profesora de piano, lo que le hace depender de los alumnos para saber los ingresos que va a tener esa semana, no ayuda a que su vida sea apoyada por ellos, cuyo corte es mucho más tradicional, lo que hace que su hermana Shoko se meta en su vida una y otra vez. La hija de Koko, Kayako, parece llevarse bien con Shoko y su familia, lo que hace que su madre se sienta desplazada y para completar el cuadro ahora teme haberse quedado embarazada de un amigo de su ex con el que no planeaba tener nada estable.

     Inicialmente tiene uno la percepción de que Koko es feliz con su vida un tanto alternativa para los convencionalismos, sin importarle demasiado que su hija pase el tiempo con su tía y no con su madre o que su hermana se preocupe perennemente por su situación. Será la posibilidad de estar embarazada la que le haga replantearse si es viable su estilo de vida y con él la autora plantea la maternidad en Japón en la década de los 70. El equilibro entre el trabajo, la maternidad y el tiempo libre se vuelve complicado y amenaza con ser imposible y la autora desarrolla una parte de la infancia de la protagonista para que el lector sea capaz de tener una mirada mas ámplia. No solo eso, la autora avanza para mostrar a una madre perezosa que prefiere quedarse en casa o luchar por su hija y las consecuencias que eso tiene en el desarrollo de la niña. Y es que el mayor éxito de la novela es la propia Koko, un personaje difícil al que comenzamos a conocerlo posicionándonos en el lugar de su hermana pero que la autora tiene la capacidad de ir girando para que la comprendamos. Aquí no se trata de si apoyamos a la protagonista o de contarnos algo que justifiquen su conducta, Tsushima busca una pregunta mucho más simple: ¿tiene derecho a elegir su vida esta mujer o el hecho de ser madre la debería de condicionar para todo lo demás? ¿Y si lo que quiere es nada, solo dejar pasar su vida? Por eso en lugar de ir explicando para justificar lo que muestra es que pese a parecer despreocupada, ella tiene aún muchos lazos que ni siquiera quiere y le gustaría romper, posiblemente le gustaría llevar la vida que llevan algunos de los hombres que transitan por la novela. La despreocupación, la falta de interés o de compromiso que parece tan común en ellos y que no puede hacer otra cosa que dar lugar a un desencuentro que muestra un momento que ha quedado atrás en nuestra sociedad.
     Y es que hay muchos tipos de familias y muchas maneras de entender la maternidad o la paternidad, desromantizándola y también eliminando esa suerte de obligatoriedad a reproducirse. De hecho leer libros ambientados no hace tantos años dan una buena muestra de los rápidos cambios que se han producido en algunos conceptos en apenas unos pocos años.

     El hijo predilecto es un libro que he disfrutado mucho y me ha abierto la puerta a una escritora con la que repetiré.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
 
     Gracias.