lunes, 25 de noviembre de 2024

Una novela real. Minae Mizumura

 


      Encontré esta novela en un mercadillo de libros y me fijé en ella a saber por qué, pero la sinopsis me pareció atractiva. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Una novela real.

     No había vuelto a pensar en la novela hasta que este fin de semana leyendo las noticias me di cuenta de la cantidad de obras que se inspiran en otras ya existentes y es que Una novela real bebe directamente de Cumbres borrascosas. Sin embargo decir esto es quedarse muy corto respecto a lo que aporta la historia.

     Viajaremos a Estados Unidos para conocer a Taro, chofer de un americano adinerado, para descubrir que se hace amigo del padre de uno de los narradores de la novela. Pero vamos a Japón, allí conocemos a Fumiko y a Yusuke, siendo la primera la encargada de hablar de Taro y su obsesión con Yoko, una joven de la que lo separan las conveniencias sociales (ahí está Cumbres Borrascosas, diréis. Sí). Presentada la historia diré que el gran protagonista de la novela es Japón, un país que se está recuperando de la guerra, pobre pero llamativo en sus tradiciones y como empieza su historia en el mundo materialista globalizado en el que ahora nos encontramos. Así es como entran distintas familias claves no solo para la evolución de la historia, también para la del país. 

     A partir de este momento prefiero desligarme un poco de la trama formal, que va mucho más allá del triángulo amoroso común ya que avanza rápidamente por la transformación de un país mientras se mezcla con más historias personales, y dedicarme solamente a la parte más formal ya la novela tiene una estructura que en sí misma ya hace que merezca la pena su lectura. Fumiko, para mi la gran protagonista de la novela, evoluciona y asciende socialmente en la misma medida en la que su país va cambiando y Minae nos deja un libro en el que se percibe la nostalgia por aquellas cosas que van quedando en el camino de la modernidad. Y además de todo eso es la historia que una persona cuenta sobre la familia para la que trabajaba a una joven que veranea en una villa. Como en la vida misma esta historia será repetida y se mezclará con alguna parte personal trascendiendo en el tiempo e incluso, la vida es así, con la forma en que se conoce personalmente a alguno de los integrantes de la historia original. Quizás por eso y en un intento de réplica de este fenómeno, la autora se da voz como narradora para implicarse de forma más directa convirtiendo su obra en algo más personal que la simple historia que se desarrolla entre el prólogo y el epílogo. En cualquier caso el formulismo funciona y esta historia relatada varias veces hasta que llega a nuestras manos va calando poco a poco en el lector hasta convertir a sus personajes en amigos a lo largo de más de seiscientas páginas.

     Tengo una fijación por las novelas familiares, las que cuentan historias largas en las que tengo tiempo de encariñarme de quienes las pueblan y las que me permiten conocer la historia del lugar en el que se desarrollan y Una novela real me ha proporcionado todo eso en un título que me era totalmente desconocido y que ni siquiera sé si es posible de encontrar hoy en día más allá de un mercadillo o de una librería de viejos. Lo que sí puedo deciros es que es una lectura que merece realmente la pena y que va mucho más allá de una simple versión. Por supuesto que si has leído Cumbres Borrascosas y vas buscándola la vas a encontrar. Sus protagonistas son fácilmente identificables y hay momentos que suceden de forma casi paralela, pero si te dejas llevar por la historia y partes de la base de que hay situaciones que se han repetido en el tiempo más allá de que aparezcan o no en una novela que es ya un clásico, Una novela real tiene todos los ingredientes para ser ampliamente disfrutada. Por muchos motivos.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

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