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jueves, 26 de enero de 2012

Matar a un ruiseñor. Harper Lee


     "Cuando nos dio nuestros rifles de aire, Atticus no nos enseño a disparar. Fue el tío Jack quien nos instruyó en sus principios, dijo que Atticus no estaba interesado en armas. Atticus le dijo a Jem un día,
-Prefiero que disparen a las latas vacías en el patio trasero, pero se que ustedes van tras los pájaros. Dispara a todos los pájaros azules que quieras, si es que les puedes acertar, pero recuerda que es un pecado matar un ruiseñor-.
Ese fue el único momento que escuché a Atticus decir que era un pecado hacer algo, y le pregunté a la señorita Maudie al respecto. -Tu padre tiene razón-, me dijo ella. Los ruiseñores no hacen otra cosa que crear música para que la disfrutemos. No se comen los jardines de la gente, no hacen nidos en los graneros, no hacen otra cosa que cantar su corazón para nosotros. Es por eso que es un pecado matar a un ruiseñor." 


     Cualquier camino es bueno si me lleva a una idea. Cuando ayer me puse a hablar de Brown no pensé en el cine. Hasta que tanto aquí como en Facebook empecé a ver comentarios de gente que decía identificar a Langdom con Tom Hanks, y ahí empecé a pensar en libros y cine, y grandes libros que han sido literalmente devastados por el éxito de su adaptación cinematográfica. Otros la comparten, como Lo que el viento se llevó, pero el que traigo hoy, es un libro magnífico que ha quedado a un lado por su adaptación de forma inmerecida. Hoy traigo a mi estantería virtual Matar a un ruiseñor.


     En este libro conocemos a Jean Louise, una mujer que recuerda su infancia presentándonos a su padre, Atticus, en un momento crucial de la ciudad de Maycomb. Es abogado y se niega a permitir injusticias, aunque eso le metan de cabeza en el caso más controvertido del momento.

      No os voy a contar el origen del título puesto que he decidido que lo haga el propio Atticus en el fragmento que da pie a esta entrada. Si os contaré que tuvo un éxito casi inmediato obteniendo el Premio Pulitzer y que la autora se inspiró en su familia y vecinos, además de un incidente acaecido cerca de su ciudad cuando era apenas una niña.

     Conocemos niños, sus juegos, sus costumbres, vemos racismo y los cambios que van produciéndose en ese pequeño entorno. Tiene la autora además, la capacidad de trasladarnos a los barrios y hacernos sentir que conocemos a los niños. Sufrimos, de hecho, las represalias de la familia del protagonista cuando este acepta defender a un hombre negro. No podemos menos que posicionarnos de su parte y ver con tristeza las consecuencias que genera. Participamos de desengaños de personas que creímos conocer en apenas un puñado de páginas y los sentimos como propios y también defendemos los valores de Atticus.

     Nos enseña que somos lo que nos ha rodeado mientras crecemos y que, para entender a otro hay que valorarlo de forma global, y lo difícil que es luchar por unos cambios que hoy vemos conseguidos. tiene alguna escena que resulta una bofetada, como ver al amigo, al compañero, al vecino.. en tu contra amenazante por una cuestión como la que nos presentan. Porque para algunos, lo importante no era el delito, sino el color de piel del acusado. Y para el lector lo importante tampoco es el delito, sino la injusticia racial y la situación a la que se ven sometida también aquellos que defienden sus valores.Todo ello, añadiendo el dramatismo de los niños, nos lo sabe demostrar Harper Lee a la perfección con unos trazos maestros no exentos de sentido del humor.

     Tal vez por el tiempo pasado, o porque la adaptación cinematográfica es excelente, os parezca que no pasa nada por no conocer el libro. Y es cierto, no pasa nada por no conocer este o cualquier otro título. Pero merece la pena, incluso si vais pensando que es un tema tratado mil veces os sorprenderá la tensión que consigue imprimir la autora a esta novela, la crudeza con la que representa una sociedad sin necesidad de hacer correr ríos de sangre y, sobre todo, lo rápido que se termina.

     Gracias

     PD. La película, por si lo preferís