"La noche que veo morir a Athena Liu, estamos celebrando su acuerdo televisivo con Netflix".
No se juzga un libro por su cubierta pero este llama la atención por dentro y por fuera. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Amarilla.
Conocemos a June Hayward, una aspirante a escritora que no superó su primera prueba al fracasar con su primera novela. Una historia como la de tantos que trabajan para llegar a las librerías, pelean con editoriales y escritores y, finalmente, fracasan. Para ahondar en su amargura, una de sus compañeras y amiga ocasional Athena-Liu, logra el éxito. Athena es hermosa, exótica y un genio literario. Y encima es amable con June, cualidades que por separado pueden hacer a alguien más o menos simpático pero, todas unidas, lo llegan a convertir en una persona odiosa para quien tiene el ego frágil. Y entonces, una noche, Athena invita a June a su casa tras tomar unas copas, siguen bebiendo, y Athena muere. Oh, vamos, ya sé lo que estáis pensando: es una novela negra y June la culpable y blablabla... Pero no. Athena muere de forma fortuita. Lo que pasa es que en su casa se encuentra el manuscrito que nadie conoce de su nueva novela y June lo roba... lo firma y lo publica en su lugar.
June abraza el éxito de una epopeya bélica que narra el destino de los más de cien mil trabajadores chinos reclutados para la Gran Guerra, reescribiendo y trabajando la obra hasta fingir creer que es suya. Aunque en el fondo sabe que no lo es. Y rastrea las redes para encontrar lo que dicen de ella por miedo a ser descubierta. Y es que Amarilla habla de la literatura y enfrenta a la autora a las redes con sus seguidores, falsos admiradores que se acercan solo por lo que puedan conseguir y también los haters que se lanzan al cuello con mayor o menor fortuna en sus acusaciones inventadas. June es, nosotros lo sabemos, una impostora. Pero además es una impostora blanca que habla de la cultura china, por lo que se levanta la polémica sobre si su novela se nutre de una apropiación cultural que, además, blanquea. Y todo ello con una narradora brillante que, lejos de justificarse, relata lo que le ha sucedido sin intentar convencernos de que lo que hizo está bien.
Una de las cosas que me llamaron la atención fue que la sátira de la novela se extendía hasta el título ya que alude a uno de los conflictos centrales del libro, aludiendo a ella de una forma irreverente, siendo esta voz el éxito de la novela por encima de una historia que ya ha sido contada como telón de fondo en otras ocasiones. No es la primera vez que leo a Kuang, tiene un estilo propio. En esta ocasión hace suyo el concepto del narrador poco fiable para llevar esa falta de fiabilidad al personaje que representa June, al que deja quedar al descubierto ante el lector en cada frase un poco elaborada que dice para justificar su situación. La crítica existe, sí. A la industria, al mundo literario, las redes, los medios y, también, a los propios escritores.
Amarilla es una buena novela. Incluso brillante. Y esta sí ha sido escrita por Kuang.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
5 comentarios:
Pues me dejas con mucha curiosidad por esta novela, que no conocía. Esta semana estoy con Paraíso, de Abdulrazak Gurnah.
Besotes!!!
Hola! Leí este libro hace poco y me fascinó. Hice una reseña en mi blog incluso. Tienes mucha razón en que la crítica está presente en todas partes.
Muchas gracias por compartir! Un saludo ♥
Muy interesante el argumento, y sí, mola la cubierta, y aunque no se juzgue un libro por, pues yo también me hubiese acercado a este.
Yo estoy con Manual del contorsionista, besos.
A mí me pareció francamente floja. Ya me había decepcionado Babel que todo el mundo decía que era lo más y a mí me pareció que tenía una idea interesante pero bastante mal ejecutada.
Pues aquí tres cuartos de lo mismo.
Está claro que Kuang tira de experiencia personal e incluso hay partes de la novela que son una clara venganza contra sus detractores, el problema es que sus detractores tienen buena parte de razón.
La novela parte de una situación bastante inverosímil (ningún escritor hoy en día va a tener una única copia de su novela) pero bueno podemos aceptar que Kuang necesita esa idea excéntrica para partir, pero es que luego toca muchas teclas sin profundizar en ninguna, desde el plagio, la apropiación cultural (aquí el debate está totalmente viciado porque la novela es un plagio con lo cual no hay ningún debate sobre la legitimidad, debate muy norteamericano porque en Europa un autor tiene la legitimidad para escribir sobre lo que le de la gana sin ser cuestionado más allá de los resultados obtenidos), los lectores de sensibilidad (tema en lo que las visiones también difieren considerablemente de un lado al otro del charco y basta ver la que se montó en el Goncourt de este año con este tema), y el mercado editorial en general (incluyendo en enfoque racial y la exposición en redes).
Pero la novela acaba derivando hacia una especie de thriller con toques de terror (que no funciona en ninguno de los dos géneros)
Kuang ha vuelto a estar de moda por lo que pasó en los últimos Hugos donde Babel no fue nominada (a pesar de ser una de las favoritas) por decisión del jurado que no quería cabrear al gobierno chino.
Si ya tuvo mucha repercusión su primera trilogía (La guerra de la amapola) con Babel y Amarilla se ha hartado de vender así que me da que tenemos Kuang para rato. Aunque tengo la impresión de que de un momento a otro le va a pasar como a Sally Rooney y la crítica dejará de ser tan extremadamente generosa con ella
Me llama la atención por el debate. Lástima que en los comentarios vea que se trata superficialmente. Lo leeré algún día, pero bajaré mis expectativas.
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