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miércoles, 16 de marzo de 2022

Los nombres prestados. Alexis Ravelo

 


     "El perro surgió del bosque y se plantó en el camino.
     El chico también se detuvo.
     Pasaron unos segundos en los que no ocurrió nada. Después, el perro abrió la boca y contrajo los carrillos hasta mostrar los dientes".

     Llevo muchos años leyendo a Ravelo como para saber que sus novelas son más de lo que parecen, por eso le sigo título a título. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los nombres prestados.

     Conocemos a Roco, el perro de la portada. El perrazo manso y negro, que nos dice la novela. Solo que Roco... no siempre ha sido Roco. No podía ser de otra manera ya que comparte esa característica con el resto de protagonistas de la novela. Incluso con la ubicación, que nos dice el autor que no existe (Nidocuervo) pero sí el país en el que se desarrollan. Allí viven una mujer y su hijo discapacitado, que llegaron al pueblo y poco a poco se han hecho un hueco. Y allí llega el dueño de Roco también, y conoce el pueblo, a la mujer, al niño y se sienta en el porche por las noches a observar. La mujer también observa todo, pero desde el porque de su mirada.

     Primera página de la novela: "lambucear". 
     Sonrío porque es Ravelo y siempre deja palabras que uno desconoce, el rastro de un trabajo que no siempre se aprecia. Y continúo la lectura sabiendo que piso terreno seguro.

     La última novela de Alexis Ravelo es un juego magistral de identidades que se extienden desde la tierra que pisan los personajes hasta sus propios nombres y que no perdona siquiera al género literario al que se supone que se acoge la historia. Una historia que trata del pasado y de las segundas oportunidades en las que las personas buscan redimirse por pecados propios o ajenos que, por avatares de la vida, han dejado de poder justificarse a sí mismos. Un lugar remoto con ecos de McCarthy, una tierra que el lector pinta más árida que el autor y el peso de su propia historia colocada sobre los hombros de los protagonistas, son los mimbres sobre los que se alza Los nombres prestados. Una historia solvente que se dirige con paso firme hasta un final más intuido que deseado y que el autor encara sin permitir que le tiemble el pulso porque sabe que no podría suceder de otra manera. Porque no se permiten debilidades en Nidocuervo, y ahora pensaréis que todo es bronco y duro y yo tengo que deciros que la ternura no es una debilidad: es una motivación, un impulso, un cambio o una necesidad de permanencia, pero no una debilidad. También eso he aprendido con este western de corazones solitarios que luchan por recordar que tienen que seguir latiendo. Personajes que viven a la sombra de su propio pasado temiendo, con la certeza de quienes saben que todo llega, que ese pasado les alcance cuando menos se lo esperan. Y que se acabe la calma, y que estalle la violencia.

     Todo esto es Los nombres prestados, revestido de la palabra precisa y acompañado de un niño y un perro. Y, por supuesto, la recomiendo. Porque se publica mucho, pero no todos los días se puede recomendar un buen libro. Hoy lo hago.

     Y vosotros, cuál es el último título que habéis recomendado?

     Gracias.

jueves, 15 de junio de 2017

Los milagros prohibidos. Alexis Ravelo


     "Pues no sé yo decirle por qué los llevamos tan lejos, donde a Moisés se le cayeron las tablas de la ley. Eusebio, el Manoabierta, dijo que teníamos que ir a Fuencaliente y hasta allá nos llegamos. Así de simple."

     Así empieza la última novela de Alexis Ravelo, un escritor que ha sabido pasar por distintos géneros y estilos. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los milagros prohibidos.

     Nos situamos en el año 1936, Semana Roja, isla de La Palma. Allí conocemos a Agustín, un hombre que ha tenido que huir y que añora a su esposa Emilia, de quien está enamorado. También conocemos a Floro, el Hurón, un falangista enamorado de Emilia que decide aprovechar la situación para vengarse de Agustín por ser él quien la consiguiera.

     Con este argumento, y pese a que muchos nos llevamos las manos a la cabeza cuando intuimos la Guerra Civil en una novela, juega Ravelo a construir su última historia. Una historia en la que la Guerra es importante, pero solo como excusa para sacar lo peor y lo mejor de las personas, en la que tiene el acierto de mostrar como se utilizó el conflicto para sacar venganzas y rencores en muchos entornos. Y por eso, lo que nos deja es una historia de amor, por hacer un resumen rápido, que se ve acompañada de buenos figurantes, como la madre del propio Hurón, y vestida con una serie de episodios testimoniales para cargar de dramatismo los hechos relatados.
     Cabe destacar, una vez más, el uso de personajes llanos, los sobrenombres, la cercanía que busca en cada una de sus historias, como si el principal objetivo del autor fuera recoger las historias de la calle. Y también el cuidado a la hora de elegir las palabras, utilizando los coloquialismos y vocablos que mejor le combinan a cada personaje, lugar y época, usándolos de este modo, como un añadido a la ambientación de la novela.

     Me ha resultado curioso como, pese a tener todos su papel definido en la historia, no hay buenos reales ni malos absolutos. O si los hay, solo que el autor decide no emitir juicios de valor anticipados, y dar un poco de luz a esos esqueletos de armario que la mayor parte de las personas guardan celosamente y que son proporcionados por la vida sin que podamos evitarlo. Eso hace que, por ejemplo y con el permiso de Agustín, el Hurón se alce como el gran personaje de esta novela, junto con un secundario llamado Juan que daría para un buen rato de reflexión sobre ideas, ideales, momentos y vida. Todo ellos hace que, pese a tener que colgarle el cartel de novela histórica, y sabiendo que no me gusten las etiquetas porque acotan dejando fuera muchas partes de un libro, sean en este caso los personajes lo importante, y la historia en sí, un accesorio casi secundario. Reconozco que, en mi caso, quizás me hubiera gustado más un final un tanto diferente, menos efectista, pero es un buen remate para una historia que sirve tanto para quienes ya conocíamos las letras del autor, como para quienes buscan un título como primer acercamiento. Y sí, efectivamente, es una novela sobre la Guerra Civil, solo que tal vez, o al menos en mi caso, nos queden algunas cosas por saber sobre ese periodo histórico no tan lejano de nuestro país.

     Los milagros prohibidos es una novela francamente entretenida, que viene a engrosas la trayectoria de un escritor que se ha hecho un hueco en los estantes a golpe de letra.

     Y vosotros, si os digo Guerra Civil, ¿cuál es vuestra literaria reacción?

     Gracias.

viernes, 23 de enero de 2015

Las flores no sangran. Alexis Ravelo



     "Ahora que las cosas se van aclarando, ahora que todos losmuertos tienen nombre y él comienza a entender cómo, por qué y, sobre todo, quién mató a todos, Serrano se pregunta algo que nadie le ha pedido que averigüe y que no acabará constando en los expedientes. Es una pregunta personal. No se la hace como policía, sino como ser humano, como hombre de casi cincuenta años que desea entender de dónde sale toda esta violencia, cómo es posible que la gente llegue a hacerse las cosas que se hace. Por eso quiere averiguar cuándo comenzó realmente todo esto, porque no acaba de creerse que toda esta matanza haya empezado, en realidad, con el secuestro."

     Que el auge de la novela negra es más que una moda, queda demostrado por el tiempo que lleva ganando lectores. Y que dentro de nuestras fronteras cada vez aparecen más nombres a tener en cuenta es un hecho, Uno de esos nombres es Alexis Ravelo, como así lo demuestra los reconocimientos que lleva recibiendo en los últimos meses. Por eso, muchos estábamos pendientes de la publicación de su siguiente novela y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Las flores no sangran.

     Estamos en Gran Canaria. Allí viven o sobreviven delincuentes de medio calado como Lola, el Marqués, el Flipao y el Salvaje entre timos de maletas y hurtos con más o menos suerte. Hasta que deciden dar un golpe que les permita vivir bien: un secuestro, por ejemplo. La idea pasa por secuestrar a la hija de Isidro Padrón un empresario con relaciones con la mafia y metido en temas de blanqueo de dinero que pueda hacerles un pago rápido. Sin embargo, las cosas nunca salen como uno las pensó sobre el papel. Para ninguna de las partes.

     Alexis Ravelo nos vuelve a llevar a Gran Canaria en su nueva novela. Una isla que conozco y que ahora además recorro gracias a sus libros. Con un narrador en tercera persona y una historia a varios tiempos vuelve a acercarse a las calles para escribir una de sus novelas más negras.
     Si muchos escritores utilizan sus novelas para mostrar la sociedad que nos rodea, Ravelo además es heredero de la novela picaresca de antaño, y así lo testimonian muchos de sus personajes. En la primera parte de esta que os traigo hoy, tomamos contacto con ellos, con ese estrato social del pequeño (o gran) hurto del día a día para sobrevivir o mal vivir mientras aparece el siguiente. O, como en este caso, hasta que se tiene el golpe perfecto. Junto a ellos, conviven ese otro tipo de delincuentes que visten traje y pasan por hombres de negocios a simple vista, si uno no se fija mucho. Pero también estos pueden tener una pistola cuando se abren la chaqueta, o algo mucho peor.
Amos estratos, cuando se mantienen separados, permiten que el otro siga haciendo su vida normal, conociendo su existencia, pero sin mirarse cuando se cruzan en el camino. El problema viene cuando se juntan. Y es justo eso lo que sucede en Las flores no sangran.

     El autor plantea una aparente situación suicida con un secuestro al hombre poderoso, que se sabe poderoso incluso en esos momentos y tiende a pensar con seguridad sus movimientos, con apenas un rastro de nerviosismo. Y la novela comienza a acelerar su ritmo mientras vemos que tampoco va a ser tan fácil para él, que las cosas pueden revolverse cuando el pez chico no se conforma. Y a estas alturas, ya hemos caído en las manos de sus personajes y nos cuesta soltar la historia sin conocer el final, porque ya sabemos que puede pasar cualquier cosa. Y terminamos el libro sin pensar que lo que nos ha durado dos tardes, son meses de trabajo de un escritor. Y esperamos el siguiente título, porque así somos los lectores cuando algo nos gusta. Seguimos la pista, y esperamos el siguiente.

     En Las flores no sangran me he encontrado una novela negra con personajes sólidos, una buena ambientación y una trama solvente con un ritmo creciente que busca, y consigue, el interés genuino del lector. No voy a compararlo con novelas anteriores del autor, pero si tengo que decir que es el que más he disfrutado de todos. Tal vez la culpa sea de Lola, menudo carácter tiene...

     Y vosotros, ¿sois de los que seguís la pista a los autores que os gustan?

     Gracias

lunes, 17 de junio de 2013

La estrategia del pequinés. Alexis Ravelo




     "Pues claro que algo salió mal en la recogida, pero no fue el contacto. Ese había cumplido: había dicho dónde -el nombre del barco, el muelle de atraque, el número y la letra del contenedor- y había dicho cuándo -el miércoles, a las ocho en punto de la mañana -: así que lo que había salido mal era el Rata. Marcos el Rata. El bobomierda que se había corrido una marcha del carajo con la pasta que Júnior le había adelantado; que no se había presentado a su hora al día siguiente en su puesto de estibador, ese puesto en el que el contacto le había asignado el contenedor de frigoríficos donde iba el gancho perdido con los dos kilos de polvo; el jodido gilipollas irresponsable que no había llegado al muelle antes de que Aduanas hiciera el registro aleatorio; la misma carroña inmunda que en ese mismo instante llevaban en la caja de la Nissan Trade de Felo, comiéndose una ensalada de guantazos."

     Así empieza el libro que hoy traigo, dando una clara muestra de lo que nos vamos a encontrar en su interior: acción. Lo cierto es que pertenece a una colección de libros con la que me estoy llevando muy buenas sorpresas y estoy descubriendo autores a los que seguir la pista. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, La estrategia del Pequinés.

     Tenemos un envío fallido que debía de llegar a Júnior, un traficante local de Gran Canaria. Cuando el envío falla, su jefe le pide el dinero y orquesta un golpe para así poder pagar. Contacta entonces con el Rubio, un hombre que dejó de delinquir para cuidar a su esposa enferma y que ve la oportunidad de pagarle mejores médicos con el dinero que saque. Este hombre formará un equipo de perdedores con una prostituta venida a menos y un parado al que llaman el Palmera que cree le pueden servir en su plan. Sin embargo, hay veces que las cosas salen mal, y cuando algo se empeña en salir mal... es difícil enderezarlo.

     La estrategia del pequinés es no amilanarse frente a otros de mayor tamaño y aprovechar cualquier despiste para atacar por un flanco y así sobrevivir. Y así piensan hacerlo los eslabones más bajos de este golpe para evitar salir malparados. Porque si pierdes un envío tienes un problema, pero si la solución pasa por robar dinero que pertenece a un "pez gordo" hay que tener mucho cuidado y aprovecharse de la situación, aunque sepas que estás en clara desventaja. De este modo y ya desde su título nos advierten que estamos frente a una novela de acción.

    No es una novela de buenos y malos. De hecho, si tuviera que definirla diría que estamos ante una novela de grandes perdedores situados en una de esas estructuras piramidales cuya cabeza es uno al que dicen el Turco. No hay detectives avispados ni tampoco periodistas buscando la noticia, ni soplos o arrepentidos que busquen redimirse. No trata de eso nuestra historia de hoy. Aquí el pequinés, el pequeño de una trama que se va envolviendo sobre sí misma, busca no ser destrozado por el perro grande que suele comerse al chico. Y lo hace sabiendo que no tiene muchas oportunidades, pero que una sola opción que tenga y pueda aprovechar, le puede servir para cambiar de vida. Y cualquiera de sus personajes darían lo que fuera por salir de la vida que llevan. Contada de una forma directa y sin florituras literarias, nos sumerge en los bajos fondos y las trasciendas para llevarnos a un buen ritmo por apenas unos días en los que hay que conseguir salvar la vida. Porque llega un punto en el que la motivación del lector es esa, descubrir quien será el pequinés que se salve... si lo hace alguno.

     Empiezo la semana con una novela ligera para leer en una o dos tardes ahora que se acerca el verano: párrafos cortos, descripciones escuetas y mucha acción. Y vosotros, ¿con qué libro empezáis la semana?

     Gracias