lunes, 28 de junio de 2021

Hermanos de Sangre. Ernst Haffner

 


     "Diminutos integrantes de una sinuosa, fatigada fila de hombres que se extiende por el largo patio de la fábrica y dos pisos más, los ocho chavales de la pandilla Hermanos de Sangre hacen cola y aguardan, al igual que otros cien, a que por fin los dejen pasar del terrible frío húmedo a las cálidas salas de espera. Faltan todavía tres o cuatro minutos. Después, a las ocho en punto, se abre la pesada puerta de hierro en el segundo piso. El centro de beneficencia del distrito Berlín-Mitte, en la Chausseestrasse, da el tirón de arranque para la puesta en marcha de su complicada actividad burocrática. El impulso se propaga en sucesivos serpenteos por la hilera humana. Los integrantes avanzan, arrastran los pies, sostienen en las manos una gran cantidad de papeles exigidos. Previsoramente ha sido publicado con autorización oficial un manual impreso que detalla, en una columna interminable, los papeles necesarios y los veinticuatro puntos de la ciudad donde pueden obtenerse".

     Lo mismo que se publican al año decenas de libros sobre la II Guerra Mundial, hay un periodo que está más o menos olvidado por la literatura y que a mi me resulta particularmente interesante: el de entreguerras. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Hermanos de sangre, una relectura.

     Los hermanos de sangre son una banda como otra cualquiera que sobrevive en la Alemania de entreguerras haciendo lo que sea necesario para ello. Conocemos sus historias de una forma casi relatada, alterna, para saber de dónde vienen y el poco futuro que parece esperar a estos huérfanos de guerra en su mayoría, que acaban en casas de acogida de las que huyen debido a las condiciones y el trato recibido, hacia una vida en la calle que los hermana en cuadrillas de raqueros supervivientes.

     Pocos datos existen sobre el autor de este libro. Se sabe que lo publicó en 1932 y que, tras el ascenso al poder de los nazis, fue uno de los miles de títulos prohibidos y perseguidos. De hecho, a finales de esa misma década, Haffner fue, al igual que sus editores, condenado por la Reichsschrifttumskammer y se cree que el autor del libro murió y junto con estos hechos, la historia que relataba en su novela. Hasta que en 2013 una editorial modesta decide publicarla y es aceptada con entusiasmo por el público y la crítica. Ahora, además de la historia, son conocidos los intentos de la editorial por dar con alguien de la familia del autor llegando incluso a poner anuncios en la prensa que jamás han dado frutos. Como podéis ver, los libros son mucho más que las historias que relatan. Hoy, con la novela leída, supongo que la novela se prohíbe porque la imagen que nos deja de Alemania dista mucho de ser la de un lugar maravilloso poblado por una raza superior. Pero esto ya es elucubrar.
     Lo que si puedo es contaros que el autor mediante sus historias nos deja un retrato fiel de la sociedad empobrecida que sale de una guerra diezmada económicamente y con familias que son, cuanto menos, damnificados del momento en el que les ha tocado vivir. Queda un país en el que los barrios bajos, la prostitución y la diferencia de clases sociales marcan la vida de sus habitantes, sobre todo en ciudades como Berlín. Hay miseria y enfermedades en la lucha constante de esos jóvenes a los que el autor no concede tregua y una crítica social que no se detiene en las casas de acogida o en los correccionales en los que muchos de ellos acababan. Avanza mediante el ejemplo de dos chicos que intentan cambiar su futuro trabajando en  una idea y comenzando un negocio, hasta las dificultades para la reinserción en una sociedad en la que se te estamentaba convirtiendo tus posibilidades de mejora en algo prácticamente inexistente dependiendo del lugar que te hubiera tocado en suerte al nacer o de los errores que fueras cometiendo. Siempre que fueras pobre, claro. Porque la clase privilegiada ni siquiera habla de cometer errores. Pero en el lado de la banda de Johnny, en la cola del paro, o en la de Willi Kludas, que huye a Berlín para buscar una vida mejor y acaba siendo un hermano de sangre, las cosas no son fáciles en absoluto. He tardado hoy en poner nombre a los protagonistas porque, más allá de la estampa Dikensiana de las historias personales, lo que me ha interesando de la novela es el retrato global en el que el lector  sabe que los nombres no importan porque está ante la historia de miles de personas, de miles de nombres. Acostumbrada a representaciones positivistas menos sucias, Haffner abre los ojos a una ciudad implacable con la población de grupos marginales a los que pisotea la inocencia sin piedad porque ellos, ilusos, creen que pueden aspirar a algo mejor.

     Hermanos de sangre me ha parecido una magnífica novela que destaca como fresco de una época olvidada y que, en los casos en los que ha sido representada, lo ha hecho bajo una perspectiva desenfocada, más un fondo que una propia historia: la de los que sufrieron la guerra cuando esta terminó y que sufrirían la siguiente sin saberlo, tras haber luchado en las batallas de las calles.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

6 comentarios:

Lady Aliena dijo... [Responder]

No creo que me anime esta vez, porque esta etapa histórica me cuesta mucho.
Besos.

Irene M dijo... [Responder]

¡Holaaaa!

La verdad es que tienes razón, la etapa de entreguerras parece que está más olvidada en la literatura y uff, desde luego da para mucho y es igualmente muy cruda.
El libro no tiene mala pinta en absoluto, después de tu crítica me dejas con la intriga, aunque probablemente para más adelante cuando me apetezca algo de este estilo.

¡muchos besos!

CHARO dijo... [Responder]

Me ha resultado muy interesante tu reseña.Besicos

Margari dijo... [Responder]

Tomo nota, que es cierto que esta etapa de entreguerras está más olvidada y me gusta leer sobre ella. Pero dime una cosa, con "Reichsschrifttumskammer" has hecho un copia y pega, ¿verdad? Anda que la palabrita...
Besotes!!!

Neftis dijo... [Responder]

No me termina de llamar la atencion, no creo que lo lea. Esta semana la empiezo terminado Kiss & cry y no se que empezare despues.

Saludos

Paseando entre páginas dijo... [Responder]

No es de mi estilo al ser tan de reflejo de una sociedad y, aunque dices que este período te gusta, a mí no me llama la atención especialmente. Lo que sí me ha parecido muy curioso es todo lo relativo al autor y los pocos datos que hay de él.