"Poco a poco, el muelle fue cogiendo forma".
Vaya por delante que de este autor me encantó su trilogía de zombies, después de la cual hemos tenido una relación desigual en sus títulos, pero lo he seguido leyendo. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Cuando la tormenta pase.
Conocemos a Roberto, que se traslada a la isla de Ons para escribir durante el invierno. Se encuentra en un lugar rodeado de mar y habitado por unos pocos vecinos entre los que destacan las familias Docampo y Freire, enfrentadas de toda la vida. A las relaciones vecinales se une la llegada de un fardo a la costa, el aislamiento por la tormenta y el peligro en el que se acaba viendo inmerso el escritor.
La novela, que comienza con un ritmo pausado, más narrativo para ir presentando al lector sus personajes y entorno, está concebida como un page turner que va acelerando y cargando tintas para mantenerlo pegado a sus páginas. Aún así desde el principio deja claro a qué tipo de novela nos enfrentamos. Una isla pequeña, problemas de abastecimiento, "regalos" truculentos y una presentación vecinal se unen a una buena ambientación, lo más destacable para mi de la novela, para dar la bienvenida al lector a una historia que coge muchos elementos clásicos de películas de misterio para fusionarlos en su trama. La novela es exagerada, Roberto es un pobre desgraciado al que parece que el autor tenga cierta manía, o yo al menos lo pensé durante bastante rato, ya que, si bien es cierto que no lo mata, no le sale una cosa bien desde que pone el pie en esa isla en la que parece terminar enfrentado con todos.
La novela es exagerada, sobre todo en su parte final, no tiene problema en recurrir a clichés o cargar tintas y no busca la credibilidad, ya que se trata de entretenimiento. Para mi, que pertenezco a ese grupo de lectores que tenemos mucho leído a la espalda, le ha faltado originalidad y posiblemente calidad literaria como tal para tener el premio que se le ha otorgado, pero también tengo que decir que cumple perfectamente la función con la que estoy segura fue escrita: que el lector se enganche y le cueste soltarlo hasta haberlo terminado. Y yo soy una firme defensora de la literatura como entretenimiento puro y duro porque no hay nada más difícil que entretener en un mundo en el que las opciones de ocio se multiplican. En este caso, además, Loureiro ha recuperado ese toque de humor que hace que el lector se ría en los momentos más inoportunos y que reconozco echaba de menos en sus novelas, ya que era uno de los puntos que más disfrutaba.
Cuando la tormenta pase es una novela entretenida. Con todo lo que ello significa.
Y vosotros, ¿sois lectores de premios?
Gracias.
Leí la novela hace un par de semanas, participo totalmente de lo que manifiestas. Es el clásico libro para leer con 40 grados y no se si eso es o no bueno de alabar.
ResponderEliminarComo siempre digo, lo único que no le perdono a un libro es que me aburra. Yo también defiendo la literatura de entretenimiento, tan solo le exijo que tenga una mínima calidad literaria. Lo malo para estas novelas es que las hay muy entretenidas y muy buenas, y frente a ellas no tienen nada que hacer, pero de vez en cuando un entretenimiento inocuo, sin más, apetece.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola! Leí otro libro del autor, La puerta, y también note ese dejarse llevar con el final, pero lo que está claro es que sabe entretener.
ResponderEliminarBesos
Marta
¡Hola! Aun tengo pendiente a este autor y creo que este libro es un buen comienzo para conocer su pluma. Gracias por la reseña. ¡Besos!
ResponderEliminarNo he leido nada de este autor, a lo mejor le doy una oportunidad
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