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viernes, 29 de mayo de 2015
Cómo se hace una chica. Caitlin Moran
"Estoy tumbada en la cama, al lado de mi hermano Lupin.
Él tiene seis años y está dormido.
Yo tengo catorce. Estoy despierta. Me estoy masturbando.
Miro a mi hermano y pienso, con dignidad. "Esto es lo que querría él. Querría que yo fuera feliz."
Porque mi hermano me quiere. A él no le gusta que esté estresada. Y yo también lo quiero; pero no debo de pensar en él mientras me masturbo. Eso no está bien. No puedo permitir que mis hermanos se paseen por mi territorio sexual. "
Como título me pareció atractivo. Estaba claro que no se trataba de un manual para señoritas, así que me picó la curiosidad, además ya conocía otro libro de la autora, Cómo ser mujer, que me había parecido una estupenda lectura. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Cómo se hace una chica.
Conocemos a Johanna cuando tiene 14 años. Vive en Wolverhanpton, una zona inglesa con un vecindario lleno de familias con recursos reducidos. Su familia está formada por un padre pensionado con sueños de rock, una madre casi ausente aunque esté en la habitación, un hermano mayor, otro más pequeño y unos gemelos a los que aún no han puesto nombre. Es una chica llena de sueños que la sacan de una vida pelando patatas y recibiendo asistentes sociales, pero no un plan para salir de allí... hasta que gana un concurso. Cuando recibe el premio cometerá un error que la lleven a las prisas por convertirse en otra persona, y así moldeará a Dolly Wilde a su antojo. Entraremos entonces con ella en el mundo de la música mientras Wilde escribe críticas en una revista y prueba las fiestas, el tabaco, el sexo y el alcohol inmersa en esa etapa de la vida llena de hormonas y rebeldía.
Hay muchas novelas que hablan del paso al pensamiento adulto de sus protagonistas. De hecho, es un tema bastante recurrente. Sin embargo no encontramos mucho de repetición en el libro de Moran. Ella da voz a su heroína, porque nunca dudamos que lo sea, y la deja contar una historia en la que la autocrítica y la frescura de la inocencia se abren paso para llenar el libro de un humor sarcástico con el que no podemos evitar soltar alguna carcajada. El recorrido por estos años de la joven Johanna, que será durante finales de los años 80 y los años 90, visto por el lector, tiene también mucho de drama. No porque la autora busque el melodrama en absoluto, sino porque determinadas situaciones, contadas con la naturalidad de quien las vive día a día, son muchas veces más dramáticas precisamente porque sus protagonistas lo han normalizado. Una casa con televisor de alquiler y en la que sus residentes son definidos como básicamente patatólogos, juegos de niños, costumbres de padres... y sueños de una adolescente que vivirá un momento humillante cuando está en esas edad en la que las hormonas y las inseguridades luchan batallas campales dentro de cuerpos que aún no tienen claro si sin niños o adultos. Esa es la situación de Johanna antes de decidir crear a Wilde, de usarla para salir de su vida y que sea un trampolín para mejorar; de vestirla de negro ocultando quien está realmente debajo y lanzarla a comerse el mundo, a probar el sexo, a experimentar. Johanna se convierte en Dolly Wilde la mayor parte del tiempo, como dice ella misma cuando la preguntan, sin darse cuenta de que puede ser engullida por un personaje que se escapa poco a poco a su control. El libro se convierte de este modo en la huida de su vida hacia otra que cree será mejor, como crítica musical y codeándose con estrellas. Nace así uno de los personajes juveniles femeninos más irreverentes con los que me he topado, provocadora aunque inocente, no tiene problemas a la hora de relatar sus experiencias durmiendo en bañeras en fiestas improvisadas, ni tampoco sus prisas por ser sexualmente activa; la heroína que lucha con la vida que le toca y con la que se inventa, que es obligada a mirarse a si misma y que nos deja ver sus inseguridades y necesidades con la misma claridad como si nos las estuviera describiendo. Aunque ella no las sepa, o no las quiera ver, o se las oculte, quién sabe.
Johanna/ Dolly es entrañable, no podemos evitar coger cariño a esta niña en su camino a ser mujer pese a que no aprobemos su comportamiento durante una gran parte del tiempo. Porque, pese a todo, pese a su rebeldía diaria, a su sobreexcitación frente a la vida, a su exageración de adolescente en prácticas, se sincera y nos dice "yo lo que verdaderamente quiero, es ser hermosa" y se nos parte el corazón un poquito porque vamos comprendiendo lo que busca en muchas de sus decisiones. Porque sigue siendo una niña insegura, pese a todo, como todas las niñas inseguras de la misma edad en cualquier lugar del mundo. Y a partir de ahí estamos perdidamente enamorados de su protagonista.
Caitlin Moran deja también un retrato de una clase social, nos habla de las desigualdades, de clases, de sexos, de complejos... sin abandonar en absoluto un humor corrosivo que marca toda la novela. Dota al libro de un contexto que no usa tampoco para justificar las actitudes de sus pobladores, pero que al lector le sirve para fijarse en un par de cosas sobre la vida de otras personas.
Cómo se hace una chica es una novela especial, para reír, para disfrutar, y también para dejarnos conmover por el corazón de esta chica grandota, heroína de su propia vida. Un libro francamente recomendable, para reír... y también para emocionarse.
Leer por la calle es una costumbre sana a ratos, porque nos hace tropezar con bordillos o farolas (no pienso profundizar en esta afirmación), pero que, en mi caso, suele acabar por llevarme a mi banco, porque es mío aunque nadie lo sepa, bajo un árbol a disfrutar de las letras. En este caso, diré que he levantado la vista del libro alguna vez al darme cuenta de que me estaba riendo sola, y he tropezado con un par de miradas de extrañeza al hacerlo. Supongo que es otra forma de compartir lecturas, porque os aseguro que todos bajaron luego la vista hacia el título del libro. En fin, cosas que pasan cuando sacamos las lecturas a la calle.
Así que decidme, ¿vosotros sois de los que sacan las lecturas a pasear o preferís leer en la comodidad del hogar?
Gracias
miércoles, 27 de mayo de 2015
Suburbana. Claudio Mazza
"Mi bisabuelo Dante llegó a la vieja casa del barrio de Balvanera con un niño de pocas semanas en brazos. Cuando entró al dormitorio y se plantó frente a su mujer diciendo: "Este hijo es mío y a partir de hoy también es tuyo; vas a criarlo junto a los que ya tenemos y lo querrás como si lo hubieras parido", mi bisabuela Otilia se quedó mirándolo un buen rato, sin hablar, sin pestañear. Luego tomó al niño en sus brazos, lo besó en la frente y lo acostó en la cuna junto al hijo que acababa de parir unos días antes."
La historia está llena de héroes que nunca llegaron a los libros, personas que lucharon por sus familias y que son recordados en sus casas porque ni siquiera en la puerta de al lado conocen su historia. Estas historias me atraen y por eso me fijé en este libro. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Suburbana.
Conocemos a Renzo, un joven argentino que lleva viviendo exiliado en España 12 años. Tiene una vida montada, un trabajo, una pareja y apenas sabe lo que sucede en su país natal a pie de calle. Una llamada avisándole de la cercana muerte de su padre le lleva hasta Argentina, junto a una cama en un hospital, recuperando levemente a su familia rota ante la inminente muerte de el Viejo. Una familia que apenas conoce, una hermana, Alma, cuya existencia desconocía y una historia intercambiada en un sucio bar cerca del hospital le llevarán a descubrirse.
Suburbana es un libro público sobre vidas privadas. El autor opta por dar un tono realista basado sobre todo en un contexto cuidado y que abarca desde finales de los años sesenta hasta principios de nuestro siglo. Durante esos años, en España y sobre todo en Argentina, la sociedad ha visto pasar muchos cambios delante de sus ojos, los ha sufrido muchas veces y ha vivido un período convulso sobre el que ya se han escrito muchas letras. Por eso Claudio lo utiliza como ambientación, como excusa, como detonante en muchos casos de decisiones ya tomadas, pero sin escribir un libro político. Lo que nos deja es un libro "de vida", sobre la vida de cada uno y lo que no vemos de nosotros mismos. Nos deja, en realidad, una historia entrañable de personas que llegaron a un país buscando algo mejor, familias que se reunen de forma tradicional y silencios.
La narración es pausada, nos desgrana la historia de un hermano y una hermana recién conocida, hijos de un padre a punto de morir y que pueden haber conocido dos versiones de su padre. Y se sientan y se cuentan historias que tal vez rompan silencios que llevan años instaurados, dejándonos en pequeños detalles, un reflejo de lo que se vivió en una época. Y con las palabras los descubrimientos, las grandes historias que ignoramos poseer porque no somos capaces de mirarnos como nos ven los demás. Renzo es un gran personaje que se huele como ha podido ser la vida de esta hermana recién descubierta, y la quiere saber aunque ella tenga que recurrir a un cuaderno para compartirla. Renzo es quien descubre, quien se redescubre, quien no se calla... el protagonista de una novela en la que priman, pese a lo que acabo de decir, las mujeres. Mujeres fuertes, como Alma, o su madre; sabias como Fedra; luchadoras, como la madre del propio Renzo. Personajes que parecen empeñados en que descubramos el secreto de sus silencios.
Ahora debería de hablaros del final, un final en el que la vida da un último empujón a Renzo para ver, para conocer.. Un punto final que se clava como un alfiler que deja una gota de sangre, porque en esta vida no hay "finales perfectos" y el lector, al igual que su protagonista, pasa la última página y se queda pensando.
Una emotiva historia que nos deja con la sensación de que podemos ser más de lo que creemos. Claudio Mazza debuta con esta novela a la que, me aventuro, seguirán otras.
Hay veces en las que uno cierra un libro con la sensación de conocer a los personajes. A mi me ha sucedido con esta historia. Decidme, ¿con qué libro os pasó la última vez?
Gracias
martes, 26 de mayo de 2015
El secreto de Vesalio. Jordi Llobregat
"Tras escudriñar las sombras por tercera vez, el viejo mal dijo entre dientes. El silencio le rodeaba, un silencio tan solo roto por el golpeteo del agua contra el casco. La lluvia, azotada por el viento, caía a rachas sobre la barca y empapaba la toldilla y las cajas de tabaco almacenadas debajo. A esas horas, cuando la mañana empezaba a insinuarse, la bruma envolvía el Port Vell y el muelle, y los barcos anclados y los edificios de las atarazanas eran simples borrones; apenas se intuía el borde de la costa y cabotear tan cerca de las escolleras del puerto se convertía en algo muy arriesgado."
Desde los primeros momentos me llamó la atención el libro, posiblemente porque sabía quién fue Vesalio. El caso es que apenas salió al mercado lo había comenzado... y terminado. Hoy traigo a mi estantería virtual, El secreto de Vesalio.
Mayo de 1888, faltan 24 días para la Exposición Universal de Barcelona y Daniel Amat es profesor residente en Oxford. Así le conocemos cuando recibe un telegrama anunciándole la muerte de su padre, por lo que tiene que regresar. Se traslada a esta ciudad para el entierro y descubre que la muerte de su padre tal vez no haya sido tan inocente como le dijeran; es más, puede incluso que se mezcle con la aparición de cadáveres de mujeres jóvenes en un estado realmente aterrador. Mientras la fecha de la Expo se acerca, Daniel contará con la ayuda del periodista Bernat Fleixa y de un joven estudiante que ayudó a su padre, para investigar lo que sucede en esta ciudad en pleno proceso de cambio sin saber que les conducirá a la búsqueda de un antiguo manuscrito que parece estar relacionado con las muertes. Y a la caza de un asesino.
El secreto de Vesalio es un entretenidísimo thriller en el que el autor consigue trasladarnos a las calles de una Barcelona gótica, más cercana al Londres oscuro de las novelas victorianas que ala urbe que hoy conocemos todos. Apostando por una cuidada ambientación, conocemos la ciudad en un momento en el que contrasta la obra motivada por la Expo, la apertura que supone, el momento en que se prepara el hoy famoso monumento a Colón y también la vida de los barrios más bajos, las alcantarillas, las prostitutas y las personas a las que nadie echa en falta; esas que, como dice un personaje del libro, a muchos les importaría tanto su muerte como la de un perro. A partir de estos escenarios y con la muerte y la medicina como constantes, el autor despliega sobre el papel todos los ingredientes para componer una novela de éxito. La leyenda: Vesalio, el hombre que fue condenado por la Inquisición por practicar una autopsia a un cuerpo aún con vida, y también el impulsor de la anatomía moderna. Los misterios: las muertes de las jóvenes que nadie reclama, mujeres que aparecen en un estado lamentable flotando sobre las aguas. Los personajes: Amat, un joven marcado, Fleixa, el reportero, instigador, Pau, el estudiante... y los secundarios que van formando un coro de realismo con voces de policías y prostitutas, profesores y antiguos conocidos, ciudadanos, testigos, libreros; y un asesino. El primer cuerpo en las primeras páginas y un ritmo constante que va acelerando poco a poco a medida que se acerca la fecha de la inauguración de la Expo.
Jordi Llobregat nos ha dejado con su primera novela un best seller capaz de seducir a sus lectores. Forma parte de esas novelas que uno lee para evadirse entrando en otra realidad que consiga desdibujar el mundo en el que nos encontramos. No duda para ello, en mezclar los ingredientes ya mencionados en una trama sólida y sin fisuras marcada por los misterios del pasado y el presente que tendremos que ir resolviendo. Me ha llamado la atención, además, la riqueza del léxico utilizado en la novela, un vocabulario rico y cuidadosamente elegido, o al menos esa sensación he tenido durante su lectura, que lejos de saturar el libro, convierte su lectura en un placer añadido.
Una buena recomendación para dejarnos llevar entre descubrimientos ocultos en libros perdidos y muertes en las calles de ciudades cambiantes. A fin de cuentas, ¿quién se resiste a un buen enigma?
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
PD. Os dejo el booktrailer
lunes, 25 de mayo de 2015
Recordatorio sorteo
Después de un fin de semana con elecciones, con Eurovisión... lo mínimo es un lunes festivo para poder recuperarnos. ¡Y leer! Así que hoy os recuerdo simplemente el sorteo activo el el blog de cuatro libros:
"Salvar a Mozart"
"El gusano de seda"
"Persona"
"Sin ti no hay nosotros"
Para llegar a las bases y la entrada en la que os podéis apuntar, simplemente ticad en la imagen.
Gracias
sábado, 23 de mayo de 2015
Entrevista a Rosa Montero
http://www.rosamontero.es/ |
Ha publicado multitud de novelas obteniendo premios como el Premio Primavera de Novela en 1997, Premio Qué Leer 2004 y 2005 al mejor libro del año, el Premio Grinzane Cabour al mejor libro extranjero publicado en Italia en 2005, el Premio Roman Primeur en 2006, el Premio Mandarache 2007...
Esta brillante trayectoria y una producción literaria traducida a más de veinte idiomas la han convertido en una de las mujeres más importantes del panorama periodístico y literario actual en nuestro país.
- Bruna Husky nace justo después de atravesar el que ha tenido que ser uno de sus momentos más difíciles, ¿por qué en ese momento, hay relación entre ambas cosas?
- En realidad Bruna Husky nació antes de eso. Ideé mi mundo futurista antes de saber que mi pareja estaba enfermo y por supuesto antes de su muerte. Lo asombroso es que la primera novela de Bruna Husky sobreviviera a ese mazado. Y no sólo sobrevivió, no sólo fui capaz de terminar el libro, sino que creo que mantuvo su esencia y su tono original, la alegría la fuerza, el sentido del humor, el punto de inocencia que mis dos novelas de Bruna tienen. Lo que demuestra la fuerza del personaje, que me obligó a seguir escribiendo sobre ella. Que me ayudó con su vitalidad.
- ¿Quién es Bruna Husky para su autora?
-Es el personaje que más me gusta de todos los que he creado. Pienso que es el más complejo, el más fuerte y a la vez más débil, el más humano, más hipnótico. Es una fiera. Es un tigre encerrado en la jaula demasiado estrecha de su existencia y se come la vida a bocados. La adoro. además creo que en el fondo, muy en el fondo, nos parecemos bastante. Ella infinitamente más exagerada, más formidable, más excesiva que yo, naturalmente.
- ¿Qué te impulsó a adentrarte en el mundo de la ciencia ficción?
- Ya hice una novela de ciencia ficción, Temblor, que publiqué en 1990; e incluso mi segunda novela, La Función Delta, de 1981, tiene algo futurista porque la acción sucede treinta años mas tarde de cuando se publicó. Para mi la ciencia ficción no es más que un recurso literario más como tantos otros; es una herramienta metafórica maravillosa para hablar de la condición humana, del aquí y del ahora. Yo no veo ninguna diferencia en escribir una novela contemporánea o una novela que sucede en el siglo XII, como mi Historia del Rey Transparente, o esas novelas de Bruna que son del año 2109. En todos los libros hablo de lo mismo, de las mismas obsesiones, de los mismos problemas. Y lo hago con idéntica ambición expresiva y literaria. No siento en absoluto que mis Brunas sean novelas de género, si por eso entendemos minimizar una historia para que encaje dentro de un troquel, dentro de una fórmula convencional.
- Tanto en Lágrimas en la lluvia como en ésta tu última novela, la sensación del lector es que, tu mundo futurista, está justo aquí al lado: ¿cómo ves tu el futuro?
- En general no pienso en el futuro. Por generación y por temperamento soy de vivir el presente. En cuanto al futuro de mis Brunas, he intentado que fuera lo más sensato y lógico posible. No es una distopía, no es un futuro catastrofista, y tampoco un futuro utópico. Es simplemente realista, muy semejante al actual, perfectamente comparable. Como antes dije, mi interés principal a la hora de escribir este libro no es contar cómo será el futuro, sino diseccionar la condición de hoy y de siempre. Creo que mis novelas de Bruna son las más realistas que he escrito.
- Tras llevar años leyéndote, y sobre todo al terminar de leer El peso del corazón, no puedo evitar hacerte una pregunta, ¿le falta corazón a nuestro mundo?
- Siempre falta, en el sentido de que el mundo tiene una cuota de horror indecible, una parte de crueldad tan espeluznante que de solo pensarla me parece me te vuelves loco. Pero por otro lado, también hay mucha luz en este mundo. Muchísima. De hecho, creo que hay más corazón que odio, pese a todo.
- En función de cómo avanza la historia global de Bruna y su mundo, cabe esperar que siga avanzando la saga, con esa espada de Damocles que es la muerte. ¿Estamos realmente preocupados por la muerte?
- ¿Cómo no vamos a estar preocupados por la muerte? Es la tragedia principal del ser humano... Venir a este mundo cargados de sueños y deseos y con un yo inmenso y, en dos parpadeos, estar abocados a la muerte y la desaparición y la nada... La muerte no nos cabe en la cabeza, es inhumana e impensable, y por eso la mayoría de las personas reaccionan olvidando que son mortales para protegerse de ese horror. Y sí, por supuesto, las historias de Bruna van a seguir... Ya tengo la idea de la tercera novela en la cabeza. Aunque, como sabes, todas son historias independientes. Es decir, los libros se pueden leer por sí mismos, sin necesidad de haber leído el anterior.
- Y por Bruna... ¿Tenemos que preocuparnos sus lectores de ir a perderla?
- (Risas) Noooooo... Ya lo dije en no sé qué radio... Bruna nunca morirá dentro de mis libros.
- Me gustaría saber, por último y ya que escribo en un lugar en que se recomiendan libros, qué libro estás leyendo en este momento.
- Acabo de terminar dos libros buenísimos: La habitación de Nona, una colección de relatos de Cristina Fernández Cubas, y Una suerte pequeña, la última novela de Claudia Piñeiro.
- Muchísimas gracias, siempre es un placer poder acercarse a los escritores que uno admira.
- Besos enormes.
Y, por supuesto, gracias a todos vosotros, por pasar, por leer, por participar.
Bibliografía:
- El peso del corazón
- Dictadoras
- La ridícula idea de no volver a verte
- El amor de mi vida
- Lágrimas en la lluvia
- Instrucciones para salvar el mundo
- Historia del Rey Transparente
- La loca de la casa
- Estampas bostonianas y otros viajes
- El corazón del tártaro
- Las madres no lloran en Disneylandia
- Pasiones. Amores y desamores que han cambiado la historia
- Amantes y enemigos. Cuentos de parejas
- Bárbara contra el Doctor Colmillos
- El fantástico viaje de Bárbara
- La hija del caníbal
- Entrevistas
- Las barbaridades de Bárbara
- Historias de mujeres
- La vida desnuda
- Bella y oscura
- El nido de los sueños
- Temblor
- Amado amo
- Te trataré como a una reina
- Cinco años de país
- La función Delta
- Crónica del desamor
- España para ti para siempre
viernes, 22 de mayo de 2015
El año del verano que nunca llegó. William Ospina
"A principios de abril, la temperatura descendió bruscamente y cesaron las lluvias. En toda la extensión del Labrador y en los campos de Nueva Inglaterra debía haber comenzado la primavera, pero esa combinación de frío y sequedad impidió el avance de la vegetación. Los campos seguían yermos, los árboles seguían deshojados, los pastizales estaban resecos."
Hay personas que llevan toda una vida detrás de las letras, que saben lo que hay en ellas y cuando hay que recomendarlas. A veces, uno tiene suerte y encuentra una de esas personas. Detrás de la cuenta de Navona hay una. Si recomienda un libro, suyo o ajeno, yo lo leo. Porque sabe de lo que habla. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El año del verano que nunca llegó.
El año del verano que nunca llegó, existió realmente. Sucedió en el año 1816: una severa anomalía del clima causó que las temperaturas disminuyeran en todo el mundo. El resultado fue una seria escasez alimentaria en el hemisferio norte, y la causa con la que se le relaciona fue un invierno volcánico provocado por una erupción que expulsó mas de 1.500.000 toneladas de polvo que impidieron a la luz solar llegar llegar a nuestro planeta con la fuerza habitual. Este fenómeno que abre el último libro de William Ospina, además de dar título al mismo, es el punto de partida para hablar de un año que marcaría la historia de la literatura. Fue en 1816, en la Villa Diodati, cerca de Ginebra, cuando se reunieron improvisados compañeros, luego amigos, para contarse historias al calor del fuego. Entre ellos estaba Mary Shelley, Lord Byron y John Polidori y de una de esas noches surgieron Frankenstein y El Vampiro, antecesor de Drácula. Será precisamente esta la historia elegida por Ospina para desarrollar en su novela, la obsesión que le llevó a investigar sobre esa reunión y quienes se alojaron en la Villa Diodati en esos días en un fantástico recorrido lleno de literatura y pasiones.
La nueva novela de Ospina está escrita con el estilo cuidado que le caracteriza. Realmente es un placer leer como se expresa y se sale de la lectura pensando que también ha de ser un placer escuchar hablar de literatura al autor. Formas que nos regalan desde frases sencillas ("El 4 de junio ya tiritaban los pájaros") que regalan nítidas imágenes con un aura de fragilidad, hasta otras más intrincadas ("De ellos cabía esperar las sorpresas literarias, pero la vida se burla de las convenciones. En esa noche que duró tres días, los grandes poetas fueron apenas instrumentos para que la imaginación visitara a quienes de verdad concibieron las oscuras leyendas de aquel tiempo") que parecen tener el poder de flotar ante los ojos de un lector ya rendido a su prosa.
Más allá de eso, la novela se construye bajo la voz del propio autor que, dejándose llevar por una obsesión por esta Villa Diodati, investiga qué sucedió para que se engendraran allí dos personajes convertidos hoy en grandes mitos. Seguiremos junto a él el hilo de su obsesión y como sus investigaciones y deseos de saber, recorridos ya en parte por otras plumas, se mezclan con su vida diaria entre viajes y pequeños descansos. Visitar la Villa, reconocer formas, familias, casualidades que, a tiempo pasado, tal vez fueran puestas por el destino para conjurarse bajo esa sombra proyectada por un volcán. Y también un homenaje al romanticismo literario tal vez perdido, a las pasiones, una vista a la vida actual que se fecha en el siglo XIX en un libro fascinante que es imposible no recomendar. Por supuesto, también podría contaros de los lazos que unieron a personajes insospechados del mundo literario, pero ese tupido hilo de relaciones que me dejaron con la boca abierta, tenéis que descubrirlo vosotros.
A veces, apenas comenzamos un libro, nos queda claro que estamos ante un gran libro y un gran escritor. Cuando eso sucede, no podemos evitar hablar del libro a todo el mundo y recomendarlo sin cesar. Y eso es lo que hago yo hoy.
Y vosotros, ¿cuál fue el último título que habéis recomendado a todo el que ha querido escucharos?
Gracias
miércoles, 20 de mayo de 2015
Irene. Pierre Lemaitre
"- Alice... -dijo mirando lo que cualquiera, excepto él, habría considerado una chica.
Había pronunciado su nombre para ganarse su complicidad, pero no había conseguido que aquello surtiera el menor efecto. Bajó la mirada hacia las notas a vuela pluma que había tomado Armand durante el primer interrogatorio: Alice Vandenbosch, veinticuatro años. Intentó imaginar qué aspecto podría tener normalmente Alice Vandenbosch de veinticuatro años. Debía de ser una chica joven, con el rostro alargado, el cabello castaño claro y una mirada firme."
Conocí al autor con Alex, segundo libro de la saga, realmente impactante, después con Nos vemos allá arriba, libro con el que ganó el Premio Goncourt, y hace no tanto llegaba Vestido de novia. Registros diferentes de un autor al que merecía la pena seguir la pista. Por eso no tardé nada en leer este libro y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Irene.
Conocemos a Camilli Verhoeven, héroe discreto de estatura más que discreta, comandante de la policía. Lleva una vida tranquila junto a su equipo policial y su hermosa esposa Irene, que está esperando un hijo. Sin embargo eso cambia el día que recibe una llamada para avisarle de un crimen: cuando llega encuentra una escena espeluznante de mujeres descuartizadas que logra intranquilizarlo hasta perturbar sus momentos más íntimos. Por si fuera poco, no es el único crimen cometido por este terrorífico asesino, y la prensa se siente atraída y busca conocer detalles. El reloj se pone en marcha para Camille; hay que coger al asesino.
Comenzaba diciendo que Irene es el primer libro de una trilogía que muchos hemos comenzado en Alex. Ahora sabemos, no sólo que este es el primer volumen, sino que la trilogía está formada por cuatro títulos que serán publicados por esta editorial en el futuro.
Lemaitre arranca esta novela con un crimen realmente perturbador. No sólo para su policía, sino también para el lector que cierra el libro temiendo haber salpicado algo de sangre. El crimen que nos presenta es tan feroz, que consigue que le tiemblen las rodillas al policía más experimentado; y sin embargo nada hay que reprocharle al autor por estas páginas. Porque consigue, mediante un simple y hábil giro de muñeca, ponerse al resguardo de una muy buena sombra, dejando claro que él (el autor) es inocente. Y empiezo justo en este punto, porque me ha parecido uno de los momentos brillantes del libro, de esos que traspasan el juego entre personajes y sientes que realmente el escritor ha conseguido jugar con el lector y dejarte con los ojos como platos y la boca bien cerrada ante la observación que tenías sobre su escena. Una escena preparada con un fin muy preciso rindiendo un homenaje muy particular al género negro.
Verhoeven se acompaña de un equipo policial en el que todos tienen su rasgo distintivo, del privilegiado al avaro pasando por el mujeriego todos juegan su papel durante la investigación. Y termina de cerrar el círculo de secundarios con un periodista particularmente suspicaz y avezado que juega al gato y el ratón con nuestro comandante buscando una situación de informador privilegiado. De hecho, y ahora que tengo delante a todos sus personajes, el comandante es de los menos llamativos pese a la particularidad que le otorga el autor basada en su estatura.
La trama, que comienza con un duro golpe en la cara del lector, se desarrolla con un ritmo que va aumentando a medida que nos dan datos. La investigación y las pruebas a las que es sometido el protagonista, nos sirven para ir hilando poco a poco a la vez que asentimos y buscamos incluso alguna de las partes que nos presentan. Reconozco que yo lo hice. No escatima en datos, pequeñas aportaciones a las que deberemos estar atentos, ni tampoco lo hace en su parte final a la hora de aumentar el ritmo intentando descolocar al lector. Reconozco que vi venir una parte, pero no importaba, casi al contrario, eso fue lo que provocó que no pudiera apartar la vista de la historia. Lemaitre consigue una tensión en sus últimas páginas que dejan al lector satisfecho y sin resuello.
Una novela francamente entretenida y una saga que pienso continuar. Ahora sólo me falta saber cuándo llegará el resto a nuestras librerías.
Y vosotros, ¿sois de los que resolvéis misterios o de los que os quedáis sorprendidos con los finales?
Gracias
martes, 19 de mayo de 2015
Sin ti no hay nosotros. Suki Kim
"Quiso la casualidad que el primer día de clase (el día en el que un grupo de profesores mayoritariamente estadounidenses emprendió la educación de 270 jóvenes norcoreanos) cayese en un cuatro de julio, pero a nadie pareció llamarle la atención. No había allí banderas cuajadas de estrellas, ni barbacoas, ni fuegos artificiales. Yo no había enseñado nunca inglés como lengua extranjera, y estaba tan nerviosa como ilusionada. recordé que existían normas sobre atuendo y me puse una blusa de color azul claro, una falda gris de tres cuartos y unos zapatos de tacón bajo. Me habían avisado de que, en general, las mujeres no vestían pantalones en Corea del norte. Es cierto que no recordaba haberlo visto en viajes anteriores a Pyongyang."
La literatura está para descubrirnos nuevos mundos, aunque no siempre son imaginados. Qué duda cabe que aún quedan lugares que se nos antojan tan lejanos que parecen extraídos de la mente de un escritor. Y hay libros que nos los muestran para que no olvidemos que no están tan lejos, sino que simplemente están silenciados. Por eso este libro me llamó la atención desde el primer momento y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Sin ti no hay nosotros.
Suki Kim es una mujer surcoreana que pronto aterrizó en Estados Unidos, estableciendo su vida allí. Sin embargo, y tras haber visitado Corea del Norte y con una familia ligada a la división y aislamiento existente entre ambas coreas, decidió apuntarse como profesora para impartir clases de inglés en una universidad elitista de Corea del norte. Durante su estancia allí fue recogiendo notas, lo cual no deja de ser un riesgo, para relatar en este libro su experiencia.
Este libro es principalmente un testimonio de lo que nadie cuenta. Desde sus primeras páginas la autora nos deja ver las familias que quedaron divididas cuando Corea del Norte impuso una frontera prácticamente infranqueable: amores separados, padres que no volvieron a saber de sus hijos, amigos, vecinos, parientes... dejando de este modo al lector situado en el relato al que poco a poco vamos a ir llegando. Casi podría parecer un texto periodístico, pero la autora consigue hacer de él una novela fácil de leer que resulta a ratos estremecedora. Está llena de momentos en los que nos damos cuenta de lo que significa una dictadura en un país pequeño. Dejamos de lado el concepto de "Gran Lider" que hemos leído ajenos a los que significa realmente vivir en un país en el que su máximo mandatario se refiere a si mismo en esos términos para descubrir un lugar escalofriante. En el país que nos presenta Suki, y pese a que está prácticamente confinada en una prisión de cinco estrellas, como ella misma define a la universidad rodeada de altos muros en la que se encuentra, hay cosas a las que nadie puede escapar. Ciudadanos que son convencidos de que su líder es el que más sabe de absolutamente todo, sus torres las más altas y sus comidas las más sabrosas, y cuyas mentes son manipuladas, a base de miedo descubierto en miradas furtivas, hasta el punto de no dudar de nada de lo que se les dice. Una universidad elitista, con hijos de gente importante, proyecta inmediatamente en la mente de cualquiera un campus lleno de comodidades. Aquí vemos las carencias que tiene esta juventud en cosas tan simples como el manejo de un ordenador. El concepto World Wide Web es muy distinto del real, todo está controlado y para todo lo que se les enseña hay que pasar unas cribas que han de ser aprobadas. Los estudiantes son inocentes para la vida, aunque sus vidas estén sometidas a quien dista mucho de tener esa inocencia.
270 estudiantes de la UPCT que siguen teniendo el privilegio de estudiar cuando todas las universidades fueron cerradas durante un año, y que descubrirán a esta mujer como pueden ser jóvenes, estudiantes, esclavos fieles y casi soldados que entonan tres veces al día Sin ti, no hay patria. Sin tí, no hay nosotros, dando título al libro con este ritual. Y no será el único que nos muestre Suki, asistiremos a cultos consagrados a ese no hay "yo" que anula personalidades mientras las miradas furtivas siguen y apenas se escapa alguna sonrisa.
Esta vez no es el testimonio de un desertor, sino la representación demasiado similar a la novela de Orwell de un lugar que existe y del que, uno no puede evitar poner en tela de juicio cuánto tiempo resistirá en la era de la información. Suki además, es capaz de poner un punto de sentimentalismo al hablar de sus alumnos y, sobre todo, de las horas de las comidas en las que pudo gozar de un ambiente más distendido, pese a que las preguntas que la hacían seguían pareciendo leídas de un guión establecido. Desde su partida hasta su regreso, el libro es un interesantísimo testimonio que merece la pena ser leído y que, al estar tratado de una forma tan sencilla y ajena a jergas complicadas, podemos enfrentar con la misma facilidad que nos colocaríamos ante un libro de ficción. Pero hay una cosa que no debemos olvidar: lo que Suki nos relata existe. Y si pensamos eso, tal vez estemos ante una novela de terror.
Y vosotros, ¿con qué libro estáis esta semana?
Gracias
PD: Este libro es de los que se sortean.
lunes, 18 de mayo de 2015
Sorteo
Bueno, pues no es mi cumpleaños, ni mi aniversario, ni siquiera tengo números redondos en los seguidores, así que es sorteo porque sí. O ¿por qué no un sorteo?
La cosa es sencilla, que una servidora está para leer y no hacerse un lío y mucho menos complicaros la vida a vosotros.
Para apuntarse hay que decir, me quiero apuntar. Con eso ya se tiene un punto y oye, es en un único punto en el que toca, no?
Para quien quiera más de un punto:
1. Seguir el blog, abajo de todo pone seguir, ya sea con twitter, con blogger... también da un punto extra.
2. Anunciar el sorteo da puntos. Uno por cada anuncio. Es decir, que si pones el banner tienes un punto, si lo anuncias en twitter un punto, en google plus un punto, en facebook otro, en el blog, en Instagram, en la reunión de vecinos, en la pescadería o en la AMPA. Un punto por cada vez que se anuncie el sorteo y me aviséis, porque adivina, de momento, no soy o tendría una loto premiada y el doble de libros de los que tengo.
3. De verdad, me encantan vuestros superanuncios orginales. Carteles, dibus... son estupendos... La última vez os salísteis y también di un punto por cada uno. No voy a ser menos esta vez! Solo que además me reservo el derecho de enviar al que más me guste otro título: que para eso mando yo. Eso sí, avisadme, etiquetadme en twitter, facebook o donde sea, porque si no lo veo... mal voy.
Venís y me contáis, y yo os hago la lista de puntos a los que sumaré los 4 que di ayer por adivinar los títulos en un juego express en twitter.
Lo que me recuerda una cosa que seguramente os importe: los títulos.
"Salvar a Mozart"
Raphaël Jerusalmy
Un ineludible, la historia de Otto Steiner. Inolvidable
"El gusano de seda"
Robert Galbraith
Una novela negra en la que seguimos la pista de Cormoran Strike. Pese a ser el segundo de la saga, puede leerse de forma independiente.
"Persona"
Erik Axl Sund
Novela negra, desembarca con una gran campaña y el respaldo de un éxito arrollador fuera de nuestras fronteras.
"Sin ti no hay nosotros"
Suki Kim
Hay lugares que existen sin recurrir a la imaginación. Corea del Norte es uno de ellos y la autora de este libro cuenta su experiencia.
El plazo termina el 5 de junio, el 6 saldrá la lista y el 8 se darán a conocer los ganadores.
He procurado elegir libros atractivos para todos, los ganadores elegirán título en orden, un libro por ganador. Si se da el caso de que no interese ninguno... todo se hablaría. Es dec ir, con que os interese uno, ya merece la pena probar.
Espero que os guste la idea. Me encantará volverme loca sumando y dando números y poniendo enlaces al blog de cada participante, y... espera, que igual no es tan buena idea...
Gracias
PD: ¿No lo he dicho? Es internacional.
viernes, 15 de mayo de 2015
Salvar a Mozart. Raphaël Jerusalmy
Nunca he escrito un diario. Hasta ahora, No estoy seguro de que esto sea una buena idea."
Si esta semana hablábamos de autores y editoriales, hoy lo haremos de colecciones. Hoy os enseño el último de la colección Los ineludibles que sale al mercado, y lo hace precisamente haciendo gala del título de la colección a la que pertenece. Traigo, a mi estantería virtual, Salvar a Mozar.
Conocemos a Otto Steiner, un anciano crítico musical que vive en una residencia para mayores enfermos. Comienza la Segunda Guerra Mundial y, a través de su diario destinado a un hijo que no sabe si lo recibirá, nos irá revelando su rutina, los avances alemanes sobre el mapa europeo y de la tuberculosis sobre su cuerpo, y nos hará partícipes de un acto muy particular que realizó en ese momento. Steiner era, además, judío.
El diario ficticio de Otto Steiner se desarrolla entre 1939 y 1940. Sin embargo, no está plagado de ese miedo habitual en las novelas cuyos protagonistas tienen ascendencia judía. Otto la tiene, y es consciente de que hay judíos y gitanos trasladados, lo mismo que, poco a poco, lo es de su situación. Pero por lo que Otto se siente marcado en este momento, es por la enfermedad que lo mantiene recluido en un sanatorio, aislándolo social y económicamente de su vida mientras se niega a mirar los cuerpos de quienes le rodean.
Jerusalmy relata la vida de su protagonista, dándonos cuenta tanto de sus rutinas como de sus pensamientos. Sin poder comunicarse con nadie de su familia, será este diario en el que vuelque todo lo que pasa por su cabeza, y así veremos que lo único que le llena es la música. Por eso, cuando su amigo Hans le pide ayuda para elegir y piezas y redactar los libretos de un festival musical, salvar a Mozart se convierte en una consigna para él. Que toquen a otros compositores, no pasa nada, pero hay que salvar a Mozart del toque marcial de las bandas alemanas. Ese es su acto heroico, su simbolismo, su rebeldía, y veremos lo que es capaz de hacer para intentar lograrlo. Steiner será testigo de la reunión de Hitler con Mussolini, y estará a punto de cambiar el curso de la historia; y todo ello pensando en su único objetivo. Un objetivo que parece hacerle resistir y no sucumbir a la enfermedad. Y unos meses que conoceremos a través de ese diario que escribe junto a unas cartas para un hijo del que no sabe nada.
En poco más de 150 páginas, Jerusalmy nos deja una gran joya en la que encontramos un testimonio diferente que parece huir de las novelas habituales ambientadas en la época. Cada persona vivió donde le tocó en suerte, si es que alguien la tuvo, la Segunda Guerra Mundial, y nuestro protagonista lo hace en un reducido universo formado por la música y el hospital. Y será desde este pequeño mundo, desde el que el autor nos refleje lo que sucede fuera; el racionamiento, los ruidos de botas, un avión, las noticias sobre traslados, cambios, muertes, trenes... pequeños o grandes detalles que nos servirán para situarnos y conocer los avances de este periodo histórico desde ángulo diferente pero igualmente claro. A medida que leemos, somos conscientes de que cada pequeño detalle en el universo de Steiner, se corresponde con un avance del mundo exterior, consiguiendo así el realismo extraordinario de quien no pretende nada más que contar su propia vida. Y lo hace en el tono serio de quien está acostumbrado a llevar una vida seria, aunque captemos algún deje sarcástico y momentos de ternura que impregnan la novela de esa voz de quien ha vivido mucho y sabe que está viviendo algo que pasará a ser escrito en los libros de historia.
Salvar a Mozar es una gran historia repleta de pequeños detalles. La historia de un hombre que resiste a duras penas, tentado de rendirse pero aguantando, y que, en un momento en el que muchos fueron silenciados, busca hacer del silencio su gran acto de resistencia salvando a Mozart. Un personaje cautivador, que se hace hueco en el corazón del lector convirtiéndose en inolvidable.
Y vosotros, ¿podéis decirme algún personaje que recordéis con especial cariño?
Gracias
miércoles, 13 de mayo de 2015
La vida te matará. Rafa Calatayud
"- De repente, pensé que estaba enamorado... No, no fue con pensarlo, fue como saberlo, ¿entiendes?, como alucinar por fin con algo de lo que antes no tenía ni idea, algo que ha nacido, ha crecido y ha existido dentro de mi y que, de pronto, se ha hecho evidente, ¿me explico?
- Como una gonorrea, ¿no?"
A veces, sólo hay que ver la portada de un libro para saber que estamos ante algo diferente. Y eso es justo lo que sucede con la novela que hoy os voy a enseñar: la señal, el conejo y el título son tan diferentes, tan chocantes, que atraen la vista. Hoy traigo a mi estantería virtual, La vida te matará.
Conocemos a Gutierrez y El Universitario, dos aprendices de matones que se relacionan con grupos de mafiosos admirando a viejas glorias que una vez llegaron a ser matones: ambos tienen un encargo que cumplir. También conocemos a Vlad, un ruso, capitán de un equipo de rusos provistos de una sangre fría tremenda: una mafia. Y conocemos a Félix y Tewi, dueño y camarero de un bar en el que para una banda de mafiosos rusos, así que no están muy equilibrados tampoco. No llega a dos días, ni a 24 horas en realidad, un golpe planeado y una despedida de soltero completan el cuadro que nos presenta esta novela.
La vida te matará en una novela gamberra, eso ante todo. Pero también es una novela negra de calle, llena de bajos fondos y locales mugrientos. Una historia que casi parece un enredo, salpicada de diálogos corrosivos que llegan a provocar la risa del lector. Ambientada en Valencia, nos presenta una ciudad de atardeceres y callejones por los que no parece caminar nadie bueno. Una ciudad que muchos conocemos, aunque no en esos locales ni en esos ambientes.
La novela, articulada en capítulos cortos, va saltando entre dos fechas, el 31 de julio al 1 de agosto, que nos permitirán situarnos e ir componiendo las piezas de una historia en la que no faltan muertos, chavales en monopatín, sustos o prostitutas. Y comenzamos a hilar la historia, a ver el golpe, a los rusos y a colocar esa despedida de soltero que en un primer momento nos parecía discordante. De hecho, y pese a que no abundan las descripciones, y las que hay son escuetas, nos resulta tremendamente fácil visualizar a cada uno de los personajes que pueblan esta historia.
El autor juega dejando al lector recoger piezas, mostrando sus cartas poco a poco y convirtiendo a lectura en algo divertido. Consigue además, desalmidonar determinados estereotipos para dejarlos a pie de calle, en una línea que comienza a ser más que habitual en esta editorial que parece optar por historias que suenan mucho más cercanas que aquellas que se desarrollan en grandes ciudades, en otros países y a golpe de volante de coches imposibles.
No hay héroes aquí, tampoco antihéroes. Ni busca víctimas. Lo que hay es una buena novela negra en la que todos tienen un lado oscuro y a nadie parece importarle demasiado porque cada uno se ocupa de sus propios asuntos y de cómo conseguir el máximo beneficio. Y no es que no haya buenos, de hecho creo que había una pareja en un bar... No, no lo tengo claro, parecieron captar las señales demasiado pronto de lo que estaba pasando.
Me lo he pasado francamente bien: he salido con un poco de miedo a los gatos, con la sensación de estar ante un nombre para recordar y una novela que entretiene hasta el punto de haberme durado una tarde.
Y vosotros, ¿cuál fue el último libro que os duró un suspiro?
Gracias
PD. Lo de los conejos, os dejo que lo descubráis vosotros mismos.
lunes, 11 de mayo de 2015
Maximilien Heller. Henry Cauvain
"Conocí al señor Maximilien Heller el tres de enero del año 1845, a las ocho de la tarde.
Días antes había sido abordado en plena calle por uno de sus amigos. Jules H..., quien, tras un intercambio inicial de cumplidos me dijo con particular insistencia:
- Hace tiempo que quería visitarle en su casa, querido doctor, para pedirle un gran favor. Uno de mis antiguos colegas abogados, el señor Heller, quien reside muy cerca de aquí, se encuentra en un alarmante estado de salud."
Exactamente igual que se sigue a un autor, libro tras libro, a veces también se sigue una editorial, por la línea que opta, por el género, por la época en que se especializa... Y, gracias a ella, nos tropezamos con joyas que desconocíamos. Hoy traigo a mi estantería virtual, Maximilien Heller.
Cuando el banquero Brétag-Lenoir aparece muerto, rápidamente las miradas se dirigen hacia su criado recién contratado. Poco tendría que ver este crimen con Maximilien si no se hubiera dado el caso de que era el vecino del recientemente contratado criado, motivo por el cual acudió la policía para preguntarle por los hábitos del criado. De este modo nos es presentado Heller, a través del testimonio de un doctor amigo suyo que opta por no decir el nombre. Y de este modo a través de las palabras del doctor, testigo directo o indirecto de las pesquisas de Maximilien para descubrir al verdadero culpable del asesinato del rico banquero, entraremos en la historia.
La novela, estructurada en tres partes diferenciadas, viene narrada por el doctor en un primer momento, quien cede la palabra en la segunda parte al propio Heller al transcribir las cartas que le envía para relatarle la resolución del misterio. Se cierra finalmente con algo que me ha gustado, y es el avance de como seguirán las vidas de ambos hombres, que parecen haber establecido una curiosa amistad circunstancial. Estamos ante una novela policíaca de la que se podría decir que sigue la tradición de Holmes en muchas de sus partes, pero que tiene una peculiaridad: es anterior. Sin embargo, y con un muerto ya en las primeras páginas, sí que hay un misterio sin resolver y la figura de un hombre extremadamente inteligente y quizás un tanto atormentado y con un par de adicciones, que usa su sagacidad y habilidades para resolver el caso. Maximilien actúa en solitario, no tiene problemas para ponerse un disfraz, viajar o beberse tres vasos seguidos de ron. Es un personaje tan atractivo como estrafalario, reflejando una de esas excéntricas y brillantes personalidades que tan jugosas resultaron en un momento determinado para los autores de la época.
Ambientada a mediados del siglo XIX deja un leve reflejo de la sociedad masculina de la época, y se centra en criminal y protagonista, para ir poco a poco dejando la sensación de estar ante una suerte de duelo de inteligencias por la victoria. Pero, lo mismo que os he dado unas cuantas pistas sobre Heller, no os desvelaré nada sobre el criminal.
Un libro que, apareciendo dieciséis años antes que Holmes, no deja de recordarnos a las famosas novelas de Doyle. Perfecto para quienes gustan de este género detectivesco. En mi caso ha sido, además de una gran lectura, el descubrimiento de una curiosidad: la existencia de Cauvain antes de Doyle.
Y vosotros, ¿soís aficionados al género detectivesco?
Gracias.
Nada. Janne Teller
"Nada importa.
Hace mucho que lo sé.
Así que no merece la pena hacer nada.
Eso acabo de descubrirlo."
Lo bueno de ir siempre a la misma librería que que ya te conocen los gustos. Quedan libreros como los de antes: personas con las que hablar de libros y compartir impresiones que un día, cuando entras por la puerta, te están esperando con un libro en la mano mientras dicen: "Tienes que leer este libro". Y eso hice. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Nada.
Comienzan las clases tras el verano, y el primer día de curso, en la clase de 7º, un alumno se levanta proclamando que no hay nada que importe. Tras hacer su declaración, se levanta y se va dejando la puerta entreabierta y tentando de este modo al resto de los alumnos a seguir su pensamiento. Día tras día, sus compañeros pasan junto a Pierre Anthon, que está subido a un ciruelo argumentando su descubrimiento para quien quiera escucharle. Poco a poco empiezan a dudar y al final deciden que para sacarle de su error, tienen que encontrar lo que importa y mostrárselo. Lo que empieza siendo una búsqueda, termina por ser el sacrificio de una parte de cada uno, impuesto o autoimpuesto, que hará que las cosas cambien de forma radical en este pueblo.
Los niños son siempre más sinceros en su mirada. Son más sinceros en sus reacciones y también en sus intenciones. Los niños son buenos. Los niños siempre dicen la verdad...
Vivimos rodeados de estas frases y, tal vez por eso, la literatura nos ha dejado reflejos de nuestro mundo en sociedades infantiles intentando que veamos de este modo nuestro alma al desnudo. Ya lo hizo Golding en El señor de las moscas. Y ahora hace lo propio Teller en su novela, Nada.
Esta vez no hay isla ni situación límite. Todo sucede en la pequeña Taering, pero perfectamente podría ser cualquier otro lugar. Y los niños que nos presenta la autora son niños normales, en situaciones normales; justo como los del colegio ese frente al que pasamos a diario. Tal vez sea eso lo más inquietante de esta novela que no llega a las 150 páginas, ni falta que le hace. La historia arranca cuando un niño de 13 años llamado Pierre Anthon, deja las clases afirmando que nada tiene sentido en la vida, por lo tanto tampoco lo tiene la propia existencia y mucho menos esforzarse o luchar por cosas que serán, como mucho, satisfacciones efímeras (los niños son sinceros). Algo así causa un impacto en sus compañeros que, hartos de escuchar sus razonamientos mientras come ciruelas subido a un árbol, deciden mostrarle su error. Para ellos, si que hay cosas que importan, por lo tanto la vida está llena de cosas que importan para todo el mundo. Lo único que tiene que hacer, es mostrárselo a su amigo (los niños tienen buenas intenciones). De este modo, toda la clase se une buscando qué es lo importante, en principio preguntando y luego dirigiendo la mirada los unos a los otros señalando sin dudar aquellas cosas que quien tienen al lado más valora (los niños son sinceros). Esta búsqueda del significado de la vida, les llevará a descubrir en los demás y en sí mismos la verdadera naturaleza de las cosas. Y por ende, de las personas, de ellos mismo, de quienes les rodean...
Teller ha escrito una novela en la que el lector se revuelve incómodo, casi sobrecogido por lo que desfila ante sus ojos, pero sin ser capaz de apartar la mirada. Otro de los grandes aciertos del libro, junto a la "normalidad" del contexto, es la elección del narrador. La historia la cuenta una niña protagonista de los sucesos. Pero lo hace siempre manteniendo una distancia otorgada por el tiempo, y a la vez mostrando los sentimientos que pueden tenerse con esa edad.
Confieso que he sido incapaz de apartar mirada de este libro hasta terminarlo. Me ha parecido una lectura realmente fascinante en la que se habla de inocencia, de creencias, de envidia, de tesón... Un relato desolador, inquietante y que consigue parecer hermoso al ocultarse en una fachada escrita cuidando cada frase. De hecho, hay momentos en que lo hermoso de las palabras contrasta con aquello que nos está describiendo, la escuela por ejemplo. Todos estos ingredientes, convierten a Nada en un libro más que recomendable. Si tenéis la opción, no lo dejéis escapar. Yo lo pienso releer dentro de un tiempo.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
PD. No lo he dicho, pero los niños tienen una sinceridad terrible, frontal y certera. Por eso a veces se dice que los niños son crueles. Y las buenas intenciones... bueno, no siempre son suficientes.
viernes, 8 de mayo de 2015
Tortilla Flat. John Steinbeck
"Esta es la historia de Danny y de los amigos de Danny. Es la historia de como estos tres llegan a convertirse en una sola cosa, de manera que si en Tortilla Flat mencionas la casa de Danny no te estás refiriendo a una estructura de madera cubierta con una capa de cal descascarillada y adornada con un viejo y descuidado rosal de Castilla. No, cuando hablas de la casa de Danny se entiende que te refieres a una unidad cuyas partes son hombres y de la que emanó dulzura y felicidad..."
Hay autores que no fallan, que uno sabe que no fallan jamás y que están ahí esperando a que vayamos a leerlos. Una vez hemos terminado con su obra, descubrimos el placer de la relectura, los matices, los cambios que se han producido en nuestra mirada sobre la obra... esos son los buenos autores y los buenos libros. Hoy traigo a mi estantería virtual uno de esos libros que se releen con placer, se trata de Tortilla Flat.
Tortilla Flat es un barrio de Monterrey. Allí viven los paisanos, una mezcla entre españoles, mexicanos e indios y allí conocemos a Danny, Pilon, Jesús María y Big Joe. Este grupo de cuatro rufianes se reencuentran al regresar de una guerra a la que se alistaron sin convencimiento. Por circunstancias acaban viviendo todos en la misma casa, de Danny, a seguimos sus días buscando dinero y vino entre "misiones" que, buenas o malas, nos permiten ver siempre su buen corazón.
Esta novela, publicada originariamente en 1935, fue el primer éxito de ventas de Steinbeck. Leída ahora, es fácil comprender el motivo. En plena Gran Depresión, la gente lo pasaba mal, y el autor les dio la oportunidad de divertirse, y reírse con su novela. Pero más allá de eso, les contó una historia de cuatro hombres sin dinero que no llevaban una vida miserable, sino despreocupada, cubriendo las necesidades que tenían: a saber vino, comida, vino, un lugar para dormir, vino... sin hacer tampoco una historia de borrachos, sino más bien de simpáticos pícaros (como bien se compara en el prólogo de la edición de la imagen) a los que se les termina por coger cariño.
Es una novela de felices infelices, llena de momentos entrañables y otros en los que no nos lo parecen tanto. Está formado por pequeñas historias que se van encadenando en las que Steinbeck aligera la situación que vivía un colectivo, dando muestras, una vez más, de su simpatía por las personas humildes. Las justificaciones de Pilón, las reacciones del grupo que parecen contagiarse, Pirata... es imposible leer el libro sin que se nos escape una sonrisa pese a que en realidad no es cómico el fondo de lo que nos está relatando. Esa ironía, la aparente frivolidad con la que deja un retrato a través de las correrías de estos cuatro amigos, consigue que el lector reflexione desde casi las primeras páginas.
Se impregna de sentimientos de confianza y lealtad, vemos a los amigos intentar animar a Danny, y como todos se vuelcan con él cuando creen que lo necesita. Y asistimos también a un final perfecto, un contraste que cierra la historia haciéndola "redonda" al completar a la perfección el esquema que teníamos de los protagonistas.
Al final, salimos de la lectura con un sabor agridulce, con la sonrisa aún dibujada, y el poso de lo leído para meditarlo durante un tiempo. Pero, sobre todo, terminamos Tortilla Flat sabiendo que estamos ante una gran obra, imposible no recomendarla.
Y vosotros, ¿sois lectores y relectores, o es raro que volváis a un libro ya disfrutado?
Gracias
jueves, 7 de mayo de 2015
El domador de leones. Camilla Läckberg
"El caballo sintió el olor a miedo incluso antes de que la niña saliera del bosque. El jinete lo jaleaba, clavándole las espuelas en los costados, pero no habrá sido necesario. Iban tan compenetrados que el animal notaba su voluntad de avanzar.
El repiqueteo sordo y rítmico de las pezuñas rompía el silencio. Durante la noche había caído una fina capa de nieve, así que el caballo iba dejando pisadas nuevas y el polvo de nieve le revoloteaba alrededor de las patas."
Alguna vez ya lo he comentado, no me gusta dejar las historias a medias. Eso supone que no abandono libros y que cuando comienzo una saga o una serie me gusta terminarla, pese a sus altibajos. Esta semana salía la novena entrega de Los crímenes de Fjällbacka, y hoy llega a mi estantería virtual. Hoy traigo, El domador de leones.
Nos encontramos a Erika, madre, inmersa en la investigación de la historia de Laila, una mujer condenada a cadena perpetua por el asesinato de su marido y cuya casa fue conocida como "la casa de los horrores" por lo que allí sucedía a esta familia con dos hijos. Patrick, su marido, investigará el caso de una joven atropellada. La chica muerta será identificada como una joven desaparecida semanas atrás. Pronto se descubrirá, además, que sufría graves mutilaciones y todo apunta a que tal vez no fuera la única secuestrada, ni la última.
Si algo ha demostrado Läckberg en este tiempo, es que sabe ganarse a un público fiel. Combina en sus novelas la historia personal de Erika y Patrick, sus tareas domésticas, sus discusiones e incluso la vida de Anna, la hermana de Erika, con los casos que investigan. Poco a poco, y tras un repunte allá por el tercer y cuarto libros de la serie, la autora ha vuelto a centrarse más en los casos policiales que en los quehaceres domésticos, cosa que personalmente le agradezco.
La estructura es la conocida, un caso que arranca desde las primeras páginas y los pasos de Erika y su marido que acaban encontrándose en algún punto, normalmente en el punto justo en que la curiosidad de Erika por lo que investiga su marido, la hacen meter la nariz más de lo debido en la investigación. En este caso se alterna la investigación de uno con la de otro, y también aparece una historia acontecida años atrás en la misma isla que servirá al lector para intentar jugar por su cuenta a descubrir quién está detrás de esa espantosa mutilación.
Läckberg nos ha enseñado dos cosas: una a pronunciar el nombre de Fjällbacka, eso sí, a nuestro modo, y dos, a descubrir que es un lugar poblado de gente terrible, estoy segura de que debe de tener el índice de criminalidad más alto del país.
Esta novena entrega es fiel a las anteriores, recuperamos al equipo policial que rodea a Patrick, cada uno con sus historias que poco a poco se han ido desgranando en los títulos anteriores, y que avanzan con discreción para no eclipsar a los verdaderos protagonistas. En cuanto al caso policial, nos va dejando pistas, mientras asistimos a una historia que se va tejiendo poco a poco, pieza a pieza de un puzzle que, como siempre, involucra a más gente de la que pensábamos. La autora nos va dando pequeñas claves que consiguen hacer de la lectura un momento ágil y entretenido para casi cualquiera. La estructura, además, en capítulos cortos, ayuda a ello.
Una novela que no decepcionará a los seguidores de esta saga, de hecho a mi me ha parecido de las mejores si pienso en las últimas. Incluso Erika me resulta más simpática, nunca llegamos a congeniar.
Y vosotros, ¿qué sagas seguís?
Gracias
PD. El book tráiler
miércoles, 6 de mayo de 2015
Cabaret Biarritz. José C. Vales
"No debería ser necesario repetir por aquí, por sabido y reiterado hasta la saciedad en numerosos estudios previos, que fue Philippe Fourare, propietario y director de la casa editorial La Fortune, quien en 1038 encargó al escritor Georges Miet la redacción de una novela que tuviera como argumento principal los terribles y dramáticos acontecimientos que algunos años antes sacudieron la turística y elegante población de Biarritz, al sur del país."
Compré este libro apenas salió al mercado y lo empecé a leer ese mismo día. Tenía curiosidad y el Premio Nadal, aunque no me han gustado todos sus ganadores (eso sería imposible en todo caso con los años que lleva otorgándose), me parece un premio de fiar. Sin embargo he tardado un poco más de lo habitual en traerlo hasta aquí, pensando en la forma adecuada de transmitir lo que uno encuentra durante su lectura. Finalmente, hoy traigo a mi estantería virtual, Cabaret Biarritz.
En el primer capítulos se nos explica quién fue Georges Miet. Un redactor de revista, nada literario, con una condición física francamente poco afortunada, que recibe el encargo de escribir una novela que relate unos sucesos trágicos acontecidos en Biarritz en los años 20. Así que pasado algo más de una década comienza a entrevistar a personas sobre el cadáver de una joven aparecido allí.
Sin embargo, decir eso es quedarse corto, porque el libro de Vales es mucho más. Para empezar es un juego en el que recibimos una traducción de un libro escrito en francés sobre el trabajo de Miet, así que nos encontramos con notas de un editor que es un personaje más de una historia que, en algunos momentos incluso dudamos de si es realmente ficción o parte de un hecho real. Y también es una novela costumbrista en muchos aspectos, ya que entrevista a entrevista vamos recibiendo una visión de conjunto de una ciudad que está recuperando el esplendor y una época. Biarritz, las flappers, la guerra que se deja atrás, ríos de champán, alguna sustancia y casi cualquier cosa que uno pueda asociar a la libertad de un momento en que la gente quería disfrutar. A través de estas entrevistas conocemos a Vilko, un periodista al que su jefe mandó investigar esta muerte en el momento en que sucedió, y a Galet, el fotógrafo.
Visto así tendríamos una novela en la que el editor y el traductor dan buena cuenta de sus opiniones sobre el mundo literario, y os aseguro que son opiniones afiladas, mientras tienen entre manos la historia de Miet al que cayó este encargo mucho tiempo después y que es quien busca ahondar en la historia de la muerte de Aitzane Palefroi. A esto yo lo llamaría metaliteratura con medio tirabuzón.
Lo difícil en este caso es salir airoso, y el autor lo consigue hasta el punto de que es muchísimo más fácil seguir su historia, que luego opinar sobre ella intentando explicar el argumento sin que parezca un trabalenguas. Nos deja una novela divertida con un misterio por resolver, aunque no será, ya os lo anticipo, la única muerte que sucediera en aquel momento en Biarritz, y un montón de piezas para que las vayamos encajando. Durante el proceso hace gala de un humor irónico que tiñe toda la historia convirtiéndola en algo divertido, casi de revista de cotilleo. Y eso lo consigue gracias a las distintas voces entrevistadas, cada entrevista una persona diferente, con sus peculiaridades, sus intereses personales y total libertad para relatar lo que realmente le apetezca. De hecho hay un momento en el lector se deja llevar olvidando las muertes, disfrutando de cada uno de los personajes y se anticipa a las rarezas del siguiente.
Me llama mucho la atención cuando se dice que ya está todo escrito, puesto que aún nos quedan muchas fórmulas e historias por descubrir. Aquí Vales lo demuestra con un libro francamente original en sus formas, fácil de leer y muy divertido. Varias tramas, una galería de personajes variopintos, excéntricos o insufribles según el caso y una historia que va de menos a más tejiendo un argumento sólido, es lo que nos ofrece este Cabaret Biarritz.
Es curioso como, durante su lectura, pensaba que el autor había tenido que pasárselo en grande escribiendo una historia así (sobre todo la parte de los dardos literarios, casi me lo imaginaba con cara de "huy lo que he dicho" mientras se sonreía) y en cambio ahora al explicarla, o intentarlo, creo que ha tenido que ser además algo endiablado. Y además conseguir que parezca fácil. Todo un mérito añadido a esta historia que hoy os invito a descubrir. Lo pasaréis bien.
Y a vosotros, ¿os atraen los premios literarios a la hora de decantaros por un libro?
Gracias
martes, 5 de mayo de 2015
Brujuleando. María Penalva
"Cansada de que el vórtice móvil alojado en su casa le hiciera desaparecer las cosas más intrascendentes, desde el pareo playero al preservativo fluorescente, decidió llamar al cerrajero para que le instalara una de esas puertas/dimensión paralelas que últimamente estaban tan de moda, y que servían de cajón desastre o baúl conchapiquer a la voracidad del vórtice."
De niña me gustaba que me contaran cuentos. Es algo que perdemos en el camino ala vida adulta, posiblemente hasta que nos toque contar cuentos a nosotros. Sin embargo me gustaba. Y me sigue gustando. No hablo ya del relato más o menos extenso, sino del cuento como tal. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Brujuleando.
Brujuleando es un libro ilustrado, como han de estar los cuentos, y que está poblado por siete historias. Encontraremos vórtices que visitan sillones los miércoles, fantasmas en espejos, artilugios pensados para atrapar suelos, y armarios con un cierto tono musical. También leyendas de agua, y últimos momentos de vida, pasando, casi sin darnos cuenta, por un Golem.
Y no os diré más, porque ponerme a hacer una relación y resumen de cada una de las historias, máxime si son cortas, sería como desgranar por completo el libro. Así que prefiero que os quedéis con esta pequeña referencia a cada uno de los relatos, marcada por apenas un par de palabras a modo de pista.
Lo primero, y por aclarar términos tras haber hablado de leyendas, vórtices y fantasmas, diré que no es un libro de terror, sino casi al contrario. Tal vez no sean historias teñidas de rosa, pero todas ellas tienen un regusto amable en la placidez con la que el lector siente que están narradas. La autora, ha conseguido un libro de cuentos que se puede colocar en esa edad indeterminada que va desde que uno comprende un número más o menos amplio de palabras, hasta sus últimos días. Y nos regala siete historias en las que aún se aprecia el tono mágico que adquirían este tipo de relatos cuando los conocíamos en esa época en la que uno creía que las casas pueden salir volando, o que todo se arregla al encontrar un zapato de cristal. quizás, esa atmósfera nostálgica se vea acrecentada por las ilustraciones que acompañan a la historia, cuidadas y en unos tonos uniformes, de esas que elevan el texto a objeto que merece la pena ser considerado también desde el punto de vista estético.
He disfrutado con su lectura, me ha gustado esa mujer que pierde cosas intrascendentes en un vórtice al que va cogiendo cariño, y también descubrir lo que quería recuperar: ese cuento, lo terminé con una sonrisa. Otros fueron quizá un poco más tristes, según la lectura. Pero todos ellos uniformes en estilo. Y eso es algo que agradezco cuando se trata de una recopilación de cuentos o relatos, que no tengan cambios agresivos en el estilo. Como último rasgo común, la originalidad. Todos con un punto fantástico, o casi más soñador que fantástico buscando atraer de este modo al lector a su mundo. Un libro cortito y ameno, para leer en un rato y mirar durante horas.
Los libros ilustrados cada vez ganan más espacio en librerías, bibliotecas y estantes caseros. Al menos en los míos, si me fijo, cada vez reclaman más territorio. Y vosotros, ¿sucumbís a los libros ilustrados?
Gracias
lunes, 4 de mayo de 2015
Distancia de rescate. Samanta Schweblin
"Son como gusanos.
¿Qué tipo de gusanos?
Como gusanos, en todas partes.
El chico es el que habla, me dice las palabras al oído. Yo soy la que pregunta. ¿Gusanos en el cuerpo?
Sí, en el cuerpo.
¿Gusanos de tierra?
No, otro tipo de gusanos."
Las lecturas llegan a nuestras manos de modos muy diferentes. En la red, uno recoge recomendaciones, ve personas con gustos afines, las sigue, comenta... a veces hasta se toma una caña. Este libro me lo regaló Sergio, librero, de los de verdad, lector, de los buenos y un montón de cosas más que se van descubriendo con el tiempo, las buenas. Hoy traigo a mi estantería virtual, Distancia de rescate.
Conocemos a Amanda, una mujer con una niña pequeña que se muda a un pueblo soleado y pequeño de Argentina. Allí conoce a Carla, una mujer marcada por un trágico suceso a su hijo, David, que marcó su vida. Poco sospechan entonces que la tragedia se cierne sobre ellas desde el momento en que se instalan en este remoto lugar.
Distancia de rescate es un relato largo o novela corta que apenas pasa de cien páginas. Sin embargo no es una lectura rápida, hay que hacerla de forma pausada, digerir lo que la autora nos cuenta. Articulada como una conversación ininterrumpida entre David, un niño que parece saberlo todo, y Amanda, un adulto que parece estar abriendo los ojos y tener mucho por descubrir, asistiremos a la reconstrucción, pregunta a pregunta, de lo sucedido en los últimos días en la vida de estas dos recién llegadas. Como constante una pregunta: ¿Qué es lo importante?, eso parece ser lo que realmente le importa a David, quien pregunta, y parece empeñado en que el lector y la mujer con la que habla descubran donde reside la verdadera importancia. Pero no la del relato, sino la de la vida. Y como marca, la "distancia de rescate". Y Schweblin nos explica algo que a los padres les resultará familiar: la distancia de rescate es esa que permite a la madre reaccionar a tiempo ante un peligro para poner a salvo a su hija, esa distancia que se vigila, se calibra y, a veces, se excede amparados en el "no va a pasar nada". Pero precisamente para explicarnos lo que pasa, existe su historia.
Una historia a dos niveles, escrita casi como un cuento y que consigue ir tensando al lector. Un accidente a un niño, un médico lejano, una curandera que habla de migrar un alma, una madre que vive angustiada por lo que sucedió... otra madre que llega al pueblo. Llega con una niña a la que vigila, un lugar desconocido, gentes diferentes, plantaciones, desconocidos... y una atmósfera que se va cargando mientras esta mujer calibra una y otra vez la distancia de rescate con su hija. A fin de cuentas, ¿qué es lo peor que puede pasarle a una persona? Tal vez por este camino nos encontremos con lo verdaderamente importante...
Por debajo de esta lectura, la de la tensión, hay otra en la que no se dan nombres, pero que es mucho más intranquilizadora. Una lectura en la que se denuncian cosas que son cotidianas en algunas zonas y que, expuestas directamente a la mirada del lector, consiguen estremecernos. Una historia tóxica, con caballos y perros y patos, una historia con dibujos colgados en paredes y con supersticiones que pasan por barreños de agua y muñecas atadas, de pueblos que saben y turistas que desconocen, y de consecuencias fatales a este desconocimiento. Una historia contaminada por el silencio de un dolor que no escuchamos, como si no existiera: pero que existe. Una historia de madres e hijos, y de amor y protección, y también de almas rotas en mitad del campo.
Y la suma de ambas se convierte en una gran lectura. De esas de las que uno no sale indemne, porque desde las primeras páginas ha establecido una relación con la forma de narrar de la autora, tan personal. No encontraremos en esta novela giros argumentales que nos dejen con la boca abierta, pero no hace falta para quedarse boquiabierto pensando en lo que nos relata. Y cerrar el libro, y fijarnos en la cubierta, y comprender las granadas. Comprenderlo todo. Y entonces, con el corazón aún encogido, recomendarlo a sabiendas de que un libro puede dar miedo sin ser de terror. Sobre todo si uno es padre. O madre.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
sábado, 2 de mayo de 2015
Entrevista a Marcelo Luján
Imagen: lecturalia |
Marcelo Luján nace en Buenos Aires en 1973. Lleva en Madrid desde 2001 donde ha trabajado como periodista y traductor. Parte de su obra ha sido seleccionada para campañas de fomento de la lectura y traducida a varios idiomas. En su haber se encuentran premios como el Santa Cruz de Tenerife, Ciudad Alcalá de Narrativa, Kutxa Ciudad de San Sebastián de Cuento en Castellano y Ciudad de Getafe de novela negra, así como la Segunda Mención en el Premio Clarín de Novela 2005.
- No es la primera vez que te centras en entornos reducidos en tus novelas, frente a otros autores que buscan las grandes urbes, junglas de personas. Y esta vez incluso más, ¿por qué experimentar con el mal dentro de la propia familia?
- Porque si el mal puede anidar en un entorno tan encriptado como es la familia, puede hacerlo en cualquier sitio. Y si puede hacerlo en cualquier sitio significa que todos estamos expuestos a él. Expuestos de un modo directo, quiero decir. Esta idea es inquietante y perturbadora: la familia, el núcleo más privado de nuestra existencia, la llamada primera institución, puede ser, también nuestro espacio de destrucción. ¿Dónde podríamos cobijarnos entonces?
- Uno de los personajes que más me han impactado es Mabel, portadora de secretos, ¿crees que las familias marcadas por secretos son más oscuras?
- Sí. Y creo, además. que la oscuridad de los secretos atenta contra el bienestar de las personas, incluso de su entorno (incluso sin saberlo). Porque Mabel sabe que nunca podrá librarse de su pasado, del punto tenebroso que vive en ese pasado suyo. Eso lo sabe, lo que no sabe es cómo interactuará ello en su presente. Puede ser que Subsuelo sea una novela sobre eso: sobre cómo el pasado modifica radical e inesperadamente las acciones del presente.
- Me ha llamado mucho la atención, y lo diré sin descubrir ese punto de la trama, cómo conviertes un acto que hubiera sido hermoso, en algo crucial, casi una puerta a la oscuridad, ¿todos los actos son susceptibles de volverse en nuestra contra?
- Por supuesto que todos los actos que realizamos pueden volverse en nuestra contra. Sin embargo, lo que hace Mabel en esa noche envenenada, en ese momento crucial de la historia, es un ejercicio de lucidez: decide, en un segundo, salvar el futuro de su hija sin importarle las consecuencias. Desde luego que es clave, para ello (otra vez), su pasado. Mabel es una mujer fuerte, cuya valentía la rescata de cualquier duda. No olvidemos que Mabel sabe muchas cosas pero sobre todo sabe que a nadie le importa dónde aparecen los muertos.
- Las hormigas son un símbolo constante en la novela, de hecho creo que tras leerte, no me gustan ni pizca. ?Puedes explicar un poco el simbolismo que les otorgas?
- Las hormigas de Subsuelo son, a todos los efectos, una suerte de oráculo que aparece antes de la desgracia. Como en las tragedias griegas en donde siempre existe una voz que advierte al héroe del mal, una voz extraña y misteriosa que desea impedir lo que nadie quiere que suceda nunca. Son una metáfora y son, también, la representación más fiel de lo que se mueve debajo de la realidad, del trabajo subterráneo que tarde o temprano emerge y acaba por imponerse.
- La novela tiene un ritmo constante que no flaquea en ningún momento. A veces, incluso, la imagen que proyectas se convierte en algo estático frente a la anticipación del narrador, ¿por qué elegiste esa forma de narración?
- En Subsuelo tomé varias decisiones narrativas importantes que determinaron (como muy pocas veces en cualquiera de mis otros libros) el ritmo, la forma, el tono y el estilo. Y no lo hice por motivos estilísticos u ornamentales. Lo hice porque consideré que era el único modo (o el mejor modo) de poder contar esa historia. Porque contar bien la historia que tenemos en la cabeza debe ser siempre lo más importante para un autor. Comunicarla del mejor modo, quiero decir. Y Subsuelo no sólo tiene pocos personajes sino que ocurre, además, en un entorno muy cerrado, sin interacción apenas con el resto del mundo. La figura excluyente de este particular narrador era clave para el desarrollo de la historia, y para la buena conexión entre texto y lector.
- ¿Cuánto tiempo se tarda en escribir una novela tan pulida como Subsuelo?
- No quiero ni pensarlo... Me costó muchísimo esfuerzo escribir ciertos pasajes del libro (por aquello de la forma narrativa, de la punción constante del narrador). Tal vez un año, no lo sé.
- Las etiquetas siempre se quedan cortas, tú escribes novela negra sin necesidad de que haya policías o investigadores de por medio, ¿cómo calificarías Subsuelo?
- Subsuelo es una novela muy negra pero poco policial. En cualquier caso, una novela negra debe ser, primero y ante todo, una novela.
- Las pasiones oscuras y el sexo son protagonistas también de tu historia, ¿por qué el sexo?
- Porque los mellizos son adolescentes (con las hormonas disparadas, claro está), y porque el sexo siempre es un motor en los seres humanos. Aún así, no es un elemento determinante en esta historia. Tal vez cobre relevancia (en esta historia) el hecho de que el sexo funcione perfectamente como una herramienta de dominación, de posesión, de poder sobre el otro. Es la variable de humillación, a través del sexo, la que juega sus cartas aquí: lo prohibido y lo oscuro, dentro de ese todo sexual.
- ¿Tienes ya alguna historia rondándote la cabeza?
- Siempre
- Y, finalmente, la pregunta obligada en este lugar. Me gustaría saber qué estás leyendo en este momento.
- Terminé en estos días una muy buena novela de Esteban Castromán titulada El Alud, y empecé otra de Diego Ameixeiras: Matarte lentamente. Entre tanto sigo con los cuentos de Aixa De la Cruz: Modelos animales.
Tengo que darle las gracias a Marcelo Luján por acercarse a este espacio y también a todos vosotros que os pasáis habitualmente por aquí.
Bibliografía:
- Subsuelo
- Moravia
- La mala espera
- El desvío
- Flores para Irene
- En algún cielo