miércoles, 2 de marzo de 2022

Ellos. Francine du Plessix Gray


     "A mi madre le gustaba afirmar que descendía directamente de Gengis Kan. Después de manifestar que una octava parte de su sangre era tártara y sólo las otras siete eran de «ruso común», con un desparpajo que nadie más podría haber mostrado, dejaba caer unos cuantos nombres en la cronología de nuestro linaje: Kublai Kan, Tamerlán y, por fin, Babur, el gran monarca mogol, de cuya concubina favorita, de la etnia kirghiz, descendía su tatarabuela; y voilà, nuestra ascendencia quedaba establecida".

     Supongo que fue la cubierta, porque confieso que antes de leer este libro no sabía nada de la familia protagonista. Pero hoy traigo a mi estantería virtual, Ellos.

     Ellos fue publicado en Rusia en el año 2017 causando una pequeña conmoción, un libro en el que la autora escribe tanto las memorias de su familia como realiza un retrato rápido del siglo pasado. Francine es hija de Tatiana Yakovleva, una hermosa mujer rusa que estuvo relacionada sentimentalmente con el poeta Vladimir Yamakovski y cuya relación dio lugar a dos poemas de amor. Por cierto que el padre de Tatiana diseñaba teatros para el zar y su tío Sasha, explorador y lingüista, fue el responsable de que Tatiana se aficionara al diseño de sombreros. Tatiana sin embargo aspiraba a más que a un poeta, así que se buscó a un diplomático, el padre de Francine, del que se separó y al que presumiblemente agradeció que desapareciera ya que de ese modo se pudo casar con el que fuera padrastro de Francine, Liberman. Los motivos de la ruptura y cómo se mudó con su nuevo esposo a Nueva York son trazados con precisión por la autora que, a estas alturas, ya ha dejado un reflejo perfecto del continente y la época y ha perfilado con mano dura el carácter de su madre. Pero avancemos, que Francine a estas alturas está ya en Estados Unidos pero aún no sabe que se convertirá en una reputada periodista amén de escritora. Tatiana y su esposo rápidamente se posicionan en lo alto de la escala social entre los inmigrantes que llegaban a Nueva York mientras la pluma de Francine sigue realizando el perfil de quienes tuvieron en sus manos su educación.

     Bien, más allá de todo esto, la autora deja un retrato casi de película de Rusia pre Revolución y sus migrantes, habla de la burguesía, frívola en cualquier momento, y del arte. Por la novela pasan artistas de todo tipo y uno se sorprende al encontrar, por ejemplo, a Dali. Recuerdo haber pensado en algún momento que no estaba leyendo sobre los Fitzgerald para haber terminado el libro pensando que seguramente existieron más Fitzgerald que los Fitzgerald. Me he enamorado de esos años 20 entre URSS y París, de su círculo cultural, de la sutilidad y delicadeza de la autora y de ese pasado que seguramente hemos romantizado a base de cine y literatura. Hay guerra, la II, vista desde París antes de tener que huir a EEUU y hay un hilo invisible que pareció seguir conectando a la autora con su país natal hasta su muerte y que es tangible en muchos momentos durante la lectura.

     Como digo, el recorrido es inmenso, pero no diría que hablar de su familia es la excusa para realizarlo ya que trasciende poco a poco un sentimiento de reconciliación póstuma, como si escribir lo sucedido, decir finalmente cómo eran las personas con las que se crio, le fueran a permitir quedarse en paz con ellos. 

      Ellos es una gran historia, un recorrido y también una vida: la de Francine a partir de Tatiana.

     Y vosotros, ¿sois de biografías?

     Gracias.

3 comentarios:

Buscando mi equilibrio dijo... [Responder]

No me importa leer biografía siempre y cuando sea novelada, sino me cuesta, aunque no quiere decir que no lo haga de vez en cuando, pero la cabra tira al monte, ya sabes.

Me gusta todo lo que has contado, creo que podría ser un librazo.
Anoto.

Beso.

Lady Aliena dijo... [Responder]

Me gustan las biografías, pero ésta no la conocía.
Un beso.

Margari dijo... [Responder]

NO soy de leer biografías y aunque me picas la curiosidad con ésta, no sé si me animaré, que tengo mucho pendiente. Y lo dicho, que no suelo animarme con este género.
Besotes!!!