Premios sí o no, o lo que viene a ser la polémica de siempre. Decimos que no pero nos los vamos leyendo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Un matrimonio americano.
Conocemos a Roy y a Celestial, el matrimonio perfecto de personas destinadas a triunfar. En este caso un matrimonio de color de la época en la que eso ya no era un estigma pese a que ambos son criados por las conciencias de quienes lucharon por los derechos que ahora disfrutan. Pero ellos, como decía, están destinados a triunfar. Al menos hasta que apenas año y medio después de su boda Roy es acusado de violación y condenado a 12 años de prisión. Y, aunque suena a tópico, él no lo hizo. La vida de él frena en seco mientras Celestial avanza preguntándose el tipo de matrimonio, de vida que tiene.
Y nosotros tenemos, sobre todo cartas. Cartas para comprenderlos y para comunicarse en las que descubrimos sentimientos e historia. Cartas que, si bien no conforman la novela al completo decidirán qué parte gusta más al lector en una novela que se va convirtiendo en una declaración racial sobre lo que puede suponer ser negro en Estados Unidos y ser sospechoso de un delito. A fin de cuentas, Roy está en prisión cuando realmente podría haber estado muerto. No es lo mismo ser negro o no para estas cosas. Roy pasa de la promesa a la prisión y de ella a ser algo que la sociedad evita: un negro, exconvicto en paro. sorprende la intimidad de las cartas, el tono realista que percibimos, el lado humano y también lo hace la presencia de grandes personajes secundarios que, una vez hemos finalizado la historia, casi han eclipsado a los protagonistas. Sorprende, por ejemplo, la voz del amigo, de André. Un matrimonio americano es más que un drama, un dramón, en el que el viaje, la detención, el juicio y la condena son el pistoletazo de salida de unas cartas que rebosan esperanza y pasión y que se van enfriando y es que, aunque Roy sale de prisión mucho antes de esos doce años, acaba firmando como un dubitativo esposo justo antes de acudir a un hogar que ha estado demasiado tiempo vacío. Así es inevitable el triángulo, la autopsia matrimonial y la reivindicación racial en una novela correcta que cae en más de un tópico que hubiera ganado evitando para centrarse en explorar esa primera parte.
Un matrimonio americano es una buena novela. Solo que... no es excepcional. Ni muchísimo menos. Y es que la historia daba para mucho más.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
¡Holaaa!
ResponderEliminarUff, tiene pinta de ser durísima por el tema que trata, pero también muy real y con un mensaje muy necesario. Me gusta que las cartas tengan un peso importante en la novela, aunque no sea totalmente epistolar.
Eso si, veo que al final tampoco es una cosa del otro mundo, pero bueno, igualmente puede merecer la pena :D
¡besos!
Ayer empecé " El abanico de seda". Está siendo todo un descubrimiento. Un beso.
ResponderEliminarEsta reseña tampoco me ha llamado la atención.Sigo con Los locos egregios.Besicos
ResponderEliminarTemas duros los que toca. Aunque no sea excepcional, me dejas con cierta curiosidad. Si se cruza, cae seguro.
ResponderEliminarBesotes!!!
No me termina de convencer asi que lo voy a dejar pasar. Esta semana la empiezo con Sombra y hueso y El año de gracia.
ResponderEliminarSaludos
Iba a decirte que no me animaba, pero no sé exactamente por qué al llegar al final he cambiado de opinión: me la anoto.
ResponderEliminarUn beso, Mientras leo, y feliz semana.
Pues yo me quedo con curiosidad, aún sin ser excepcional... La tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesotes
La compré cuando salió (había oído hablar mucho de ella, los premios ya se sabe y esta se hizo la temporada completa hasta que acabó cayendo el Women's prize) pero no he hecho ni amago de leerlo.
ResponderEliminarY precisamente porque tiene pinta de dramón tremendo y hay que estar con muchas ganas para ponerse a ello.
El tema racial está muy de moda en Estados Unidos (tanto en ventas como en premios) y a veces la crítica tiende a ser muy suave por aquello de lo importante es el mensaje (este año me he leído una noval malísima con críticas estupendas y eso que algunas señalaban, aunque pasaban de puntillas, por sus defectos).
Creo que no es el caso de esta novela, pero habrá que encontrar el momento apropiado