"Esposa, musa, agente" Tumba de Vera Nabokov |
Por poner un ejemplo vayamos hacia los autores rusos. Esos que tanto me apasionan y cuyos títulos voy dejando caer despacito, tanto por si os hace daño si os cae en un pie un libro de tantas páginas, como por si asusta su simple nombre. Os presento así a Anna Giriegorievna, que sería la mujer de Dostoievski y su más ferviente admiradora. Estado este que demostró cuando el autor, ahogado por las deudas, se embarcó en Crimen y Castigo y El jugador de forma simultánea, alternando horarios.... y ella de mecanógrafa.
Tolstoi era un perfeccionista, como bien hubiera podido decir su esposa, Sofía, tras copiar por séptima vez Guerra y Paz que no terminaba de quedar a gusto de su amante esposo.
De hecho, la mayor parte de las mujeres han sido críticas, correctoras e incluso traductoras de sus maridos, aunque alguno de ellos escribiera sobre maduritos seducidos por apenas adolescentes. Fue la mujer de Nabokov quien rescató a la joven Lolita de las llamas insistiendo en la importancia de ese libro, hoy vital para la historia de la literatura.
Con esta entrada he querido homenajear a todas esas personas que están junto a un escritor, apoyándolo, leyendo su manuscrito, pasando horas llenas de historias protagonizadas por personajes que se pasean por sus vidas como si fueran reales y que no desesperan cuando deciden dejar de contar su historia. En este caso sus mujeres, pero pueden ser maridos, hijos, amigos... Apenas he puesto un ejemplo, me encantaría conocer más, poner nombres a esas personas incondicionales y que alguien me contara sus historias.
Porque a fin de cuentas, ¿qué somos sin el apoyo de esas personas especiales de nuestras vidas?
Gracias
Pd. Gracias a quien lee cada entrada horas antes de ser publicada. No me entendáis mal, no me comparo ni lo pretendo, pero todos tenemos a alguien que nos apoya de forma incondicional y esta entrada va para todas esas personas. Hoy abro yo con mi respuesta a la pregunta que cada día os pongo. Gracias señor Leo.