domingo, 22 de mayo de 2011

Cuentos en verso para niños perversos Roald Dahl


     Hoy he descubierto un libro infantil, que no suelo leer. Además poesía, que tampoco... Pero este hombre merece la pena ser descubierto. Y esta visión escrita a modo de poema veloz de los clásicos cuentos de Cenicienta o Caperucita roja no dejan indiferente a ningún lector, por adulto que sea. Y, ¿Qué decir de Ricitos de oro? una niña a la que acusa casi de delincuencia tergiversando los datos sin apenas mover el argumento hasta hacernos reir a todos. Pasamos por príncipes histéricos que decapitan hermanastras, caperucitas encorsetadas con dagas escondidas y cerditos a la brasa.
Este verso lo dice todo..
"¡Si ya nos la sabemos de memoria!",
diréis. Y, sin embargo, de esta historia
tenéis una versión falsificada,
rosada, tonta, cursi, azucarada,
      Quién no conoce Charlie y la fábrica de chocolate, James y el melocotón gigante, Matilda, Las brujas... de este fantástico autor, o sus contribuciones al cine en otras tantas obras que todos hemos visto en múltiples ocasiones. Si, al igual que yo, habéis pasado una parte de vuestra infancia en compañía de sus personajes, no podéis dejar pasar la ocasión de ver su lado de la realidad de los clásicos.
      Gracias

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