miércoles, 7 de noviembre de 2018

Milkman. Anna Burns


     "The day Somebody McSomebody put a gun to my breast and called me a cat and threatened to shoot me was the same day the milkman died. He had been shot by one of the state hit squads and I did not care about the shooting of this man. Others did care though, and some were those who, in the parlance, ‘knew me to see but not to speak to’ and I was being talked about because there was a rumour started by them, or more likely by first brother-in-law, that I had been having an affair with this milkman and that I was eighteen and he was forty-one". 

     Leo premios. Y no me importa admitirlo, de hecho, hay algunos premios que desde su concesión me rondan la cabeza hasta que al fin logro comprarlos. Este es el caso del Man Booker Prize y hoy traigo a mi estantería virtual la novela que lo ha ganado este año. Se trata de Milkman.

     Una joven que conocemos como narradora echa la vista atrás y relata su experiencia  en su vecindario, un lugar cerrado y cercado por las ideas de los propios vecinos, cuando un hombre casado y paramilitar que se hacía llamar Milkman posó sus ojos en ella.

     Lo primero que atrae de Milkman es la voz de su narradora, honesta y potente. Ya en ese primer fragmento con el que se abre la novela vemos perfectamente definido el estilo de toda la narración. Una narración en la que la autora decide prescindir de los nombres porque realmente son necesarios. Nadie nos dice que estamos viviendo Belfast en los setenta, pero podríamos discutirle eso a cualquiera que afirmase que se ambienta en otra ciudad. Incluso sin haber vivido allí, a poco que uno haya leído, es fácil identificar el contexto de esta historia. Y allí conocemos a la narradora, a Milkman que realmente no es lechero sino un hombre controlador de mucha más edad que ella, casado y extremadamente controlador. Poco importa que en realidad no le haya puesto un dedo encima porque estamos en una sociedad cerrada de esas en las que lo único vale es el "conmigo o contra mi". Allí no hay medias tintas, los estratos quedan definidos y ella, al igual que el lector, intimidada por este siniestro personaje. La política y la violencia están en las calles, pero también el férreo control de la vecindad, esas sociedades que deciden quién es el chico adecuado, que le obligan a tener un "casi novio" y que ahora señalarán a esta chica como estropeada para conseguir al chico adecuado con quien casarse. Un ejemplo de ello es la madre de la niña, para quien la rumorología es más importante que la palabra de la joven. No no dirá tampoco su nombre, y es que para Burns no parecen ser tan importantes como los roles definidos que desempeñan: conoceremos entonces al casi novio, al verdadero lechero, las hermanas, a McSomeboy (otro pretendiente) y así una lista de personas que conforman con sus palabras, miradas y creencias esta magnífica historia.

     Confieso que cuando compré el libro fue sin saber casi nada sobre su argumento y también que temí lo que iba a encontrarme al leer las palabras "chica joven, relación, hombre mayor casado". Y sin embargo apenas habían pasado una docena de páginas cuando ya era consciente de lo que tenía entre manos. Una novela densa, sí, con párrafos largos, a ratos casi interminables, pero cuya lectura es mucho más enriquecedora que lo que uno pudiera esperar con las sinopsis que nos presentan. Un momento social complicado en el que, como dice la protagonista, es mejor pasar desapercibido aunque luego ella resulte llamativa con su individualismo y su manía de caminar leyendo. De hecho, si no hubiera sido por ello, Milkman no la hubiera mirado. Y un momento en el que esa mirada, esas apariciones demostrando conocimientos sobre cada uno de sus pasos y esa mirada social que les señala la marca a ella por encima de lo que él haga o haya podido hacer. Porque si algo sabe transmitirnos Burns es esa opresión de una sociedad cerrada, el pesimismo, la diferencia a la hora de valorar a los hombres y las mujeres y también a la hora de juzgarlos, la violencia, las sospechas: el dedo acusador. Y es justo en este ambiente en el que la narradora destaca ya que empieza a cuestionarse esa jaula; puede que sea un producto más de su entorno, pero tal vez sea para ese entorno un producto defectuoso. Quizás las cosas, como en una escena magnífica en la que unos alumnos repiten que el cielo es azul para acabar mirando por la ventana y descubrir los distintos colores que lo forman, no sean tan rígidas como parecen obligados a vivirlas. Sin embargo no siempre es fácil el camino a seguir para poder mirar ese cielo.

     “I didn’t know whose milkman he was. He wasn’t our milkman. I don’t think he was anybody’s”.

     Milkman me ha parecido una gran novela con la que he disfrutado y que me ha obligado a pararme a pensar tanto en la sociedad que refleja, como en tantas otras que son espejos de ella. Y también me ha convencido para buscar otros títulos de Anna Burns. Sobran los motivos para recomendar este libro.

     Y vosotros, ¿sois lectores de premios?

     Gracias.

15 comentarios:

Anónimo dijo... [Responder]

Mmm ¿Has leido algo de Cormac McCarthy?

Tal y como describes el libro veo similitudes como párrafos largoso ausencia de nombres

Lo tenía ya apuntando. Esperaré la traducción

Chica Sombra dijo... [Responder]

Joder, ¡qué ganas me has dado de leerlo!

Unknown dijo... [Responder]

Hola!
He encontrado por casualidad tu blog, le he echado un vistazo y me ha encantado. Te seguiré de cerca. Uf! yo no me atrevo a leer novelas en inglés, no tengo tanto nivel. Aunque debería...
Respecto a tu pregunta, sí me acerco a títulos premiados pero la mayoría de las veces me defraudan, quizás es que espero más de una novela premiada que de una no lo está o que los criterios de los jurados no se corresponden con los míos.

Bye!
Ana

Margari dijo... [Responder]

Pues ni los busco ni los rechazo. Si se ponen en mi camino y me resultan atractivos, no lo dudo. En este caso, el argumento no me llamaba mucho, pero tu reseña sí que me has dejado con ganas.
Besotes!!

buscandomiequilibrio dijo... [Responder]

Me da igual que tenga premio o no, lo importante es que me resulte atractiva la sinopsis. Vale, algunas veces sí me he decantado por novelas de premio solo por la portada (No creo que sea la única superficial en la sala). A veces me he llevado muchos chafones y otras, grandes alegrías.
Por el momento, espero a su futura traducción en castellano (si la hay)
Besos.

CHARO dijo... [Responder]

No siempre me agradan los libros premiados.Besicos

Neftis dijo... [Responder]

Este libro no me llama la atencion. En cuanto a lo de leer premios, si el libro me llama claro que si. Pero por el hecho de ser un premio, no.

Saludos

J.P. Alexander dijo... [Responder]

Uy se ve interesante y respondiendo a tu pregunta a veces. Te mando un beso

Lady Aliena dijo... [Responder]

Todos o casi todos los premios que he leído me han decepcionado. Me guío por mi instinto o por una buena sinopsis; pero si se trata de un premio, me lo pienso. Un beso.

Mi Álter Ego dijo... [Responder]

Tendré que acercarme a él... No pinta nada mal. Besotes!!!

Anabel Samani dijo... [Responder]

Me alegra que te haya gustado tanto, Mientras Leo :-)
Pues soy lectora de premios sí y no: normalmente saber que una lectura ganó determinado premio no me incita únicamente por eso a leerla.
Un beso.

AMALIA dijo... [Responder]

Muchas veces he leído premios. Y reconozco que a veces me han decepcionado.
Tomo nota del tìtulo.
Un beso.

Ana Meyling dijo... [Responder]

Holaaaaaaaaa!
A pesar de que has disfrutado de la novela, yo la dejo pasar. No me termina de llamar.
Respecto a tu pregunta, leo lo que me llama la atención, la verdad. No me fijo en premios ni nada por el estilo, solo lo que me pide mi cabeza en ese momento jajaja
Un besito, nos leemos^^

Carla dijo... [Responder]

A ver si lo traducen pronto, que estos premios a veces se hacen de rogar
Besos

Anónimo dijo... [Responder]

Leí este libro esta primavera, en inglés. Me pareció extraordinario, distinto. Un libro de los que quedan. Lo leí justo después de Normal People, de la (sobrevalorada, creo) irlandesa Sally Rooney, del cual ya me he olvidado por completo. No así de Milkman, que perdura y perdurará. De hecho, estoy pensando en volverlo a leer cuando salga la traducción al catalán el mes que viene. A ver cómo consiguen reproducir el lenguaje de middle sister!