lunes, 2 de julio de 2018

La gente en los árboles. Hanya Yanagihara


     "El doctor Abraham Norton Perina, reconocido inmunólogo y director emérito del Centro de Inmunología y Virología del Instituto Nacional de Salud de Bethesda, Maryland, fue detenido ayer por un presunto delito de abusos sexuales. 
      Al doctor Perina, de setenta y un años, se lo acusa de tres delitos de violación, tres de corrupción de menores, dos de agresión sexual y dos de abusos sexuales por prevalimiento. La primera de las acusaciones la realizó uno de los hijos adoptivos del doctor Perina.  
     «Dichas acusaciones son falsas —declaró el abogado de Perina, Douglas Hindley, en un comunicado emitido ayer—. El doctor Perina es un miembro muy destacado y respetado de la comunidad científica, y es su deseo que esta situación se resuelva lo antes posible para poder reanudar sus obligaciones y su vida familiar.»".

     Soy uno de los lectores encandilados por aquella terrible historia narrada en Tan poca vida, lo reconozco: me angustió, me encantó. Por eso tenía ganas de leer la primera novela de su autora. Hoy traigo a mi estantería virtual, La gente en los árboles.

     Conocemos a Abraham Norton Perina cuando ya está en la cárcel por abuso y violación. Antes de eso había ganado un Premio Nobel. Y antes de eso, en el año 1950 Perina se unió a una expedición a una isla de la micronesia. Allí descubriría la longevidad extrema de los nativos y, fruto de sus investigaciones vendría el Nobel. Hoy escribe su historia desde la cárcel y se la va enviando a Ronald Kubodera, quien fuera su asistente y cree incondicionalmente en la inocencia de Perina. Kubodera será quien transcriba la historia de Perina para el lector, completándola con anotaciones propias.

     En 1976 el Dr. Gajdusek ganó el Premio Nobel por identificar una enfermedad mortal en una tribu de Papua Nueva Guinea. Años después volvería a las páginas de los periódicos debido a su encarcelamiento por abusar sexualmente de niños nativos que había adoptado. Sobre esta base construye Yanagihara su novela La gente en los árboles, una historia de ficción pese a este apunte que acabo de hacer.

     Lo primero que descubrimos en la novela, es la adoración que Kubodera siente por el que será nuestro protagonista, Perina. No duda en ningún momento de su inocencia, y tampoco duda en cargar contra quienes le declaran culpable, ya sea la sociedad, la prensa o el jurado de personas intelectualmente inferiores al acusado, lo que cataloga de humillante. Sin embargo no tarda en ser Perina quien tome la palabra al relatarnos sus memorias, quedando Kubodera como simple anotador en su papel de mejorar la imagen que el propio Perina va dando de sí mismo hasta terminar por revelarnos de este modo todos sus pensamientos sobre él.

      Yangihara construye de este modo una novela compleja pero de lectura fácil en la que se mezclan acusaciones explícitas que son casi dejadas de lado hasta la última parte, con otras que vamos descubriendo a medida que Perina avanza en su relato.
Perina se descubre como un hombre cruel ya desde joven, ni siquiera la noticia de la muerte de su madre parece conseguir que llore. Juez duro e inflexible del mundo en el que vive muestra una atracción por la medicina ya en su infancia. Y el lector, a su vez, nota un rechazo a su personalidad. A medida que el relato avanza, llegamos a la prometida expedición en la que comenzará su carrera al Nobel. Pero hay mucho más en la novela de Yanagihara. Y es que, esa isla maravillosamente inventada y llena de detalles es el verdadero centro de la novela. Por un lado está el descubrimiento de los "soñadores", personas exremadamente longevas que pese a ir sufriendo un deterior cognitivo tremendo, se acercan a ese concepto de inmortalidad perseguido por el hombre desde el principio de los tiempos. Eso hace que Perina vea en ellos su mayor logro, su mejor meta, y decida investigar. Descubre que la longevidad se asocia al consumo de la carne de una tortuga y no duda en cazarla ni tampoco en utilizar a unos nativos en sus investigaciones. Sigue siendo el mismo niño implacable que conocimos en las primeras páginas de su relato. Pero no será lo único que descubramos sobre Perina, también está su atracción hacia uno de los miembros de la expedición (que curiosamente escribe un libro con un título que nos resultará familiar) y el rechazo por el otro. Perina comienza a retratarse como lo que realmente es y una vez más el lector es incapaz de despegar la vista de las páginas de Yanagihara.
   
     Y, sin embargo, más allá de esta historia principal, la novela es una crítica brutal a lo que hace la civilización cuando desembarca en una de estas islas que parecen vestigios de un paraíso ya pisoteado por el hombre.Los experimentos, la búsqueda de las tortugas, las industrias farmacéuticas que quieren llegar y ser las primeras en comercializar el hallazgo, la ciencia, el conocimiento... ninguno de ellos parecen pararse a pensar en el impacto que suponen en esta isla. A nadie parece importarles las vidas que están cambiando de la noche a la mañana de esas personas a las que nadie ha pedido opinión. Solo un momento en el que uno de los nativos dice apenas unas palabras en inglés observamos una reacción en Perina que yo interpreté como humana, casi de miedo. Pero bien pudo ser de orgullo, qué sabré yo. Así pues, esta novela sobre abusos trata de muchos tipos de abusos que se producen en la sociedad actual, y hace una crítica durísima a los mismos. La moralidad puesta sobre la mesa de algunos actos que se justifican o se tratan de justificar en el mundo que vivimos deja la decisión sobre este juicio no realizado en manos del lector en una novela que no busca razonar el bien o el mal, solo mostrar los hechos de una forma frontal. Y posiblemente ese sea uno de los grandes puntos fuertes de la novela.

     La gente en los árboles es un libro magnífico. Una historia contada a dos voces que en realidad es una sola con un par de protagonistas escalofriantes a ratos, diferentes e inolvidables al menos por una larga temporada. De hecho, uno cierra el libro pensando en Perina y casi puede notar su frío aliento a la hora de escribir sus memorias. Leedlo, es de esas historias a las que uno sobrevive con alguna marca; no es posible sentir indiferencia ante las letras de Yanagihara.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

18 comentarios:

Anabel Samani dijo... [Responder]

Tenia dudas, pero si dices que es magnífico pues me atreveré a abrirlo, por lo menos XD
Hoy empiezo con "Drácula", así que no sé cómo acabaré la semana... quizá me empice a molestar la luz del sol... o quizá empiece a sentir unas extrañas ganas de viajar hasta Transilvania... y oye, ahora en verano no será mala época XD XD
Besos

Natàlia dijo... [Responder]

Tengo por leer todavía Tan poca vida. Lo compré cuando se publicó y al final se quedó atrás. A ver si lo rescato.
Un beso ;)

Mª Ángeles Bk dijo... [Responder]

Me alegra mucho encontrarme esta reseña porque lo tengo preparado en el estante y será en pocos días cuando me ponga con él. Soy de las pocas que no leyó Tan poca vida y está también entre mis propósitos veraniegos. En cualquier caso, me estrenaré con esta.
Besos

Aylavella dijo... [Responder]

NO tiene mala pinta, pero ahora mismo no creo que lo lea, demasiado pendiente.
Besos

Mi tarde junto a un libro dijo... [Responder]

Hola! Tiene muy buena pinta este libro, lo voy a tener en cuenta más adelante.
Yo tengo varios empezados pero pocas ganas de continuarlos... así que a ver con cual me animo finalmente esta semana.
Besos!

Mi Álter Ego dijo... [Responder]

Tiene un poco de todo este libro, por lo que veo. Ya te contaré si me animo. Besotes!!!

CHARO dijo... [Responder]

Me ha llamado mucho la atención este libro, me lo apunto por si cae.Besicos

Margari dijo... [Responder]

Pues no me he estrenado aún con esta autora. Voy a tener que ponerle remedio. Anoto bien este título, que ni lo conocía.
Besotes!!!

Chica Sombra dijo... [Responder]

Me gustaría leer Tan poca vida antes de adentrarme en este.
Un beso :)

Anabel de Castro dijo... [Responder]

Me encantó "Tan poca vida" (lo he leído hace un par de meses y no descarto releerlo antes de que termine el año) y este libro esta en mi (interminable) lista de pendientes.
Mi semana la he empezado con "El club de los mentirosos" y tengo las expectativas muy altas! A ver si no me decepciona!

Bajolapieldeunlector. Cris dijo... [Responder]

Me lo apunto, aunque primero tengo que leer "Tan poca vida" que lo tengo en la estantería y no tengo perdón ;)

Besitos

Neftis dijo... [Responder]

Este libro no es para mi, lo dejo pasar.

Saludos

Carla dijo... [Responder]

Aún no he leído Tan poca vida, así que me tengo que hacer con ambos, no me importaría empezar por cualquiera, me apetecen mucho los dos
Besos

Norah Bennett dijo... [Responder]

Yo me cansé de tanta desgracia en el libro anterior. Aquí también viene con la escopeta cargada. El tema pinta interesante pero ahora mismo me apetece otra cosa más liviana.
Besos

elena dijo... [Responder]

Formidable Yanagihara una vez más!! Lo devoré.

Intentando recuperar el equilibrio dijo... [Responder]

Entonces, ¿te lo pillas más tarde que yo, y ya lo has leído?
Eres de traca barraca.

ME apetece mucho mucho.
El finde no pude leer todo lo que me gustaría pero me fui de librería, jojo.
Un beso.

Melina dijo... [Responder]

Con ella estoy desde ayer mismo y me está fascinando. Primer contacto con la autora y no puedo para de leer. Yo que soy de distancias cortas, he quedado prendada en las primeras páginas y efectivamente la fuerza personal de Perina, me lleva a querer saber más.

Maribel Moya dijo... [Responder]

Sin duda es un libro que no te deja indiferente, y como tú bien dices de lectura fácil. El Dr. Perina nos muestra todos los abusos que se producen en la sociedad por parte de científicos y de las farmacéuticas, pero en cambio él ve algo normal todos los experimentos que se llevan a cabo en los laboratorios con animales e incluso con personas, es el caso de los soñadores...
Ya estoy deseando leer "Tan poca vida" de la misma autora.

El libro que he vuelto a retomar esta semana es Las hijas del Capitán, de María Dueñas, ya que lo dejé a la mitad para leer La gente en los árboles.