viernes, 15 de abril de 2016

Instrumental. James Rhodes


     "La vergüenza es el motivo por el que no se lo contamos a nadie. 
     Las amenazas funcionan un tiempo, pero no años.
     La vergüenza asegura el silencio, y el suicidio es el silencio definitivo."

     A veces nos embarcamos en lecturas que sabemos que van a ser complicadas, que pueden doler de un modo u otro. No tengo claro el motivo, supongo que es por lo mismo por lo que cuando vamos por la carretera se nos va la vista a la zona en la que parece que hubo un accidente. Así es el ser humano, y no es el peor de nuestros defectos. Hoy traigo  a mi estantería virtual, Instrumental.

     James Rhodes es un concertista de piano muy afamado en el Reino Unido que está devolviendo a la gente el placer de escuchar música clásica. Hace unos años escribió su biografía, y se vetó su publicación. En ella hablaba de su vida, una vida terrible, pero le fue vetado el derecho a contarla hasta hace unos meses. Hoy su libro está en la calle y en el Rhodes nos habla de los abusos: "Abuso. Qué palabra. Violación es mejor" afirma el propio Rhodes en su libro, que comenzó a sufrir a los 5 años por parte de su profesor de boxeo de cuarenta y como eso ha destrozado su vida y a él.

     James Rhodes advierte en su libro que no va a dar detalles escabrosos de lo sucedido durante esos episodios sexuales, baste saber que le causó unos terribles daños físicos y otros aún más terribles, psicológicos. Y de estos segundos trata su libro. En él nos habla de su incomprensión ante lo que le sucedía, de lo terrible que es para un niño vivir algo así cuando aún no tiene cabeza para procesarlo y lo único que percibe es el dolor y las amenazas sobre lo terrible que le sucederá si lo cuenta. Nos habla de cómo ese niño cuya personalidad aún se está formando, llega a aceptarlo como algo más de la vida e incluso lo utiliza para obtener cosas, como si formara parte de un trueque macabro que se da por normal al no haber conocido otra cosa. Rhodes nos introduce en su secreto mientras aún lo era, e intenta que comprendamos lo que pasaba por su cabeza para no contarlo, para beber y drogarse intentando olvidar, encerrar en lo más profundo de su alma unos recuerdos que ahora lleva en los brazos en forma de cicatrices... y también nos habla del sentimiento de culpa constante. Culpa por ser, por estar, sonreír o no hacerlo, culpa por ser raro, por discutir, por no hacerlo: culpa por vivir. Rhodes ha pasado por todos los estados que pueden suponerse a una persona así y también por cuatro o cinco más. estuvo en centros psiquiátricos y acude aún hoy a reuniones de esas de Anónimos que ayudan a quien quieren dejar una adicción, finge ser normal respondiendo lo que se debe y parece mostrar que aún teme que quede algún dique a punto de romperse en su interior. No muestra piedad alguna consigo mismo a la hora de describirse ya que, aunque sabe de dónde vienen todas sus manías, complejos, secretos... no intenta justificarlas, sino exponerlas. Y toca fondo cuando es padre y esa culpa que lo acompañó siempre lo aplasta al llegar su hijo a la edad que tenía él cuando su pesadilla comenzó. Entonces el miedo, ese sentimiento aún más irracional que la culpa, hace acto de presencia devastando lo poco de normalidad que había conseguido instalar en su vida. Porque cuando alguien pasa por lo que él ha pasado, nos dice el autor, no se recupera nunca, y es un error intentar ser normal negando lo ocurrido, porque uno ya jamás volverá a ser normal. Su normalidad murió aplastada en el suelo de un gimnasio bajo el peso de un hombre de cuarenta años.

     Y sin embargo, no es un libro en el que busque el detalle escabroso. Es un libro en el que una persona deshecha vomita un torrente de palabras con un estilo moderno y actual, en un lenguaje de calle que hace que el sentimentalismo que podía impregnar tan terrible historia, brille por su ausencia. Rhodes no busca lástima, busca exponer sus demonios y también hablar de sus refugios. Y es ahí donde cobra sentido el título del libro, porque el único lugar en el que el autor es él mismo y no esa persona marcada de la que nos ha ido hablando, es ante la música clásica. Nos cuenta como siempre le gustó, la dejó, la cogió y las sensaciones indescriptibles que provocan determinadas piezas musicales en el oyente. Nos relata su primer concierto, y también la transformación que sufre ante el piano. Y ahí vemos a un hombre diferente.
Salpica además su historia de magníficos párrafos sobre música clásica y sobre compositores de renombre. Fragmentos de vidas que consiguen captar la atención del lector en la que muestra a estos, hoy grandes nombres en la historia de la música, como hombres no necesariamente con vidas felices.  Y deja que estas partes sean oasis para un lector que llega destrozado de las zonas anteriores.

     Instrumental es una lectura difícil, sí. Pero no nos engañemos. Lo que hace difícil esta lectura es que le ponemos nombre y cara a una víctima de algo que sabemos sucede todos los días. Hace poco salían cifras de niños refugiados perdidos, vemos noticias de pornografía infantil, de trata de menores... pero no les ponemos rostro, y de este modo nos parece un horror, sí, pero ajeno. Con este libro, situamos un nombre y un rostro y también una vida. Nos obliga a reconocer que existe.

     Y vosotros, ¿alguna vez os habéis embarcado en una lectura sabiendo que sería un camino escabroso?

     Gracias

29 comentarios:

Xavier Beltrán dijo... [Responder]

Uy, esta vez sí que no. Las lecturas tan duras y escabrosas no van conmigo. Leo para evadirme, no para pasarlo mal ni para sufrir por las barbaridades que le hacen al protagonista (y, para más inri, es reflejo de la realidad).

Un besito.

Tatty dijo... [Responder]

No conocía el libro y ahora mismo no me apetece enfrentarme a una lectura así
Besos

Mª Ángeles Bk dijo... [Responder]

Pues sí que debe ser dura la lectura. De todas formas, yo acabo de salir de una similar, El poder de la sombra de María José Moreno y me ha convencido. De ésta no sé qué decirte, la verdad es que por la portada ni la miraría, jajaja. Me parece bien fea, pero la dejo en la reserva por si me la cruzo.
Besos

Chica Sombra dijo... [Responder]

Creo que este podría gustarle a mi primo ^^

Anabel Samani dijo... [Responder]

Uff, no, lo siento pero este libro es una lectura a la que no me voy a acercar.
Un besazo!

Rosalía Navarro dijo... [Responder]

Buenos días, Mientras Leo. Uf, tengo el libro y me lo miro. Con una sinopsis de película;

Me violaron a los seis años.
Me internaron en un psiquiátrico.
Fui drogadicto y alcohólico.
Me intenté suicidar cinco veces.
Perdí la custodia de mi hijo.

Pero no voy a hablar de eso.
Voy a hablar de música.
Porque Bach me salvó la vida.
Y yo amo la vida.

Quiero leerla, pero cuando me sumerjo en una lectura de este tipo sé que mi alma tiembla. Pero lo haré, me espera en la estantería.
Un abrazo.

Mi Álter Ego dijo... [Responder]

Uffff. No descarto leerlo pero ahora no estoy en un buen momento para eso. Besotes!!!

buscandomiequilibrio dijo... [Responder]

Esta vez no he entrado a leer la reseña, porque quiero leerla pronto q la tengo en digital ;) Por un lado, una amiga la ha leído y dice que es muy dura, así que tengo que encontrar el momento.

Otra cosa, el sábado pasado que hice una visita librera tuve la suerte de ver, tocar y sentir varios BlackieBooks, y me enamoré. Tocada y hundida. Creo que en mi estantería de mi piso nuevo quedarían genial. Así que, por favor, dime uno que consideres imprescindible, ya sabes mis gustos.

Besos
P.d.: Cuando lo lea vuelvo y te comento, no te pienses tú #aibalahostiajoder

Aglaia Callia dijo... [Responder]

Me interesa este libro, pero no creo que sea un buen momento para leerlo; voy a anotar el título para un futuro no muy lejano en que pueda apreciarlo un poco más.

Besos.

Margari dijo... [Responder]

A veces sí, aunque ahora mismo no es el tipo de lectura que estoy buscando. Pero lo tendré en cuenta para esos momentos.
Besotes!!!

Natàlia dijo... [Responder]

Ahora mismo no tengo el suerpo para una lectura tant dura. però la tendré en cuenta para cuando sea el momento propicio.
Un beso ;)

Natàlia dijo... [Responder]
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ismael Cruceta dijo... [Responder]

Wow, sin duda, una lectura que puede doler. Pero a veces eso es balsámico y necesario. Una manera de canalizar.

Besos!

Jo dijo... [Responder]

hace muchos años leí un libro llamado "los niños de colores" y trata de la venta de órganos. A decir verdad podría suceder que como dices, si no le ponemos un nombre o un rostro la tragedia es solo terrible y pasajera ... por un tiempo nos tendrá impactados

¿que pasa cuando le sucede a alguien cercano?¡
a veces es mucha la impotencia y te limitas a leer y mientras mas lees es lamentable saber que no es solo ficción.

Victor dijo... [Responder]

Pues a veces me pasa que con algún libro se me encoge el corazón, sin saber que me va a pasar, con otros sé que algún mal rato voy a pasar.
No lo rehúyo, si surge esa lectura, pues ha surgido.

CHARO dijo... [Responder]

Dudo si leería este libro o no, por un lado me intriga saber cómo supera el protagonista sus daños psicológicos pero por otro lado es un tema demasiado escabroso y eso no me agrada.Besicos

Neftis dijo... [Responder]

No me llama mucho la atencion asi que no creo que lo lea.

Saludos

Anónimo dijo... [Responder]

apuntado esta! ya lo habia visto en otros blogs y me interesa!

Anita Nsf dijo... [Responder]

Este lo voy a dejar pasar. Un beso

J.P. Alexander dijo... [Responder]

Aunque no es mi tipo de libro, se ve interesante. Y respondiendo a tu pregunta. No, la vida es corta. Te mando un beso y buen fin de semana

Raúl Ógar dijo... [Responder]

Tremenda historia. Nunca leí nada así de duro. Ya le reseña te llena de sensaciones extrañas. Debe ser una lectura complicada de digerir.
Saludos.

Abuela Ciber dijo... [Responder]

A esta altura de mi vida.....no
Cariños

libroseris dijo... [Responder]

Sabes que lo tengo apuntado y me haré con él tarde o temprano. Este no me lo olvido. Un besazo!

Carla dijo... [Responder]

Le tengo muchas ganas, pero también se que es una lectura para la que tengo que estar preparada
Besos

Shorby dijo... [Responder]

Me he embarcado en unas pocas... pero me gustan, por lo diferente de la historia precisamente =)

Besotes

Ana Blasfuemia dijo... [Responder]

Una lectura convulsa, sobre todo porque nos obliga a mirar, a ver, a sacar la cabeza del agujero, el alma de la zona de confort. Y aunque ciertamente no entre en lo escabroso de lo sucedido, nos basta las secuelas para que se te rasgue todo.

Una lectura dura, mucho, pero necesaria.

Un abrazo.

Noelia dijo... [Responder]

Bueno pués yo si me voy de compras, creo que estas lecturas son de las que hacen tiritar el alma y acompañar además al autor en ese camino tan dificil de la supervivencia. Que brutal experiencia...
He leido también a Rosalía y me ha dejado petrificada esas palabras, bendita musica si amansa a las fieras de esos monstruos que le habitan.
Ya sabes que me encantan estas lecturas intimistas.
Sabes a quién me ha recordado salvado dsintancias claro.
A Nada se opone a la noche de Delphin de Vigan......
Gracias por el descubrimiento.
Besos

Cristina Roes dijo... [Responder]

¡Lo quiero! Nada más que añadir, señoría.
Muuuchas gracias por esta tentación de reseña! Besos

Anónimo dijo... [Responder]

A mi este libro me fascinó. De acuerdo contigo en la dureza del tema y que el camino de Rodhes levanta todo tipo de sentimientos, ya que su candidez al hablar de su locura es desgarradora. No obstante, la historia acaba con un tono muy positivo y el capitulo que escribe sobre las relaciones a mi me pareció brillante, sobretodo viniendo de su experiencia.