martes, 2 de julio de 2024

Ediciones especiales

Sprayed edges by acrilipics


      No juzgues un libro por su portada pero no me pongas la carátula del cine que no me gusta. Así es como somos los lectores. Por eso un día y gracias a las redes descubrimos que en otros países era algo relativamente común, desde no hace mucho tiempo, ver libros con los cantos pintados. Y claro, se antojaba. Da igual que los libros se pongan con el lomo hacia fuera para ver el título, ya daremos la vuelta al estante, porque, de momento, lo que al lector le daba vueltas era la cabeza. 

     Se descubrieron cuentas como FairyLoot y la petición sonaba alto y claro: queremos libros bonitos. Y aquí llegan: recibidos en un primer momento con entusiasmo desmedido, burbujas de reventa y protestas airadas por tratarse de ediciones limitadas y ahora vistos como un sobregasto necesario por unos y como una posibilidad más por otros que no terminan de dejarse tentar por ellos. El caso es que los cantos tintados han llegado para quedarse y son culpables de múltiples reediciones de libros que ya tienen sus años y que ahora, como si hubieran pasado por un cirujano plástico, han vuelto a florecer en las mesas de las librerías. Lo que nadie te dice es que los cantos pintados tienden a ser más frágiles que los normales, ya que son susceptibles a los roces, y ya si el color es metalizado, apaga y vámonos MariPili que más vale que si lo quieres leer te esperes y lo compres en bolsillo. La historia es que ahora vivimos en un mundo conectado y los libros se enseñan en los estantes y en las redes sociales, y queda mucho más bonito un libro hermoso y decorado que otro de esos que simplemente contiene... ¡letras! Y esto empuja a que sea tendencia comprar ediciones especiales igual que hace unos años lo era poner una taza de té junto a un libro como si fuéramos personajes de algún tipo de novela inglesa. Y, ahora que caigo, también ha sido tendencia un pequeño invernadero de Ikea para colocar dentro tus libros más bonitos junto a una enredadera de plástico con luces led. La verdad, si uno se para a pensarlo hemos cogido aquella moda setentera de colocar libros huecos como elementos decorativos y hemos creado la versión 3.0. De hecho, y siguiendo esta tendencia que prima la estética, me pregunto cuánto van a tardar en aparecer en nuestro país esas cajas literarias que prometen una edición especialísima limitada a ellas y que no vas a poder encontrar en ninguna librería (no, Wallapop no es una librería aunque a temporadas pueda parecerlo). También me pregunto cuánto vamos a tardar en ir avanzando a cantos más elaborados, y es que lo bueno de llegar un poco tarde es que ya sabes la evolución estética de la tendencia que va bastante dirigida a un tipo de lectores fieles y entusiastas que se dejan llevar por impulsos de compra.

     Otros, los que miramos con recelo que no cambien los precios en la medida que esperábamos cuando han sacado este formato nuevo, decimos no sentirnos impresionados y así parece al menos hasta que saquen alguna novela que de en la diana de nuestros gustos lectores. El día que eso pase posiblemente nos midamos las fuerzas o quizás incluso intentemos justificarnos diciendo que ya era hora que hubiera libros bonitos que nos agradaran. Y es que, no nos engañemos, los libros bonitos nos gustan a todos. Y los lectores, casi por definición, siempre hemos sido un poquito superficiales o los libros tendrían todos la portada sin ilustraciones. Sí, justo como esa que llevan por dentro los que tienen sobrecubierta. Y, ¿cuál de las dos es la que se puede ver en nuestra librería? Pues eso.

     Supongo que los cantos pintados han llegado para quedarse, al menos una temporada. Es un cambio estético que desconozco si hará que el día de mañana, cuando la moda pase, revalorice esos títulos igual que ahora se ven como rarezas aquellos que estaban pintados a mano y cuya decoración solo se veía al inclinar las hojas de una determinada manera. De momento es solo un poco de tinta extra. Mañana, dios dirá.

     Y a vosotros, ¿os atraen los libros con cantos pintados?

     Gracias.

lunes, 1 de julio de 2024

City. Alessandro Baricco




     "Este libro se titula City. Me doy cuenta de que, después de Seda, hubiera sido mejor buscar algo que sonara un poco distinto. Pero este libro está construido como una ciudad, como la idea de una ciudad. Quería que el título lo dijera. Y ahora ya lo dice. Las historias son barrios, los personajes son calles. Lo demás es tiempo que pasa, ganas de vagabundear y necesidad de mirar. He viajado tres años por City. El lector, si lo desea, puede recorrer el mismo camino. Es lo hermoso, y lo difícil, de todos los libros: ¿se puede viajar por el viaje de otro?"

     Se me había escapado este título del autor hasta encontrarlo en una librería de segunda mano. Me recordó a Seda, para mi su mejor novela. Me lo llevé. Hoy traigo a mi estantería virtual, City.

     Conocemos a Gould, un chico de 15 años que tiene una inteligencia más que destacable y que se rodea de otros chicos, a saber imaginarios ya que uno es gigante y otro mudo, o no precisamente por estas características si no porque muy reales, no son. La cosa es que Gould es abandonado por sus padres y acaba bajo el cuidado de Shell, que no es que sea muy sociable tampoco y además escribe western. 

     Y más o menos así comienza una historia con una novela grabada durante años, una caravana amarilla y un montón de historias que se van entrelazando entre las que está la de un boxeador. Dicho así puede parecen un tanto batiburrillo y es que es voluntad escrita del autor que el lector se pierda como en una ciudad, por eso no ecatima en esfuerzos, incluso intelectuales para estar a la altura de su protagonista, en lograr que percibamos esa sensación. Sin embargo el lector acostumbrado a Baricco va a tender más a buscar esos personajes entrañables, esa duda en la prosa, la imagen romántica y desvalida... un momento, va a encontrar a Monet como gran revelación, esta vez de un personaje real y conocido, pero ahí está. Porque la magia de leer a Baricco es creer en lo que nos representa. City es metaliteratura o metavida, ya que hay dos historias ficticias, el western y el boxeador, que se entretejen con la ficción principal, la vida de Gould y Shell, y mientras eso sucede entran y salen distintos personajes que son hermosos en sus rarezas, aunque de una forma distinta al resto de la obra del autor.

     City perfectamente podría convertirse en una de esas novelas como El arco iris de la gravedad o La broma infinita que llenan páginas de lecturas hechas o a medio realizar intentando explicar lo inexplicable que escribieron sus autores. Tiene ese punto de absurdo y de llamativo, de la búsqueda del significado conjunto de aquello que uno lee y le absorbe hasta escupirlo con el cerebro licuado, provocando que entonces, ya sin ese ansia de entender, se limite a disfrutar del viaje. Sin embargo City ha llegado después de Seda y eso supone que si alguien lo lee, antes habrá pensado "compraba y vendía, gusanos de seda". Supongo que todo escritor quiere tener un éxito desbordante con su obra, pero también hay veces en las que un autor queda eclipsado bajo el peso de un único título. Hoy sucede menos porque rápidamente se descubre que ese título es parte de una saga y eso permite que el escritor continúe y además vaya repartiendo el peso, o en el peor de los casos y ante un avance torpe, el peso se diluya liberándolo (digo peor porque partimos de que todos buscan el éxito). Ante no pasaba eso, y quizás por eso el valor del texto que comparto en el que el mismo autor habla de ambos indique el orden perfecto además de la lectura. City es una terapia de choque tras su obra más conocida. Y eso, para mi, le da un valor añadido. Lejos de buscar el seguir la estela, ha roto el camino.

     City es una novela que se dirige al cerebro del lector. Una experiencia totalmente caótica y maravillosamente disfrutable.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

lunes, 17 de junio de 2024

Todos en mi familia han matado a alguien. Benjamin Stevenson

 

 

     "Un único haz de luz que recorrió las cortinas me anunció que mi hermano acababa de aparcar en la entrada. Cuando salí a la calle, lo primero que percibí fue que el faro izquierdo del coche de Michael estaba apagado. Y lo segundo fue la sangre. 
     No había luna y el sol aún no había salido, pero incluso en la penumbra sabía exactamente dónde estaban las manchas oscuras que salpicaban el faro roto y se extendían a lo largo de una buena abolladura en el guardabarros. 
     No soy un ave nocturna, pero Michael me había telefoneado media hora antes. Fue una de esas llamadas que, cuando miras la hora con la vista aún borrosa, sabes que no es para informarte de que alguien ha ganado la lotería. Tengo algunos amigos que a veces me llaman desde el Uber camino a casa para ponerme al día de la juerga que se han pegado esa noche. Michael no es uno de ellos. 
     Bueno, miento. No seguiría siendo amigo de alguien que me llamara pasada la medianoche.
     — Necesito verte. Ahora".

     A veces es simplemente el título lo que atrae. Eso me sucedió con este título y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Todos en mi familia han matado a alguien.

     Conocemos a  Ernie Cunningham, un hombre con una familia muy peculiar. Ahora tiene que acudir a una reunión de toda la familia en un magnífico resort en plena zona nevada y, como os podéis suponer, no le apetece nada. Ernie no quiere estar allí, no quiere ver a su hermano Michael, ya que avisó a la policía de que había asesinado a alguien convirtiéndose así el en paria. Pero... 
     Y entonces aparece el primer muerto. Uno de muchos. Alguien será el asesino, solo hace falta saber quién. Si sigues vivo.

     Hace tiempo que leí este libro y, como ahora va a ver la luz la segunda parte, me he decidido a traerlo aquí. Lo primero que me llamó la atención es la originalidad del narrador. Un hombre que sale vivo de una pequeña matanza y decide escribir un libro para contarlo. Comienza entonces señalando el código que tienen que seguir este tipo de novelas y establece un compromiso con el lector de cumplir una serie de normas, que deja por escrito para que el lector sea capaz de ir una a una y adelantarse a la resolución final. A partir de ese momento comienza un juego en el que, cuanto más alto dice el narrador que puedes fiarte de él, menos te lo crees. Y es que tanto el misterio, que se va enroscando sobre sí mismo, como el humor que destila la narración, son dos puntos que enganchan desde las primeras páginas. Quizás no sea un misterio al uso y catalogarlo como novela negra sea llamativo, el hecho es que se trata de una novela divertida en la que uno se deja caer sin saberlo y termina atrapado un par de días sin haberse dado cuenta. Iremos conociendo a la familia y sus relaciones cruzadas y, sin darnos mucha cuenta, Ernie tiene al lector en su mano ya que se dirige a él con la soltura de quien se sabe con el poder de la razón o, al menos, del conocimiento completo de lo que está sucediendo.
     La novela, aunque en este caso no era difícil de adivinar, guarda una sorpresa para quien lo haya hecho, algo que es de agradecer y que no suele suceder en este tipo de libros. Y quizás por eso o un poco por todo, me ha recordado al enganche que sufría con las novelas de misterio cerrado que leía durante mis noches de estudio para desconectar. Y es que, seamos sinceros, lo he pasado bien y hasta le he cogido cariño a Ernie.

     Todos en mi familia han matado a alguien me ha parecido un aporte fresco y una novela francamente divertida. En nada os contaré la segunda parte, si eso sirve como ejemplo de mi valoración final.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 12 de junio de 2024

Todo final es un comienzo. Dolly Alderton

 


     "Razones por las que está bien no estar con Jen 
     No sabe bailar. No tiene nada de ritmo. Me parecía adorable hasta que vi que se reían de ella y, me sabe mal decirlo, me dio vergüenza. 
     Una vez oí que le decía «Quedamos para tomar un capuchino un día y lo hablamos» a mi prima adolescente, que quería consejos sobre las solicitudes de acceso a la universidad".

     He visto tanto este libro en las librerías y sus escaparates que, al final, me lo he tenido que llevar. Sin saber siquiera de qué iba, solo porque parecía que me lo encontraba en cualquier parte que posara la vista. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Todo final es un comienzo.

     Conocemos a Andy, que es quien nos cuenta su historia. Andy tiene 35 años y se dedica a la comedia. Además le ha dejado su novia Jen con la que llevaba más de 3 años, creo recordar que él lleva exactamente la cuenta del tiempo que llevaban juntos cuando ella le dijo que quería estar soltera. Andy no termina de creerlo y piensa que lo puede arreglar de alguna manera. Y todo esto supone además que ahora tiene que vivir solo con sus ingresos en una ciudad como Londres, lo que le lleva a convivir con un anciano muy peculiar. Además, todos sus amigos están casados. En definitiva, un desastre de vida.

     Con los datos que os he dado ya os supondréis que estamos ante una suerte de comedia romántica más comedia por la forma en que se expresa que por el contenido, ya que Andy no creo que se ría mucho de su situación. Alderton realiza un trabajo de recreación de una situación en la que se encuentran muchas personas y lo cierra de forma brillante al darle la voz a Jen en la parte final de la novela, para de este modo dejar tranquilos a los lectores. Y yo... bueno, yo no estoy acostumbrada a las comedias románticas, y de no ser porque esta me ha recordado a "Alta Fidelidad" posiblemente no hubiera seguido leyendo, algo de lo que ahora que lo he terminado no me arrepiento en absoluto. La novela tiene muchos ecos del cine romántico de finales de los noventa, solo que adaptada al momento. Es decir que Andy stalkea al nuevo novio de Jen, descubre que se ha quedado obsoleto con respecto a lo que se publica en IG cuando sale con una chica que... bueno, que no lo entiende, se pone a dieta porque todo el mundo sabe que hay que ponerse guapo para salir al mercado... Dicho así podría parecer que Andy es Bridget Jones y ciertamente tiene una parte de ella, pero en una versión más joven que no comprende a las mujeres. Lugares comunes en definitiva por los que la autora se mueve como pez en el agua y que adereza con una prosa fresca de fácil lectura que hace pasar un par de buenos ratos en los que se termina la novela.

     Todo final es un comienzo en una comedia divertida de leer, que no de vivir, que os recordará a estar viendo una película romántica con ciertos gustos al pasado, ese en el que Adam Sandler aún era joven.

     Y vosotros, ¿también os pasa que a veces os encontráis un libro en todas partes?

     Gracias.

lunes, 10 de junio de 2024

Qué clase de madre. Clay McLeod Chapman

 


     "Brandywine, Virginia 
      La patrulla guardacostas de Virginia busca a un pescador local en la bahía de Chesapeake tras descubrirse su barca abandonada en la orilla sur de la isla de Gwynn. 
     Henry McCabe, de 35 años, es el dueño de la cangrejera matrícula 1974 Chesapeake. Un transeúnte encontró la barca varada y con indicios de haber estado ocupada, entre ellos comida y ropa infantil. Por el momento no se ha localizado a McCabe. 
     Sally Campbell, portavoz de la patrulla guardacostas, informó que: «No se recibieron peticiones de ayuda, y la situación meteorológica no era adversa. No se aprecian indicios de violencia».

     La maternidad es un tema que ha dado mucho juego al terror desde siempre y, un poco por eso, me gusta acercarme cuando veo que publican algo así. Hoy traigo a mi estantería virtual, Qué clase de madre.

     Conocemos a Madi, una mujer que, como tantas, no lo ha tenido fácil. Hace tiempo se tuvo que marchar de su ciudad natal y comenzar una vida nueva junto a su hija, aunque ahora ha tenido que regresar. Qué no hace una madre por su hija. Allí Madi sobrevive como puede en un mal motel y leyendo la mano a la gente y al lector, obviamente, le cae bien. Se reencuentra entonces con Henry McCabe, viejo amor y sospechoso de la desaparición de su hijo Skyler hace años. Niño que, por cierto, había tenido con la chica por la que abandonó a Madi y que se suicidó tras perder a su bebé.
   
     Bien, así a grandes rasgos ya sabéis lo suficiente de una novela que puede parecer negra en sus primeras páginas, ya que debuta con la historia de la desaparición del bebé que poco a poco gira al terror de tal forma que el lector presiente el cambio pero no se inmuniza frente a él. Para cuando el cambio sucede, estamos entregados a esta novela a doble voz que no ha convertido a Madi en heroína, pero ha hecho que nos gane el corazón. De todos modos, estamos ante un libro que va a dividir a los lectores entre los que disfruten con la primera parte y los que lo hagan con la segunda. Personalmente disfruté mucho con el giro que el autor decide dar a la historia sacando al lector de una zona de confort que fácilmente podía haber derivado a una trama convencional y dejarlo adentrarse en monstruos internos y no tan internos vestidos de dolor y culpa. Una parte de la novela que me ha parecido un delirio como pocos, que se disfruta con la mente abierta y dejándose engullir hasta perderse. Porque así uno descubre que, las sensaciones, sirven mucho más que buscar el significado exacto a las palabras.
No voy a decir mucho más, porque creo que llegar en blanco es la mejor forma y, los que lo hayan leído, posiblemente piensen que he dejado demasiadas pistas.

     Qué clase de madre ha sido una lectura que he disfrutado mucho y, de verdad, no voy a comer nécoras en una temporada.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 3 de junio de 2024

El hijo predilecto. Yuko Tsushima

 


     Tenía muchas ganas de leer a esta autora. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El hijo predilecto.
  
     En el hijo predilecto conocemos a Koko, una mujer que no ha dudado en enfrentarse a todos para ser madre ella sola. Que su trabajo sea el de profesora de piano, lo que le hace depender de los alumnos para saber los ingresos que va a tener esa semana, no ayuda a que su vida sea apoyada por ellos, cuyo corte es mucho más tradicional, lo que hace que su hermana Shoko se meta en su vida una y otra vez. La hija de Koko, Kayako, parece llevarse bien con Shoko y su familia, lo que hace que su madre se sienta desplazada y para completar el cuadro ahora teme haberse quedado embarazada de un amigo de su ex con el que no planeaba tener nada estable.

     Inicialmente tiene uno la percepción de que Koko es feliz con su vida un tanto alternativa para los convencionalismos, sin importarle demasiado que su hija pase el tiempo con su tía y no con su madre o que su hermana se preocupe perennemente por su situación. Será la posibilidad de estar embarazada la que le haga replantearse si es viable su estilo de vida y con él la autora plantea la maternidad en Japón en la década de los 70. El equilibro entre el trabajo, la maternidad y el tiempo libre se vuelve complicado y amenaza con ser imposible y la autora desarrolla una parte de la infancia de la protagonista para que el lector sea capaz de tener una mirada mas ámplia. No solo eso, la autora avanza para mostrar a una madre perezosa que prefiere quedarse en casa o luchar por su hija y las consecuencias que eso tiene en el desarrollo de la niña. Y es que el mayor éxito de la novela es la propia Koko, un personaje difícil al que comenzamos a conocerlo posicionándonos en el lugar de su hermana pero que la autora tiene la capacidad de ir girando para que la comprendamos. Aquí no se trata de si apoyamos a la protagonista o de contarnos algo que justifiquen su conducta, Tsushima busca una pregunta mucho más simple: ¿tiene derecho a elegir su vida esta mujer o el hecho de ser madre la debería de condicionar para todo lo demás? ¿Y si lo que quiere es nada, solo dejar pasar su vida? Por eso en lugar de ir explicando para justificar lo que muestra es que pese a parecer despreocupada, ella tiene aún muchos lazos que ni siquiera quiere y le gustaría romper, posiblemente le gustaría llevar la vida que llevan algunos de los hombres que transitan por la novela. La despreocupación, la falta de interés o de compromiso que parece tan común en ellos y que no puede hacer otra cosa que dar lugar a un desencuentro que muestra un momento que ha quedado atrás en nuestra sociedad.
     Y es que hay muchos tipos de familias y muchas maneras de entender la maternidad o la paternidad, desromantizándola y también eliminando esa suerte de obligatoriedad a reproducirse. De hecho leer libros ambientados no hace tantos años dan una buena muestra de los rápidos cambios que se han producido en algunos conceptos en apenas unos pocos años.

     El hijo predilecto es un libro que he disfrutado mucho y me ha abierto la puerta a una escritora con la que repetiré.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
 
     Gracias.

lunes, 27 de mayo de 2024

Una comisaria en la Provenza. Pierre Martin

 


     "Cerró los ojos... y segundos después se dio cuenta de que había sido un error. Se le aceleró la respiración, de repente sintió que el corazón le latía con fuerza, empezó a notar palpitaciones en las sienes... Creyó oír pasos raudos, vio adoquines mojados por la lluvia, un Citroën negro, la sombra del Arco de Triunfo, percibió sirenas de policía a lo lejos... Después, una explosión de un blanco deslumbrante le sacudió los párpados, la onda expansiva se le fue propagando por la cabeza: al momento todo había terminado. Ahora todo era negrura y silencio, un silencio sepulcral. Su respiración se tranquilizó. Se masajeó las sienes con movimientos circulares. A continuación abrió los ojos..."

     Supongo que fue la similitud con el aire de los títulos clásicos de novelas de detectives lo que me atrajo de este título. Hoy traigo a mi estantería virtual, Una comisaria en la Provenza.

     Conocemos a Isabelle Bonnet cuando, tras una intervención que casi le cuesta la vida, desembarca en Fragolín, un lugar al que le une su historia personal ya que allí fallecieron sus padres. Lo que parecía una visita para sanar y descubrir sus raíces, se convierte en algo laboral. Ella  era jefa de una unidad antiterrorista, aunque no lo cuenta en Fragolín, y ahora su jefe la encarga investigar el caso de una mujer asesinada en casa de un extranjero que ahora está desaparecido. Para ello, Bonnet será designada, y degradada, a Commissaire y la Gendarmerie le asignará un ayudante que parece inútil llamado Apollinaire. No es bienvenida en la investigación. En cuanto al pueblo... encontrará más de lo que espera.

     Me gustan las novelas con un componente procedimiental, casi tanto como aquellas que te llevan con la lengua fuera. En este caso además se mezcla con los sentimientos de los personajes que se mueven en un entorno pequeño y fácil de manejar para el lector que acaba asistiendo a las reacciones cruzadas entre ellos. El caso central se va extendiendo en sus ramificaciones e Isabelle tiene que ir uniendo piezas de personajes con los que un día tuvo una relación personal. Un lugar en el que no es bienvenida y la policía local no la quiere allí ni entiende cómo han podido asignarle un caso. Esto mezclado con la existencia de un asesinato, una desaparición del posible culpable que se convierte en un juego de identidades y que viene marcada por una protagonista con un carácter muy peculiar. No diré que esto es original, y menos en lo referido a la última parte ya que los policías carismáticos han marcado la novela negra contemporánea desde siempre, con la salvedad de que ahora son mujeres, pero sí que en este caso estamos ante un personaje bien trazado cuyo pasado y presente se acercan en lo que es, claramente, el comienzo de una serie protagonizada por Bonnet.

     Una comisaria en la Provenza me ha parecido una novela entretenida que ha conseguido despertar mi curiosidad por seguir leyendo la evolución de Bonnet y, cómo no, de su extravagante Watson particular.

    Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 22 de mayo de 2024

Un animal salvaje. Joël Dicker

 


     "Era una casa moderna. Grande, de forma cúbica, toda de cristal, que se alzaba en medio de un jardín impecable, con piscina y un amplio porche. La parcela estaba rodeada de bosque. Aquel lugar era un oasis, un pequeño paraíso secreto resguardado de las miradas al que se entraba por un camino particular. Al igual que la casa, los que vivían en ella también resultaban ser de ensueño: Arpad y Sophie Braun eran la pareja ideal y dichosos padres de dos hijos maravillosos. 
      Aquella mañana, Sophie abrió los ojos a las seis en punto. Llevaba algún tiempo despertándose sistemáticamente a la misma hora. A su lado, Arpad, su marido, dormía a pierna suelta. Era domingo, le habría gustado dormir un rato más. Se revolvió en la cama, en vano. Al final, se levantó sin hacer ruido, se puso una bata y bajó a la cocina para prepararse un café. Una semana después cumpliría los cuarenta y nunca había estado tan guapa".

     Me puede la curiosidad. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Un animal salvaje.

     Conocemos a Sophie, que vive con su familia en una casa apartada, de cristal para más datos. Su marido es un genio de las finanzas con un pasado turbio y un presente que se irá descubriendo con tantos secretos como el pasado. Por si eso fuera poco Sophie también parece tener algo que ocultar relacionado con un tatuaje de una pantera que lleva en una pierna y que ha llamado la atención de un hombre que se dedica a observarla desde la distancia. Un lugar tranquilo en el que nada es lo que parece y nadie es tan transparente como las paredes de esa extraña casa.

     Dicker entró en el panorama literario de la mano de Harry Quebert, un éxito multinacional cuya receta ha sabido ir replicando en los distintos títulos firmados por el autor, salvo El Tigre que es el único que no he visto hasta en la sopa de todos los que ha publicado. Tengo que decir que, si bien su primera novela me resultó entretenida, a medida que he ido avanzando en sus títulos me he ido encontrando lugares demasiado comunes que han provocado que pierda interés y entusiasmo en sus letras (por no hablar de que el Escritor es uno de los personajes que más gordos me han caído en los últimos tiempos). 

     En esta ocasión el autor vuelve a orquestar un libro con alma de page turner que dicen ahora, un fast food literario pensado para ser leído y posiblemente olvidado en apenas unas semanas y que a mi me ha dejado una sensación agridulce puesto que la historia sigue demasiado abiertamente un patrón conocido para sus lectores. Comienza con personajes aparentemente anodinos y, una vez presentados empieza a jugar con los tiempos y ubicaciones para ir destapando distintos secretos normalmente orquestados en torno a no más de cuatro de ellos para que el lector, animado por la curiosidad, no se cuestione la probabilidad o credibilidad de lo que representa, dejándose llevar por el efecto lúdico de la literatura y disfrute del viaje sin preocuparse de si está en un tiovivo que no le lleva a ninguna parte. Hasta ahí no tengo mayor problema. Sin embargo mirado al detalle, ya lo de la casa de cristal me ha alejado de la novela. Supongo que he leído demasiadas casas en zonas rurales con paredes de cristal en las que vive gente que se sorprende de que alguien los observe y yo no puedo evitar pensar en peceras gigantes, lo siento. Los personajes son además demasiado plásticos y exagerados en sus papeles; desde la rica modosa con una parte salvaje hasta la mujer empeñada en alargar y mantener una relación que se pone en contacto con la esposa del amante puntual como si estuviéramos en una telenovela de los años noventa. Esta exageración de perfiles ha hecho que en algunos momentos me haya sentido como si leyera una novela en la que se paseaban los protagonistas de distintas series de televisión, más o menos policiacas, mezclándose con algunos telefilmes de esos en los que las mujeres toman café mirando al infinito. El evento central es un atraco alrededor del que se van moviendo las historias que el autor trata de atar y desatar para convencer al lector de seguir jugando, algo que logra con el éxito de quien sabe manejar los ritmos y la prosa para que apetezca ver qué va a suceder y es de agradecer que en esta ocasión la novela sea además visiblemente más corta.

     Un animal salvaje me ha resultado una lectura superficial, con relaciones básicas en las que el autor no profundiza dando lugar a una lectura que no pasa de ser, a lo sumo, como sentarse a ver un telefilme. Porque esa ha sido justo mi sensación durante la lectura: una representación superficial. O quizás sea que ya no soy tan ingenua leyendo como para creerme todo.

     Y vosotros, ¿sois lectores de Dicker?

     Gracias.

lunes, 20 de mayo de 2024

El Museo. Owen King




     "La ciudad, apodada «la Más Bella» por poetas y procuradores municipales en honor a su río, el caudaloso Bello, sobresalía del territorio como un padrastro de su pulgar"

     A veces el placer que ha provocado la lectura de los títulos de un escritor nos lleva a seguir su estela hasta extremos insospechados, por ejemplo, leer a sus hijos. Así es como llego a Owen King y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El museo.

     Conocemos a Dora, cuya vida ha sido dura. Creció en un orfanato ya que su familia falleció debido al cólera y ella, sin ser capaz jamás de olvidar a su hermano ni sus últimas palabras, ha trabajado últimamente en el servicio doméstico de la Universidad. En un mundo convulso, Nora tiene una relación con Robert, al que convence para que la ayude colocándola en la Universidad para la Investigación Psíquica, un instituto ocultista en el que él trabajó. Un lugar en ruinas en una ciudad en ruinas que la llevan a centrarse en la periferia y, poco a poco, ir profundizando en los misterios que recorren la ciudad como almas perdidas.

     Tengo que decir que mi experiencia con esta novela ha sido, cuanto menos, complicada. Me costó entrar en ella varios intentos. No tenía claro si era la prosa, la historia, D que no me encajaba, su amante... me parecía... aburrida. Sin embargo, siempre digo que no abandono los libros sin haberlos terminado, así que, tras dejarlo apartado unos cuantos días, decidí retomar. Descubrí entonces un lugar sin nombre en un tiempo pretérito en el que había sucedido algo que dio al traste con el orden tal y como lo habían conocido. En este lugar, en el que en un momento determinado incluso deambulan almas perdidas, las clases altas se han ido y las bajas intentan hacer lo que pueden bajo un orden tambaleante que amenaza con desplomarse. Y es que es una novela en la que la trama parece lo más importante, dejando descuidados el resto de los elementos para que el lector decida lo que tiene que hacer. La novela tiene carencias en cuanto a personajes, que no terminan de quedar definidos para que el lector se implique con ellos; pero la más importante es en el ritmo. King quiere conectarlo todo pero lo hace del mismo modo que aquellos profesores que pensaban que su asignatura era la única durante los años de estudio. Exige tanta atención que agota al lector, sin recompensarle lo suficiente al proporcionarle una novela que falla en el ritmo, tal y como se percibía ya en las primeras páginas. Un ritmo que cambia pero al que, superado el primer tercio, se le empieza a ver que le falta continuidad.

     El autor busca recursos utilizados para sobresalir, comparaciones llamativas, metáforas visuales; usa todo, y quizás no era necesario. La comparación con Dickens la entiendo aunque siendo sincera no la veo más allá de la propia cita del autor que parece haber preparado todo para obtenerla, incluída la cita del principio. Y yo he echado en falta la libertad. Owen King más que un libro ha presentado un ejercicio y eso hace que la lectura se resienta dejando espacio para que el lector se de cuenta de que quizás, el tiempo, el oficio y la confianza, nos dejen ver lo que hay ahí. A fin de cuentas no debe de ser fácil ser un King si tu padre se llama Stephen o tu hermano es Joe Hill.

     El Museo es una novela desigual de difícil recomendación. 

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 15 de mayo de 2024

Por el pasado llorarás. Chester Himes

 


     Soy consciente de que mucha gente se deja guiar por la cubierta de un libro como primer punto de atracción. De hecho me ha pasado. Pero, si soy sincera, lo que me atrae es es título. Hoy traigo a mi estantería virtual, Por el pasado llorarás.

     Conocemos a Jimmy Monroe. Su vida es, cuanto menos, complicada. Padre predicador, hermano al que.. bueno, eso lo leéis, especialista en juergas, expulsiones, robos y alcantarillas, no es de extrañar que acabe en prisión alguna que otra vez. Veinte años, le dicen. Y hasta esa prisión en los años 30 viajamos con él para ser testigos de su inocencia, siempre hay alguien que tiene más calle que tú, un entorno peor, compañeros con una vida más jodida... Veremos la violencia, la depresión, las revueltas y la corrupción de los micropoderes con la tiranía a pequeña escala y su ascenso. Y también el espacio para el amor cuando aparece Rico, la soledad cuando llegan las noches. Veremos todo. En eso consiste esta novela.

     Esta novela fue escrita por su autor justo después de haber pasado por prisión para cumplir condena por robo a mano armada. Yo ya conocía este hecho, no es mi primer acercamiento al autor, pero no me había tropezado aún con este libro cuyo título me llamó la atención desde el primer momento. Y he encontrado una novela cruda y descriptiva con paisajes que son puro éxtasis de sensaciones, ya sean ruidos o el marcar la ausencia de silencio, o sentimientos, porque hay mucho que sentir en una prisión, ya lo sabemos, no es la primera ni la última novela que se centra en ese entorno. Sin embargo sí que diré que me ha sorprendido y mucho encontrarme una novela de esta caladura escrita en los años 30. Hoy está claro que se escribiría sobre los sentimientos, la masculinidad o el amor entre hombres sin problemas. Escritores como Jean Genet han abierto mucho camino en ese sentido siendo incluso hoy poco conocidos por el gran público lector. Pero Himes ya estuvo allí. Bunker escribió sobre la prisión, pero Himes también estuvo allí. Y no solo eso, Himes además se apoya en la propia prosa para dar forma al carácter de su personaje y la forma en que se adapta como puede a su nuevo concepto de lo que es tener una vida. Con un comienzo que se desliga, como si estuviera buscando su sitio, el autor avanza hasta llegar a una suerte de escena de renacimiento casi al final de la historia que deja ver incluso sus consecuencias, porque en la vida hay cosas que se ven llegar. Aunque no miremos.

    Himes baja al barro y no busca escribir su propia historia ni convertir a Jimmy en una suerte de antihéroe. Lo explica, lo desnuda, lo llegas a entender incluso, pero eso no significa que te parezca bien ni que maquille sus actos. Lo que si provoca es que viajes con él a la oscuridad y te plantees si las voces son propias o ajenas cuando hay un sentimiento colectivo que se expresa en la negrura de la vida. Y es que como dije la novela es oscura y cruel, y por eso sorprenden los momentos de risas y luminosidad.

     Por el pasado llorarás ha sido un gran descubrimiento. Yo no diría que la he leído tanto como que la he vivido.

     Y vosotros, ¿los títulos de los libros os impulsan a su lectura?

     Gracias.

lunes, 13 de mayo de 2024

Suisen, el gato de Gorô. Aki Shimazaki

 


     Tenía muchas ganas de leer este libro ya que me gusta como Shimazaki se adentra en la psicología de sus personajes. Hoy traigo a mi estantería virtual, Suisen, el gato de Gorô.

     Estamos ante la tercera entrega de una serie que, al contrario de lo que viene siendo habitual, no se trata de la continuidad lineal de un hilo argumental. Aquí el protagonista es Gorô, hasta ahora secundario. Es un hombre de mediana edad, con un buen cargo y una familia formada por su esposa y dos hijos. Su principal preocupación es la imagen que proyecta, el éxito en todos los sentidos que incluye el hecho de tener dos amantes además de una red de contactos.

     Lo primero que me ha sorprendido es la animadversión directa que sentí con Gorô desde las primeras páginas. Un hombre misógino, egocéntrico y terrible cuyas gafas nos ponemos de mano de la autora que, fiel a su costumbre, sintetiza todo lo posible aquello que quiere expresar. Esta tarea no ha tenido que ser fácil ya que no solo muestra lo que Gorô pretende ser y es en su vida, también muestra las partes ocultas que ni él mismo quiere mirar. Sin pretender justificarlo nos enseña su infancia en la que fue permanentemente comparado con su hermana, sus miedos a la soledad e incluso a la soledad del silencio que hace que uno se quede consigo mismo arriesgándose a mirar dentr, ver los complejos propios proyectados en el comportamiento y, por lo tanto, arriesgarse a reconocer los defectos. Esta es la parte principal de la novela, que va decapando al protagonista tras quitarle todo lo que le daba seguridad en un ejercicio obligado de quedarse consigo mismo sabiendo ya en este momento el lector, que lo pondrá ante su mayor infierno. 

     A partir de un hombre aborrecible la autora juega con el lector al hacer que se ponga bajo la piel del protagonista, y no para absolverlo, si no simplemente para comprender su forma de actuar. Cuando esto sucede y se trata de un personaje al que uno odiaba al comienzo, el libro se puede considerar un éxito ya que, si de algo trata la literatura, es de trasladar al lector a otros lugares y otras pieles. Y todo ello lo hace de una forma sencilla, basada en detalles, en lo cotidiano. No es la primera novela que leo de Shimazaki, de hecho es la tercera entrega de una pentalogía que, ya os aseguro, voy a completar.

     Suisen es una historia que sorprende y que, os aseguro, no deja a nadie indiferente.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

     PD: Disfrute usted del gato, señor Gorô.

lunes, 6 de mayo de 2024

In Memoriam. Alice Winn

 


     "Podía hacer lo que quisiera".

     Cuando me regalaron esta novela no sabía nada de ella. Hoy traigo a mi estantería virtual, In memoriam.

     Conocemos a Henry y Sidney. Estamos en 1914 y la I Guerra Mundial es una realidad para todos, aunque quizás para algunos jóvenes privilegiados parezca más un relato de ficción que la realidad que viven miles de personas a diario. Ellos son demasiado jóvenes, pero no dudan en ofrecerse voluntarios para ser héroes, aunque cada uno con un detonante. Uno se alista para demostrar que no es un cobarde, el otro para seguir al primero.

     Esta es una de esas novelas que vale más explicada que contada la sinopsis. Quizás por llevar la contraria al propio autor cuando pone en boca de uno de sus protagonistas que los chicos pueden hacer lo que quieran siempre que sea en la oscuridad y quede allí. Coloca en este mundo a dos chicos enamorados que no están preparados para estar enamorados. Les resulta más fácil incluso ir a la guerra que reconocer lo que sienten y tienen. Y en la guerra de Win los hombres necesitan consuelo y refugio porque pocas cosas dan tanto miedo como estar en el frente. O quizás si haya cosas que asustan tanto y por eso uno prefiere verse privado de lo que es la simple compañía o el consuelo. Ahora ni siquiera estoy hablando de amor. Y es que de alguna manera la autora establece un paralelismo constante entre el amor homosexual y la guerra: con las luchas, los caídos y los enfrentamientos incluso entre hermanos. Jóvenes que perdieron en la vida o en el amor cuando aún no tenían edad si quiera de saber muy bien por qué luchaban o tal vez lo hacían precisamente desde el lado contrario, creyendo que lo sabían todo con el enardecimiento de la juventud. Hay candor en uno de sus protagonistas nervioso por poder elegir, hay sangre y brutalidad en la guerra como lo hay en la vida. Y es que la novela de Win sabe ser delicada en la prosa pero salvaje en el contenido. Sus dos ejes protagonistas, Henry y Sidney son tan opuestos como atractivos o irritantes, dependiendo del motivo. No escapan al escrutinio de un lector maduro e informado que no dudará en juzgar sus actos creyendo que, por estar en una sociedad que ha avanzado mucho, su mirada es superior. Esto sucede porque la novela tiene un break en el que los estudiantes pelean y crecen y se alistan y en ese momento su mirada cambia, el tono y el alma de la novela se modifica y el lector busca una historia más profunda que no siempre está ahí. La guerra es brutal, hemos leído y visto mucho sobre ella (uno enciende el televisor y siempre parece haber una acechando en las noticias en el mundo que nos ha tocado vivir), pero eso no debería de hacer que la novela decaiga precisamente en esos momentos. Los personajes son divertidos y la historia está ahí, sin embargo, no llega a sentirse tan buena como debería. O quizás sea yo. A veces el problema es el lector.

     In Memoriam es una historia de amor y guerra. Entretenida. Buscaré más de la autora.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.


lunes, 29 de abril de 2024

Sinsonte. Walter Tevis

 


     "Mientras recorre a pie la Quinta Avenida a medianoche, Spofforth arranca a silbar. Desconoce el título de la melodía y tampoco le interesa; es compleja, la silba a menudo cuando está solo. Lleva el torso desnudo y los pies descalzos, solo viste unos pantalones caquis; siente el pavimento viejo y deteriorado bajo los pies. Camina por el centro de la ancha avenida; hay parches de hierba y maleza alta a ambos costados, donde las aceras se agrietaron y luego se deshicieron hace ya mucho tiempo, y así continúan, a la espera de unas reparaciones que no llegarán nunca. En los parches de vegetación, Spofforth oye un variopinto coro de chasquidos y del roce de las alas de los insectos. El sonido lo inquieta, como siempre en esa época del año: la primavera. Hunde sus grandes manos en los bolsillos. De inmediato, incómodo, las vuelve a sacar y comienza un trote largo, ligero, atlético, en dirección a la enorme silueta del Empire State".

     También conocida como El pájaro burlón, hoy traigo a mie stantería virtual uno de esos títulos de los que uno oye hablar durante mucho tiempo y tarda tiempo en cruzárselo en su país. Se trata de Sinsonte.

    Viajamos al futuro para encontrarnos un mundo bastante deprimente. La gente ha perdido el interés en relacionarse, los programas que les empujaban a ello han funcionado y ahora Paul y Mary Lou son posiblemente los dos últimos niños que quedan. Atrás quedaron las familias, los hacinamientos, las responsabilidades personales y todas esas cosas que un día formaron parte de la sociedad y los robots realizan tareas para acomodar la vida de las personas. El problema es que las personas viven drogadas, y el mundo se cae a pedazos casi literalmente porque parece que todo en absoluto ha dejado de importar. Incluso los robots se suicidan, salvo Robert, que no puede hacerlo y parece querer crear una ilusión pasada de convivencia y hogar.  Y en este mundo Paul y Mari Lou se conocen en un zoo. Paul ve que Mary es muy inteligente, incluso demasiado para haber logrado seguir viva, pero ni siquiera sabe leer. Escapó y acabó viviendo con un hombre mayor y junto con el adoctrinamiento, ha perdido alguna que otra ventaja, y ahora él será el encargado de enseñarle, algo que no hace ninguna gracia al robot que no duda en denunciarles.
     El libro es por supuesto bastante más complicado ya que quien denuncia es quien precisamente busca a la única persona que parece saber leer, la lectura incluye los interludios del cine mudo (algo que confieso me pareció romántico como idea) y la forma y el carácter del robot son dignos de ser descubiertos poco a poco.
     Lo cierto es que Tevis realiza un bonito recorrido no solo por el cine mudo, también hay referencias literarias durante el tiempo de aprendizaje que no se refiere solamente a la enseñanza, ya que Paul aprende sobre sentimientos a lo largo de toda la novela. Situada en el lado contrario para decir lo mismo que títulos como Farenhait 451, Tevis considera la literatura un valor esencial en la educación e impulso hacia un pensamiento libre y, en lugar de quemar los libros, presenta un futuro con una población reducida a unos millones de personas que, en su inmensa mayoría, no saben leer y escribir y viven adormecidos una realidad que se cae a pedazos. La sensación de un mundo moribundo trasciende pese a que el lector no tiene contacto con la población a la que el autor alude, ya que se centra en este pequeño grupo para narrar su historia. Y lo que sabemos es que en el futuro, pese a que el ser humano solo busca vivir sin preocupaciones y que se lo den todo, se han perdido las ganas de vivir.

     Sinsonte es una novela que desarrolla muchos de los básicos de la ciencia ficción. Un libro entretenido que se ha convertido en un clásico para amantes del género pero ha pasado desapercibido para la población general. Y, si me preguntan a mi, es el guión perfecto para una buena película.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
 
     Gracias.

lunes, 22 de abril de 2024

Día del Libro

 


     Mañana es un día importante para todos los que tienen algún tipo de relación con el mundo literario. No voy a explicar qué día es ni de dónde viene y, aunque sé que el algoritmo de google adora las entradas que incluyen cosas como "los diez..." tampoco voy a recomendar títulos hoy. Hablamos de libros aquí o en las otras redes durante todo el año. Mañana simplemente dedicaos a disfrutar del día.

     ¡Feliz Día del Libro! 

      Y recordad: no solo de un día viven las librerías.


miércoles, 17 de abril de 2024

Saltonautas. Hao Jingfang

 


     "Los proyectiles explosivos agitaron las luces del bar".

     Tengo que decir que algunas de las lecturas que recuerdo como más divertidas e interesantes son sci-fi. Un género al que poco a poco parece que se le va perdiendo el miedo por parte de los lectores no habituales y que, con ayuda de plataformas y grandes producciones, se va abriendo hueco entre casi cualquier tipo de lector. Hoy traigo a mi estantería virtual, Saltonautas.

     Conocemos a Yun Fan, una arqueóloga que cree que hubo, y volverán, extraterrestre. De algún modo pide ayuda a un chico que se dedica a la criptomoneda y viene de buena familia. Y además se encuentra con su ex y acaba yendo con él y cn otro hombre a reunirse con ellos. Hay que decir, además, que en el momento en que se desarrolla la novela, hay una guerra.

     He puesto en último lugar el conflicto porque si empiezo diciendo que la novela parte de un mundo dividido en dos grandes potencias en conflicto y que hay un contacto con una especie alienígena, corría el riesgo de quedarme en la parte más superficial de la historia. Es cierto que es importante pero también que la autora muestra más interés en la historia, la política e incluso el clásico dos chicos se sienten atraídos por la misma chica que por ese punto en concreto del contexto de la novela. Con personajes trabajados y obligados a ser la vía y boca por la que la autora da muestras de sus intereses acaban resultando tanto o más interesantes que la propia parte de ciencia ficción y es que, si bien es cierto que tiene una parte que se asemeja más a una novela de aventuras, parece que uno de los puntos importantes de la historia es dejar clara la importancia de la colaboración en lugar del enfrentamiento. Jingfang parece construir en la novela un mundo dispuesto a ser reutilizado, algo que se deduce también del ritmo con una primera parte más tranquila y arquitectónica frente a una segunda más llena de acción en la que la novela crece para aprovechar todo su potencial. Es ahí donde conocemos mejor a los personajes y cuando la novela mira realmente al frente avanzando tras haber perdido esa necesidad de dar información para situar al lector tanto como para prepararlo para luego avanzar.

     De un tiempo a esta parte los libros ambientados en China o Japón están siendo traducidos y son evidentemente más leídos, desconozco si se pusieron de moda y empezaron a llegar o que su llegada provocara que se pusieran de moda, pero es interesante el uso que hace de la tradición china la novela de sci-fi logrando en este caso una mezcla entre pasado y futuro que funciona y que representa en cierto modo que las mezclas pueden sobrevivir unidas, otra base de las ideas de la historia. Y es que para el mundo que la autora nos presenta, los alienígenas son hostiles, aunque no todos piensen eso. De hecho tal vez han estado en contacto con nosotros tanto tiempo como para que tengamos costumbres firmemente arraigadas en puntos de partida que ni siquiera sospechamos.

     Sé que apenas he hablado de la parte más llamativa para algunos, los alienígenas. Pero es que entrar en ello directamente sería quedarme con lo clásico que todos esperamos de un título como este. Solo diré que hay alienígenas, que se entra en el concepto clásico de alienígenas antiguos y que, por supuesto, se realizan viajes espaciales, solo que esta parte la dejo para que la descubráis añadiendo que, si bien quedan hilos abiertos que se cerrarán más adelante, la novela se puede leer de forma autoconclusiva perfectamente. 

     Saltonautas es una novela que va claramente de menos a más que aporta una visión mucho más compleja que la de un simple contacto con una especie alienígena.

     Y vosotros, ¿sois lectores de sci-fi?

     Gracias.

     PD. Soy una superficial, me encanta la cubierta.

lunes, 15 de abril de 2024

Amarilla. R. F. Kuang

 


     "La noche que veo morir a Athena Liu, estamos celebrando su acuerdo televisivo con Netflix".

     No se juzga un libro por su cubierta pero este llama la atención por dentro y por fuera. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Amarilla.

     Conocemos a June Hayward, una aspirante a escritora que no superó su primera prueba al fracasar con su primera novela. Una historia como la de tantos que trabajan para llegar a las librerías, pelean con editoriales y escritores y, finalmente, fracasan. Para ahondar en su amargura, una de sus compañeras y amiga ocasional Athena-Liu, logra el éxito. Athena es hermosa, exótica y un genio literario. Y encima es amable con June, cualidades que por separado pueden hacer a alguien más o menos simpático pero, todas unidas, lo llegan a convertir en una persona odiosa para quien tiene el ego frágil. Y entonces, una noche, Athena invita a June a su casa tras tomar unas copas, siguen bebiendo, y Athena muere. Oh, vamos, ya sé lo que estáis pensando: es una novela negra y June la culpable y blablabla... Pero no. Athena muere de forma fortuita. Lo que pasa es que en su casa se encuentra el manuscrito que nadie conoce de su nueva novela y June lo roba... lo firma y lo publica en su lugar.

     June abraza el éxito de una epopeya bélica que narra el destino de los más de cien mil trabajadores chinos reclutados para la Gran Guerra, reescribiendo y trabajando la obra hasta fingir creer que es suya. Aunque en el fondo sabe que no lo es. Y rastrea las redes para encontrar lo que dicen de ella por miedo a ser descubierta. Y es que Amarilla habla de la literatura y enfrenta a la autora a las redes con sus seguidores, falsos admiradores que se acercan solo por lo que puedan conseguir y también los haters que se lanzan al cuello con mayor o menor fortuna en sus acusaciones inventadas. June es, nosotros lo sabemos, una impostora. Pero además es una impostora blanca que habla de la cultura china, por lo que se levanta la polémica sobre si su novela se nutre de una apropiación cultural que, además, blanquea. Y todo ello con una narradora brillante que, lejos de justificarse, relata lo que le ha sucedido sin intentar convencernos de que lo que hizo está bien.

      Una de las cosas que me llamaron la atención fue que la sátira de la novela se extendía hasta el título ya que alude a uno de los conflictos centrales del libro, aludiendo a ella de una forma irreverente, siendo esta voz el éxito de la novela por encima de una historia que ya ha sido contada como telón de fondo en otras ocasiones. No es la primera vez que leo a Kuang, tiene un estilo propio. En esta ocasión hace suyo el concepto del narrador poco fiable para llevar esa falta de fiabilidad al personaje que representa June, al que deja quedar al descubierto ante el lector en cada frase un poco elaborada que dice para justificar su situación. La crítica existe, sí. A la industria, al mundo literario, las redes, los medios y, también, a los propios escritores.

     Amarilla es una buena novela. Incluso brillante. Y esta sí ha sido escrita por Kuang.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 10 de abril de 2024

El sanatorio. Sarah Pears

 


     En la búsqueda de la novela entretenida hay baches y aciertos. Hoy traigo a mi estantería virtual, El sanatorio.

     Conocemos a Isaac que va a celebrar el compromiso con Laure en un hotel en los Alpes. Un precioso lugar que tiene detrás la historia de haber sido un sanatorio y en el que todo se complica cuando la prometida desaparece sin dejar rastro. A partir de ese momento todos son sospechosos y la que parece encargada de resolver el misterio es la hermana de Isaac, Elin Warner. Policía.

     Pertenezco y participo con más o menos asiduidad a varios clubes de lectura dentro y fuera de mi país. Este título sale del club de Reese, que me suele servir para encontrar títulos que pueden ser atractivos una vez se publican en castellano (ya sabéis, la incansable búsqueda del lector y todo eso que hacemos en las librerías mirando portadas y en el transporte público mirando lecturas ajenas). El caso es que me llevó a El sanatorio que partía de elementos bastante habituales para, quizás, darme una lectura con elementos góticos que fuera atractiva. La historia es un misterio típico de habitación cerrada que se ambienta en un hotel que ha mantenido elementos decorativos de su anterior actividad, por esto de atraer a gente con gustos macabros, algo que seguramente tendría éxito hoy en día, y que recuerda vagamente a otros tantos que protagonizan estas historias. En los Alpes por supuesto hay un alud, y un cadáver, que la desaparición no lo puede ser todo. Y ahí comienza el periplo de Elin con su novio un tanto pavisoso para descubrir qué es lo que ha pasado y quién es el asesino. Bien, no voy a avanzar más de la trama, si os fijáis ni siquiera he dicho la identidad del cuerpo, para que nadie pueda quejarse de que le he destripado la novela.

     El caso es que la lectura no ha funcionado conmigo. Me he encontrado con un escenario manido y una protagonista apática que arrastra, por supuesto, una cicatriz del pasado que la autora no siempre recuerda que debería de compartir con su hermano vivo. Sus deducciones son claramente pensadas para que el lector se sienta inteligente, pero a veces esto hace que la protagonista nos resulte un tanto... digamos poco hábil, y nos va distanciando poco a poco de toda la historia. La autora decide entonces adelantar el ritmo y poner todo de su parte, se acumulan las cosas, las personas, las carreras y los clichés en un intento de salvar una novela que a mi, personalmente, me ha aburrido.

     El sanatorio es una novela con intención de best seller que se acoge a muchas de sus normas y con la que yo, personalmente, no he conseguido conectar.

     Y vosotros, ¿sois de algún club de lectura?

     Gracias

lunes, 8 de abril de 2024

El espejismo. Camilla Läckberg y Henrik Fexeus

 


     "Niklas comía sin prisa, contemplando a su familia al otro lado de la mesa. Todavía estaban a 17 de diciembre y parecía un poco pronto para poner la decoración navideña, pero su hija había decidido empezar ya. Por eso había duendes de porcelana blanca sobre el mantel y el cálido resplandor de las luces de Navidad iluminaba el ambiente. Había pensado que un árbol difícilmente sobreviviría hasta la Nochebuena dentro del apartamento, y por esa razón había colgado de la lámpara una guía de luces, como iluminación principal".

     Tengo que decir que llevo años leyendo a Camilla Läckberg buscando el simple divertimento. Por eso la saga que escribe junto a Fexeus se ha convertido en presencia habitual y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El Espejismo.

     El Ministro de Justicia de Suecia es amenazado de muerte mediante una macabra cuenta atrás. Intenta ocultarlo, particularmente a su hija y a su exmujer Mina Dabiti con quien la manda a vivir. En ese momento Mina está investigando la aparición de un montón de huesos en el metro de Estocolmo, relacionándola con la desaparición de un conocido financiero. El caso le hace recurrir nuevamente al mentalista Vincent sin saber que el hombre está pasando por su propio infierno.

Y entonces aparece un segundo montón de huesos.

     La tercera entrega de la saga protagonizada por Mina y Fexeus es, sin duda, la más personal de todas. Sin desvelar nada de tramas anteriores, sobre todo referidas a los culpables, ya que en lo personal hay puntos que son imposibles de salvar, la autora dota de un protagonismo aún más acusado al entorno personal de su dúo principal. Por eso la familia de ambos es una presencia constante. Cathalie y su acercamiento a su madre, las amenazas cuya sombra se alarga hasta señalar directamente a las personas que quieren y, sobre todo, la presencia de las distintas obsesiones que han acompañado a la hasta ahora trilogía, y que bien puede acabar en esta entrega, serán vitales. Quizás por ello los autores se han encargado de que el lector conozca todos los entresijos del equipo policial, de ir atando las dudas que había dejado sembradas en los títulos predecesores y lograr, al ser presencias ya habituales, que haya una relación más directa entre uno y otro lado del libro.

Como me ha sucedido con otros, no voy a decir que sea maravilloso o que vaya a pasar a la historia de la literatura, porque no se trata de eso. Lo que si puedo afirmar es que la novela es entretenida, la mezcla entre lo criminal y lo personal hace que se tire de página para seguir leyendo y, tampoco voy a negar que ese toque mágico que Vincent suele encargarse de desmontar tiene su atractivo. Respecto a esto, esta es la trama más mundana y con menos trucos de la trilogía, teniendo incluso en cuenta los acertijos que se presentan al protagonista como parte de las pistas o de la tortura, dependiendo del enfoque que quieran los autores darle en cada momento.

     A grandes rasgos diré que me ha resultado una lectura muy rápida con la que me lo he pasado bien. Y tampoco le estaba pidiendo más, sabía el producto que compraba y lo que me ofrecía de antemano. He recogido los guiños y no han cambiado ni mis filias ni mis fobias con los distintos personajes, algo que agradezco ya que en este tipo de novelas vengo un poco cansada de esos giros increíbles que transforman a buenos en malos y viceversa.

     El espejismo es, en resumen, una novela entretenida en el más amplio sentido de la palabra. Algo que a la lectura puede resultar fácil pero estoy segura de que a la escritura es un trabajo harto complicado. A fin de cuentas, se compite con opciones mucho más rápidas, llamativas y visuales.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 25 de marzo de 2024

El estrecho sendero entre deseos. Patrick Rothfuss



     "Bast casi había conseguido salir por la puerta trasera de la posada Roca de Guía. 
      Estrictamente hablando, lo había conseguido: ambos pies habían traspasado el umbral y a la puerta solo le faltaba una rendija para cerrarse. 
      Entonces oyó la voz de su maestro y se quedó completamente quieto. Sabía que no había cometido ningún fallo. Conocía a la perfección hasta el más leve sonido que pudiese oírse en la posada. No se trataba de los sencillos trucos que cualquier chiquillo consideraría astutos: llevar los zapatos en la mano, dejar abiertas previamente las puertas que chirrían, amortiguar las pisadas caminando por la alfombra…"

     Como muchos conocí a Patrick Rothfuss por El nombre del viento, un libro magnífico que me ha hecho ir siguiendo la pista al autor publicación tras publicación. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El estrecho sendero entre deseos.

     Conocemos a Bast, esto irá ya en función de si somos o no lectores habituales del autor en cuyo caso ya le conocíamos, al que seguimos en su día por la ciudad de Neware.

     Sacar un libro de Rothfuss es arriesgarse a que aparezcan un montón de lectores criticando que no haya finalizado su Crónica del asesino de reyes, comenzada en 2007 y sin fecha del último. A ellos les diría que el mismo autor avisa en este libro que Bast es un viejo conocido e incluso añade que este título es una ampliación de un relato que quizás ya hayan leído. Rothfuss no engaña, va de frente. Entonces, si ya conocemos el relato, ¿por qué leer el libro? Esta también es fácil: pues porque Rothfuss consigue una narración dinámica y francamente divertida en la que conozcas o no previamente su obra, no tardas en verte sumergido en la historia visualizando cada una de las calles e incluso las caras de, por ejemplo, los niños. Prueba de ello es el propio Neware, un lugar sin importancia en el que las personas y el día a día son francamente normales. Esto hace que las supuestas misiones del protagonista sean objetivamente banales pero se sientan como algo vital y divertido con el que pasar un buen rato gracias a una prosa que se adapta tanto a su personaje principal como para tener una parte casi lírica que se funde con la forma en que Bast se expresa. Este punto tiene además una doble función que separará a quienes ya conocían a Bast de aquellos que no, de tal modo que unos leerán con una ceja en alto distintas situaciones mientras que a otros el autor ha decidido dejarles intacto el camino hacia el descubrimiento. Los primeros notarán las nada sutiles diferencias entre Bast y el resto mientras siguen alimentando teorías, los segundos comenzarán a teorizar apenas una mínima parte de lo que podrían haber hecho. Por eso sirve como puerta de entrada a la obra del autor. 

     Es además imposible hablar de esta novela sin referirse a la preciosa edición que se ha publicado por parte de Plaza & Janés, elevando el libro a objeto preciado, una forma más de darnos un motivo para leerlo. Y es que puede uno estar molesto por la espera, pero nadie puede negar que su pluma merece la pena y que uno se sigue sintiendo tentado a recomendar toda su obra aunque sepa que también recomienda la espera, y que no lo hace por fastidiar a otros lectores, no. A Rothfuss se le recomienda porque es un verdadero placer leerlo y porque sus personajes, cuando toman protagonismos, se convierten en algo único a los que, sin apenas esforzarnos, somos capaces de escuchar.

     He disfrutado mucho leyendo El estrecho sendero entre deseos. 

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 11 de marzo de 2024

Out. Kirino Natsuo

 


     "Cuando despertó al atardecer, Masako se sentía un poco triste. El hecho de que con la llegada del otoño anocheciera antes era bastante deprimente. Sin moverse de la cama, observó cómo el sol desaparecía paulatinamente para dar paso a la oscuridad. En esos momentos, trabajar en el turno de noche se le antojaba insoportable. No era de extrañar que muchas de las mujeres en su misma tesitura acabaran neuróticas. Con todo, lo que las llevaba a la depresión no era tanto la oscuridad como la sensación de vivir con el paso cambiado, de ir siempre a contracorriente. ¿Cuántas mañanas había pasado atareada, sin un momento para respirar? Siempre había sido la primera en levantarse para preparar el desayuno y la comida, tender la ropa, vestirse, soportar el malhumor de su hijo y llevarlo a la escuela. Había vivido muchos días pendiente del reloj, yendo de aquí para allá, sin tiempo ni siquiera para hojear el periódico o leer un libro, durmiendo menos horas de las necesarias para llegar a todo y sacrificando los pocos días festivos para hacer la colada y limpiar la casa. Ésos habían sido días normales, inocentes y libres de la tristeza que sentía en esos momentos." 

      Ahora que la literatura nipona ya no es una moda, es una elección permanente en las preferencias de muchos lectores, se van a recuperar muchos títulos ya conocidos. Por eso hoy traigo a mi estantería personal una reedición: Out. 

     La verdad es que ni siquiera recuerdo como llego a casa; lo compré, eso seguro, pero a partir de ahí sólo tengo el recuerdo de haberlo tenido en una estantería con el lomo a la vista durante semanas que bien pudieron ser meses. Fijarme en el título y pasar de largo. Finalmente un día de espantoso calor, de estos que lo último que harías es salir de casa, lo cogí. Cuando lo volví a posar era de noche, no hacía calor y se podía pasear pero.. tampoco me apetecía porque en mi libro también era de noche y comenzaba el turno de trabajo de las protagonistas. Han pasado varios años y si alguien me pregunta diré que tras ese comienzo mi única certeza es que tenía que seguir leyendo. 

      Nos cuenta el libro la vida de cuatro mujeres que trabajan en un turno de noche de una empresa de Tokio que prepara bandejas de comida precocinada. No tienen mucho en común salvo unos horario horribles en un trabajo repetitivo en el que a nadie les importa quienes son ni sus nombres. Una de ellas, Masako, lleva ropa parcheada y un coche abollado; otra, Yoshi, es una viuda que cuida a su impedida suegra; la tercera, Kuniko, es una mujer fea que se endeuda por parecer a la moda, y la última, Yayoi, un mujer normal y corriente, casada. Estas cuatro mujeres que van y vienen, se ven envueltas en un momento crucial de solidaridad ante la vida cuando una de ellas mata a su marido y deciden ayudarla a deshacerse del cadáver. No sólo hacen eso sino que, de repente, su vida no es tan monótona y gris. Hay un punto que les ha sacado de la rutina y que, además, puede convertirse en una vída nueva. Excepto por el policía que husmea, y por el mafioso del casino que suena como principal sospechoso.. y por un único compañero de trabajo que parece fijarse en una de ellas.
  
      Es una historia con una crítica social tremenda que se mete de lleno en la novela negra para presentarnos la rutinas, las tristezas interiores y, como no, los asesinatos (sí, plural). Tiene momentos escalofriantes, alguno de los cuales me hizo sonreír porque goza de un sutil humor negro que permite que las mujeres comparen la carne humana con la de las bandejas que preparan a la hora de encarar la tarea del cuchillo. No os hablaré de un libro de ritmo trepidante, ni tampoco de grandes sorpresas o historias retorcidas una y otra vez hasta perdernos y tener que ser guiados por la sagacidad de un policía; creedme, no es ese tipo de policía. Lo que si os puedo decir es que es un libro que disfruté, que sigo recodando el título y también las sensaciones que me provocaron muchas escenas (nunca olvidaré cómo son los baños allí) y eso significa sin lugar a dudas que no fue una mala lectura. Simplemente diferente, con una atmósfera que me sorprendió tanto como la aparente calma de las mujeres y la evolución de la relación entre ellas, un punto este que diferencia al libro de otros del género.

     Out es un libro fascinante por la naturalidad con la que se presentan escenas que helarían la sangre de muchos sicarios de la literatura negra, porque esta vez si que hay sangre y carne, aunque sea envuelta en paquetes. Resumiendo, todo un descubrimiento para quien lo la conozca. 

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

      Gracias

miércoles, 6 de marzo de 2024

La isla. Hulda2. Ragnar Jónasson

 


     "La escapada de fin de semana al lejano noroeste había sido un capricho de última hora, una forma de desafiar la oscuridad otoñal. Salieron con tiempo en el viejo Toyota de Benedikt, pero el recorrido desde el centro de Reikiavik hasta el pequeño valle remoto se alargó más de lo previsto; ya casi era noche cerrada, y él, que iba al volante, había empezado a ponerse nervioso. 
     —¿No vamos un poco tarde? ¿Podremos encontrar la casa con esta oscuridad?"

    Jonasson me gusta: sus ubicaciones, sus personajes, el desarrollo de los protagonistas con sus luces y sombras... por eso al ver que salía la siguiente entrega de Hulda y que la librería lo había sacado antes de tiempo, ni me lo pensé. Hoy traigo a mi estantería virtual, La isla.

     Hulda es enviada a Elliðaey donde una joven ha muerto durante la escapada con un grupo de amigos. En seguida descubre que este grupo de amigos estuvo también relacionado con la muerte de otra joven hace una década cuyo culpable fue, aparentemente, atrapado. Digo aparentemente porque ella va a seguir investigando hasta que todos los secretos salgan a la luz.

     Lo primero que llama la atención de esta entrega es el momento en el que se producen los hechos. Aquí cuando diga que la novela es autoconclusiva añadiré que lo es más que nunca, así como la nula importancia del orden de lectura, ya que esta se ambienta mucho antes que la primera entrega de la serie. Es cierto que sucede algo relevante pero la novela además de ser autoconclusiva, permite su lectura antes o después de la primera entrega sin problemas, aunque quien haya leído la primera entrega me entenderá cuando les diga que me he acortado un poco del sentido del humor del autor. Añadir además que esta novela tiene dos partes diferencias separadas años en las que, si bien la segunda trata del caso, la primera nos va a ayudar a conocer un poco mejor a Hulda. Diré además que me ha parecido una novela más entretenida, más ágil y que la he disfrutado más que su predecesora. 
     Aún así la protagonista absoluta de la novela es Hulda: una mujer peculiar pero no de la manera actual en la que si la persona encargada de las investigaciones no es un perro verde (o los ve) no parece tener tirón. Hulda es básicamente una persona solitaria. Alguien que lucha por su valía, y por ende la de las mujeres en un mundo masculino, que no ha contado con ayuda de nadie y que recuerda por sus métodos deductivos a las novelas clásicas de detectives. Pero he disfrutado sobre todo de recuperar el concepto de detective solitario al que, además, en esta ocasión, vamos a conocer mucho mejor con un final que nos asegura ser opuesto al que habíamos tenido en su primera aparición.  

     Supongo que ahora estaréis pensando a qué tanta referencia al final de la novela si luego no lo explico, bien, la cosa es que no puedo dar pistas más allá que decir que la propia existencia de esta novela es una muestra del sentido del humor de Jonasson, algo que pocas veces se aprecia tan claramente en un juego directo con el lector.

    La isla es una novela que he disfrutado, muchas veces con la media sonrisa pensando eso de "a ver si alguien se atreve a poner trepidante" y que se basa más en el proceso de Hulda para investigar que en carreras a tiros entre la nieve. Diría que la novela negra vuelve al frío, pero en realidad nunca salió de él.

     Y vosotros, ¿seguís alguna saga de novela policiaca?

     Gracias.


lunes, 4 de marzo de 2024

La inquilina silenciosa. Clémence Michallon

 


     "Te gusta pensar que toda mujer tiene uno, y resulta que él es el tuyo. 
     Así es más fácil; si nadie es libre. En tu mundo no hay espacio para las que siguen ahí fuera. No existe el placer del viento en sus cabellos ni paciencia para el sol sobre su piel".

     A veces leo libros como quien mira la tele, solo que yo no miro la tele. Por eso busco este tipo de lecturas que son entretenidas y sin pretensiones. Hoy traigo a mi estantería virtual, La inquilina silenciosa.

     Conocemos a Aidan, aunque en realidad no. Aidan es un padre de familia viudo que cuida de su hija a la que protege como haría cualquiera. Viven en un pueblo pequeño y tranquilo en el que todo el mundo lo aprecia y lo saludan con una sonrisa e incluso lo ayudan cuando se puede. Esto pasa porque nadie sabe quién es Rachel. Ni siquiera lo sospechan.

     Prácticamente desde el comienzo de la novela el lector sabe que el protagonista miente. La novela en esta ocasión no va de eso ni nos va a tentar con un narrador poco fiable porque ha preferido que lo poco fiable sea el vecino. Nadie sabe quién es realmente Aidan salvo el lector que asiste en la novela a sus engaños, al trato que le da a Rachel, su manía controladora, la tensión con su hija y el miedo a que esa mujer que se ha enamorado de él y a la que le cuesta abrirse, consiga su objetivo de colocarse demasiado cerca de él.
La autora maneja bien los tiempos, no de detiene en descripciones que no sean psicológicas y no da datos que no vayan a tener alguna relevancia. Aquí no va a intentar que el lector descubra nada, la opresión se basa en no saber si alguien va a salir con vida de la novela. De hecho no sabría decir exactamente por cual de las mujeres centrales de la historia tuve más miedo ni cual me sorprendió más en su reacción a medida que eran llevadas al límite: la cautiva, la hija, la inocente camarera...
Es cierto que cae en clichés y que los personajes no están lo suficientemente desarrollados para lo que podrían debido al tema que trata el libro y que, realmente, con esta trama se hubiera podido construir una novela mucho más oscura y asfixiante, casi terror. Pero también lo es que el hacerla ligera la convierte en algo totalmente diferente, un producto de entretenimiento puro y duro que no tiene más pretensiones que hacer disfrutar al lector durante unas horas en las que las páginas vuelan.
Todo eso que no es poco. Y nada más.

     La inquilina silenciosa ha sido una lectura sin pretensiones con la que he disfrutado este fin de semana lleno de granizos.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 26 de febrero de 2024

El fotógrafo de Auschwitz. Luca Crippa, Maurizio Onnis




     "—¡Así, no te muevas! Bien... ¡No levantes demasiado el mentón! ¡No te muevas! ¡Listo! 
     El obturador disparó y la imagen del prisionero fue capturada en el gran negativo de seis por doce centímetros. Luego Brasse se acercó a la silla. El prisionero se hizo instintivamente para atrás, como si temiera que lo fuera a golpear, pero él lo tranquilizó. 
      —No te asustes. Solo quiero arreglar un detalle. Y le ajustó el cuello de la chaqueta del uniforme, uno de los botones estaba medio abierto. Cuando retrocedió, miró de nuevo en el visor.
      —Quítate el sombrero y mira directamente hacia el objetivo. No parpadees, no sonrías. No hagas muecas, por favor. ¿Por qué esa cara? 
      El prisionero no lograba estarse quieto, ni siquiera durante los pocos segundos necesarios para ser retratado. Era un polaco y contestó a la pregunta de Brasse en su lengua madre. 
     —Me duele la espalda. Mucho".

      Suelo protestar sobre que se publican demasiados libros sobre la IIGM pero sucede que, a veces alguno me llama la atención. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El fotógrafo de Auschwitz.

     La primera vez que las tropas alemanas intentaron hacer jurar lealtad a Hitler a Wilhelm Brasse fue en 1939 durante su invasión a Polonia. Y esa fue la primera vez que se negó. A partir de ese momento y ya bajo el número 3444 lo intentaron muchas otras veces, y él siempre responderá que es polaco. Así es como Brasse acaba en Auschwitz, donde sus habilidades como fotógrafo lo mantienen vivo mientras deja constancia de los experimentos de Mengele y los horrores del lugar. 

     De esta novela me llamó poderosamente la atención que su protagonista existió y que si conocemos alguna imagen de este terrorífico lugar, fue gracias a un álbum de fotos suyas que sobrevivió hasta nuestros días y cuya historia, evidentemente, también se cuenta en la novela. Y es que el tesón de Brasse para seguir siendo él mismo, estuvo a punto de ser doblegado por el que fuera su jefe en el campo, Bernahrd Walter, más que por miedo por los horrores que fue obligado a presenciar. Y sin embargo los autores son capaces de reflejar al hombre que se esconde detrás de la cámara con toda la complejidad que supone: es un hombre con privilegios, tiene comida, no realiza trabajos físicos... a cambio de dejar testimonio de experimentos terribles, conocer también el lado más humano de algunos de sus captores que quisieron enviar imágenes a sus familias y que se mezclaban con otros monstruos que eran, en ocasiones, kapos, presos ascendidos de categoría que reflejaban una crueldad en sus actos mayor incluso que la de los oficiales. Y frente a esto, a la desesperanza, también hay una historia de amor. Y una de las que son capaces de conmover por el detalle. Porque cuando uno lee una novela ambientada en un lugar que empieza a ser habitual, lo que marca la diferencia son los detalles y, en este caso, es una fotografía la que hizo que la lectura aumentara en intensidad hasta convertirse en un libro disfrutado al máximo hasta llegar a un final que, si bien me niego a revelaros, sí que os diré que difícilmente vayáis a salir ilesos de él.

     Escribir a cuatro manos no cabe duda que tiene que ser difícil. Construir una historia hermosa y terrible a partes iguales; jugar con la esperanza del lector hasta llevarlo a límites que no esperaba al ver la cubierta y dejarlo satisfecho y preguntándose cuánto hay de realidad y qué parte es ficción a lo largo de la lectura, lo es aún más. Tengo que reconocer que mi lectura terminó y me dejó en un mundo en blanco y negro en el que los finales son felices porque hay supervivientes.

     El fotógrafo de Auschwitz es una lectura que he disfrutado mucho y no puedo dejar de recomendar a los aficionados a la época.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.