miércoles, 30 de marzo de 2016

La dichosa importancia de la belleza. Amanda Filipacchi


     "Estoy esperando la llegada de mi nueva paciente sin sospechar que en menos de una hora se revelará como la más interesante que he tenido jamás.
     Se llama Barb Colby. Cuando hablamos por teléfono me dijo que tenía veintiséis años, pero a la mujer que entra en mi consulta con paso vacilante yo no le echaría menos de cuarenta."

     Creo que he debido de mirar este libro al menos una veintena de veces antes de decidirme a leerlo. No por nada, excepto que Turner nunca me ha dejado indiferente ante los títulos elegidos, y eso provoca una suerte de miedo a que no suceda la vez siguiente que se mezcla con la ansiedad ante el texto por descubrir. Hoy traigo a mi estantería virtual, La dichosa importancia de la belleza.

     Conocemos a Barb, una mujer bellísima que vive su aspecto como una maldición oculta bajo un potente disfraz. Lo hace desde que su mejor amigo se suicidara dejando una nota en la que afirmaba que ponía fin a su vida por el amor no correspondido con ella. Barb forma parte de un grupo de amigos, entre ellos Lily, su reverso, la fealdad natural frente a la creatividad musical capaz de ver lo mejor y sacar lo mejor de las cosas. El grupo, además de una incorporación durante la trama, lo cierran Penélope, Georgia y Jack. Todos ellos son creativos a su modo, se han esforzado y reinventado.

     La dichosa importancia de la belleza es un libro especial. Por un lado es una tragicomedia delirante en la que todo es posible. Salta entre sucesos, como el disfraz de Barb, que no nos resulta tan extraño durante la lectura, para presentarnos una cadena de situaciones que pasan por enamoramientos enmascarados, asesinatos y confesiones de un suicida cuando ya ha fallecido, cenas en las que el asesino está en la mesa, o fragilidades expuestas. Y todo ellos con mucha imaginación o de otro modo no sería posible desear algo por el simple hecho de escuchar una música compuesta por una mujer de horrible aspecto.
     Todos estos ingredientes pudieran valer para quien busque un cuento de hadas, una sátira, un entretenimiento directo con el que sacar alguna sonrisa y tal vez un poco de melancolía entre hermosas imágenes de plumas y espejos. Y ya eso justificaría su lectura. O su conserje psicótico, el periodista, el anónimo que encuentra un objeto perdido o tal vez el hombre que no sabe ver lo que tiene delante o la mujer secuestrada, y liberada por un padre que no la deja respirar. Sólo por todo esto, ya sobrarían los motivos para echar un vistazo.

     Pero hay más y ahora reinvento la reseña para, al igual que hacen todos sus personajes, sacar a la luz su interior. La dichosa importancia de la belleza es un libro lleno de una crítica feroz a la superficialidad, eso nos queda claro desde las primeras páginas, pero también nos habla de miedos. El miedo a exponernos en una sociedad que lastima, que no se para a mirar lo bueno que le podemos ofrecer y que nos hace blindarnos para no rompernos, para no sufrir daños. Cada uno de sus personajes lo hacen y, si el libro comienza en una terapia, el lector se convierte en un espectador de excepción para las cenas de los Genios, que no son otra cosa que reuniones de (inserte el término adecuado aquí) no tan anónimos después de llevar unidos un tiempo. Es una novela sobre las barreras  y lo que las hace saltar, y también sobre sentimientos, emociones y, para qué ocultarlo, muerte. Una muestra magnífica de lo que comentaba al principio sobre libros que no nos dejan indiferentes y que nos acompañan provocando reflexiones aportando un toque delirante a su argumento, pero calando en el fondo del lector. Y es que la autora, a su modo, nos lanza su dardo haciendo que nos planteemos si nos protegemos, si no sabemos mirar más allá del exterior o nos quejamos de que otros se protejan cuando todos de una manera u otra lo estamos haciendo.
Sin tener en cuenta que no hay caricia que no estremezca si no se siente... piel con piel.

     Me ha gustado, me ha hecho venir corriendo a recomendarlo.
     Echad un ojo a esta inteligentísima trama. Estoy segura de que no os va a defraudar.

     Y vosotros, ¿cuál ha sido el último título que os ha calado durante su lectura?

     Gracias

martes, 29 de marzo de 2016

La noche de los muertos vivientes. John Russo


     "Piensa en toda esa gente que ha vivido y ha muerto y que nunca volverá a ver los árboles, la hierba y el sol.
     Todo parece tan breve, tan... carente de valor... ¿No es cierto? Vivir un tiempo y después morir... Todo queda reducido a tan poca cosa...
     Y pese a todo, en cierto modo resulta fácil envidiar a los muertos.
     Ellos están más allá de la vida y más allá de la muerte.
     Tienen suerte de estar muertos, de haber pasado la muerte y no tener que vivir más. De estar bajo tierra, despreocupados..., despreocupados del dolor, del temor a morir.
     Ya no tienen que vivir más. Ni tienen que morir más. Ni sentir dolor. Ni hacer nada. Ni preguntarse qué más hacer. Ni preguntarse cómo será tener que pasar el trance de la muerte."

     Ahora que todo el mundo sale corriendo a ver The Walking Dead pensando que ha hecho un gran descubrimiento, ahora que todos hemos caído presas de esa fiebre Z que lleva una temporada asolando librerías, ahora. Ahora es el momento de acercarnos al origen. Hoy traigo a mi estantería virtual, La noche de los muertos vivientes.

     Conocemos a Johnny al anochecer. Tras tres horas de camino, y dos perdidos, ha conseguido llegar junto a su hermana Barbara al cementerio en el que se encuentra la tumba de su padre. Van a llevar una corona que simboliza que su madre enferma aún le recuerda. Lo que no esperan ninguno de los dos es que ese será el comienzo de una pesadilla. Una figura sale de alguna parte entre las tumbas y se abalanza sobre Johnny, que pierde la vida ante los ojos de una aterrorizada Barbara que lo único que puede hacer es salir corriendo. En su huida entra en una casa mientras el atacante de su hermano la persigue. En esa casa se encontrará en un primer momento con Ben, que la ayudará en su defensa de esa especie de monstruos mientras intenta obtener noticias de otros lugares en los que se están produciendo ataques similares. Comienza una noche larga y terrorífica. Ben y Barbara no están solos. Y no toda su compañía es... cordial.

     La noche de los muertos vivientes fue un verdadero fenómeno cinematográfico cuando se estrenó en el año 1968. En el año 1974 uno de sus guionistas, John Russo, se encargaba de la novelización que hoy edita Hermida acompañada del prólogo que hiciera George A. Romero, director del film, analizando el fenómeno cinematográfico y salpicando de datos sus páginas. A partir de ahí, todo es novela.

    Lo primero que llama la atención de la novela, son las líneas de presentación con las que he comenzado esta entrada. No sé qué me esperaba, pero, desde luego, no algo tan hermoso. Sin embargo y tras estas reflexiones pronto comienza la acción que conocemos, o no, por la película.
     Una noche de pesadilla en la que un grupo muy reducido de personas luchan por sobrevivir sin saber si por llegar vivos al amanecer van a tener garantía alguna de salir adelante. Pero la historia aprovecha la noche porque, sin necesidad de decirlo, el lector sabe que las noches son largas y silenciosas. Todo lo que sucede en mitad de la noche, lo que se piensa, lo que se escucha... adquiere una dimensión mucho más potente. Y es en esa noche en la que, con precisión quirúrgica posiblemente provocada por su trabajo como guionista, Russo nos introduce en la historia. Lo hace además de forma aséptica, sin anclarse en lo sentimental, en las crisis que sufre este grupo reducido por estar desesperado y tampoco en lo sanguinario llenándola de detalles escabrosos. Russo sabe que no hace falta. Ya cuando la escribió, una gran parte de la población ponía rostro y sonido a esos seres. Hoy más aún. Así que no necesita extenderse para que sintamos la angustia y la desesperación de estos chicos, de una familia que incluye a una hija herida, de una pareja joven... Nos resulta fácil entender su posición, su necesidad de saber qué sucede y si hay esperanza. Su necesidad de sobrevivir y sus motivos para hacerlo. Cada uno el suyo. Y esos si nos los deja ver Russo, aumentando la tensión entre texto y lector. Además nos abre una segunda línea, la del rescate, el grupo que se dirige para buscar supervivientes y que no sabemos si llegará. Más tensión para una novela cuya atmósfera se puede cortar dentro y fuera del libro.

     La noche de los muertos vivientes no llega a las doscientas páginas pero consigue una atmósfera envolvente. Su autor nos deja una historia desnuda, desprovista de cualquier adorno supérfluo, y eso hace que haya resistido el paso del tiempo sin perder su esencia, sin que el lector perciba apenas (salvo porque no hablan de cobertura de móviles) los años transcurridos desde que se escribió. No sólo eso, sino que da una muestra perfecta de cómo el origen muchas veces no ha sido mejorado en otras historias que bebieron de ella. Sólo por eso merecería la pena leerla. O por ser un clásico del género. O por la historia en sí que nos relata... En realidad, me sobran los motivos para recomendar su lectura. Aunque no seáis aficionados al género. Es un buen comienzo.

     Por cierto que ayer olvidé preguntaros, ¿qué libro tenéis entre manos?

     Gracias

lunes, 28 de marzo de 2016

Ciudad en llamas. Garth Risk Hallberg


     "Por la avenida Once avanzaba un árbol de Navidad. O, mejor dicho, lo intentaba: se había enganchado en un carrito del súper abandonado en el paso de cebra, se sacudía y se erizaba y se estiraba, a punto de estallar. O así se lo pareció a Mercer Goodman mientras se empeñaba en rescatar la copa del árbol de la malla abollada del carro."

      Uno de los títulos más esperados por muchos era este. Casi sin tener clara la sinopsis ya teníamos curiosidad por sus letras, para qué vamos a engañarnos. Así que hoy traigo a mi estantería virtual, Ciudad en llamas.

     Conocemos a Mercer, un profesor de colegio caro, negro y que quiere escribir una gran novela, cuando carga con un árbol de Navidad junto a su novio William. Mercer ha descubierto que William pertenece a la sacrosanta familia Hamilton-Sweeney ya que la hermana de éste le ha dado una nota para él. Coincidencia es que se hayan cruzado, pero habrá muchas más a lo largo de la novela. También conocemos a Samantha y a Charlie, dos adolescentes que aparentemente poco o nada tienen que ver con los personajes nombrados, hasta que un tiroteo une a los cuatro.
     
     Ciudad en llamas llega tras batir todos los récords. Una novela de un escritor desconocido que ronda peligrosamente las mil páginas, acaba costándole dos millones de dólares al editor que se queda con ella.  A partir de aquí nos encontramos ante una suerte de fusión entre las críticas que recuerdan a la salida de El hijo de Meyer y la extensión y facilidad de lectura de El jilguero. Y, sobre todo esta última, nos hace empezar a perder el miedo a la extensión de la novela. Porque si algo nos demostró Tartt, es que somos capaces de olvidarnos de la extensión.

     La novela se desarrolla entre 1976 y 1977, de tal modo que comenzamos en una Navidad y finalizamos en el Gran Apagón. Sin embargo, la trama se irá desarrollando a lo largo de los años 70 para dibujarnos una ciudad castigada económicamente y repleta de barrios y calles que han perdido el lustre para convertirse en algo mucho más mundano y, en muchos casos, maloliente. Ya lo percibimos en ese primer párrafo en el que el árbol se encuentra con un carrito abandonado o cuando Garth nos habla de la casa en la que viven William y Mercer; nos va a presentar una ciudad ajada, no esa urbe deslumbrante que estamos acostumbrados a ver. El autor, llevando la contraria a uno de sus protagonistas, lo que hace en este libro es dibujar el pulso de una gran ciudad a la vez que nos presenta un misterio por resolver en forma de tiroteo. De hecho, casi al final, uno de sus protagonistas se pregunta si habrá alguien en algún punto mirando por la ventana y sintiendo exactamente el mismo dolor que él. Y nos descubrimos asintiendo porque Garth nos ha convencido página tras página de que todo está conectado. En una urbe tan grande, en la que parece que cada cual va a lo suyo, hemos descubierto que, no sólo cada acto puede tener una consecuencia, además, la gente puede estar conectada por ínfimos detalles que son los que forman el gran tejido de la sociedad en la que nos movemos.  Y para ello no sólo utiliza a estos cuatro personajes ya nombrados, sino que se apoya en los secundarios, sus historias y sus recuerdos que serán los que abarquen toda una década.

     Ciudad en llamas son casi mil páginas con unos interludios orquestados con tipos de letra y estética diferente que romperán de algún modo la monotonía que puede suponer una novela tan extensa. Se le puede achacar, por supuesto, que le sobran páginas y tal vez un poco más de fuerza en algunos momentos, pero eso es algo que se dice de casi cualquier libro con esta extensión incluso sin haberlo leído. El autor desarrolla su pensamiento de forma casi constante, poniéndolo en la cabeza de sus personajes, de tal modo que genera una atmósfera común en todos ellos como si pudiera saltar de cabeza en cabeza. Y lo hace con un estilo constante, como si se tratara de una conciencia común cada una parcelada en cada situación personal. Y lo agiliza, porque si nos basamos ahora en los personajes, se puede decir que tal vez si que hagan falta todas esas páginas para presentarlos.
     Recapitulemos: tenemos al aspirante a escritor negro y gay cuya relación de pareja es con un rico renegado que fue músico y ahora es yonqui, la hermana de éste que parece vivir sin hacer pie en la sociedad en la que ha permanecido, y los dos adolescentes (imprescindible Sam), hay un periodista que tiene mucho que decir y un padre con un curioso negocio, y si hay un tiroteo habrá policía... Volaremos sobre relaciones cotidianas, regalos y recuerdos, secretos, dramas, sentimientos y más secretos que irán formando el entramado de una historia cuya lectura es mucho más fácil de lo que habíamos pensado y, para cuando uno quiere darse cuenta, está preso de un final realmente estupendo. Al final, y pese a todo lo dicho, me faltan líneas para ir desgranando todo lo que sucede en el libro.

     Me ha gustado Ciudad en llamas. Es cierto que si uno se deja llevar por el entusiasmo con el que aterriza corre el riesgo de caer en uno de esos momentos en los que lo esperado se vuelve inalcanzable, y que parece ser el mal común de las fajas de los libros, condenar al lector a esa sensación. Personalmente me ha recordado levemente a Franzen, como comentaba en las redes al comenzar su lectura, aunque mucho menos depurado. Entiendo algunas de las comparaciones que he leído, aunque no comparto la mayoría, y, en todo caso, cada uno bebe de sus propias fuentes a la hora de establecer similitudes.
     Me ha parecido, en conjunto, un libro más que recomendable y, sobre todo, un autor al que seguir la pista, tanto por su ambición como por el resultado. No sé si figurará entre mis mejores lecturas, pero seguro que a lo recordaré a finales de año. Olvidad su extensión y llevároslo a casa.

     Las fajas son fuente de publicidad y de polémicas, de hecho @sigfrido1976 les suele dedicar su atención de una forma muy acertada en Lectura y locura. Mi duda es, ¿os fiáis de las fajas de los libros?

     Gracias

     Pd. Hoy sí, el book tráiler


miércoles, 23 de marzo de 2016

Pétronille. Amélie Nothomb


     "La embriaguez no se improvisa. Es competencia del arte, que exige dar y cuidar. Beber sin ton ni son no lleva a ninguna parte.
     Que la primera borrachera suela ser tantas veces milagrosa se debe únicamente a la famosa suerte del principiante: por definición, no volverá a repetirse."

     Hace muchos años que sigo la trayectoria de Nothomb. Libro tras libro, divertidos, extravagantes, con tintes autobiográficos... todos ellos con un sello muy personal. Por eso no he tardado apenas nada en leer su último título. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Pétronille.

     En esta novela casi autobiográfica conocemos a Amélie Nothomb narradora, novelista, en París. Allí, esta enamorada del champán, busca una compañera de borracheras, una cómplica, y se encuentra con la irreverente y excéntrica Pétronille, compañía perfecta, diferente, amiga, buscalíos, defensora... con la que comenzará una relación.

     Pétronille es, si las cuentas no me fallan, la novela número 23 de esta autora en otros tantos años. Un número más que respetable de libros para una mujer cuyos temas y estilos siempre son peculiares, y que tiene además una cierta tendencia de dejar un rastro biográfico en muchas de sus novelas. En este caso, y en menos de 200 páginas, conoceremos ese rastro de mano de una Nothomb narradora que nos habla de su estancia en París y de su pasión por el champán. Porque Pétronille es mucho más que la historia de una amistad entre dos mujeres que se acodan a tomar champán o se van juntas a esquiar. Pétronille es una historia de pasiones un tanto desmedidas. Pasión por una ciudad, París, para quien no ha nacido en ella y se deja llevar por quien sí lo hizo para reconocerse en sus calles. Pasión por una bebida, tan típica por otro lado de París, como es el champán. Por su sabor, sus burbujas, la sensación de flotar y de disfrutar. Es difícil no leer esta novela sin caer en la tentación de abrir una botella de Taittinger o tal vez de Perrier Joulet en caso de tenerlos en casa. Al final, y aprovechando que la narradora no puede vernos, o tal vez pensando a media sonrisa en la escandalera que nos montaría, nos sirve un Anna de Codorniú, porque no se trata ya tanto de lo que uno se tome (yo me conformé con una coca cola) como de compartir esa pasión desmedida que parece mostrarnos. Y también, como no, es la historia de una amistad tumultuosa entre dos mujeres singulares, dos extrañas que se encuentran y establecen un punto común en el fondo de una copa comenzando así una relación que durará años.

     Amélie Nothomb nos deja una novela corta con tintes irreverentes y alusiones nada veladas a otras obras suyas y momentos de su vida, como por ejemplo su vida en Japón y la salpica de pistas y detalles insignificantes que no nos lo parecen tanto, como el color de su pijama o  el encargo aceptado por su parte de entrevistar a una terrible mujer en Londres, ciudad que conoció hace no demasiados años. Y todo ello lo salpica con frases de cata de una copa bien fría entre situaciones que rozan lo cómico de una forma más que extravangante y alguna otra directamente surrealista con la que consigue sacarnos una sonrisa.

     Entonces, os estaréis preguntando muchos, si se trata de algo tan simple y no hay grandes amores ni terribles misterios, si no hay una gran crítica o crónica, ¿por qué leer a Nothomb en este título? Pues es muy sencillo. Porque cuando uno termina el libro, ha de releerlo de nuevo. Aunque no os diré el motivo. Eso sí, tal vez, yo no elegiría este título como toma de contacto. Por eso del sentido del humor.

     Y si yo sigo a un autor con tantos títulos publicados, no puedo menos que preguntaros, ¿de qué autor o autores hay más libros en vuestros estantes?

     Gracias

martes, 22 de marzo de 2016

Huyendo de mí. Salvador Navarro


     "Una noche más los argumentos de Carmela llevaron a Leo a convencerse de que su vida era redonda, a pesar de los tremendos reveses en el estudio y las caricias esquivas de ella al llegar a casa, y se vio, tras una maratoniana jornada de trabajo, paseándose a solas una noche helada camio de la galería de Rodolfo; todo ello por no faltar al compromiso de su mujer, que una jaqueca le impedía cumplir, de acompañar a su amigo al cóctel de apertura de la exposición de Julien Schöll, el artista fetiche del galerista."

     Al  igual que ayer, este libro tiene una cubierta que me llamó la atención. Pero esta vez porque tiene algo de intranquilizador que no sería capaz de definir. Hoy traigo a mi estantería virtual, Huyendo de mí.

     Conocemos a Leo, un arquitecto sevillano con un estudio de arquitectura con un socio y amigo, una familia compuesta por su mujer y su hija y una vida aparentemente estupenda. Sin embargo todo eso es fachada ya que se irá desmoronando a partir de los sucesos que le rodean y que comienzan con la aparición de un amor adolescente, Virginia.

     Huyendo de mí es una novela de vida. Un hombre en la cuarentena, la crisis de seguridad que eso provoca en una persona que por antecedentes se ve insegura y que tiene una relación con su mujer basada más en lo que recibe, en una suerte de amparo tranquilizador pero que ahora parece resultrle insuficiente y un trabajo que se ve afectado por esa segunda crisis económica que vivimos en la calle. Con este punto de arranque y el encuentro con un amor adolescente que parece insuflarle, no vida, pero si sangre en las venas al protagonista, Salvador construye toda una novela en la que el pasado, los miedos y algún que otro secreto serán las claves principales.
     Lo primero que llama la atención es que el autor no necesita tirar de una gran trama de intrigas para conseguir que apeteza seguir leyendo su historia. Una novela que se construye sobre una suerte de sentimientos cotidianos y confidencias entre café que, si bien en algún momento se ve lastrada por frases demasiado largas, mantiene un ritmo fácil de seguir hasta el final. Los personajes se van desarrollando poco a poco y el lector se familiariza con facilidad con todos ellos, algo muy de agradecer, y va descubriendo que los secundarios también pueden ser vitales.
     Me ha gustado, y cogido desprevenida, una suerte de juego que el autor se trae con el lector al incluir determinadas escenas que nos hacen pararnos un momento a pensar. Dentro de unos personajes tan comunes, ha sabido introducir en los momentos adecuados esa nota discordante que hacen que un libro tenga una marca propia.
 
     Caso a parte son las descripciones en las que nos deja pasear por las ciudades que van recorriendo en la historia y casi saborear literalmente muchos de los momentos vividos. Por otra parte, tienen mucha importancia también los perfiles, destacando en este caso el de Leo, protagonista absoluto de la novela que, si bien no llega a ser nunca el favorito del lector, si que es capaz de conseguir que comprendamos esa suerte de protección que parece darle su mujer. Me ha parecido, y con mucho,k de los más logrados de la novela por esa variedad de sensaciones que me he descubierto durante la lectura.

     Huyendo de mí es una novela aparentemente sencilla en la que no hay que fiarse de las apariencias, con un final apto para una larga conversación, cuyo descubhrimiento casi por azar ha resultado un placer. Tendré que seguir la pista al autor, qué duda cabe.

     Y vosotros, ¿sois de los que os gusta sentir el suelo bajo los pies de los protagonistas o no le prestáis atención al lugar en el que transcurren las historias?

     Gracias

lunes, 21 de marzo de 2016

El bosque de los inocentes. Graziella Moreno


     "Una niebla espesa me envolvía como un etéreo manto gris. Llevaba puesto un vestido de seda negro que me llegaba hasta los tobillos. Bajé la mirada y me sorprendió ver que iba descalza. Las ramitas de los arbustos me rozaban los pies, que se me hundían en las hojas muertas que cubrían la tierra. Aspiré con fruición el olor a musgo y a resina. Me movía grácil, ligera, segura de mí misma por entre enormes hayas, encinas y castaños. Estaba en el bosque de mi infancia. A su abrigo, me sentía a gusto, protegida."

     La verdad es que esta vez se trató de algo tan simple como una bonita portada. Me hizo fijarme en el título y me atrajo por sus colores, con un toque casi romántico, pero no ese romántico de amor, que ya sabía que era un thriller cuando cogí el libro. Y al final, hoy traigo a mi estantería virtual, El bosque de los inocentes.

     Iris es una mujer cuya vida está sufriendo un cambio. Se ha divorciado no hace mucho, han regresado a su vida unos sueños intranquilizadores como los que tenía de niña... así que decide irse al pueblo en el que pasó su infancia durante un fin de semana. Lo que no espera al llegar es encontrarse conque el pueblo se ha movilizado buscando a un niño desaparecido, y mucho menos ser ella quien descubre el cadáver.

     El bosque de los inocentes es un thriller contado a dos bandas, en el que en todo momento tenemos la historia de Iris, y la de los asesinatos alternándose. Y sí, son asesinatos, porque en el pueblo en que se desarrolla la novela, hay alguien que parece imitar al sanguinario Gilles de Rais. Es evidente que ambas tramas convergen, mientras intentamos buscar una explicación que las relacione en los intranquilizadores sueños de Iris, a la que pronto descubrimos dotada de una sensibilidad especial. Será el juego con esta sensibilidad el que coloque a Iris en el centro de la historia y, aunque roza un poco lo fantástico, la autora ha sabido darle el realismo justo como para que el lector lo acepte como algo normal desde las primeras páginas.

     La novela se va complementando con personajes de la familia y entorno de Iris, un hombre nuevo y peculiar que llega al pueblo, policías, clientes... algunos retratados en apenas unas pinceladas, pero que otorgan una muy buena visión de conjunto de la historia. De hecho, pronto tenemos la sensación de conocer el pueblo y sus calles, pese a que no hay descripciones apenas del mismo.
     En cuanto a la trama, si bien se desvía un poco explicándonos la historia de de Rais, esta es tan interesante, que no pierde al lector y, aunque no he llegado a compartir del todo que existiera un parecido tal entre ambas, me ha gustado el resultado final de la novela.

     En conjunto tenemos un thriller ambientado en nuestro país, con una historia que no buscar ser trepidante, esa palabra tan de moda en el género, pero que es difícil de soltar porque consigue picar la curiosidad del lector. Me hubiera gustado que se extendiera un poco más en algunos puntos, pero el resultado es una novela entretenida que se lee prácticamente del tirón. Algo muy de agradecer en estos días de lluvia.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

sábado, 19 de marzo de 2016

Entrevista a Federico Axat

Un momento de la entrevista

     El jueves pasado, delante de una caña y un café doble, por fin pude preguntar al autor de La última salida por todas esas dudas que uno tiene cuando lee un libro que realmente le ha llamado la atención. Así que, sin dar demasiadas vueltas, os dejo un pequeño retrato de Federico, compuesto por el mismo y referido a sus comienzos en la literatura.

Sala de la presentación
     - Soy ingeniero -dice conteniendo una sonrisa -y, cuando terminé la carrera me marché fuera para un proyecto. Una noche, allí en la cocina, hablando con un amigo que hoy sigue siéndolo, le dije, "Voy a dejar todo esto porque quiero escribir". Mi amigo me miró sorprendido con una cara que reflejaba totalmente ese "Estas loco". Y cuando regresé a casa  se lo dije a mi padre que siempre, siempre me ha apoyado en todo, su cara de sorpresa fue casi, casi, la misma. Así comencé, porque yo escribía ya, claro, pero era algo privado, mío, que no compartía. Y, cuando pasado un tiempo terminé lo que era el primer borrador de Benjamín y se lo di a mi hermano le vi cogerlo casi con miedo.
Habíamos acordado no hablar del tema hasta que no lo terminara y, un día que llegué y le vi en las últimas páginas, me hizo un gesto para que esperara en el salón. Allí me quedé quieto, sin moverme hasta que le oí venir. Levanté la cabeza y al ver su cara casi de incredulidad, de tremenda sorpresa con el manuscrito en la mano... esa fue la primera vez que vi en la cara de una persona que le había gustado lo que hacía. Hoy es casi una anécdota que suelo contar, pero nunca lo voy a olvidar.
     - Pero comencemos por el principio, ¿Qué es una última salida, qué es La última salida?
     - La última salida para alguien que se desespera es la muerte, incluso el suicidio. Y así empieza justo la novela, en la búsqueda de una última salida.
     - Y ese principio tan impactante, ¿no era un riesgo comenzar así?
     - En realidad lo que buscaba incluso antes de tener concebida la historia, era un principio impactante. Después de haber escrito novelas con un final sorprendente, tenía muy claro que quería hacer eso: comenzar impactando al lector. Así que me puse a pensar y darle vueltas y rescaté a Ted de un relato que ya existía. En realidad, Ted estuvo 5 años esperando en ese despacho a saber si iba a suicidarse o no.
     - Coges el relato y comienzas la historia, ¿cuánto tiempo te lleva una novela con una trama tan compleja y que, al mismo tiempo, se pueda leer con tanta facilidad, de una forma totalmente lineal?
     - Dos años. Comencé el trabajo de la novela y, entre escribirla, volver atrás, meter una vuelta más aquí y allá y luego releer una y otra vez para asegurarme de que todo quedase bien atado, me ha llevado algo más de dos años. Es importante que el lector no se pierda leyendo tu novela; si el lector se pierde, pierdes al lector.


Imagen de la presentación
     - ¿Alguna cosa que nos puedas comentar de ese proceso?
     - Pues mira, el final por ejemplo, iba a ser diferente (Iba a terminar un poco antes, comento para quienes hayan leído la novela, y quienes no lo hayan hecho aún pueden respirar tranquilos porque no se desvela nada). Luego me di cuenta de que, aunque pusiera ese final, yo sabía que iba a suceder algo más, que lo tenía totalmente claro, así que tenía que ser honrado con el lector y dejarle saber tanto como sabía yo. Y la novela quedó como ha llegado a las librerías.
     - Tu novela está llena de trampas para el lector, zonas de intercambio de teorías, que luego tu te encargas de que queden claras, muchas veces apenas pasadas unas páginas. ¿Te divierte jugar con el lector?
     - Sí, claro. Además me gusta que se formen teorías y luego leer esas teorías o hablarlas, saber que uno pensó tal o cual cosa. Aprendo también como piensan. Y por supuesto que son conscientes, ya en las primeras páginas según iba escribiendo pensaba que, seguramente, algún lector dudaría de lo que estaba leyendo.
     - ¿Y no es peligroso dejar que el lector haga teorías que igual luego no se corresponden con lo que tu relatas? Hablas del principio por ejemplo, un comienzo que ya en sí mismo, podría "dar" para una trama completa.
     - Qué va, es un juego al que todos nos prestamos. Eso que dices del principio, yo no lo pensé. Para mi era la excusa para comenzar la novela como yo quería. Y ha sido después cuando me he dado cuenta de que mucha gente se había fijado en esa parte de la novela y me preguntaba directamente por esa idea.
      - ¿Y qué me dices de la portada del libro?
     - Que me gusta -aquí se ríe abiertamente, como alguien a quien le han preguntado muchas veces por una misma cosa - me gusta que sea en blanco y negro y me gusta la expresión del chico, atribulado, lleno de dudas en su cabeza, de pensamientos diferentes. Y me gusta que sea joven, porque también nos hablan del Ted joven en la novela, ¿por qué no ser él? Es una portada desconcertante en la que se ve el conflicto del chico, y esos dos conceptos están muy presentes en la historia.
     - De la portada al centro, ¿por qué una zarigüella?
     - ¿Y por qué no? A ver, no busqué un animal específico, y no es que sea un animal común en Argentina. Pero es un animal que, si te fijas, mucha gente desconoce cómo es. Y cuando lo buscan en google se encuentran con un bicho relativamente bonito... hasta que bajan un poco con la ruedita y aparece una cosa muy diferente que da un poco de miedo. Se convierte en un contraste terrible.
     - Bueno, y llegas con esta novela, traducciones, proyecto de película, ¿cómo lo vives?
     - ¡Imagina! Para empezar, esta será la primera novela que se publique en mi país. Allí yo puedo decir que soy escritor, pero no están mis libros en las librerías. La verdad que es todo muy emocionante, llegar, el viaje, la prensa... estoy feliz. ¿cómo no estarlo? Ver prensa, encontrar mis novela y a personas que las han leído.¡No sólo esta, también las anteriores! Y que te digan lo que les han parecido, si les han gustado. Encontrarte con alguien que te ha leído y le diga que tu novela le ha gustado es algo que no puede compararse con nada.
     - Por cierto que en esta novela he echado en falta niños, en tus anteriores libros siempre eran parte protagonista de la historia.
     - Pues mira, no ha sido algo premeditado. De hecho no había reparado en ello hasta que no me lo comenzaron a decir; yo no me propuse ahora escribir una historia en la que los niños no fueran importantes. Aunque, si te digo la verdad, cuando escribes una historia, llega un momento en el que es la historia la que te hace escribir a ti, como si la trama te estuviera llevando. Y no tienes muy claros los caminos por los que te va a llevar, ella elige. En todo caso, no ha sido algo premeditado, no es como el principio, por ejemplo.

     A partir de aquí, la conversación giró por derroteros sobre la trama en la que hablamos de narradores, médicos, protagonistas, descripciones más o menos precisas que él quería completara el lector. Hablamos otra vez de zarigüellas, de epílogos y de anécdotas leyendo. Hubo explicaciones sobre guiños en sus novelas a otros títulos o de que Lynch, como no podía ser de otro modo, debía su nombre al famoso director, mientras que Ted había sido el resultado de buscar algo más simple. Pero todo esto, que daría lugar a pistas sobre la trama de la historia, no puede ser desvelado ni siquiera en un epílogo al encuentro. Y recordad: Si alguien viene y os habla de La última salida, no dejéis que os cuenten de qué va la historia. Es más, procurad responder a la altura, habiéndola leído ya.

Entrada a la presentación posterior
      Tengo que dar las gracias a Federico Axat por su amabilidad, así como a la editorial por proporcionarme el encuentro. Ha sido un verdadero placer conocer a alguien con tanta ilusión y entusiasmo en lo que hace. Alguien que, al preguntarle por lo que tenía entre manos... lejos de darme el título de un libro, me dijo que estaba escribiendo. Aunque no conseguí sonsacarle un solo dato más.

     Y gracias a todos los que os pasáis por aquí.

     Bibliografía:
     - Benjamín
     - El aula 19
     - El pantano de las mariposas
     - La última salida
 
     El acceso a cada reseña es pinchando en el título resaltado. Y por cierto, si pincháis AQUI encontraréis un estupendo lugar en el que se sortea La última salida.

viernes, 18 de marzo de 2016

Altamira. Historia de una polémica. José Calvo Poyato



     "La altura de su hija hizo que la niña mirara hacia arriba, hacia la bóveda de la cueva. Lo que vio allí y que hasta aquel momento había pasado desapercibido a su progenitor, le hizo exclamar sorprendida:
     -¡Papá, mira!¿Bueyes pintados!"

     Hace apenas unos días falleció el que fuera director de uno de los lugares más impresionantes que conozco, y dentro de unos días se estrenará una película basada en dicho lugar. Un lugar conocido por todos, pero del que casi nadie conoce su historia en realidad. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Altamira. Historia de una polémica.

     Si la realidad supera la ficción, la historia de las Cuevas de Altamira, hoy denominadas Capilla Sixtina, es una buena muestra de ello.  Por eso, y pese al miedo que da a muchos la palabra ensayo, la obra de José Calvo está teñida de ese tono novelesco que roza lo increíble... aunque todos sabemos que es verdad.

     Comienza su historia hablando de cuando la tierra se creía limitada y la historia del hombre sobre ella se limitaba a lo que la Biblia daba a entender, y cómo fue complicado ir abriendo mentes a medida que se abría mundo. Nos sitúa en una época en la que existían Gabinetes de curiosidades que reunían objetos de otros países, culturas o tiempos, exponiéndolos ante la mirada de curiosos que se preguntaban qué tipo de mano o naturaleza podía haber dado lugar a semejantes cosas. Sin embargo el hombre es curioso por naturaleza y eso hace que poco a poco, investigue, descubra y vaya derribando incluso sus propias barreras. Y para muestra, Altamira.
     Nos sumerge entonces el autor en la verdadera historia de estas cuevas, y lo hace con un tono ligero, alejado de cualquier regusto académico que pudiera espantar al lector que llega a estos libros temeroso de aburrirse. Conoceremos el momento exacto del descubrimiento, que queda reflejado en el fragmento que abre este post, y también las reacciones de una sociedad que no estaba dispuesta a admitir algo así como cierto. Marcelino Sanz de Sautuola, aficionado a los objetos antiguos reconocido, descubrió este magnífico lugar con su hija, y se encontró con etiquetas como "fraude" rechazando pudiera existir un lugar semejante. A su lado, el catedrático Juan Vilanova y Piera, defendía la autenticidad de un lugar que fue descubierto en 1879 y reconocido muchos años después, cuando ya ninguno de los dos estaban vivos.

     El libro se completa con unas fotografías que nos ayudan a componer la imagen general de lo que el autor no está representando en su obra y que va, más allá de un momento puntual, a pintar también en su caso el fresco de una época que no estaba dispuesta a admitir tan fácilmente que llevaban muchos años cometiendo un error en el que habían creído firmemente.

     Me ha parecido una lectura muy amena y, por encima de eso, francamente interesante. Los lugares, la mente, la lucha, abrirse paso... y ya si sois aficionados a la historia, tenéis que darle una oportunidad.

     Reconozcamos miedos, ¿ensayo es una palabra que os desmotiva para acercaros a un libro?

     Gracias

miércoles, 16 de marzo de 2016

Un cuento oscuro. Naomi Novik



    "Nuestro Dragón no devora a las niñas que se lleva, digan lo que digan las historias que cuentan fuera del valle. A veces las oímos en boca de los viajeros que vienen y van. Hablan como si estuviéramos haciendo sacrificios humanos, y como si él fuese un dragón de verdad. Por supuesto que tal cosa no es cierta: por muy mago e inmortal que sea, sigue siendo un hombre, y nuestros padres se unirían  lo matarían si quisiera comerse a una de nosotras cada diez años. Él nos protege contra el Bosque, y nosotros se lo agradecemos, pero no tanto."

     Con un diseño llamativo y la cualidad, cada vez más extraña, de ser un volumen único, me resultó bastante fácil decidirme por este título. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Un cuento oscuro.

     Conocemos a Agniezska, una joven que vive junto a su mejor amiga Kasia en una aldea protegida por un mago. Ambas saben que han nacido en el año del Dragón, es decir, que serán de las ofrecidas al mago que se lleva a una joven cada diez años para hacerle compañía (y quién sabe si algo más). Ambas saben también que la elegida será Kasia, pues el Dragón siempre elige a jóvenes que sobresalen en algo, y Kasia sobresale en todo, así que lleva toda una vida preparándose para ello. Sin embargo, el día llega y la elegida es Agniezska, que se verá separada de todos para ir a vivir a una gran torre sin tener muy claro qué hacer ni el motivo. El Dragón empezará sus clases, demostrando a esta torpe joven la magia que tiene en su interior, más poderosa de lo que ninguno de los dos podían imaginar y que les llevará a proteger el reino de un poder maligno oculto en el Bosque que lleva años acechando en un intento de corromper el reino entero.

      Y todavía me ha quedado muchísimo por contar. Porque Novik esconde una historia llena de giros, sorpresas y acción a lo largo de sus más de 700 páginas en un libro cuyo título refleja perfectamente la sensación que tenemos al leerlo: la de estar frente a un cuento.

     Narrado en primera persona y partiendo de un cliché como es el dragón secuestrando a una doncella, la autora nos informa rápidamente de que hay variantes. No es un dragón de verdad, es un mago; ni es una princesa querida por todos, se trata de una campesina bastante torpe. Y partiendo de esas variantes se desarrolla una historia lineal y compleja por los giros y aventuras que nos impulsa a vivir. El libro comienza con pies de plomo, explicando el mundo en el que hemos aterrizado, algo así como un mundo medieval con señores y vasallajes, y las normas de una magia en la que la protagonista pronto despunta de una forma salvaje, precisamente sin esas normas. A partir de esta introducción, la autora no da tregua centrándose, sobre todo, en la amistad entre Agniezska y Kasia y los distintos tipos de lazos que pueden establecerse entre las personas nublando cualquier razonamiento lógico para decidir. Y cuando vives en un mundo acechado por la más poderosa de las magias oscuras, y has sido testigo de lo que es capaz de hacer, pensar con lógica puede ser un arma muy poderosa. Incluso en la misma batalla.
     Viviremos amores, tropiezos y traiciones entre huidas, batallas y secuestros, descubriremos los tipos de magia y también las tradiciones orales y los roles que cada uno tiene que ocupar por fantásticos que parezcan sus dones. Y veremos, sobre todo, crecer a Agniezska, en una novela capaz de mantener el ritmo pese a que no tiene diálogos apenas, y llegar a un final que se apresura para dejarnos con la sensación de haber invertido el tiempo en una historia que merece la pena.

     Un cuento oscuro me ha gustado. Tiene magia y hay un hombre al que llaman Dragón, una protagonista bruja e incluso alguna Quimera sobrevuela sus páginas, y sin embargo no te pide ser aficionado al género fantástico para disfrutar de su historia. No hay que hacer grandes "actos de fe" como sucede muchas veces en este tipo de libros en los que un hechizo parece la excusa perfecta para explicar cualquier cosa. En este caso, Naomi Novik se trabaja cada línea y cada situación para dejar conforme al lector, atando todos los cabos de esta suerte de cuento para adultos en el que no faltan guiños a Cenicientas con Hadas Madrinas. Lo reconozco, me ha durado un suspiro.

      Y vosotros, ¿sois aficionados al género fantástico?

     Gracias

martes, 15 de marzo de 2016

Los nombres del fuego. Fernando J. López


     "El guerrero tlaxcalteca se defendía con rabia.
     Todo ha ido muy bien hasta que ha soltado la excusa habitual.
     Era consciente de que solo le quedaban unos instantes de vida, pero no estaba dispuesto a morir como un cobarde y se esforzó por aniquilar, uno a uno, a los oponentes aztecas que, bajo sus trazas de jaguar, subían a aquella rueda giratoria.
     La misma que he oído en otras voces -en otras miradas- estos últimos dos años."

Las fotografías de Abril
     Hoy me he permitido comenzar con un fragmento un tanto desestructurado en apariencia. Pero tengo un buen motivo. Seguid leyendo y quedará todo claro. De momento baste decir que en el libro la parte negra pertenece a un capítulo y la azul a otro. El libro que me ha inspirado a hacer esto y que hoy traigo a mi estantería virtual es Los nombres del fuego.

El mundo mágico de X
   Conocemos a Xalaquia, una joven de 16 años que vive en Tenochtitlan, en pleno siglo XVI. Su voz es discordante y no parece encontrar su sitio en una sociedad regida por hombres en la que las mujeres no eligen, ella quiere aprender la magia del lenguaje y ayudar a su pueblo... como los hombres.
     Conocemos también a Abril, otra joven discordante de 16 años, sólo que ella vive en Madrid, en pleno siglo XXI. Se refugia en sus amigos, Nico, Marina e Iván, de una familia en la que no encaja y una sociedad en la que no se siente cómoda. De algún modo su mundo cambia o ella siente que cambia el mundo mientras busca su sitio.

El cine del fuego
´La música del fuego







     Dos historias aparentemente diferentes que el autor nos alterna capítulo a capítulo pero que no dejan de ser las voces de dos adolescentes separadas por más de cuatro siglos. Dos realidades aparentemente muy diferentes que, sin embargo, suenan al compás en uno de esos momentos de la vida en los que el niño se hace hombre y se rebelan sus pasiones e inseguridades, y también su fortaleza y su valor.

El blog de Nico
     La novela trasciende además de las páginas del libro, si el lector quiere, y se ve complementada con su página web, en la que, más que darnos a conocer a los personajes de una forma más personal, lo que hace es sumergirnos en un mundo que ya nos rodea y que viene entre fotos de Instagram y bandas sonoras o dibujos de diario. Materializa a unos jóvenes que son, independientemente de la época en la que viven, como los que nos rodean, con sus preocupaciones e inseguridades. El sexismo, el acoso escolar, el amor, las decisiones que marcan una vida... todas esas cosas se encuentran detrás de los nombres de nuestros protagonistas.

Los dibujos de Marina
     Por el camino, Fernando también nos habla de secretos y decisiones trascendentales para un pueblo o de mensajes misteriosos y personas nuevas que llegan pareciendo ocultar algo, convirtiendo el libro en una historia ágil y entretenida que apetece seguir leyendo. Independientemente de si queremos o no, sumergirnos en su web o simplemente nos asomamos por curiosidad. La historia merece la pena y ambas tramas están equilibradas como para que el lector no sienta la tentación de leer una por encima para así continuar la otra.

     Los nombres del fuego me ha gustado mucho, me he divertido, me ha sorprendido. Hay quien dice que todo está inventado... luego te encuentras con títulos que te demuestran justo lo contrario. No puedo terminar sin recomendaros esta novela. Asomáos a Los nombres del fuego.

     Y vosotros, ¿os animaríais a echar un vistazo en una web si una historia se ve apoyada por un soporte multimedia?

     Gracias

     Hoy sí, os dejo el book tráiler:


     Todas las imágenes pertenecen a la página web de Los nombres del fuego, que podéis encontrar aquí.


lunes, 14 de marzo de 2016

Las primas. Aurora Venturini




     "Mi mamá era maestra de puntero, de guardapolvo blanco y muy severa pero enseñaba bien en una escuela suburbana donde concurrían chicos de clase media para abajo y no muy dotados. El mejor era Rubén Fiorlandi, hijo del almacenero. Mi mamá ejercitaba el puntero en la cabeza de aquellos que se hacían los graciosos y los mandaba al rincón con orejas de burro hechas de cartón colorado. Raramente un mal portado reincidía. Mi madre opinaba que la letra con sangre entra."

     Sigo siendo una antigua y sigo guiándome por mi librera, así que cuando ella me lo puso en la mano, ni me lo pensé. Investigué un poco al llegar a casa, con el tesoro ya en la bolsa, y mis ganas aumentaron si eso era posible. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Las primas.

     Y conocemos a las primas, que son cuatro. Yuna, la voz que narra la historia, es la buena, la guapa, la normal... al menos hasta que abre la boca, momento en que se nota que algo le falta, o que escribe, donde lo que le faltan son los signos de puntuación. Los conoce, pero le resulta enrevesado comprender dónde ponerlos. Tal vez por eso pinta. Betina, su hermana, es una desgracia en vida, su deformidad, su retraso, su olor... todo en ella es terrible. Y nos faltan dos primas, Carina, que también tiene un retraso, y Petra, la enana, la prostituta. Cuatro primas terribles acompañadas por una maestra abandonada por su marido, una tía puritana o un profesor terrible, forman el universo que Yuna nos cuenta en esta novela en la que todo y todos parecen condenados.

     En el año 2007 el jurado del Premio Nueva Novela organizado por el periódico argentino Página/12 cuyo jurado estaba formado por nombres como Rodrigo Fresán o Alan Pauls, otorgó el primer premio a un libro titulado Las primas y firmado bajo el seudónimo Beatriz Poltrinari. Cuando abrieron el sobre, descubrieron que su nueva promesa era una autora octogenaria llamada Autora Venturini que, pese a haberse codeado en su exilio francés en los años 50 con nombres como Camus, jamás había presentado una obra a una gran editorial para evitar el rechazo. Años más tarde, la misma novela gana el Premio Otras Voces, Otros Ámbitos en nuestro país. Un premio que busca dar una segunda oportunidad a las novelas publicadas el año anterior con ventas inferiores a los 3000 ejemplares. Con esta historia como carta de presentación, es muy difícil resistirse a echar un vistazo al secreto que esconde Las primas.

     Esta novela ha venido a unirse a otras en las que la puntuación o la falta de mayúsculas provocan una sensación apabullante en las primeras páginas para terminar siendo un todo difícil de diferenciar del resto de características de su personaje narrador. Empiezas con extrañeza y terminas siendo incapaz de imaginar la novela narrada de otro modo más convencional. Yuna no hubiera sido Yuna sin escribir así, y no hubiera conseguido empatizar con el lector de haberse presentado como la perfección en semejante entorno: también tenía que tener su propia marca y su necesidad de superación, en forma de diccionario cada vez más utilizado durante la novela. Yuna vive, Yuna ve, Yuna siente y lo relata por escrito en la medida que sabe, lo mismo que nosotros sabemos de su afasia, de su incapacidad, y de su talento tal vez surgido de la necesidad de expresarse sin esas limitaciones. Y esa incapacidad para puntuar como es debido, da el tono justo de la incomprensión, de un suerte de optimismo, que convierte esta novela en una comedia sin normas. Es justo ese el punto en el que lo trágico, lo grotesco, el vómito, se disfrazan de sonrisas en este terrible hogar. Un hogar marcado por la minusvalía y la desgracia, y también por la risa ante lo terrible y retorcida que puede ser la vida. Una vida que, en realidad, no es ni más ni menos que eso, vida.

     Las primas es una novela tan triste como divetida, diferente, potente, con una voz única de esas que se siguen recordando durante tiempo y la capacidad de conseguir que el lector se entregue totalmente a lo que nos está contando con un deje de ternura (o así me iba sonando a mi a medida que avanzaba). Tengo que repetir con Aurora Venturini. Y tengo que seguir haciendo caso a mis libreras. Hoy soy yo quien lo recomienda, no podría no hacerlo.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

sábado, 12 de marzo de 2016

Resultados del sorteo



Gracias por la altísima participación, de verdad.
Los ganadores...
@anaisabelbeniel1 se lleva "La última salida"
@noeliaterciado se lleva "El bebedor de vino de palma"




Espero que los disfrutéis tanto como yo, Y ahora que he aprendido como se hace, ya iré sorteando más cosas. Me he divertido mucho, esa es la verdad.



Por favor, los datos a mi mail: entremontonesdelibros@gmail.com


Gracias

viernes, 11 de marzo de 2016

Sorteo, último día


     Una entrada mínima para deciros que es el último día para pasar por aquí y apuntaros al sorteo de "El bebedor de vino de palma" de Amos Tutuola
"La última salida" de Federico Axat

     Suerte a quienes ya lo habéis hecho y el resto... ¡corred insensatos!

     Gracias

     Pinchando en los títulos se accede a las reseñas de los libros, por si necesitáis saber algo más.
Y gracias una vez más por la preciosa imagen, @sh_rachael

jueves, 10 de marzo de 2016

El silencio de las tierras altas. Steinar Bragi


     "La naturaleza entera guardaba silencio. Las nubes que surgían del horizonte se oscurecían y se hacían más nítidas, y después se fundían con la noche.
     Los cuatro estaban en silencio. Sólo se oía el débil murmullo de la radio. En el asiento trasero, Vigdís leía un libro mientras Anna se había despertado de una breve siesta y acababa de abrir una cerveza. Entre las dos estaba el perrito de Anna, un pastor islandés que había adoptado cuatro meses antes."

     Superado ese momento en el que pensé que estaba ante otra novela nórdica negra, ya que me explicaron que no era precisamente eso, empecé a prestar atención a este título. Finalmente me lo traje a casa y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El silencio de las tierras altas.

     Dos parejas de jóvenes de familias de clase media alta, urbanitas y con ganas de experimentar, se embarcan en la aventura de recorrer la Islandia más inexplorada. Cargados de provisiones entre las que se incluye más bienes de lujo que suficientes, comienzan un viaje que se verá interrumpido cuando chocan contra una casa. Serán auxiliados por los propietarios, una pareja un tanto extraña que mantiene su hogar completamente cerrado al exterior, hasta el día siguiente, momento en el que comienzan a intentar abandonar un lugar al que parecen condenados a regresar.

     Como comenzaba diciendo, El silencio de las tierras altas no es una novela negra. Es una historia con una gran carga psicológica que recuerda, a grandes ratos, a aquel Fin de David Monteagudo que tanto éxito tuvo en nuestro país. Vestido de crítica social y con capítulos que comienzan nombrando al personaje que va a dejar patente su visión de cómo transcurren los hechos, el autor enfrenta dos mundos: el mundo tecnológico y despreocupado, y la naturaleza salvaje que, de repente, irrumpe sin avisar en la vida de estos jóvenes. Perdidos en aquello que pretendían explorar como diversión, sin cobertura de móvil, acogidos por una extraña pareja en un lugar más extraño aún, veremos como no sólo no parecen ser conscientes de haber abandonado su habitual zona de confort, si no que ni siquiera son realmente conscientes del peligro que pueden estar corriendo.
     El autor nos presenta de este modo su base crítica sobre la que bascula prácticamente toda la historia: la falta de cabeza y de responsabilidades, la falta de instintos como el de la supervivencia que están aletargados por una vida de seguridad en la que, el mayor de los problemas, puede ser no ver satisfecho cada uno de los deseos. Y serán precisamente cuatro jóvenes venidos de este mundo que, pese a las diferencias culturales, nos resulta tan familiar, los que tengan que enfrentarse a una aventura que acabará siendo todo menos divertida. De hecho cuando vemos algunas de las decisiones que toman sus protagonistas, por ejemplo separarse, es posible que tengamos ganas de dar dos gritos como si pudieran oírnos.
     Bragi va cargando su novela de una tensión creciente que sufre el lector, ante el entorno, la inconsciencia, el desconocimiento, para llevarnos a un final no exento de polémica. Un final en el que llevamos pensando desde la mitad de una novela que se lee en un suspiro por el ansia de conocer el desenlace y que, no me cabe duda, suscitará opiniones para todos los gustos.

     La segunda novela de Steinar Bragi, y primera publicada en nuestro país, ha resultado una lectura opresiva e inquietante. Un libro francamente entretenido para una tarde o dos de invierno en las que nos apetezca desaparecer de nuestra acogedora casa para sumergirnos en una aventura mucho más peligrosa.

     Y vosotros, ¿habéis sucumbido ya a la moda de los escritores nórdicos?

     Gracias

miércoles, 9 de marzo de 2016

El matón que soñaba con un lugar en el paraíso. Jonas Jonasson

     "Su vida pronto se llenaría de muertes y agresiones, maleantes y rufianes, aunque de momento solo soñaba despierto en la recepción del hotel más deprimente de Suecia."

     Tercer libro de un autor caracterizado por sus títulos larguísimos y peculiares y por la carga en sus letras de un peculiar sentido del humor que me traigo a casa, pero los que me conocen entenderán el motivo... el señor tenía un palo. Hoy traigo a mi estantería virtual, El matón que soñaba con un lugar en el paraíso.

     Per Persson, suyo nombre advierte el autor es tan curioso como llamarse Jonas Jonasson, es recepcionista en un burdel reconvertido en hotelucho. Allí pasa sus días pese a su juventud sin pena ni gloria y tampoco con muchos visos de que nada vaya a mejorar, entre maleantes y gentes de poco valor social. Y allí se aloja también Johan Asesino Andersson, un hombre cuyo alias explica perfectamente por qué ha entrado y salido de la cárcel varias veces. Un día llega al hotel una predicadora que embaucará en primer lugar al recepcionista hasta comerse su almuerzo y luego, tirando de labia, convencerá a estos dos hombres para comenzar una inverosímil aventura. Al menos hasta que Asesino tenga un problema de fe.

     Todos conocimos al abuelo de Jonasson y muchos además repetimos con su analfabeta, así que ya estamos familiarizados con esa peculiar manera de buscar el sentido del humor en lo cotidiano apoyándose en el defecto ajeno que practica el autor. En este caso, se trata de un trío de maleantes formados por un joven bastante pusilánime, una charlatana y un ex asesino decidido a limitarse a dar palizas para así no tener que volver a la cárcel. Será la predicadora, de vida bastante turbulenta y fe más que dudosa, la que decida profesionalizar la ocupación de Asesino y, de paso, sacar partido económico entre todos, y comenzar así una aventura que se verá trastocada cuando Asesino descubra, o crea descubrir, la fe. Esa que tenía perdida entre muertes y alcohol, y que comienza en horas sobrias haciéndole preguntas incómodas y le lleva por razonamientos extraños y que Jonasson aprovecha como filón de una novela que, por lo demás, sigue el esquema de las anteriores.

     Jonasson no se detiene en descripciones, proporcionándonos una vez más, personajes más que escuetos que, sin embargo, somos perfectamente capaces de imaginar gracias a sus palabras o actos. Busca, y consigue, la agilidad durante una lectura que se convierte en un entretenimiento sin aspiraciones a mucho más. Tal vez por lo familiar, no puedo decir que me haya gustado tanto como su segunda novela, a mi juicio la mejor de las tres, pero si que me ha parecido entretenida, de esas con las que uno sigue leyendo sin tener muy claro el motivo pero que tampoco abandona. Un libro que no pasará a la historia de mis lecturas, pero que me ha servido para estar en otro mundo un par de tardes.

     Comenzaba comentando a propósito de los títulos tan largos que utiliza el autor en sus libros. Algo en lo que creo que nos fijamos todos, así que decidme... ¿por regla general preferís los títulos largos o cortos?

     Gracias

lunes, 7 de marzo de 2016

El bebedor de vino de palma. Amos Tutuola


     "He sido un bebedor de vino de palma desde que tenía diez años. No he hecho otra cosa en mi vida que beber vino de palma. En aquellos tiempos el único dinero que conocíamos eran los caracoles, así que todo era muy barato, y mi padre era el hombre más rico del pueblo."

     A veces uno decide dar una oportunidad a un libro, por venir de alguien de fiar. Y ese alguien puede ser un amigo, un librero, un blog, una editorial... En este caso es una colección de la que voy leyendo cada título. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El bebedor de vino de palma.

     Tenemos como protagonista a un hombre que se dedica a beber vino de palma desde su infancia. El autor no nos lo plantea como un borracho, pero sí como un auténtico bebedor que no ha tenido jamás que preocuparse de otra cosa que su propio placer y el de los amigos que le rodean. Sin embargo, el día que muere su sangrador (quien le proporciona el vino), no sólo le abandonan sus supuestos amigos, además, se queda sin quien le proporcione vino. Emprenderá entonces un largo viaje en busca de ese sangrador que tanta falta le hace, recorriendo lugares lejanos y conociendo seres de todo tipo.

     Hay libros que son difíciles de explicar y El bebedor de vino de palma es uno de esos libros. Ya desde las primeras frases, con un aire a vieja fábula, nos damos cuenta de que esta no va a ser una narración convencional. Y es que el autor parece jugar a cuento encantado para hablar de un viaje plagado de aventuras y seres extraordinarios en el que se mezcla lo tradicional y lo moderno. Los dioses, incluso el propio protagonista se revela como tal, se pasean a sus anchas por ese mundo peligroso y divertido en el que la muerte vive al final de un cruce de caminos y hombres se desmembransegún su propio criterio. Juega el autor, qué duda cabe, a una suerte de realismo mágico que destila olor a leyenda de tradición oral en un país, el suyo, tan lejano como desconocido. Y aún así se hace entender alcanzando un tono que convence al lector, obligándolo a seguir leyendo, a seguir escuchando esa voz de quien realizó una suerte de viaje iniciático que le llevaría a aprender un mundo que no le importaba mientras vivió protegido por las comodidades de su padre. Un viaje que le llevará de pueblo en pueblo, de aldea en aldea, de aventura en aventura proporcionándole una vida jamás imaginada, en la que habrá mujeres, ejército y, como no, una Ciudad de los Muertos.  Lo exótico de los lugares, de los nombres entrecomillados y de los dioses mezclados con seres inimaginables, consigue que el lector se deje llevar por esta fábula Entregándose como aquel hombre que esperaba cada noche para conocer un cuento más de su querida Sherezade. Porque es justo así como me he sentido al leer esta historia, fascinada por esa voz desconocida capaz de dibujar un mundo tan maravilloso como irreal y, aún así, de dejar esa suerte de moraleja de quien recurre no sólo a la magia, si no también a la inteligencia para engañar a aquel que pretendió engañarle.
   
     Un libro cortito para disfrutar despacio, para desgranar sus cuentos entretejidos, su estilo y dejarse llevar por la magia de lo que nos está relatando. Sin preguntas. Dedicarse simplemente a disfrutar como un niño. Y luego, tal vez, descubrir lo que es el vino de palma, y que es cierto que se sangran palmeras y se bebe en muchos lugares. Pero antes de eso, disfrutad de la lectura, y de su sorprendente broche final.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

sábado, 5 de marzo de 2016

¿Cómo lees?


     "Descubrí que un hombre puede necesitar 400 para decirle a una mujer que la quiere. 400 páginas antes del primer beso, 300 antes de una caricia, 200 antes de atreverse a mirarla, 100 para declararle su amor. En una época en la que se envían SMS cuando se quiere follar, todo eso me pareció prodigioso, vertiginoso, loco, desmesurado, extravagante, insensato, grandioso... Así es como aprendía palabras limpiando. Por lo menos eso..."
     Mi padre es mujer de la limpieza
     Saphia Azzedine

      Y tú, ¿cómo lees?
     Esa es posiblemente una de las preguntas que más veces he visto escritas en artículos y opiniones, Y te aparecen interpretaciones de todo tipo sobre si leen tumbados o sentados, en casa o en el metro, en vacaciones, caminando... pero esta vez no se trata de eso, no. Hoy voy a hablar de cómo leemos o, al menos, de cómo leo yo.

      Cuenta la mayor parte de la gente que cuando ve una película basada en un libro, el personaje tal o cual se parece más o menos a aquél que había imaginado. Los escritores, por ejemplo, lo tienen más complicado, ya que ha de ser prácticamente imposible encontrar a un actor que sea exactamente igual que a quien ellos crearon del borde de su pluma (o de la tecla de su pc). En el caso de los lectores, me llama la atención cuando cuentan que pasean por calles y entran en casas, que asisten a bodas o son testigos de grandes eventos, algunos incluso de asesinatos y les parece salir con las manos manchadas de sangre. Supongo que es cuestión de imaginación, y una servidora, cuando cierra los ojos, lo ve todo negro. Como comprenderéis es complicado llegar así a algún lugar que no sea un golpe contra la pared que tenga justo delante.
     Cuando leo, cuando cojo un libro y lo abro, me dedico justamente a eso, a leer. Y a medida que me envuelven las letras, que las palabras se van convirtiendo en sonidos, paso de leer a escuchar. Porque los libros para mi son historias susurradas al oído, palabras que se articulan junto a mi oído y, si tengo suerte, el leve aliento del autor o narrador consiguiendo erizarme el vello de la nuca. No hay nada comparable al placer de estar sentada y escuchar una voz suave contarte una historia, trasladarte a ese momento en que tu madre te contaba un cuento y te adormecías mecido en su voz. Quizás por eso me gusta leer en silencio. Para que nada enturbie la voz que me habla, el susurro acompasado que se acelera o relaja en función de lo que me está contando, la tensión palpable del narrador infinito que cambia cada vez para seguir siendo el mismo. La misma persona capaz de acariciarme con sus palabras como jamás hubiera podido hacerlo una imagen. Ya sé que es muy habitual esa frase hecha que dice que una imagen vale más que mil palabras, pero no puedo contener la réplica directa que pregunta al maldito inventor del dicho, qué imagen sería capaz de sustituir a la palabra que lleva por número el mil uno. Esa... esa es insustituible. Y esa es justo la palabra perfecta, la que no olvidamos, la que nos hace pegar el salto al vacío dibujado por mil y una palabras más que va a conseguir trasladarme al mundo inventado por otro y que va a provocar un eco en el fondo de mi mente que no apagará el tiempo.
Soy, lo confieso, una persona despistada. No recuerdo las caras, ni las calles, incluso olvido fechas que sé que no debiera olvidar nunca. Pero siempre recuerdo las palabras. Soy capaz de no pestañear y recodar el momento exacto en que conocí a Stoner al comienzo del libro, o decir dónde estaba cuando me susurraban el párrafo con el que hoy comienzo. Tal vez pertenezco a uno de los pocos románticos que quedan y que se niegan a restar importancia a lo dicho agarrándose a otro de esas frases terribles que afirma que las palabras se las lleva el viento. No, el viento se lleva las hojas de los árboles y los mechones de pelo despeinados, nos abre las chaquetas, nos dobla los paraguas... pero no se lleva las palabras dichas con el corazón, o las que nos han llegado a él. Tampoco creo del todo que los libros estén formados por fragmentos de sus autores, al contrario. Creo que los libros que nos llegan lo hacen por abrirse en el momento adecuado, porque leímos la palabra precisa, la frase correcta que nos hizo sentirnos comprendidos, arropados, emocionados o tal vez sobrecogidos. Y esa, justo esa, es la palabra que escucho sintiendo los labios junto a mi oreja con una voz que ya no se despegará hasta el final de los días. Una voz cambiante, ahora grave o aguda, masculina o femenina, lo mismo da. Porque en el fondo es siempre la misma: la voz que me hace seguir leyendo.

     Y vosotros, ¿soís de los que imagináis las escenas de los libros?

     Gracias

viernes, 4 de marzo de 2016

Sorteo


     Una entrada rápida para avisaros de un sorteo que estoy realizando en Instragram por los 4000 seguidores.
El próximo día 12 sortearé
El bebedor de vino de palma de Amos Tutuola
La última salida de Federico Axat

     Lo que hay que hacer es pinchar aquí y seguir las instrucciones que son básicamente; seguir la cuenta de instagram y compartir la foto. Y nada más.

     Uno ya lo reseñé, el otro lo haré el lunes, ambos me gustaron y mucho. Y quien no tenga Instagram... le animo. Es un lugar lleno de mascotas, comida, puestas de sol y libros en topless (sin faja, malpensados)

     Gracias

     Y gracias @rs_rachael por el precioso diseño.

   

miércoles, 2 de marzo de 2016

Guerra. Janne Teller



     "Si aquí estuviéramos en guerra... ¿adónde irías?
     Si las bombas hubieran reducido a ruinas gran parte de España, gran parte de tu ciudad... Si el piso donde vivís tú y tu familia tuviera las paredes agujereadas por las balas, todas las ventanas reventadas, el balcón arrancado..."

     Me gustan las historias que cuenta Janne Teller llenas de frases que se clavan como espinas en el lector. Por eso esperaba este libro con impaciencia y, por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Guerra.

     Guerra es un experimento bellamente ilustrado en el que Janne Teller le propone un juego al lector. En apenas sesenta páginas y dirigiéndose directamente a nosotros en una segunda persona autoritaria, nos hace imaginar la vida de un refugiado.

     Comienzo diciendo que es un experimento, y lo es. No ya por el tema, sino porque el libro se modifica para cada país en el que se publica de tal modo que el refugiado, siempre huye del país en el que se ha publicado el libro. Así que ahora nos imaginamos que tenemos catorce años, una familia y una España en Guerra contra otros Italia y Francia. La democracia y los derechos pasaron a la historia junto con las libertades y la prosperidad y a lo único que aspiramos es a salir de un país en el que el hambre, la sed y la muerte parecen acechar en cada esquina. Nos obliga a ponernos en el lugar de esa persona que pertenece a una familia de la que lo único que importa es el número de miembros, una familia que lo pierde todo y llega a un país extranjero, con una cultura diferente, un idioma diferente... un país harto de recibir refugiados, y nos enseña la odisea de esta nueva vida no elegida. Sobrevivir a cualquier precio o al precio de la propia vida, aunque sigamos caminando y respirando. Respirar sin identidad.

     La novelita de Teller, más un relato, se clava en el lector. "Imagina" parece decir en cada página. Imagina que puedes ser tú, imagina que esto sucede en tu país y no en esos que sabes está pasando. Imagina...

     No busca la conciencia política, ni tan siquiera que pensemos en los refugiados cuya tragedia sale por televisión. Teller apela a la solidaridad entre las personas, al sentimiento de empatía que te hace abrir los ojos a otras realidades que no son tan lejanas, que están ante nosotros y lo hace hablándonos de una familia sin nombre que puede ser la de cualquiera. Parece sembrar una semilla en la que el germen es la ausencia de nombre, la posibilidad de que eso suceda en cualquier momento, en cualquier país ya sea por guerra o catástrofe natural. Nadie está libre, parece susurrarnos al oído entre bonitos dibujos. Ni siquiera tú. Y sólo por eso... tal vez... deberías de pensar un poco en lo que te estoy contando, porque lo único que te digo en estas sesenta páginas que te hacen revolverte en tu asiento, es que todos somos iguales. Personas. Como tú.

     Cuando un escritor me gusta, me apunto sus libros, los busco, los espero y los leo apenas caen en mis manos. Y vosotros, ¿sois de los que perseguís toda la obra de un escritor que os guste?

     Gracias