sábado, 19 de diciembre de 2015
Amor por las letras
"Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros."
Bioy Casares
Tiene algo de erótico la relación que existe entre un lector y un libro. Ese pasar las páginas apenas rozándolas con la yema de los dedos, acariciando las líneas, las formas del libro antes de abrirlo. Hay un tipo de sensualidad no dicha en la forma que cada uno tiene de saborear las palabras, paladear las letras, recorrer con los ojos velados por la emoción las líneas de una historia, acaso con un nudo en la garganta levantando la vista para rememorar lo ya vivido antes de seguir adelante. Esa manera tan peculiar con la que percibimos el olor de un libro, aguzando el oído para poder disfrutar de ese crujir característico de un lomo nunca abierto, tal vez acercándonos aún más a él, anticipando el placer que sabemos nos va a provocar. Y acaso tengamos suerte y podamos sentir con los primeros párrafos ese cosquilleo familiar de quien sabe que está en palabras seguras, en abrazos de letras que buscaremos una y otra vez en los estantes de bibliotecas y librerías. Porque los lectores nos enamoramos, compartimos sueños de la forma más literal posible con aquel título que nos desvela al llevárnoslo a la cama, y buscamos cada hueco para poder avanzar un poco más, escondiéndolo incluso de las miradas ajenas como si fuera un amante furtivo del que sólo nosotros queremos disfrutar.
Y como somos egoístas, a veces no lo compartimos. Si nos ha llegado realmente al alma, nos resistimos a ello, tal vez de forma egoísta o simplemente por el temor de no verlo apreciado por quienes nos rodean en la misma medida que nosotros lo hicimos. Como si su lectura, mucho más superficial (de eso no nos cabe la menor duda) fuera una ofensa hacia aquellas letras escritas acaso hace cientos de años. O, y esto sucede porque cada amor es diferente, lo paseamos gritando a los cuatro vientos las virtudes de lo que allí sucede, sin mostrar sus letras, guardando sus secretos... y se produce entonces otro placer egoísta, el que reside en recoger los halagos de aquello que recomendamos hasta quedar afónicos. Y no sabemos cuánto nos expone haberlo hecho, porque lo volvemos a disfrutar con cada lectura ajena que ha provocado sensaciones parecidas a las nuestras. O tal vez sí, y nos da igual.
Tiene algo de primer amor ese primer libro que sabemos ahora no nos gustaría porque fue leído tal vez con 13 o 14 años, y que conservamos siempre, acaso a la vista, y que no releemos por miedo a no encontrar las mismas virtudes que una vez nos hicieron soñar. Los lectores, los que nos perdemos como yo hice ayer, y tal vez haré mañana, en lugares polvorientos de libros de segunda mano, tenemos mucho de románticos y miramos los libros como quien mira a los ojos de las personas intentando saber si en ellos reside alguna pista de los secretos que tienen que contarnos. Y entonces nos acercamos y nos los llevamos deseosos de comprobar que no nos decepcionan. Y nos sumergimos sin red entre sus páginas, no podría ser de otro modo para que esas lecturas nos levantaran pasiones o decepciones. Cada vez que un lector dice que un libro le ha decepcionado es por una esperanza marchita, una ilusión ajada, un amor perdido. Aunque lo vistamos bajo el nombre de expectativa. Por eso a veces nos enfadamos y tiramos un libro, lo maltratamos de la peor forma que es dejándolo a medio leer, olvidado en un estante, entre tantos otros.
Hay algo de temor también a la hora de acercarnos a ciertos nombres, a ciertos títulos. Autores que nos parecen casi inalcanzables, como nos lo parecen también otros tantos nombres de clásicos o acaso modernos. Incluso poesía. Y miramos de lejos pensando en conocerlos, pero no nos atrevemos a mirar dos veces, por si no nos gusta, por si no llegamos, por si no nos llega. Por si acaso ese amor no era para nosotros.
Tiene el lector también algo de enamorado que espera la llegada del siguiente título de quien ya le conquistó. Y está pendiente como lo estuvo aquel protagonista en la estación de la llegada de su otra mitad, solo que lo estamos de anuncios y catálogos, de traducciones y reediciones. Y buscamos con la mirada encendida en las mesas repletas de nombres hasta encontrar aquel al que estamos esperando. Y leemos un párrafo, despacio, saboreando cada letra en la punta de la lengua... y volvemos a empezar.
Dicen que el romanticismo ha muerto, tal vez lo haya hecho en alguna de sus acepciones. Pero los lectores, los verdaderos lectores que somos capaces de reír y llorar, de suspirar y enfadarnos... esos seguimos teniendo un corazón que late con gotas de tinta. Y por eso, lo único que necesitamos es que quienes escriben, quienes realmente sienten la pasión por contar historias y hablar de otras vidas y otros mundos, lo sigan haciendo.
Por favor, seguid escribiendo para que nosotros sigamos amando las letras.
La pregunta de hoy es sencilla, ¿Estáis a la espera de algún libro?
Gracias
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31 comentarios:
Felicidades por poner en palabras aquello que tantos sentimos ante el acto de leer.
Buenos días.
Con tu permiso, hacemos nuestras todas tus palabras porque sentimos cada una de ellas.
Un saludo
"...seguimos teniendo un corazón que late con gotas de tinta." Y que, como el tuyo, salpica a los que se te acercan ;)
Preciosa y acertada descripción del amor a las letras. :)
Respondiendo a tu pregunta, pues sí. Siempre estoy a la espera de nuevos flechazos. En este aspecto soy muy promiscua :D
Aunque fiel a algunos autores que no me decepcionan nunca.
Felices fiestas, Sil, disfrutando de más libros.
Un beso.
Me ha gustado conocerte más con esta entrada que describe a la perfección una amante de la lectura. Besitos, rubia
Una declaración de "Amor por las letras" en toda regla.
Creo que de poco me equivocaré si digo que leyendo tus palabras, muchos sentimos que nos has dado voz.
Besos
Hola!
Me identifico con mucho de lo que dice el texto y sii! estoy a espera de que me regalen libros jajajaja. Besotes
Me he sentido identificado con cada párrafo leído y estoy seguro que hay más romanticismo, solo tenemos que buscarlo.
Excelente reflexión en el día de hoy...
Bsssss
Pos Data: quien sabe, es época de regalos.. jijijijij
Me ha encantado tu entrada de hoy, y la comparto plenamente. Ahora que tengo una tienda de segunda mano,con cada libro que entra encuentras una historia diferente :)
Besos!
Me ha encantado :)
Creo que cualquier cosa que pueda poner por aquí sale sobrando; lo has dejado todo clarísimo y de una forma estupenda. Gracias.
Mil besos.
Preciosas palabras! Estoy a la espera de un libro pero todavía tengo para leer jeje
Deleitarme con pensamientos ajenos como sentimientos propios. Q dulce @mientrasLeo :)
Felicidades por tus hermosas letras y por ese amor a la lectura. Los libros son algo inmenso.
Te deseo mucha felicidad y suerte.
Un beso grande.
Yo también suscribo tus palabras, si lo permites. Llevo tiempo buscando "Praga mágica" de Ripellino. Si lo encuentro, espero no llevarme una decepción...
besos
Ya vuelvo a estar, frente el teclado en blanco, incapaz de poner en palabras las emociones que me hacen sentir tus escritos sobre el amor por los libros. No puedo evitarlo, cada vez que publicas una entrada así me veo en la necesidad de escribirte algo, unas líneas, a pesar de que me dejas muda durante varios minutos.
¿Y qué puedo añadir que no hayas dicho ya? ¿Qué puedo decirte que no sepas? ¿Qué halagos puedo darte que no hayas recibido ya? Me reitero, como siempre. Una entrada preciosa, aciertas con todo lo que dices (me encanta esta frase: " porque lo volvemos a disfrutar con cada lectura ajena que ha provocado sensaciones parecidas a las nuestras", por eso obligo a mi hermano a leer mis favoritos) y tus metáforas son preciosas. Si un día llegaras a escribir un libro cuyas letras tengan la misma calidad que estos escritos, yo sería la primera en esperar a que abrieran la librería.
Un saludo,
Laura
Hermosa manera de expresar lo que muchos sentimos ante las letras!
Uy que entrada me dejaste sin palabras siento lo mismo. te mando un beso
Paso a desear una Feliz Navidad. Toda la felicidad en estos días en todos los días del resto de tus días.
-besos.
Me uno a lo que ha dicho D. Gómez y Miss Bingley.
Un beso!
Belleza pura en las letras de esta entrada, Mientras Leo, te felicito. Comparto todo lo que tan bien contás.
En estos días, si Dios quiere, llegará a mis manos «Benjamín», de Federico Axat; un libro que espero hace dos años y que va a terminar cruzando el océano Atlántico ¡tres veces! para llegar a mis manos (algún día escribiré la increíble crónica de lo sucedido, ja).
¡Saludos!
Se nota que estás super enamorada de los libros, tu escrito te delata. De momento no espero ningún libro.Besicos y FELIZ NAVIDAD
Preciosa entrada escrita desde el corazón,o desde las tripas, una bonita forma de expresar lo que muchos de nosotros sentimos al leer y al acercarnos a ciertos autores, titulos e incluso géneros. Gracias por ponerle voz a esas inquietudes
Paso a desearte en estos días de celebración unas Felices Navidades.
Un abrazo.
Qué entrada tan bonita te ha quedado!
Abrazo!
Espero el último de Pratchett, sobretodo =)
Muy buena entrada.
Besotes
En mi caso hay mucho de fetichismo jejeje. Adoro los libros, para mí son los mejores compañeros. Besos
Una entrada magnífica que resume todo lo que sentimos los lectores. Comparto con vos 100%.
Yo espero tener Abarat de Clive Barker y El bombero de Joe Hill.
Saludos.
¿No te escribí aquí ya? Joer, no me entero, voy loca.
Luego dices que no escribes.... Has detallado perfectamente el amor por las letras, lo compartimos, ya lo sabes, compartimos amor. Y desde ese punto de vista tan tuyo, inteligente y con su toque de amor, eres una grande.
BEsotes.
Sííí... sí que espero, pero con mucha paciencia, a que dos buenas amigas y escritoras publiquen... Voy a proponerles una "porrita", a ver quién "llega" antes.
Aquellos y aquellas con la pluma en la mano, no pueden dejar de hacerlo :-)
Un abrazo
Hermoso texto, la verdad que es muy difícil explicar lo que se siente a personas que no entienden de este amor. Pero lo bueno es que hay otro montón de gente que comparte ese sentimiento.
Yo estoy esperando que mi escritor favorito (todavía no es famoso) vuelva a retomar la escritura. Mientras tanto leo montones y más montones de libros.
Un abrazo!
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