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viernes, 30 de agosto de 2013

Guerra Mundial Z. Max Brooks




     "Se la conoce por muchos nombres: La Crisis, Los Años Oscuros, La Plaga Andante, así como otros apelativos nuevos más a la moda, como Guerra Mundial Z o Primera Guerra Z. Yo prefiero no utilizar este último apodo, ya que implica inevitablemente Segunda Guerra Z. Para mí siempre será la Guerra Zombi, y, aunque puede que muchos pongan en tela de juicio la precisión científica de la palabra zombi, les costará encontrar otro término mundialmente aceptado para designar a las criaturas que estuvieron a punto de provocar nuestra extinción. Zombi sigue siendo una palabra devastadora, con una capacidad incomparable de evocar numerosos recuerdos y emociones, y son dichos recuerdos y emociones los que dan forma a este libro."

     El otro día comentaba con Marilú que pasé una época zombi. Hace un tiempo descubrí los cómics de The walking dead, pasé por Carlos Sisi, por Loureiro, y por Brooks. Incluso recuerdo que me descargué en el móvil un juego llamado Plantas vs Zombis. Va por épocas supongo. Ahora se ha estrenado en el cine Guerra mundial Z y aprovecho para recordar un libro que me sorprendió por el formato y por lo que contenía. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Guerra Mundial Z.

     Una vez superado un conflicto a nivel mundial con lo que muchos denominan zombis, las Naciones Unidas realizaron un informe que recogía testimonios de personas que lo vivieron. Desde el paciente cero hasta el fin de la guerra iremos recorriendo testimonio a testimonio y país por país cómo se sucedieron los hechos.

     Poco tienen en común el libro y su adaptación cinematográfica, por eso me he decidido a traerlo. Si bien el narrador del libro es un integrante de la ONU encargado de realizar las entrevistas y la investigación, en el libro con lo que nos vamos a encontrar es con un relato que se reviste de la búsqueda de un sentimiento de realismo que no trasciende a la gran pantalla.
     Ya ordenado de forma cronológica accedemos a este informe formado por apreciaciones y entrevistas en el que seguiremos la trayectoria del conflicto, desde las primeras alarmas con la aparición de los primeros muertos vivientes, pasando por las cosas que se hicieron mal para contener la epidemia, el pánico que se desata cuando la situación se descontrola, la situación en Estados Unidos y el mundo, las zonas seguras, las campañas militares y, al fin, la guerra, el fin de la misma y testimonios de los supervivientes.

     Cuando me tropecé con el libro, lo primero que me sorprendió es el cambio en la forma de tratar el tema. No se trataba de un hombre o grupo de hombres luchando por salvar el mundo, ni siquiera por sobrevivir. En este caso lo que nos iban contando eran distintas visiones de un conflicto marcadas por los entrevistados en muchos casos. Las ideologías, los lugares de procedencia, las actividades profesionales, los niveles culturales, marcaban su forma de ver y relatar lo que había sucedido. Y eso me llamó poderosamente la atención. Es cierto que me sobró alguna de las entrevistas, pero se veía ámpliamente compensada con otras que aparecían intercaladas, y la lectura se convirtió en un puzzle sobre una guerra o plaga como muchas que ya había vivido nuestro planeta. "Realismo" me sorprendí pensando, y digo que me sorprendí porque estábamos hablando de zombis, y tratar con realismo un tema así es algo que se me antojaba inaudito.Incluso hoy que es un tema que empieza a estar desgastado, es un libro que aporta una lectura diferente. Y eso es siempre un punto a su favor. Conseguir que el lector llegue a no plantearse el tema sino que se plantee la exposición como si fuera un posible, es un mérito que hay que reconocer a Max Brooks y precisamente por eso, es una lectura más que recomendable tanto para los aficionados al tema como para aquellos que aún no se han decidido a sumergirse en él.
     Un tema de moda, un libro en el que ya conocemos el final y una superproducción protagonizada por uno de los actores estrella de Holliwood. Una lectura muy entretenida.

     Y vosotros, ¿habéis sido contagiados por la euforia zombi aunque sea en su versión cinematográfica? (Por cierto que hablando de cine el autor es hijo de Mel Brooks. Se que no tiene nada que ver, pero me llamó la atención)

     Gracias


miércoles, 28 de agosto de 2013

Pornografía. Manuel Arranz




     "Quisiera poder contar una historia sencilla, un idilio, un relato de un centenar de páginas. Un idilio es como un estado de gracia, una experiencia mística en el sentido que daba Wittgenstein a este término: Lo inexpresable, ciertamente, existe. Se muestra, es lo místico. La primera frase es de Ionesco. Está en sus diarios. Pero no sólo es suya. Entiéndanme."

     Desde que me enteré de la existencia de este libro lo quise. Es difícil decir el motivo, pero apenas un puñado de líneas hicieron que tuviera un deseo irresistible de leerlo. Fue justo supongo, ya que se trata de un libro cortito y enseñar más que ese puñado hubiera sido excesivo. Ayer lo compré, y lo leí, y hoy lo traigo a mi estantería virtual. Hoy traigo, Pornografía.

     En Pornografía conocemos a un hombre sin nombre, un hombre cualquiera. Y digo conocemos porque nos habla desde su mente, con esos saltos que damos al pensar debidos a libres asociaciones que nos parecen lógicas. Y todas ellas, absolutamente todas, hablan de amor.

     Una de las acepciones de la palabra pornografía nos habla de el carácter obsceno de las obras literarias o artísticas. Obsceno, sin pudor... y lo que es la mente, rápidamente pensamos en el desnudo. Y justo eso es lo que hace nuestro narrador, desnudarse sin pudor alguno y dejarnos ver todos sus sentimientos. Y para eso, no hace falta hablar de sexo. De hecho, en Pornografía no se habla de sexo, la única alusión la encontramos en un título directo, provocador.
   
     A través de párrafos cortos y frases literarias sueltas vamos descubriendo el amor que vivió nuestro protagonista, y cuanto lo echa de menos. El nacimiento del sentimiento y sus manifestaciones, la felicidad, la incertidumbre, los celos, los pequeños detalles que componen una vida en común. Y nos habla también de su vida a través de reflexiones que él mismo reconoce no son particularmente originales, precisamente por ser ciertas. Y lo hace con palabras precisas y un ritmo con el que provoca que se nos antoje estar leyendo un poema que nos recita un amigo a media luz, una confesión íntima de esas cosas que hemos sentido y nos van a acompañar siempre.

     Hoy traigo un libro que me ha parecido tan hermoso como turbador. Una historia en la que se desnuda un alma en lugar de un cuerpo para hablarnos del amor y dejarnos sus palabras resonando en los oídos pese a que no las hemos escuchado, sino leído. Una vez más, mi cuaderno de fragmentos se ha visto invadido por frases de un único libro. Y mi cabeza, porque me ha dado en qué pensar.
   
     Por si no lo habíais notado, me ha gustado mucho esta lectura que llegó como un amor a primera vista. Y vosotros, ¿habéis sufrido este flechazo alguna vez al mirar libros? No os preguntaré el resultado, os dejo a vuestra elección contarlo y decir el título.

     Gracias

martes, 27 de agosto de 2013

Nuestro común amigo. Charles Dickens




     "Al atardecer de un día de otoño, no importa precisar el año, una barquichuela mugrienta y de ruín aspecto, con dos personas  a bordo, surcaba las aguas del Támesis entre el punte de hierro de Southwark y el de piedra de Londres. Esas dos personas son un hombre de edad y una mujer de diecinueve años."

     Lo sé, el bicentenario del nacimiento de Dickens fue el año pasado, este año toca Cortázar... pero yo voy por libre. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual la última gran novela escrita por Dickens, hoy traigo, Nuestro común amigo.

     Un joven heredero de la fortuna de su padre, tiene que casarse para que dicha herencia se haga efectiva. Y no le vale cualquier mujer, ha de ser una a la que ni siquiera conoce. Viaja para ello a Londres, pero antes de su llegada encuentran un cadáver flotando en el Támesis y lo identifican positivamente como el suyo, así que la herencia pasa a un obrero con consecuencias encadenadas en la sociedad y dejando al joven a su propia suerte e inventiva para conseguir el puesto que legítimamente le correspondía.

     Siendo esta la última novela del autor, es lógico que nos encontremos a un Dickens más depurado, en su ironía, en su crítica social, en los diálogos las descripciones... si ayer traía una novelita corta hoy son más de setecientas páginas las que necesita este novelón que fue publicado en su momento, como tantas obras de Dickens, por entregas. Sólo así se entiende la longitud de algunas de sus obras cuando la resolución del enigma de turno era incluso previsible. Sin embargo no nos importa porque en esta historia de herencias, amores, engaños y mentiras, los que cobran protagonismo son los personajes. Todos ellos. Como siempre, buenos muy buenos y malos muy malos, pero igualmente entrañables entre sí.

     El tono irónico y la crítica a las dobles caras me hicieron reír durante gran parte de su lectura y, debido a su extensión tengo que reconocer me tuvo ocupada bastante tiempo. Una novela estupenda, si os digo la verdad... hasta llegar a su parte más conocida, el final. Dentro de esta novela, con la que conocemos la sociedad de la época y los intereses que les mueven, el final resulta seco, apresurado...  abrupto. Nos deja sorprendidos después de haber estado disfrutando de ese tono pausado casi de cuento que tanto le gustaba a Dickens usar en sus narraciones. Sin embargo no estropea la historia, pese a dejarnos con los ojos abiertos la novela que hoy traigo es entretenida, divertida, recorre cada estrato social y, tal y como corresponde a este tipo de historias, no dejan de suceder cosas página tras página. Se trata, pues, de una lectura más que recomendable para incluir entre los estantes de nuestras bibliotecas. A fin de cuentas, el autor es una apuesta segura y no viene mal salirse de los títulos archiconocidos.
   


     Y vosotros, ¿qué habéis leído de Dickens?

     Gracias


lunes, 26 de agosto de 2013

Una biblioteca de verano. Mary Ann Clark Bremer




     "Arañadas tapas de un verde ajado, como de un terciopelo muchas veces expuesto a la luz.
     Tapas del color del tabaco. Y del de los corales de las islas Filipinas.
     Tapas del color de la luz del atardecer en Nueva Inglaterra -mis otros veranos-.
     Tapas con olor a cobalto, a moho dulce, a gusanos de seda, a madreselva, a coñac, a tierra mojada.
     Tapas estampadas con dos líneas de oro desvaído, en Azul Prusia, en blanco sucio de nieve.
     Los libros con tapas de cartón forradas con telas, y los libros de tapas flexibles para los días de tren o playa.
     Libros en miniatura (los poemas de Verlaine) y libros gigantescos (algunas novelas de Balzac).
     Libros que podían sujetar un edificio entero (por lo que dicen y por cómo lo dicen).
     Ningún libro malo entre tantos libros."

     Este fin de semana preguntaba el motivo por el que nos lanzamos a leer frente a otras actividades. Hablaba también de cafés literarios, de libros... y eso hizo que recordara una novela que me duró un suspiro. Hoy traigo a mi estantería virtual, Una biblioteca de verano.

     A mediados de los años 40 y aún convaleciente del ataque sufrido el buque que la transportaba junto a sus padres, Mary Ann nos relata echando la vista atrás lo que fue un verano pasado entre libros. En una biblioteca formada por los libros que sobrevivieron a la guerra y que habían pertenecido a su tío, ahora muerto como sus propios padres. Con ellos y gracias a ellos, conoceremos a esta mujer y veremos como cicatriza su espíritu.

     Noventa páginas. Esa es la extensión de esta novela en la que la autora nos cuenta una parte de su vida. Noventa páginas de sentimientos, noventa páginas en las que, de haber marcado todas las frases relevantes del libro, no hubiera dejado apenas espacio para ver el color del papel salvo en los márgenes. En ellas plasma su admiración por dos cosas, su tío Marcel y la literatura. Y esta última la conoció gracias a Marcel, a quien le dedica párrafos realmente bellos:
     "Un hombre a punto de morir no puede escribir pero dicta sus cartas, que, más tarde, son leídas a su sobrina, quien no puede leerlas: tiene los ojos vendados debido a la metralla."
¿Quién puede resistirse a un párrafo así? Nos acaba contagiando de su amor por este hombre y también por los libros que nos enseña. Empieza con una pequeña lista, un autor y un adjetivo: "Flaubert (inteligente), Stendhal (poderoso), Remy de Gourmont (misterioso), Marcel Proust (delicado)..." y termina por mostrarnos su vida a través de fragmentos, de pensamientos, de palabras tomadas de unos y otros autores. Como si cada libro, cada autor que entra en esa biblioteca, tuviera algo que decirnos sobre Mary Anne. Ella misma nos lo expresa así:  "Me había sentido maldita. Una mujer Rimbaud, hermana de sangre del poeta."
     También hay hueco para el amor en el libro, en tan poco espacio se abre paso una historia de amor presente y tal vez otra en pasado que, para mi gusto, quedan eclipsadas por el enorme amor por los libros que manifiesta su autora. Porque esa es la verdadera esencia de este libro, el amor por los libros.

     Hoy os traigo un libro cuyo mayor defecto es la escasez de páginas. De esos que uno termina de leerlos cuando aún conserva la sensación de estar descubriendo una obra que vamos a disfrutar. Un visto y un visto, un pequeño placer frugal. Como si se tratara de una biblioteca... que durase un único verano.

     Y vosotros, ¿qué estáis leyendo esta semana?

     Gracias

     PD. Tengo que leer algo de Hazlitt, enamoró con sus letras a la autora...

sábado, 24 de agosto de 2013

Y tú, ¿por qué lees?




     "Me gusta extraviarme de mi mismo a través de otras mentes: cuando no estoy pensando estoy leyendo. Soy incapaz de sentarme a pensar, los libros piensan por mí."
     Charles Lamb

     Hace poco comentaba que eran ya dos años los que llevo viniendo día sí día también a contaros los libros que he leído y me han gustado. En realidad no suelo traer libros que no me gustan exactamente igual que si me preguntan por un restaurante para recomendarlo no empiezo diciendo aquellos que no me agradan. Hay tanto donde elegir que prefiero no perder el tiempo hablando de los que puedo pasar por alto. Eso no significa que si digo que leo un libro y no lo posteo ese libro no me haya gustado, tampoco sigo un orden estricto en la publicación, tiro de libros leídos hace tiempo y los mezclo con lecturas recientes. Me gusta mezclar, tanto en post como en lecturas. Y por eso aparecen libros de todo tipo por aquí. Porque así es como selecciono muchas de mis lecturas, por recomendaciones o tropiezos ocasionales en el camino.

     Podría deciros que leo para aprender, pero en realidad leo para conocer otras vidas, otros momentos, para evadirme, para disfrutar con las palabras escritas por otros que gozan de una capacidad que, en lugar de envidiar, admiro. La de crear mundos y dejarme una ventana abierta para asomarme a ellos. Leo por conocer a presos, detectives, asesinos, vecinos, formas extraterrestres y payasos. Todos ellos tienen un rincón en esa especie de zoo en que se ha convertido mi memoria lectora. Leo para pasearme por épocas pasadas y futuras y por conocer situaciones en el presente. Por descubrir vidas ajenas que me lleven por caminos que para mí son imposibles, independientemente del motivo que provoque esa imposibilidad. Y, sobre todo, leo por los momentos que me aporta cuando todo está en silencio y tengo un rato para mí. Cualquier motivo me sirve, cualquier excusa es buena para abrir un libro y compartir mis impresiones sobre un tema o autor.

     Se lee poco, dicen. Leer es bueno, añaden. Y aparecen campañas de lectura, ferias del libro y publicidades. Se crean los book tráiler, esa especie de minipelículas que siempre me pregunto el motivo de su existencia si no se emiten por la tele en lugar de ese antipático anuncio de almorranas. ¿O tal vez es más fácil hablar de estreñimiento que de un libro sin conseguir aburrir a la gente? Y las críticas y los autores de culto y los superventas. Esos si que me llaman la atención porque hacen que me sienta descolgada cada vez que veo una lista de libros más vendidos. Si acaso me sacan la sonrisa. Esas listas en las que aparecen como libros más vendidos de ficción temáticas seudoeróticas que todo el mundo critica. Pero oye, ¡allí están en el número uno! No digamos ya en no ficción; esa sección en la que uno encuentra un montón de biografías que son tan interesantes como los documentales de ese canal que puedes ver un día y presumir un mes de haberlo hecho (exactamente igual que si hubieras salido a cenar con una supermodelo). Pero que no canten victoria las biografías porque a esta lista le sucede lo mismo que a la anterior y la dominan métodos para ser feliz, adelgazar o dejar de fumar (dicho esto espero que no llegue la moda erótica a los libros de autoayuda, eso si que puede ser terrorífico). Al final, y retomando la pregunta que me hacía antes, quizás si sea más fácil encontrar a una persona contando que tiene pérdidas de orina a que admita haber leído el libro que está situado en lo más alto de la lista. Un libro concebido para entretener en la mayor parte de los casos y que suelen hacerlo sin muchas más pretensiones. Y que en muchos casos es tan leído como criticado porque es más fácil decir que no te gusta Grey a afirmar que Auster te aburre, eso no es gracioso ni te deja en buen lugar. Ni tampoco suele aparecer en dichos listados.

     Cada cual lee por un motivo y yo me he pasado muchos meses preguntando y anotando vuestros libros, ideas sugerencias y pasiones literarias. Lo que aún no os he preguntado es el motivo que os impulsa a leer. Ese que hace que cuando nos sentemos en el sofá de casa no alarguemos el brazo para coger el mando a distancia porque ya hemos llegado con un libro en la mano. Y eso es lo que me gustaría saber hoy. Poder hacer una suerte de decálogo de motivos para leer como esos que la gente cuelga en las redes y que han sido escritos por personas ocurrentes o con ingenio. Pero uno de verdad, nuestro. Ya sea porque la televisión me aburre, o porque estoy practicando un idioma; cualquier motivo es bueno para abrir un libro. Y hoy empiezo yo:

     Yo leo porque me gusta la sensación de tener un mundo entre las manos que se para cada vez que cierro el libro dejando a los personajes perplejos, mirando hacia la cubierta cerrada que les sume en una noche sin estrellas. Y disfruto paseándome por cada mundo, por cada vida. Sin saber a dónde me van a llevar.

     Y tú, ¿por qué lees?

     Gracias

     "Ante ciertos libros uno se pregunta: ¿Quién los leerá?
     Y ante determinadas personas uno se pregunta: ¿Qué leerán?
     Y al final, libros y personas se encuentran."
     André Gide

viernes, 23 de agosto de 2013

Flores de verano. Tamiki Hara



     "Cuando salí y me acerqué a comprar flores fue con la intención de visitar la tumba de mi mujer. en el bolsillo llevaba un puñado de varas de incienso que había cogido en el butsudán. El 15 de agosto sería el hatsu-bon, el Primer Día de Difuntos desde su muerte, pero yo no tenía claro que mi ciudad natal pudiera seguir indemne hasta entonces. Era uno de esos días en que desde que amanece hay cortes de luz. Ningún otro transeúnte llevaba flores por la calle a esas horas de la mañana. No conocía el nombre exacto de las mías, pero sus diminutos pétalos amarillos exhalaban un agradable olor a campo, muy propio de las flores de verano."

     El 6 de agosto de 1945 cae la primera bomba atómica de la historia sobre Hiroshima, tres días más tarde caería la segunda sobre la ciudad de Nagasaki. Más de 200.000 personas murieron de forma inmediata a las detonaciones y durante los días y meses siguientes, las cifras se elevarían hasta alcanzar unas dimensiones realmente terroríficas. Durante muchos años, la censura impidió a los japoneses publicar escritos sobre la guerra, pero hubo gente que no sólo sobrevivió a este infierno, sino que tuvo la valentía, o tal vez la osadía de relatárnoslo. Hoy traigo a mi estantería virtual uno de esos testimonios, traigo Flores de verano.

     A través de tres relatos, o tres partes, conocemos la historia vivida por Tamiki. En el primero Preludio a la aniquilación, nos habla de Hiroshima, de su regreso y como era una zona a priori segura en la que las personas intentan llevar una vida normal, aunque algo flota en el ambiente que no es normal del todo, como si fuera una anticipación. El segundo es el que da título al libro, y en él nos habla de una ciudad completamente asolada por la bomba, un auténtico infierno en tierra y un testigo que decide contarle al mundo lo que allí ha sucedido. Y así lo hará en la última parte también, De las ruinas, en la que esa misma ciudad entierra a sus muertos, asiste a las secuelas de los vivos y lucha por salir adelante.

     He tardado mucho en decidirme a leer esta novela. Pasada la tragedia en Japón se sucedieron los testimonios en la literatura de la bomba, publicados en su mayoría en forma de relatos, tal vez para expresar de ese modo todo el horror vivido por miles de personas. El propio autor también lo hizo y este libro es muestra de ello. Lo que no tengo claro es si servía realmente para conseguir un poco de paz, y más aún si tenemos en cuenta que Hara se suicidó en 1951, a los 46 años, arrojándose a un tren. Tuvo que ser una experiencia absolutamente atroz.

     Y justo aquí comienza este libro. en una ciudad normal que intenta quedarse al margen de un conflicto y a la que regresa el autor. Una ciudad que se asfixia en una situación extrema y que tiene una de las peores atmósferas que pueden imaginarse, la de tensa espera. Porque algo tiene que pasar. Y es justo eso lo que nos transmite, miramos sobre su hombro hasta que entramos en el momento 0 y conocemos los horrores, incencios, personas abrasadas, almas que se van. Y sin darnos tiempo a tomar aire vemos las consecuencias menos inmediatas. De esta forma en poco más de 120 páginas consigue que tomemos conciencia de lo que sucedió allí realmente. Nos habla de familia, amigos, huidas y efectos secundarios de algo que les era totalmente desconocido. Nos enseña la ventana del miedo.
     Es un libro conmovedor en muchos sentidos, es imposible leerlo y quedarse sentado pasando las hojas pacientemente. Nos empuja a continuar uno de los episodios más tristes de la historia reciente.Un libro, añadiría, escrito con sumo cuidado en contra de lo que muchos hayáis podido pensar, que se ha convertido en una de mis recomendaciones incondicionales. Un tema poco tratado en la literatura o con el que yo me he encontrado pocas veces. Os dejo mi más sincera recomendación.

     Y vosotros, ¿hay algún momento histórico cuya lectura evitáis?

     Gracias

   

miércoles, 21 de agosto de 2013

Marina. Carlos Ruíz Zafón




     "Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que nunca sucedió. Pasaría una eternidad antes de que comprendiese aquellas palabras. Pero más vale que empiece por el principio, que en este caso es el final."

     Decir que el autor que hoy acerco es un fenómeno literario es redundante. Todos lo sabemos hoy en día y casi todos conocemos el concepto de Cementerio de los libros Olvidados. Sin embargo, Zafón tiene más libros que aportar y hoy traigo uno anterior a La sombra del viento. Hoy traigo a mi estantería virtual, Marina.

     Conocemos a Óscar, un muchacho que se escapa habitualmente por Barcelona buscando aventuras. Así llega a casa de Marina y Germán, que harán casi de improvisada familia mientras Óscar sale ahora acompañado de Marina para buscar misterios. Como quien busca acaba por encontrar ellos encuentran al doctor Kolvenik, una oscura figura que se interpondrá en su camino.

     Muchas veces he comentado la importancia de las primeras lecturas y, sin embargo, pocas veces he traído libros juveniles. Hoy traigo uno, y además no demasiado extenso. Una historia de misterios y aventuras protagonizada por personajes jóvenes que consiguen atraparnos desde la primera página. No puedo decir que se intuye el estilo que el autor acogería en La sombra del viento porque no hace simplemente eso, sino que lo identificamos perfectamente como del mismo autor, incluso nos pueden llegar a parecer similares aunque no lo sean.
     La novelita, de corte fantástico y maravillosamente ambientada para hacerla real, atrapa al lector que vuela por sus páginas hasta el final de una historia hermosa, sorprendente y también algo triste, aunque tengo que decir que el final es el perfecto para el tono y la trama que queda totalmente cerrada por mucho que pese a algunos de sus lectores. Zafón hace uso de un lenguaje fácil y accesible decorado con alguna de esas metáforas que tanto gustan a sus seguidores habituales consiguiendo una historia que merece ser descubierta. Tanto para los jóvenes como para quienes ya no lo somos tanto.

     Hoy traigo un libro estupendo para iniciarse con el autor o para comenzar el hábito lector, ya que difícilmente puedan soltarlo antes de haberlo terminado. Y para quienes ya conocen y disfrutan con Zafón... una apuesta segura.
     Mi propuesta del martes: literatura juvenil de la pluma de uno de esos escritores que en algún momento han pasado por las manos de casi todos. Porque decidme una cosa, ¿habéis leído algo de Carlos Ruíz Zafón?

     Gracias


martes, 20 de agosto de 2013

La segunda vida de Viola Wither. Stella Gibbons




     "Por muy difícil que resulte hacer un jardín aburrido, el viejo señor Wither lo había logrado.
     Aunque no era él quien se encargaba directamente de gestionar los jardines de su hacienda, cerca de Chesterbourne, en Essex, su falta de interés y su rechazo a invertir dinero en ellos condicionaban el trabajo de su jardinero. El resultado era un césped escaso y una rocalla de yeso con muy poca sustancia que se extendían hasta donde la vista alcanzaba, y un montón de insulsos arbustos que al señor Wither le encantaban porque hacían bulto y daban poco trabajo. También le gustaba que pareciera ordenado. "

     Si algo ha conseguido Impedimenta, es que todos conozcamos el nombre de Stella Gibbons y muchos nos paremos delante de cada título suyo que nos van dejando descubrir. Y justo eso me pasó con el que traigo hoy a mi estantería virtual. Me paré en seco a leer la sinopsis. Hoy traigo a mi estantería virtual, La segunda vida de Viola Wither.

     Conocemos a Viola, una joven dependienta que se casa con un hombre perteneciente a la alta burguesía de la Inglaterra rural. Poco después de la boda, muere el padre de Viola dejándola una herencia sorprendentemente miserable, de tan sólo 30 libras. Y como estas cosas nunca vienen solas, mientras se recupera de la sorpresa al descubrir la poca fortuna de su padre... también fallece su marido. Y este que si que la sorprende con su más que modesta situación. Así es como la joven viuda acaba por vivir con la familia Wither, que ni la aprecia ni se caracteriza por su vivacidad. Allí, la joven Viola cambiará su vida y comenzaremos su historia.

     Gibbons sabe narrar, eso está claro. Destila frescura e ironía, y al mismo tiempo es capaz de hacer las delicias de los amantes de Jane Austen. En esta novela más de una vez me sorprendió leer sobre bicicletas o coches ya que no podía evitar irme atrás en el tiempo y situarla de forma casi victoriana. Un pueblo, Essex, un par de familias con conceptos muy distintos de las cosas y un montón de vida social: ya sólo faltaban los enredos que Gibbons está dispuesta a facilitarnos para dejarnos ver entre líneas un reflejo de la sociedad rural de la época bastante certero.

     Me ha gustado la historia en la que Viola no es una protagonista absoluta, de hecho hay otra historia de amor que me resultó casi más interesante que la de ella. Tal vez porque la palabra chófer chocaba, pero reconozco que me atrajo más desde el principio. Una novela de mujeres, todas distintas, y llena de momentos para la sonrisa entre divertida e irónica que ya nos había mostrado su autora al presentarnos a Flora Poste en un libro en el que, si bien no suceden grandes cosas, nunca dejan de pasar esas pequeñas que forman la vida. Por ponerle un "pero"... caer en lo obvio, me hubiera gustado más que se mantuviera en el margen (no lo explico más porque no quiero dejar entrever nada del argumento, pero si lo habéis leído ya me comentaréis).

     Una historia divertida y amena que nos hará pasar unos ratos muy agradables. No me extraña que nos sigamos parando delante de los libros firmados por Stella Gibbons.

     No soy una persona que sonría con facilidad ante un escrito, y este lo ha conseguido a grades ratos. Y vosotros, ¿sois de sonrisa fácil leyendo?, ¿me recomendáis algo?

     Gracias

lunes, 19 de agosto de 2013

American Psycho. Bret Easton Ellis


     "Hay como una idea de Patrick Bateman, una especie de abstracción, pero no hay un yo auténtico, sólo una entidad, algo ilusorio, y aunque yo pueda disimular mi fría mirada y tú puedas estrecharme la mano y notar que su carne aprieta la tuya y puede que hasta puedas considerar que nuestros estilos de vida son parecidos: sencillamente yo no estoy aquí.
     Me resulta difícil tener sentido en un determinado nivel. Mi yo es algo fabricado, una aberración.
     Mi personalidad es imprecisa y está sin formar, mi inhumanidad es profunda y persistente. Mi consciencia, mi piedad, mis esperanzas desaparecieron hace tiempo, si es que existieron alguna vez."
   
     Hay muchos tipos de libros y también de películas, y tanto unos como otros pueden quedar grabados en la mente. en mi caso, como a mucha gente, la película me impactó y cuando acudí tiempo después al libro en el que se basaba, descubrí que lejos de robarle contenido el haber visto su versión cinematográfica, me servía de cierto apoyo lector. Hoy traigo a mi estantería virtual un título que sonó bastante en su estreno cinematográfico. Traigo, American Psycho.

     Conocemos a Patrick Bateman, un hombre de 26 años que parece tenerlo todo: físico, dinero, posición social y laboral en Wall Street. Lejos de convertirlo en un único privilegiado lo que hace es sumergirlo en una maraña de personas que están en su misma situación y que apenas podemos diferenciar entre sí. Salvo por una cosa, entre las aficiones de Bateman están las compras, la buena música, las drogas... y la búsqueda de emociones a través de la tortura y la muerte.

     Si hay una novela perturbadora, esa es la que hoy os traigo. Además lo es a muchos niveles, tanto por lo que cuenta como por la forma en la que lo hace. Ambientada en los años 80 lo primero a lo que nos enfrentamos es, al comienzo del libro narrado por el propio Bateman, a una confusa presentación de personajes hablando entre sí. Pero no es un problema del libro, no. Es la forma que tiene el autor de meternos en un ambiente plástico dominado por el consumismo y las apariencias en el que poco importa quien eres, ni siquiera a ti. Lo que importa es lo que tienes o con quién te mueves. Refleja así la superficialidad en grado extremo rodeándonos de marcas y sin darnos descripciones físicas reales de los personajes. Si se confunden entre ellos y ni lo notan, ¿qué nos importa a nosotros? Son hombres de trajes planchados que se dirigen a los mismos sitios a las mismas horas con parejas que parecen salidas de las mismas revistas. Lo único que les importa es la relevancia, ser vistos, ser invitados y también en el caso de nuestro protagonista, ser más. Más alto, más guapo, más amable.. siempre más. Y tal vez por eso en este mundo plástico busca más emociones, por encima de las drogas que consume habitualmente. Y para ello recurre a la crueldad y la muerte con escrupulosa meticulosidad haciéndonos testigos de ello.
     Y una vez que comienza a matar... nos conduce a una velocidad vertiginosa al final de un libro del que podría decirse que nos deja hacer una libre interpretación cerrando la historia con un broche redondo. Nos deja con la palabra en la boca para comentar la jugada maestra con la que se desmarca Ellis. Y por eso buscamos a quien lo haya leído o visto, aunque los segundos no nos valen, el libro da mucho más que la película. Para empezar, nos da escenas que indican un gran sentido del humor. Lleva el snobismo a extremos paródicos que hacen que nos sacudamos la sangre pulcramente, Bateman ha comenzado a ser una mala influencia para el lector, y pasemos un rato divertido entre tarjetas de visita de color cáscara de huevo.

     El libro es brutal a ratos, no apto para todos los públicos y mucho menos para todas las edades: es cínico, crítico, divertido, aterrador. Nos deja asomarnos a una mente pertubada que huye del término confesión porque no busca redimirse, o tal vez porque no lo necesita. Un psicópata casi obsesivo al que le gusta jugar mientras tiene todo bajo control y al que tardaremos en olvidar. No sabría si catalogarlo como una novela de terror, pero si os puedo decir que a mí me puso los pelos de punta en más de una ocasión.
     Con todo, una gran lectura.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

sábado, 17 de agosto de 2013

Fragmentos literarios




     Todos tenemos libros favoritos, esos que decimos de cabecera. O al menos eso dicen. En mi caso no es exactamente cierto. En realidad tengo autores que me gusta todo lo que escriben en mayor o menor medida. Esos que me apena terminar con sus obras porque han fallecido y las dejo cerca para echarlas un vistazo de vez en cuando; y también esos otros que me tienen pendiente de cada uno de sus movimientos a la espera de que anuncien su próximo título. No son muchos, apenas un puñado, pero ahí están. ¿Libros? van cambiando en su mayoría a medida que los descubro. Pero me dí cuenta de que no eran títulos fijos el día que intenté decir cual era mi libro favorito de McCarthy o de Capote y se me amontonaban las sugerencias. ¿Cómo ser capaz de decidirme entre los títulos de Jim Thompson? Imposible.

     Lo que hay son fragmentos, pequeños trocitos de historias que he tenido que apuntarme en el cuaderno que está en la fotografía porque me han parecido tremendos, porque me han emocionado o porque me hicieron acercarme al libro (aunque no siempre con la misma fortuna). Y de eso hablaremos hoy, de fragmentos literarios.
     Gracias a La historia del loco se que "antiguamente la gente creía que si te dormías con la luz de la luna en la frente despertabas loco. De ahí procede la palabra lunático". Miro los libros en las bibliotecas y recuerdo eso que decían en El Señor de los Anillos: "No conozco a la mitad de ustedes la mitad de lo que me gustaría y eso es sólo lo que la mitad de ustedes merece". Tantos autores de los que aún no conozco nada o de los que me queda tanto por conocer... y eso me lleva a Milena Agus que afirmaba: "Si no he de conocerte nunca, haz al menos que te extrañe". Porque eso pasa a veces con los personajes de los libros, los extrañamos. Ya de niña, cuando conocía Bastián Baltasar Bux, a quien debo la seguridad de saber que "la fantasía no es un modo de evadirse de la realidad, sino un modo más agradable de acercarse a ella", presentí que había un interminable número de historias por descubrir en las bibliotecas. Y así me fui acercando a ellas para hacer nuevos amigos, o conocidos dependiendo del caso. Asistí al fatídico momento en que "tras unos sueños intranquilos, Gregor Samsa se despertó"... y se había convertido en un enorme insecto. Descubrí perpleja también un telegrama a un tal extranjero en el que le decían escuetamente "Madre fallecida. Entierro mañana.Sentido pésame".
     Y a todos acompañé en el camino de sus historias congeladas en el tiempo esperando ser descubiertas. Y también he apuntado, como no, fragmentos de amor. Benedetti me habló de una curiosa pareja, me dijo "los detuvieron por atentado al pudor. y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad su amor no era sencillo. El padecía de claustrofobia y ella de agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales". Y Cortázar me enseñó un hermoso beso entre cíclopes enamorados... Y aprendí, como no ya que siempre se aprende algo, de cada libro, aunque sea la simple ortografía y el léxico que derivan del acto de leer, que las historias de amor pueden surgir en cualquier parte. Recuerdo haber apuntado una noche con bastante prisa un fragmento de El lobo estepario que decía "yo te gusto, continuó ella, por el motivo que ya te he dicho: he roto tu soledad, te he recogido precisamente ante la puerta del infierno y te he despertado de nuevo. Pero quiero más, mucho más. Quiero que te enamores de mí." Quién lo iba a decir en ese título...

     Porque todos nos acercamos a los libros expectantes ante las historias, queriendo pensar como decían en La Princesa Prometida: "Este es el libro que más me gusta de todo el mundo, aunque nunca lo he leído." Y porque muchos de nosotros nos apuntamos esos pequeños fragmentos, hoy os pregunto por algún fragmento o frase de un libro que recordéis especialmente. ¿Podéis compartirlo con todos?

     Gracias

     Pd. Y ahora los resultados del sorteo. 80 comentarios numerados en el orden de aparición:
Ana Blasfuemia: Niceville

Fany: Los lugares secretos

     Si por favor podéis poneros en contacto conmigo para facilitarme vuestros datos os enviaré los libros.

     Gracias a todos, de verdad.

viernes, 16 de agosto de 2013

Y mañana...




     Con casi todo el mundo de puente, o esa es la sensación que tenemos los que no hacemos puente, os dejo sólo unas líneas para deciros que al final de la entrada de mañana dejaré el resultado de un sorteo no anunciado.
     Será entre todos los comentarios que haya esta noche en la entrada de los dos años, aquí (siguiendo el enlace).
     Si os digo la verdad, no sabía qué hacer con los dos años de blog, y viendo que la gente lo decía en voz alta hice la entrada sin esperar verme sobrepasada con tanto mensaje en las distintas plataformas. Sois los mejores. Y no se me ocurre otra forma de corresponder. Sin más requisitos, sin más normas. Sin más.

     Os enseño también, abriendo la entrada de hoy, el regalo que me hizo Citu, una chica Enamorada de las letras, por el aniversario del blog. ¿Verdad que es bonito?

     Se que no os he compartido lo que voy a sortear, es evidente que hablo de libros todos los días... no?

     Gracias  

jueves, 15 de agosto de 2013

El niño que robó el caballo de Atila. Iván Repila




     "- Agua, solicita.
     El Grande le da de beber.
     - Tengo frío.
     El Grande se recuesta junto a él y lo abraza con todo su cuerpo.
     -Tengo calor.
     El Grande le abre la camisa, remoja su cuello y su nuca con agua fresca, y después ondea la suya propia para hacer corriente.
     - Estoy sucio.
     El Grande la baja los pantalones, limpia con tierra húmeda sus nalgas y lo viste de nuevo.
      - Tengo miedo.
     El Grande lo levanta en sus brazos, igual que haría un recién casado con su esposa, y lo mece.
     - Mátame."

     Hace no mucho traje Una comedia canalla afirmando que era una novela divertidísima y que me había hecho seguir al autor. Bien, pues por eso hoy traigo su segunda obra a mi estantería virtual. Hoy traigo, El niño que robó el caballo de Atila.

     Dos hermanos, Grande y Pequeño, nos aparecen en un pozo excavado en la tierra. Poco más hay que decir salvo que deberán de cuidarse el uno al otro y alimentarse de... lo que pueda haber en un pozo prácticamente seco. Su vida depende de ello, y la vida de cada uno, por mala que sea.. suele ser mejor que la alternativa.

     Tras leer su primer libro y ver el título del segundo, bien pudiera uno pensar que va a reírse de lo lindo con esta historia. Y no es así. Aquí, en unas ciento veinte páginas, el autor se mete de lleno en una truculenta historia de esas que tanto me gustan. Un confinamiento de difícil solución de dos niños pasándolo mal (por no decir una palabra malsonante) y cuyo final es incierto inicialmente. Sin embargo no juega al despiste de no darnos explicaciones; de hecho podemos decir que al final de la novela y aún siendo esa la peor parte de la historia, tenemos bien claro cómo llegan al pozo y cómo se resuelve la trama. La parte central es para nuestro disfrute de unas letras que pasan del diálogo justo y seco a la prosa casi lírica en la descripción; utilizando la repetición de frases y conceptos cortos para imprimirle al libro un ritmo que nos retumba en la cabeza, convirtiendo esas frases en ideas machaconas que no conseguimos quitarnos de encima.
     La novela en sí nos relata las rutinas y los estados de ánimo de los dos niños; ese proceso de hambre, enfermedad, estrés e incluso locura. Estados que nos creemos porque consideramos normales en su situación. A fin de cuentas, ¿quién no se volvería loco en semejante confinamiento? Pero no le sirve a Repila una simple locura sino que la usa para plasmar ideas, símbolos que hacen pensar al lector. Ahí es donde se desdibuja el concepto de novela y aparece casi el de fábula que nos deja entrever las ideas del autor.

     Pese a lo que comento de un final un poco bajo de forma, este libro no sólo demuestra el potencial de un escritor en su segunda novela, sino que ocupa un puesto entre las buenas historias por derecho propio.

     Aprovechando las dos novelas del autor decidme, ¿elegís una historia que nos haga reír o preferís algo un poco más truculento?

     Gracias

miércoles, 14 de agosto de 2013

Dos años. Muchas gracias




El viaje como imagen de la vida. Fernando del Paso
"(...)
¿Por qué no decirle a nuestros niños que cuando abrimos un libro,
sus páginas se transforman en velas, y con ellas desplegadas
podemos navegar a los rincones más lejanos de nuestro país,
a los recovecos más misteriosos de nuestra historia,
o a las tierras más altas de la imaginación?
Fueron viajeros Robinson Crusoe y Arthur Gordon Pym.
Viajó Gulliver, viajó Simbad, viajó Tarzán y el capitán Ahab.
¿Por qué no decirle a nuestros niños y a nuestros jóvenes
que con los libros pueden viajar por el dolor y la alegría de los seres humanos,
y por sus esperanzas, por su soledad, su amor y sus pasiones?
¿Por qué no decirles que con los libros podrán viajar al centro de sí mismos,
por los mares de sus conciencias, por las profundidades de sus pensamientos?"

      Por estas fechas, no tengo muy claro exactamente cuando puesto que volví hacia atrás en su momento, se cumplen dos años desde que empezó a funcionar el blog. Dos años de venir y hablar de libros, de conocer lugares estupendos y autores que me habéis ido descubriendo. Dos años y hemos hablado de un montón de cosas, de libros, de formatos, de manías de placeres, de buenos y no tan buenos. Y dos años que cada día vengo y os digo "gracias": por venir, por pasar, por comentar, por no hacerlo, por hablar en otra plataforma, por el correo, por todo... casi estoy por dar las gracias hasta a esa dirección empeñada en dejarme todas las semanas un comentario para venderme Viagra (estoy segura que no han pensado que puede crear un complejo dependiendo de a quién se lo envíen con tanta frecuencia) .

     Al final este es un espacio de libros y lectores, una gran estantería virtual en la que más de la mitad de los libros los habéis sugerido de un modo u otro. Así que no voy a hablar de cifras, me parece casi como hablar de dinero en algunos casos. En lugar de eso os dejo un fragmento de un poema que habla un poco de eso, de imaginar, de leer, de vivir. En eso estoy de acuerdo: a veces abrimos un libro y no sabemos a dónde nos lleva o nos anticipamos al viaje que se esconde entre sus páginas. Pero incluso sabiéndolo, nos pueden sorprender. Así que hay que dar las gracias a quienes los provocan: a cada uno de los escritores por cada una de sus palabras en cada página (¡qué responsabilidad!, ¡cuantos sentimientos van provocando con sus letras, línea a línea!).
     Dos años de lecturas abiertas, y un montón más de lecturas a mis espaldas. Y los que me quedan.

     Gracias



martes, 13 de agosto de 2013

La familia de Pascual Duarte. Camilo José Cela




     "Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquéllos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con cara de inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañanas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya."

      Hoy traigo a mi estantería virtual un libro que conocí porque pertenecía a las listas de lecturas escolares. Conocido por todos y con un autor capaz de no dejar a nadie indiferente a su presencia. Hoy traigo, La familia de Pascual Duarte.

     Conocemos a Pascual Duarte, un hombre que está en la cárcel esperando la muerte por los crímenes cometidos. Desde allí nos va relatando su difícil vida desde una infancia en la que era golpeado por su padre alcohólico, nos habla de su hermana que acaba prostituta, su hermano pequeño, fallecimientos, bodas, y momentos fugaces de felicidad como el nacimiento de su propio hijo, en una vida que parece empeñada en ponerle en el camino desgracias.

     Siempre digo que orquestar las lecturas de una clase es muy difícil. Elegir los autores representativos, acertar con las elecciones y, además, conseguir despertar un interés o incluso una pasión por la lectura se me antoja una labor complicada. Muchas veces, era suficiente ver que un título se marcaba como "obligada lectura" para que nos posicionásemos en su contra; aunque luego reconozco que la inmensa mayoría me gustaron. Aún así, he vuelto a muchos de ellos en la edad adulta, con curiosidad principalmente por saber si mis impresiones de antaño coincidían. Y en este caso así ha sido, ambas veces me ha parecido una gran obra.

     Pascual Duarte nos cuenta sus memorias, con una visión propia e influenciada por su vida y sus creencias. De este modo asistimos a un lenguaje directo de los campos extremeños, que nos ayuda a terminar de cerrar la descripción de un personaje. Un hombre marcado por la dureza y la crueldad de los campos y la vida que no le da tregua salvo a pequeñas dosis. Nos habla de creencias, de costumbres, de honor: la importancia del honor, algo que hoy se nos antoja trasnochado en muchas ocasiones. Pero no lo era en los años veinte y así nos lo hace ver sobre todo cuando habla de las mujeres de su familia. Porque nos cuenta todo lo que recuerda en el orden que su cabeza va hilando pensamientos, como si estuviera hablando con un amigo ante el que necesita desahogarse. Y poco a poco nos sentimos así, confidentes de excepción, impactados por la dureza de la vida rural y por la violencia que destila la vida de este hombre.

     Autor polémico que despertaba sensaciones encontradas, principalmente entre su obra y él mismo, conseguía no dejar indiferente a nadie ante sus palabras bien fuera escritas o simplemente pronunciadas. Nos dejó una puerta al tremendismo con descripciones certeras de pasajes que nos acompañarán en la memoria y una obra convertida ya en un clásico de la literatura dentro de nuestras fronteras. Una opción más que recomendable para conocer a este autor con un libro cortito del que no puedo decir que se lea en un suspiro. Más de una vez, incluso conociendo la historia, tuve que pararme a tomar aire por leer una vida que no le permitió hacerlo a su protagonista.

     Hoy dejo campo libre para interpretar mi duda, ¿qué pensáis vosotros de Camilo José Cela?

     Gracias

lunes, 12 de agosto de 2013

Cold cold ground. Adrian McKinty



     "Ahora los disturbios habían adquirido su propia belleza particular. Arcos de fuego de gasolina bajo la luna creciente. Místicas parábolas carmesíes de las trazadoras. Fosforescencia de los cañones de los fusiles de pelotas de goma. Un griterío lejano, como el de los hombres de la cubierta de un buque prisión torpedeado. El resoplido escarlata de los cócteles molotov al impactar con superficies rígidas. Helicópteros por todas partes con reflectores que se encuentran entre sí como amantes en el Mas Allá."

     Si muchas veces hablo de libros que no atraen por sus portadas, este lo hizo por su sinopsis. De hecho, desde la primera vez que la leí, me enganché del momento histórico en que se sitúa el libro. Hoy traigo a mi estantería virtual, Cold cold ground.

     Conocemos al detective Sean Duffy, o tal vez sea mejor decir que estamos en Belfast, 1981. Una ciudad marcada por los disturbios y la inseguridad y la violencia. Los presos del IRA están en huelga y los atentados se suceden a lo largo y ancho de la ciudad cuando  aparece un cadáver que hubiera debido de pasar desapercibido pese a tener una mano amputada y estar acompañado de la mano de otro cuerpo. Sin embargo, Duffy fija su vista en él y en otra víctima que completaría el improvisado puzzle de cuerpos. Incluso en ese contexto dedicará su tiempo y esfuerzos a descubrir al asesino de un caso que parece cada vez más complicado.

     Me llamó la atención el momento y lugar elegidos para la novela. Un momento complicado que parece haber sido borrado de la literatura, tal vez por ser aún demasiado reciente. Pero inmediatamente captó mi atención la posibilidad de acercarme a las calles de Belfast. Y McKinty lo hace a la perfección enseñándonos el miedo y la hostilidad que se vivía, la tensión contenida y la sensación de que Belfast era un polvorín corto de mecha que podía estallar en cualquier momento. Los asesinatos aparecen perfectamente integrados en la historia y, si bien no es una historia trepidante, vivimos los avances de Duffy con verdadero interés. Consigue crear un personaje que no nos cuenta gran cosa de su vida salvo sus creencias católicas y un leve halo de soledad que lo rodea. Y convence. Incluso el toque romántico se le perdona si lo comparamos con los momentos de ansiedad que pasa cuando su vehículo es atacado como si estuviera en pleno conflicto bélico.

     El narrador es el propio Duffy, de tal modo que asistimos a los avances y recibimos las noticias al tiempo que él. Nos explica un poco la situación que le rodea y nos deja ir descubriendo entre sus razonamientos la pista de un asesino que esconde mucho más de lo que nos parecía en un principio. Combinado con un lenguaje directo en el que destacan algunas descripciones con un sello muy particular, tenemos una novela que entretiene y aporta una visión más de la historia reciente de un país que tenemos prácticamente al lado completan un libro en el que me encontré, por una vez, justamente lo que me esperaba.

     Hoy os invito a descubrir una novela que comienza con un crimen que se complica y capta el interés del lector consiguiendo sumergirlo en el peligroso ambiente de las calles de su protagonista. Me ha gustado McKinty, me ha proporcionado una buena historia con un punto de diferencia más que notable respecto a mis últimas novelas negras. Repetiré.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias


    

viernes, 9 de agosto de 2013

Risa en la oscuridad. Vladimir Nabokov




     "Érase una vez un hombre que se llamaba Albinus que vivía en Berlín, Alemania. Era rico, respetable, feliz. Pero un día abandonó a su esposa por causa de una amante joven; amó, no fue amado, y su vida acabó en el desastre.
     Ésta es toda la historia, y en eso podríamos haberla dejado de no reportarnos provecho y placer el relatarla; y aunque hay suficiente espacio en una lápida para verter, sintetizada y encuadrada en musgo, la glosa de la vida de un hombre, a todo el mundo le gusta conocer pormenores."

     Nabokov es uno de esos autores que te gustan o lo odias, y también de esos condenados a ser conocidos por una única de sus novelas. Hoy he decidido traer una novela anterior a Lolita, de la que se ha dicho muchas veces que ya se intuye el famoso título del autor. Hoy traigo a mi estantería virtual, Risa en la oscuridad.

     Conocemos a Albinus, un crítico de arte casado y con una hija. Conoce a Margot cuyo anhelo es ser estrella de cine y con mucho menos poder adquisitivo que él, y se enamora de ella. La joven ha estado siempre enamorada de otro hombre, pero se deja querer por Albinus quien termina viviendo con ella. Sin embargo el destino hace que los antiguos amantes se encuentren y que Albinus sufra un accidente que lo deja ciego amparando así a los amantes.

     Posiblemente lo más conocido de este libro sea su primer párrafo. Ese que comienza con un hombre feliz y de de repente gira para contarnos su desgracia y en el que ya intuimos el sentido del humor del autor. Si pasamos al segundo, como hice yo al comienzo de la reseña, nos queda clara una cosa: Nabokov tiene un sentido del humor retorcido, percibimos su olor en las palabras. Y sabe como usar las palabras. Nos cuenta aquí una historia en la que, con anticipada crueldad, sospechamos que no habrá buenos ni malos; o tal vez simplemente no haya buenos. Y así es. Sus personajes reaccionan a la vida y nos proponen una historia de amor que se convertirá en triángulo para terminar... no os digo como termina. Albinus, un hombre casado que se enamora de otra mujer. Margot, pobre, ambiciosa, se deja querer mientras sigue sintiendo algo por su antiguo amante. Se deja querer, algo querrá... además de ser actriz. Rex, su antiguo amante que reparece y sabe aprovechar la situación. Un triángulo en el que no suspiraremos deseando que triunfe el amor, no. El autor no busca que los comprendamos, ni siquiera que nos agraden, y se ensaña con Albinus sin piedad alguna, no sólo por lo que le quita, ni por el accidente siquiera, sino en cada palabra:
     "Fíjate cómo disfruta ese alemán jugando con su hija" Dice una mujer en un momento dado refiriéndose a Albinus y Margot. Así es Nabokov. No busca en sus historias darnos lecciones ni le preocupa, en ellas hay velocidad, sorpresa para el lector que se encuentra con mujeres malvadas y manipuladoras pese a estar advertido. Ahora que lo pienso, tal vez si nos haya escondido una pequeña historia y nos muestre que se puede ser ciego y ver y luego además perder la vista y escuchar sonidos en la oscuridad y acaso "ver". Pero eso sería una casualidad y el propio autor nos habla de casualidades en el libro:
     "Cierto individuo -dijo Rex cuando doblaba la esquina con Margot -perdió una vez en alta mar un gemelo de brillantes, y veinte años después, exactamente el mismo día (un viernes, me parece), le sirvieron para cenar un gran pescado... pero no había ningún brillante dentro. Eso es lo que me gusta de las coincidencias." Por cierto que esta historia encierra una coincidencia curiosa con la que me tropecé por casualidad en un artículo (juraría que aquí, es de hace tiempo, pero odio no citar las fuentes) y que comprobé rápidamente: la Margot del libro trabajó en una película protagonizada por Dorianna Karenina y en la adaptación cinematográfica de Risa en la oscuridad, la protagonista sería una actriz llamada Anna Karinna. Eso es lo que me gusta de las coincidencias a mí: me hacen sonreír.

     Hoy os dejo una novela que me encantó, una historia que parece común pero en cambio se sale de lo corriente y con la que podemos ampliar nuestro conocimiento sobre un autor marcado por un título.

     Y vosotros, ¿hay autores a los que referenciáis por un único título?

     Gracias



jueves, 8 de agosto de 2013

La casa de la seda. Anthony Horowitz




     "A menudo he reflexionado acerca de la extraña cadena de acontecimientos que me condujo a una prolongada relación con uno de los personajes más singulares y notables de mi época. Si estuviera en un estado de ánimo más filosófico, me podría preguntar hasta qué punto controlamos nuestro propio destino, o si acaso podemos predecir las consecuencias más lejanas de actos que, en su momento, pensamos que carecían de importancia."

     Escepticismo. Justo esa es la palabra que me viene a la cabeza. Hay ciertos títulos que me producen escepticismo. Al menos hasta que los leo. Y eso sucedía justamente con el libro que hoy os traigo debido a su protagonista "resucitado". Hoy traigo a mi estantería virtual, La casa de la seda.

     Ha pasado un año desde que Holmes muriera. Watson decide entonces escribir sobre dos casos en los que se vieron involucrados y advierte sobre lo truculento de las historias, por eso pide que se guarde durante cien años el manuscrito que estamos leyendo.

     Holmes y Watson están tomando un té cuando un marchante de arte llamado Carstairs aparece relatándoles que alguien lo sigue. Entramos así en la primera de las tramas en las que nos hablan de cuadros, El caso de la gorra plana. Sin embargo, en el curso de la investigación pronto se toparán con una frase, La casa de la seda, que abrirá otra trama aún más truculenta. Ahora sólo nos queda saber quién es quién en esta historia y como pueden relacionarse ambos casos.

     Holmes es posiblemente uno de mis personajes literarios favoritos. Eso supone que he dado tumbos por series e historias con resultados desiguales, pero me acerco a cada una. Cuando apareció este libro me pasé días mirándolo con recelo. Sabía que había sido la Fundación Doyle quien "encargó" una continuación, o eso al menos se rumoreaba, pero aún así el título y yo nos miramos varias semanas antes de decidir venirnos juntos a casa. Pero ambos sabíamos que era inevitable. Lo tenía que leer.

     Me encontré con una historia que recordaba incluso en el estilo al autor original. Un libro en el que van apareciendo personajes habituales en las novelas de Holmes y que busca que nos impliquemos en el proceso de sus deducciones. Y lo consigue. Entre sorpresas por reencuentros con personajes como Lestrade o Hudson nos vamos involucrando en la historia de Carstairs con la sabiduría de quien ha leído a Doyle y sospechando de todos, incluidos él y su esposa que me tuvo intrigadísima una gran parte de la novela.
     Si  os fijáis no he querido desvelar la trama propiamente dicha, porque me da miedo decir cualquier cosa que pueda poner sobre la pista al futuro lector. Si os puedo adelantar que La casa de la seda es bastante truculenta como advierte el propio Watson, pero no me pidáis que os desvele nada más. Es una historia que de disfruta paso a paso, en la que no echamos nada en falta y que, pese a seguir las directrices del autor original, tiene el estilo propio de Horowitz, así que no tenemos la sensación de encontrarnos ante una imitación.

     Reconozco que echaba de menos una buena historia de detectives. Echaba de menos a Holmes y a Watson, sospechar de todo el mundo y descubrir que buenos y malos tienen grandes zonas de color gris. Cualquiera puede ser culpable.
     Me ha gustado, me ha parecido una historia muy entretenida con un final en el que no queda ni un sólo cabo suelto por donde podamos desmontarla. Apta tanto para fans como para no iniciados.

     Y vosotros, ¿os gusta Holmes o por el contrario pertenecéis al grupo de quienes se sienten irritados por su personalidad?

     Gracias

miércoles, 7 de agosto de 2013

El médico. Noah Gordon



     "Aunque en su ignorancia Rob J. consideraba un inconveniente verse obligado a permanecer junto a la casa paterna en compañía de sus hermanos y su hermana, ésos serían sus últimos instantes seguros de bienaventurada inocencia. Recién entrada la primavera, el sol estaba lo bastante bajo para colar tibios lengüetazos por los aleros del techo de paja, y Rob J. se tumbó en el pórtico de piedra basta de la puerta principal para gozar de su calor."

     Si el otro día relacionaba el cine y la literatura, hoy he visto el trailer de la película basada en el libro que os traigo. Un título que a casi todos os sonará, se supone de esos títulos leídos por una inmensa mayoría y que, precisamente por eso, provoca que os adelante mi duda sobre justo ese punto en el primer párrafo. Hoy traigo a mi estantería virtual, El médico.

     Conocemos a Rob J. Cole cuando, a la edad de 9 años se queda huérfano y tras colocar a sus hermanos pasa a aprender la profesión de cirujano barbero. Sin embargo no será suficiente para él y tras conocer a Merlín comenzará un viaje, llegará a Oriente, cambiará de nombre.. y todo siguiendo su don de sanar.
 
     Lo cierto es que la historia de los Cole abarca una suerte de biografía novelada de la historia de la medicina desde la Edad Media hasta nuestros días. Sin embargo es muy posible leer los libros de forma individual, ajenos a la existencia del resto de los volúmenes. Y cuando nos movemos en torno a las seiscientas páginas es algo de agradecer. Por eso me he decidido a comenzar por el principio de la historia y hablar de Rob.

     Estamos ante uno de esos libros que corrió como la pólvora y se ha mantenido durante tiempo por el fenómeno boca a boca. Cada año muchos lectores comienzan el viaje de Rob acompañándole entre aventuras y amor por tierras exóticas aprendiendo medicina. Recorremos una época en la que cualquier avance que hoy nos parece algo mínimo, era todo un logro. Un momento en el que nada era seguro y que comienza cuando existía una figura que hoy pone los pelos de punta: el cirujano barbero.

     Gordon sabe moverse entre descripciones precisas y tramas secundarias que se entrelazan para mantener la acción en un libro con pocos altibajos. Pensado para entretener, aportando datos reales pero sin buscar la verosimilitud de la historia principal. De hecho, tanto las descripciones como varios puntos detallistas hacen que nos imaginamos perfectamente viviendo en aquella época. El autor consigue así desarrollar una historia que empatiza con el lector, al que a medida que avanza la historia, le irán apareciendo sentimientos encontrados sobre los personajes.

     Un libro extenso y entretenido al que, casi seguro, se le pueden recortar unas cuantas páginas. Pese a ello no se hace pesado y se puede leer en solitario. Así que ahí os dejo mi recomendación.

     Y vosotros, ¿conocíais la historia?

     Gracias

     PD. Os dejo el tráiler


martes, 6 de agosto de 2013

La vuelta al mundo en 80 días. Julio Verne




     "En el año 1872, la casa número 7 de Saville-Row, Burlington Gardens -donde murió Sheridan en 1814 -estaba habitada por Phileas Fogg, quien a pesar de que parecía haber tomado el partido de no hacer nada que pudiese llamar la atención, era uno de los miembros más notables y singulares del Reform Club de Londres."

     Hay libros y autores que marcan épocas y el autor que presento hoy marcó mi preadolescencia. Estuve mucho tiempo soñando con sus obras y pensando en las hazañas que relataba. Hoy traigo a mi estantería virtual una de las historias que más me llamó la atención, traigo La vuelta al mundo en 80 días.

    Phileas Fogg apuesta con sus amigos del club a que será capaz de dar la vuelta al mundo en 80 días, así que se verá empujado a demostrarlo. Sin embargo no viajará solo sino que lo acompañan su criado Juan, el policía Fix que sospecha ha cometido un robo, y a partir de las indias, una joven llamada Auda a quien rescata de una muerte segura. Además, por supuesto, del lector.

     No se vosotros, pero una generación completa conoció esta historia por la televisión. Unos dibujos animados con un protagonista león que era Fogg igualmente, llevaron a muchos niños por los confines del globo terráqueos. Y esos mismos dibujos animados, conducirían a unos niños ya un poco más creciditos, a abrir las páginas de este título. Como siempre, encontrarían similitudes y diferencias. Personajes que faltan y partes muchísimo más completas.

    Verne nos escribe un libro mucho más ligero de lo que nos tiene acostumbrados, un libro claramente concebido para entretener en el que no hay tanto dato técnico como, por ejemplo, en la isla misteriosa, sino que busca acción. Fogg es un inglés estereotipado, impasible, inteligente y casi calculador, y lo vamos acompañando en este viaje haciendo números con él y persiguiendo barcos que se escapan para así poder cumplir con las fechas y descubriendo de camino su carácter amable y su generosidad. Cambiamos de medios de transporte y recorremos un mundo del que nos dan pinceladas de lugares y costumbres a través de los ojos de su protagonista. Además, como en muchas historias de aventuras, hay incluso una dama en apuros a la que salvar de una muerte segura, que no es otra que la mujer que los terminará por acompañar hasta el fin del trayecto.

    Pese al tiempo transcurrido hay novelas que pueden sostener el paso del tiempo. Está claro que hoy no tendría sentido una apuesta semejante, desde que existen los aviones como medio de transporte cruzar medio mundo no supone tanto tiempo ni esfuerzo a no ser que hablemos del económico y nuestro protagonista no tenía problemas en ese punto. Sin embargo, y pese a que hoy podría hacerse sin mayores problemas, la novela nos envuelve con su magia y olvidamos ese punto para embarcarnos en una entretenida historia de aventuras ideal para los jóvenes y también para los que no lo somos tantos. Una historia de un autor imprescindible que me ha gustado recordar.
     Ahora os diría que si queréis saber si llega a su destino a tiempo, tendréis que leer la novela. Pero me temo que casi todos sabemos el final de la historia así que me limitaré a deciros que el conocer el final no me impidió en ningún momento disfrutar de las vistas durante el camino.

    Y vosotros, ¿qué estáis leyendo esta semana?

     Gracias

   

lunes, 5 de agosto de 2013

Los lugares secretos. Paula Soler




    "Espero que esta segunda noche me obedezcas al pie de la letra."

     Supongo que os habrá extrañado un libro erótico en el blog, al menos este tipo de novela erótica. Pero cuando leí (y no me gustó) 50 sombras de Grey una de las cosas que me desesperó fue la pasividad de la protagonista en general. Por eso me decidí a echar un ojo a este título que se sube a la moda de la novela erótica. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los lugares secretos.

     Un encuentro fortuito en una ciudad que no es la de ninguno de los dos provocará que Irene y David se conozcan. La casualidad hará que puedan volver a verse descubriendo, no sólo que son vecinos, sino que puede que compartan mucho más que eso.

     Otra de las cosas que parecen haberse puesto de moda son los libros escritos bajo pseudónimo. Este lo está, así que salvo unas pinceladas sobre la lectura de 50 sombras que deja la autora poco más sabemos sobre ella. Y ya está bien de hablar de 50 sombras, hablemos de Los lugares secretos.

     La historia está escrita a dos voces que se alternan, las de los protagonistas. Con ellas descubrimos una historia que sería la típica de chico conoce chica salvo por un detalle, a ella le gusta la práctica femdom. Es decir, que practica el sexo en relaciones de dominación sumisión en las que ella es la dominante. Y lo hace sin complejos y disfrutando de ello abiertamente pese a que su posición social y sus negocios le obligan a tener cuidado. Ha de quedar en la más absoluta intimidad.
      David en cambio es un hombre a punto de casarse que jamás se ha planteado determinado tipo de relaciones y que se verá tentado, excitado y sorprendido por su atracción ante estas prácticas. Así que juntos se embarcarán en una aventura.

     Lo primero que hay que decir es que el libro contiene más sexo que otros del estilo. A la autora no le tiembla la mano en hablar de masturbación, azotes, esposas y dilatadores. Y lo hace manteniendo la distancia justa para que el libro no resulte ofensivo para nadie. Y no sólo eso, sino que al estar narrado por ambos protagonistas, asistimos a la evolución de la relación que mantienen, no ya de forma física, sino que  nos permite asomarnos a sus mentes en todo momento y asistir, por ejemplo, a las sensaciones que le provoca a David el descubrimiento y coqueteo inicial con la práctica de dominación sumisión. La historia además, nos hablará del entorno de los protagonistas y conoceremos a la novia de David, su hermano, sus amigos y el nexo que puede unirlo a una mujer como Irene, porque como siempre se ha dicho "el mundo es un pañuelo".

      Es un libro entretenido que aporta a la conocida historia la "cara b". Aquí la relación es entre dos adultos, no detectamos inseguridades y no hay diosas interiores sino personas que saben lo que buscan y lo que quieren. Aunque, eso sí, la autora no puede evitar caer en el romanticismo.
     Así que si os gustó conocer a Grey os recomiendo pasar por la casa de Irene. Dentro de las modas literarias que asolan librerías, en este caso se invertirán los papeles.

     Y vosotros, ¿habéis sucumbido a esta moda con algún título?

sábado, 3 de agosto de 2013

Sábado de cine literario




     Desde que abrí el blog muchas veces me he referido a las adaptaciones cinematográficas de los libros que traigo. Unas veces con mayor fortuna que otras, lo cierto es que el cine ha permanecido siempre estrechamente unido a la literatura. Y eso es un riesgo, no cabe duda. Porque cada lector es un mundo y la imaginación de cada uno un universo y es todo un reto para cualquiera poner cara a ese personaje que ha pasado por miles de manos, incluso varias veces. Pero aún así, hay veces que se consigue. Qué se lo digan a Sir Ian McKellen que ha participado en obras de Shakespeare, ha sido Gandalf y Magneto y ha participado en la adaptación de El código Da Vinci entre otras. Es todo un experto en poner la cara a nuestros personajes favoritos.
Pero no es el único, el cine nos ha regalado grandes adaptaciones. Joan Fontaine escribió la Carta a una desconocida, Burt Lancaster fue El Gatopardo, Guy Pearce nos enseñó lo que significaba L. A. Confidential
 y Audrey Hepburn nos cantaba Moon River en Desayuno con diamantes. Todas ellas grandes adaptaciones y rostros que han quedado ligados a esos títulos. Han conseguido que todos veamos la misma cara en Dorothy cuando buscaba a El mago de Oz, o que tengamos muy claro el aspecto de Hannibal en El silencio de los corderos. Nos han enseñado lo que son los Tomates verdes fritos, nos han emocionado con palabras de la pluma de Jane Austen o hecho temblar utilizando la voz de Stephen King. Incluso llorar con La dama de las camelias. Es más, ahora recuerdo hasta 5 adaptaciones distintas de El Gran Gatsby

     Y, como siempre, intentando dar un paso más hemos visto a nuestros autores favoritos tomar vida en el celuloide. Hemos conocido a C. S. Lewis viviendo en Tierras de penumbra, acompañamos a Shakespeare en Shakespeare enamorado y a Truman Capote en la película que llevaba el mismo nombre. Reynaldo Arenas nos saludaba en Antes que anochezca, Hemingway lo hacía En el amor y en la guerra y Arthur Conan Doyle, sorprendentemente, en Un cuento de hadas. No fueron los únicos, muchos más se acercaron a mostrar un poquito de sus vidas a quien quisiera sacar la entrada del cine, pero particularmente a ese lector "cotilla" que quiere conocerlo todo del autor admirado.
     Cómo no, metaliteratura. Autores que inventan autores y que también nos saludan desde el otro lado de la cámara en El Resplandor o Misery, que se asoman a La ventana secreta y nos hablan de Expiación, otros que pasan como un Turista accidental por La vida de los otros y todos ellos deseosos de pertenecer a un club literario como lo fuera El club de los poetas muertos.

     Pareciera muchas veces que cine y literatura se enfrentan y nos disgustan porque nuestro protagonista era más alto o más bajo y la habitación no estaba colocada así. Pero la realidad es bien distinta, las historias son para ser interpretadas, y una de las formas en que se consigue es el cine. Y, personalmente, tengo que decir que me encanta el cine. De hecho siempre que puedo me escapo, aunque tengo predilección por las películas antiguas.

     Y vosotros, ¿Hay alguna adaptación cinematográfica que os haya gustado especialmente? Os invito a dejar una recomendación. Haré uso de ellas

     Gracias

viernes, 2 de agosto de 2013

Te daré la tierra. Chufo Llorens




     "Caía la tarde. Un grupo formado por cinco jinetes adustos y malhumorados cabalgaba por una vereda bordeada de hayas que separaba el condado de Ampurias del de Gerona. De su aspecto se deducía a la legua que no eran cazadores avezados, sino un puñado de mercenarios de los que tanto abundaban por aquellos pagos, dispuestos a alquilar su espada a cualquier señor que quisiera recurrir a aquel tipo de tropa para invadir una marca o disputar un predio al conde vecino. Habían partido muy de mañana para matar el tedio, con la idea de que asaetear un venado o cazar un gorrino salvaje sería una tarea mucho más sencilla que degollar a un prójimo en una batalla."

     Este es uno de esos libros que he visto mil veces y lo he pasado de largo. Posiblemente me lo han recomendado otras tantas, pero me he resistido a leerlo. Y al final, este verano le ha tocado el turno. Hoy traigo a mi estantería virtual, Te daré la tierra.

     Nos vamos a Barcelona y conocemos a Martí, un hombre empeñado en cambiar su vida, superarse y acceder a la mujer que ama. Condes, palacios e intrigas en una novela histórica.

     Chufo Llorens es uno de estos autores que un día nos encontramos en la librería junto a una gran campaña publicitaria y que nos hizo recordar Los pilares de la tierra o La catedral del mar. Por eso tardé un poco en comenzar a leerlo. Me encontré con una historia ambientada mucho antes, en una Barcelona bien ambientada y con unas descripciones que nos sitúan perfectamente en tiempo y lugar. Le sucede además que las descripciones bajan en número e intensidad una vez que ya nos tienen colocados, lo que provoca que no nos resulte una novela pesada a pesar de lo voluminosa que es. Un punto a su favor.
Los personajes están definidos y poco a poco se perfilan los buenos y los malos sin dejarnos dudas. Suele pasar también en este tipo de libros que terminamos con buenos muy buenos y malos muy malos. Y aquí viene justo la parte que me escama, la suerte de Martí. Personalmente le hubiera quitado un poco de "olfato", pero no es un defecto que estropee la lectura sino una simple apreciación personal. Y a eso hay que unirle la importancia de los personajes femeninos, Laia y Ruth hay un momento en que nos tienen intrigadísimos en su relación con Martí.

     Estamos, en definitiva, ante una novela que engancha al lector y lo mantiene entretenido con sus intrigas y buscando las relaciones entre los personajes antes de que nos las cuenten. Una historia que nos hará disfrutar de muchas horas ya sea en la playa o en un cómodo sillón en nuestra casa. Uno de esos libros que vienen saliendo últimamente con el cartel de best seller incluso antes de llegar a la mesa de las librerías.

     Y vosotros, ¿también habéis caído en las redes de Chufo Llorens? Si os soy sincera espero muchas respuestas positivas a juzgar por las ventas.

     Gracias

jueves, 1 de agosto de 2013

Mi padre es mujer de la limpieza. Shapia Azzedine



     "Mi padre es mujer de la limpieza. Muchas veces, después del colegio, me paso para echarle una mano. Para que podamos volver antes a casa. Y también porque es mi padre. Saco brillo, limpio, froto, aspiro, hasta en los rinconces. Pequeño y menudo, me cuelo por todas partes. Pero también aprendo. Una palabra por semana."

     Hay libros cuyo título y portada llaman la atención. Antes me dejaba guiar más por las primeras impresiones, pero poco a poco he ido topando con títulos que a simple vista me repetían y luego, gracias a la literatura digital que ha conseguido que para mi todos los libros tengan portadas grises uniformes, he visto que detrás puede esconderse una gran historia. Hoy traigo a mi estantería virtual un libro de esos que me obligan a mirar la portada con cara de extrañeza. Traigo, Mi padre es mujer de la limpieza.

     Conocemos a Polo, un adolescente de 14 años que vive en una familia con una madre paralítica y dejada, una hermana hermosa y tonta y un padre que es mujer de la limpieza... y el único a quien puede admirar. Nos lo contará él mismo, haciéndonos partícipes de lo que pasa por su mente.

     Hace días que no traigo una novela corta o relato largo de esos que se leen en un suspiro. Claro que, en este caso, pese a leerse rápido, se trata de un libro que nos dura mucho en la mente. Está claro que las reflexiones de un adolescente un tanto deslenguado e inconformista con la sociedad en que le ha tocado vivir, no son algo nuevo en la literatura. Pero aún así nos sentimos atrapados por las reflexiones de Polo, tal vez porque también él se siente atrapado en su propia vida a una temprana edad. Porque no le gusta su familia, porque no encuentra su sitio en ella ni en su barrio, o porque simplemente es un adolescente.  Pero asistimos a su pequeña disección y también a su cariño volcado en la figura paterna. Ese padre al que acompaña para ayudarlo en su trabajo, un trabajo que en realidad le avergüenza pero que ha afianzado una unión entre ambos. Porque su padre limpia por las noches, oficinas, bibliotecas... y al acompañarlo lo abre los ojos a otros lugares de su pequeño mundo.

     No diré que es una obra maestra, pero si que es un libro entretenido, con un contenido social que se deja ver claramente. Saphia no tiene pudor alguno a la hora de mostrarlo y nos lleva en un puñado de letras a la periferia de París entre inmigrantes y clases bajas, incluso ínfimas. Y justo ahí sitúa a la familia de Polo. Una familia que vive sin aspiraciones a mejorar que no sean los concursos de belleza a los que se presenta su hermana. Y Polo quiere salir de esa familia, quiere una familia normal como la de cualquiera de sus vecinos y su oportunidad pasa por los libros. O eso nos irá contando en esta historia que tras días de lectura seguía instalada en mi cabeza y cuyo final... tenéis que descubrirlo por vosotros mismos. Un título que ha provocado que siga a Shapia por su camino de letras concisas y certeras.

     Una única advertencia: no he usado en toda la reseña la palabra "ternura"; tal vez, como diría Polo, no me tocaba aprenderla esta semana.

     Hoy mi duda es mucho más directa, ¿qué me decís de la portada? Porque igual la rara soy yo...

     Gracias