lunes, 31 de marzo de 2014
La dama de blanco. Wilkie Collins
"Esta es la historia de lo que puede resistir la paciencia de la mujer y de lo que es capaz de lograr la tenacidad del hombre.
Si en el mecanismo de la ley para investigar cada caso sospechoso y conducir cualquier proceso la influencia lubricante del oro desempeñase un papel secundario, los sucesos que vamos a narrar en estas páginas podrían haber reclamado la atención pública ante los tribunales de justicia."
Leer a Wilkie Collins siempre es un placer, no en vano se le considera precursor de la actual novela policíaca, y leerlo y no conocer La dama de blanco dicen que es como no haberlo leído. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La dama de blanco.
Conocemos a Walter, un profesor de dibujo que llega a Limmeridge para impartir clases a la guapa heredera Laura y su medio hermana Marian. Una vez allí se enamora irremediablemente de Laura, pero su amor no puede seguir adelante, ya que Laura se casa con otro hombre que sólo resulta quererla por su dinero. De hecho no tardaremos en descubrir que es lo único que le importa y por lo tanto ella es un estorbo que hay que eliminar.
También iremos conociendo a una misteriosa mujer vestida de blanco y con un asombroso parecido con Laura que irá apareciendo a lo largo de la novela. Su presencia y secretos serán cruciales para nuestros protagonistas.
Este libro, publicado en su momento por entregas, lleva años haciendo las delicias de los lectores y consiguiendo un lugar más que reconocido en la literatura. Nos presenta una trama con alternancia de voces, no en vano es epistolar y cada personaje nos cuenta su versión, que no por eso pierde verosimilitud, sino precisamente todo lo contrario. Como buena novela victoriana tiene un estilo muy cuidado y la ambientación constituye un elemento muy importante, pero no por ello pierde agilidad o se ralentiza una historia que me mantuvo pegada a sus hojas ávida de conocer el desenlace.
Los personajes, desarrollados hasta conseguir que el lector vea sus múltiples facetas, harán las delicias no sólo de los aficionados a las novelas de misterio, sino también de cualquier aficionado a la literatura de esta época. Se encontrarán todos ellos con una historia de aventuras, de amor y también con la conspiración de un cazador de herencias, para conseguir y eliminar a la protagonista del libro.
Hay libros de los que se lleva hablando tanto tiempo que parece que no queda nada que contar. Y sin embargo hay otros que cada vez que comentamos sobre ellos, pareciera que nos fijamos en algo nuevo, que siempre nos quedan cosas que decir o discutir con quien se haya acercado a sus líneas. Y eso sucede con el libro que hoy traigo, es una historia completa, coronada por un muy buen final, que no puedo dejar de recomendaros.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
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sábado, 29 de marzo de 2014
Saltando páginas
"-¿Y recuerdas cuando.... habla con....?
- Ah, sí. Es una de las partes que más me han gustado- respondió esperando que la conversación cambiase de rumbo."
Ese pequeño diálogo casi de besugos seguro que nos suena. Coges un libro, del género que sea, y llegas a una de esas zonas en las que... se para. Nos cuentan una batalla, nos describen una casa, una calle, un viaje y caemos en la tentación de pasar el dedo por encima de las líneas en vertical como si se tratase de algún dispositivo que nos permite saber lo que pone en las páginas. Y nos las saltamos. Porque seamos sinceros, ¿quién no se ha saltado páginas de un libro alguna vez? Y nos inventamos nombres bonitos y hacemos lectoras verticales, diagonales o como se nos ocurra decir, casi nos justificamos por hacerlo.
Y tenemos el mismo libro, pero más a nuestro gusto. Libros de dos historias en la que nos interesa más una, libros de una historia pero que no terminan de captar nuestro interés, libros de los que nos faltan apenas unas páginas y los queremos dar por finalizados porque no van a pasar ese lugar que todos tenemos reservado para las lecturas que nos marcan. Porque si nos gusta releer, marcar párrafos, recuperar palabras, también hacemos justo lo contrario. Sólo que de eso no presumimos, claro. No he oído aún decir a nadie que se leyó simplemente por encima La montaña mágica (aunque sospecho que he oído decir a un par que lo han leído sin siquiera haberlo abierto, pero de eso ya hablaremos otro día), y en cambio si me han contado los libros cuya lectura ha sido paladeada en más de una ocasión.
Venga... confesemos. No dejamos el libro sin terminar porque queremos saber lo que sucede. Nos apetece conocer la historia, pero no nos vamos a dejar la vista en ello. Es casi como decir "no me pares la película" mientras uno se levanta a beber agua. Algo que, además, hacemos con total libertad cuando somos niños y deja de interesarnos la historia y, a medida que vamos cumpliendo años lo intentamos evitar, mientras decimos muy dignos que eso ya no lo hacemos. Yo, por ejemplo, he sucumbido a esa tentación con algún que otro Best Seller que te dicen que tienes que leer, y sin embargo me bebí El Idiota sin perderme ni una coma. No me costó nada en absoluto pasear por los Episodios Nacionales y tuvieron que pasar años para que le dedicase a Moby Dick toda mi atención (fue uno de esos curiosos casos en los que uno se empecina y por eso lo termina leyendo entero). Y es que aquí no se salva nadie, lo mismo da si es la primera publicación de un escritor desconocido o si estamos ante una obra ya encumbrada. Los gustos, el tiempo, la pereza.. van por libre y no entienden de nombres escritos con letras doradas en el lomo.
Y vosotros, ¿os saltáis páginas?
Gracias
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jueves, 27 de marzo de 2014
La cuarta señal. José Carlos Somoza
"Estás a punto de dar tu primer paso en Órgano.
Algunas cosas que vas a experimentar te parecerán muy extrañas.
Es posible, incluso, que llegues a asustarte.
Pero sigue adelante, y pronto te acostumbrarás.
Si tienes alguna duda, puedes consultar estas instrucciones.
Pulsa aquí para continuar."
Decir a estas alturas que me gusta como escribe Somoza es repetirme, pero no hacerlo sería faltar a la verdad, y en un momento os daréis cuenta de lo que quiero decir. El caso es que cuando vi que había un título nuevo del autor me faltó tiempo para traérmelo a casa admirando una cubierta francamente estética. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La cuarta señal.
ÓRGANO es un mundo virtual al que se conecta todo el planeta. Como si de una realidad alternativa se tratase, las relaciones, los trabajos e incluso las vidas de las personas pronto parecen tener más importancia en el juego que en "real". Cuando María, una ama de casa desesperada por encontrar un trabajo para mantener a su hija, se conecta, está dando comienzo a una cuenta atrás para cambiar o acabar con el mundo.
He dado muchas vueltas a como enfocar esta novela de una forma justa. Cuando uno se llama Somoza se espera una calidad y es inevitable comparar con obras anteriores. Y este título ha sido vapuleado desde su salida al mercado. Bien, vayamos por partes.
En primer lugar, y pese a movernos en un mundo virtual, la historia ya no nos va a resultar ni tan novedosa ni tan complicada, a fin de cuentas todos hemos conocido Matrix. Lo que ocurre con este libro es que Somoza, pese a partir de una idea que nos hace suponer ciencia ficción, hace suyo el concepto desetiquetar, y nos ofrece un thriller. Y ahí ya pierde a quienes esperaban esa ficción que promete su primera página, y que ahora desencantados mirarán la historia con otros ojos y se quedarán sin respuesta a preguntas como el funcionamiento de la famosa diadema con la que uno entra en ÓRGANO, ni la forma en que funciona a través de la música de Bach. Lo que si fijaran en su memoria son algunas (bastantes) incoherencias en esa parte de la trama relacionadas con villanos y fórmulas.
En realidad, lo que Somoza nos ha dejado es un Bestseller y está escrito como tal. Un lenguaje sencillo y una lectura fácil que nos permita terminar el libro en un par de días. Poco le importa como se conectan o si es posible una especulación que permita ganar más dinero en el mundo virtual que en el real y como ese dinero que ganan (me ha recordado a los moba coins) puede ser utilizado a ambos lados. No es esa la historia que busca contarnos y se centra en la protagonista, en un adolescente con el que tendrá una conexión desde el primer momento, y en la relación que pueden tener ellos para intentar salvar el mundo. Acompañados de unos villanos que reconocemos desde el primer momento y descubriendo algunas sombras (tema recurrente en el autor y en el que no profundiza esta vez), nos tentará a conectar con su historia exactamente igual que María lo hace con el juego en las primeras páginas. Y ahí tenemos que dar o no el salto a conectar sabiendo que la historia es suya, y que no nos va a responder a nuestras dudas, ni va a desarrollar una idea que puede ser atractiva.
Un futuro que pasa por una consola y en el que en lugar de encontrar coches voladores encontramos diademas neuronales. Una historia entretenida a la que tenemos que llegar sabiendo lo que no vamos a encontrar y que se viste con unos cuantos tópicos ya conocidos por todos. Eso es lo que nos ofrece La cuarta señal y yo os diría que si no habéis leído nada de Somoza, cogierais otro título para no sufrir una decepción. Y si habéis leído algo suyo... bueno, yo también he salido decepcionada.
Me estoy dando cuenta que la ciencia ficción es un género que no abunda en mis estanterías virtuales mientras que en las reales si que tengo bastante. Y vosotros, ¿leéis libros de este género?
Gracias
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miércoles, 26 de marzo de 2014
Consummatum est. César Pérez Gellida
"Un lugar para cada verso y cada verso en su lugar.
Prácticamente no queda espacio libre en los azulejos. Giro trescientos sesenta grados sobre mi propio eje para admirar mi imponente obra. Embargado por la emoción, empleo unos segundos en reponerme.
Vuelvo a leer los títulos de mis poemas.
No tardarán en localizarme, comienza la cuenta atrás.
Una fotografía para cada poema y un poema en cada fotografía. Todas se suben correctamente al site y, en ese instante, noto que el círculo se ha cerrado.
- Consummatum est- pronuncio en voz baja- . Consummatum est- repito absolutamente embargado por la emoción."
Así comienza el desenlace de una de las trilogías que ha dado que hablar durante los últimos meses. Y lo primero que tengo que hacer es agradecer que no nos hayan tenido esperando durante meses sin fechas a las que agarrarnos. Hoy traigo a mi estantería virtual, Consummatum est.
Conocemos a Ólafur Olafsson, comisario en Grindavick encargado de investigar el asesinato de una familia. La investigación le conducirá hasta Augusto Ledesma, asesino en serie, melómano y poeta de versos teñidos con la sangre de sus víctimas, que son usados como rúbrica en sus terribles asesinatos. Pronto se convertirá en un integrante de una unidad que, bajo el mando de Michelson e integrada por viejos conocidos del lector, intentarán dar caza a Ledesma.
Estamos ante el desenlace de Versos, Canciones y Trocitos de carne. Versos, los compuestos para cada crimen; canciones, la música es una constante a lo largo de la trilogía, nos dice tanto o más de quien la escucha que las propias palabras de Gellida; trocitos de carne... otra constante en las víctimas importantes. Precisamente por ser el final, tendré especial cuidado en no desvelar absolutamente nada de la trama de la novela.
La trilogía va claramente de menos a más, sin significar eso que la primera novela Memento mori, no merezca la pena ser leída. Pero lo que si se nota es un pulso más firme y como va prescindiendo de complementos que habían sido habituales. En este caso tanto la parte histórica, como la importancia de las ciudades, ceden terreno y son rápidamente sustituidos por la acción y los personajes. Porque esos son los dos grandes pilares de la novela; una parte cargada de acción que me quitó el sueño la primera noche mientras perseguía casi sin aliento a Ledesma de ciudad en ciudad, de país en país y otra más psicológica que se encargará de asfixiarnos buscando el final.
No sé vosotros, pero cuando leo un libro, sobre todo en sagas, me gusta encontrar detalles significativos de cosas sucedidas en libros anteriores. No me refiero a los grandes sucesos que mueven la trama, sino a detalles que me permitan ir terminando de conocer y construir la historia. Y estaban, pequeñas marcas, a veces sutiles, que junto a los nuevos datos iban consiguiendo que los ya conocidos protagonistas de la historia ganaran totalmente al lector. Eso por no hablar de Olafsson que si ya me hizo sonreír en nuestro primer encuentro, acabó convirtiéndose en uno de mis favoritos y al que percibí en muchos sentidos casi como un homenaje (nota mental: preguntarle al autor).
"Consummatum est" leemos en la primera página de esta historia empeñada en que aprendamos un poco de latín o de literatura. Y así es, la historia se cierra a la perfección encajando piezas de una forma honrada. Y no sé vosotros, pero yo agradezco que eso sea así. Muchas veces se tiende a buscar lo llamativo entre fuegos de artificio sacrificando de este modo la coherencia y dejando de este modo un regusto agridulce en el lector. Gellida en cambio ha optado por un final que creo dejará satisfechos a todos los lectores. Terminado el tercer libro de este autor, mi primer pensamiento fue...
Y no será el último.
Y vosotros, ¿os animáis con historias de asesinos en serie entre vuestras lecturas?
Gracias
PD. Música para una trilogía, Depeche Mode
Versos, canciones y trocitos de carne:
1. Memento mori
2. Dies irae
3. Consummatum est
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martes, 25 de marzo de 2014
Condenada. Chuck Palahniuk
"¿Estás ahí, Satanás? Soy yo, Madison. Acabo de llegar aquí, al Infierno, pero no es culpa mía, salvo tal vez por el hecho de haberme muerto de una sobredosis de marihuana. Tal vez esté en el Infierno por ser gorda... Una auténtica foca. Si una puede ir al Infierno por tener la autoestima baja, entonces es por eso por lo que estoy aquí. Ojalá pudiera mentirte y decirte que estoy en los huesos y que soy rubia y tetuda. Pero, créeme, tengo mis razones para estar gorda.
Para empezar, déjame que me presente."
Palahniuk es un autor gamberro, provocador, divertido, irreverente... Por eso cada título suyo hace que me pique la curiosidad y por eso me acerqué rápidamente al título que os traigo hoy. Hoy traigo a mi estantería virtual, Condenada.
Conocemos a Madison, una preadolescente hija de unos padres multimillonarios que se despierta un día en el Infierno. Según ella nos relata, ha muerto de una sobredosis en un campamento al que la enviaron para librarse de ella. Y el Infierno no es, en absoluto, como se imaginaba. Allí conoce a un empollón, una animadora, ve pasar demonios.. y comienza su aventura más allá de la vida.
Bienvenidos al Infierno de Palahniuk. Así me imagino yo un rótulo luminoso a la entrada de este particular lugar. Por favor, esperamos que hayan recordado morir limpios y con la ropa adecuada. Si usted lleva cosas susceptibles de ensuciarse, como las manos, le rogamos que no las acerque a las rejas de su jaula. Le informamos de que comer es un acto absolutamente innecesario, así que si decide dejarse llevar por la gula y comer unas gominolas, será bajo su responsabilidad. Puede conversar con los vecinos de las jaulas que tenga más cerca y disfrutar del espectáculo. Incluye ríos de sustancias innombrables, todo tipo de olores y espectáculos de demonios come hombres. Si en algún momento le toca ser comida , no se preocupe en exceso, su cuerpo se regenerará. A fin de cuentas, la vida es limitada, pero la condena... esa es ETERNA.
Estamos ante una historia... rara. Todas las de Palahniuk lo son, así que Condenada no iba a ser una excepción. Madison nos relata su estancia con un lenguaje perfectamente adaptado a su edad y condición entre recuerdos de su vida terrenal. El autor no escatima en descripciones, no en vano es conocido por relatar con meticulosidad las cosas que considera dignas de mención. En este caso utilizará a esta casi niña y su experiencia para hacer una crítica mordaz que busca la ironía en sus palabras, la sátira y que se entretiene en ponerle letras a todo aquello que se tiende a considerar políticamente incorrecto.
Chuck escribe bien y aquí nos enseña una pandilla que en lugar de reunirse en una biblioteca lo hace en una sala del infierno, pero a la que tampoco falta ninguno de sus típicos componentes cliché, para regocijo del lector habitual. En mi caso tengo que decir que no es el libro que más me ha gustado, pese a que tiene momentos divertidos y que la crítica es fácilmente identificable, se me ha antojado superficial pese al giro que le da a medida que avanzamos. Cierto es que el libro finaliza con un enorme "Continuará", y conociendo al autor posiblemente me haga cambiar de opinión al final de esta historia, ya que uno de los puntos que más han influido en mi opinión es haberme encontrado con un final abierto.
Tened cuidado, es muy fácil ir al Infierno. Mucho más de lo que nos habían contado. Así que no olvidéis ser buenos y, por si las moscas... cuidado con destripar libros: creo que ese puede ser perfectamente un motivo para terminar en una jaula del inframundo.
Hoy os enseño una rareza, gamberra, divertida y diferente a la que hay que llegar con la mente abierta y que no es apta para estómagos delicados. Para que luego digan que ya está todo escrito... Y vosotros, ¿me decís algún libro curioso con el que os hayáis topado?
Gracias
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lunes, 24 de marzo de 2014
Black Out. El apagón. Marc Elsberg
"Piero Manzano dio un volantazo desesperado, mientras el radiador de su Alfa se precipitaba indolente hacia el coche de color verde claro que tenía frente a sí. Se aferró al volante con las dos manos y le pareció sentir anticipadamente la inquietante concatenación de fatalidades previa a la colisión: un frenazo, el rechinar de las ruedas, las luces de los vehículos... y el choque. Crash."
El apagón. Cada vez que se va la luz en mi casa se desata un pequeño caos. No tengo ascensor, ni puedo cocinar, ni siquiera puedo ducharme o encender la calefacción. No tengo con qué iluminarme, ni secarme el pelo, me deja sin radio, televisión e internet... de hecho hasta mi cepillo de dientes es eléctrico. Por eso me llamó la atención el libro que hoy traigo a mi estantería virtual. Hoy traigo, Black Out. El apagón.
Conocemos a Piero Manzano, ex pirata informático (al menos de forma pública). Un accidente provocado por un semáforo apagado es el comienzo de una de las mayores catástrofes que ha conocido el mundo. Un apagón generalizado que se va extendiendo de país en país. La Europol, la CIA.. todos tendrán que colaborar para descubrir el origen e intentar restablecer el flujo eléctrico en un mundo que se desmorona imparable hora tras hora. Poco sabe Manzano que sus dotes como pirata informático serán cruciales en esta investigación.
Como comentaba al principio, la idea de la que parte la novela me llamaba y mucho la atención, tenía curiosidad por ver tanto la forma en que explicaban un suceso semejante, como el desarrollo que le daba el autor al mismo. Me he encontrado con un libro tremendamente entretenido en el que podemos reconocer actitudes cotidianas de egoísmo, pillaje y también de solidaridad. El autor nos explica la forma en que se consigue desconectar a millones de personas del flujo eléctrico ante la perplejidad de compañías y gobernantes, de una forma sencilla y accesible para cualquier lector. Tal y como lo plantea, llegas a dudar sobre si realmente sería posible que algo así sucediera y, mientras establece la narración en varios puntos conectados por la desgracia o los propios protagonistas y sus viajes, nos refleja un mundo totalmente dependiente de estas energías procurando no olvidar ninguno de los servicios que nos dan: de la seguridad a la sanidad, de la alimentación a las centrales nucleares, de la medicina a la socialización. Todos los ámbitos se ven afectados, las bolsas caen y las personas se quedan sin medios para subsistir desatándose un caos difícil de dominar y comenzando una cuenta atrás para intentar que las aguas vuelvan a su cauce. Es más, mientras vamos leyendo no podemos evitar establecer un paralelismo con nuestro mundo y comprobando que ese apocalipsis que nos está representando Elsberg no estaría demasiado lejos de la realidad si nos encontrásemos en esa misma situación. Posiblemente ese sea el verdadero punto fuerte de la historia, y también el más perturbador para el lector.
Me ha gustado. No diré que es una gran obra que vaya a pasar a la historia porque no es así, pero tiene una trama entretenida y un ritmo ágil que despiertan el interés por continuar una historia que se reparte entre Manzano y Bollard como representante de la ley. Personajes a los que comprendemos perfectamente y que viven situaciones límite con el peso de la responsabilidad a sus espaldas,
Una novela francamente entretenida que me he terminado en tres días. Para desconectar, si me permitís el juego de palabras.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
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sábado, 22 de marzo de 2014
El Día del Padre y un sheriff
"Empecé a escribir prácticamente en un rollo de papel higiénico. No tenía cuartillas, no tenía pluma; entonces decidí utilizar el lápiz y el papel de retrete. Estaba en una sala quinta de uno de los hoteles en los que me recluyó el Gobierno."
Marcial Lafuente Estefanía
Esta semana hemos celebrado el Día del Padre. Así, con mayúsculas, cada uno en su casa y, si no lo teníamos cerca, lo hemos recordado incluso un poquito más que otros días del año. Y si se trata de recordar, ya que no me he decidido a sugerir títulos para regalar en esa fecha, podemos recordar las lecturas que acompañaron a nuestros padres cuando éramos niños.
Supongo que ahora es cuando todos esperáis que os hable de un señor con gafas sentado en un sillón de orejas y leyéndome cuentos que luego me prestó para que aprendiera a leer con él y como eso hizo nacer en mi la pasión por la letra impresa. Bien, pues no es así como ocurrió.
En mi casa no abundaban los libros salvo las típicas minicolecciones que se regalaban encuadernadas en piel y que decoraban bastante en un estante de la sala de estar. Y mi padre... bueno, no sé si alguna vez se animó a leerlas, pero puedo decir sin faltar a la verdad, que yo no lo recuerdo leyendo uno de esos libros.
Mi padre leía novelas. Sobre todo las que escribió un autor español, hijo de un escritor, que, incluso en la cárcel buscó la forma de escribir. No sólo eso, sino que además fue uno de los impulsores de la novela del oeste y, tanto éxito tuvo, que dio lugar a un fenómeno que se extendió a lo largo y ancho del país. Uno compraba una novela y, una vez leída, volvía con ella al quiosco donde la cambiaba por otra o la dejaba para comprar otro título suyo por un importe menor. Y así me quedó a mi el recuerdo, de bien pequeña, de ir con mi padre a intercambiar unos curiosos libritos que lo acompañaban en el bolsillo cuando me llevaba al parque. Libritos que tiempo después leería con suma curiosidad, no en vano los domingos habían sido durante mucho tiempo el día en que veía a mi padre participar de una cadena como aquel que cambia cromos: este lo he leído, este también, este no...
Héroes con buena planta que daban un golpe y repetían antes que el malo pudiera tocar el suelo, con una puntería que desafiaba las leyes de la gravedad y de la lógica si uno se paraba a pensar. Novelas en las que cuidó la ambientación, usando sus propios viajes por Estados Unidos, pero que iban pobladas de diálogos buscando la simple diversión de los lectores. Libros, western de tinta, cuyas cifras marearían al autor con más ventas hoy en día y que se han comenzado a reeditar.
Tal vez no sea el ambiente más erudito del mundo, ni la imagen que quedaría bien plasmar en una entrada como esta (sigue faltando el caballero sentado en el sofá, leyendo cuentos o clásicos), pero es el mío. Bien, pues os diré que no sólo me gustaba ir con mi padre a cambiar esas novelas, sino que uno de los mejores momentos que me vienen a la cabeza al escribir estas líneas, es de los domingos por la tarde; cuando mi padre y yo nos sentábamos a leer cada uno nuestro titulito y nos mirábamos al terminar en una improvisada carrera para ver quien era el primero. Y me daba prisa, porque me hacía ilusión ser la primera persona con la que mi padre intercambiase la novela que tenía entre manos.
Porque no lo he dicho, pero lo que mi padre leyó durante muchos años, eran novelas de Marcial Lafuente Estefanía. Y hoy es el día, que cuando me cruzo con alguna en un quiosco, me sigo sonriendo y pensando si esas que están delante de mi, serán de las que ya he leído o de las que no.
Y vosotros, ¿hay algún libro que asociéis a vuestro padre?
Gracias
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