lunes, 30 de junio de 2025

Donde está enterrada el hacha. Ray Nayler

 


     "En Norteamérica, en el otro extremo del mundo, crece un arbusto de creosota que brotó de una semilla hace casi doce mil años. Estos arbustos no son un organismo único y continuo, sino una colonia clonal. El tallo original se ha dividido y fragmentado a lo largo de los siglos en segmentos genéticamente idénticos, un anillo de tejido vivo que reemplaza al tallo original al morir".

     Creo que todos los que leímos la primera novela de Nayler nos quedamos con su nombre. Y es más que posible que todos vengamos a por esta segunda. Hoy traigo a mi estantería virtual, Donde está enterrada el hacha.

     Una de las cosas que tiene la ciencia ficción es que, más allá de lo que pueda parecer por la etiqueta, suele esconder una crítica más que directa a diferentes tipos de problemas de la sociedad, de la política o incluso reflejar males históricos de la humanidad. Sabido esto no va a sorprender si digo que esta novela resulta demasiado cercana, pero quizás ya la miréis de un modo diferente si os digo que hablo en el sentido más literal de la expresión. 
     Nayler se ambienta en la Tierra y, por lejano que pueda parecer, si tenemos en cuenta la situación actual y a Trump, Putin y compañía, y les sumamos los avances tecnológicos que ya están aquí y aquellos otros que sentimos a puertas, bien pudiera parecer que nos están contando lo que viene (este es el punto en el que siempre digo que el terror entra en el chat, o en la ecuación si preferís).

     Bien, viajamos al futuro, allí el presidente ha permanecido en su puesto mediante el paso de su mente de cuerpo en cuerpo (esto solo ya da miedo, que no estamos ante Mickey17). El caso es que ahora alguien planea asesinarlo. Además sabemos que en una parte de Europa la IA ha llegado al gobierno y no es precisamente perfecta. Y también conocemos a Lilia, una científica que quiere evitar la vigilancia de la Federación y además recuperar a una activista.

     Puede parecer un batiburrillo visto así pero es porque la intencionalidad de la novela es que lo parezca, ya que podría hablaros de más personajes como de la situación del padre de Lilia, el sistema de puntuaje social o la forma en que la IA se va degradando y fallando ante la mirada de un funcionario. 
     La ciencia ficción política tiene mucho de incómodo para la lectura ya que tiene también mucho de reivindicativo y de poner el foco donde muchas veces es más cómodo no mirar. Aquí no se trata solo de autoritarismo, también se trata de tecnología, de corporativismo, del Gran Hermano como elemento común al género y, sobre todo, de revolución.

     Donde está enterrada el hacha es una novela que merece la pena, seas o no aficionado al género.

     Gracias.

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