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viernes, 11 de noviembre de 2016

La séptima función del lenguaje. Laurent Binet


     "La vida no es una novela. Al menos es lo que a ustedes les gustaría creer. Roland Barthes sube una vez más por la rue de Bièvre. El mayor crítico literario del siglo XX tiene sobrados motivos para estar angustiado en grado sumo. Su madre, con quien mantenía unas relaciones muy proustianas, ha muerto. Y su curso en el Collège de France, titulado "La preparación de la novela", ha resultado un fracaso del que difícilmente puede sustraerse."

     Tras la lectura de su primer libro Hhhh, no había vuelto a saber nada de Binet, se había convertido sin darme cuenta de uno de esos autores relegados al olvido, hasta que se anunció la salida de este libro. Hoy traigo a mi estantería virtual, La séptima función del lenguaje.

     Un hombre llamado Roland Barthes es atropellado y Giscard, al ser informado del suceso y de la existencia de un documento, pide a un comisario de policía que investigue el caso. Este policía, ajeno a todo el mundo de la semiótica y los significados, necesitará la ayuda de un académico para intentar moverse. Seguiremos los pasos entonces del policía Bayard, un hombre conservador y de ideologías políticas marcadas, y de Herzog, de ideologías contrarias, durante el proceso de una investigación que se adentra en los campos del poder más allá de las fronteras de un país.

     Roland Barthes existió. No solo eso, sino que fue famoso por sus aportes a la semiótica y, además, murió atropellado en marzo de 1980 un mes después de haber sido atropellado, tal y como nos relata Binet en las primeras páginas de su libro. Efectivamente tenía las relaciones que nos plantea con personas como Foucault, pero lo que hace Binet es desdoblar el mundo real para, en esas mismas páginas, plantearnos la ficción. En este mundo paralelo en el que estamos entrando, el creador del concepto de "la muerte del autor" fallece por un atropello que tal vez no sea un accidente, y además es portador de un poderoso documento... que desaparece. Y si según Jakobson el lenguaje tiene seis funciones, aquí Binet nos habla de la séptima que es la que le otorga ese enorme poder.

       La novela, es un claro homenaje de Umberto Eco en más de una ocasión, de hecho incluso un personaje lleva su nombre, y mezcla lo detectivesco con la parodia para hacernos pasar un rato más que divertido en el que Binet nos lleva de sorpresa en sorpresa haciéndonos dudar con su atrevida mezcla de qué partes son reales y cuales no. La narración, cuidada hasta el más mínimo detalle, se llena de nombres que se nos antojan conocidos, ya sea Foucault dando una clase magistral (real), o el nombre del policía encargado de investigar el caso y que se corresponde con el del autor de "¿Quién mató a Roger Ackroyd?" así que el lector que guste de introducirse en las motivaciones y grietas en las novelas, estará francamente entretenido. Un thriller divertido en el que el autor nos hace dudar de si estamos ante una obra a ratos retorcida o una parodia pero que nos empuja constantemente a la sonrisa de la mano de los comentarios de su protagonista. No duda en elegir además escenarios atractivos, famosos, personajes narcisistas y en insistir una y otra vez sobre la importancia de las palabras a través de esa supuesta séptima función que daría más poder del imaginable. La trama está servida y el lector francamente interesado en descubrir qué trata realmente de hacer Binet en esta novela que nos mantiene pegados e intrigados a partes iguales, a sus páginas. Y entonces nos sacude preguntándonos casi directamente sobre el mundo en el que vivimos y sus mentiras, y su control.

     Pero si el libro está lleno de nombres  referencias intelectuales francesas, ¿qué le queda entonces al lector que desconozca todos esos datos para poder hacer esa suerte de compleja lectura de la que todos hablan cuando nombran a Binet?
     A ese lector, que es en realidad el lector común, el habitual, le queda una novela policiaca divertida, a ratos muy divertida en la que, como comentaba antes, en claro homenaje a El nombre de la rosa, lo importante es la importancia de la escritura, del documento, de lo escrito que puede otorgar una suerte de poder supremo a quien lo posea. Y si el primero hablaba de un manuscrito prohibido, Binet nos habla de semiótica para explicarnos el poder que puede otorgar este documento a quien lo posea y la importancia de su custodia.

     La séptima función del lenguaje me ha parecido una novela divertida que se desarrolla como un ejercicio, no sé si brillante o concebido para mostrar lo brillante de la cabeza de su autor, pero que funciona perfectamente. Una novela diferente a lo que suelo encontrarme en las librerías, de un autor que comienza a acostumbrarme a libros que se salen de la norma.

     Y vosotros, ¿os gustan los libros que mezclan realidad y ficción?

     Gracias.

     Y si en la novela no falta nadie del ambiente erudito comentado, no podía faltar aquí la prueba de algunos de los que existieron. Os presento a Wabl, Sollers, Pleynet y al mismísimo Barthes.


jueves, 1 de noviembre de 2012

HHhH. Laurent Binet




     "Gabcîck, como se llama, es un personaje que ha existido de verdad. ¿Acaso ha oído de fuera, tras los postigos de un piso a oscuras, donde está solo y tumbado encima de un estrecho jergón, acaso ha escuchado el chirrido tan familiar de los tranvías en Praga? Quiero creer que sí. Como conozco bien Praga, no me es difícil imaginar el número del tranvía (aunque tal vez haya cambiado), ni su itinerario, ni siquiera el lugar desde el que, tras los postigos cerrados, Gabcîck en la cama, espera, piensa y escucha."

     No se si os pasa también a vosotros, pero hay títulos que llaman poderosamente mi atención. Poco importa si se trata de libros, canciones, películas.. simplemente me atraen. Creo que viene desde que un grupo llamado Crash Test Dummies sacó una canción con un título san simple de decir como complicado de escribir bien, se titulaba "Mmm mmm mmm mmm". Han pasado años y me he vuelto a parar ante un título de esas características que me ha deparado una magnífica sorpresa, por eso hoy lo traigo a mi estantería virtual. Hoy traigo, HHhH.

     Bajo este curioso título se esconde la frase "Himmlers Hirn heisst Heydrich",  "El cerebro de Himmler se llama Deydrich". En esta novela el autor nos habla de la misión llevada a cabo por unos paracaidistas de asesinar a este cerebro, y hago así la sinopsis porque es el propio autor el que nos va explicando los motivos de elegir esta historia o por qué nos la va contando de tal o cual forma construyendo un libro ameno que no da la sensación de querer justificar una extensa documentación que, evidentemente tiene. Nos desgrana la figura de Heydrich, su ascendencia, sus pasiones, las sospechas sobre su sangre y la crueldad que lo caracterizaron.

     Siempre digo que cuando entramos en guerras, tengo mucho cuidado a la hora de valorar los títulos. Uno de los títulos que me gustó en su momento fue Las benévolas, gusto que comparto con Binet a juzgar por lo que nos va explicando en la novela. Lo acompañamos en el recorrido por la vida de su protagonista y en el desarrollo de la Operación Antropoide en una historia teñida, contrariamente a lo que pueda parecer, de un fino sentido del humor. Me resultó fascinante seguir el hilo de esta operación que consideré incluso fallida en algún momento y como el autor consigue que no importe si los hecho sucedieron exactamente así. Es fácil creer que todo lo que allí pone es cierto, sobre todo porque sabemos que las barbaridades que nos relata son auténticas, y eso hace que sintamos una profunda admiración por quienes estuvieron encargados de la peligrosa operación. El Carnicero, Heydrich, tiene que morir en esta novela histórica, y así lo creemos esperando que eso sirva para terminar con un símbolo del horror y detenga una parte de estos horribles crímenes y, sin embargo, no es así. No nos sorprende tampoco descubrir que las consecuencias de esta muerte se vuelven en contra de quienes la planearon, hay que dar caza a quienes planean este asesinato surgiendo una cacería en toda regla.
     Lo que si sorprende es un libro que no se recrea en los pasajes más sanguinarios y truculentos, los hechos nos son relatados entre comentarios del propio autor, con una fluidez que hace que sus cuatrocientas páginas se nos queden cortas esperando un final del que os llegamos a sentir testigos oculares. Confieso que a medida que llegaba el final temía encontrarme con uno de esos manidos, "tal vez se oculte en (ponga aquí un lugar)". Si pensamos que es su primera obra, hubiera sido perdonable incluso, pero no es así. Binet nos ofrece un final redondo para una obra que, siguiendo el mejor ritmo de acción, nos tiene leyendo a toda prisa cual será el destino de los Checos que resisten en una iglesia el asedio de las SS.

     Esta ha sido, sin lugar a duda, una de las lecturas más gratificantes que he tenido en los últimos tiempos. Una historia llena de preguntas y respuesta y de otras tantas cuya respuesta vamos buscando en nuestro propio interior. No puede ser de otra forma cuando se trata la crueldad del ser humano, tendemos a preguntarnos como es posible. Y también cuando se habla de resistencias y empeño, dos preguntas importantes que convierten este título en firme candidato a tertulias delante de café.

     Si  ayer hablaba de un tipo de terror basado en la ficción, hoy he buscado otro mucho más real, el que habla de masacres, genocidios, torturas y suicidios. Un terror que sabemos ha sucedido y que todos pensamos si sería posible que se repitiera hoy en día o sí, tal vez, ya se esté repitiendo de algún modo en algún país del mapa mundi.

     HHhH trata un tema recurrente en la literatura del que ya hemos hablado aquí, por eso lo os pregunto justamente eso: en un primer vistazo a vuestras librerías, ¿qué genero literario o tema es el que encontráis que se repite con mayor frecuencia?

     Gracias

     PD. Esta vez, por si no conocéis la canción y sin que sirva de precedente, os traigo el vídeo al que me refería al comienzo de la entrada, "Mmm mmm mmm mmm". ¿No os encanta?