"Hay versos que se le clavan a uno en el entrecejo sin remedio. Como si al leerlos, parafraseando a Neruda, dejaran en la razón su quemadura. Siempre he imaginado la memoria del lector voraz de poesía como una amplia estantería cargada de armas blancas prestas a ser utilizadas, la mayoría de las veces contra uno mismo. ¿Se alimenta este lector voraz de la sangre provocada por las heridas? Mi respuesta es afirmativa, porque la letra suele escribirse a través de la supervivencia, agarrándose al margen de la hoja, a las anillas del cuaderno. Es decir, lo importante de la herida no es tanto el dolor como continuar con vida."
Pese a no ser fan de los libros llenos de anécdotas, lo soy de la literatura. Eso hizo que me fijase en este libro tan amarillo, y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Empiezo a creer que es mentira.
Hemos destruido a los clásicos, dice Carlos Mayoral al comenzar su último libro. Afirma que es la frase con la que siempre quiso comenzar un libro y, ¿por qué no ponerla y luego explicar lo que representa?, ¿no es eso acaso un comienzo tan válido como otro cualquiera bien utilizado como excusa para esa primera línea? Cualquier excusa parece buena si se trata de hablar de literatura, o al menos esa es la sensación que uno tiene cuando lee este libro.
Lo cogí, lo reconozco, pensando en encontrarme con una suerte de recopilatorio de anécdotas de esos que se pusieron tan de moda hace unos años. Y, a fin de cuentas, todo lector empedernido es un poco cotilla al respecto de la vida de sus autores favoritos. No podemos evitarlo. Los lectores incluso nos enamoramos de las voces narrativas. Tengo un amigo lector de criterio que afirma sin pudor dormir con aquél escritor que lee en el momento y otro amigo que es escritor que realiza el proceso contrario eligiendo de entre aquellos que pueblan su entorno, los nombres y características de sus personajes. Evidentemente ambos casos son empíricos y nada carnales. Y algo así es lo que hace Carlos Mayoral en este libro que, al contrario de lo que puede parecer al leer su primera frase, está poblado por clásicos.
Empiezo a creer que es mentira, cuando ha tachado verdad, es un juego en el que el autor le va contando al lector todo aquello que fue recogiendo de sus lecturas. Así nos encontramos con Alfonsina y el mar, o con la dedicatoria dejada por Hemingway a Baroja en una narración llena de sucesos que rozan la leyenda real o inventada de algunos momentos que poco a poco parecen haber pasado a la historia de la literatura. Aquí, el lector curioso se verá más que satisfecho. Pero más allá de todo eso, lo que se desprende de las páginas del libro es pasión por las letras. Me gustaría tiritar -dice el autor -como ese Poe que, excepto la vida, había perdido todas las cosas que podía tocar. Y más allá del dramatismo, esta frase conjuga la personalidad del narrador, la capacidad para convertir en personas reales a escritores que son más personajes que vivos por el nombre alcanzado en la literatura universal. Un narrador que, en algunos momentos, parece obsesionado con la muerte tal y como Mayoral demostró otra "obsesión" en Etílico y es la relación entre literatura y alcohol. Se le notan sus pasiones cuando habla, por ejemplo, de Unamuno o Bolaño y hace una incursión en la literatura escrita por mujeres que, mucho me temo, no será reconocida.
Es cierto que nos encontramos muchas veces con un comienzo de párrafo repetido, "cuentan que..." y justo detrás aparecerán nombres como el de Philip Roth y aquel momento en el que parafraseo a un boxeador retirado diciendo "Para lo que tuve, no lo hice mal", descubriéndonos momentos puntuales que tendremos la tentación de apuntar por simpáticos o llamativos. Pero lo es más que, cuando uno termina la lectura y cierra el libro, tiene la sensación de haber mantenido una charla con un verdadero amante de las letras. Se ve el lector desbordado casi por la cantidad de nombres que ha ido Mayoral enlazando a lo largo de las casi 350 páginas que ocupa su último título y que hemos sido capaces de leerlas en un suspiro. Y eso hace que uno no pueda evitar querer escuchar hablar a Mayoral, porque ahora que ya lo hemos leído, se nos ha implantado una idea en la cabeza que no podemos dejar de mirar: puede que se hable de libros, pero se habla muy poco de literatura.
Empiezo a creer que es mentira es una lectura que se sale de lo corriente pero que estoy segura gustará a cualquier lector empedernido, curioso habitual o simplemente aficionado a la literatura.
Y vosotros, ¿os consideráis lectores curiosos?
Gracias.
Hola! No pinta nada mal, pero no creo que lo lea a corto plazo, antes prefiero leer otros libros.
ResponderEliminarBesos!
Yo he llegado a ser tan curiosa que no he podido resistir mirar el final de una novela y una vez savido ese final ya la he leído con más tranquilidad sobre todo si me ha gustado ese final.Besicos
ResponderEliminarYo totalmente curiosa y cotilla...me encantan las anécdotas de libros, autores literatura. ¿a quién no le gustan cuando ama leer? Así que tomo nota de esta deliciosa recomendación, porque me llama muchísimo la atención ;)
ResponderEliminarBesitos
Pues creía que esta vez no me ibas a convencer, pero nada... Que me llevo el libro apuntado.
ResponderEliminarBesotes!!!
No me termina de atraer y tengo muchísimo pendiente :)
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarNo conocía este libro y confieso que durante mucho tiempo me gustaron esta clase de libros, aunque veo que no es precisamente lo que tenía en mente. De cualquier forma, me llama la atención, sí, y de hecho que lo tendré presente.
Besos.
Por el momento no me interesa y respondiendo a tu pregunta aveces segun mi animo. Te mando un beso
ResponderEliminar¡Hola ^-^!
ResponderEliminarAunque parece que es un libro diferente y especial a lo que nos solemos encontrar no creo que lo lea, ya que no es muy de mi estilo y creo que no lo voy a disfrutar.
Un beso enorme :D
La portada, el juego de palabras del título y el contenido de curiosidades no me pueden llamar más la atención. Lo buscaré... Besos!!
ResponderEliminarAnotado queda porque parece interesante.
ResponderEliminarMuy feliz Navidad.
Un beso y muchas gracias.
A priori pensaba que no te había convencido, pero veo que me equivoco.
ResponderEliminarCuriosa eres, un rato, pero es lo que haces que encuentres lecturas tan variopintas.
No sé qué decirte, es peculiar lo que cuentas,y soy lectora (no tan empedernida como tú), pero no sé si lo disfrutaría del mismo modo que tú, así que si me lo permites nuevamente, espero a que me digas si crees que me gustaría o no, y en ese caso, lo anoto.
Besitossss.
Te deseo:
ResponderEliminarQue rias de los inconvenientes...
Deja de lado al miedo y...Sé un poco ridículo...
Lucha por la perfección......pero sin desgastarte tanto por alcanzarla
La vida no es más divertida porque no dejamos que lo sea......así que, haz que sea!
Y lo más importante:
La vida no acaba en este instante...ni empieza mañana...
¡¡No para!!cada minuto estresado, es tiempo perdido...
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Por eso, te deseo: un poco de locura y un poco de pureza para poder ver la vida diferente y mejor de lo que a veces realmente es...
Y no olvides:
¡Sonríe! en la vida todo es mejor con un poco de alegría y...
No dejes de soñar!!!!!!
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Feliz Nochebuena Feliz Navidad!!!!!
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Abu
Holaaaaaaaaa!
ResponderEliminarNo conocía la novela, pero no me termina de llamar...
Un besito, nos leemos^^
Pues si lo recomiendas así, es para tenerlo en cuenta, desde luego
ResponderEliminarBesos
Me lo pienso...Feliz navidad a todos los amantes de los libros.
ResponderEliminarConfieso que me has dejado con la curiosidad, ya leí dos de Posteguillo de "anécdotas noveladas", así que este podría estar bien. Lo pensaré.
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