sábado, 2 de mayo de 2020

Crónica



     Durante estas semanas he optado por parar el blog, pese a que tuve algún momento errático en el que incluí alguna entrada porque me resulta imposible estar sin leer. Sin embargo, entendía que de poco sirve recomendar un libro cuando todas las librerías estaban cerradas. Ya sé que uno podía pedir un libro, pero a mi no me terminaba de convencer eso de hacer salir a una persona mientras yo me quedaba en mi casa por precaución. Con el tiempo he visto que ese miedo a poner en riesgo a nadie se ha ido perdiendo y que repartidores y palomas eran los habitantes más comunes de las ciudades. Así que me atrincheré en mi casa tras hacer una compra como para alimentar a todo marte, recogí mis libros pendientes y los que quise comprar el día A, y me dispuse a pasar dos semanas que se han convertido en cuarenta y tantos días.
     En este tiempo en el que las noticias culturales pasaban muchos días por una sección similar a las necrológicas he podido ver que mucha gente se rasgaba la camisa pidiendo que el libro, ese alimento para el alma tan importante, fuera considerado tan necesario como el pan. Queda muy bonito marcarnos como un país intelectual lleno de lectores. Es más, hubo unos días en los que no había videoconferencia sin librería al fondo. Yo me imaginaba esa casa en la que vivían dos o tres personas, con móvil todos ellos, esperando turno para colocarse ante la librería igual que hace unos años se esperaba ante el único teléfono fijo del domicilio. Pero sigamos con los libros... La gente parecía necesitar leer en las redes, en twitter lo reclamaban (curiosamente, tres mensajes después, o tal vez antes lo mismo da, algunas de estas personas se lamentaban de no poder concentrarse para leer mientras recomendaban tal o cual serie de alguna plataforma) hasta que los libreros empezaron a explicar que no tenían muchas ganas de exponerse a un contagio y que tampoco tenía mucha lógica abrir cuando la población estaba confinada. Los libros, en fin, esos polémicos objetos. La trama avanza, como tiene que ser, y los lectores reclaman ambas cosas. Ahora queremos que el libro sea el pan del alma pero también queremos cuidar a nuestros libreros y vamos todos a apoyar a las librerías cuando salgamos (que algún librero me diga el apoyo de junio, cuando pase el mes) y así fue como pasamos de querer llenar las redes de cultura para ponerlas bonitas a organizar un apagón cultural para que se fastidien. Véase aquí que efectivamente leer aporta madurez y sensatez. Las editoriales, que también existen, comenzaron con iniciativas culturales que iban de abaratar libros o incluso ponerlos gratis en su versión digital, cosa que algunos vieron como regalar (genios ellos ya que era gratis) o bajar el valor de algo tan importante, hasta donar una parte del precio a la librería en la que lo hubieras comprado. Iniciativas a montones y cada una con sus quejas, porque si la grande puede y yo no, que si ponen esto de este modo porque se aprovechan de, que si el niño no me come y que si la abuela fuma. El culebrón nos tenía en un sin vivir. Los críticos no criticaban y las páginas culturales se llenaban de planes para el confinamiento que, a su vez, contenían museos y obras de teatro clásico y películas de cine europeo porque todas estas cosas son, como bien sabemos, el top del entretenimiento. ¿Y qué pasa con los escritores, dónde están? Pues en casa, claro. Ya lo vimos a medida que empezaron los directos (yo he llegado a pensar que los directos de instagram eran como la réplica de un terremoto pero aplicado a la pandemia) en los que nos hablaban de sus libro, nos recomendaban otros y nos daban su opinión sobre la pandemia. Ahí hubo una segunda división: ahora escribo porque cuando lo hago es como estar confinado y Dios mío, quién puede escribir así. También dieron su opinión sobre el tema porque escribir parece que faculta para dar opiniones con más sentido, como también lo hace, por ejemplo, ser un famoso futbolista. Lo que nadie les preguntaba era qué iba a pasar con sus novelas paradas, sus ingresos detenidos y su situación sin fecha a la vista. Y si se preguntaba era de esa forma en la que incluyo que tengo ganas de leerte, no con interés por el bienestar. Una pena, podría uno pensar, pero uno resulta que es lector.

    Y, entre todas estas cosas, el lector también ha sido olvidado y su disponibilidad económica ya no contemos. ¡Ayudemos a este, al otro y al de la moto! ¡Venga, compremos libros que son el pan del alma! Y oye, que sí que vale, pero que habrá que comprar pan. Del de siempre, digo.
   Y ahora, ¿qué nos queda ahora? Pues ahora parece que todo el engranaje literario se ha puesto en marcha, ya hay fechas y catálogos nuevos. Ahora toca que los que querían librerías abiertas cumplan y que quienes hablaban de buenos libros los publiquen. Porque la mejor manera de atraer a un lector, es con un buen título, y es más fácil matar a un alma lectora por intoxicación que por inanición. Y respecto a esto.... ya hablaremos.

     Gracias.

     PD: Aunque nadie me pague, esta no crónica seguirá no vayan a pensar nuestros queridos recomendadores, por ejemplo, que su silencio ha provocado que nos olvidemos de ellos.

11 comentarios:

Dorothy dijo... [Responder]

La cosa es quejarse. Haga lo que haga alguien, alguien se quejará. Porque no le parece bien o porque tiene espíritu de contradicción. No me creo que ningún lector de los de verdad no tuviera en su casa decenas de libros, como mínimo, pendientes de leer. Así que no entiendo ese enfado, pero bueno. Además, creo que sí, que tendremos que recurrir a ese stock de libros pendientes durante un tiempo, en vista de cómo se están quedando nuestras economías.

Un besazo.

Maru dijo... [Responder]

Hola, alguna razón tendrás para no nombrar la lectura digital. Últimamente es lo que utilizo, así la pequeña biblioteca que está en el salón ya no crece, eso me apena, pero también es cierto que vivo en la creencia de que esto aliviará la tala de árboles, no sé, yo con esa intención lo hago. Ahora tengo una biblioteca digital y la encuentro estupenda también además de que leo mucho más pues el precio de los libros estaba disparado. Un saludo.

CHARO dijo... [Responder]

Pues esperaré la segunda parte de esta crónica.Besicos

Narayani dijo... [Responder]

Yo he hecho todo lo contrario con el blog, ahora tengo más tiempo y soy más constante con las entradas. Me apetece.

En mi caso, cuando tomo nota de una recomendación, muy rara vez me acerco a una librería o biblioteca para hacerme con un ejemplar. Intento no comprar libros siempre que salgo, si no que lo hago en momentos puntuales (Feria del libro, por ejemplo, que aprovecho para comprar muchos libros que llevo apuntando durante todo el año). Por eso no creo que la labor de los blogs sea menor ahora, aunque es completamente lícito que no te apetezca escribir y/o publicar estos días.

En cuanto a ir a las librerías en cuanto se pueda salir de casa, pienso igual que tú, ojalá todas las personas que han dicho que van a ir a comprar lo hagan, pero las dos sabemos que no será así...

Besos, guapa. Y ánimo. :)

AMALIA dijo... [Responder]

Un placer leer tu escrito.
La literatura es gratificante.
Incluso pedí un libro vía online a El Corte Inglés."El infinito en un junco", de Irene Vallejo. Una gran compañía esta lectura para estos días.
Un beso.

Librero de Urgencia dijo... [Responder]

Todos decimos que es bueno leer, y todos tratamos de favorecer la lectura. Pero, la verdad, es que leer es un poco como hacer deporte: a todo el mundo le haría bien, todos hablan de hacerlo, queda bien subir fotos o algo a redes sociales, pero sólo un pequeño grupo lo practica en serio.

Mientras tanto, los que amamos la lectura hacemos bien en mantener nuestros esfuerzos, con o sin twitteros de ocasión, políticos oportunistas y pandemias del carajo, creo.

Un saludo afectuoso.

Goizeder Lamariano Martín dijo... [Responder]

Genial crónica, veremos las consecuencias que toda esta crisis sanitaria trae al mundo del libro: editoriales, librerías, escritores... El último día que estaban abiertas las bibliotecas nos trajimos para casa 11 libros, que hace ya muchos días que los leímos, y hemos aprovechado para leer libros digitales y de papel que teníamos pendientes y para comprar alguno digital. Muchos besos.

Shorby dijo... [Responder]

Por mi parte, he leído exactamente lo mismo... lo que me está dando es más pereza reseñar, pero en eso voy por rachas.

A ver si es verdad y se pone en marcha todo poco a poco, que aún nos queda.

Besotes

buhoevanescente dijo... [Responder]

Que no nos falten ni los libros ni tu blog!!!!!👏👏👏👏👏👏😚

Hojas de Alisio dijo... [Responder]

Si todo lo ocurrido hace que escribas así...que se repita de nuevo, por favor !!! ;-)

María Tibu dijo... [Responder]

Muy buenas intenciones en todo moldes de inyeccion de plastico