lunes, 22 de noviembre de 2021

Encrucijadas. Jonathan Franzen

 


     "El cielo de New Prospect, atravesado por robles y olmos desnudos, estaba lleno de promesas húmedas un par de sistemas frontales sóbriamente confabulados para traer una Navidad blanca- mientras Russ Hildebrandt hacía la ronda matinal en su Plymouth Fury familiar por los hogares de los feligreses seniles o postrados en una cama".

     Jonathan Franzen es uno de los pocos pesos pesados literarios que quedan en Estados Unidos. En una constante búsqueda de la Gran Novela Americana y con una tendencia reconocida a sentar cátedra con sus opiniones sobre la literatura, se trata también de uno de esos nombres que no faltan cuando se habla de literatura contemporánea. Hoy traigo a mi estantería virtual, Encrucijadas.

     Bienvenidos a New Prospect, una ciudad media no demasiado grande del oeste americano. ¿Población? no demasiada, pero a nosotros nos interesan los Hildebrandt. Está a punto de llegar la Navidad de 1971, una época de sexo, drogas y Vietnam. El padre de familia es Russ, un pastor que parece cada vez más desencantado con su Dios y con su matrimonio que ve como los jóvenes se están acercando a Rick Ambrose. Él fue un pastor carismático en su día, también movía gente, y era, sobre todo, mucho más "verdadero" que Rick. Aún así, le da la impresión de que su tiempo está empezando a quedar atrás. Si preguntáramos a Marion, su esposa, posiblemente también nos diría que su marido está a punto de quedar atrás. Y esta pareja protagonista tiene una pequeña prole bastante típica formada por Clem, Becky, Perry y Judson, uno de los cuales afirma no solo que su hogar sea terrible, si no que necesita más una demolición que una reforma. Crossroads es el nombre del grupo formado por el odiado Rick que genera un resentimiento en Russ solo mitigado por la viuda de su congregación. Asistimos entonces a una casa en ruinas con personajes que viven encerrados en sus propios mundos que se distancian unos de otros.

     Con esta novela Franzen no solo vuelve al terreno conocido, además lo hace al que le dio la fama. El retrato doméstico de una familia media en una ciudad más o menos marginal. Porque elegir una familia de triunfadores de una gran ciudad está muy visto o tal vez porque, aunque sea lo habitual en la ficción, no lo es en la vida, pero el caso es que Franzen se mueve mejor en este tipo de ambientes casi agobiantes en el que un gran porcentaje de la población se encuentra inmerso.

     A key to all mythologies (sí, Franzen, ahora todos decimos que es un guiño a Middlemarch, estate tranquilo) es el título que llevará la trilogía completa de la que Encrucijadas es la primera parte, y una primera parte que supera las 600 páginas es mucho decir. En este caso, y al igual que sucediera en Las correcciones, tenemos una familia central en la que Franzen pone la vista y que parece a punto de romperse porque su cabeza familiar se tambalea. Todos sus integrantes parecen unos pequeños egoístas llenos de preocupaciones mundanas que no saben mirar más allá de su sombra. Incluso el hijo pequeño, el bueno y maravilloso, acaba cubierto de una pátina de mediocridad ante el lector. Y es que lo que mejor se le da a Franzen es mostrar las pequeñas miserias, a menudo triviales, para luego abrir el objetivo de su retrato generacional y con él dejarnos una muestra de la sociedad contemporánea. 

     Dentro de este retrato realizado, mi favorita es la decadencia de Russ con una suerte de sadomasoquismo religioso que lo lleva a sentirse agradecido por desear a alguien fuera del matrimonio ya que eso lo convierte en pecador y, evidentemente, si hay pecador hay Dios y esta reflexión le coloca más cerca de su "trabajo" de lo que ha estado en los últimos tiempos. Esta pequeña lógica retorcida, me ha resultado fascinante a lo largo de una lectura en ocasiones demasiado lenta pero repleta de aquel Franzen que muchos creímos perdido al leer Pureza. Marion, por otro lado, será uno de los grandes descubrimientos para los lectores habituales del autor. Como personaje resulta casi extravagante (vamos a ver, ¿quién en su "sano juicio" (ja) acaba en un psiquiátrico por amor? Evidentemente un personaje que ya parte de un problema y que tarde o temprano va a explotar, así que el lector va viendo como se carga y se sienta pacientemente a ver como a Russ le explota en la cara. Y podría seguir así y dar una pista de cada personaje: la ironía de Perry, por supuesto superdotado que siempre hay uno en este tipo de novelas exactamente igual que siempre hay un adicto (si has leído la novela comprendes por qué lo digo así y si no lo has hecho, ya lo entenderás), el pacifista en la época de Vietnam, la hija... todos están en la novela y todos ellos viven en mitad de encrucijadas que es lo que da título a este libro y no el grupo moderno de culto formado por el aspirante a estrella mesiánica. Y eso, estas encrucijadas en momentos vitales grandes y pequeños, es lo que le da interés a una novela que se vive y se lee, al igual que se ambienta, como aquellas que Franzen escribiera al comienzo de su andadura.

     Encrucijadas es una buena novela que disfrutarán más los lectores habituales de Franzen, aquellos que, visto el cartel de New Prostect, tengan la sensación de que les están diciendo, "Bienvenido a casa".

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

5 comentarios:

Leyna dijo... [Responder]

¡Hola! =)
Me alegra que te gustara :P

Besiiiitos ^^

Margari dijo... [Responder]

Pues no he leído nada del autor aún y resulta tentador este libro, pero me parece que no es el mejor para empezar con él. ¿Alguna recomendación?
Besotes!!!

buscandomiequilibrio dijo... [Responder]

Todavía no he leído al autor. En casa tengo Libertad, lo compré en Re-read, así que ni asiento ni desmiento, ajajja. Sobre la marcha.

Besos.

Lady Aliena dijo... [Responder]

Tengo en la mesilla: " Una habitación con vistas". ya os contaré. Besos.

Marita AA dijo... [Responder]

¡Hola! Aunque no he leído nada del autor, me ha gustado mucho todo lo que nos cuentas, por lo que no descartaría en disfrutar de esta lectura. Muchas gracias por la reseña. ¡Un beso!