"La mañana del 16 de diciembre, muy temprano, Eva me llevó a Kungsbacka, a la estación de servicio Statoil, donde alquilé un coche. Pensaba ir y volver ese mismo día a Vallakra, debía entregar el vehículo aquella noche. Al día siguiente iba a firmar mi último libro en el ambiente prenavideño de varias librerías de gotemburgo y Kungsbacke."
Cuando uno descubre que un escritor admirado enferma o desaparece, siempre se siente un poco más desamparado, un poco huérfano. Eso me sucedió cuando Henning Mankell dio a conocer su enfermedad de forma pública. Hoy traigo a mi estantería virtual, Arenas movedizas.
Cuando Mankell tuvo un accidente de tráfico en diciembre de 2013, consideró que este era la causa del dolor de cuello que comenzó a molestarle en las navidades de ese mismo año. Apenas comenzado el año y el mes de enero, hablamos de un día 8, Mankell acudió al hospital ya que esas molestias habían empeorado. El diagnóstico fue demoledor, no sólo tenía cáncer, además estaba extendido puesto que el dolor del cuello estaba provocado por las metástasis de un tumor localizado en el pulmón izquierdo. Mankell, como cualquiera, se hunde y comienza a leer refugiándose en las letras, sin embargo en apenas unos días consigue levantar la cabeza y tomar la decisión de luchar. Lucha y lo cuenta, primero en la prensa y finalmente escribe este libro en el que reflexiona sobre su vida, los miedos, las incertidumbres y también las injusticias. El infierno del diagnóstico fue combatido no sólo con fuerza de voluntad y ganas de vivir; también con la fuerza de las letras.
En este libro el autor se desnuda para el lector. Desde ese limbo terrible de no poder aceptar aquello a lo que la medicina sentencia, Mankell mira a su infancia, a los recuerdos de las arenas movedizas de aquella época y también al momento en el que, siendo él mucho más joven, compartió habitación de hospital con un enfermo de cáncer del que hoy se acuerda. Para él, la mejor manera de enfrentarse al miedo a perder la vida, es recordar la propia, desde la infencia. Y eso es lo que hace, aunque es cierto que se deja llevar y salta por distintos episodios en lugar de seguir la estructura lineal de una biogra´fia, Mankell está ahí. Considue de ese modo reflejar al hombre del presente mediante el orden de los recuerdos de su pasado, mediante la selección consciente o no de los episodios que recuerda. Y es que, muchas veces conocemos más a quien nos cuenta una historia por la forma de contarla, que por la historia en sí. A través de capítulos cortos, vamos conociendo su vida y sus preocupaciones, y también su sentido del humor, mediante algún guiño a su gran hijo literario, Kurt Wallander, del que no se olvida cuando en su vida se cruza una mujer llamada Mona. No deja tampoco de lado su necesidad de denunciar injusticias, presente de un modo u otro en todos sus libros, y en este toca el tema de los residuos nucleares y de la falta de cuidado en la forma de tratarlos, del desconocimiento real que existe sobre algoq ue podemos tener más cerca de lo que pensabmos. Reflexiona de este modo sobre el legado que vamos a dejar de nuestro paso por el planeta. Y lo hace de tú a tú, casi en un diálogo que en realidad es un monólogo por el que pasan todas las cuestiones que a él le parecen importantes. Nos cuenta de sus miedos, sus errores y la forma de enmendarlos, lo aprendido y lo dejado en el camino y, por supuesto, de la enfermedad y la muerte.
Sin embargo, no es un libro depresivo. Es, en todo caso, un libro de Mankell, sin flores y nubes rosas y con una ventana, siempre orientada a la esperanza.
Quizás para los seguidores del escritor, la parte más interesante sea en la que habla del momento en el que decide que va a ser escritor y cómo comienza sin apoyos, sin formación, sin un entorno que lo arrope... Habla también de viajes, de su estancia en África, de su padre y también de la búsqueda de su madre. Mankell habla de... Mankell y esta vez, lejos de inventarse una historia, nos muestra su alma.
El libro finaliza seis meses después del diagnóstico. Por el camino hemos conocido tratamientos, informes y la lucha de un hombre que no pierde la esperanza. No diré que hay optimismo, pero si hay esperanza.
Henning Mankell falleció el 5 de octubre de este año 2015 dejando un legado de novelas que le colocaron en lo más algo del género negro. Evidentemente Wallander no es lo único que nos ha dejado, pero los aficionados al género, siempre unirán ambos nombres.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
PD. La mejor herencia que nos deja un escritor es su legado literario, su obra a través de la cual lo podremos conocer y disfrutar de una forma inmortal. Si esta entrada pretendía ser un homenaje, humilde en su importancia y sincero en su intención, qué mejor manera que completarlo con la reseña de Asesinos sin rostro que hoy publica Abrirunlibro. Conocer a Mankell leyendo su obra, de la primera a la última.
PD. La mejor herencia que nos deja un escritor es su legado literario, su obra a través de la cual lo podremos conocer y disfrutar de una forma inmortal. Si esta entrada pretendía ser un homenaje, humilde en su importancia y sincero en su intención, qué mejor manera que completarlo con la reseña de Asesinos sin rostro que hoy publica Abrirunlibro. Conocer a Mankell leyendo su obra, de la primera a la última.
Tengo varias novelas del autor y aún no me he puesto con ninguna. Algún día de estos.
ResponderEliminarUn beso!
Hoy no me lo llevo y no solo porque mi única experiencia con el autor haya sido nefasta, sino porque no estoy para una lectura así en este momento.
ResponderEliminarBesos.
Pues no te digo que no vaya a conocer a este escritor, pero no creo que sea con este libro, la verdad.
ResponderEliminarYo empiezo la semana con un libro de registro muy diferente, Tamsin, de Peter S. Beagle, que es un escritor que me ha enamorado (voy a tener que empezar a leer en inglés porque en español no hay más que tres de sus obras)
Un beso!
¡Hola!
ResponderEliminarTiene buena pinta, así que no me importaría leerlo.
Una reseña estupenda.
¡Nos leemos! :)
Se me han puesto los pelos de punta leyendo tu reseña, es una preciosidad. Creo que antes tengo que hacerme fan de este autor para disfrutar bien de este libro.
ResponderEliminarBesos!
Tal vez lea alguno de sus otros libros pero éste, sin duda, no es para mí.
ResponderEliminarUn besote!!!
Soy una fan del escritor, sobre todo de su serie del detective Wallander. Esta me atrae mucho también, aunque sea totalmente diferente.
ResponderEliminarBesos!
Este no me llama mucho
ResponderEliminarDe Mankell solo he leído un par o tres de novelas de su Wallander y aunque admiro su prosa, no me sedujo demasiado ese personaje tan tristón. Vamos, que soy más de Camilleri. Por eso me atrae más el libro que nos presentas hoy.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor, aunque por lo que veo es genial, como escribe, pero por el momento no creo que lo haga, yo empiezo la semana con Tiéntame. Feliz inicio de semana. Besotes
He leído buenas reseñas sobre el!
ResponderEliminarBesos
Es u autor que tengo pendiente desde hace mil... tengo pesado empezar por El chino, a ver qué tal.
ResponderEliminarBesotes
Qué grande es Mankell. Me encanta y fue uno de los escritores que siempre recomiendo. Este libro lo tengo en casa, espero el momento de leerlo!
ResponderEliminarLo apunto pero no va a ser una de mis prioridades; parece que es de esos libros que necesita tiempo y claridad mental... por ello lo pospongo... estoy en fase de lectura rápida... jajajaj bueno felices lecturas y genial mes¡¡¡
ResponderEliminarMaravillosa reseña (como nos tienes acostumbrado)
Quiero leerlo. Me gusta lo que nos cuentas. No sé por qué, pero últimamente se me antojan lecturas de estas que dejan el alma al descubierto...
ResponderEliminarGracias por tu reseña. Besos
Creo que ya hemos hablado, no conozco a Wallander ¡qué vergüenza! Solo por algún texto suelto. El otro día decidí ponerle remedio y me bajé cough cough una "intégrale" de todas sus novelas en la que acabo de ver que no aparece esta aunque ya explicas el por qué. Parece para avanzados en Mankell y Wallander por todo el contenido sobre sí mismo que el autor vierte. Ahora tengo más ganas aún de leer al autor pero empezaré por el principio ;) Besos.
ResponderEliminarMe parece un título lleno de humanidad, creo que voy a disfrutarlo. Es muy loable como Mankell se aferra a la vida a través de la literatura. Este libro es su epitafio, pero también su catarsis. Con tu reseña le rindes un más que digno homenaje.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy triste la historia de este escritor y es que luchar contra el cancer y vencerlo es muy dificil ya que es uno de los enemigos más peligrosos que hay, a pesar de todo siempre hay personas que logran vencer en esa despiadada lucha, una pena que él no lo lograra.Besicos
ResponderEliminarLo tengo pendiente en la estantería. Yo comienzo la semana con El Castillo. Besos.
ResponderEliminarYa sabes por Twitter que pedí recomendación para adentrarme con Mankell, y me recomendaron Asesinos sin Rostro, que, para variar, está pendiente.
ResponderEliminarBesos.
No creo que sea un libro para mí, pero gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn beso ^^
No la conocía pero así de primeras no me llama especialmente
ResponderEliminarun beesote
Un autor con el que tengo que estrenarme. Y no me importaría nada conocerle a través de este libro.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Qué entrada! Me has dejado muy tocada. No he leído nada del autor, pero me gustaría; de alguna forma cuando un escritor comparte algo tan personal cobra una humanidad tremenda, lo que supongo no debería extrañarnos tanto, pero lo hace. Veré si puedo conseguir este título por estos lares.
ResponderEliminarBesos.
Hola, una reseña impresionante para una novela igual de fantástica, este escritor siempre será uno de los mejores dentro de la novela negra. Muy buena la entrada, gracias por compartirla.
ResponderEliminarUn beso.
Otro gran pendiente, Mankell, al que aún tengo pendiente asomarme.
ResponderEliminarEste tipo de novelas con tanta carga autobiográfica, y plasmando esa necesidad de catalizar el dolor, sea el que sea, a través de la escritura siempre son interesantes. Quizás no para empezar un autor, siempre prefiero otro tipo de historias, pero sí para los lectores más acostumbrados y avezados. Además, Mankell por lo que nos cuentas toca algún asunto que me interesa especialmente, además de esa mirada atrás y de ese recuerdo tan lógico.
Probaré con Mankell, pero empezaré con alguna otra esta vez :)
Un besín!
He leído casi todas sus novelas, por supuesto la serie Walander, pero también otras en las que se aleja de este personaje. Me gustaron bastante El chino y El cerebro de Kennedy.
ResponderEliminarEl sábado tuve en las manos estas Arenas movedizas y sabiendo su carácter testimonial, no me lo lleve al final, no es que no vaya a leerla, claro que lo haré, me encanta Mankell, pero dejaré pasar un tiempo. Tu reseña me confirma que tengo que leerla.
Abrazos!!
No sabía de la existencia de este libro; en realidad, sí había oído el título, pero no sabía que detrás había un relato autobiográfico y las circunstancias en que había sido escrito. No he conocido a su famoso detective pero sí leí su libro "Viaje al fin del mundo" y recuerdo que me gustó.
ResponderEliminarHola! Pues me gusta lo que cuentas así que me lo anoto y a ver si le doy pronto una oportunidad.
ResponderEliminarYo empiezo la semana con El hilo azul, La esfera del tiempo y algunas LC.
Besos!
Un gran homenaje, claro que sí; como se merece.
ResponderEliminarDe entre sus obras, esta no es la que más me atrae pero tampoco descarto leerla. Me gustó mucho "Daisy sisters", así que seguro que repetiré.
Abrazo!
Uy este libro no he leído del autor pero si algunos de su autoría es muy bueno y este libro no me lo pierdo gracias por la reseña
ResponderEliminarPues me lo llevo anotado para leerlo un poco más adelante. Mi experiencia con él ha sido reciente y El chino no ha logrado convencerme. Quizá esta historia que es muy diferente lo haga.
ResponderEliminarBesos
Quiero leer algo de este autor pero no se por donde empezar.
ResponderEliminarSi fuera King el que hubiese escrito este libro, lo leería sin pensar y hasta moquearía, pero no lo es. Esa clase de lectura no es para mí.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, acabo de terminar esta grata lectura, este paseo por los recuerdos y las vivencias de este formidable escritor. Me han gustado de forma especial los capítulos que hablan de África, algunos me han sobrecogido. Un libro honesto.
ResponderEliminarUn saludo.