miércoles, 8 de junio de 2011

1984. George Orwell


      Hoy todo el mundo conoce el concepto de Gran Hermano que vigila, gracias a un programa de televisión, pero, cuando en 1949 vió la luz esta novela fue toda una revolución.
     "El gran hermano te vigila"
      Ese es el punto de arranque del libro, unos carteles que se encuentran en casi cualquier lugar al que uno mire en una ciudad de este futuro imaginario en el que tres grandes continentes se alían para luchar contra el enemigo. Nos sitúa en un Londres, Oceanía, plagado de micrófonos y telepantallas que informan y vigilan al ciudadano..y nos presenta a Winston en su entorno de marca "victoria" que da la espalda a una telepantalla y comienza a pensar por si mismo. Nos enseña su mundo, en el que es permanentemente aleccionado sobre lo "bueno y lo malo" y el odio que le obligan a proyectar a todo lo que vaya en contra del Gran Hermano. Es una historia intrincada, casi retorcida llena de totalitarismos y lavados de cerebro en la que nos muestran cómo se consigue doblegar la voluntad ajena, o acaso 2+2 no son 5? En este mundo, Winston, que apenas conserva recuerdo alguno sólo puede tener clara cómo será su muerte. A fin de cuentas.. es un trabajador del Ministerio de la Verdad.
      Es un libro de ficción, con un alto contenido político y lleno de alusiones a situaciones vividas por el propio autor, tales como la "V" emblema del Insong que alude a la usada por los aliados, de hecho el mismo Insong nos recuerda al English Socialism, o me pasa sólo a mí? Podría seguir enumerando ejemplos del fascismo soviético, incluso de la guerra civil, o mundial: de hecho, es uno de los poquísimos libros que tengo en casa lleno de anotaciones, hasta tal punto que en algunas partes ni siquiera se acierta a saber dónde empezaban los márgenes o que página se está leyendo.
Gracias

martes, 7 de junio de 2011

La leyenda del santo bebedor: Joseph Roth



      Cuando a alguien le pasa como a mí, que me paso horas muertas leyendo, metida en mi mundo y ajena a todo lo que me rodea, incluido el reloj (en realidad lo mejor es que también permanezco ajena a reloj), solemos caer en la tentación de querer convertir en lectores a todos aquellos que nos rodean. El de hoy es uno de los libros que utilizo para ello. Cada vez que alguien me pregunta por un libro.. me viene a la cabeza La leyenda del santo bebedor.
      Es un libro cortito, que en su lectura parece ser aún más corto, romántico, lleno de esa "vieja Europa" de la que tanto hablan los americanos y que tanto nos cuesta reconocer a los europeos.
      Cuenta la historia de un vagabundo que recibe dinero de un desconocido a modo de préstamo, que tendrá que devolver en forma de ofrenda a una santa. Usará este dinero seguro de poder devolverlo y angustiado ante la idea de no disponer de ello a cada instante para mejorar su vida. Es un libro ágil y brillante que nos miente desde el título puesto que nuestro bebedor es muchas cosas, pero no un santo.. al menos por fuera.
      Gracias

lunes, 6 de junio de 2011

Ulises. James Joyce


"Un dolor, que no era todavía el dolor del amor, le roía el corazón. Silenciosamente, ella le había acercado en un sueño después de morir, con su cuerpo consumido, en la suelta mortaja parda, oliendo a cera y palo de rosa: su aliento, inclinado sobre él, mudo y lleno de reproche, tenía un leve olor a cenizas mojadas. A través de la bocamanga deshilachada veía ese mar saludado como gran madre dulce por la bien alimentada voz de junto a él."
Bueno, pues le toca a Ulises... "obra cumbre de la literatura", archiconocida por todos y criticada por muchos. Por difícil de leer, por difícil de entender.. por casi todo. A lo que yo suelo responder... "Pues a mí Ulises me gustó".
Esta vez sí, lo primero toca contar el argumento, que mucha gente, sobre todo aquellos que la critican, desconocen y es que estamos ante una obra de la que todo el mundo habla como si la hubiera leído.
Nos presenta a Leoplod Bloom, un judío casado, con un hijo adoptivo, hombre de negocios, y sin ningún rasgo sobresaliente inicialmente y nos cuenta un día cualquiera de su vida. Y ya está, ha sido fácil resumir una obra tan densa, verdad? Ah sí, vive en Dublín. Por cierto que el día que vive, un 16 de junio, se celebra como "Bloomsday" por los admiradores de Joyce (yo no llego a tanto).
Uno de sus rasgos más conocidos es la desestructuración conjunta, ya que, cada uno de sus capítulos esta escrito con una técnica diferente. Rareza que culmina en el epílogo, escrito sin un solo signo de puntuación para reflejar el pensamiento del protagonista o alguien entona sus pensamientos? Nos encontraremos además con múltiples referencias a la Odisea y con un lenguaje técnico para coloquialismos que nos harán pensar que estamos cayendo en la burla. Es incoherente, permanentemente basado en el pensamiento interior a la hora de narrar pero si nos paramos a pensar... quien no ve por la calle un coche azul y de repente se para rememorando el primer coche que tuvo su padre donde nos llevaba a todos de vacaciones? Pues esta deriva la que queda plasmada a la perfección en la obra de Joyce, algo que todos hacemos diariamente y que nos resulta extraño ver escrito. Además tenemos juegos de palabras, bromas, mensajes cifrados y más referencias a la literatura clásica. Es, en definitiva una verdadera odisea de obra.
Gracias
PD Tengo que confesar que cuando llegué al capítulo cuatro algo encajó en mi cabeza y empecé a entender bien el libro que estaba empezando a resultarme extraño y decidí darle otra oportunidad. Es decir... volví a comenzar, y la lectura que hice no tuvo nada que ver con la primera.

sábado, 4 de junio de 2011

Brooklyn Follies. Paul Auster



      "Estaba buscando un sitio tranquilo para morir. Alguien me recomendó Brooklyn, de manera que al día siguiente salí de Westchester y fui para allá a reconocer el terreno. No había vuelto en cincuenta y seis años, y no me acordaba de nada. Mis padres se habían ido de la ciudad cuando yo tenía tres años, pero el instinto me llevó al barrio donde habíamos vivido, arrastrándome como un perro herido al lugar donde nací. Un empleado de una agencia inmobiliaria de la zona me enseñó media docena de pisos en edificios de piedra rojiza, y a última hora de la tarde había alquilado un apartamento de dos habitaciones con jardín en la calle Uno, sólo a media manzana de Prospect Park. No tenía idea de quienes eran mis vecinos, y no me importaba. Todos trabajaban de nueve a cinco, ninguno tenía hijos, así que en el edificio siempre habría un relativo silencio. Más que nada, eso era lo que buscaba. Un fin silencioso para mi triste y ridícula vida."
      Este libro, que para mí es una comedia, es uno es los ejemplos más claros de la merecida fama de Auster. Nos cuenta la vida de Nathan Glass, un jubilado que regresa a su Brooklyn natal para morir. Piensa, en lo que medie el tiempo entre su mudanza y su muerte escribir un libro a modo de crónica de las historias que se va encontrando en la calle. Y es, a través de estas historias y de los distintos personajes, en donde Auster se adentra para mostrarnos un Brooklyn totalmente diferente a lo esperado. Las personas que van entrando en la vida de Nathan, van modificando su forma de pensar y ver las cosas, se enamora, se hace amigo de un librero homosexual, el personaje más complejo del libro, apasionante el giro que nos deja ver.
Poco a poco, Nathan irá descubriendo que, ahora que se ha jubilado, ahora que ha superado un cáncer, ahora que pensaba que había vuelto a un lugar tranquilo... es cuando empieza a vivir.
      Empecé diciendo que para mí es una comedia porque Auster se empeña en enseñarnos un mundo, unir un variopinto grupo de gente y enseñarlos a ver el lado bueno de las cosas, uniéndose en ese barrio y dando lugar a una novela ágil de leer que nos nos deja indiferentes y que sobrevive de forma magistral a ese momento en que el autor tiene que poner el broche a su creación, que, desde mitad de Brooklyn Follies tememos. Un libro que no deja indiferente, una buena forma de conocer a Auster para aquellos que aún no se han lanzado a leer algo suyo.
      Gracias

viernes, 3 de junio de 2011

Opiniones de un payaso. Heinrich Böll


      "Soy un payaso y colecciono momentos"
      Si buscáis una lectura fácil, una vez más este no es el libro adecuado. Es cierto que aparenta ser ligero pero, tras una lectura detenida nos damos cuenta de que es todo lo contrario. Tal vez lo que peor le haya caído es su situación temporal tan concreta, en una Alemania oeste que lucha por superar los complejos nazis sin demasiado éxito amparándose en la socialdemocracia cristiana. Sin embargo no nos encontramos ante una descripción crítica del momento o la sociedad como cabría esperarse, al menos no al uso.
      Si bien una lectura superficial nos muestra a un payaso arruinado y decadente ante una doble moral de la que es víctima a ratos consciente, si nos paramos un poco más descubrimos a un crítico incómodo que nos va mostrando de forma cruda las hipocresías, vergüenzas y altos precios que tienen que pagar aquellos que no consiguen adaptarse a esa falsa moral que convive con el ya conocido sentimiento práctico tan ligado al pueblo alemán. Cierto es que muchos de los comportamientos que nos describe siguen en día hoy vigentes y, si nos paramos a pensar, están socialmente tan aceptados que si alguien no los señala apenas reparamos en ellos, mientras que nos produce repulsa verlos contados por nuestro payaso. Supongo que ese es el motivo por el cual hoy en día seguimos leyendo a un payaso deprimido que no puede evitar revolverse en su sitio ante los soplos que le pretenden hacer renunciar su libertad prometiéndole comodidades. Para ser apolítico y agnóstico demuestra sus ideales tan a las claras como lo hizo en su momento el autor, que tampoco pudo permanecer ajeno a la realidad que le rodeó.
     Gracias

jueves, 2 de junio de 2011

El castillo. Franz Kafka



     "Ella quería algo, y él quería algo. Furiosamente y con muecas violentas, hundía el uno la cabeza en el pecho del otro. Algo querían, y ni sus abrazos, ni sus cuerpos encabritados, les hacían olvidar nada; les recordaban más bien el deber de buscar algo más; como perros que escarban desesperados la tierra, así escarbaban ellos en sus cuerpos. Y desamparados, desengañados, buscando todavía una última dicha, se lamían y lamían la cara con las lenguas. Sólo la fatiga los calmó, y quedaron agradecidos el uno al otro."
      Si hay un autor torturado por si mismo ese es Kafka, nada que ver la sociedad, la política o la situación que le había tocado vivir. Todos sus demonios los llevaba siempre consigo. Esto lo refleja en casi toda su obra y nos deja parte de ella de forma póstuma, pese a que no debería de haber sido así. Dejó a un amigo una nota en la que le rogaba que, si fallecía, destruyera todo aquello que no hubiera sido publicado aún. Brond, el encargado de esta tarea, no la llevó a cabo amparándose en haber advertido a Kafka en vida de que no sería capaz de realizar tal hazaña. Y a este señor hay que agradecer la posibilidad de leer el castillo, ya que, traicionó a su amigo para que viese la luz una parte bastante importante de su obra.
      El agrimensor, curioso término, que se nos desvela ya en la primera página del libro y nos hace pensar. Las peripecias que le acontecen es el hilo argumental de esta enrevesada obra, no en su forma, pues Kafka siempre ha sabido plasmar con claridad los hechos, pero si en el fondo, puesto que nos lleva a intentar razonar cada una de las cosas que van sucediendo. Y es ahí donde radica la complejidad del libro. Veremos a este hombre, contratado para ser agrimensor por un castillo, intentar llegar a él desde una posada situada al pie del mismo y, pese a todos sus esfuerzos, tendremos la sensación de verle caminar en círculos por las complejidades que se le van presentando, hora tranquilo, hora desesperado.. en su lucha por conseguir su fin.
      Es un libro difícil, casi oscuro, que hay que abordar con convencimiento, no nos sirve como lectura ligera de verano, pero que, una vez finalizado.. nos deja satisfechos. Es casi como si el autor mismo nos hubiera ido contando un cuento, en el que nos mostrase sus miedos y frustraciones a media voz, casi como el clásico.. "tengo un amigo..." para no usar la primera persona.
      Gracias

miércoles, 1 de junio de 2011

La historia interminable. Michael Ende



      "Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas. Hay hombres que se juegan la vida para subir a una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente por qué. Otros se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen a sí mismos por no saber resistir los placeres de la mesa... o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse."
      Ahora que muchos piensan que el boom de un libro para convertirlo en unos pocos meses en un "clásico" es algo actual y sólo reservado a unos pocos géneros voy a aprovechar para hablar de "La historia interminable". A casi todos nos suena a un libro de los de "toda la vida" cuando, en realidad no fue publicado hasta 1979. Rápidamente se convirtió en un clásico juvenil, hasta el punto de traducirse a más de 36 idiomas y no pasaron muchos años, 1984, y ya teníamos la película.
      El libro nos mete en la piel de un niño, ávido lector, que encuentra la forma de entrar a ese mundo que nos permite aislarnos de todo y que, en este caso se llama Fantasía. Los ingredientes son múltiples, princesas, dragones, héroes y villanos, enanos, magos sabios.. y todo lo que uno se pueda imaginar caben en él. Y si algo no existe... créalo. Nos da una fiel representación de la imaginación de este protagonista a ratos lector y casi nos permite transportarnos allí. Por algo toda una generación sabe quien es Bastian.
      Un libro fantástico para leer en la adolescencia, incluso con algunos años más nos puede hacer sentir ese regusto a juventud. Una pequeña joya, sin duda.
      Gracias