"- Obviamente, es sobre Vila-Matas.
- ¿El qué?
- Lo que te cuento.
- ¿La historia de la agente?
- Sí. Me llamo Vila-Matas, le he dicho, como todo el mundo".
Llevo décadas leyendo cada palabra que brota de la pluma de Vila-Matas. De hecho hace apenas nada le preguntaba a un amigo escritor sobre las figuras literarias (vivas, muertas no tiene gracia) que le gustaría conocer y tratar, ese típico "a quién admiras tanto que...", y lo hacía mientras esperaba que no me preguntase para no tener que repetir mi admiración por el ya nombrado escritor. Poco después a salvo de preguntas me sumergía en el libro que hoy traigo a mi estantería virtual, se trata de Me llamo Vila-Matas, como todo el mundo.
En el año 2014 le cuenta Vila-Matas a Porta (autor del libro) que ha sido invitado a participar como actor en una obra de Broadway. Sin embargo, el proyecto no llega a nada porque la persona encargada de llevar a cabo este proyecto, Allison, ha desaparecido sin que Vila Matas o su amigo Eduardo Lago hayan podido dar con ella. Este diálogo a ratos delirante en el Vila-Matas y Porta fantasean ficcionando la realidad con esa metaliteratura que tanto gusta al famoso escritor, es lo que Porta transcribe en este libro de unas setenta páginas.
Je m’appelle Erik Satie, comme tout le monde.
No podía empezar de otro modo un libro en el que Vila-Matas no es escritor pero si protagonista y que trata se su obra pero no lo es que con una cita puesta en su boca que es a su vez conocida por haberla dicho otra persona. Y es que, si hace unos años Vila-Matas titulaba uno de sus relatos Me dicen que diga quién soy, ahora es Porta el encargado de darle réplica al menos con el nombre, aunque cuando se trata de Vila-Matas nada es tan sencillo, y eso lo sabemos. Estamos acostumbrados a ese narrador que le caracteriza y que es capaz de escudriñar sin piedad a un heredero literario, aparecer comentando el prólogo de una conferencia, la propia conferencia, o autocomentarse los artículos como si su narrador, por supuesto escritor, fuera una persona ajena a quien los escribió.
Y si este es Vila-Matas, el eterno buscador literario que bucea en cada término dando vueltas en u bucle infinito sobre los límites de la literatura y la palabra, no podía ser menos un diálogo entre amigos con él que estuviera, claro está, a la altura, como para seguir la broma.
Aquí el juego, no exento del recorrido literario tanto por la obra del propio Vila-Matas como por la de otros escritores de renombre, consiste en la autodefinición, la existencia y la importancia. Vila-Matas se entrega al juego y se hace él víctima o protagonista de eso que tanto le ha gustado hacer con los demás. A fin de cuentas, si es capaz de sacar una novela de una simple conversación que considera interesante, cómo no va a salir un libro de un proyecto fallido que le incluya. ¿Y cómo es entonces este juego? Metaliterario, claro, pero también es un juego de existencia y de los distintos hilos paralelos en los que el autor de un libro se ve cada vez que escribe, desdoblándose en cada personaje, diluyéndose un poco hasta desaparecer como si cada voz tomara fuerza en su interior hasta convertirlo en una sombra autómata incapaz de hacer otra cosa que escribir. O ni eso. Solo la sombra imperceptible.
Total, que hay una obra en la que Vila-Matas será actor, y la obra es Buscando a Allison, que trata de que propone una obra al autor en la que el escritor hace de escritor que escribe una obra. O algo así. Pero es un algo así divertido e inexplicable a la vez de ser sumamente fácil de comprender y eso siempre ha sido para mi una de las características de la obra de Vila-Matas que ahora tan bien ha sabido recoger Porta y que, por mucho que yo lo intente, me va a resultar imposible trasladaros.
Lo que si os puedo decir es que a mi este libro me ha generado una duda. Si yo ahora soy una persona que se sienta a escribir sobre la obra de Vila-Matas y lo hago bajo el nombre de mientrasleo, tan adecuado para esta duda, ¿no podría ser el personaje de una obra que ahora mismo estuviera escribiendo el autor y me hago esta pregunta obligada por sus deseos? (a no ser que lo haga porque me ha otorgado la libertad de un estado de consciencia superior al habitual en obras ajenas a su firma). Y si todo eso es así y yo soy su personaje: ¿acaso no soy entonces Vila-Matas? Como tú que me lees dentro de esta obra, como todo el mundo.
Resumen perfecto del libro:
La realidad irreal. Escher. |
Y vosotros, ¿qué libro leéis esta semana?
Gracias.
6 comentarios:
No he leído nada de Vila-Matas y, por ahora, este libro tampoco me atrae lo suficiente. Besos.
Tu reseña es magnífica pero no me ha llamado la atención este libro.Besicos
Buff, chica, la verdad es que no sé qué decirte. Estuve durante un tiempo muy enchufado a Vila-Matas. Me encantaba. Pero luego, igual que le sucedió a JRJ con la Poesía modernista, "llegué a odiarle casi sin saberlo". Y no quiero que tal cosa me siga sucediendo. Porque yo aprecio a Vila-Matas, quizás a un Vila-Matas anterior, el de "Historia abreviada de la literatura portátil", "Paris no se acaba nunca" o "Dublinesca". Quiero retornar a él, ¿tú crees que este librito de Porta me podría ser útil para reconciliarme con él?
Besos
Pues no he leído nada de Vila-Matas y creo que para disfrutar de esta novela, antes debería leer algo del autor. Me da esa impresión.
Besotes!!!
Se ve interesante
Me encanta aprender de tu mano, gracias! tomo nota por si lo veo , te recordare, yo acabo de leer (entre otros) El aspecto del diablo un gran thriller.
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