miércoles, 10 de septiembre de 2025
Santos como nosotros. Niamh Ní Mhaoileoin
lunes, 8 de septiembre de 2025
La esposa joven. Alessandro Baricco
Adoro a este hombre. Cada libro es una experiencia y a la vez encuentras lo mismo. En cada libro de Baricco encuentro la frase más bonita del mundo, el momento más extraño, el romanticismo (no hablo de amor) más puro. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La Esposa joven.
Conocemos a la esposa joven cuando, al cumplir 18, tiene que regresar de Argentina para presentarse ante la familia del hombre con el que prometió casarse. En algún lugar del sur de Italia. En algún momento del siglo pasado. La familia: padre, madre, hija e hijo, tiene dinero gracias a las telas. Son distantes, temerosos de la noche y, sobre todo, muy desapegados. Adoran la calma y los desayunos y ninguno de ellos tiene nombre. El hijo ahora no está, entra en mayordomo, Modesto. Este si que tiene nombre. No son infelices, no se permite. Y tampoco se permiten los libros, de hecho leer está prohibido. Esto a la novia no le termina de parecer bien. Se relaciona con la familia en la que también hay un tío. Empecemos de nuevo: Modesto es quien la explica, la madre es una presencia hermosa, al padre le sucede algo, eso está claro, la hermana está lisiada y el hermano, no está. Ahora quizás se ha comprendido mejor, o tal vez no y por eso el propio Baricco se asoma a la novela un momento. Hay mucho que explicar...
"La infelicidad roba tiempo a la alegría, y en la alegría se construye la prosperidad".
Lo primero que hay que decir es que si vas a leer a Baricco, tiene que gustarte Baricco. En caso contrario, lo odiarás. Por eso uno empieza con Seda y se empalaga con palabras rebuscadas y situaciones imposibles en las que eso que otros llaman verosimilitud saltan por los aires. Sus libros son poesía y a la vez un cuento para adultos, fantasía alfombrando las calles de ciudades conocidas cuyas gentes no reconocemos pero a las que no gustaría encontrar. Yo por ejemplo, llevo años soñando con encontrarme al maestro que hace bombillas a mano, personalizadas en color, intensidad y duración para la persona que la encargaba. Lo cierto es que ni siquiera recuerdo de qué iba esa novela. Creo que había una cama y unos amantes, quizás uno posaba para el otro, qué más da... a mi, quien me enamoró, fue el hombre que hacía bombillas. Eso es leer a Baricco, enamorarse de una letra colgante, de un personaje escondido, un supuesto npc que te roba el corazón al apoderarse de un trocito de tu alma.
"Un jugador profesional, que ganaba con cartas invisibles".
La esposa joven es más de lo mismo y a la vez muy diferente. Un cuento a ratos retorcido, se le ha criticado mucho la cantidad de sexo que tiene, supongo que por la falta de costumbre, pero yo he entendido que forma parte del proceso de cambio en la novia (y aquí me planto que no quiero dar detalles). La novela trata sobre la superioridad moral, la indiferencia, pero no para el lector quien no puede quedarse a un lado de lo que se relata. Los sueños son vitales, un personajes solo vive ahí y es, junto con el ausente, parte más que vital de esta extraña novela de la que lo peor que uno podría decir es que es original, ya que limitarse a eso será casi prejuzgarla. Ahora podría explicaros lo que pasa con el narrador, algo absolutamente desconcertante, mutante y dos o tres -antes más que ahora no se me ocurren, pero también os lo dejo, por si lo queréis descubrir.
"Heredó de su familia un nudo enredado en el que nadie parecía ser ya capaz de distinguir cuál era el hilo de la vida y cuál el hilo de la muerte, y dijo que él se planteó deshacerlo".
La esposa joven no es la mejor novela de Baricco, pero es una novela de Baricco. Se disfruta, como tantas otras suyas, si se lee dos veces; una para entender y otra para atesorar. Pero, sobre todo, se recuerda. Porque Baricco se mete bajo la piel. Por si no se ha notado: vivo enamorada de la forma en que se retuercen las letras de Baricco.
"No habría podido decir qué estaba viviendo. Era un sortilegio. Lo sentí cerniéndose sobre nosotros, y cuando en el mundo no hubo nada más, a excepción de mi voz, intuí que en realidad no estaba pasando nada de lo que estaba pasando, ni nunca iba a suceder".
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
"No voy a morir de noche, lo haré a la luz del sol".
Gracias.
"Y luego oyó un crujido en su corazón de cristal, percibió un olor dulzón que reconoció y supo con certeza que en ese momento había empezado a morir".
lunes, 1 de septiembre de 2025
La desconocida. J. D. Barker & James Patterson
Las vacaciones son para el verano y el verano para las novelas de no pensar. Al menos la parte del verano que se pasa en la piscina. Hoy traigo a mi estantería virtual, La desconocida.
Viajamos a Hollows Bend. Todo empezó un día cualquiera, bastante antes de la grabación del primer capítulo en realidad. Empezó con la aparición de una chica desnuda y sucia en el bar local más popular. Además de aparecer ella, un montón de cuervos empezaron a chocar contra las ventanas. A partir de ahí todo fue de mal en peor en ese pequeño pueblo de New Hampshire, ya que sus habitantes entraron en una suerte de terrorífica espiral marcada por la sangre. El sheriff desaparece y la joven Riley quiere saber qué sucede en un pueblo en el que madres matan a sus hijos, se suicidan o automutilan. Mientras, la joven muda aparecida, tiene unas marcas en los brazos. Y recordemos, todo empezó con ella.
Bueno, vayamos por partes. En esta novela el dúo de actores han demostrando haber leído mucho terror en los años 70/80. Tanto, que la lectura nos traslada a esa época, lo cual no sería malo salvo porque las escenas de impacto ya las hemos visto muchas veces (la entrada es muy teatral en plan Carrie, seamos serios) y ahora nos sentimos ante una película de serie Z. Para paliar esto, no olvidemos que sus autores son pesos pesados, lo único que tienen que hacer es el tándem habitual de capítulos cortos y siempre-están-pasando-cosas como si de este modo el lector no fuera capaz de pensar en lo que está leyendo. Sin embargo logran el efecto contrario y uno se encuentra pensando eso de "ya solo falta que me digan que..." (¿lluevan pájaros muertos?) para adelantarse justo a lo que sucede en el siguiente capítulo. O dentro de dos. Y es que si la primera premisa es pueblo idílico en el que llega alguien y empieza a pasar todo malo (¿Salem's Lot, dices?) ya partimos de una base poco original. La comparación con King se veía venir de lejos en este batiburrillo con aspiraciones a terror leído en la postadolescencia y recordado con nostalgia que llega, cuanto menos, con década y media de retraso a las librerías. (Por cierto, el pueblo... La Cúpula...).
Supongo que lo fácil es decir que es una novela impredecible, pero es que hay cosas que son imposibles de adivinar y, seamos sinceros, no se puede ni se debe sacrificar una novela buscando esa palabra. El final acaba siendo más desconcertante que otra cosa. Como en este caso.
La desconocida es una novela perfectamente prescindible. Y mira que me gustan mucho ambos escritores pero todo el mundo puede echar un borrón.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
miércoles, 20 de agosto de 2025
Figuras ocultas. Jason Rekulak
Si a mi me preguntasen, diría que el verano es para el terror. Porque uno tiene más tiempo, porque leerlo por la noche, sabiendo que es demasiado tarde como para que haya personas normales despiertas le da un plus... los grillos... verano. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Figuras ocultas.
Cuando conocemos a Mallorie lleva año y medio sin beber y acaba de conseguir un trabajo aparentemente fácil y que le puede venir al pelo: será la niñera del hijo de Ted y Caroline, Teddy, un niño con el que encaja desde el primer momento. Ahora Mallorie usa piscina, pasea por un barrio seguro y tiene a un niño artista que es feliz mostrándole sus dibujos: palotes de niño de 5 años. Todo parece perfecto hasta que el niño dibuja a un hombre arrastrando un cuerpo con unos detalles impropios de alguien de su edad. Dibujos turbios que llevan a Mallorie a descubrir un suceso muy cerca de ella. Y a otros a pensar que quizás su salud mental no es la que debiera para ese trabajo.
Tengo que decir en primer lugar que la novela, si bien es cierto que comienza como una historia de terror, poco a poco va derivando hacia un thriller en su última parte. El autor, que había realizado un buen trabajo de ambientación, comienza a perder pie a medida que sacrifica elementos importantes de la novela bajo una premisa que se va volviendo cada vez más habitual: sorprender al lector.
Me gustó mucho el patrón de la relación Mallorie y Teddy, la existencia de los dibujos, lo que la protagonista ve en ellos y la forma de presentarlo al lector, que se siente en todo momento parte de la historia, así que en ese sentido todo iba estupendo. Sin embargo los problemas comenzaron con las sorpresas, y es una faena ya que no puedo desvelar ninguna sin estropear el libro. Así que me limitaré a decir que hay puntos de Mallorie que son "demasiado adecuados" y otros que aparecen por cómodos para luego resultar olvidados. En cuanto a otros personajes, hay uno particularmente que me ha chirriado de forma salvaje desde que comenzó a desarrollarse la sorpresa. Ví las pistas, claro, pero aún así me ha parecido un cambio oportunista que poco o nada tenía que aportar a la historia principal.
Al final Figuras ocultas no me ha convencido. Vi que fue elegido como uno de los libros del años en 2022 en GR así que tal vez sea yo que soy más polilla o simplemente no me ha pillado en el momento adecuado para disfrutar de él.
Y vosotros, ¿seguís los premios GR de lectores?
Gracias.
lunes, 18 de agosto de 2025
Quién mató a mi padre. Édouard Louis
"Cuando se le pregunta qué significa para ella la palabra racismo, la intelectual estadounidense Ruth Gilmore responde que el racismo es la exposición de determinados colectivos a una muerte prematura".
Con mis momentos mejores y peores creo que poco a poco me he ido leyendo toda la obra de este autor. Hoy traigo a mi estantería virtual, Quién mató a mi padre.
Supongo que esta vez es fácil y es que si el libro es de Édouard Louis, de un modo u otro, conocemos a Édouard Louis.
La novela comienza de frente, con una fuerte crítica social a los privilegios masculinos, la opresión social y el uso de la política como cuchillo, para inmediatamente después llevar al narrador a visitar a su padre tras mucho tiempo, al que encuentra muy deteriorado y en el que refleja una parte de los problemas sociales existentes. Descubrimos además que el padre no fue tal, nos presenta una historia de fracasos permanentes que provocan daños en el narrador, así que nada nuevo por este lado.
Louise es conocido por manejar la autoficción y llevar su activismo y su mirada crítica a la sociedad al terreno propio. En esta ocasión nos habla de su padre, al que disecciona como un hombre con sus defectos que es víctima de la época que le ha tocado vivir y al que incluso permite un punto de cambio. Sin embargo, y posiblemente este sea el punto que hace que la novela gane interés, esta vez hay una crítica más directa, una reflexión acusatoria que trasciende la no ficción y eso hace que el lector no se sienta tan preso de una historia personal que, por lo dramáticamente adecuada a los fines de Louise, muchas veces se ha puesto en duda. Era evidente que la masculinidad y la violencia iban a estar en el centro del foco de atención, pero en esta ocasión y acertadamente, el autor sabe hacerse un poco a un lado para permitir el protagonismo a su padre (algo que no supo hacer con la historia materna). Esto suaviza la sensación de leer algo ya contado, la enésima historia de la misma vida en un panorama literario que tiene todas las opciones para un hombre que triunfó ya con su primera novela.
Quién mató a mi padre me ha parecido una buena opción para quien ya haya leído al autor. Sin embargo deja el regusto agridulce de quien lee a alguien que no se arriesga.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
miércoles, 13 de agosto de 2025
La chica de Kyushu. Seisho Matsumoto
lunes, 11 de agosto de 2025
Suave es la furia. Sash Bischoff
"Cuando todo ha pasado, continúa allí de pie, atrapada tras un muro de cristal, sacudida por un horror mudo, sísmico.