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viernes, 27 de febrero de 2015
La nostalgia feliz. Amélie Nothomb
"Todo lo que amamos se convierte en una ficción. De las mías, la primera fue Japón. A los cinco años, cuando me arrancaron de allí, empecé a contármelo a mí misma. Las lagunas de mi relato no tardaron en incomodar,e. ¿Qué podía decir yo del país que creía conocer y que, con el transcurso de los años, se iba alejando de mi cuerpo y de mi mente?"
Así comienza la nueva novela de Nothomb, que vuelve a presentarnos una autobiografía novelada como ya hiciera en libros anteriores. Esta vez, toma el testigo de la novela Ni de Eva ni de Adan. Hoy traigo a mi estantería virtual, La nostalgia feliz.
Tras una larga ausencia de 16 años, Nothomb regresa al Japón en el que vivió hasta los seis. Y lo hace con una advertencia, "todo lo que amamos se convierte en ficción". Bien lo sabe la autora, cuya obra se divide precisamente en dos ramas; una primera formada por novela de ficción, y la segunda en la que la protagonista es Amélie Nothomb,
En este caso, y utilizando como motivo el rodaje de un documental, Nothomb pasará unos días recorriendo el Japón que la vio apenas crecer, ese que recuerda más como una ensoñación que como parte de su biografía, y al que se llega con la esperanza de recuperar momentos infantiles. Buscará su barrio, sus recuerdos, su nana que ya es una anciana y también a ese joven de su juventud del que ya nos hablara en Ni de Eva ni de Adan, Rinri, su primer amor. Encuentros importantes, incómodos incluso, llenos de nervios y de sentimientos acumulados que seguiremos de su propia voz.
Se escuda en algunos momentos en el dicho fácil, haciendo gala de un sentido del humor que lleva adosada una pequeña autocrítica, para así no profundizar más en los sentimientos. Quién sabe si por gusto o simplemente como muestra de su carácter: si es un recurso habitual o una defensa. Pero no cabe duda que le otorga un punto de realismo a esta pequeña confesión de apenas un puñado de páginas, la humaniza. Nos deja además algún retazo de la cultura, del pasaje tanto de su Japón, el que recuerda, como del de todos, el que se encuentra al regresar. No es su primer viaje, pero si el que la lleva de vuelta tras haber escrito tanto sobre este país que no ha permanecido indiferente a sus letras. Un país además marcado por los movimientos sísmicos y por una cultura muy diferente a la nuestra, puntos estos que se unen cuando la autora habla de Fukushima, visita el lugar, conoce reacciones... es un tema importante para ella y así nos lo dice.
Esta vez me he encontrado con una Amélie Nothomb mucho más suave, sin ese trazo casi agresivo en sus palabras que la ha caracterizado en muchas de sus obras, esta vez se deja llevar y comparte sus sentimientos con el lector. Una novela que sólo se disfruta si nos dejamos contagiar y también nosotros compartimos en silencio esos recuerdos de aromas infantiles que un día vivimos y que, en el fondo, echamos de menos. Es un libro pensado para que hacer el viaje acompañados, para que visitemos barrios, parques, traspasemos fronteras reales como si fueran marcas imaginarias y acabemos mirando sorprendidos a nuestro alrededor haciendo nuestro ese dicho: a veces parece que pienso que soy el único que cumple años. Y lo aceptemos; la vida sigue, las cosas cambian y hemos crecido. Ahí está: eso que buscábamos, lo que sentimos; eso es la nostalgia.
No lo elegiría como primera lectura de la autora, pero quienes ya la conocemos, no podremos evitar la sensación de haber accedido a un lugar un poco más privado. Me ha gustado.
Ayer hablaba de contagio literario para referirme a esos libros que se nos pegan. Hay muchos tipos de contagio, otras lecturas nos contagian sentimientos, como me ha pasado a mi esta vez. Y vosotros, ¿hay muchos libros que os hagan sentir sus letras?
Gracias
jueves, 26 de febrero de 2015
Viajo sola. Samuel Bjørk
"El 28 de agosto de 2006 nació una niña en la maternidad del hospital de Ringerike, en Hønefoss. La madre de la niña. una profesora de guardería de veinticinco años que se llamaba Katarina Olsen, era hemofílica y falleció durante el parto. Más tarde, la comadrona y algunas de las enfermeras que habían estado presentes, describirían a la niña como una criatura excepcionalmente bella. Decían que estaba tranquila y muy atenta, y que su mirada invitaba a quienes trabajaban en la maternidad a establecer una relación muy especial con ella. En el momento de ingreso en el hospital, Katarina Olsen había registrado al padre como desconocido."
Esta lectura fue uno de esos casos de contagio. Ante el interés que despertó y las buenas opiniones que parecían llegarme de cualquier lugar al que me dirigiera, no pude evitar traerme a casa este título cuya cubierta, y sé que seré de las pocas que lo digan, me causó una impresión pésima al primer golpe de vista. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Viajo sola.
Conocemos a Holger Munch, un detective al que le cae el caso de una niña aparecida muerta colgando de un árbol con un cartel que reza "Viajo sola". Holger decide recurrir a Mia Munch, una colega retirada del servicio activo que destacaba por su inteligencia ya en la academia. Consigue convencerla de que vuelva a unirse a su equipo para resolver este escalofriante suceso, que traerá consigo mucho más de lo que parece.
Comenzaba comentando que esta ha sido una lectura por contagio, y es que la novela tiene todos los ingredientes para provocar justo ese efecto. Partiendo del clásico "impacta desde la primera página y así el lector se quedará" salta de un prólogo en el que relata una desaparición, a un primer capítulo en el que ya aparece el cadáver de una niña. Bjørk escribe de forma sencilla, incluso los nombres que aparecen no son particularmente complejos, cosa de agradecer en la literatura nórdica, al menos yo lo agradezco. Nos dibuja una pareja de detectives que ya tienen una historia a sus espaldas, y nos la resume a la perfección para conseguir un par de personajes sólidos que se complementan bien tanto entre ellos como con la historia. Es cierto que el autor parece no poder evitar caer en ciertos tópicos, pero nos tiene tan entretenidos con el caso de las niñas (porque sí, hay un plural... y hasta aquí puedo leer que decía una famosa presentadora hace mil años) que apenas si reparamos en ello. O tal vez lo hacemos, yo hay un momento de la novela que tengo clavado con una sonrisa, pero no nos importa demasiado, prestamos más atención a lo que está sucediendo y a lo que creemos que puede suceder.
Un libro que va de menos a más, que se ramifica y en el que el autor parece no perder jamás el control de la historia y lo que va relatando, con un argumento en el que es fácil sumergirse. A medida que llegamos al final, el ritmo aumenta y nos demuestra que aún le quedan un par de trucos con los que intentar sorprendernos y que son, tengo que reconocerlo, bastante efectivos. Además no podemos obviar que al tratarse de niños, la atmósfera es más densa. Y ya se encarga Bjørk de que no olvidemos ese punto con la particular estética de los cuerpos.
Viajo sola es una novela francamente entretenida que, sin aspirar a más, nos puede hacer más livianas esas tardes invernales en las que el frío invita a quedarse en casa. A fin de cuentas, todos buscamos de un modo u otro que una lectura sea entretenida, ¿o no acudís vosotros a este tipo de libros de vez en cuando?
Gracias
Pd. Quiero esa muñeca. Me encanta.
martes, 24 de febrero de 2015
Pétalo carmesí, flor blanca. Michel Faber
"Anda con pies de plomo. Con los cinco sentidos: te harán falta. Esta ciudad a la que te traigo es vasta e intrincada, u no la has pisado nunca. Quizá imaginas, por otros relatos que has leído, que la conoces bien, pero aquellas historias te halagaban, te recibían como a un amigo, te trataban como si formaras parte de ellas. La verdad es que eres un forastero de una época y un lugar completamente distintos."
Cuando leí Bajo la piel quedé fascinada con la historia y con la manera de contarla, así que me faltó tiempo para buscar algo más del autor. Tardé lo que se demora google en mostrar resultados en descubrir que su libro más famoso era el que hoy os enseño y no tardé en tenerlo en casa. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Pétalo carmesí, flor blanca.
Conocemos a William Rackman, heredero de un negocio perfumista, que se topa con la prostituta Sugar. De este modo, el caballero con una vida escrita por él, una mujer y una hija, une su destino al de una prostituta que se anuncia en una guía para caballeros bajo el reclamo de no negarse a nada se encuentran.
Comparado una y mil veces con una suerte de Dickens moderno por este título, el autor nos advierte utilizando al narrador en el primer párrafo de que su Londres, su Notting Hill, no es el habitual de las novelas victorianas. Tal vez sea el siglo XIX, y tal vez la misma ciudad y una familia y haya aristocracia... pero su novela no está escrita para provocar un plácido viaje en el lector. Porque, sobre todo, es una novela del siglo XX, en la que no se esconde nada, y se mira en cada rincón con un realismo que nos puede parecer agresivo a ratos. Es más, este narrador directo que se dirige al lector, es una constante, aunque se irá suavizando levemente a medida que avancemos, y se mostrará con una curiosidad morbosa o nos mostrará esa curiosidad morbosa que tenemos todas las personas para ser más excatos. Se fijará no sólo en las clases altas, sino también en la pobreza, nos hablará de sexo, de esa represión que se vivía en aquella época y de la diferencia abismal entre hombres y mujeres en cuanto a ese tema se refiere; y también, si hace falta, se fijará en enfermedades, olores y suciedad: porque todo eso existe, aunque esos afamados autores victorianos lo recubrieran de miriñaque y opacasen la luz que nos lo podía enseñar, cubriendo los ventanas con ricos cortinajes de crespón.
La trama de la novela es más que correcta; la familia de Rackman, su aventura con Sugar y como esta inteligente joven llega a convertirse en un miembro de la casa de su amante al pasar a ser la institutriz. De este modo conoce a la mujer de Rackman y se pone en contacto con una niña que había estado desatendida afectivamente. Descubrimos además la importacia de Agnes, la mujer de Rackman, como personaje; lo meticuloso, lo atormentado, lo estrecho que habita en ella, abriendo la historia a un personaje más. Y es que, pese a su extensión, la historia se reduce en este caso a un puñado de personas a las que acabamos conociendo mejor que a nosotros mismos, ya que Faber muchas veces roza el intimismo a la hora de narrar su novela. Consigue de este modo una historia que, aún lejos de ser trepidante, llama al lector deseoso de volver a poner en marcha la vida de estas personas para observar lo que sucede allí. Y nos conduce a un final que me tuvo dando vueltas un par de días. Un final perfecto para esta historia que me dejó ganas de seguir leyendo, demostrando que, aunque hayamos mirado el grosor de una novela (aunque el término victoriana suele ir asociado a varios centímetros más que otros géneros) al comprarla, puede sorprendernos al hacernos desear un poco más cuando llegamos a su final.
Pétalo carmesí, flor blanca es una ambiciosa novela que propone una mirada cruda a una época ya relatada con una historia realmente bien llevada a lo largo de sus páginas. Tal vez no sea para todos los gustos, pues huye de ese halo romántico habitual que busca heroínas para relatar su historia con un realismo casi brutal, pero no cabe duda de que es un novelón en el buen sentido del término.
Sé que he hablado y nombrado varias veces en la reseña la novela victoriana, por eso quiero dejar una cosa clara; no vengáis a este libro a buscar esos rasgos comunes al género.
Ya he comentado que este libro es contundente en cuanto a su grosor, por eso os pregunto, ¿os fijáis en el número de páginas que tiene un libro a la hora de decidiros por él?
Gracias
lunes, 23 de febrero de 2015
Carthage. Joyce Carol Oates
"No me querían lo suficiente.
El porqué de que desapareciese. Diecinueve años. ¡Me jugué la vida a cara o cruz!
En este lugar tan amplio -un parque natural en las abruptas pendientes de los Adirodacks- los pinos se repiten hasta el infinito, como un cerebro tan apretado que está a punto de estallar."
Casi cincuenta años después de que su primera novela viera la luz, así comienza lo nuevo de una autora con la que tengo una relación amor/odio. Y que nadie piense que eso es malo, ya que lo que menos me gusta en un libro, es que me produzca indiferencia. Así que no tardé en hacerme con esta novela y leerla, con verdaderas ganas. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual Carthage.
Conocemos a la familia Mayfield cuando desaparece su hija menor, Cressida, de 19 años. Descubrimos así a un padre de familia, Zeno, ex alcalde del pueblo en que viven y acostumbrado a tenerlo todo bajo control, casado con una mujer de posición cómoda en la sociedad y en su familia, que ha aceptado ocupar siempre un discreto segundo plano, y a sus hijas. La mayor, Juliet, es la guapa, pausada, tranquila, la perfecta hija de la sociedad americana. Y la desaparecida Cressida es la lista, con un físico andrógino, pasaría perfectamente por la fea, irónica, mordaz e insegura al mismo tiempo.
Si bien suceden más cosas, la desaparición de Cressida en las primeras páginas, es el eje argumental de esta novela. Una novela que se completa con el prometido de Juliet, un ex combatiente que regresa como un juguete roto de guerra, tanto en cuerpo como en espíritu, llamado Brett y que resulta ser la última persona que vio a Cressida el día de su desaparición. Aunque para cuando la hija menor de la familia Mayfield desaparece ya es ex-prometido en realidad, lo que complica las cosas y mucho. Además... su estado mental desde que regresó de la guerra dista mucho de ser normal y parece que cualquier declaración que haga se pierde en una maraña de confusos recuerdos y sentimientos.
Hasta aquí podría ser una novela negra al uso, pero Oates ya nos tiene acostumbrados a no escribir novelas al uso. De hecho, esta se divide en tres partes y, hasta ahora, os he hablado solo de la primera, que formaría una historia en sí misma. La historia de Cressida, su desaparición, las reacciones de una familia que se niega a aceptar la terrible realidad de una muerte más probable a medida que transcurren las horas, los días, desde la última vez que se vio a su hija menor. Y como se van rompiendo y rehaciendo una y otra vez, negando la posibilidad de haber perdido a su pequeña para siempre, esperando una llamada o, en el peor de los casos, la confesión del que fuera uno más de la familia.
Oates disecciona cambiando de narrador una y otra vez a cada uno de sus personajes. Es especialmente espeluznante el momento en que Brett toma la palabra y nos metemos en su cabeza, cuya mente resulta estar tan fragmentada y cosida como algunas partes de su cuerpo. La novela está, además, llena de pequeños símbolos dispuestos ahí para que los recoja el lector; desde el nombre del lugar, Carthage, hasta el del padre de familia Zenon; la hija hermosa y enamorada con el corazón roto, Juliet, o Cressida, que incluso llega a plantear si es justo su nombre, si la define. Todo está ahí, página tras página, como está el desapego de Oates por sus personajes a los que no concede tregua ni lástima por la situación que viven.
Y sigo sin salirme de esa primera parte, no quiero entrar en terreno pantanoso y desvelar nada importante de la novela. Sólo os diré que que tras giros, cambios de voz, de registro casi, movimientos en zig zag en la historia que son lo suficientemente lentos como para que el lector no se pierda, la concluye en una tercera parte que deja todo bien sujeto.
La última novela de Oates es una visión social revestida con una trama oscura que avanza a ritmo pausado, a veces demasiado, para un lector que, en mi caso, no puede evitar pensar si no son demasiadas páginas las empleadas para ello.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
sábado, 21 de febrero de 2015
Entrevista a Boris Izaguirre
Boris Izaguirre nace en Caracas, Venezuela, en 1965. Su carrera literaria comenzó cuando contaba 16 años, escribiendo una crónica social en el diario El Nacional. De ahí pasaría a escribir guiones de telenovelas algunas de ellas muy conocidas. No tardó en dar el salto a nuestro país, convirtiéndose en una cara conocida en la pequeña pantalla. Tampoco dejó nunca la prensa y lo hemos podido leer en El País, Fotogramas o gay Zero; además de sus apariciones en la radio. Es autor de una docena de novelas, todas ellas caracterizadas por su cuidada ambientación y quedó Finalista del Premio Planeta 2007 por su novela Villa Diamante.
- Dicen que se crió escuchando el sonido del teclear de su padre, ¿cree que era inevitable que se dedicara de un modo u otro al mundo de las letras?
- Absolutamente inevitable. La verdad que, es uno de mis recuerdos más estupendos y además me encantaba saber que mi papá se ganaba la vida así.
- Guiones, televisión, colaboraciones en prensa, libros... ¿en qué campo es en el que Boris Izaguirre se siente más cómodo?
- Yo creo que todos son lo mismo; todos son escribir. Porque, si no estoy escribiendo fácticamente en unos, estoy pensando y observando para luego escribir en otros.
- Muchos lectores conocen a Rosalinda Fox por la novela de María Dueñas, ¿Cómo la conoció usted y en qué momento comenzó a sentir interés por ella?
- En el momento en que me di cuenta de que, como espía, los servicios británicos le hacen saber que, al hombre del que está enamorada... lo tiene que espiar. Ahí es donde pensé; esto es una novela, pero por la calle de en medio, una historia apasionante, única, singular, vibrante.
- Está claro que le gusta partir en sus novelas de personajes reales y, a partir de ellos, contar su historia, ¿qué tiene que tener un personaje para fascinarle?
- Me gusta la idea de partir de la realidad para escribir una novela. Pero por primera vez, en Un jardín al norte, un personaje es real, es tan completamente real, que hace mucho mejor la novela. Y esa es, yo creo, la diferencia que hay entre Un jardín al norte y mis otras novelas. Por ejemplo en Villa Diamante, la casa que construyó un arquitecto italiano, en Caracas, es la que da pie a la novela; todo lo demás es ficción. Pero aquí no, Rosalinda Fox vivió, existió, respiró y estuvo entre nosotros. Fue española por amor, por decisión; al final, la mayor parte de su vida fue aquí, en este país, y eso es lo que yo creo que hace tan interesante, tan apasionante y tan viva a Un jardín al norte.
- Y hablando de personajes, Mr Higgs me parece interesantísimo, ¿cómo se construye un personaje así?
- Muchísimas gracias. Pues fue por azar, como se construyen las mejores cosas en la vida. Yo toda mi carrera he dependido totalmente del azar: por azar empecé a hacer televisión, por azar apareció Rosalinda Fox en mi vida y por azar aparece Mr Higgs en la vida de ella y así lo dice en la novela, dice: "Mr Higgs acababa de entrar en mi vida." Con solo un guiñar de ojo. Yo esto lo agradezco mucho porque para mi es una aventura, es el gran personaje de la novela. Indiscutiblemente.
- Diferentes localizaciones, momentos históricos importantísimos, viajes, secretos... ¿cuánto se tarda en escribir un libro como Un jardín al norte?
- Nunca se sabe realmente lo que se tarda en escribir un libro. Por ejemplo, Villa Diamante, creo que lo comencé a escribir cuando tenía 23 años y no lo publiqué hasta que cumplí 42. Pero en realidad tampoco yo puedo decir que estuve veinte años con ella. Los libros, las historias... son algo que van y vienen, y hay que saber entender que no es un tiempo tan rutinario como en otras profesiones. Creo que estaba esperando tener un encuentro como el que he tenido con Rosalinda Fox para por fin escribir sobre algo que me fascina desde que soy niño: La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española. Siempre he pensado que una, de alguna manera, trajo a la otra y Rosalinda Fox me ha permitido elaborar una novela donde se plantea esa fascinación, esa obsesión por esta etapa en particular del siglo XX. Podría decirse que he pasado toda mi vida esperando algo que me permitiera escribirlo, y escribirlo bien.
- A grandes ratos tuve la sensación de que estaba ante su Rosalinda. ¿En qué punto se abre paso la ficción para terminar de dibujar a un personaje real?
- Bueno, aquí quizás la clave esté en todo lo que Rosalinda Fox se pasó toda su vida maquillando. Rosalinda Fox siempre evitó dar más luces sobre su participación en algo tan importante como el hecho de que Franco no hubiera sido aliado de Hitler en la Segunda Guerra Mundial porque, tener que explicar cual era su participación, pasaba por reconocer que ella estaba allí porque era amante de Juan Luis Beigdeber. Y no estaba dispuesta a asumir ese título de amante que no es grato para nadie y, desde luego, no lo era para ella. Y es justo ahí donde está mi novela y recreo cómo consiguió Rosalinda Fox estar en un lugar determinante de la historia del siglo XX y determinando ella también su propia vida.
- Un jardín al norte entiendo que se refiere al de la propia protagonista, pero también le veo algo de simbolismo ¿qué significa para usted ese título?
- Sí, es envolvente. Siempre he pensado que es la mejor manera de definirlo: envolvente. Yo creo que te obliga a abrir la portada, la cubierta del libro y seguir leyendo. Si te gusta lo que dice el primer párrafo entonces ya quieres leer el segundo y para mi esto era lo más importante. Pero sí que es cierto que pienso, que creo, que a todos nos encantaría tener un jardín. De hecho todos nos quedamos fascinados cuando vemos un jardín y vas caminando por la calle, ves así un jardín y te gustaría estar dentro. El amor también es un poco así: cuántas historias de amor no te gustaría a ti vivir. Y la historia de Juan Luis Beigdeber y Rosalinda Fox es tan potente, tan fascinante, que también es como un jardín al que mirar. Y así es como ella se lo explica a sí misma.
Como ese amor se desarrolla en Tánger que está al norte de Marruecos y Marruecos está al norte de Africa, pensé que claramente sí, era Un jardín al norte.
- De un amor fallido a una verdadera pasión sin importar bandos o edades, eso es lo que nos muestra en la relación entre Beigdeber y Rosalinda, ¿cree usted en ese tipo de pasiones?
- Qué buena manera de explicarlo. Totalmente, creo totalmente en este tipo de pasiones pese a que no las haya vivido. Porque es verdad que, por ejemplo, Rubén y yo, apenas nos llevamos años de diferencia. Pero también es cierto que cuando yo conocí a Rubén, él confesó tener dos años más que yo y ahora, 23 años después de relación, tiene 10 años menos. Cómo conseguimos hacer eso, solo lo puede explicar el amor, claro. Entonces... también tengo un poquito esa unión con Rosalinda Fox.
- Me gustaría saber cuales son sus proyectos más inmediatos y si ya tiene alguna historia rodándole la cabeza
- Tan buena, tan buena, como Rosalinda Fox, creo que va a ser muy difícil y pasará mucho tiempo para que me vuelva a pasar una cosa así. Por el momento ¿por qué no disfrutar de esto?, ¿por qué no disfrutar de ir hablando sobre Rosalinda Fox y ser algo así como "el biógrafo de Rosalinda Fox"? A mi me parece fantástico, estoy encantado. Es más, no se me ocurre mejor sitio.
- Y por último una pregunta que siempre hago y no puede faltar en una espacio que recomienda libros. Me gustaría saber qué libro está leyendo en este momento.
- Bueno, he vuelto a leer un poquito de ficción. Estoy con la ficción que llevo toda mi vida leyendo, con mis autores ingleses a los que amo y con Daphne du Maurier que la doro y tengo muchísimas ganas de, con toda esa fascinación que ha generado Rosalinda Fox en mi, volver a leerme Rebeca. Y luego me estoy leyendo una biografía sobre Gloria Swanson que fue la gran reina del cine mudo y es la actriz protagonista de Sunset Boulevard que va precisamente un poco sobre la historia de ella. Y creo que con eso ya voy bien, tengo ganas de terminar con la biografía de Swanson para poder ponerme con otras cosas.
- Muchas gracias y felicidades por una historia que, además de todo lo ya dicho, me ha parecido amena y divertida.
- Muchas gracias, para mi es lo más divertido. Sobre todo que sea entretenida, porque yo creo en el entretenimiento. Soy un hijo del entretenimiento y me encanta que el entretenimiento también esté en las páginas de un libro.
Y gracias, como siempre, a todos los que os pasáis por este espacio.
Bibliografía:
- El vuelo de las avestruces
- Azul petróleo
- Morir de glamour. Crónica de la sociedad de fin de siglo
- Verdades alteradas
- 1965
- Fetiche
- El armario secreto de Hitchcock
- Villa Diamante
- Y de repente fue ayer
- Dos monstruos juntos
- Un jardín al norte
viernes, 20 de febrero de 2015
Un jardín al norte. Boris Izaguirre
"Es más que probable que el haber nacido en abril de 1915 me haya preparado para vivir en una era de continua inestabilidad. El 15 de abril de 1915 mi país, el Reino Unido, y buena parte del continente europeo se despertaban otro día más sumidos en la Gran Guerra, provocada por el asesinato de un archiduque, la invasión de un país llamado Bélgica y la creación de una Tripe Entente, donde la Gran Bretaña era aliada de Francia y Rusia."
Conocí, como muchos, la existencia de Rosalinda Fox gracias a El tiempo entre costuras. Ya en ese momento pensé que tuvo que ser una mujer interesante, así que fue la curiosidad la que me atrajo hasta el libro que hoy os muestro. Hoy traigo a mi estantería virtual, Un jardín al norte.
Conocemos a Rosalinda Fox, una mujer que nació durante la Gran Guerra en Ken y que vive la separación de unos padres que no prestan demasiada atención a su hija. Cuando llega a la adolescencia, la joven se reencuentra con su padre, que se dedica al espionaje, y es seducida por este mundo. Llevará una vida marcada por las guerras, el amor y el riesgo.
La verdad es que no me había acercado hasta hace bien poco a los libros firmados por Izaguirre. Supongo que prevalecía el personaje televisivo frente al escritor, aunque su labor literaria haya tenido reconocimiento. Sin embargo, esta vez me interesaba el personaje principal de su novela: una mujer fuerte que vivió durante los momentos clave del siglo XX y cuya constante fue la lucha. Una de estas vidas, en definitiva, que pueden parecer más propias de una historia de ficción de que la realidad.
Boris entra en la historia de frente, arriesgándose con una primera persona que da al libro un tono mucho más personal. De esta forma acompañamos a la protagonista durante toda su vida, Descubrimos a una mujer, pelirroja, detalle que me llamó la atención por lo difícil que tuvo que ser ocultar un rasgo tan llamativo en determinados momentos, que ya en las primeras páginas al relatarnos su infancia, nos deja ver el toque personal que imprimirá a su relato a lo largo de la novela. Asistimos a pequeñas reflexiones, al interior de Rosalinda, a la vez que vamos conociendo su vida. Así empieza hablando de las apariencias mientras explica como, siendo una niña, fue testigo tal vez no consciente, de la aventura de su madre con otro hombre y como caminaban fingiendo ser una familia normal. De hecho, es algo a lo que le da mucha importancia, las apariencias; y es lógico teniendo el cuenta el mundo en el que se movió.
La historia es dinámica, de esas en las que siempre hay algo que relatar, siempre parece estar sucediendo algo en la vida de esta mujer. La separación de sus padres, el internado, el redescubrimiento de su padre y aquello a lo que se dedica, un primer amor fallido del que escapa, la enfermedad de la joven, el espionaje y su gran amor con un hombre mucho mayor que ella, casado y del todo inadecuado por el que luchó, viajes, riesgo... Con todos estos ingredientes, es fácil dejarse seducir por una historia vital que además se ve adornada por distintos escenarios y un contexto histórico francamente interesante. Y de entre todos estos sucesos que forman parte de la vida de Rosalinda, será el amor y la pasión que siente por Juan Luis Beigbeder el que marque su historia. Un militar español y una espía, la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial al fondo, acercándose... y el convencimiento de estar ante el amor de su vida. Y para cuando el lector llega a esta parte, ya no es lector, sino confidente de una vida que hace ya muchas páginas hemos olvidado que es novelada, mezclada con ficción, así que somos casi partícipes en la lucha de ambos por seguir adelante.
Boris nos deja una novela francamente entretenida con la que dejar pasar las horas de invierno en compañía de una mujer que merece la pena ser conocida.
Y vosotros, ¿podéis decirme algún personaje real o no que os haya llamado particularmente la atención últimamente?
Gracias
jueves, 19 de febrero de 2015
Golowin. Jakob Wassermann
"La primera mitad de mayo transcurrió con el viaje desde Tula hasta el Cáucaso. El diecisiete, María von Krüdener, llegó a Kislawodks, donde esperaba encontrar noticias de su marido. Este había huido a Persia al estallar la Revolución en el frente anglo-ruso. Hacía ya cinco meses que no tenía ninguna noticia de él."
Cuando una editorial comienza una colección, al igual que cuando se descubre a un nuevo autor, hay una curiosidad por ver la línea, el estilo, el avance. Por eso y tras un perturbador primer título, tenía curiosidad por ver como avanzaban estos Ineludibles. Y por eso precisamente, hoy traigo a mi estantería virtual, Golowin.
Conocemos a María von Krüdener en plena Revolución Rusa. Su marido ha huido y es ella quien, acompañada de sus hijos y un puñado de sirvientes, emprenderá un viaje para reunirse con él al sur. La acompañaremos durante su viaje, en el que conocerá a un hombre llamado Golowin con el que descubrirá que hay revoluciones que se producen en el interior.
Una vez más estamos ante una novela corta o relato largo que apenas supera las cien páginas, y que tampoco necesita más para relatar una historia. El autor, situándose en una época de cambios, nos invita a descubrir el caos que supone una guerra civil a través de un viaje. El viaje de esta mujer, María, no es sólo el de una esposa en busca de su marido, sino también el reflejo de una clase social que se vio empujada por el momento en que vivía a una situación límite. En su primera parada, en el hotel, queda patente lo absurdo de la fiesta, de la costumbre que se intenta mantener en una suerte de burbuja de quien intenta por todos los medios seguir siendo ajeno a lo que sucede en las calles. La segunda parte del viaje será en tren, un tren en el que María, junto al grupo de personas con el que viaja, se verán privados de todo privilegio, recluidos, hacinados y, aún así aún habrá quien se siga sintiendo seguro de la posición que el nombre o el dinero le pueda otorgar. Todo un cambio, un movimiento vivido en una sociedad, que el autor sabe reflejar perfectamente en apenas un puñado de páginas.
Pero más allá de lo que el lector quiera ver en estas líneas, la novela mantiene una historia con un hilo cuya principal protagonista es una mujer segura de sus líneas, de su fortaleza o tal vez su honor. Esta mujer que no ceja en su empeño por llegar a su destino y que se ampara en los pilares de lo que ella ve como sus convicciones, se topará con un hombre joven llamado Golowin. Y es aquí donde tal vez penséis que se abre la puerta a un romance propio de folletín, pero no. La relación entre Golowin y María se limitará a una noche, una suerte de duelo entre cuatro paredes, ocultos del mundo, en la que las palabras serán las protagonistas. A estas alturas ya conocemos a María, una joven que cambió modelada por el tiempo, la posición y quien la acompañaba, hasta convertirse en la mujer que es hoy. Y por eso seremos testigos de excepción al espectáculo que nos ofrece Wassermann en una conversación que, por sí sola, ya justificaría la lectura del libro. Una época de cambios, en las calles, en las gentes y en el interior de algunas personas: pilares que se creían seguros y, ante una buena sacudida, se tambalean. Eso es Golowin: una gran historia.
Y vosotros, ¿también sois fieles a determinadas líneas editoriales?
Gracias
miércoles, 18 de febrero de 2015
El Rithmatista. Brandon Sanderson
"Lilly corría por el pasillo. De pronto se le apagó la lámpara y la arrojó a un lado, esparciendo petróleo sobre el papel de pared y la suntuosa alfombra. El líquido brillo a la luz de la luna.
La casa se hallaba desierta y silenciosa, salvo por la respiración aterrorizada de Lilly. Había renunciado a gritar. Al parecer nadie la oía."
Cuando @Toliol me enseñó el book tráiler, reconozco que me llamó mucho la atención, así que era cuestión de tiempo que me lo trajera a casa. Hoy traigo a mi estantería virtual, El Rithmatista.
Joel es un joven hijo de un fabricante de tizas cuya única ilusión es ser rithmatista, pero no fue elegido para ello. Tras la muerte de su padre consigue estudiar en la academia Armedius, en la que también se forman rithmatistas, que son personas capaces de dar vida a unos trazos realizados con tiza y que, no sólo luchan en duelos entre ellos, sino que defienden a toda la humanidad con sus tizoides del peligro de otros dibujos salvajes. Pero eso lo hacen en Nebrask, un lugar que parece quedar lejos cuando se mira desde la seguridad de una academia en la que hay un orden social y nunca sucede nada. Al menos hasta que comienzan a desaparecer estudiantes y Joel, junto a la joven rithmatista Melody, son emplazados a ayudar a uno de los profesores que colabora en la investigación.
En un mundo con ciertos toques Steampunk, que sería una suerte de representación de Estados Unidos mediante islas, Sanderson consigue crear una historia sólida apoyada en una magia basada en la geometría. Si yo ahora os hablo de academias y profesores y enfrentamientos, es fácil que se os ocurra pensar en Harry Potter, pero no tiene mucho que ver, así que sería un error dejaros con esa idea. Sanderson propone una magia matemática en la que lo importante es dibujar con trazo firme, nos habla de duelos en el pasado y batallas en el presente y consigue recrear de este modo un universo apoyado en costumbres ancestrales enlazando la religión y la magia en una sociedad en la que la primera marca de nacimiento es ser o no un rithmatista.
Nos presenta unos personajes que va perfilando con cuidado, cuyas relaciones y motivaciones vamos conociendo a medida que avanza la historia, gracias a un narrador en tercera persona que nos permite ser partícipes de sus sorpresas y sentimientos. Así acompañamos a un Joel marcado por la muerte de su padre y su necesidad de saber, a su compañera de academia Melody, a los profesores, policías... cada uno de ellos con un marcado papel en esta historia.
Sanderson salpica la novela con dibujos que representan los que hacen los rithmatistas en sus luchas. Porque esta magia básicamente se usa para luchar, bien sea en competiciones organizadas para prácticar, en duelos, o en una guerra que se está luchando contra tizoides salvajes de la que nos va dando datos casi con cuentagotas. Son muchas las cosas que tiene que explicarnos, y lo hace sin resultar apabullante, ni detener el ritmo de la narración. Poco a poco nos explica qué son los círculos, cuáles son las formas de atacar y en qué consiste exactamente un tizoide (concepto que reconozco que tras haberme resultado sorprendente, llegó a parecerme incluso algo normal). Y todo esto que nos va contando repercute en la novela convirtiéndola en algo más real para el lector, al menos mientras está sumergido en las páginas de la historia; y eso significa que no nos planteamos lo que nos está contando, hemos entrado en su mundo y saldremos sólo al cerrar la novela.
En cuanto a la trama de las desapariciones, está bien ejecutada y la mantiene activa en todo momento, dando las pistas justas y con una resolución impecable que cierra a la perfección este primer libro de lo que será una trilogía. Así que el lector puede decidir si continúa o no la historia con total libertad. Yo voy a continuarla, lo tengo claro.
Es cierto que se trata de una novela juvenil, pero la literatura juvenil también puede ser adecuada para adultos, de hecho, yo he disfrutado mucho con esta historia. Sanderson demuestra que quedan muchas historias que contar, mucho por imaginar y, a los lectores, nos quedan muchos mundos por descubrir y leer. Además, tengo que agradecerle que se despegue de esas distopías que, siguiendo la este la estela de Los juegos del hambre, terminaron por agotarme.
Y vosotros, ¿sois lectores de novela juvenil?
Gracias
PD. El book tráiler
lunes, 16 de febrero de 2015
Última sesión. Marisha Pessl
"Todo el mundo tiene alguna anécdota relacionada con Córdova, por poco que les guste.
Tu vecina, sin ir más lejos. Quizá encontrara una de sus películas en una caja olvidada en el ático y desde entonces nunca fuese capaz de volver a entrar a solas en una habitación oscura. O puede que tu novio presumiera de haber descubierto por internet una copia ilegal de De noche todos los pájaros son negros y después de verla se negase a hablar de ello, como si hubiera salido vivo de milagro de una experiencia terrorífica."
Si bien su cubierta no me llamó particularmente la atención, la clara referencia cinéfila hizo que me acercara al libro en mi librería habitual. Nada más leer su sinopsis supe que estaba perdida, y apenas llegué a mi casa, me dejé caer en sus páginas. Hoy traigo a mi estantería virtual, Última sesión.
Conocemos a Scott McGrath, un periodista de investigación que tuvo una carrera brillante hasta que decidió investigar al director de cine Stanislas Cordova. Durante la investigación, hizo unas declaraciones desafortunadas en televisión sobre Cordova que le costaron su trabajo,su dinero y su matrimonio. Pasa el tiempo y sigue sin rehacerse hasta que se entera de que la hija del director ha muerto en lo que aparentemente ha sido un suicidio. Pero Scott duda que eso sea así, y decide retomar la investigación que empezara años antes, intentando descubrir qué hay detrás de ese aparente suicidio. Formará para ello equipo con un dos jóvenes que parecen empeñados en investigar con él.
Lo primero que llama la atención en esta novela es la credibilidad que busca la autora otorgar a su historia. No tardamos en conocer a Cordova y su cine, y tampoco tardamos en lamentar que se trate de un personaje de ficción (incluso olvidando a grandes ratos que lo es), ya que consigue hipnotizarnos al describir un género de culto que angustia al espectador hasta el punto de no consentirse su exhibición pública. Pero no se apoya en simples descripciones,ya que la novela es mucho más que prosa: está salpicada de artículos de prensa, informes policiales y material de internet que conducen al lector al lugar justo en que lo quiere Pessl, llevándolo casi de la mano por un rompecabezas que va del thriller psicológico al terror opresivo frente a lo desconocido. Es una táctica para que no nos desviemos del rumbo que ella quiere que tomemos, lo sé. Y casi puedo imaginar lo divertido que tuvo que ser escribir esta novela anticipándose a las trampas que nos iba a dejar, pero es imposible no caer en ellas y, además, es un placer hacerlo. Nos provocará en la misma obsesión que sufre su protagonista para dejarnos, sin pudor alguno, lamentándonos por no poder ponernos un dvd y ver por fin una de esas terribles películas de las que nos habla. Porque terminamos el libro siendo cordovitas, rendidos ante una suerte de Lynch más oscuro y excéntrico, que vive rodeado de una leyenda tan negra como las sombras que se ciernen sobre su cine. Con un arranque potente desde las primeras páginas y una prosa tremendamente efectiva, la autora consigue su objetivo, ganarse al lector.
En su búsqueda de la verdad sobre lo sucedido a Ashley, la hija de Cordova, conoceremos a Hopper y a Nora, dos jóvenes que deciden formar equipo con Scott y se adentrarán con él en una trama cada vez más rápida, tejida con mano experta y que no duda en ponernos aprueba con giros y situaciones de estrés. No son los únicos personajes, de hecho siguiendo los pasos de la joven fallecida, la autora llega a convertirla en un personaje más de la novela. Y hay que sumar además, algún figurante que me ha parecido realmente bueno, como es el caso del cura del lugar.
De este modo y a lo largo de 700 páginas que se nos escurrirán de entre las manos, la autora construye una historia lineal en la que las creencias, las supersticiones, los ritos y la muerte, conseguirán atraparnos sin remedio hasta llegar a un desenlace a la altura de las circunstancias. Queremos saberlo todo, queremos descubrirlo todo y necesitamos saber quién es Cordova.
Ni que decir tiene que la novela me ha gustado y mucho; me ha tenido horas entretenida sin mirar el reloj y pendiente de cada movimiento, buscando esos ratos que se sacan de cualquier parte para avanzar un poco más. Ahora lo que me queda es encontrar el primer libro de Pessl.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
PD: Hoy os dejo el book tráiler, no dejéis de verlo...
Soberano, mortal y perfecto
Stanislas Cordova
viernes, 13 de febrero de 2015
Estudio en escarlata. Arthur Conan Doyle
"Holmes no era un hombre de vida desordenada; modesto en su manera de ser, regular en sus costumbres, rara vez se acostaba después de las diez de la noche, al levantarme, había salido ya de casa después de haber tomado su desayuno. El día lo pasaba entre el laboratorio de química y la sala de disección, y algunas veces se daba largos paseos, casi siempre por las afueras de la población. No puede formarse una idea de su actividad cuando estaba en uno de esos periodos de excitación."
La primera aventura de este famoso detective fue publicada en 1887, y desde entonces su fama ha seguido en aumento pese a que hace ya muchos años que su creador falleció. Por eso me pareció adecuado traer precisamente esta primera novela. Hoy traigo, Estudio en escarlata.
Conocemos a Watson y a Holmes, asistiendo a su presentación y a la curiosidad y casi fascinación que el segundo ejerce sobre el primero. Cuando acuden a Holmes a pedirle ayuda en un caso de asesinato, éste invita a Watson a acompañarlo y así el Watson narrador, nos podrá ir desgranando los personalísimos procesos deductivos que utiliza su reciente amigo para la investigación.
Lo que más sorprende del libro es tanto la diferenciación de dos partes bien separadas como la facilidad con la que el lector entra en la historia y no es capaz de cerrar el libro hasta haberlo terminado, sobre todo por los años que han pasado desde que se escribiera. Watson como narrador, que sería luego el habitual en los relatos sobre Holmes, nos cuenta cómo se conocieron y llegaron a la conclusión de que podrían ser buenos compañeros de vivienda, y como, además, Holmes lo invita a la resolución de un caso de asesinato en el que un hombre aparece con una palabra en alemán escrita. De hecho, en el desarrollo de esta primera parte, incluso llegamos a la resolución del caso para así luego poder entrar en una segunda parte en la que nos relatan una historia sobre un hombre y una niña que son rescatados por unos mormones en Utah. Pese a que Doyle cambia el lugar y el momento, ambas historias irán uniéndose ante un lector ansioso de volver a recuperar a la pareja de investigadores.
No cabe duda que Holmes es un nombre ya conocido por todos. Seamos o no aficionados a la literatura, hay personajes que trascienden las páginas de los libros y se instalan cómodamente en la cultura a todos los niveles; y si hoy escuchamos "elemental querido Watson" casi por reflejo identificamos el origen de la frase. Quizás precisamente por eso es un placer añadido acudir a la fuente de la creación, en este caso a la primera obra en la que aparece el citado personaje. Nos permite satisfacer la curiosidad de conocer esa primera descripción que se hiciera, la presentación, el reconocimiento, ver la ironía y sus procesos deductivos, sus manías... y también de disfrutar de uno de sus casos contado no por un guionista o alguien que haya decidido adaptar en mayor o menor medida al personaje convertido en mito, sino al original.
En este caso, Doyle opta por explicarnos una segunda historia en la que vamos comprendiendo las motivaciones mucho más allá de las deducciones sobre quién puede ser el asesino. Tal vez al principio choca un poco esta estructura, pero enriquece la novela y aporta datos que ayudan a hacerla redonda. Las descripciones del Holmes, de sus manías, el asomo de esa ironía... convierten a esta novela en una delicia para todos los lectores y no sólo para quienes quieran acercarse al mito detectivesco. No puedo hacer otra cosa que recomendaros su lectura. Merece la pena conocer a Holmes y Watson de primera mano, y hay muchas posibilidades de que queráis repetir.
Muchas veces hay libros o personajes que ya conocemos tanto que nos parece que los hemos leído, y es precisamente esa fama la que provoca que no nos acerquemos a sus letras pensando que tal vez se nos puedan antojar un eco de datos que ya sabemos. Sin embargo, esto puede provocar que nos perdamos alguna joya literaria o que, como en este caso, dejemos de lado una novela de detectives al estilo clásico, cuando hoy en día precisamente parecen haber tomado las novelas de este género las listas de libros más vendidos.
Y vosotros, ¿también hay libros y personajes que se os antojan tan conocidos como si los hubierais leído y eso os quita de acercaros a sus historias escritas?
Gracias
jueves, 12 de febrero de 2015
El impostor. Javier Cercas
"Yo no quería escribir este libro. No sabía exactamente por qué no quería escribirlo, o sí lo sabía pero no quería reconocerlo o no me atrevía a reconocerlo; o no del todo. El caso es que a lo largo de más de siete años me resistí a escribir este libro. Durante ese tiempo escribí otros dos, aunque éste no se me olvidó; al revés: a mi modo, mientras escribía esos dos libros, también escribía éste. O quizás era este libro el que a su modo me escribía a mí."
Una frase muy trillada es esa que dice que la realidad supera a la ficción, y sin embargo así es en muchas ocasiones, y nos encontramos situaciones que son más propias de una novela que del mundo que nos rodea, o tal vez sean los novelistas quienes, tras observar el mundo, lo hayan decidido plasmar desde tiempos inmemoriales para que lo veamos aquellos que no nos fijamos tanto. El caso es que la historia de Enric Marco parece más propia de una novela que de una persona, y quizás por eso Javier Cercas la ha colocado en el lugar que le correspondía desde un primer momento: en un libro. Hoy traigo a mi estantería virtual, El impostor.
Por si algún despistado no conoce a Enric Marco, os lo presento: es un hombre nonagenario, barcelonés, que ha pasado años por ser superviviente de los campos nazis llegando a presidir la asociación española de supervivientes. Tras recibir homenajes, aplausos y lágrimas de quienes iban a escuchar sus charlas, en el año 2005 se descubrió que todo era un gran embuste, ya que este hombre, no había estado jamás allí. Javier Cercas nos cuenta su historia.
Pese a que Cercas me gusta tuve mis dudas con esta novela: no tenía claro si era una novela de redención, de condena o una simple biografía. Y ninguna de estas tres opciones me parecía demasiado atractiva y al leerlo descubrí que en realidad no se trataba de ninguna de las tres. Una novela de ficción sin ficción, o una novela de no ficción pero con ficción... esas han sido las frases más sonadas. Y una vez leído el libro, es la mejor forma de definirlo, ya que, pese a que lo que Javier nos está relatando es real, su protagonista se desdobló en una vida que era mentira. Y así nos presenta esta historia en la que podemos diferenciar tres partes importantes: por un lado tenemos la vida que se inventó Marco, la que hizo suya y consiguió convertirlo en alguien famoso, admirado; por otro la historia real, recogida de testimonios que nos relatan dónde estuvo realmente y qué hizo este hombre durante esos años; y finalmente, la voz del propio Cercas que, como ya queda reflejado en el párrafo que da pie al libro, reflexiona y nos permite seguirle los pasos durante el proceso de construcción de este libro.
Hay historias que son para ser contadas, la de Marco es una de ellas. Cercas lo hace sin pretender juzgarlo, mirando en realidad el interior e intentando llegar a ese sitio en el que todos hemos estado al conocer la historia. Se pregunta quién es su protagonista y cómo es capaz de hacer algo así. Y su respuesta, la del hombre que se inventa porque necesita que lo miren, ser aceptado, tener un mínimo de notoriedad, y que se acaba creyendo su propia mentira, tiene algo de escalofriante. Porque así es en realidad la naturaleza humana, desde el niño que afirma haber visto una película sólo porque sus compañeros lo hicieron, hasta el adulto que busca ser aceptado inventando una pequeña anécdota, o tal vez mejor decir adornándola. Y nos lo presenta en su versión superlativa con este protagonista al que, poco a poco, vamos viendo de un modo diferente, cambiamos la forma de enjuiciarlo y, sin perdonarlo, nadie nos lo exige, nos termina dando pena. Se convierte, además, el autor en un personaje más y lo vemos en sus entrevistas, en su evolución a lo largo de la historia, mostrándose expuesto a sí mismo y no solo a Marco, dejando que el lector vea y juzgue el proceso mediante el que se acerca a esta historia y este personaje (y aquí no puedo hacer otra cosa que citar A sangre fría y la relación de Capote con la historia).
Podría decir que El impostor nos cuenta la historia de un hombre que se inventa a sí mismo consiguiendo un puesto reconocido en la sociedad, que lo hace utilizando uno de los momentos más trágicos de la historia de la humanidad y que, un día, acaba por ser descubierta su gran mentira. Solo que si lo dijera, parecería que es una historia de ficción, incluso rocambolesca en algunos momentos, como una famosa partida de ajedrez entre un prisionero y un guarda... Por eso no lo digo, porque en este caso, el argumento de la novela, es la pura verdad.
Muchas veces los libros de no ficción asustan al lector, piensan que nos relatan vidas, que tal vez no tengan los giros y movimiento que se espera de una novela, Cercas lleva tiempo demostrando que no tiene por qué ser así, y también lo hace en este título. Durante su lectura olvidamos si se trata o no de algo que ha sucedido para sumergirnos en una historia que, hay que reconocerlo, es apasionante pese a que en algunos momentos sea un poco repetitiva (tal vez para asegurarse de que nos lo creemos).
Un libro con una historia sumamente interesante, escrito con una prosa cuidada que consigue atrapar al lector en sus palabras. Francamente recomendable.
Y vosotros, ¿os cuesta decantaros por las novelas de no ficción?
Gracias
miércoles, 11 de febrero de 2015
La última palabra. Hanif Kureishi
"Harry Johnson contempló desde la ventanilla del tren el paisaje rural británico y pensó que no había un instante en que alguien no estuviese contando una historia. Y si ese día la suerte le seguía acompañando, Harry estaba a punto de ser contratado para contar la historia del hombre al que iba a visitar. De hecho, había sido elegido, para contar la historia completa de ese importante personaje, de ese destacado artista."
Hace ya un tiempo que leí El buda de los suburbios, pero aún lo conservo en la memoria. Un libro que convirtió a su autor en un nombre a tener siempre en el punto de mira. Así que estaba claro que me iba a leer este título. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La última palabra.
Conocemos a Harry Johnson, un joven ambicioso que acaba de ser contratado por su editor para escribir la biografía de Mamoon, una gloria literaria reconocida mundialmente que no ve reflejado ese brillo en su cuenta corriente desde hace tiempo. Uno busca la oportunidad y otro conseguir un empujón que le haga tener un repunte de ventas, y así Harry llega a casa de Mamoon para meterse en su piel y airear su vida; una vida en la que hay una zona oscura que la segunda mujer del escritor no quiere ver sobre el papel, pero que el joven ambicioso ve como un modo de vender.
De un tiempo a esta parte muchos son los libros que se adentran con mayor o menor fortuna, en librerías, escritores y mundos literarios. Kureishi ha decidido en su última obra sumarse a ellos y nos muestra el proceso de creación de una biografía, más que autorizada, encargada. Para ello nos da un personaje magnífico para ser biografiado, una gloria convertida en vieja gloria en vida pese a seguir siendo laureado. Mamoon es un escritor que se hizo a si mismo y que se muestra como lo que es, un hombre sin pelos en la lengua ni problemas para sacar a relucir su famoso carácter. En definitiva, un hombre sobre el que, pronto somos conscientes, nos gustaría leer. Lo conocemos ya mayor, en una casita retirada en el campo y con su segunda esposa, pero aún irreverente y sin pelos en la lengua, desordenado y temperamental como, confesemos que hemos pensado todos alguna vez, tiene que ser un genio. Y a esa casita aparentemente idílica envía a su protagonista, el joven ambicioso que busca su oportunidad de oro para ser un escritor reconocido. Un joven que pronto se topa con la rutina de una persona de edad que queda bastante lejos de lo que él hubiera pensado y ante el que tiene que plantearse como "rascar la superficie" para sacar lo que él piensa que la gente quiere leer. Mamoon, de origen indio, tiene un pasado en el que su primera mujer se suicida, se le atribuyen escarceos con hombres y mujeres y se habla del proceso de creación de sus libros y su evolución en su intento de llegar a ser un caballero y Henry se encuentra en cambio a un hombre con pocas ganas de hablar de si mismo y menos interés aún en dejar que le pregunten. De este modo dibuja una escena francamente interesante y llena de reflexiones sobre la literatura, los escritores y la creación literaria que muchos habréis visto como iba citando en las distintas redes sociales.
Pero es más que eso, es una historia completa en la que también conocemos la vida de Henry, que, sin llegar al extremo de Mamoon, también tiene su desorden, su historia y sus propios fantasmas y veremos como ambas se entremezclan poco a poco dando lugar a una deliciosa combinación. De hecho es imposible no pensar si no estará enseñando las dos caras de la misma moneda, la juventud y esa última etapa en la que, tal vez, ya no quede tanto por contar.
Con un estilo depurado, consigue una narración ágil en la que va captando el interés del lector por conocer cada resquicio, cada sombra de sus protagonistas mientras tememos un choque frontal entre ambos y las consecuencias que, intuimos, no serían nada buenas para ninguno de los dos. Como secundarios las mujeres de cada uno, las vivas e incluso la primera esposa fallecida cuya vida queda reflejada en unos diarios formando parte de la historia como si estuviera presente. El editor, un tiburón en toda regla, el servicio de la casa y los vecinos del pueblo terminan de conformar este interesante cuadro que nos ofrece Kureishi.
Termino con una nota curiosa: a medida que iba leyendo el libro no podía evitar pensar en Naipaul, un Nobel literario con el que encontraba semejanzas y al que también escribieron una biografía un tanto escandalosa. Pero al investigar un poco, he descubierto que el propio autor ha desmentido este punto, así que duda solucionada os dejo la aclaración por si os sucede lo mismo.
Una muy buena historia escrita de una forma impecable que he disfrutado mucho y he terminado con pena.
Y vosotros, ¿os habéis subido al carro de los libros que se adentran en los mundos literarios?
Gracias
lunes, 9 de febrero de 2015
El Levante. Mircea Cărtărescu
"Yo, Mircea Cartarescu, he escrito
El Levante
en un momento difícil de mi vida,
a la edad de treinta y un años,
cuando, sin creer ya en la poesía
(toda mi vida hasta entonces) ni en
la realidad del mundo ni en mi
destino en este mundo, he decidido
ocupar mi tiempo incubando una ilusión."
Comentaba hace poco, ayer mismo, en una red social, que para atreverse con tantos registros distintos hay que ser un genio o un inconsciente. En este caso, los resultados me empujan a hablar de lo segundo, aunque la etiqueta de genio es compleja y sumamente pesada y esto no es más que la opinión de una lectora. El caso es que leo todo lo que cae en mis manos de este autor y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El Levante.
Conocemos a Manoil y su hermana Zenaida. Juntos y acompañados de un pirata llamado Yogurta, de Antropófago y su mono, el espía Languedoc y la republicana Zoe viajarán de Samos a Bucarest para liberar a los rumanos de los griegos. Y esto, con estos nombres y este tono que imprime de poema clásico, como si fuera una suerte de Odisea, lo harán en pleno siglo XIX.
Si esta no es una de las reseñas más complicadas a las que me he enfrentado, poco le faltará. Como seguramente esta haya sido una de las traducciones más complicadas a las que se ha enfrentado Marian Ochoa de Eribe. Y por eso lo primero es felicitarla por el trabajo realizado.
El Levante sería un poema épico en su idioma original que bebe de la tradición de un país en el que la poesía es mucho más frecuente de lo que pudiéramos pensar. Sin embargo, este extenso canto, denominado epopeya mil veces, ha sido revisado y luego traducido para que, lejos de asustarnos, nos proporcione ratos de intenso placer lector.
El resultado es una aventura con un lenguaje sobrecargado, casi antiguo en algunos puntos, que hace que se nos olvide que estamos ante una obra contemporánea y nos quedemos perplejos al toparnos con la referencia a una construcción moderna y conocida por todos. Porque esta historia tiene muchas más aristas que el argumento en sí. El autor usa el tono romántico de la aventura y el viaje mezclado con leyendas y poemas contados o cantados que se intercalan en la historia, y lo hace con ese toque tan personal que convierte lo que hubiera podido ser algo encorsetado en una lectura ágil, incluso cómica a ratos. Pero no contento con eso, si el escritor es el Dios del mundo que crea, Cartarescu lo lleva hasta su expresión más literal
"(...) pero se equivocaban todos, los cristianos y los paganos, pues el ojo que había aparecido entre las nubes no era el de Dios, sino precisamente el mío, que echaba un vistazo indiscreto a las páginas de mi obra, tal y como el biólogo contempla los insectos en el microscopio."
Irrumpe así poco a poco en su obra hasta llegar al canto noveno (el libro se divide en cantos y no en capítulos) en el que, tras recordar a Pirandello y Unamuno e incluso haberse planteado si él mismo es el producto de la mente de otro escritor, dinamita las fronteras entre obra y creador para poder tumbarse junto a su héroe y conversar. Pero no será esta la única transgresión cometida en este libro singular, no. La historia nos la está contando a nosotros, al lector o lectora al que, no sólo se dirige y le habla de forma intercalada con la aventura, sino que incluso nos imagina:
"Si pudieras mirarte, lectora, en los profundos y negros ojos de Manoil como si fueran un espejo, como si fueran agua cristalina, te verías a ti misma, soñadora, sonriente, morena o tal vez pelirroja (¡cómo me gusta imaginarte!), tomándote en serio todo lo que en es este libro es sólo ilusión y fingimiento (...)"
Y lo termina, como no podía ser de otro modo, en un bucle infinito que prefiero descubráis pero que se aferra a una lógica perfecta que provoca que sonriamos, satisfechos con esta lectura inclasificable en la que un escritor se convierte en narrador que habla, para relatarnos una aventura llena de otras mil más pequeñas. Una obra salpicada de referencias culturales que podemos ir recogiendo y paladeando una a una, o que podemos dejar por el camino mientras disfrutamos de la historia.
Y si comenzaba diciendo que era difícil hablar de este libro, también lo es terminar de hacerlo sin tener la sensación de haber podido asustaros y alejaros de él, cuando la intención es justo la opuesta. Cartarescu es posiblemente, uno de los autores más relevantes tanto de su país como del panorama literario actual. Uno de esos nombres a los que hay que acercarse.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
jueves, 5 de febrero de 2015
Vestido de novia. Pierre Lemaitre
"Está sentada en el suelo, con la espalda contra la pared y las piernas estiradas, jadeante.
Léo está pegado a ella, inmóvil, y tiene su cabeza en el regazo. Con una mano ella le acaricia el pelo y con la otra intenta secarse los ojos, pero con movimientos desordenados. Llora. Algunos sollozos se convierten en gritos, chilla, le sale de las entrañas. Cabecea. A veces, la pena es tan intensa que se golpea la parte de atrás de la cabeza contra el tabique."
Conocí a Lemaitre con Alex, una novela francamente entretenida con un punto diferente que me atrapó entre sus páginas. Después llegó a mis manos Nos vemos allá arriba, nada que ver con la anterior. Así que cuando vi el título de hoy en la librería no pude resistirme. Hoy traigo a mi estantería virtual, Vestido de novia.
Conocemos a Sophie, una mujer que trabaja cuidando a un niño. Tiene lagunas en la memoria y vamos conociendo su pasado y como vive atemorizada de si misma, de las pesadillas sobre lo que tal vez haya hecho sin recordarlo. Sophie huye del mundo y de si misma dejando cadáveres como huellas de su paso.
Este es uno de esos libros que duran dos tardes en la mano y que pueden ser estropeados a quien aún no se acercó, en apenas una frase. Un libro a cuidar si se va a recomendar.
El autor divide la trama en tres partes en las que va encajando una historia que comienza siendo una novela negra con alguna escena violenta explícita para dar paso a una potente trama psicológica que acelera hasta terminar con un par de giros vertiginosos que, además, consiguen encajar la totalidad de la trama. Porque tengo que reconocer que, desde que aterricé en la segunda parte, un pensamiento recurrente era; "no podré decir si me gusta, hasta no ver qué hace el autor con la trama, si me lo justifica." Y efectivamente lo hace, y sin complicarse la vida.
Si en un primer momento conocemos a Sophie y vemos los asesinatos, poco a poco vamos ampliando la mira sobre la situación que nos describen. Una situación que se apoya en unos personajes sólidos a los que llegamos a conocer casi tan bien como el autor. Con un estilo dinámico, el autor se permite el lujo de desvelarnos una parte importante de la trama antes de llegar a mitad de la novela. No es un gesto habitual en las novelas de este género, ya que puede provocar que el lector pierda interés en la historia. Y sin embargo, para cuando lo hace ya ha generado la necesidad en el lector de conocer más, de saber más. Por eso no nos detenemos en su lectura y buscamos en los rincones de la mente, entre las líneas, entre las palabras... porque necesitamos saberlo todo. La pregunta es sencilla; ¿qué pasa con Sophie?
Al igual que ya sucediera con Alex, el autor nos deja un thriller que se sale de los cauces habituales, con un fuerte contenido psicológico y en el que va tensando los cables hasta llegar a la última parte. He procurado no dar más datos de la novela que los que aporta la sinopsis, el resto de la trama tendréis que ir descubriéndolo vosotros mismos. Porque si no ha quedado claro, os recomiendo que os acerquéis a este título y a este autor.
A veces sucede que cae un libro en mis manos y apenas soy capaz de levantar la vista hasta que lo termino. Pienso en él cuando no lo tengo delante y siento como me llaman sus letras. Y vosotros, ¿también os pasa?
Gracias
martes, 3 de febrero de 2015
Melodía quebrada. Josep Camps
"El anciano yacía inerte en el suelo de la sauna. Estaba desnudo y su cuerpo se encontraba todavía húmedo. La pelota de golf en su boca dibujaba una imagen ridícula, casi grotesca."
Esta vez fueron las opiniones y esa guitarra tan llamativa. Una cubierta aparentemente simple en la que uno no puede evitar fijarse e ir notando detalles. Hoy traigo a mi estantería virtual, Melodía quebrada.
Conocemos al sargento Eutiquio Mercado, Tiki, el día que llega al escenario de un asesinato. El muerto es Guillermo Canals, un hombre influyente y adinerado que hará que su jefe le apriete las tuercas para que resuelva pronto el caso acompañado de su nueva compañera Elvira Sangenis. En un primer momento se trata de resolver el asesinato de un hombre poderoso, lo cual ya puede ser complicado, pero más aún cuando se empiezan a destapar conexiones que llevan a una trama de corrupción urbanística.
Camps opta por una novela en la que el ambiente del Rock N Roll funciona como banda sonora de fondo en una historia que nos permite recorrer Barcelona tras los pasos de su protagonista. Mercado es un sargento marcado por tópicos habituales que se hace un hueco por derecho propio mientras lucha contra adicciones ya pasadas, y aficiones presentes. Y sin embargo, el autor consigue sacar lustre a este personaje que avisa de sus rarezas al comienzo de la historia y nos muestra todas y cada una de ellas con la cotidianidad de quien convive con alguien hace años. Suelo ser muy crítica con los detectives (o sinónimo) en las novelas negras que ya veo desgastados antes incluso de comenzar una historia. En este caso, el aportar datos, conductas que lo humanizan, rutinas, costumbres tan comunes que lo desembarazan de ese almidón que tienen muchas historias, ha conseguido que me solidarice con él a medida que iba pasando las páginas. Tengo que decir, eso sí, que sus acompañantes pasan totalmente desapercibidos a su lado, casi como sombras.
La trama está bien resulta y consigue ir llenando cada hueco, cada variable que se nos plantea. Ya desde los primeros momentos, suponemos que la resolución del crimen no va a ser sencilla dada la posición de la víctima, sin embargo el autor nos conduce por caminos insospechados que van de la zona gay al conocido Montjuic; de las altas a las bajas clases, y también se cuela en algún que otro despacho. Al terminar el libro he tenido la certeza de estar ante una ecuación, como si Camps tuviera calculado el momento exacto de presentar a cada personaje, para que nada quedara fuera de su control. Y el resultado es una historia en la que queda todo explicado de una forma realista, que es, sin lugar a dudas, la mejor de las maneras de terminar una novela de este tipo. Sobre todo si el trasfondo es algo tan real como la corrupción urbanística, aunque aviso para quienes les resulte un tema engorroso... no hay planos urbanísticos interrumpiendo el desarrollo de la trama.
Melodía quebrada es una historia de asesinatos, sexo, música, presiones, corrupción y todos los ingredientes necesarios para que la historia fluya a un ritmo constante y con un final más que satisfactorio. Una novela francamente entretenida que me ha dejado esperando el siguiente caso de Mercado.
Cada vez está más claro que no hace falta salir de nuestras fronteras para encontrar historias de calidad. Y vosotros, ¿buscáis autores de vuestro país, o no os fijáis en esas cosas a la hora de comprar un libro?
Gracias
lunes, 2 de febrero de 2015
La Santa. Mado Martínez
"El corazón helado.
Matar despacio, como matan las nubes al sol. Así se deslizaba ella, una sombra y nada más, sobre el rostro de su víctima. violar una vida. Cortar el árbol tierno, comerse la flor que jamás llegará a ser fruta. Ni siquiera tuvo que ir a buscarla, ni utilizar ningún truco para que la siguiera hasta el río. La encontró en mitad del bosque, como una oveja perdida en busca de su pastor. La reconoció por las ropas del internado. Probablemente se había escapado del colegio. La sangre que brotó cuando le arrancó el corazón se mezcló con los colores granates del uniforme. La pobre estaba tan sola y desvalida..."
Soy una lectora habitual de libros de terror, por eso me sorprendió encontrarme uno que ganara un premio que no fuera de los denominados "de género". Eso atrajo inmediatamente mi atención, así que estaba claro que no iba a tardar en leerlo. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La Santa.
Rebeca fundó el internado para señoritas Manderley en Asturias, junto a los Picos de Europa. Claro que son los años 50 y el internado se llama en realidad Rosas del Cares, y ahora lo dirige su viudo, porque Rebeca ha muerto. Aquella zona remota que tiende a quedarse aislada en los duros inviernos, está llena de leyendas que atemorizan a sus gentes; la más famosa es la de la Santa, que llega a llevarse almas y a la que no hay que mirar. Una vez más es invierno y el internado queda poco a poco aislado por el temporal; y es justo el momento en que empiezan a desaparecer niñas...
La autora estructura esta novela en capítulos cortos, cada uno de ellos con un título, en los que va sembrando imágenes concretas en el lector a medida que avanza la historia. Utiliza para ello, a grandes ratos, frases cortas que portan afirmaciones tajantes y aumentan la sensación opresiva en el lector. De hecho, uno de los grandes puntos fuertes de esta historia es la ambientación. Mado recurre a una leyenda muy española, la Santa Compaña, y a los llamados cuentos de viejas, supersticiones que llevan años de boca en boca y que se agarran a sucesos inexplicables. De este modo, y muchas veces a través de la percepción de personas que creen firmemente en ellas, consigue ir haciéndonos partícipes de su historia, sembrando dudas que estamos deseando resolver mientras miramos cada movimiento de cada personaje con lupa.
En cuanto a los personajes, el peso de la historia lo lleva Antonio Lucero, viudo y nuevo director del internado, sus tres hijas, y la gobernanta del internado. Al mantener a todos encerrados, deja que vayan saliendo sus secretos y sus miedos, mostrando los esqueletos y demonios de cada uno dotándolos así de personalidades fuertes que nos permiten distinguirlos a unos de otros desde las primeras páginas. No me cabe duda que un encierro y una situación de estrés como la que propone en esta novela, es perfecta para derribar la fachada de cualquiera dejando salir sus sombras, y tampoco que esas sombras pueden dar mucho más miedo que una leyenda. Por mucho que la leyenda parezca haber tomado vida. Y es que ya lo dice Lucero en un momento dado; dan más miedo los vivos.
La trama se desarrolla de una manera perfectamente ordenada, cumpliendo las previsiones que se nos plantean al comienzo. Podemos, de hecho, ir contando las desapariciones con los dedos de la mano, y sentir la impotencia de los huéspedes del internado por no poder hacer nada. En cuanto al final, si bien no me ha parecido tan redondo como merecía la historia, si que es satisfactorio y cierra la novela respondiendo a las preguntas que se nos hayan podido plantear.
Una historia que se adentra en el terror psicológico y, sin llegar a poner los pelos de punta, consigue un efecto intranquilizador en el lector.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias