Mostrando entradas con la etiqueta Los autores y sus mujeres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Los autores y sus mujeres. Mostrar todas las entradas

sábado, 4 de agosto de 2012

Los autores y sus mujeres



"Esposa, musa, agente" Tumba de Vera Nabokov
     Vivimos en un mundo en el que si me pusiera a contar de autores que se casan cuando empiezan a escribir, que poco a poco ascienden acompañados de una mujer que se sienta a su lado en presentaciones, en cenas en las que lo acompaña cuando no gana, criticando al ganador de camino a casa. y que luego aprieta la mano al finalmente premiado y triunfante marido que se encumbra y olvida de donde vino, y a quien tiene a su lado... a nadie le extrañaría. Pero no, no es esa la historia que quiero contar, porque esa ya llena páginas de color amarillo en la actualidad y ha llenado otras que han quedado de color amarillento en el pasado. Hoy quiero hablar de otras, esas que esperaban en casa la vuelta del marido, que hacían sus correcciones y leían una y otra vez sus manuscritos, animando al autor a presentarlo una vez más, "porque esta es la buena". Y no, no soy una persona romántica, pero viendo y hablando e investigando autores que me gustan, me voy dando cuenta de que es algo más que habitual. Cuando abrimos un libro y vemos que está dedicado a su pareja, no sólo es fruto del amor incondicional que hace que le entregue de forma simbólica ese libro, sino también de la parte que recibió cada día.

     Por poner un ejemplo vayamos hacia los autores rusos. Esos que tanto me apasionan y cuyos títulos voy dejando caer despacito, tanto por si os hace daño si os cae en un pie un libro de tantas páginas, como por si asusta su simple nombre. Os presento así a Anna Giriegorievna, que sería la mujer de Dostoievski y su más ferviente admiradora. Estado este que demostró cuando el autor, ahogado por las deudas, se embarcó en Crimen y Castigo y El jugador de forma simultánea, alternando horarios.... y ella de mecanógrafa.
Tolstoi era un perfeccionista, como bien hubiera podido decir su esposa, Sofía, tras copiar por séptima vez Guerra y Paz que no terminaba de quedar a gusto de su amante esposo.
     De hecho, la mayor parte de las mujeres han sido críticas, correctoras e incluso traductoras de sus maridos, aunque alguno de ellos escribiera sobre maduritos seducidos por apenas adolescentes. Fue la mujer de Nabokov quien rescató a la joven Lolita de las llamas insistiendo en la importancia de ese libro, hoy vital para la historia de la literatura.

     Con esta entrada he querido homenajear a todas esas personas que están junto a un escritor, apoyándolo, leyendo su manuscrito, pasando horas llenas de historias protagonizadas por personajes que se pasean por sus vidas como si fueran reales y que no desesperan cuando deciden dejar de contar su historia. En este caso sus mujeres, pero pueden ser maridos, hijos, amigos...  Apenas he puesto un ejemplo, me encantaría conocer más, poner nombres a esas personas incondicionales y que alguien me contara sus historias.

     Porque a fin de cuentas, ¿qué somos sin el apoyo de esas personas especiales de nuestras vidas?

     Gracias

     Pd. Gracias a quien lee cada entrada horas antes de ser publicada. No me entendáis mal, no me comparo ni lo pretendo, pero todos tenemos a alguien que nos apoya de forma incondicional y esta entrada va para todas esas personas. Hoy abro yo con mi respuesta a la pregunta que cada día os pongo. Gracias señor Leo.