miércoles, 15 de enero de 2025

La Herencia. Helene Flood

 


     "Justo antes de que lleguen, enciendo todas las velas. Las de la mesa del comedor, las del aparador, las del estante. Me tomo mi tiempo. Supongo que quiero mostrarles algo, con tanta vela encendida, aunque estemos en junio y fuera todavía haya claridad. Que no tengo miedo, tal vez".

     Vamos con un poquito de best seller para cuando solo queremos desconectar del mundo. Hoy traigo a mi estantería virtual, La Herencia.

     Conocemos a Evy cuando vive en su casa, viuda. La historia aquí es la casa, siempre un eje central de su vida con Erling, su marido. Ella se casó enamorada y la casa es una herencia familiar que le ha hecho sentir una intrusa durante muchos años. Ahora un infarto la ha convertido en viuda y sus problemas de memoria en una vieja desorientada, aunque no tanto como para ser tratada como una niña por sus hijos. En realidad, el problema es que algo no termina de encajar, es como una sombra que se le escapa pero está segura de ello.

     En un momento en el que los narradores poco fiables ya no son una sorpresa, Helene Flood nos regala una historia articulada en torno a uno que juega con el miedo a la demencia y el olvido de una forma que hace que el lector no sepa si tener recelo o pena de su protagonista. Y eso hacía mucho que no me pasaba, porque los lectores nos vamos resabiando. En La herencia, Evy se descubre viuda pero, peor, aún, descubre que no conoce realmente a sus hijos. Todos parecen haberle ocultado cosas importantes "por su bien", todos se amparan en no preocuparla para hacer lo que les viene en gana o hablar con su padre sin ella delante. Y su marido tampoco le contaba las cosas. Por si fuera poco ahora ha aparecido un compañero de su marido al que apenas recuerda.  Y es que Evy tiene un problema con su memoria que debería de empezar a preocuparle, salvo que no lo hace. Muchas veces olvidar nos salva del recuerdo y Flood sabe llevar este punto con un buen pulso para entretener al lector.

     Es evidente, la novela empieza con olor a humo, que pasa algo más allá de una viuda que vive en casa cuyos hijos parecen pensar que está mejor en una residencia. Y es bastante evidente en alguno de sus puntos lo que está sucediendo, pero Flood no naufraga a la hora de llevar la historia a término y tengo que decir que me divertí mucho con ella. No es una novela policiaca, no hay un crimen o una desaparición, en realidad es una historia en la que la niebla de Evy empieza a disiparse y vamos descubriendo, o anticipándonos, lo que le ha sucedido. Y no voy a decir más, porque cualquier mínimo detalle os puede poner sobre aviso.

     Decir que hay que dar un margen para que la historia arranque, para entender que es una historia sobre la cabeza de Evy y dejarse llevar por ella. Si esperáis otra cosa, aquí no es. Pero si os animáis puedo confirmar que La Herencia es muy entretenido.

     Y vosotros, ¿os acercáis a este tipo de libros de puro entretenimiento?

     Gracias.

lunes, 13 de enero de 2025

La librería perdida. Evie Woods

 


     "Un buen cuento siempre comienza con una taza de té".

     Y aquí estamos, con otro libro que tiene como eje una librería. Pero bien podría ser una biblioteca, un secreto entre libros o un escritor o lector. No tenemos remedio y nos sentimos atraídos por libros sobre libros. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La librería perdida.

     Conocemos a una joven que escapa de los planes trazados por su hermano, que incluyen la consabida boda, huyendo a París, donde trabaja en una librería. En otro hilo, esta vez presente, será Martha quien escape de un matrimonio encontrando empleo en una casa junto a una librería, lo que la lleva a conocer a Henry, que está buscando un libro.

     La sinopsis nos habla de una librería en Dublín que está esperando a ser encontrada para hacerte descubrir que eres el protagonista de tu historia. O algo así. Pongo esta vez ese punto porque ahí se ve que la magia va a formar parte de la historia, y también va a ser uno de sus fallos puesto que no está bien desarrollado. Aún así estamos ante una novela que es un homenaje a los títulos que aparecen representados de forma directa o escondidos como si fueran una nota al margen, en pequeños detalles. No puede dejar de aludir a la famosa librera, Sylvia Beach, ni a tantos escritores como aparecen citados a los que llegamos a conocer mejor que a los propios protagonistas de la novela, que muchas veces quedan opacados por el brillo literario del entorno que se les creó pese a que la autora realiza un buen trabajo de voces. Sin embargo, lo que podría haber sido una gran historia, se siente poco trabajado. Henry no parece corresponderse con el papel que representa y es que, para ser un estudiante de doctorado que busca un manuscrito de Emily Brönte, carece de comportamientos básicos y se siente en él un desfase temporal que irá arrastrando toda la novela. No es el único problema en una historia en la que se siente un peso excesivo del romance, unos personajes marcados por líneas demasiado rígidas y un tono general que hace que parezca una historia escrita a mediados del siglo pasado.

     Supongo que a estas alturas muchos estaréis pensando que no aprendo y que vuelvo una y otra vez a caer en este tipo de temáticas, pero es que en el fondo siempre encuentro un punto que disfrutar, aunque sea el amor compartido por los libros con sus protagonistas o el ver asomar algún detalle literario aunque sea en una esquina.

     La librería perdida es una novela amable a la que se le podía haber sacado mucho más partido.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 23 de diciembre de 2024

La hora azul. Paula Hawkins

 


     "En el severo frío de una resplandeciente mañana de octubre, James Becker se detiene en el puente peatonal y, apoyando la cadera en la barandilla, se lía un cigarrillo. Bajo él, la corriente avanza negra y lenta, con el agua ya próxima a la congelación deslizándose cual melaza sobre piedras de un herrumbroso color anaranjado. El puente se encuentra a medio camino de su trayecto diario de casa al trabajo, que le lleva doce minutos desde la antigua caseta del guarda en la que vive hasta la Casa Fairburn, donde trabaja. Quince minutos si se detiene a fumarse un cigarrillo".
  
     Dicen que hay escritores que son comidos por el éxito de una novela, y puede ser en el caso de Drácula, ya que a muchos les costaría decir otro título del mismo autor. Pero también sucede otro caso y es que cuando un escritor tiene mucho éxito con su primera novela, o la primera que nos llega en el caso de las traducciones, con las siguientes se tiene que enfrentar a una de las palabras más temidas: expectativas. Hoy traigo a mi estantería virtual, La hora azul.

     Conocemos a James, que es conservador de la colección Fairburn. Ahora agarrémonos porque la esposa de James, Helen, fue prometida de Sebastian, son grandes amigos y aquí no ha pasado nada. Bueno, sí, que la madre de Sebastian es un dolor de muelas, pero nada más. El caso es que hay una mujer, Vanessa Capman, bellísima, hermosísima y artista, que cuando estaba en la cumbre se retiró a la isla de Eris, con la que James está un poco obsesionado, cuya obra es muy valorada. Y ahora se descubre que en una de sus esculturas hay un hueso aparentemente humano. James quiere evitar el escándalo, pero investiga mucho, tanto que sabremos que esta mujer fue amante del padre de Sebastian al que puso en su testamento en lugar de a Grace, que la cuidó hasta el final. Y ahora esta mujer se niega a dar documentos sobre la artista y eso lleva a que todos viajemos a la isla de Eris a ver qué pasó allí. Y es que en el camino hay quien desapareció, cosas que no se dijeron y algunos secretos que, como hemos visto en esta sinopsis mínima, pueden involucrar a cualquiera de los participantes.

     Una cosa que no le voy a perdonar a Hawkins es que escribiera La chica del tren. No por la novela en sí, esta te podía gustar o no gustar y no pasaba nada. Pero dio el pistoletazo de salida a un montón de gente que optó por seguir su estela barriendo como una ola salvaje mi interés. Dicho esto, vamos con la novela de hoy. 
     Cuando uno se enfrenta a una lectura de Hawkins ni busca alta literatura ni la espera. Es más bien la búsqueda de entretenimiento por entretenimiento. El bestseller que parece fácil pero detrás del cual están todos los escritores del mundo, lo reconozcan o no. Y es que aquí todos quieren escribir como Shakespeare pero aspiran a vender como Rowling. Y nadie me apea de ese burro.
En esta novela Hawkins repite formulismo de narrador poco fiable, aunque tal vez quede más camuflado al utilizar el recurso de los recuerdos, no hace falta que sea el alcohol ya que la propia memoria es traicionera, y se enfrenta con bastante éxito a un lector ya acostumbrado que recela hasta del nombre de la protagonista. Sin embargo tiene bastantes diferencias con ella, las suficientes como para no parecerse en absoluto, algo que agradezo. Hawkins escribe una novela con una cadencia pausada en la que va dejando pistas que son recogidas por el lector poco a poco, o incluso una vez resuelto el enigma las recordará identificándolas como tales. Muestra la naturaleza de Eris, la inspiración que provocó en la artista y deja que se sienta como parte de la novela mientras se van desarrollando una serie de acontecimientos que mantienen la atención entre lo personal (lo que vienen a ser triángulos amorosos) y lo formal de la trama de misterio. Es evidente que no estamos ante una novela policíaca, ni siquiera se aproxima, y hablo del misterio porque es realmente de lo que trata: un misterio. Pero estaría más cerca de Evelyn Hugo que de Perdida, si tengo que ser sincera. 
     Es verdad que no perdona las sorpresas y revelaciones finales, pero estamos ante una historia concebida para ser leída en más de un rato y creo que, sobre todo, para despegarse de estar ligada siempre al mismo tipo de novelas.

     En lo personal me ha gustado más La hora azul que La chica del tren. Me lo he pasado mejor. Pero es una novela a la que hay que llegar sabiendo qué no es, porque, como decía al comienzo, las expectativas son un arma peligrosa. Y no solo para el autor.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 2 de diciembre de 2024

La saga de los longevos. La vieja familia. Eva García Sáenz de Urturi

 


     "Me despertó la sensación angustiosa del agua raspando mis fosas nasales, colonizándome la boca e inundando la garganta, camino de los pulmones. El suelo blanco resbaló a mis pies, y me agarré desesperado a los bordes de la bañera para salir a la superficie. Aire. Por suerte el aire vino a salvarme y tosí como lo haría un anciano. Después me alcé y quedé de pie, desnudo, con el agua que por poco acaba conmigo chorreando por mi espalda." 

      Hay libros que son la historia de un sueño. Este es uno de ellos, con el que la autora llegó al mundo editorial a través de Amazon, donde estuvo muy poco tiempo, y que ahora se reedita tras una carrera de éxito que incluye un Premio Planeta. Hoy traigo a mi estantería virtual, La saga de los longevos.

     Conocemos a Adriana, una historiadora que regresa a Santander contratada por el Museo de Arqueología; pero no viene sólo a trabajar sino también marcada por el suicidio de su madre y dispuesta a rehacer su vida. En el museo se encuentra Iago del Castillo, que dirige una investigación genética que incluye a sus dos hermanos. Todos ellos de edades inusitadas. La relación entre ambos será crucial en esta historia. 

      Lo cierto es que leí este libro hace ya tiempo y es con motivo de su reedición que me decido a volver a ponerlo en mi estantería virtual ya que ahora es cuando tiene la difusión para llegar a más gente. La trama me pareció en su momento, original, eso de entrada. No hablamos de inmortales, sino de longevos. Personas que no envejecen y que tienen miles de años y están viviendo entre nosotros mientras se adaptan a los cambios. Y ahí la autora sobresale dando pequeños detalles, de esos en los que no piensas a no ser que te los pongan delante pero, una vez que te los explican, contribuyen a convertir una historia en una buena historia. Un ejemplo es el desgaste dental que puede tener una persona de determinada edad. Recuerdo que al leerlo no pude evitar sonreír pensando "Claro, es normal". Ese tipo de detalles. No nos encontramos esta vez seres paranormales cargados de poderes, sino personas que intentan llevar una vida normal en contra de la moda literaria de los últimos tiempos. Eso me gustó, captó mi interés puesto que ya podía tachar el camino habitual de estas historias.
     Protagonizada por Adriana y Iago, los acompañamos en sus vivencias mientras observamos como confluyen de forma irremediable sin temer que el libro se convierta en una simple historia romántica. Porque tampoco es eso. En realidad, Eva nos ofrece un libro que se lee con rapidez, en el que buscamos el motivo, el gen que determina que unas personas sean longevos y otras no. Buscamos también la causa de la muerte de la madre de la protagonista y asistimos a las tiranteces familiares de los protagonistas. Si tuviera que poner una etiqueta al libro diría que es una historia familiar con todas las pequeñas ramificaciones que eso implica. Una historia de las que gusta leer, que nos atrapa curiosos entre sus páginas para proporcionarnos horas de entretenimiento y que, llegado el final... nos obliga a hacer cábalas sobre una posible segunda parte. A estas alturas todos sabemos que hay una segunda e incluso una tercera parte de la historia, pero si conseguís llegar a esta lectura sin saber nada de la trama a largo plazo uno de los placeres del libro es pensar en cómo puede continuar la historia. Y es que las sagas, cuando se leen sabiéndose que lo son, a veces llevan el pequeño spoiler incluido de tener el conocimiento de quiénes tienen todas las posibilidades de, por ejemplo, permanecer con vida.

      La saga de los longevos es una novela que se repesca para quienes quieran leer algo diferente a lo habitual. A fin de cuentas, un libro es novedad para quien no lo haya leído independientemente del momento en el que se publicara por primera vez. Aunque tengo que decir que por motivos personales me gusta muchísimo más la cubierta de la edición antigua.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

      Gracias

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Érase una vez un libro. Shinsuke Yoshitake & Naoki Matayoshi

 

     "Érase una vez un libro en cuya portada figuraban los nombres de dos hombres. Fue escrito por orden de un rey. He aquí la historia que contaba".

     Con este título y este comienzo solo me falta decir que es ilustrado de una forma antigua, como si tuviéramos en las manos un libro de nuestros padres o abuelos. Hoy traigo a mi estantería virtual, Érase una vez un libro.

     A lo largo de 13 noches, aunque también hay un epílogo, los autores relatan sus historias sobre, evidentemente, lo que el lector tiene entre manos. El motivo es que un rey que adora los libros les ha enviado a buscar historias sobre libros y ahora, un año después. a su regreso, se las van contando noche tras noche.

      Hay que decir que el primero de los autores es un reconocidísimo autor de libros infantiles, así que domina la técnica del cuento logrando aquí un libro que puede leerse o ser leído, lo que viene a ser la esencia del cuento. Aquí hay libros que reflejan el mundo, habla de todos los que hay escritos o se escribirán porque hay uno para cada persona, también hay libros que se comen cosas (no diré qué) o pueden ser comidos o volar... los libros son oportunidades, todas distintas, y, como sucede en los mejores cuentos, también tiene una parte de reflexión y pesadilla. Porque al final todos los cuentos son un reflejo de la vida, como aprendemos cuando vamos creciendo. Quizás por eso el libro que nos dan al nacer aparece con los bordes difuminados.
     
     Para completar la fantasía, el rey ordena unir los relatos de esas doce noches y hacer con ellos un libro, es el que yo os estoy invitando a leer. Un libro que no es ni bueno ni malo, es un libro bonito, que se disfruta entre amantes de la lectura, cuyas páginas se pasan y originalidad se aprecia. Un libro que, en definitiva, invita a soñar. algo que superados los 7 u 8 años es bastante complicado de mantener.

     Hoy os invito a dejaros llevar por la magia de los libros con esta pequeña joya. Acercaos a Érase una vez un libro.

     Gracias.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Una novela real. Minae Mizumura

 


      Encontré esta novela en un mercadillo de libros y me fijé en ella a saber por qué, pero la sinopsis me pareció atractiva. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Una novela real.

     No había vuelto a pensar en la novela hasta que este fin de semana leyendo las noticias me di cuenta de la cantidad de obras que se inspiran en otras ya existentes y es que Una novela real bebe directamente de Cumbres borrascosas. Sin embargo decir esto es quedarse muy corto respecto a lo que aporta la historia.

     Viajaremos a Estados Unidos para conocer a Taro, chofer de un americano adinerado, para descubrir que se hace amigo del padre de uno de los narradores de la novela. Pero vamos a Japón, allí conocemos a Fumiko y a Yusuke, siendo la primera la encargada de hablar de Taro y su obsesión con Yoko, una joven de la que lo separan las conveniencias sociales (ahí está Cumbres Borrascosas, diréis. Sí). Presentada la historia diré que el gran protagonista de la novela es Japón, un país que se está recuperando de la guerra, pobre pero llamativo en sus tradiciones y como empieza su historia en el mundo materialista globalizado en el que ahora nos encontramos. Así es como entran distintas familias claves no solo para la evolución de la historia, también para la del país. 

     A partir de este momento prefiero desligarme un poco de la trama formal, que va mucho más allá del triángulo amoroso común ya que avanza rápidamente por la transformación de un país mientras se mezcla con más historias personales, y dedicarme solamente a la parte más formal ya la novela tiene una estructura que en sí misma ya hace que merezca la pena su lectura. Fumiko, para mi la gran protagonista de la novela, evoluciona y asciende socialmente en la misma medida en la que su país va cambiando y Minae nos deja un libro en el que se percibe la nostalgia por aquellas cosas que van quedando en el camino de la modernidad. Y además de todo eso es la historia que una persona cuenta sobre la familia para la que trabajaba a una joven que veranea en una villa. Como en la vida misma esta historia será repetida y se mezclará con alguna parte personal trascendiendo en el tiempo e incluso, la vida es así, con la forma en que se conoce personalmente a alguno de los integrantes de la historia original. Quizás por eso y en un intento de réplica de este fenómeno, la autora se da voz como narradora para implicarse de forma más directa convirtiendo su obra en algo más personal que la simple historia que se desarrolla entre el prólogo y el epílogo. En cualquier caso el formulismo funciona y esta historia relatada varias veces hasta que llega a nuestras manos va calando poco a poco en el lector hasta convertir a sus personajes en amigos a lo largo de más de seiscientas páginas.

     Tengo una fijación por las novelas familiares, las que cuentan historias largas en las que tengo tiempo de encariñarme de quienes las pueblan y las que me permiten conocer la historia del lugar en el que se desarrollan y Una novela real me ha proporcionado todo eso en un título que me era totalmente desconocido y que ni siquiera sé si es posible de encontrar hoy en día más allá de un mercadillo o de una librería de viejos. Lo que sí puedo deciros es que es una lectura que merece realmente la pena y que va mucho más allá de una simple versión. Por supuesto que si has leído Cumbres Borrascosas y vas buscándola la vas a encontrar. Sus protagonistas son fácilmente identificables y hay momentos que suceden de forma casi paralela, pero si te dejas llevar por la historia y partes de la base de que hay situaciones que se han repetido en el tiempo más allá de que aparezcan o no en una novela que es ya un clásico, Una novela real tiene todos los ingredientes para ser ampliamente disfrutada. Por muchos motivos.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 18 de noviembre de 2024

El año de la langosta. Terry Hayes

 


     "Una vez fui a matar a un hombre. En otras ocasiones, cuando era más joven, había seguido a mi objetivo por callejones iluminados por letreros de neón de Tokio, había visto el sol ponerse sobre la mezquita de las Nueve Cúpulas y había esperado en el muelle del centro de Estambul mientras las lágrimas de una mujer caían como la lluvia".

     Personalmente tengo que decir que veo espías y allá que voy. Además Pilgrim no estuvo mal así que todo eran señales para ir a por este mamotreto. Hoy traigo a mi estantería virtual, El año de la langosta.

     En esta ocasión conocemos a Kane. Y digo en esta ocasión porque la narración tiene mucho de la primera obra del autor en cuanto a el tono. Se trata de un excapitán de submarino ahora espía que viaja a Oriente Medio para buscar, obviamente, a un terrorista que había sido dado por muerto y que, como no podía ser de otra manera, planea un gran atentado en suelo americano.

     La novela bebe bastante de Pilgrim en los tonos, o eso o bien todos estos hombres hablan como si lo supieran todo, hubieran estado en todas partes y conocieran lo que piensa cualquiera que, en algún momento o no, se hubiera cruzado, o no, en su camino. Para que nos entendamos, el protagonista es un fanfarrón egocéntrico que, por muy bueno que sea, jamás lo será tanto como se vende. No por nada, es solo que es imposible. Y la novela va avanzando hasta llegar a una tercera parte que no me queda del todo claro qué pinta en la novela. Que sí, Hayes, que Kane es buenísimo y salva al mundo todas las veces que haga falta, pero se te ha ido la mano. Sobre todo porque no tienes en cuenta alguna de las reglas fundamentales para los aficionados al género que rozas al final de la historia.

     He visto que hay opiniones totalmente encontradas con este título y a estas alturas ya queda claro que yo me sitúo entre los que no salimos nada satisfechos de su lectura. Posiblemente la culpa la tenga el protagonista, que cuenta lo que le ha pasado y que no me ha caído bien en ningún momento, pero tampoco mal como para regodearme en un Ignatius disfrutado en La conjura de los necios. En este caso, simplemente me caía gordo recorriendo el mundo para salvarnos a todos del atentado global. Suena tan grandilocuente... que para cuando llegas a la parte final y toca hacer el salto de fé, me negué en redondo a creerme nada. 

     El año de la langosta tiene descripciones llamativas, escenas fuertes, un protagonista con carisma y todas esas cosas que provocan que leas las ochocientas páginas con ganas, pero también posee los defectos que hacen que yo, y esto es una opinión totalmente personal, pierda el interés pensando: "venga ya". Todo es tan grandilocuente que cansa y se vuelve banal por un exceso que inmuniza y, finalmente, molesta. El autor ha buscado estar en la cima en todo momento, lo que posiblemente sea el motivo que lo empujó a experimentar en esa segunda parte que, para mi, termina de estropearme la lectura. Y es que si a mi me preguntan, la espera no ha merecido la pena.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.