Tenía muchas ganas de leer a esta autora. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El hijo predilecto.
En el hijo predilecto conocemos a Koko, una mujer que no ha dudado en enfrentarse a todos para ser madre ella sola. Que su trabajo sea el de profesora de piano, lo que le hace depender de los alumnos para saber los ingresos que va a tener esa semana, no ayuda a que su vida sea apoyada por ellos, cuyo corte es mucho más tradicional, lo que hace que su hermana Shoko se meta en su vida una y otra vez. La hija de Koko, Kayako, parece llevarse bien con Shoko y su familia, lo que hace que su madre se sienta desplazada y para completar el cuadro ahora teme haberse quedado embarazada de un amigo de su ex con el que no planeaba tener nada estable.
Inicialmente tiene uno la percepción de que Koko es feliz con su vida un tanto alternativa para los convencionalismos, sin importarle demasiado que su hija pase el tiempo con su tía y no con su madre o que su hermana se preocupe perennemente por su situación. Será la posibilidad de estar embarazada la que le haga replantearse si es viable su estilo de vida y con él la autora plantea la maternidad en Japón en la década de los 70. El equilibro entre el trabajo, la maternidad y el tiempo libre se vuelve complicado y amenaza con ser imposible y la autora desarrolla una parte de la infancia de la protagonista para que el lector sea capaz de tener una mirada mas ámplia. No solo eso, la autora avanza para mostrar a una madre perezosa que prefiere quedarse en casa o luchar por su hija y las consecuencias que eso tiene en el desarrollo de la niña. Y es que el mayor éxito de la novela es la propia Koko, un personaje difícil al que comenzamos a conocerlo posicionándonos en el lugar de su hermana pero que la autora tiene la capacidad de ir girando para que la comprendamos. Aquí no se trata de si apoyamos a la protagonista o de contarnos algo que justifiquen su conducta, Tsushima busca una pregunta mucho más simple: ¿tiene derecho a elegir su vida esta mujer o el hecho de ser madre la debería de condicionar para todo lo demás? ¿Y si lo que quiere es nada, solo dejar pasar su vida? Por eso en lugar de ir explicando para justificar lo que muestra es que pese a parecer despreocupada, ella tiene aún muchos lazos que ni siquiera quiere y le gustaría romper, posiblemente le gustaría llevar la vida que llevan algunos de los hombres que transitan por la novela. La despreocupación, la falta de interés o de compromiso que parece tan común en ellos y que no puede hacer otra cosa que dar lugar a un desencuentro que muestra un momento que ha quedado atrás en nuestra sociedad.
Y es que hay muchos tipos de familias y muchas maneras de entender la maternidad o la paternidad, desromantizándola y también eliminando esa suerte de obligatoriedad a reproducirse. De hecho leer libros ambientados no hace tantos años dan una buena muestra de los rápidos cambios que se han producido en algunos conceptos en apenas unos pocos años.
El hijo predilecto es un libro que he disfrutado mucho y me ha abierto la puerta a una escritora con la que repetiré.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
¡Hola! Me encanta la literatura japonesa, por lo que me lo llevo apuntado. Gracias por la reseña. ¡Besos!
ResponderEliminarHola! Siempre ando en busca de nuevas lecturas de autores japoneses así que me llevo esta apuntada. Me llama mucho la atención el tema de cómo se plantea la maternidad a partir de los ojos de la protagonista, su hermana y de su hijita.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir! Un saludo ♥
Parece interesante, me gusta mucho la literatura japonesa.Lo tendré en cuenta para cuando bajen mis pendientes.
ResponderEliminarjose maria mena alvarez, hijo predilecto de villarcayo burgos
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