jueves, 28 de junio de 2012

Unos días para pasear



     Bueno, pues ya llevo un año por aquí... empecé en blogpost y no había opción para seguidores así que a finales de agosto me mudé a blogger y fuí pasando con fecha y día todas las entradas. Así que mi año será más en agosto que ahora, pero me quedo con un lugar intermedio, por eso de que en el punto medio está la virtud.
     Celebré los mil seguidores con el sorteo del kindle y celebro un año por aquí con unos días de vacaciones. Eso sí, volveré para el día diez que se cierra el sorteo, y no estaré ausente del todo, al menos en las redes sociales ya que no se si tengo wifi en el lugar al que voy.

     Hice mis deberes y pagué un cargo extra en el avión por llevar otro bulto. Esta tarde me he sentado delante del pc con actitud ceremoniosa y he estado metiendo libros en el lector. Más de los que necesito, por si las moscas. Y qué narices, porque esos no pesan y son fáciles de llevar y manejables. Así que me voy unos días de vacaciones y aún no dije a donde.

     Os cuento... mi idea es viajar por tierras verdes en las que haya grandes justas a caballo delante de castillos medievales, cuando el sol aprieta me refugiaré en calles grises cubiertas de suave neblina, seguramente con cielos grises como los ojos de hermosas mujeres que tal vez existieron, será mi ciudad de los ojos grises. Y serán mujeres que vivieron junto a puentes de sombras y a las que, cuando se vacían las playas les regalan Flores de Baudelaire. Otro día tal vez aterrice en una gran ciudad como Nueva York, donde dicen que hay partículas elementales y un buda de los suburbios al que acude la gente para preguntarle si sigue vivo aquel árbol que crece en Brooklyn. Lo mejor de mi viaje, amigos, es que no llevo un mapa del territorio, no hay un plan pretrazado y voy recogiendo cada día la sugerencia de una nueva parada, cada vez puedo terminar en un lugar incierto donde acaso en el mismo Hotel Savoy que yo, hicieron noche a los que hoy dicen Detectives Salvajes. O tal vez no... tal vez acabe solo en Berlín, o sola en mi caso, buscando una librería ambulante, de esas que a todos nos enamoran y cuyo olor a libro viejo y fantasía es como una bofetada, La bofetada diría yo, al abrir la puerta. Pasados esos días, volveré de la Metrópolis, no tengo claro si en barco o en tren pero, en caso de ser este último, me andaré con cuidado no me sienten con un príncipe idiota, no sea que me entren ganas de asesinarlo... antes de apearme del Orient Express.


     Y lo mejor de mi viaje, ahora si, es que lo haré como en un libro que traje hace poco, La mano de la buena fortuna, sin moverme de la silla que me encuentre en ese momento. Y que puede ser un sillón de orejas desde el que se pasea el cuervo, un banco de un barco en el que se juega una partida de ajedrez o, perfectamente, un café en Viena en el que se sienta Mendel el de los libros.


     Os doy las gracias por venir cada día, no olvidéis volver a mi regreso. Creo que ya me he acostumbrado mal a teneros revoloteando entre los tomos de mis libros y recojo sugerencias y presto otros y hablo en clubs y cafés maravillosos. Hoy no os pregunto nada, aunque podéis decirme dónde os vais de vacaciones si las tenéis o tal vez dónde os gustaría ir o qué os gustaría hacer, pero cuidado con la respuesta, tal vez diga demasiado de los valientes que decidan compartirlo con todos. A mi me encantará leerlo, a fin de cuentas esta no es mi casa sino la de todos. Y es, sin lugar a dudas, un gran placer conoceros.

     Atentamente:

     Mientrasleo.

miércoles, 27 de junio de 2012

Nuestra Señora de París. Víctor Hugo



     "Hace hoy trescientos cuarenta y ocho años, seis meses y diecinueve días que los parisinos se despertaron al ruido de todas las campanas repicando a todo repicar en el triple recinto de la Cité, de la Universidad y de la Ville.
     De aquel 6 de enero de 1482 la historia no ha guardado ningún recuerdo. Nada destacable en aquel acontecimiento que desde muy temprano hizo voltear las campanas y que puso en movimiento a los burgueses de París; no se trataba de ningún ataque de borgoñeses o picardos, ni de ninguna reliquia paseada en procesión; tampoco de una manifestación de estudiantes en la Viña de Laas ni de la repentina presencia de Nuestro muy temido y respetado señor, el Rey, ni siquiera de una atractiva ejecución publica, en el patíbulo, de un grupo de ladrones o ladronas por la justicia de París. No lo motivaba tampoco la aparición, tan familiar en el París del siglo XV, de ninguna atractiva y exótica embajada, pues hacía apenas dos días que la última de estas cabalgatas, precisamente la de la embajada flamenca, había tenido lugar para concertar el matrimonio entre el Delfín y Margarita de Flandes, con gran enojo, por cierto, de monseñor el Cardenal de Borbón que, para complacer al rey, hubo de fingir agrado ante todo el rústico gentío de burgomaestres flamencos y hubo de obsequiarles en su palacio de Borbón con una atractiva representación y una entretenida farsa, mientras una fuerte lluvia inundaba y deterioraba las magníficas tapicerías colocadas a la entrada para la recepción de la embajada."


     No seré yo quien tire la primera piedra contra las adaptaciones que realiza Walt Disney para niños y, por qué no reconocerlo, mayores en las salas de cine. Sin embargo muchas obras, grandes obras,  cambian a su gusto para que aparezca la princesa adecuada o la trama que mejor le conviene. Uno de sus ejemplos más claros es Ariel, la sirenita que poco o nada tiene que ver con el cuento clásico. Hoy traigo una obra de esas que se escriben con letras mayúsculas y que Disney ha tocado con su varita mágica sin hacer esta vez princesas. Hoy traigo a mi estantería virtual, Nuestra Señora de París.


     Estamos en París en pleno siglo XV y conocemos a una gitana, Esmeralda. Ella predice el porvenir y tiene una belleza misteriosa capaz de atraer las miradas de cualquier hombre de los que se pasean por las oscuras calles de la ciudad. Se ve acusada de la muerte de su amado y es condenada al patíbulo, cuando  aparece Quasimodo, un hombre recluído al campanario de Nuestra Señora por su fealdad que siempre estuvo agradecido del trato recibido por la gitana. Este hombre cuya fealdad exterior se compensa con su belleza interior le dará refugio en suelo sagrado.

     Hoy traigo una tarea titánica. Hablar sobre un libro del que se ha escrito de todo, son setecientas páginas que asustan de una historia contada en el cine, la ópera, musicales, animación..Y sin embargo sigue quedando mucho por decir. Victor Hugo la escribió por encargo, ya que en el Reino Unido se había puesto de moda leer la novela histórica de Walter Scott y se intentó emular. Se puso manos a la obra y tras percances y retrasos, consiguió crear esta obra redonda con aspecto de novelón fácil y muchas lecturas entre sus líneas.

     Pese a lo dicho anteriormente el eje de la historia es el triángulo formado por Quasimodo, su protector Claudio Frollo y el objeto del amor de ambos, la gitana Esmeralda, que decide posar sus ojos en el capitán de arqueros. En torno a esta historia central aparecerán mil y un personajes secundarios y capítulos repletos de descripciones que harán el deleite de los enamorados del arte francés que irán dando forma a una historia con todos los ingredientes para ser una gran novela. Hay secuestros, cárceles, amor en todas sus variantes de la sexual a la filial, duelos, muertes, pasiones de todo tipo y mucho, mucho sentimiento. De hecho, lo primero que sorprende es que haya salido una famosa historia infantil de un libro tan cruel. Y junto a todo ello las reflexiones del autor, que aparece para mostrarnos sus explicaciones y motivos y para dejarnos entrever una crítica velada a la sociedad, al uso de la cultura y monumentos y al trasfondo de las personas.

     Si algo me ha sorprendido es la pasión del autor por los lugares que retrata transportándonos a ellos a través de sus páginas. Y el mimo con el que compone personajes completos que se desnudan delante del lector para que los conozca tan íntimamente como el propio creador. todos ellos inolvidables e imprescindibles a la hora de componer esta triste historia. Pero no nos vayamos a confundir, una historia triste no ha de ser fea o deprimente, de hecho esta es una de las historias más hermosas que he leído jamás, por eso la traigo. A medida que avanzamos el libro que comenzó siendo lento se torna apasionante exigiendo las horas libres del lector para conducirlo a unas páginas finales simplemente perfectas.

     Hoy traigo uno de esos libros que parece fácil hablar de ellos sin haberlos leído porque su historia nos resulta familiar a todos, pero si me hacéis caso es un libro imprescindible. Merece la pena echarlo un vistazo y ahora, con el lector digital... ni siquiera nos parece voluminoso. Eso sí, recordad que no tiene mucho que ver con la película de dibujos.

     Por cierto.. ¿Qué os parecen este tipo de versiones casi libres para los niños? ¿Pensáis que les acercan a la literatura de los clásicos?

     Gracias

martes, 26 de junio de 2012

Deja en paz al diablo. John Verdon

   



     "Había que detenerla. Las insinuaciones no habían funcionado. No había hecho caso de sugerencias sutiles. Se precisaba una acción más contundente. Algo drástico e inequívoco, acompañado por una explicación clara. Esto último era crucial, no podía dejar lugar a la duda ni a las preguntas. Tenía que hacer entender el mensaje a la policía, a los medios y a esa ingenua entrometida, todos tenían que estar de acuerdo respecto a su significado. Bajó pensativamente la mirada a la libreta amarilla que tenía delante y empezó a escribir:
     Tienes que abandonar de inmediato tu mal concebido proyecto. Lo que estás proponiendo hacer es intolerable. Glorifica a la gente más destructiva de la Tierra. Ridiculiza mi persecución de la justicia al ensalzar a los criminales a los que he ejecutado. Crea compasión inmerecida por los más viles entre los viles. Esto no puede ocurrir. No lo permitiré. He dormido diez años en paz con mi éxito, en la paz de mi mensaje al mundo, en la paz de mi justicia. Si me fuerzan a tomar las armas otra vez, el precio será terrible."


     Esta me la compré para las vacaciones. Palabra que sí... pero el otro día me sobraba un rato y no tenía otro libro a mano salvo este que se me había quedado olvidado en el coche...Y claro, lo acabé por empezar para pasar el rato. Para cuando me quise dar cuenta me había leído la mitad del libro y se me había empezado a hacer tarde, y al día siguiente lo terminé. Hoy traigo a mi estantería virtual, Deja en paz al diablo-


Gurney está pasando un mal momento. Tras su último caso sufre estrés post traumático. En medio de este estado y con la preocupación de su mujer reaparece en su vida una antigua amiga periodista que le pide ayuda para el proyecto periodístico que realiza su hija Kim. Está investigando unos asesinatos mientras sufre el acoso de su exnovio y Gurney pronto se pone en estado de alerta por las grietas que quedaron en el primero y por la situación de Kim en el segundo.


     Lo sé, lo se... había dicho que me caía mal David Gurney. Para quien no lo conozca os lo presento. Este hombre llegó hace dos años con una maleta en la que llevaba 25 años trabajando como detective de homicidios para la policía de Nueva York que se retiró estando en lo mas alto. Ahora vive con su segunda esposa en una casa en las colinas de Delaware. Tuvieron un hijo común fallecido en su infancia y tienen una relación complicada y un hijo de Gurney con su primera mujer. El resto de los datos son más o menos habituales, un problema; la claustrofobia, una afición; las fotografías, una ayuda en sus casos; el punto de lucidez de su mujer...
     Supongo que por todo esto es por lo que el detective Gurney se me antojó gastado desde la primera novela. es un personaje que ya hemos conocido más veces bajo otras caras y otros nombres. Unas veces más amable, otras más hosco.. pero pocas variantes más. Por eso agradezco especialmente al autor que en este caso haya cuidado un poco más sus relaciones familiares haciendo menos repetitivo el libro.

     En esta ocasión y pese a que la novela tiene menos fisuras que las anteriores, no he conseguido engancharme tanto. Es una novela entretenida que tira mucho del componente psicológico para intentar obligarnos a ir por delante de sus protagonistas. Busca que nos acerquemos a ellos para conseguir un lazo emocional que nos haga vibrar, pero en mi caso no termina de conseguirlo y eso ha hecho que no disfrutara tanto la novela. Cuida muchísimo los detalles y cada descripción, cada paisaje y cada situación tienen un motivo en esta novela de verano.

     Si me tuviera  que quedar con una no hay duda posible, la intriga numérica de Se lo que estás pensando. Pero una vez empezados y conocidos sus personajes es difícil resistirse a continuar la saga. Es difícil resistir a la tentación que supone buscar las vueltas más intrincadas posibles para descubrir al culpable.

     Aunque... ¿vosotros no estáis cansados del concepto estereotipado del del detective retirado y mujer con complejo de abandonada?

     Gracias

lunes, 25 de junio de 2012

Las flores del mal. Charles Pierre Baudelaire




Epígrafe para un libro condenado

Lector apacible y bucólico, 
Ingenuo y sobrio hombre de bien, 
Tira este libro saturniano, 
Melancólico y orgiástico. 

Si no cursaste tu retórica 
Con Satán, el decano astuto, 
¡Tíralo! nada entenderás 
O me juzgarás histérico. 

Mas si de hechizos a salvo, 
Tu mirar tienta el abismo, 
Léeme y sabrás amarme; 

Alma curiosa que padeces 
Y en pos vas de tu paraíso, 
¡Compadéceme!... ¡O te maldigo!


     Siempre digo que me prodigo poco en poesía. No porque no me guste sino porque de todos los géneros, es el más íntimo a la hora de opinar. Íntimo por los sentimientos que nos lega el autor, íntimo también por los que recibimos, y por aquellos con los que leemos y, sobre todo, íntimo por lo que descubrimos de nosotros mismos a la hora de hablar de los poemas que nos han gustado. Tengo, muchos lo sabéis, un cuaderno en el que copio poemas, de autores conocidos o no tanto, a alguno incluso os pedí permiso para copiar alguna creación que os ví en mi improvisado poemario de palabras ajenas. Bien, hoy traigo poesía, un clásico imprescindible para ir paladeando despacio. Hoy traigo a mi estantería virtual, Las flores del mal.

     Baudelaire fue llamado poeta maldito. No porque sus letras versaran de temas escandalosos, sino por su vida, plagada de escándalos y excesos. Escribió además sobre el mal, los pecados, ayudando a afianzar esa etiqueta que jamás le preocupó. Publicado por primera vez en 1.857 Las flores del mal abarca toda la trayectoria poética del autor durante 17 años. El título de la obra iba a haber sido Las lesbianas o Los limbos, puesto que el tema sobre el que originariamente iba a escribir eran los pecados capitales. Sin embargo la idea quedó en el camino y ya salió a la venta en una escueta tirada de poco más de mil ejemplares con el título que lo conocemos hoy.  Varios de sus poemas fueron censurados (Les bijoux, Lesbos, Le Léthé, Á celle qui est trop gaie, Femmes damnées y Les métamorphoses du vampire) y sustituidos por otros para la segunda edición que vería la luz cuatro años después, ampliando su extensión ya que se unieron más de los eliminados, pero aún no estaba finalizada la obra. Tras fallecer su autor, se publicaría de forma póstuma el libro tal y como lo conocemos hoy, con un total de 151 poemas contando los censurados, aquellos que añadió y los pertenecientes a su libro Épaves.

     Baudelaire se expresa con contundencia en su obra, el pecado y la muerte son recurrentes en este libro cuyo título no puede dejar de parecernos irónico en un momento en que los poetas hablaban de flores románticas, bellas y dulces. Revoluciona la poesía llamándose a sí mismo moderno, construyendo un libro cuyo leit-motiv  es el paso de la vida de una forma implacable hacia la muerte. Dejándose llevar por sus propias obsesiones nos introduce en un mundo plagado de sentidos, con adjetivos contundentes que convierten cada palabra en una sentencia, cada estrofa en un dardo que se clava y nos hace desear dominar la lengua original por el miedo a las pérdidas residuales de las traducciones en los poemas.

     Nos lega así un tratado en forma de versos irónicos, trágicos, con ritmo constante y simbolismos llenos de significado, en el que desfilan ante nuestros ojos los vicios y los placeres que embotan al ser humano. Es un libro para leer despacio, y para releer, sin encontrarnos con un clásico desfasado sino a un poeta consciente de su poder a través de las letras. Nos habla también de la poesía, del arte que se reencarna el placeres al alcance del hombre como puede ser el cuerpo femenino.
     Una vez más un título que a todos nos suena y que muchos parece que tememos abrir. Una lectura para paladear, imprescindible para los amantes de los versos y para aquellos que disfrutan con poemas sueltos. Porque no olvidemos que es poesía, no se lee en una tarde o una semana, sino que se hace con calma, disfrutando de las palabras. Porque si algo tiene Baudelaire es que sabe como hacer disfrutar al lector.

     Y a vosotros, ¿os gusta la poesía?

     Gracias

sábado, 23 de junio de 2012

La noche de San Juan

Hoguera San Juan
Quema de libros


   






   
       La noche del 23 de junio se celebra el solsticio de verano. Con la estación entrada hace apenas días, comienza esta estación y se presenta por delante la noche más corta del año para disfrute de todos. La Iglesia celebra la fiesta de San Juan Bautista aunque para ello tenga que adelantarlo unas horas y, siendo uno de los santos más celebrados del continente europeo, se juntan así tradiciones religiosas y paganas.

     Pero antes de enfrentarnos a esta noche mágica en que las horas se llenan de luz para no dejar que los fantasmas se posen, tendremos que saber como acudir a celebrarlo. Y más en los tiempos que corren, que no hay que dejar escapar la más mínima oportunidad de tentar a una suerte cada vez más reticente a sonreirnos.

     Juntemos el sol, el fuego y el agua. Mandemos a los niños y niñas a recoger leña, apilados desde varios días antes en una zona llana (a veces se juntan tradición y seguridad, eso está bien). No hace falta que las hagamos bonitas, simples piras que al prenderse recuerden la cara del sol, que nos den calor y purifiquen de los malos espíritus que acechan en apenas unas horas de noche que nos aguarda. Aunque si nos queremos asegurar, siempre podemos quemar muñecos, incluso ninots que simbolicen aquello que hace falta desinfectar al calor de la hoguera. Toca verbena: si ya la planta es curativa esa noche, celebrar una saltando la hoguera, cantar, bailar, reir, compartir... es lo adecuado, lógico incluso si te paras a pensarlo. Si te atreves, por diversión o superstición, caminar dos metros sobre las brasas (vamos, que has tenido a los niños recogiendo palos durante díaS, en plural), se permite incluso tropezar, pero no caer. Y ahora viene lo mejor; esperar todos juntos a que se apague para coger unas pocas cenizas( pensadlo, si la hoguera es purificadora, qué no podrán hacer esas cenizas).
     Y cuando se apague, que lo hará dejando el ambiente caldeado, el olor a humo y la alegría en los paladares, permaneced atentos... porque justo en el momento en el que el sol sustituye a la hoguera iluminando el nuevo amanecer, justo cuando sus rayos se posan en el horizonte... se purifican las aguas y hay que buscar un río o bahía, lago o ducha, y dejar que el agua resbale llevándose las sombras del corazón de quien se está bañando(desnudos, pero eso lo explico justo debajo).

     Ahora, si eres un lector supersticioso acudirás a la playa con una patata para asegurarte, asándola en la hoguera, que no te falte comida; de camino a casa te tumbarás sobre el rocío (si el tiempo lo permite) para así estar protegido durante el año, porque claro, en el mar ya te has bañado, desnudo y de espaldas, que garantiza mínimo un prodigio durante el año siguiente (dependiendo del país tal vez sea no morir de neumonía). Aunque claro, tal vez no puedas ir... al menos si estás soltero, porque si a las doce de la noche, justo cuando comienza el día 24, te asomas a la ventana, verás pasar al amor de tu vida (esperemos que salgan solteros a la calle o empiezo a entender que sea una fiesta pagana). Si quemas un papel en el que hayas escrito lo que quieres olvidar, te encontrarás mejor (esto viene a ser como romper un plato,,, no soluciona, pero libera). Si una mujer se mira desnuda y de espaldas en un espejo, justo a media noche y alumbrada por una vela, verá el momento de su muerte (no termino de verle la gracia a esta tradición, hay que tener mucha elasticidad para girarse tanto o está claro que no se puede hacer esto junto con lo del bienestar, al menos al día siguiente). Si madrugas el día 24, no pasarás sueño durante el resto del año (pero no dice nada de no acostarse que os estoy viendo venir).  Y así podríamos seguir con una lista sin fin de tareas que convirtieran esta noche en la más afanosamente ridícula del año pero que, a buen seguro, garantizaría una risa en cualquier observador.

     Personalmente os pediría que no quemáseis libros en esta hoguera, ni siquiera papel, no sea que la historia haya ocultado como empezaron a quemar libros los bomberos del recientemente fallecido Bradbury, o acabemos haciendo una hoguera de vanidades. Mejor hagamos como propuso Shakespeare y disfrutemos de esta noche mágica, ya de verano. Cantemos y contemos historias, incluso cuentos de terror en los que vemos bailar al diablo dentro de una hoguera y, sobre todo, no olvidemos felicitar a Juan porque al final, entre tanta tarea seguro que nos saltamos algo que es justo la fórmula mágica para conservar amigos (recordar su santo). Y, si eso nos pasa, siempre podemos intentar recuperarlo tocando una serenata a guitarra, para eso la cogimos y nos pusimos bajo una higuera durante la noche, que nuestro trabajo nos costo convencer a todos de que era el mejor sitio para hacer la hoguera. Y es que... aunque el camino de brasas haya sido bordeando el árbol y el mar esté un poco lejos. Por un amigo merece la pena.

     Además, digo yo una cosa ¿quien de todos nosotros no es un poco supersticioso?

     Gracias y, como dirían los celtas, feliz Alban Heruin

viernes, 22 de junio de 2012

Lo mejor que le puede pasar a un cruasán. Pablo Tusset



     "Lo mejor que le puede pasar a un cruasán es que lo unten con mantequilla; eso pensé mientras rellenaba uno abierto por la mitad con margarina vegetal de oferta, me acuerdo. Y me acuerdo también de que estaba a punto de hincarle el diente cuando sonó el teléfono.
     Lo hice, a sabiendas de que tendría que contestar con la boca llena:
     ...."

     Aprovechando que la editorial Destino saca una edición conmemorativa con una portada que me parece preciosa, y aprovechando también que en este momento hay pocas cosas que nos hagan reír (sobre todo si vemos las noticias), hoy traigo un libro divertidísimo que descubrí por casualidad hace un tiempo. Hoy traigo a mi estantería virtual el curioso título que poco a poco se nos fue haciendo familiar a todos, Lo mejor que le puede pasar a un cruasán.

     Conocemos a Pablo Baloo Miralles, un treintañero portador de todas las virtudes. Es holgazán, misógino, filósofo a ratos en la red, asiduo visitante de prostíbulos y con un sentido del humor irreverente. Su hermano, el triunfador, desaparece y se embarcará en una historia de intriga. Lo que empezó siendo una búsqueda sencilla de una posible fuga amorosa acabará conduciéndonos por las calles de Barcelona en una divertida historia.

     Pablo Tussets es el pseudónimo de David Homedes Carneo, un autor que también me era totalmente desconocido. Él mismo cuenta que tardó más de dos años en escribir el libro y recibió muchas negativas antes de toparse con una editorial que se arriesgara con una historia a todas luces diferente. La novela resultó un éxito de ventas, se llevo el Premio Tigre Juan a autores noveles y ha sido traducida a 17 idiomas.

     Estamos ante un libro cuya característica principal es la cercanía del lenguaje utilizado por el autor, lo que en un primer momento nos resulta chocante por los términos mundanos, casi vulgares, se nos termina antojando normal. La descripción del personaje principal es el mejor ejemplo de ello; un hombre con todos los defectos posibles incluyendo una lengua mordaz y certera puntería en sus comentarios, que va ganando el afecto del lector que, lejos de buscar sentirse identificado con el protagonista, lo adopta consintiendo sus salidas de tono y se sorprende asintiendo ante alguna de sus afirmaciones. Está ambientado en una Barcelona urbana, actual, casi una jungla por la que nos podemos ver caminando pese que no abundan las descripciones.

     Es una novela refrescante e ingeniosa que me sacó la sonrisa desde la primera página. No es Mendoza como muchos se empeñan, y tampoco creo que esa sea la intención del autor al escribir la historia. Es, sin más pretensiones, un libro muy entretenido que sorprende a ratos con una carcajada fácil y que te gana en las primeras páginas. La visión del mundo a través de Miralles no tiene desperdicio, os lo aseguro.

     Y ahora viene la parte más complicada. Pese a que el libro te gana en las primeras páginas y su lectura se hace ágil flojea en el final. Y, como todos los libros cuyo final no es el esperado, llega la controversia que pasa desde la crítica más feroz a un final convertido en despropósito hasta los elogios más ardientes alabando precisamente eso. Si me preguntan a mí no es el mejor de los finales, tal vez cogido un poco por los pelos en algunos puntos, pero se le perdona. Porque lo que se disfruta de este libro es el conjunto, el ingenio, y no la trama que no deja de ser una excusa para contar una historia.

     Ahora que ha entrado el verano hay veces que solo buscamos libros divertidos, que nos entretengan sin complicarnos mucho y , si nos sacan una sonrisa, pues mejor que mejor. Además... todos conocemos a alguien que nos recuerda vagamente al "Torrente" de turno, aunque no sea policía ni del Atlético de Madrid ¿verdad?

     Gracias

jueves, 21 de junio de 2012

Los hijos de la tierra. Jean M. Auel




     "La niña desnuda salió corriendo del cobertizo de cuero hacia la playa rocosa en el recodo  del riachuelo. No se le ocurrió volver la mirada. Nada en su experiencia le daba razón  alguna para poner en duda que el refugio y los que estaban adentro siguieran allí cuando regresan.
     Se echó al río chapoteando y al alejarse de la orilla, que se hundía rápidamente sintió como  la arena y los guijarros se escapaban bajos sus pies. Se zambulló en el agua fría y salió  nuevamente, escupiendo, antes de dar unas brazadas firmes para alcanzar la escarpada orilla  opuesta. Había aprendido a nadar antes de andar y a los cinco años de edad se encontraba a  gusto en el agua. En muchas ocasiones, la única manera en que se podía cruzar un rió era  nadando."


     Hoy dejo de lado títulos individuales para traer una saga. Tal vez a mucha gente joven no le resulte demasiado familiar el nombre puesto que su primer volumen salió hace unos cuantos años, pero en su día El clan del oso cavernario fue uno de los libros más vendidos y leído por culpa del ya famoso boca a oreja y, de este modo, todos fuimos interesándonos en su protagonista. Una niña muy especial. Por eso hoy he decidido meter los seis libros en mi mochila para ponerlos en mi estantería virtual. Hoy traigo la saga, Los hijos de la tierra.


     Os presento a Ayla, una niña Cromañón que nace en la última fase de la Era Glaciar. Neandertales y cromañones coexisten y ella, con sólo cinco años, queda aislada de su tribu y es acogida por los neandertales. Es una niña despierta y difícil que genera curiosidad y recelo en el grupo, es acogida y cuidada por la curandera del grupo y poco a poco va demostrando que no es como las mujeres a las que están acostumbrados. Viviremos su expulsión, la agudeza de su ingenio para sobrevivir y como se enamora de Jondalar. De su mano conoceremos cuevas, el fuego, mamuts; pasaremos por ríos, desiertos y glaciares. Una historia de superación, dificultades y muchos sentimientos en un apasionante viaje.

     Decir que esta saga es la historia de Ayla y Jondalar es quedarse corto. Es cierto que tiene un peso importante, ambos se encuentran en un momento crucial, ella sola, expulsada del Clan del oso cavernario que la recogió, y el al borde de la muerte. Ambos son un bálsamo para el otro, son diferentes, muestran signos de inteligencia y perspicacia y eso les une. Pero esta saga es mucho más que eso. Es la historia de un viaje repleto de aventuras y pequeños detalles que nos sitúan perfectamente en el momento histórico en que viven sus protagonistas.

     Si algo sobresale en esta saga son las descripciones, que demuestran una documentación magnífica. De hecho su autora estuvo en las cuevas de la cornisa cantábrica, Altamira, Tito Bustillo... situando en ellas a Ayla y haciendo que muchos lectores soñasen con sus personajes en un entorno conocido y recientemente reconocido como el más antiguo con pinturas rupestres. Es más, algunos de los personajes de sus novelas han tomado forma en sus investigaciones tanto en Altamira como en Shanidar a partir de fósiles hayados en las cuevas.

     Es una saga con una gran repercusión, ambientada hace millones de años pero que nos describe sentimientos fácilmente identificables, hay teorías que desarrolla la autora que hoy nos "chirrían", pero son fácilmente obviables para la historia. Una historia que se puede leer de forma independiente, con libros que tienen un comienzo y un final en todos los casos, lo cual es de agradecer y que, como mérito añadido si no habéis leído ninguno, ya están todos ellos a la venta.

     Comento esto último porque muchas veces soy reticente a una lectura porque se que me puede dejar una historia mediada sin tener ni idea de cuando sale a la venta la continuación. Y teniendo en cuenta las respuestas que dan algunos autores a la pregunta de los fans sobre el tiempo que falta para el siguiente libro... vale más no preguntar. Ya sabéis, se dice que ante la eterna pregunta sobre el tema George R. R. Martin, autor de la saga Canción de hielo y fuego, respondió:
     "Cada vez que alguien me pregunta cuánto queda para el próximo libro, mato a un Stark".


     No se si es cierto o no, pero.. ¿no os desespera esperar a que salga el siguiente libro de una saga que ya os ha enganchado?

     Gracias
Cuevas de Altamira

     PD. Saga Los hijos de la tierra:
     1. El clan del Oso Cavernario
     2. El Valle de los Caballos
     3. Los cazadores de mamuts
     4. Las llanuras del tránsito
     5. Los refugios de piedra
     6. La tierra de las cuevas pintadas

miércoles, 20 de junio de 2012

Mendel el de los libros. Stefan Zweig



     "Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido”

     Decir a estas alturas que Zweig es uno de mis autores favoritos creo que sobra. Su vida, de la que ya he hablado en este blog y su obra, me parecen fascinantes en ambos casos. Poco a poco, tras haber descubierto su Novela de ajedrez me he ido leyendo cuanto caía suyo en mis manos y, pese a que aún no me he metido en sus biografías en el blog, en las que me parece que sobresale, traigo hoy uno de sus títulos más representativos. hoy traigo a mi estantería virtual a Mendel el de los libros.


     Os presento a Mendel, un judío de procedencia rusa que lleva tres décadas viviendo en Austria. Su vida se dibuja a través de los libros que han pasado por sus manos y, son tantos, que historiadores, estudiantes y eruditos acuden a él. todo el mundo conoce a Mendel y lo que les puede proporcionar y Mendel sólo conoce los libros ajeno a un entorno cambiante con el paso de  los años. Sin embargo su vida cambia drásticamente cuando la policía alemana intercepta correspondencia entre un librero francés y un hombre al que llaman Mendel el de los libros.


      Para mí una de las mejores cosas que tiene este autor es que no me ha fallado nunca. Se que en sus libros me voy a encontrar un estilo sobrio y conciso cargado de matices.No hay argumentos complejos con vueltas de tuerca a una historia que nos resulte incomprensible, sino que se basa en historias sencillas. No busca tampoco una gran prosa llena de figuras que embelesen al lector con el uso de la palabra, sino a modo de gran boceto representarnos a sus personajes con apenas unos firmes trazos y que ellos nos acompañen por sus vivencias. Y tal vez Mendel es uno de sus ejemplos más claros. En una mesa de un café cualquiera, en este caso el Gluck, se nos va dibujando la figura del librero, esta persona que atesora conocimientos que pueden verse perdidos en el abismo de la vida y el olvido que nos va atrapando a todos una vez desaparecemos.

     Zweig nos trae una vez más un relato largo o novela corta, en apenas cincuenta páginas consigue emocionarnos con este relato. Al menos a mi me consiguió emocionar con la figura de este librero del que nos dice que lee libros como los devotos rezan, los ludópatas juegan o como los borrachos... bueno, mejor descubridlo vosotros mismos. Nunca la historia de una obsesión se presentó de forma tan hermosa, sentado delante de sus amarillentas páginas, meciendo su cuerpo con concentración y ritmo casi hipnóticos nos lleva a través de sus páginas por un mundo que no le interesa porque no aparece plasmado con tinta. Pero todo tiene un precio y Mendel no se ha dado cuenta de que es un inmigrante sin servicio militar ni papeles, jamás le importó hasta que dió con sus huesos en un campo de concentración. Y vivimos esa acusación junto a él viéndola en toda su dimensión cruel e injusta, porque Mendel ya nos ha ganado el corazón y sabemos que no merece ese destino. Y nos emociona sin remedio la vida de este hombre.

     Hace unos días os preguntaba en qué historia os gustaría entrar. Hoy voy a cambiar un poco mi pregunta para saber en qué lugar os gustaría poner un pie para poder verlo de forma real e, inclinando luego un poco la cabeza, percibirlo con los ojos con los que os lo enseñó el autor. En mi caso está bastante claro, me gustaría poner un pie en el café Gluck en Austria, y girando la cabeza un poco, entornar los ojos en la mesa de la izquierda, esa sobre la que recaen más sombras del local, y poder vislumbrar un instante a Mendel. Ahora que me fijo... lo veo encorvado ligeramente sobre sus papeles. Mejor no digo más, creo que está leyendo y no me gustaría interrumpirlo. A fin de cuentas... os lo acabo de presentar, no perdáis la oportunidad de conocerlo.

     Y a vosotros, ¿qué lugar os gustaría descubrir con vuestros propios ojos?

     Gracias

martes, 19 de junio de 2012

El rayo dormido. Carmen Amoraga



     Algunos árboles son alcanzados por un rayo y en lugar de arder el fuego queda latente hasta que años después se queman de forma violenta.
     Carmen Amoraga


     "Antonio recuerda perfectamente cómo y cuando conoció a la que tiempo después sería su mujer. Mi mujer no, rectifica. Mi compañera, dice. Mi amor, mi amante, mi amiga. Se queda mirando un instante al suelo y luego levanta la vista; la dirige al cielo, y luego la baja de nuevo hasta mis ojos. Casi cincuenta años lleva siendo eso, mi compañera. Insiste."

    Conocía esta autora por sus premios y, si algo le caracteriza, es su forma cercana de escribir. Sus personajes tangibles, casi amigos al finalizar el libro. Cuando me enteré de que había nueva novela, no pude menos que leerla. Hoy traigo a mi estantería virtual, El rayo dormido.


     Conocemos a Natalia, una periodista que ha tenido que cerrar su agencia de comunicación y que lleva una vida marcada por la insatisfacción. Es una mujer solitaria marcada por la sombra de una amistad que desapareció de su vida y reaparece gracias a las redes sociales. Mientras tantea esa vieja amistad con Carmen comienza a investigar una historia. Otras dos vidas, esta vez dos vecinos que se vieron enfrentados durante la guerra. A través de esta historia, Natalia irá encontrando un orden.

     Como he dicho al principio, lo mejor de Carmen Amoraga es el trato que da a sus personajes. Los percibimos de una forma íntima, como amigos que nos cuentan sus confidencias; y justamente eso hacen Natalia y Carmen, mostrando que bajo unas vidas aparentemente ordenadas se esconden secretos íntimos, inseguridades y miedos. Si tuviera que definir el libro de una forma rápida sería confesiones. Las de estas dos mujeres al amparo de Facebook, y las de quienes ayudan en su investigación a Natalia.
     Mediante entrevistas, muchas veces a ancianos que sólo buscan un poco de compañía y conversación, acompañamos a la periodista a través de la historia de España para descubrir a Antonio, un republicano, y Jose Emilio, un cura ejecutado. Junto a ellos nos adentramos en la historia de la Nueve, que tengo que reconocer que yo desconocía y me ha resultado interesantísima relatada a modo de "recuerdos de abuelo".

     La Nueve, por si os pasa como a mí, fue un grupo de hombres entre los que se contaron republicanos y hostiles a Franco que lucharon en la Segunda Guerra Mundial, participando en la liberación de París. Y ahí estaba Antonio, en la Nueve... y justo en el otro lado de la misma historia se encuentra José Emilio, el cura, idealista y convencido de sus actos que era asesinado en 1.938, hecho que a su vez marcaría la vida del primero.

     Pese a todo no definiría la novela de Amoraga como una novela histórica.  Si que hay documentación palpable en la historia, pero lo que prima son las relaciones entre las personas. Entre las amigas que se distancian hasta verse unidas en una red social, marcadas por un sentimiento de soledad pese a que pueden estar rodeadas de gente, incluso tenerlo todo. Y la de estos dos hombres, unidos por la vida para siempre en el recuerdo de Antonio. También él carga su historia con más o menos peso, tiene sus sombras que han ido marcando su vida y la de los que les rodean. Cuatro personas, dos historias y una estupenda novela.

     Y vosotros, ¿también atesoráis recuerdos que os han marcado?

     Gracias

lunes, 18 de junio de 2012

Los papeles de Aspern. Henry James




     "Había llegado yo a tener confianza con la señora Prest; en realidad, bien poco habría avanzado yo sin ella, pues  la idea fructífera, en todo el asunto, cayó de sus amistosos labios. Fue ella quien inventó el atajo, quien cortó el  nudo gordiano. No se supone que sea propio de la naturaleza de las mujeres el elevarse, por lo general, al punto  de vista más amplio y más liberal, quiero decir,  en un proyecto práctico; pero algunas veces me ha  impresionado que lancen con singular serenidad una idea atrevida, a la que no se habría elevado ningún hombre. «Sencillamente, pídales que le acepten a usted en plan de huésped.»"


     Una vez más traigo uno de esos autores que pareciera sólo han escrito un libro en su vida. No es así, evidentemente y he decidido esta vez desmarcarme con el que dicen es su mejor relato. Sin embargo, por la temática y la forma de expresarse el autor, nos da un punto de reflexión que lo acerca a la novela. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los papeles de Aspern.

     Aspern es un poeta famoso. Tras su fallecimiento, en un palacio veneciano se encuentran un editor obsesionado con encontrar "los papeles", la guardiana de dichos papeles, que no es otra que una antigua amante del poeta entrada en años, y la sobrina de esta última.

     La obra se inspira en una historia real que llegó a oídos del autor. En 1887 James conoce a la condesa Gamba, cuyo marido tenía un lejano parentesco con el último amor de Lord Bayron. Con una relación así, conservaban en la familia las coartas de amor del ya fallecido autor, y James se empeñó en leerlas, dejándole la condesa con un palmo de narices. Poco tiempo después un hombre cualquiera, en este caso llamado Silsbee, admirador del poeta Shelley, se hospedaría en casa de la ya anciana amante de Byron, Claire Clarimont, con objeto de obtener unas cartas que tenía en su poder esta mujer firmadas tanto por su admirado Shelley, como por Byron. Esta anciana vivía con su sobrina nieta, quien propondría al joven Silsbee entregarle las cartas a cambio de matrimonio, cosa que el bostoniano no aceptó.

     Este libro cuenta con tres personajes, el narrador en el que se personifica el editor, y las dos mujeres Bordereau. La idea del narrador es, sin reparar en gastos, irse ganando la confianza de estas mujeres para así conseguir sus ansiados papeles. De algún modo se nos antoja un tesoro la consecución de estos papeles por parte del editor. Todo lo relacionado con su adorado señor Aspern se magnifica en la mente de este hombre. Cualquier precio parece que le va a resultar barato o justo en la lucha por conseguir dichos papeles. De una temática aparentemente sencilla James construye una historia maestra en la que vemos como la necesidad de conseguir esos papeles se va convirtiendo en una obsesión que atrapa a nuestro narrador. Cuanto más se le niegan, más fabula sobre su contenido y mas se enreda en su propia historia para lograrlos. Aun con esto, no es un personaje oscuro, no nos lo imaginemos maquinando con dedos huesudos detrás de las puertas, sino que con apenas cuatro trazos nos componemos a un hombre inteligente y con mucho carácter que se anticipa a una historia hoy habitual en biografías. Contar los secretos, sacar los papeles de los cajones con llave a cualquier precio y utilizar el morbo para conseguir más ventas.

     James nos introduce con un ritmo constante en una historia con personajes de acusados perfiles psicológicos a cuyos actos nos intentamos adelantar. Jugamos, y es del todo imposible evitar caer en la tentación, a adivinar que será de estos papeles, qué pasará con la anciana y con esa sobrina que ha vivido siempre a la sombra de una vieja mujer. Barajamos opciones, dudamos si queremos que se salga con la suya el narrador o es tal vez la anciana, o la sobrina, es la sobrina la que quiere salirse con la suya; entonces, ¿qué pasará con los papeles? ¿es justo que salgan a la luz cuando el autor los concibió como privados? y nos obliga a reflexionar sobre el precio de las cosas, la privacidad y la integridad que tenemos sobre nuestros propios precios.

     En realidad no hay más que mirar a nuestro alrededor, en biografías y artículos para saber responder a la pregunta de hoy, ¿el morbo vende también en librerías?

     Gracias

   

sábado, 16 de junio de 2012

Manías.



     Todos somos algo maniáticos, está claro. Y los lectores tenemos muchas manías enfocadas a nuestro pasatiempo favorito, la lectura. En el círculo que me muevo he podido observar algunas de mis compañeros bastante asombrada, mientras que otras veces son ellos los que me miran con esa cara a mí. Lo que está claro es que nos ayudan a disfrutar, forman parte de la atmósfera que necesitamos para  que los ratos que invertimos entre letras nos resulten más placenteros. Y por eso hacemos uso de ellas pero nos cuesta confesarlas. Porque seamos sinceros, llevo ya media docena de líneas y aún no os he contado que me gusta ordenar los libros a mi antojo. Pero no los de mi casa, sino los de las librerías cuando están en estantes colocados de cualquier manera o me encuentro a Thomas Mann junto a William Faulkner si pone que su orden es alfabético. aunque claro, lo mío no es nada al lado de una compañera que se empeña en estirar todas las esquinas de los libros de tapa blanda que van quedando dobladas, aprisionadas entre otros tantos en un hueco digno de un buen jugador de tetris.
     Una de la manías más comunes, y no miro a nadie aunque hay un blog que nos enseña los suyos con cada libro, es el uso de marcapáginas. Aquí hay para cualquier excentricidad casi. Tenemos a los que usan el metrobus, el DNI caducado, un marcapáginas para cada libro o los que doblan la esquinita de la página por la parte superior (estas también las estira concienzudamente mi compañera). Pero, gracias a Dios, de esta manía estoy libro... digo libre. A mi lo que me gusta es meter el mando a distancia de la tele entre las páginas del libro. Me parece bastante práctico porque por su grosor no tardo nada en encontrar por donde voy leyendo. Eso sí, en mi  casa no opinan lo mismo ya que al resto de la familia si que les gusta ver la televisión.

     Y qué me decís del cuidado? Hay quien los forra para que no se estropeen como ya os comenté en una ocasión, quien los pone papel charol negro para que nadie sepa el título que están leyendo, quien les quita la doble cubierta para que, si se estropea, esa esté nueva y tape los desperfectos y finalmente los nudistas, que les gusta el libro sin artificios. Luego están los que los anotan, subrayan, pegan post it y los que están en el lado contrario que no los quieren ni tan siquiera dedicados, ya que eso significa que alguien ha posado un bolígrafo sobre ellos.
     Los colocamos en casa en pie, tumbados, por tamaños, colores, autores o editoriales o, en mi caso, por una mezcla de todo ello que parece que sólo comprendo yo. Lo cual me resulta bastante útil en el caso de prestar un libro, ya que su hueco parece que llama a gritos al huésped habitual de esa estantería. Porque otra de mis manías es no prestar libros salvo a personas muy concretas. No por nada, si yo me fío... pero... por si se les olvida. No vaya a ser que les guste atesorarlos y se olviden que tengo un hueco en casa para mi libro favorito, todos los son, no me gusta discriminar.

     Desde luego que, por lo que veo... somos todos unos maniáticos. Y digo esto mientras miro el montón que está colocado como una pequeña columna junto a la mesilla de mi dormitorio pensando qué libro será el que me acompañe mañana al trabajo, el que hará que no salude a media docena de personas, me tropiece un par de veces posiblemente en el mismo sitio que ya me he tropezado hoy y que, sin lugar a dudas, me acorte considerablemente los diez minutos de camino que tengo.

     Y vosotros, ¿tenéis manías lectoras?

     Gracias

viernes, 15 de junio de 2012

La mano de la buena fortuna. Goran Petrovic






     "Era una frase en serbio. Como la siguiente también. Compuesta manualmente. Impresa en letras cirílicas. Entre los renglones se dejaba vislumbrar la impresión del reverso de la página. Originalmente de un blanco perfecto, el papel presentaba manchas maravillas del tiempo que se cuela por todas partes...
     Esperando que el joven examinara la página introductoria del libro, el hombre misterioso aparentaba entretenerse con la inspección de la oficina, un cuartucho al fondo del embudo del pasillo que no se había vuelto a pintar desde hacía tiempo. La estrecha habitación de uso general contenía sólo un archivador de persiana en desudo con una chapa varias veces forzada, un perchero con base, dos sillas destartaladas, un escritorio y una maceta con una desamparada planta de nochebuena."

     Si ahora os digo que llevo casi veinte años atesorando libros leídos no creo que os vaya a sorprender. a veces me pregunta alguien como mantengo este ritmo de lectura; es fácil, si os fijáis algunos comento el tiempo que hace que los leí. Pocos son los libros que uno lleva consigo durante mucho tiempo, los que nos deslumbran o nos mantienen la mente despierta en un viaje recurrente a lo que nos contaron sus páginas. Hoy traigo uno de esos libros que, además, es de difícil explicación. Llevo varios días dando vueltas en la cabeza sobre la forma de contar esta historia, así pues hoy traigo por fin a mi estantería virtual La mano de la buena fortuna.

     Conocemos a Anastas S. Branica, este hombre se enamora de Natalie leyendo un libro. La conoce porque ambos coinciden en la misma página, ambos leen el mismo libro en la misma página a la misma hora y así es como coinciden. Se ven en varias ocasiones, siempre en el mismo párrafo, pero tal vez tengan que dejar de verse, así que Anastas decide escribir una novela donde ella y él serán los únicos personajes y lectores llamada Mi legado.


     Ya con esta brevísima sinopsis supongo que os habéis hecho una idea de lo diferente que se antoja esta lectura. Para todos los amantes de las letras, sumergirnos en las historias que nos trae el autor supone muchas veces caminar por calles, oler aromas, ver caras de forma nítida, incluso "ver por los ojos" de sus protagonistas. Aquí el autor va un paso más allá. Coloca a los lectores como personajes, a los que son personajes y a los que ahora somos lectores estableciendo una realidad espejo. Por un lado nosotros leemos su libro y por otro sus personajes leen Mi legado. Mi legado es un libro de cartas, realmente no tiene una gran historia, ni personajes, pero si descripciones. Y no sólo eso, sino que es un punto de encuentro, de arranque en el que la tinta forma parte de la vida o la vida se convierte en tinta al fundirse con ella durante la lectura. Nos acerca así el autor un libro de amor, de amor por las letras, por los libros, las historias y también entre sus personajes. Los que ya os he presentado y el resto que irán apareciendo, buenos y malos que asoman sus ojos a las letras y con ello a nuestras vidas.

     Si la mayor fantasía del lector es convertirse en un Bastian que pudo internarse en La historia interminable, con ello juega Petrovic. Juega con las ilusiones de los amantes de los libros para traernos así esta bellísima historia escrita a lo largo de poco más de trescientas páginas de una forma magistral.
     Tropecé con este libro por casualidad, y disfruté de cada una de sus letras. dicen que leer un libro de este autor es condenar la siguiente lectura, porque cualquier cosa que se lea después "sabe a menos". No diré tanto, pero si es cierto que  que es uno de esos libros especiales que se recomiendan con la esperanza de haber sido el primero en descubrirlos, provocando la necesidad en los demás de descubrirlos para luego comentar las virtudes que tienen. Y eso hago hoy; compartir mi descubrimiento con todos vosotros. Si no lo conocéis hacedme caso, merece la pena.

     Si pudiérais entrar en una historia, ¿cuál sería la vuestra?

    Gracias

jueves, 14 de junio de 2012

Las llaves de Crystal. Vanesa Jiménez




     "Mi historia comienza un fatídico 15 de diciembre del 2003, cuando después de un año marcado por las continuas luchas contra el cáncer, finalmente fallece mi padre en un pequeño hospital de la capital malagueña. Fue entonces, a partir de ese trance, cuando mi vida empezó a sufrir una gran transformación interior, que afectaba a los aspectos más trascendentales de ella."


     Hay libros que tienen varias lecturas. Depende de lo que piense la persona que se enfrenta a sus letras lo interpreta de un modo u otro. Generalmente estos libros suelen tratar temas controvertidos como la religión y las creencias, aunque pueden tratar de sexo, filias, fobias... Hoy, he decidido traer uno de esos libros al blog. Se trata de Las llaves de Crystal.

     Conocemos a Crystal, una joven que lleva una vida arropada al calor y la seguridad de su hogar, al igual que muchos jóvenes hoy en día. Sin embargo su vida sufre un revés al fallecer su padre obligándole a tomar las riendas de su vida y asumir unas responsabilidades que le van a tocar demasiado pronto. Desde ese momento, su vida interior y exterior cambian.

     Crystal descubre los libros de Brian Weiss y, en ellos una ayuda para lo que ya ha comenzado a sentir así que, por si os sucede como a mí, os haré una introducción sobre el señor Weiss. Ha sido director psiquiátrico del Hospital Monte Sinaí y profesor en la Universidad de Miami, esta vez vaya su formación por delante por si sois tan escépticos como yo. Se ha hecho famoso como autor de una serie de libros en los que explica sus teorías sobre el amor y la reencarnación. Dentro del campo médico es un autor controvertido que afirma basarse en las experiencias de sus pacientes tratados mediante terapias regresivas. Como siempre sucede en estos casos tiene seguidores y detractores, pero lo cierto es que mucha gente afirma haber encontrado ayuda en sus libros y métodos y el señor Weiss es un firme defensor de la existencia de almas gemelas. Para Weiss además, en cada vida queda un poso de las anteriores y a su vez la vida actual será parte de ese poso para nuestras vidas futuras.

     Cada vez que había visto este libro reseñado siempre se acompañaba de la expresión "mente abierta". Como ya he dicho antes soy una persona bastante escéptica en general, no sólo en este tema sino en otros muchos. De hecho ni siquiera me acerco habitualmente a libros de autoayuda, así que mi toma de contacto con este libro fue con cierto recelo. Cuando leí que iba a relatar sus experiencias y la forma en que había evolucionado a partir del sufrimiento que le había supuesto la penosa enfermedad y llegué al fallecimiento de su padre cerré el libro y lo volví a empezar. Me encontraba ante una historia diferente.
     Vanesa escribe una historia muy emotiva que trata sobre su vida, y lo hace de una forma cercana, de amiga tomando un café. Y también desinhibida. Sin temor a ser juzgada por sus letras, lo cual es un acto de valentía. Nos relata como reacciona ante una tragedia, como poco a poco intenta encontrar su sitio sin conseguirlo, sin llegar a sentirse cómoda salvo en momentos fugaces y como, recibe el impulso que necesita para sentirse bien a través de la terapia regresiva y la hipnosis. Es un libro positivo, casi un diario en el que se escapan frases que dejan entrever destellos de un entusiasmo anticipado por lo que nos tiene que contar. No busca convencer al lector sino simplemente compartir, y esa es la virtud del libro que permite disfrutarlo. Ya he usado esta expresión una vez en el tiempo que llevo por el blog y hoy me repito, me ha dado la sensación de leer un libro de autoayuda para el autor y no para el lector y este giro de perspectiva unido al alma gemela, esa frase hecha que todos hemos utilizado alguna vez y que ahora nos plantea como posible, han tirado de mí hasta terminar el libro. Reencarnaciones, hipnosis, regresiones... temas complejos todos ellos que estamos acostumbrados a abordarlos siempre desde los mismos ángulos, hoy un libro que expone otro punto de vista y que invita a la reflexión.

     Hoy he abierto mecha hablando de mi escepticismo, y vosotros ¿os consideráis escépticos?

     Gracias

miércoles, 13 de junio de 2012

El juego de los abalorios. Herman Hesse



     "Es nuestro propósito consignar en este libro el escaso material biográfico que pudimos hallar acerca de Josef Knecht, el magister ludí Josephus, como se le llama en los archivos del “Juego de Abalorios”. No nos ciega el hecho de que este intento está de algún modo en contradicción con las leyes y los usos vigentes en la vida espiritual, o por lo menos parece estarlo. Porque precisamente la eliminación de lo individual, la inserción más acabada posible de la persona en la jerarquía de las autoridades educativas y de las ciencias, es uno de los supremos principios de nuestra vida del espíritu. Y este principio ha sido realizado también por larga tradición tan ampliamente que hoy es difícil en extremo, y en muchos casos aun del todo imposible, encontrar pormenores biográficos y psicológicos de individuos que han servido en forma sobresaliente a esta jerarquía; en muchísimos casos no se pueden establecer siquiera los nombres propios. En realidad, es una de las características de la vida espiritual de nuestra “provincia”, el que su organización jerárquica posea el ideal de lo anónimo y llegue muy cerca de la realización de este ideal."
   
     Hay autores que nos vienen marcados por una o dos obras. Es el caso del autor que hoy traigo al blog, Herman Hesse, quien era para mí el autor de Siddartha hasta que descubrí que su obra más famosa era el libro que hoy traigo y me lancé a leerlo, eso sí, desde la precaución que viene siempre motivada por el reconocimiento manifiesto de una obra por las grandes voces de la crítica. Me llevé una sorpresa tanto por la temática como por el contenido. Hoy traigo a mi estantería virtual un juego, El juego de los abalorios.

     Nos traslada el autor a Castalia, en el año 2.400. Comparten en este libro protagonismo, el juego que da nombre al libro al que se dedican los intelectuales de esta sociedad futurista y el maestro Josef Knecht, al que conocemos durante su vida y aprendizaje hasta convertirse en maestro.

     Estamos ante la gran obra de Hess, nombrada durante su entrega del Premio Nobel de literatura y, sin embargo, dejada de lado frente a El lobo estepario, Demian o Shiddarta. Se publicó con grandes dificultades, más por empeño del editor que del propio autor viendo la luz apenas un puñado de ejemplares en su primera tirada que fueron considerados pequeños tesoros por aquellos que pudieron acceder a su lectura.

     Lo primero que llama la atención es el ambiente futurista que recrea el autor, basándose en un arquetipo de sociedad que se basa en su propia satisfacción, sin desarrollar ningún tipo de sentimiento crítico hacia lo que les rodea. Resulta cuanto menos curioso que un autor de principios del siglo pasado reflejara de una forma tan vívida una sociedad que se aproxima mucho a la actual en la que los libros han perdido vigencia frente a los televisores que son, muchas veces, quienes hacen de niñeras de lo que serán los dirigentes del futuro. Crea El juego de los abalorios, que da nombre al libro, partiendo seguramente de la idea del ábaco y planteándolo como un sistema que combina todas las ciencias del conocimiento y que incentiva a pensar y descubrir nuevos puntos de vista de aquellos privilegiados que lo practican, siendo el eslabón más alto el del Maestro del juego. Con todo no deja de ser un juego empírico y para ello utiliza Hesse a su protagonista, un hombre que asciende poco a poco estudiando desde su infancia por la escalera social que va asimilada al juego y que, estando en lo más alto, no puede evitar comparar su vida con el mundo viendo que ha estado hasta ese momento en una utopía, no tanto irrealizable como imposible en la práctica, que le lleva a cambiar su concepto de la vida.

     Entra de este modo Hesse en la crítica que tanto le gustaba, diferenciando al pueblo llano y a la orden encargada de legar a ser "Castaglios". Una crítica velada a la iglesia y a la sociedad en la que vivió el autor que muestra su fascinación por las artes y, sobre todo, por las ciencias. No olvidemos que refleja un mundo en el que la cultura ha dejado paso a las ciencias mostrando una utopía repetida mil veces en otras tantas obras y que, como ha de suceder con todo aquello que se nos antoja numérico y carente de sentimientos, termina abocado al fracaso. Una obra con un tinte pesimista en la que nos vemos empujados a valorar aquello que tenemos, sobre todo en momentos como este en que unos números que varían a cada instante en pantallas que recorren el mundo, parecen regir nuestras vidas sin que nadie nos haya pedido nuestra opinión. Una obra compleja, difícil de expresar en apenas un puñado de líneas, pero que tiene muchos puntos para debatir, el primero de todos muy básico:
Aquello que puede parecer perfecto sobre el papel, la teoría... ¿deja su perfección en el camino a la práctica?

     Gracias

martes, 12 de junio de 2012

La isla del tesoro. Robert Louis Stevenson



     " Y a la tercera repetición del coro, empujó las barras del cabrestante al frente de ellos con gran brío. Más aun en aquel momento de excitación, ese canto lúgubre me trasladaba con la imaginación, en un segundo, a mi vieja posada del Almirante Benbow, en la cual oía de nuevo la voz de aquel capitán sobresaliendo sobre el coro entero. Pero muy pronto el ancla estaba ya fuera y se la dejaba colgar, escurriendo junto a la proa. Pronto se izaron también las velas, que comenzaron a hincharse suavemente con la brisa, y las costas y los buques empezaron a desfilar ante mis ojos de uno y otro lado, de tal manera que, antes de que hubiera ido a buscar en el sueño una hora de descanso, ya La Española había zarpado gentilmente, empezando su viaje hacia la isla del Tesoro. "


     Todos pasamos una época de novelas de aventuras. Todos tenemos una edad en la que nos fascinan los tesoros pirata  y las banderas con tibias cruzando la calavera ya reconocida como pirata. Y todos, absolutamente todos, sabemos lo que significa el contorno de una gran X en el suelo. Por eso traigo hoy este clásico, porque nos hizo soñar en papel o en cualquiera de sus adaptaciones y, sobre todo, porque marca una edad. Hoy traigo a mi estantería virtual, La isla del tesoro.

     Conocemos a Jim Hawkings, quien tras morir su padre, descubre un mapa del tesoro en el interior de un baúl cuyo último propietario fue un fallecido pirata. Este mapa hace que Jim se embarque en un viaje a una isla tropical con el objeto de encontrar el tesoro. Empieza el viaje de la vida.

     Es curioso como uno de los títulos más sonados de la literatura nació como un pasatiempo. Un Stevenson que contaba con 30 años se fue de vacaciones con su familia a Perth, una zona lluviosa que hizo gala de su fama recluyéndolos en casa. Precisamente por ello había que entretener a su hijastro, así que Stevenson hacía dibujos para que los pintara. De este modo, a medida que se iba quedando sin ideas, deciden un día dibujar un mapa del tesoro, situándolo en una Isla del tesoro que empezarían a dibujar colocando árboles ríos y montañas que rodeasen el camino al tesoro. A partir del dibujo, Stevenson se dedicó a inventar el relato que iría leyendo por la noche a la familia como divertimento y, no sólo eso, sino que el proyecto se convirtió en entretenimiento común ya que todos aportaron sus ideas.

     Tal vez esta obra carezca de los personajes tan impactantes como Hyde, pero aún así todos conocemos a  John Silver, es uno de estos nombres que permanecen flotando en el aire y de los que todos, mas tarde o más temprano, hemos oído hablar. Y es que hoy llega una novela de piratas de las buenas, de barcos enormes, grumetes y parches en el ojo, con loros e islas peligrosas que se atisban desde viejos catalejos. Todo ello viene contado en primera persona por un joven que, poco a poco, va dándose cuenta de que la tripulación que lo acompaña, no es ni la mitad de fiel que parece.

     Como buena novela de aventuras, es de acción rápida. Si bien yo me quedo con la primera parte, que aún careciendo de las descripciones que nos vamos a encontrar a medida que avanzamos, me resulta mucho más intrigante. Ese viaje hacia una isla remota, la búsqueda del barco y la tripulación y, finalmente, echarse a la mar, me enamoraron. Está narrado con sencillez, no olvidemos que se trata de una novela juvenil, así que ni siquiera en los capítulos en alta mar nos sentimos acobardados por las palabras que utilizan. Tampoco encontramos uno de los rasgos habituales en la obra de Stevenson; la crítica. No se juzga aquí las decisiones ni la moralidad de sus personajes, ya que están todos encasillados en su papel de "buenos" o "malos" que no buscan sorprendernos sino sobresalir en su actuación.

     Hoy desembarcan Jim y John Silver; el bueno y el malo de la película. El joven que se enfrenta a un viaje que cambiará su vida y el astuto pirata que nos deslumbró la primera vez que lo vimos, en pie sobre su pata de palo, con el loro posado sobre su hombro y con cierto tufillo a ron. ¿quién podría olvidarlo si se nos presenta así?

     Por mi parte he disfrutado mucho con este tipo de novelas de aventuras, y vosotros ¿Cúal es la que más recordáis?

     Gracias

     PD: Os dejo la canción

lunes, 11 de junio de 2012

La casa de los espíritus. Isabel Allende




     " La memoria es frágil y el transcurso de una vida es muy breve y sucede tan deprisa que no alcanzamos a ver la relación entre los acontecimientos, no podemos medir la consecuencia de los actos... por eso mi abuela Clara escribía en sus cuadernos, para ver las cosas en su dimensión real. "

     Isabel Allende es uno de esos nombres que poco a poco se hizo un hueco en las librerías del mundo. Bien a través de la obra que hoy traigo, bien con la dramática historia de su hija Paula, nos ha ido conmoviendo con su particular forma de ver la vida en la que la influencia del realismo mágico siempre se ha hecho notar.
Hoy traigo a mi estantería virtual su primera gran novela, tal vez en la que se percibe más y mejor la magia. Traigo, La casa de los espíritus.


     En esta novela nos presenta a los Trueba, una familia chilena venida a menos que, por un golpe de la vida, recupera su situación anterior. A partir de este momento, veremos como las mujeres de la novela durante cuatro generaciones, van sosteniendo a esta familia, mostrándonos el universo femenino en todo su esplendor.

     Decir a estas alturas que toda la obra literaria de Isabel Allende ronda el golpe de estado de Pinochet es no descubrir nada, ya que siendo ella la sobrina de Salvador Allende se nos antoja algo obvio que esto sea así.  En este libro a un paso más allá, recorriendo mientras acompaña a estas generaciones una gran parte de la historia de su país abarcando algo más de las dos terceras partes del siglo XX. Cuando se habla de la influencia del realismo mágico en esta obra no hay que pensar en Cien años de soledad, ya que Allende es mucho más sutil, aumentando la sensación de realidad a medida que se avanza la novela; si bien hay ciertos toques que no pueden pasarnos desapercibidos, como el hecho de que todas las mujeres de la familia Trueba tengas nombres relacionados con el color blanco.
     Apreciamos como se corresponde, las diferencias entre hombres y mujeres en este contexto histórico. Las mujeres de Isabel son fuertes, educadas, con una gran vida interior y conscientes de sus responsabilidades en el hogar, mientras que los hombres , viéndolo perfectamente representado en Esteban, son los que sostienen económicamente a la familia, autoritarios y conscientes de tener todos los derechos.

     A través de esta familia conocida ya por muchos, vamos siendo testigos de la historia de un país, de su política, sus costumbres firmemente arraigadas... y todo ello con unos personajes que son tratados por la prosa dulce de Allende. Eso provoca en el lector sentimientos casi viscerales hacia sus personajes, pese a que pueden cambiar durante el camino que recorremos ninguno nos deja indiferentes. Me quedo con el personaje de Clara, la madre de la familia, que me ganó desde el principio con su curioso don y se me antojó una mujer que sufría uno de los peores males, la soledad.

     Hoy traigo un libro comparado mil veces con un gran clásico como es Cien años de soledad, un libro en el que aparecen personajes reales vestidos de ficción como el propio Salvador Allende, escrito por varios personajes y con un ritmo pausado posiblemente provocado por la escasez de diálogos. Pese a todo esto, o precisamente a causa de todo lo anterior, es un libro que merece la pena descubrirse. Incluso si habéis visto la película, hay cosas que recrea la mente que quedan fuera del ojo de una cámara.  Animáos a conocer a la familia Trueba.

     Y vosotros, ¿ya habéis descubierto a Isabel Allende?

     Gracias

sábado, 9 de junio de 2012

Entrevista a Javier Rovira

     Y si ayer os presentaba el libro, hoy lo hago con el autor.
     Javier Rovira es pianista profesional, concertista y profesor de conservatorio. Es, además, licenciado en Filología Hispánica. Ha pasado por Madrid, París y Bruselas, ofrecido recitales en muchos países y compagina con todo ello la literatura. Sesión privada es su primera y única obra en el mercado. Un hombre amable y cercano desde el primer momento.


     -¿Cómo se pasa de la música a la literatura? ¿O forma todo un poco parte de una pasión por las artes?
     - Creo que son actividades perfectamente compatibles, no hay por qué abandonar una para llegar a la otra. La música forma parte de mi vida desde siempre, lo mismo que la lectura, y aunque es verdad que la escritura ha ido ocupando cada vez más espacio, por ahora intento que las dos actividades “se lleven bien”;  digamos que cada una tiene su sitio, y su momento.
     - ¿Cómo surge la idea de Sesión Privada?
     - A partir de una imagen del escritor austriaco Stefan Zweig junto a su esposa, en Petrópolis, se acababan de suicidar y alguien los fotografió.  La visión de esa pareja muerta en la cama me impactó profundamente y enseguida comenzaron las preguntas: ¿cuánto amor hay que sentir para llegar a algo tan definitivo? ¿Cuánta confianza debemos tener en el otro? ¿Y qué pasaría si, finalmente, uno de los dos no muere? Sesión privada nada tiene que ver con Zweig pero el embrión está ahí, en esa fotografía terrible y en ese suicidio compartido, los dos elementos forman parte del germen de la novela.
     -  Su protagonista, Marcos Alvar, tiene un poco de muchos lectores que también están un tanto cansados de “novelas de la guerra” y lo vamos viendo como se enreda, ¿crees que ese es uno de sus puntos de unión con el lector, un guiño?
     - Es posible. Marcos es un tipo bastante cercano -y creo que simpático- que vive una existencia feliz y tranquila junto a su esposa y su hija. Nada más comenzar su investigación, confiesa que huye como de la peste “de todas esas novelas y películas repletas de heroicas milicianas y desalmados falangistas”, y que todo lo que tenga que ver con nuestra historia reciente le produce una especie de bostezo. Su postura no es inventada, se trata de argumentos que yo he escuchado a menudo en mi entorno y que en algún momento me han dejado perplejo puesto que no creo  que debamos reabrir heridas, pero tampoco olvidar o ningunear las que no han llegado a cerrarse. Yo quería contar algunos episodios de la guerra no muy conocidos y me pareció interesante hacerlo a través de un narrador descreído; luego, conforme va descubriendo cosas, Marcos no tendrá más remedio que replantearse algunas cuestiones.
     -  Cuánto le ha llevado documentarte, escribir la novela…  y , sobre todo, crear esos ambientes tremendos de Madrid en los años 50.
     - He escrito la historia conforme me documentaba, a lo largo de todo un año de trabajo intenso. Yo no soy como el narrador y sí que me interesa nuestra guerra, de modo que profundizar, por ejemplo, en lo que sucedió en febrero del año 37 en la carretera que va de Málaga a Almería  me  resultó apasionante. En cuanto al Madrid de los 50, he de decir que me ha divertido mucho recrear Pasapoga o Chicote con sus mambos y martinis, sus busconas de postín y sus estraperlistas con el Haiga en la puerta. El problema vino después, cuando quise mostrar también la cara oculta de esa sofisticada Gran Vía,  la podredumbre y la corrupción de toda una sociedad, la impunidad de los vencedores y la miseria de los vencidos..., ahí la verdad es que dejé de divertirme porque las escenas que surgían eran ciertamente tremendas.
     - Una de las cosas que me he quedado es con la figura del censor, sobre todo oscura. ¿Es así como usted la concibe?
     - Los censores fueron, desde mi punto de vista, verdaderos asesinos de la palabra durante cuarenta años de dictadura, figuras siempre en la sombra y muy pero que muy negras. Estoy seguro de que no todos fueron como los que yo pinto, aunque el trabajo en sí mismo me parece en general bastante siniestro. Mi idea era generar una novela dentro de otra, y ahí es donde surge el personaje del censor, Miguel Canales, alguien muy relacionado con las altas esferas pero también con los bajos fondos debido a sus extrañas aficiones. Miguel transita por un mundo de autoridades falangistas, crímenes, impostura, deseos prohibidos, chantajes, sobornos...; un mundo muy oscuro, efectivamente.
     -  ¿Cómo está viviendo esta primera incursión literaria?
     - Con ilusión, por supuesto, y  eso que el momento es bastante complicado.  He disfrutado mucho con todo el proceso de edición y también con la promoción, y  han surgido cosas interesantes como estar en la Feria del Libro de Madrid, participar en la BAN! de Buenos Aires o en la Semana Negra de Gijón. En fin, es la primera novela que publico y creo que no me puedo quejar. 
     - No me gustan las etiquetas, y su novela no es una excepción, ¿qué le parece que se coloque en las mesas de novela negra? 
     - A mí tampoco me gustan, pero el mercado editorial es así y he de reconocer que la novela no es fácilmente clasificable. Yo siempre digo que se trata de una historia con tintes negros, sobre todo en la parte de los años 50, aunque también hay una trama de guerra, elementos eróticos y toda una crónica del desamor. Mi idea era utilizar sin reparos ciertos clichés  y es verdad que hay mucha intriga y mucho trampantojo, una rubia platino muy al uso, cócteles y humo de tabaco, crímenes que buscan culpable.... Luego, cuando todo acaba y el protagonista vive su peculiar catarsis, quiero pensar que se le invita al lector a reflexionar sobre ciertos asuntos; esa reflexión es para mí lo importante, el género es lo de menos.  
     - Tres hilos temporales que se van uniendo, ¿Cómo se consigue que no queden grietas?
     - Pues gracias por el cumplido, le confieso que la unión de las tres historias me dio bastantes quebraderos de cabeza.  Me apoyé en una estructura muy pensada y luego fui tirando de los hilos, fue un proceso duro pero estimulante porque me llevé algunas sorpresas, giros inesperados y tramas que se resolvían casi solas; luego intenté atar los cabos que seguían sueltos  y..., bueno, así quedó.
     -   ¿En este momento ya está pensando en su siguiente novela? 
     - Sí, claro, tengo bastantes apuntes y unas cuantas páginas escritas. Pero no acabo de encontrar la calma y la concentración necesarias, espero empezar cuando pase el verano.
     - Y, finalmente, no puedo terminar sin preguntarle qué está leyendo ahora mismo. 
     - Acabo de terminar Los perros negros, de Ian McEwan.

     Quería dar las gracias a Javier por su predisposición y tiempo para responder a mis preguntas. Ha sido un placer leerlo y conocerlo más allá de su obra.

     Y como siempre, gracias a todos vosotros que sois los que hacéis este blog cuyas cifras empiezan a escapárseme de las manos. Además veo que os animáis al sorteo.

viernes, 8 de junio de 2012

Sesión Privada. Javier Rovira


     "De modo que ahí estaba yo, en Málaga, observando cómo intentaban desenterrar unas cuantas maderas para complacer así a una chiflada. No me había costado demasiado conseguir el permiso y encontrar a la persona necesaria, regento desde hace veinte años un negocio de pompas fúnebres y en este mundillo, como en todos, los contactos son importantes. Por entonces yo tenía muchos contactos. Ahora menos. Ahora no tengo casi nada."

     Cuando me recomendaron este libro lo cierto es que no conocía ni el título ni a su autor. Así que investigué un poco y me dí cuenta de que estaba ante una ópera prima. siempre me llaman la atención, y si os habéis fijado en la portada es muy cinematográfica, así que poco más hizo falta para que me decidiera a descubrir las letras de Javier Rovira. No se si vosotros ya lo conocéis, puesto que he visto que tiene bastantes ventas, pero yo hoy traigo a mi estantería virtual este descubrimiento, Sesión Privada.


     Conocemos a Marcos Alvar, un hombre desencantado con casi todo y que está aburrido de historias de la Guerra, que recibe un encargo de una anciana. Recuperar los restos metidos en un armario de dos familiares suyos. Están enterrados junto a la tapia de un cementerio, se trata de dos amantes que yacen abrazados, se suicidaron así que no tienen lápida, y le pagará bien por ello. Marcos acepta sin saber que está a punto de descubrir una historia que lo acompañará el resto de su vida.

    Como he comentado al comienzo, este libro ha sido un descubrimiento para mí. Está narrado con mucha sencillez y cercanía, poco a poco Marcos nos va contando su historia y consigue que nos pongamos a su lado comprendiendo perfectamente sus decisiones y sentimientos. Tengo que reconocer, eso sí, que en un primer momento tuve mis recelos sobre si esta era "una historia más sobre la Guerra Civil", y no, nada más lejos.

    Sesión Privada se compone de tres historias que el autor ha sabido entretejer sin fisuras, algo que ya he comentado alguna vez que me parece harto complicado. Si es difícil mantener el interés en una sola, conseguir hacerlo en tres es un logro. Lo hace alternándolas sin saltos abruptos, dejando que el lector sea el primero en hacer cábalas sobre quien es quien en esta historia llena de secretos y mentiras que se mueve a caballo entre las calles del Madrid de los años 50, lleno salas de fiesta, censores respetables y prostitutas que pasan por serlo; los últimos años de la Guerra con momentos difíciles en los que mucha gente huía; y se acerca hasta la actualidad. Se trata además de un libro muy ágil que mantiene el interés en todo momento, en el que reconocemos muchos clásicos del cine negro hasta el punto de tener la sensación de que somos nosotros los que estamos viendo una película antigua. Describe más ambientes que lugares, más gestos que personas, y eso otorga mucha fuerza a sus personajes, a todos ellos que se nos van descubriendo poco a poco, mostrando facetas nuevas y jugando con lo que pensamos de cada uno hasta encontrarnos con un final que yo, tengo que confesarlo, no supe anticipar.
   
     Es un libro de amores prohibidos y relaciones tortuosas: la de Marcos con su mujer que es con la que arranca el libro. La de la pareja que le ordenan buscar. Y la tercera pareja... sería la formada por un censor, y no tengo claro si esta vez hablar de su chófer en lugar de la mujer que lo acompaña. Porque aquí sobresale el libro. En la caracterización del respetable censor que esconde un secreto oscuro a través del ojo de una cámara de vídeo. Una historia morbosa que poco a poco va saliendo a la luz para deleite del lector que termina componiendo en la figura de este hombre una sombra negra vestida de traje que esconde mucho debajo de esa fachada de aparente solidez.

     Mi comienzo con este autor ha sido todo un acierto así que no puedo hacer otra cosa que recomendaros que lo descubráis por vosotros mismos.

     Un libro de secretos.. todo el mundo guarda algún secreto por pequeño que sea, ¿o no?
¿Qué pensáis?

     Gracias

jueves, 7 de junio de 2012

Elegía (Everyman). Philip Roth



     "De haber sido consciente del sufrimiento mortal de cada hombre y mujer a los que había conocido durante sus años de vida profesional, de la dolorosa historia de pesar, pérdida y estoicismo de cada uno, de miedo, pánico, aislamiento y terror, de haber conocido cada cosa que les había sido arrebatada y que en otro tiempo había sido vitalmente suya, y la manera sistemática en que eran destruidos, habría tenido que permanecer junto al teléfono todo el día hasta la noche, haciendo otro centenar de llamadas por lo menos. La vejez no es una batalla; la vejez es una masacre."

     Parece inevitable que todos vengamos hoy con un libro de este autor, desde ayer nuevo Premio Príncipe de Asturias. La verdad, me ha costado decidirme por un libro suyo. Es de esos autores complejos cuyos libros dicen mucho más de lo que se ve en la superficie. Pero cómo es la superficie!
Finalmente, he decidido traer esta novela corta o relato largo, tanto para iniciados como para novatos es todo un descubrimiento. Hoy traigo a mi estantería virtual, Elegía.

     Conocemos en este libro a un personaje sin nombre. Empezamos con muerte y terminamos con ella de la mano de un hombre que, viendo el final de su vida cerca, se sorprende de tenerlo así. A partir de ahí hace una reflexión sobre su vida, que ha estado ligada a la muerte.
La vida es un camino cuyo final es conocido. Y es el mismo para todos.

     Antes comentaba que me había resultado complicado elegir un libro que traer de este autor. Bien, si tenemos en cuenta que habla de absolutamente todo. Que tiene libros con muerte, sexo compulsivo, Hitler firmando con judíos tratados de paz en realidades alternativas.. empezamos a entender la dificultad. Con todo ello, este autor multipremiado y elegido ya como uno de los grandes nombres de las letras, no tiene una forma de escribir nada convencional.

     Elegía es un libro corto, escrito con la sencillez, y sin las florituras que muchos autores ponen a sus letras, que caracteriza a Roth. Su título original es Everyman, insisto en ello porque hay una película de Coixet titulada Elegy que está basada en un libro de este autor. Bien, no está basada en Elegía, sino en El Animal Moribundo.
Hechas estas aclaraciones desembarcamos en uno de los temas recurrentes del autor: la muerte. De lo que bien pudiera ser un cliché, como es el recordar toda una vida cuando se ve la muerte cerca, Roth nos da una lección. La muerte, ese complejo tema que todos vemos inevitable y, de alguna forma, evitamos enfrentar todo lo posible, ronda el libro de forma permanente. Planea entre ahogados, operaciones y finales a lo largo y ancho de la vida de nuestro personaje sin nombre. No es sin embargo una muerte angustiosa y acechante, sino una muerte aceptada y tranquila que va llegando acompañada de un deterior físico y mental que todos conocemos con el nombre de vejez. Tal vez sea a eso a lo que deberíamos temer un poco más. Tal vez haya que intentar disfrutar de las cosas durante nuestra juventud, mientras tengamos un bienestar físico que nos lo permita, ya que nadie va a escapar de ese final seguro.
     ¿Y que nos queda al mirar atrás? A nuestro protagonista le queda una vida común, con varios matrimonios, infidelidades, hijos que se han ido distanciando.. una vida común y corriente en definitiva. Ya sabemos que va a morir, el libro comienza con su funeral así que se evitan las elucubraciones sobre posibles finales de la historia. Y sin embargo es muy difícil frenar la lectura. Vemos como este hombre que ha tenido la muerte cerca va aferrándose a la vida, como haríamos todos. Y lo hacemos a través de una historia protagonizada por la salud de nuestro protagonista que nos intercala anécdotas personales y familiares con las que nos vamos formando la imagen de su entorno.

     Con todo no es un libro triste. No sabría si calificarlo de pesimista, tal vez realista tirando a gris para no verlo todo negro. Porque, como Roth nos enseña, pese a todos nuestros temores, pese a nuestras luchas permanentes, y sin importar si hemos alcanzado o no nuestros sueños; la muerte terminará por alcanzarnos.

     Me quedo con sus reflexiones, que consiguió hacerlas mías manejando los hilos de la historia de una forma magistral. Y me quedo con los ratos en que, cerrado ya el libro, le estuve dando vueltas a uno de los dúos más viejos del mundo; el de la vida con la muerte. Los que ya me conocéis sabéis la atracción que determinado tipo de libros ejerce sobre mí, entended entonces que me maraville con Everyman, cuyo  protagonista sin nombre podría ser cualquiera.

     ¿Habéis leído algo de Philip Roth o pensáis acercaros a él aprovechando este premio?

     Gracias