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lunes, 14 de abril de 2025

Los ojos son la mejor parte. Monica Kim

 


     "Umma me dice que los ojos son la mejor parte. 

     La miro mientras se inclina sobre la mesa de la cena, su pelo oscuro bien recogido detrás de las orejas, sus dedos bien cuidados trabajando con agilidad y destreza en el pescado que tiene en la bandeja. Lo ha hecho tantas veces que podría hacerlo con los ojos cerrados. Primero, parte el pescado por la mitad, usando sus palillos de metal para abrir el cuerpo por arriba, donde la cabeza se une con las aletas dorsales, revelando una hilera de espinas diminutas, casi invisibles".

     La verdad, si vives en una zona pesquera hay al menos un par de cosas de este libro que te llaman la atención. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los ojos son la mejor parte.

     Conocemos a Ji-won. Después de que su padre abandonara a su madre ella ha sido la encargada de mantener el hogar en pie, lo que significa proteger a su hermana y cuidar a una madre que nunca he dejado de mirar la puerta. Y entonces un día su madre les explica que, según su cultura, comer los ojos del pescado cocinado trae buena suerte. Quizás su marido regrese si lo hace. Jo-won escucha con el estómago revuelto pero empujada por un sentimiento de lealtad y ayuda, come un ojo de pescado.  Esa noche es en la que Jo-won sueña por primera vez con comer ojos. Ojos azules que le obsesionan, que le parecen apetecibles, que cambian su forma de percibir las cosas... ojos como los de George, el nuevo novio de su madre.

     Monica Kim nos regala una novela que se inicia como un drama familiar enmarcado en una familia de inmigrantes que parecen negarse a abrir su entorno cultural a la sociedad que los ha recibido, para ir poco a poco volviéndose una experiencia divertida, incluso un poco espeluznante, en la que no descuida por un momento el humor y el sentimiento trágico de la vida. Y es que es precisamente ese humor negro el que engancha al lector que salta entre escenas francamente visuales que oscilan entre el canibalismo selectivo y las comparativas visuales. Llama la atención ese fetichismo cultural del norteamericano a lo asiático que convierte a un sector de la población en depredador en búsqueda de lo que el imaginario le ha dado en el porno. Y todas en esa familia conocen ese sentimiento incómodo ante determinados comentarios. Ji-won se fija, en esa suerte de sumisión que las diferencia de las mujeres norteamericanas.

     Y luego están los asesinatos, claro. Que son una parte vital de la novela y de la que no quiero hablar demasiado porque estamos ante uno de esos libros que no debéis dejar que nadie os descubra más que a medias. Así que respecto a este punto solo diré una cosa. Cuando muere la primera persona, es un hombre con ojos azules. Como los de George. Y no es George. aunque Ji-won no pueda evitar mirarle a los ojos. Al final es como si solo estuviera hablando con un par de ojos. Un par enorme y delicioso de ojos azules.

     Los ojos son la mejor parte es una novela sangrienta y provocadora que usa el humor para exponer la cosificación que sufren algunas mujeres y la forma en que a veces, ni siquiera saben que pueden enfrentarse a ello. Una novela que esconde muchísimo más de lo que aparenta.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 9 de abril de 2025

Otra vida por vivir. Theodor Kallifatides


 

     Escribir bonito es un arte más allá de escribir. Por eso me gusta Kallifatides, porque lo logra dando la impresión de ser algo natural. Hoy traigo a mi estantería virtual, Otra vida por vivir.

      Conocemos al autor, nacido en Grecia y emigrado a Suecia hace casi cuatro décadas. Allí es donde ha desarrollado su profesión y ha llevado su vida. Superados los setenta ampliamente se encuentra en un momento de bloqueo, ha perdido la ilusión y las ganas y eso le hace regresar a su país natal. Es ese momento en el que toda Europa miraba con preocupación hacia Grecia creyendo que la crisis económica tenía allí su mayor foco.

     Como decía al comienzo de esta entrada, estamos ante un libro hermoso. Kallifatides habla de sí mismo, de su salida de Grecia, que no es ni mejor ni peor que la de cualquier emigrante que busca una mejor vida en otro lugar. Él fue a Suecia donde formó una familia, escribió, disfrutó... pero al igual que también les sucede a muchos emigrantes, siempre sintió que le faltaba algo. Como si eso que llaman morriña en Galicia se le hubiera instalado sin nombre haciéndole notar que había dejado atrás una parte de él junto con sus orígenes. Y quizás por eso va perdiendo la ilusión y las ganas y finalmente decide regresar a esa otra vida. Aprovechando un premio en su pueblo se embarca en un regreso que llena de reflexiones, recuerdos, voces y amigos. El autor observa las diferencias entre lugares, reflexiona sobre la vida y lo hace, curiosamente, en griego. Como si eso también fuera una parte faltante, quizás por eso le dicen lenguaje materno y en realidad nunca terminamos de abandonarlo del todo por años que estemos sin usarlo. En el libro aparece un poco de todo, mirando atrás y al frente desde la sabiduría de toda una vida. El griego que vio como su país de acogida cerró fronteras a sus compatriotas; el escritor que se viene abajo al no poder escribir; el padre, el marido, el abuelo... todas esas personas son la voz múltiple de una sola que es la que toma la pluma en este breve libro. Qué es ser griego, qué es ser persona, qué es ser libre... todas estas reflexiones toman camino en un libro que no puedo dejar de recomendaros.

     Otra vida por vivir es un libro precioso que crece a medida que se avanza e invita a la reflexión. Pareciera que más que leerlo a Kallifatides en esta obra se le escucha.

     Y vosotros, ¿os fijáis en cómo están escritos los libros o sois más de argumento?

     Gracias.

lunes, 7 de abril de 2025

El tercer amor. Hiromi Kawakami




     "Hace tiempo. Pronunciar estas palabras me  hace sentir rara.
     Hace tiempo...
     ¿Qué significa eso en realidad?
     Ya no soy ni tan joven ni tan mayor.
     Hace tiempo. En ese preciso momento de mi vida podría referirse a unos pocos años antes, a mi nacimiento hace cuarenta o incluso a una época todavía más remota.
     Eso es. Hace tiempo me enamoré de un cierto hombre".

     Pese a que tengo una relación desigual con esta mujer, no me resisto a sus títulos. Hoy traigo a mi estantería virtual, El tercer amor.

     Conocemos a Riko, que es la narradora principal. Cuando la conocemos está enamorada de Naa-Chan. Aún está en la escuela y no es precisamente sociable, pero es el momento en el que conoce a Naa-Chan con quien la veremos casada. El problema es que Naa-Chan es terriblemente infiel y, por supuesto, Riko se entera de s sucesión de aventuras. No hablan del tema, pero se distancian convirtiéndose en una de esas parejas. Y entonces regresa a la vida de Riko el sr Takaoka. Y aquí viene el momento en el que lo que parecía una historia reflexiva de amor e infidelidad, cambia drásticamente.

     A Takaoka lo habíamos conocido como conserje de la escuela de Riko, solo que allí parecía mucho mayor que ahora, cuando reaparece con Riko adulta. Y comienzan a hablar de magia, sueños y viajes en el tiempo que, por supuesto, Riko realiza y en los que la acompañamos. Y empiezan sus vidas en sueños en las que adoptará diferentes personalidades que sirven a la autora para confeccionar una historia en la que Takana viaja también bajo otro nombre y se enamora de Riko en esta realidad alternativa situada en el periodo Edo. O tal vez se enamoran en una vida pasada o en otra dimensión muy parecida, pero su historia recuerda bastante a una de las de Naa-Chan. Para la segunda remesa de viajes, la Riko presente tiene un bebé y la que viaja al pasado se casa de forma precoz. Y la novela se complica, porque una vez más vive una historia que le recuerda a Naa-Chan y una vez más viaja Takaoka allí y entonces parece que Riko es consciente de las tres vidas.

     De algún modo Kawakami ha decidido mostrar la vida de una mujer o una pareja en tres momentos distintos. En ellas el lector ve el peso del amor, la infidelidad, los patrones que se repiten y las distintas formas de actuar de la esposa engañada. Momentos de reflexión en un hilo de vidas que se siente aleatorio y a la vez bien elegido pero que se desdibuja en una trama enmarañada que podía haber sido sensiblemente más sencilla. Donde otros novelistas eligen contar historias generacionales protagonizadas por mujeres, aquí se le dan a Riko tres vidas para aprenderse y también para quedarse con elementos de distintas épocas que quizás no debieron ser olvidados. 

     El tercer amor es una novela de construcción compleja que destaca por lo bonita que está escrita. Muchas gracias al traductor, Fernando Cordobés, por haber hecho tan buen trabajo.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 31 de marzo de 2025

Shy. Max Porter

 


     "No esperaba que la mochila pesara tanto. 
      La tarima lanza un quejido. 
      Lo comprueba de nuevo: el canuto encajado en diagonal dentro del paquete vacío de Embassy. 
      El control matutino se encuentra a medio sueño de distancia. 
      La habitación es suave y líquida. 
      Le tienta. 
      Nervios. 
      No esperaba que la mochila pesara tanto.
      Son las 3.13 de la mañana.
      Está llena de piedras, pues claro que pesa. 
      El sílex común tiene unos seiscientos millones de años de antigüedad, dijo Steve. 
      Punto de ruptura".

     Descubrí a Max Porter con El duelo es esa cosa con Alas y desde entonces le he sido fiel. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Shy.

     Conocemos a Shy, un adolescente que, desde los 13 años, ha decidido ponérselo difícil a todo el mundo. No ha matado a nadie, aunque hay que decir que una vez apuñaló un dedo. Más allá de eso, hizo casi de todo. Y claro, ha sido expulsado varias veces del centro escolar. Por eso acaba en Last Chance, un lugar que es lo que su nombre indica, un centro para rehabilitar a jóvenes especialmente problemáticos. Un sitio de mierda para el protagonista quien, al comenzar la novela, escapa. Y, a partir de ahí y de sus pensamientos, conocemos a Shy.

     Como ya sucede con más libros de Porter Shy es importante porque lo es la forma en la que está escrito, capaz de trascender el texto para alcanzar al lector. Asistimos a un torrente de palabras, casi una conciencia que habla de forma atropellada pero indudablemente hermosa. Poco importa lo que sucede en la novela, a eso Porter ya nos tiene acostumbrados, porque lo vital es quién aparece en ella. El joven violento capaz de llegar demasiado cerca del lector, el padrastro que no lo comprende o la madre doliente por el hijo que le ha salido son las bazas seguras sobre las que se apoya esta novela. Shy es un Holden Caulfield de este siglo con una voz cínica en manos de un escritor con fijación por lo irreal dentro del mundo, que desdibuja los contornos formando una suerte de sombras luminosas. 
      También asistimos al centro porque hay un reportaje que rápidamente catalogamos de buenerista cuando describe este lugar lleno de jóvenes que tienen ahí su última oportunidad para ser "alguien de provecho". Quizás por eso el protagonista se mueve haciendo equilibrios entre lo que se podría considerar un adolescente problemático y alguien definitivamente malo. O tal vez no haga equilibrios y sea directamente un futuro mal adulto al que el autor dota de la suficiente sensibilidad como para que seamos un poco condescendientes. Un poco como esos padres que no saben qué hacer porque para cuando se han dado cuenta ya es tarde.

     Shy es un libro especial, cargado de sentimientos que se trasladan al lector en forma de torrente de pensamientos que saltan por algún tipo de libre asociación personal que nos ayuda a comprender al protagonista. Hermoso y violento, es una experiencia de lectura. Como toda la obra de Max Porter.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.
     

lunes, 24 de marzo de 2025

Siete mentiras. Elizabeth Kay



     "—Y así es como la conquisté —dijo sonriendo. Se recostó en la silla, llevándose las manos a la nuca y ensanchando el pecho. ¡Siempre hablaba con tanta suficiencia! Su mirada pasó de mí al tonto que estaba sentado a mi lado, esperando una reacción. Quería ver aparecer una sonrisa en nuestra cara, sentir nuestra admiración, nuestro asombro. 
     Yo lo odiaba. Lo odiaba en un sentido bíblico, apasionado y total. Odiaba que repitiera esa historia cada vez que iba a cenar a su casa, todos los viernes por la noche. No importaba a quién llevara conmigo. No importaba con qué tarado estuviera saliendo en ese momento".

     Y como buscar la novela entretenida es todo un arte, hoy traigo a mi estantería virtual, Siete mentiras.

     Conocemos a Jane y a Marine, amigas desde los 11 años. Inseparables pese a sus diferencias, han sobrevivido al paso del tiempo y a problemas como la animadversión entre Jane y Charlie, la pareja de Marnie. Lo que sucede es que no hay amistad totalmente sincera y Jane mintió a su amiga. Solo que ahora Charlie ha muerto y Jane decide contar su historia.

    Al igual que sucede con otras novelas sobre confesiones numéricas, la novela se divide en siete partes, un por cada mentira, en las cuales la autora nos lleva hacia un desenlace que se va haciendo inevitable casi desde que comenzamos a leer. Después de estas siete partes nos enfrentamos a la verdad y a lo que sucedió después como broche de una historia original que se asienta en el ya viejo conocido narrador poco fiable que sigue el camino inverso: de la mentira a la verdad. Esto lo logra gracias a la primera persona que pone en boca de Jane su propia historia, no siempre conocida por su supuesta gran amiga. Para lograr la tensión no duda en desvelar la identidad del muerto en las primeras páginas dejándose llevar por una trama teatral que recuerda a las películas de aquellos años 50 americanos.

     Presenta a una Marinie más inocente, a veces irritable de leer, que parece vivir en su propio mundo mientras Jane domina la tensión psicológica de la historia con una presentación en la que presenta a charlie como un egocéntrico insoportable pero del que dice a su amiga que es la pareja perfecta para ella. Esta es la primera mentira y, como podréis suponer, la importancia de las mentiras va subiendo a medida que avanzamos la trama. Acierta por ejemplo en no presentar a Jane como una soltera amargada que vive de las migajas de la vida personal de su amiga, ya que la permite conocer el amor... aunque no como a ella le hubiera gustado. Jane se apoya en Marnie, su ancla a una realidad complicada que se desvanece cuando un hombre pasa a ocupar el lugar de su amiga. Por eso vemos el resentimiento en la voz narrativa. Sin ser una novela original, la trama es rápida y uno pasa el rato sin darse cuenta víctima de las maquinaciones de Jane hasta llegar a una parte final demasiado teatralizada para mi gusto que estropea una historia, en otro caso, más que recomendable.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.


miércoles, 19 de marzo de 2025

El hombre de los dados. Luke Rhinehart




     "Soy un hombre alto, con manos de carnicero, muslos como robles, cabeza de grandes mandíbulas y gafas de culo de vaso. Mido un metro noventa y tres centímetros y peso ciento cuatro kilos. Me parezco a Clark Kent, excepto por el hecho de que cuando me quito el traje apenas soy un poco más rápido que mi mujer, solo soy un poco más fuerte que los hombres que tienen la mitad de mi tamaño y porque, dé los saltos que dé, ni de lejos salto edificios".

     Puede que la cubierta me parezca horrorosa, pero el argumento me intrigó tanto que me lo traje a casa. hoy traigo a mi estantería virtual, El hombre de los dados.

     Conocemos a Luke Rhinehart un psiquiatra con una vida sosa que le lleva al más absoluto tedio. Vivía en Nueva York y tenía rutinas, amigos, hobbies... y pensamientos intrusivos que iban muchas veces encaminados a animar a sus pacientes a que hicieran cosas horribles en lugar de a tratarlos para que no pensaran esas atrocidades. Y entonces encuentra un dado. Un día cualquiera de esos que uno cena y tiene que recoger pero en realidad piensa que le gustaría estar haciendo otra cosa. Y, casi seguro que por aburrimiento, le pregunta al dado dejando una posibilidad mucho más pequeña para hacer lo que quiere que para seguir la rutina (vamos, no pongáis esa cara que, quien más quien menos, todos hemos jugado a eso de "si el próximo coche que pasa es rojo..." y decíamos blanco cuando queríamos hacer lo que fuera que dejábamos al azar). El caso es que salió que hiciera lo que deseaba. Y Rhinehart decide entonces que consultará al dado dejando que decida entre seis opciones, de conservadora a arriesgada, sobre el devenir de su vida.

          Puede parecer que con lo que os he contado he destripado la novela, pero realmente solo he contado la parte banal, luego la historia se retuerce hasta entrelazarse con una realidad demasiado posible como para ser pasada por alto. De hecho esta novela, que ya tiene tiempo publicada aunque destino la traiga a las librerías ahora, se convirtió durante años en una suerte de secreto a voces entre los lectores que se preguntaban si el protagonista era el autor y realmente existía y estaba relatando sus memorias. Hoy tenemos internet y una breve investigación nos descubre que tras este nombre se encuentra George Cockcroft, que ha escrito más libros pero no se leen tanto, que la novela no ha llegado al cine pero se ha intentado muchas veces y que el autor no sale mucho o, al menos, no se le recuerda ver en la calle y menos aún en actos públicos. La novela alcanzó el éxito de fuera a dentro, se ha editado y reeditado y hoy en día se considera de culto y hay, por épocas más o menos personas, que afirman haber tomado las decisiones más importantes de su vida en función de este juego.

     Pero lo verdaderamente intranquilizador, lo transgresor de la lectura, es que en el juego hay que seguir las clásicas normas que dicen que hay que hacer lo que digan los dados, que hay que elegir con cuidado las opciones a poner entre aquellas que pensamos, no sirve cualquier cosa, y que entre todas ellas siempre hay que incluir algo que no se haría. Y ahora pensemos... si hay algo que jamás haríamos y somos sinceros, sin trampas... ¿realmente nos estamos liberando de los convencionalismos o simplemente nos estamos atando a otros? si el dado no incluye solo cosas que queremos pero no nos atrevemos, si realmente vamos jugando y subiendo intensidad hasta poner aquello que jamás estaríamos dispuestos a hacer, ¿cuánto miedo nos daría tirar ese dado? Pues de eso es de lo que trata realmente esta novela.

     El hombre de los dados es una novela intranquilizadora con voluntad de hacer reflexionar al lector y obligarlo a mirar al menos un poco a los lugares oscuros que no se quieren ver. Un juego de ficciones demasiado real que he disfrutado.

     Y vosotros, ¿alguna vez habéis dicho eso de: si el próximo coche que pasa es...?

     Gracias.

lunes, 17 de marzo de 2025

Sociópata. Patric Gagne

 


     "Siempre que le pregunto a mi madre si se acuerda de la vez que en segundo de primaria le clavé un lápiz en la cabeza a una niña, su respuesta es la misma: 
     —Tengo un vago recuerdo. 
     La creo, porque una gran parte de los recuerdos de mi primera infancia son vagos. Hay algunas cosas que recuerdo con claridad absoluta. Como el olor de los árboles del Parque Nacional Redwood y nuestra casa en la colina cerca del centro de San Francisco. Cuánto me gustaba aquella casa. Todavía me acuerdo de los cuarenta y tres escalones que subían de la planta baja a mi habitación en la quinta planta y de las sillas del comedor a las que me subía para robar cristales de la lámpara de araña. En cambio, otras cosas no las tengo tan claras. Como cuándo fue la primera vez que me colé en casa de mis vecinos cuando no estaban. O de dónde saqué el medallón con una «L» grabada".

     Tenía muchas ganas de leer este libro, así que he aprovechado el frío del fin de semana y hoy traigo a mi estantería virtual, Sociópata.

     Conozcamos a Cagne, una psicóloga especializada en el tratamiento de personas con trastornos relacionados con la sociopatía. Un campo muy específico que eligió después de saber que ella misma lo era. Por eso recuerda su vida y como, desde niña, nunca tuvo esa capacidad de relación y empatía que tienen los demás. Esto le daba problemas no solo a la hora de establecer relaciones normales, también en su relación con la autoridad. Ahora ya adulta, una de las grandes cosas que tiene que agradecer es una pareja con la paciencia necesaria como para enseñarla a amar. Y es que Cagne explica que el sociópata y el psicópata son personas diferentes ya que los primeros pueden aprender a relacionarse y sentir, aunque a un ritmo diferente y de una forma decididamente distinta a la de la población sana normal. Porque son enfermos.

     Para comprender la inmensidad de esta novela hay que entender en primer lugar que estamos hablando de unas memorias. Es decir, es un libro escrito por una persona enferma que tiene el mismo trastorno del que habla. Eso es importante ya que aporta un significado nuevo a la lectura porque se trataría de una narración sincera en la que la narradora no tiene mayor interés en caer bien o quedar bien con el lector. Es egocéntrica, exagerada y incluso llegaremos a dudar de que lo que nos cuenta sucediera realmente así. Pero va en el pack. No tiene ningún tipo de interés en nuestra opinión. Dice, por ejemplo, que desde niña se dio cuenta de que necesitaba fingir emociones para parecer normal a los demás niños y no ser señalada, y aunque la leemos viendo su fracaso en este punto, no se nos ocurre pensar en cuánto de lo que nos cuenta es fingido para justificar aquello de lo que nos pretende convencer. Y aún así nos cae regular, casi mal. De hecho, cuando avanzamos, vemos que no tiene problema en decir que miente, que ha mentido muchas veces, que siempre lo hizo. Y eso hace que nos planteemos si no miente en la novela solo porque ese sería el camino más rápido para que se hablase de ella, la novela, cumpliendo la necesidad que dice que hay de hablar de la sociopatía desde una forma más útil y personal. Defiende que ser sociópata no es ser mala persona, que ni siquiera tiene por qué ser algo malo, ya que se rigen por sus propias normas para seguir adelante como pueden e intentar comportarse como personas normales en un % altísimo de los casos.

     El libro tiene anécdotas llamativas en las que los adultos se paralizan ante la narradora niña y sus actos y el lector siente la dramatización sin tener del todo claro qué terreno está pisando. Solo ve lo poco que importa su opinión. Vemos la incomprensión del mundo y también la lucha por ser normal, por parecerlo en realidad, que tiene la narradora antes distintas pulsiones que aprende a controlar de manera moderada. De eso trata en realidad esta historia, de que el lector vea su estigma y su lucha. He dicho varias veces novela donde hablo de memorias pero es porque uno se pregunta muchas cosas a lo largo de la novela. Empezando por en qué momento tiene recuerdos tan exactos del pasado en los que parece ser una heroína que no ha pedido ese puesto. O por sus logros. Son, en fin, unas cuantas cosas. Y entonces es cuando yo os lo recuerdo: lo ha escrito una persona enferma. Tal vez, solo tal vez, forme parte de la historia que lo haya escrito así.

     Sociópata me ha parecido un ejercicio interesante y atractivo sobre el crecimiento y la llegada a la edad adulta de una persona con claros problemas de relación. Lo he disfrutado.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 10 de marzo de 2025

La tormenta. Ragnar Jonasson

 



     "«Fin.» 
     Erla dejó el libro a un lado, se recostó en el viejo sillón raído e inspiró hondo".

     La hora de la verdad, dice el subtítulo y por eso quizás he esperado menos que nunca para leer el desenlace de Hulda. Hoy traigo a mi estantería virtual, La Tormenta.

     Como ya sucede con las anteriores entregas de cualquiera de sus series, Jonasson destaca por su escritura impecable tanto como por dotar a sus protagonistas de historias personales complejas que se adueñan de la serie tanto como las tramas policiacas que las acompañan. Y en este caso a quien hemos ido conociendo es a Hulda.
     En la tormenta Hulda ha vuelto al trabajo tras una licencia por motivos personales. En este caso se encuentran dos cuerpos en una granja remota que Hulda tiene que investigar llevando al lector al tiempo justamente anterior a la muerte de las víctimas. Y es que estamos en un caso anterior lo que hace que si a uno le apetece pueda empezar por aquí y viajar a Islandia en los años 80, un lugar frío, oscuro y, en el caso de la granja de Erla y Einar, aislado. Por eso les sorprende tanto que llamen a su puerta. Porque nadie llega a su casa si no tiene un motivo. Erla está convencida y tiene miedo, pero Einar opta por dejarlo entrar... 

     Jonasson fiel a su estilo se basa más en la tensión psicológica que en la sangre. Sus libros son policíacos pero el lector es capaz de sentir el miedo de sus personajes, de dejarse llevar por una sensación de fatalidad mientras la trama se va retorciendo, que convierte a la lectura en una experiencia muy gratificante... y perturbadora. Y después está Hulda, que es un misterio. siempre hay un lado en su pasado que no llegamos a ver y que ahora, al mirar atrás en el tiempo, tenemos la esperanza de conocer. Hulda era una mujer marcada con un carácter que aquí está ya bien definido aunque mucho menos domesticado, y esta mujer joven nos va a mostrar quien es encajando las últimas piezas de un puzzle que la convertirán en un personaje inolvidable. Supongo que al autor no le daba más de sí, o se cansó o simplemente no quiso estirar, como hacen otros, la vida útil de su protagonista. Pero yo la voy a echar de menos. De eso no me cabe ninguna duda.

     La tormenta es un libro que he disfrutado y que me ha permitido cerrar una trilogía con la sensación de haber hecho un buen viaje.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 3 de marzo de 2025

Felices como asesinos. Gordon Burn




     Basado en un hecho real. 

      Los asesinos en serie son espeluznantes, aterradores, sociópatas que muchas veces se disfrazan de normalidad. Los asesinos en serie ocupan las páginas de los diarios, las noticias, horas y horas de series, libros y películas y documentales. Pero, sobre todo, los asesinos en serie existen. Hoy traigo a mi estantería virtual, Felices como asesinos. 

     Conocemos a Fred y Rosemary West. Este matrimonio ya había sido denunciado en su día por la canguro que trabajaba en su casa, pero ahora han aparecido restos humanos en su jardín. Son los huesos de su hija Heather. Por si fuera poco, cuando la policía excava comienzan a aparecer huesos de otras mujeres, parece que ocho.¿Quienes son Fred y Rosemary?

     Me acerqué a este libro por la comparación constante con "A sangre fría" uno de mis libros favoritos. Sin embargo, más allá de una supuesta investigación basada en unos asesinatos reales, poco o nada tiene que ver un libro con otro; si acaso que ambos tienen letras. "A sangre fría es una investigación exhaustiva mientras que "Felices como asesinos" entra peligrosamente en el terreno de la ficción ya que, en primer lugar, hay mucho agradecimiento, pero poca fuente citada. Además de eso, se acerca peligrosamente al terror tanto por la crudeza de las escenas de sexo y muerte o agresión que representa el autor, como por el tono utilizado en ellas. Incluso basado en la ausencia de sujeto al que dirigirse o de verbo, cae en un tono y unas formas a ratos erráticas que consiguen poner los pelos de punta a cualquier lector empeñado en meterse en la cabeza de este escalofriante matrimonio. 
      Lo que hace el autor es retroceder para intentar desnudar a Fred y Rosemary. Sabemos que encuentran huesos, sabemos que ya fueron denunciados y también conocemos sus finales, peses a que, a mi modo de ver hay una duda que no se satisface o, al menos a mi, no me ha dejado las cosas tan claras como me hubiera gustado. 

      Una de las cosas que más asustan de este tipo de casos reales es, por encima de lo terrible de sus actos, la facilidad con la que han pasado desapercibidos durante años pese a que hayan desaparecido mujeres relacionadas con su entorno. Es esa suerte de vulnerabilidad que despierta en cualquier lector, lo que hace que la novela se vuelva intranquilizadora desde las primeras páginas y será la crudeza con la que avance la que la haga no apta para estómagos sensibles. Uno se pregunta si no vivimos en una época de pornografía, en la que todo se exhibe hasta el tuétano y la pornografía menos porno es aquella con la que relacionamos en primer lugar la palabra: es decir, la sexual. 

      El libro en su conjunto funciona, ya que decir que un relato así ha gustado ralla con el dilema moral, sin embargo es difícil abstraerse a los fallos comentados en el tono y las formas, así como el referido al desenlace relacionado con Rosemary. Recomendarlo en este caso es un riesgo, ya depende de cada uno, de su interés, curiosidad, estómago y capacidad para dormir tranquilo. Yo, en mi caso, no me arrepiento de haberlo leído. 

      En cuanto a las modas ahora tengo curiosidad por saber si habrá serie.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

miércoles, 26 de febrero de 2025

Los oficiantes. Steven Rowley

 

     "Era el astronauta de una película: su misión le había llevado a un planeta en un lugar remoto del sistema solar: Saturno, tal vez Neptuno. Se había ido para una temporada (tres años, quizá cinco) un tiempo significativo, pero limitado), y, de alguna manera, todas las personas a las que Jordan Vargas conocía en la Tierra habían vivido una vida entera mientras él estaba en el espacio".

     Tras leer The Editor tenía curiosidad por Steven Rowley. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Los oficiantes.

     Conocemos a los Jordan, Naomi, Craig y Marielle. Cinco amigos que forjan su amistad mientras son estudiantes en Berkeley. Y digo cinco porque falta Alec, que murió de sobredosis antes de la graduación. Pasan los años, a fin de cuentas el libro abarca unas tres décadas, y solo los Jordan son cercanos, al menos hasta que cualquiera de ellos solicita su funeral en vida. Cuando eso pasa, se tienen que reunir.

     No es este el primer libro que trata el tema de los funerales en vida, una forma oriental que se ha ido exportando al mundo de hacer que la gente recapitule y recuerde las cosas importantes que tiene y, con ellas, las ganas de vivir. En este caso los amigos han llegado al acuerdo de hacer piña en caso de que uno de ellos necesite un funeral de los mentados. El grupo de Rowley son personas más o menos acomodadas que no tienen mayor problema en hacer una pausa en sus vidas adultas para acudir al llamamiento, algo en lo que el autor no se entretiene demasiado porque de eso no es de lo que va la historia. El grupo ha crecido con el paso del tiempo, no en número de miembros, solo en años y experiencias, y se han visto ocasionalmente para cumplir su pacto, se reunieron ante un matrimonio roto, un fallecimiento... y ahí es donde comenzamos a ver que la amistad es un gran eje central en esta novela. Las personas crecen, maduran, y con ellas sus vidas se complican sin que eso signifique que uno a veces no se quede mirando en el espejo pensando; ¿y ese adulto soy yo? porque de algún modo, siendo joven, creyó que jamás cumpliría años y que nada podría sucederle.

     El libro trata temas complicados; hay una enfermedad terminal, abusos, muerte, drogas... sin que ello signifique que el lector se enfrente a una experiencia triste y aterradora. La novela avanza de forma tranquila, se mueve en el espacio y en el tiempo hasta alojarse cerca del corazón del lector mientras su autor permite que un fino humor sobrevuele la historia para permitirnos respirar. A fin de cuentas, la muerte es el personaje que no respira en la novela: una muerte dio la idea de los funerales y ahora la posible muerte de Jordan es la que hace que su marido le inste a activar la reunión, una en la que además sucederá algo diferente, pero esto no lo voy a contar.

     Los oficiantes es una novela humana protagonizada por personajes críticos que no siempre nos van a caer simpáticos. Pero precisamente eso es lo vital: no es necesario apreciarlos, ni siquiera comprenderlos, para ver el valor que tiene esta unión que les permite recordarse que no están solos. La vida es algo valioso, y las personas que nos rodean más. Decirle a la gente lo que tiene, lo que son para nosotros, es algo que olvidamos hasta que es demasiado tarde. ¿De qué sirve poner en un ramo tus amigos no te olvidan si en vida parece que lo hicieron? En la novela de Rowley, ninguno de estos amigos dejará la Tierra sin saber que era amado. Palabra de autor.

     Ahora que están de moda los cantos pintados os diré que a mi me ha encantado la estética de esta cubierta. Y es que reconozco que soy un tanto superficial. Y vosotros, ¿os fijáis en la cuerta de los libros?

     Gracias.

lunes, 24 de febrero de 2025

Los niños de Himmler. Caroline de Mulder

 


     El tema de las maternidades nazis, mucho menos trillado que el de los campos de concentración y los experimentos médicos, me ha resultado siempre llamativo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los niños de Himmler.

     Viajamos a 1944 a un Lebensborn en la campiña bávara. Allí la autora nos presenta a René, una joven embarazada de un soldado; Helga, la encargada del lugar y Marek el hombre que escapa de Dachau, se esconde y cuya única obsesión es comer.

     En este caso y pese a que la novela es imposible que sea ajena a la guerra, estamos ante una novela en la que lo vital son los personajes y sus situaciones personales. La psicología de los personajes está trabajada hasta llegar a la médula para exponérsela así el lector y Renée, de entre ellos, lo hace en todo su triste y miserable esplendor. Ella es la extranjera embarazada de un soldado, la repudiada por su familia y abandonada por el padre de su hijo, es víctima de guerra, del amor en el que creyó, de la hostilidad y el aislamiento y también de la repudia tanto por sus actos como por el propio idioma que le es ajeno en este lugar. Marek es quizás quien lleva una vida más sencilla pese a las penurias. Irá con la cabeza gacha y sentirá necesidad de acercarse, pero a fin de cuentas, ya solo tiene que cumplir con lo que se le ordena. Helga en cambio lo tiene más difícil en ese punto, ya que sus órdenes le hacen actuar como un robot que estrangula su vida personal aunque sus propios razonamientos sean contradictorios. No admite por ejemplo a mujeres embarazadas de hijos ilegítimos pero a la vez regenta un lugar que premio a las infidelidades masculinas de buenos hombres arios que vayan a engendrar perfectos especímenes de raza.. Y, por encima de todos ellos, están los niños. Esa especie de granja en la que se fabricaban pequeños arios que solo eran importantes por el producto dispuesto a salir al mercado a casas de arios de buena raza que terminaran de incluirlos en ese nuevo orden social con el que hitler soñó. Niños que no eran otra cosa que productos adiestrados a no molestar, descartados si no cumplían con los mínimos requeridos. Niños que en muchos casos ya estaban pensados como futuros soldados que iban a morir, no había espacio para los sentimientos.

     Este es el mundo que Caroline muestra de forma prístima y con una prosa que no es ajena a lo visual dejando una parte final que se siente como un punto intermedio entre el círculo poético y la catársis de una tragedia que se intenta ocultar pese a que hoy sabemos que proliferaron este tipo de "guarderías". La novela busca que el lector no olvide jamás el lugar en el que se encuentra. Diferencia los pequeños tesoros arios de las simples máquinas de incubar, que tienen que sentirse orgullosas de lo que hacen como si no significara que son esclavas de la función otorgada por la naturaleza a su cuerpo.

     Los niños de Himmler es brutal en muchos momentos. La autora intenta no emitir juicios dejando que sea el lector quien se encargue de ello en una novela estremecedora que se lee, a grandes ratos, como un documental en el que el lector es capad de escuchar a sus personajes.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 12 de febrero de 2025

Victorian Psycho. Virginia Feito


 

     "Estamos a principios de otoño, el frío no se ha hecho esperar y dentro de tres meses todos los habitantes de esta casa estarán muertos."

     Tengo que reconocer que, si bien la primera novela de la autora me gustó, no se alineaba en absoluto con lo que había prometido la promo, así que, comprendedme, cuando salió la segunda, tenía que probar. Hoy traigo a mi estantería virtual, Victorian Psycho.

      Conocemos a Winifred, institutriz, cuando llega a Ensor House para cuidar de los niños. Y conocemos a los niños, Drusilla la joven que vive enfadada, y Andrew el niño estirado. Y, por supuesto, conocemos también a sus padres en un formato bastante básico de marido se deja caer a la institutriz y esposa se molesta. Winifred viene del caos que ha ido sembrando y, por lo que parece, promete sembrar el caos también aquí. Y esta, es su historia.

     Para aquellos que recuerden a la señora March de su primera novela, tengo que decirles que Winifred es su dr Hyde. Y, seamos sinceros, tampoco es que March fuera una santa. Winifred es, sin lugar a dudas, una pequeña genialidad. Es mala, pero mala en un punto en el que la autora no va a buscar justificar su maldad diciendo lo terrible que ha sido su vida. Que sí, ha podido serlo en algunos momentos y tal vez nos los cuente, pero no lo hace para lograr que empaticemos. Para eso está su sentido del humor. Winifred está desatada, psicótica y estrictamente formal. Si hay que opinar sobre una zona, decir que parece más difícil de incendiar que su alojamiento anterior, le parece un buenísimo punto comparativo. Pero es que además a esta mujer le gusta lamer, masticar carne y, por supuesto, los niños gordos. 
     Si llegáis esperando algo victoriano al uso, podéis seguir caminando. La autora ya da un aviso en el título Victorian Psycho en un claro guiño al Patrick Bateman de American Psycho y su protagonista, al igual que él, es narcisista, explicativa y ajena a cualquier tipo de sentimientos, lo que hace que el lector se mueva entre el estupor y la risa ante lo absurdo de algunos de sus comentarios que, pronto aprende, son totalmente veraces. Y en mitad de todo esto, hay una reunión familiar de esas que se celebran en determinados momentos.  Y, recordando a Patrick Bateman, el lector se pregunta si no estaría mejor leyendo la novela con uno de esos impermeables que venden para subir a las atracciones de agua en los parques de atracciones. Algo que, cuando piensa, le parece terriblemente divertido, porque es para que la sangre no le salpique y además eso ya lo hizo Bateman (Patrick otra vez). De lo que no es consciente es de que eso pasa por su cabeza porque Winifred ya se ha metido en ella. Y no piensa salir.

     Victorian Psycho es una novela terriblemente divertida. Exagerada hasta lo grotesco, hacía mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien.

     Yo muchas veces me río mientras estoy leyendo. Y vosotros, ¿cuál es el último libro con el que se os escapó una carcajada?

     Gracias.

lunes, 10 de febrero de 2025

Sueños de bronce. Camilla Läckberg

 


     "Desde su suite en el Grand Hotel, Faye observaba la bahía. En los muelles frente al palacio real, pululaban pequeños grupos de paseantes ligeros de ropa. Se apoyó la mano sobre el pecho y sintió el corazón palpitante. ¿Alguna vez se le había acelerado tanto? 
     Cuando llamaron a la puerta, se sobresaltó. 
     —¡¿Quién es?! — gritó. 
     La voz que le respondió fue tan débil que no pudo reconocerla. 
     La necesidad de volver a preguntar agudizó su ansiedad. 
     —Alice — repitió una voz familiar, y Faye suspiró".

     Vaya por delante que no es mi serie favorita de la autora, me quedo con la del hipnotista, pero no me gusta dejar series a medias. Hoy traigo a mi estantería virtual, Sueños de bronce.

     SPOILERS DE LOS DOS ANTERIORES.

     Vaya por delante que odio los spoilers y es la primera vez que tengo que poner esto en una reseña, pero es que en este caso destripa el argumento todo lo sucedido antes. Así que si has leído los anteriores, no los vas a leer o te da igual, adelante bajo tu responsabilidad.

     Ya los conocemos a todos y ahora sabemos que Jack, el exmarido de Faye, está muerto. El peligro en este momento es el padre de Faye que huyó de la cárcel y amenaza la vida de su hija, la de su familia y la de su éxito. Faye cree que su padre colabora con una importante red criminal que le proporciona acceso y medios para matarla. Es cuestión de detenerlo antes de que la alcance.

     La autora retoma desde la anterior y, por si acaso, hace un rápido viaje por todo lo sucedido. Faye tiene una empresa de gran éxito para mujeres empoderadas, que choca con su gusto extremo por la estética y con que sea de maquillaje de nombres efectivamente simplistas, se ha hecho millonaria como sus amigas, ayuda a todas las mujeres y además es letal. Le gusta el sexo, empoderada... representa ese cliché habitual en las novelas de los años 90 de yuppie que ahora se traslada al género femenino para gusto o disgusto de los lectores. En este caso, y de ahí mi aviso de spoiler, pronto nos recuerdan que la hija de faye no murió que ella hizo que acusaran a su marido de su muerte, y está escondida en Italia con su abuela. ¿Por qué nos lo cuentan? Pues porque es a donde se dirige el padre de Faye para hacer el mayor daño posible. Y es que no siempre se puede conservar la inocencia del lector recién llegado, sobre todo cuando se trata de dar continuidad lineal total a una trama común.
     En este caso la autora opta por regalar una novela de acción en la que Faye entra en prisión, y esta parte me la guardo porque, evidentemente, en la novela suceden muchas cosas que hay que dejar ocultas para que las descubran los lectores. Läckberg construye una novela en la que busca el espectáculo más que la credibilidad, volvemos a las modas de los años noventa, y deja a una protagonista preparada para todo y para todo momento y lugar, que parece tener la palabra precisa y se siente más como un superhéroe que como una persona real. Y aquí ya es cuestión de cada lector: si lo que te gusta son las persecuciones, golpes, disparos y el puro espectáculo, es más que probable que te sientas muy a gusto en esta novela. Si vas en cambio a pensar en por qué o en cómo... no es para ti.

     Sueños de bronce es el cierre a la trilogía de Faye en el que la autora ha optado por el espectáculo.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 3 de febrero de 2025

Orbital. Samantha Harvey


     "Girando en torno a la Tierra en su nave espacial se sienten tan unidos, y tan solos, que incluso sus pensamientos, sus mitologías íntimas, confluyen a veces. Tienen de vez en cuando los mismos sueños. Sueñan con fractales y esferas azules, y con rostros conocidos abismados en la oscuridad, y con el negro brillante y energético del espacio que azota sus sentidos. El espacio en crudo es una pantera, indómita y primaria; en sus sueños se les aparece merodeando por sus aposentos. Están suspendidos en sus sacos de dormir. A un palmo de distancia, al otro lado de la piel de metal, se extiende el universo en sencillas eternidades".

      El Booker tiene la mala costumbre de dejarme grandes lecturas, como La historia de Shuggie Bain, así que, pese a las opiniones encontradas, al final no he podido resistirme. Hoy traigo a mi estantería virtual, Orbital.

     Conocemos a Pietro, Chie, Shaun, Nell, Roman y Anton. Todos ellos son astronautas y cada uno tiene su misión particular, además de las rutinas propias de la nave como anotar sus cefaleas. Se encuentran en una órbita cercana, en la que van a pasar 6 meses. Y en esa órbita, en la estación espacial, dan 16 vueltas diarias al planeta Tierra. La novela nos acercará uno de esos días.

     Y básicamente, eso es todo. 16 vueltas, 16 capítulos, 6 tripulantes y una gran capacidad de observación y reflexión es lo que ha ganado este año el Booker. Si me sorprendió pensar que había ganado una novela de género, realmente no debería de haberlo hecho ya que no es tal. La Tierra es fascinante, la miran mucho, nos explican lo que ven... con un tono de extasiada maravilla. Los astronautas se cuidan, no solo observan, también hacen ejercicios, hablan y tienen sus propias historias. Pero sobre todo, lo que a la autora parece importarle, es que tienen ojos y por dónde mirar. Las nacionalidades no dan tanto juego como yo esperaba, seamos sinceros, uno ve que hay dos rusos y espera una trama que sea más que mirar por una ventana u otra, pero parece que esto es lo único que le importa a la autora. Si esperabas conocer más a los personajes, no has elegido la novela correcta.

     La novela, cortita para lo que estamos acostumbrados, está trabajada hasta tener una prosa con brillo, casi poética, hasta cierto punto agotadora. Cuando uno lleva la mitad del libro ya tiene claro que lo que ven es bonito, que les gusta, que hay barcos, líneas de luces, fenómenos que se aprecian desde la distancia e incluso ondas de radio. Lo que cuesta es aceptar que todos sean tan elevados. Por eso el libro me ha resultado agotador.

     Orbital me ha resultado agotador.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 27 de enero de 2025

El libro de las puertas. Gareth Brown


      "En Kellner Books, en el Upper East Side de Nueva York, pocos minutos antes de su muerte, John Webber estaba leyendo El conde de Montecristo. Se encontraba sentado a su mesa de siempre, en el centro de la librería, con el abrigo bien doblado sobre el respaldo de la silla y la novela apoyada en la mesa que tenía delante. Se detuvo un momento para beber un sorbo de café, cerró el libro y colocó un suave marcapáginas de cuero en el lugar correspondiente. 
     —¿Cómo está, señor Webber? —preguntó Cassie mientras se movía por la tienda con una pila de libros bajo el brazo. 
     Era tarde y el señor Webber era el único cliente. 
     —Viejo, cansado y cayéndome a pedazos —respondió como hacía cada vez que la joven le preguntaba cómo le iba—. Pero, por lo demás, no puedo quejarme".

     Creo que he visto este libro durante semanas en las librerías sin terminar de animarme a comprarlo, pero al final caí. Hoy traigo a mi estantería virtual, El libro de las puertas.

     Conocemos a Cassie, quien trabaja en una librería bastante tranquila donde tiene trato con los clientes habituales. Uno de estos clientes, un peculiar anciano, fallece y le deja un libro muy especial, uno con el que cualquier puerta que uno recuerde, puede ser abierta. Y así, Cassie y su amiga Izzy, emprenden una aventura que hubiera sido algo maravilloso de no ser porque existen más libros mágicos, con poderes distintos en el mundo y, como no, alguien quiere tenerlos todos. Así que la aventura se vuelve peligrosa y las chicas tienen que buscar a una persona que las ayude.

     Sí, yo también vi The Lost Room y este libro me la ha recordado en muchos momentos, pero con libros. Supongo que eso le ha quitado encanto. El caso es que el autor nos presenta a Cassie y la convierte en el personaje perfecto para enamorar; huérfana, simpática, empática y un poco imperfecta para no pasarse, pero de la forma adecuada "dejemos que se equivoque por egoísta, ¿quién no lo haría?"... vamos, el pack completo. Y, puestos a concebir un libro, coloquemos a un viejo excéntrico y bibliotecario que sepa mucho y se esconda porque sabe precisamente mucho. Y ahora añadamos unos malos, algunos malos malísimos, viajes en el tiempo, un poco de fantasía y algo de sentimentalismo, y ya tenemos el libro en las manos. Con estos ingredientes Brown escribe una novela en la que no todo terminó de cuajarme, pero a la que reconozco su punto de originalidad. Hay, además, que tener en cuenta que es su debut, lo que hace que todo esto gane mérito pese a que una empieza a estar un tanto cansada de libros sobre libros que no siempre son lo que parecen. En este caso, me hubiera gustado que desarrollase el origen de estos libros mágicos, que se mojara más en la parte original y menos en lo típico de "cuidado si vas al pasado no vayas a cambiar el presente", porque eso ya me lo sé y, sobre todo, si no terminas de dominar el tema. 
En cuanto a los personajes, he sentido que les faltaba vida, o al libro la capacidad de dársela con el pulso de escritura. Veo las escenas de acción, veo la intriga, veo sentimientos, pero no he notado nada. Es como leer con un cristal que no te permite sentir a los personajes, y eso en un libro es una gran falta para mi ya que me cuesta mucho perdonar la indiferencia. Si me paro a pensarlo, supongo que ese es uno de los motivos por los que sentí que la lectura iba de más a menos, como si llegase con las miras altas y no estuviera a la altura de lo esperado.... solo que yo no sabía qué esperar cuando lo empecé.

     El libro de las puertas es una novela entretenida que casi he sentido como juvenil de una forma candorosa. No he conectado con esta lectura, pero, como siempre digo, lo mío es una simple opinión y este seguro que es el libro perfecto para muchos lectores.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 22 de enero de 2025

La gárgola. Andrew Davidson

 


     Hoy es el día correcto para decir que soy una lectora superficial que compra libros por su cubierta. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La gárgola.

     En la novela que hoy traigo un narrador sin nombre nos cuenta su historia. Este hombre, con varios defectos más que nada un tanto vicioso, sufre un terrible accidente que le provoca quemaduras y lo lleva a la unidad de quemados de un hospital. Allí descubre que ha sido desfigurado para siempre, su vida, tal y como la conocía, ha terminado. Decidido a suicidarse cuando reciba el alta, este hombre se cruza en el hospital con una mujer llamada Marianne Engel, una mujer que dice haber nacido en Alemania en el s XIV. La mujer le dirá que estuvieron enamorados en ese momento y que lo ha estado esperando desde entonces. Marianne le irá contando la historia de sus vidas, sus ocupaciones, la forma en que se conocieron y enamoraron... El narrador cree que está posiblemente loca, él no comprende bien qué sucede pero no puede ser cierto. Y aún así se siente bien con ella. Se enamora.

     Esta novela me tuvo desorientada durante gran parte de su camino. Imaginad, un pornógrafo que se emborracha y se despecha de una forma cinematográfica que parece totalmente teatralizada. Y entonces comienza la vida hospitalaria, los tratamientos, la recuperación, la angustia y la novela arranca. El futuro suicida se cruza con una mujer cuyo embrujo de Sherezade contando historias abarca épocas, viajes y criaturas llevándole a una historia de amor entre una monja y un soldado con el que el narrador tiene un curioso paralelismo. Todo un tanto esquizofrénico para una novela que venden como una gran historia de amor. ¿Lo hay? Por supuesto que lo hay, aunque tal vez no como el que alguien esperaría de una historia que se vende bajo ese epígrafe. Y sin embargo es apasionante, a ratos absurda y otros tremendamente detallada. 

      Es una novela de la que cuesta despegarse. Uno se ve absorbido por su rocambolesca historia tanto como el protagonista lo hace por la extraña mujer. Es fascinante en su composición, tiene un sentido del humor no siempre comprensible y busca la complicidad del lector curioso que se deja llevar. Por supuesto tiene un punto de ese terror que se cuela bajo la piel cuando uno piensa en la vida que le espera a un narrador condenado, pero es más el absurdo de lo inabarcable convertido en texto lúdico lo que hace que la lectura de La Gárgola sea inolvidable. Porque, esto no lo he dicho aún, pero Marianne talla gárgolas que saca de la piedra que las tenía cautivas.

    He disfrutado mucho de la lectura de La Gárgola, como solo se hace con los libros diferentes que aportan algo nuevo que no se encuentra en ningún otro. Y solo por eso, ya os lo recomiendo.

      Decidme una cosa, ¿sois de los que hoy buscaréis Alas de Onix?

     Gracias.


lunes, 20 de enero de 2025

La cartera. Francesca Giannone


     "—¡La cartera ha muerto! 
     La noticia se propagó como un relámpago a través de cada calle y callejón del pueblo. 
     —Pues al final sí que ha estirado la pata —comentó doña Carmela, asomando la cabeza por la puerta con aspecto somnoliento. 
     El cerco negruzco de rímel del día anterior se le había quedado pegado en las arrugas de debajo de los ojos. 
     —¡Descanse en paz! —replicó la vecina de enfrente vestida con una bata, y se santiguó".

     Tras haber leído esta novela en V.O. fue un gusto ver que llegaba a nuestro país. Hoy traigo a mi estantería virtual, La cartera.

     Conocemos a Anna, inspirada muy en el fondo en la primera cartera de Salento y bisabuela de la autora, cuando llega a Lizzanello con su marido, Carlo. en realidad para Carlo es una vuelta a casa pero Anna es del norte y, en los años 30, las diferencias norte y sur y los prejuicios hacia el que será su nuevo hogar, eran algo bastante común, y la joven se siente fuera de casa. Anna es decididamente diferente, incluso comienza a trabajar como cartera, algo inaudito en una mujer, y eso llama la atención de todos. Pero sobre todo de Antonio, hermano de Carlo que, pese a tener su propia familia, no puede evitar enamorarse de Anna incluso sabiendo que no tiene ninguna oportunidad.

     La novela sigue varios clichés de la época que dejan una novela amable con ciertos extremos que realmente no son muy novedosos. Anna es perfecta y particularmente hermosa, eso unido a que apenas entiende el dialecto que se habla en esta zona perdida del sur, la convierten en "la extranjera" sin fecha de adaptación. Un lugar en el que las mujeres son amas de casa y viven del chisme, pone la diana en la espalda de la forastera que, además, se postula para un puesto de trabajo de hombres escandalizando a todos al hacerlo. Ella siguió a su marido que, además, la aisló, y saca en ese gesto todo su carácter revolucionario y sus ansias de libertad, convirtiéndose en una heroína no reconocida en un país que se revuelve con una guerra a puertas. Porque el escenario vital es importante, solo así se comprende como un gesto olvidado, que fue el de muchas mujeres al romper convencionalismos y barreras, se convierte en algo vital en un momento en el que ni siquiera las de su género entendían la importancia que tuvo.

     Anna no es particularmente simpática, y eso es algo que me ha gustado particularmente. La novela no está escrita en un tono que busque convertirla en un ser maravilloso. El afán de la autora en ensalzarla la coloca en un punto de mira similar al que relata en el pueblo y eso hace a su vez que Anna trascienda las páginas de la novela. Juzgamos duramente a los malos, pero muchas veces tampoco se persona a quien es diferente, quien sobresale. Anna lee, solo Antonio la comprende, pero quizás él solo lo haga por esos sentimientos que se manifiestan sin exhibirse. Y entonces algo pasa y la empezamos a adorar.

     La cartera es la historia de los caminos que recorre la protagonista de forma literal y figurada en un mundo cambiante bajo sus pies. Una novela que me ha gustado leer.

     Y vosotros, ¿Con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 15 de enero de 2025

La Herencia. Helene Flood

 


     "Justo antes de que lleguen, enciendo todas las velas. Las de la mesa del comedor, las del aparador, las del estante. Me tomo mi tiempo. Supongo que quiero mostrarles algo, con tanta vela encendida, aunque estemos en junio y fuera todavía haya claridad. Que no tengo miedo, tal vez".

     Vamos con un poquito de best seller para cuando solo queremos desconectar del mundo. Hoy traigo a mi estantería virtual, La Herencia.

     Conocemos a Evy cuando vive en su casa, viuda. La historia aquí es la casa, siempre un eje central de su vida con Erling, su marido. Ella se casó enamorada y la casa es una herencia familiar que le ha hecho sentir una intrusa durante muchos años. Ahora un infarto la ha convertido en viuda y sus problemas de memoria en una vieja desorientada, aunque no tanto como para ser tratada como una niña por sus hijos. En realidad, el problema es que algo no termina de encajar, es como una sombra que se le escapa pero está segura de ello.

     En un momento en el que los narradores poco fiables ya no son una sorpresa, Helene Flood nos regala una historia articulada en torno a uno que juega con el miedo a la demencia y el olvido de una forma que hace que el lector no sepa si tener recelo o pena de su protagonista. Y eso hacía mucho que no me pasaba, porque los lectores nos vamos resabiando. En La herencia, Evy se descubre viuda pero, peor, aún, descubre que no conoce realmente a sus hijos. Todos parecen haberle ocultado cosas importantes "por su bien", todos se amparan en no preocuparla para hacer lo que les viene en gana o hablar con su padre sin ella delante. Y su marido tampoco le contaba las cosas. Por si fuera poco ahora ha aparecido un compañero de su marido al que apenas recuerda.  Y es que Evy tiene un problema con su memoria que debería de empezar a preocuparle, salvo que no lo hace. Muchas veces olvidar nos salva del recuerdo y Flood sabe llevar este punto con un buen pulso para entretener al lector.

     Es evidente, la novela empieza con olor a humo, que pasa algo más allá de una viuda que vive en casa cuyos hijos parecen pensar que está mejor en una residencia. Y es bastante evidente en alguno de sus puntos lo que está sucediendo, pero Flood no naufraga a la hora de llevar la historia a término y tengo que decir que me divertí mucho con ella. No es una novela policiaca, no hay un crimen o una desaparición, en realidad es una historia en la que la niebla de Evy empieza a disiparse y vamos descubriendo, o anticipándonos, lo que le ha sucedido. Y no voy a decir más, porque cualquier mínimo detalle os puede poner sobre aviso.

     Decir que hay que dar un margen para que la historia arranque, para entender que es una historia sobre la cabeza de Evy y dejarse llevar por ella. Si esperáis otra cosa, aquí no es. Pero si os animáis puedo confirmar que La Herencia es muy entretenido.

     Y vosotros, ¿os acercáis a este tipo de libros de puro entretenimiento?

     Gracias.

lunes, 13 de enero de 2025

La librería perdida. Evie Woods

 


     "Un buen cuento siempre comienza con una taza de té".

     Y aquí estamos, con otro libro que tiene como eje una librería. Pero bien podría ser una biblioteca, un secreto entre libros o un escritor o lector. No tenemos remedio y nos sentimos atraídos por libros sobre libros. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La librería perdida.

     Conocemos a una joven que escapa de los planes trazados por su hermano, que incluyen la consabida boda, huyendo a París, donde trabaja en una librería. En otro hilo, esta vez presente, será Martha quien escape de un matrimonio encontrando empleo en una casa junto a una librería, lo que la lleva a conocer a Henry, que está buscando un libro.

     La sinopsis nos habla de una librería en Dublín que está esperando a ser encontrada para hacerte descubrir que eres el protagonista de tu historia. O algo así. Pongo esta vez ese punto porque ahí se ve que la magia va a formar parte de la historia, y también va a ser uno de sus fallos puesto que no está bien desarrollado. Aún así estamos ante una novela que es un homenaje a los títulos que aparecen representados de forma directa o escondidos como si fueran una nota al margen, en pequeños detalles. No puede dejar de aludir a la famosa librera, Sylvia Beach, ni a tantos escritores como aparecen citados a los que llegamos a conocer mejor que a los propios protagonistas de la novela, que muchas veces quedan opacados por el brillo literario del entorno que se les creó pese a que la autora realiza un buen trabajo de voces. Sin embargo, lo que podría haber sido una gran historia, se siente poco trabajado. Henry no parece corresponderse con el papel que representa y es que, para ser un estudiante de doctorado que busca un manuscrito de Emily Brönte, carece de comportamientos básicos y se siente en él un desfase temporal que irá arrastrando toda la novela. No es el único problema en una historia en la que se siente un peso excesivo del romance, unos personajes marcados por líneas demasiado rígidas y un tono general que hace que parezca una historia escrita a mediados del siglo pasado.

     Supongo que a estas alturas muchos estaréis pensando que no aprendo y que vuelvo una y otra vez a caer en este tipo de temáticas, pero es que en el fondo siempre encuentro un punto que disfrutar, aunque sea el amor compartido por los libros con sus protagonistas o el ver asomar algún detalle literario aunque sea en una esquina.

     La librería perdida es una novela amable a la que se le podía haber sacado mucho más partido.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.